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Buenas tardes.
La idea de esta conferencia partió del Seminario “Los grupos y su coordinación”, que
tiene que ver con un trabajo de indagación y sistematización de distintas corrientes
teóricas que abordan lo grupal, con el objetivo de desarmar, para volver a las fuentes
de las que Pichon Rivière parte para generar su teoría sobre los grupos, y luego
intentar comprender con mayor grado de riqueza el modo de Pichon de entender lo
grupal.
En ese sentido, la propuesta de esta conferencia en particular se relaciona con que
creo que en la Argentina necesitamos recuperar, para trabajar con los grupos, la idea
de lo grupal mismo. Hasta donde puedo conocer las experiencias en la Argentina, está
cobrando cada vez más fuerza la tendencia a ver individuos en los grupos. O sea,
utilizar los grupos como dispositivos de abordaje de lo grupal.
Lo que me parece que es muy importante es poder rejerarquizar una mirada de lo que
es la mirada de lo grupal en el ámbito sociodinámico en sí mismo. Creo que cuando
podemos visualizar ese nivel de lo grupal y no el de las personas que están en el
grupo, podemos adquirir una capacidad de intervención mucho más potente en
relación a los objetivos por los que el grupo se ha constituido.
La idea es poder trabajar la noción de grupo y ponerla a jugar con la noción de
sistema que a partir del desarrollo de las teorías de la complejidad construyó Edgar
Morin, como un modo de poder pensar los grupos más desde la perspectiva del
sistema mismo. Creo que cuando Pichon hablaba de estructura-estructurándose,
hablaba de algo que todavía no tenía nombre. La estructura-estructurándose es lo que
hoy, desde las teorías de la complejidad llamamos sistema. Entonces, me parece que
pensar el sistema en sí mismo, ayuda a mirar lo colectivo de lo grupal, para poder
enriquecer nuestra mirada, jerarquizando ese nivel.
Pichon dice que su referente teórico sobre lo grupal es Kurt Lewin (la Dinámica de
grupos). Pichon parte de la Dinámica de grupos desarrollada por Kurt Lewin en
Estados Unidos a principios del siglo XX y a esa mirada sobre la totalidad en sí misma
que es lo grupal, le añade la lectura de las ansiedades básicas que genera todo
contacto con la realidad y todo proceso de cambio; mirada que no tiene la Dinámica
de grupos y que Pichon comparte con la teoría psicoanálitica. A partir de la dinámica
de grupos, colaboramos con los grupos para que puedan desplegar su proyecto y
llevarlo adelante para alcanzar su objetivo. Pichón añade la mirada sobre las
ansiedades que genera el trabajar por un objetivo.
Por eso es importante partir de la noción de grupos.
Casi todas las teorías sobre lo grupal, acuerdan con una definición de grupo como:
conjunto de personas que interactúan por un objetivo común.
La definición que Pichón Rivière da sobre grupos es: conjunto restringido de personas
ligadas por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación
interna, que se proponen en forma explícita o implícita una tarea que constituye su
finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación
de roles.
Estoy subrayando los que para Pichon son los dos organizadores del proceso grupal:
el grupo se estructura como tal y genera una estructura en movimiento, alrededor de
la mutua representación interna y de la tarea, que aparece como su propio camino
hacia el objetivo.
Cuando pasamos a la noción de sistema, vemos que un sistema es un conjunto
organizado por la interrelación de sus constituyentes. Lo que organiza al sistema es el
modo en que los constituyentes interaccionan. El sistema es una unidad global
organizada de interrelaciones entre elementos (o individuos). Es la organización de las
interrelaciones lo que hace que ahí a aparezca un grupo, un sistema. Es la
organización de las interrelaciones en la mutua representación interna,
planificando un objetivo, es lo que hace que el grupo aparezca. Y lo que
aparece, es una estructura, como sistema de interrelaciones.
Creo que es fundamental desde la Psicología Social poder visualizar ese nivel para
poder intervenir en ese nivel.
Otra nivel sería cuando trabajo sobre qué le pasa a los individuos que están en un
grupo; otro es el trabajo cuando decimos que el dispositivo grupal es adecuado para
ver qué hacen los individuos en relación a una temática. Son dos planos que conviven
allí, que por supuesto mantienen relaciones de mutua determinación. Pero es
importante distinguir la existencia de este campo en sí mismo, no perderlo de vista,
para poder intervenir sobre él y darle mayor potencia.
Volviendo a la noción de sistema. Morin habla de interacciones de individuos o de
elementos ya sean del mundo físico, del mundo natural o del mundo humano. Pichon
habla de interacciones de personas ligadas por constantes de tiempo y espacio. El
principio de un grupo, cuando todavía no lo es, lo que hay es una serie de personas
reunidas en un lugar, en un momento. Cuando estas constantes de tiempo y espacio
son recurrentes, cuando vuelven a suceder, lo que va a haber son interacciones
recurrentes; es decir que lo que tiende a suceder es que estas interacciones
aleatorias, casuales, coyunturales, se transforman en interrelaciones.
No es lo mismo interacción que interrelación. Cuando aparecen las
interrelaciones es porque allí hubo una construcción compartida de cómo es esa
interrelación, cómo es ese grupo. La interacción se transforma en una interrelación.
Cuando voy caminando por la calle hay una interacción con las personas que hace que
uno se corra un poquito para un lado y la otra persona se corre un poco para el otro
lado para no chocarse. Eso es una interacción; es algo espontáneo, no calculado, no
tienen ninguna finalidad compartida. Cuando voy por la calle y compro un paquete de
pastillas en un quiosco, eso es una interacción pautada socialmente, pero no hay nada
común, singular, que nos una o nos ligue. Pero si las interacciones se hacen
recurrentes en tiempo y espacio y además hay personas que por esa recurrencia, por
esa coexistencia, esa coparticipación, esa copresencia, en algún momento construyen
la significación o la representación de que la necesidad que hace que estén ahí es
común; cuando hacen una construcción significativa por la cual comparten el objetivo,
se organizan entre sí, se interrelacionan entre sí, cambia cualitativamente esto
humano que están compartiendo. Desde ese punto de vista es que la interacción se
transforma en interrelación.
Lo que dice Morin es que cuando surge la interrelación es porque se ha organizado de
algún modo; los constituyentes han organizado ese modo de lo inter. Por eso es una
interrelación: tiene alguna pauta, tiene alguna significación y tiene algún para qué.
Como decía Pichon, si no hay tarea, no hay grupo. Si no hay objetivo común, no hay
necesidad registrada como compartida, no se pasa de la serie al grupo, decía Sartre.
Para Morin es la organización de estas interrelaciones lo que hace que aparezca el
fenómeno global que se ve, que es el sistema colectivo.
La noción de sistema es un concepto trinitario: tiene tres componentes, porque el
sistema surge por la interacción colectiva. Un componente hace al otro. La interacción
no se transforma en interrelación si no es por la organización. Entonces, dice que
cuando las interacciones toman forma de interrelaciones, devienen organizacionales. Y
toda interrelación, dotada de cierta estabilidad o regularidad, toma carácter
organizacional y produce un sistema. La organización, el otro componente del
triángulo, es lo que transforma, produce, reúne y mantiene. Es el modo en que están
organizadas las interrelaciones lo que mantiene, lo que está siempre produciendo el
sistema grupal.
Pensemos en los organizadores de Pichon: la mutua representación interna y la tarea.
Cuando pensamos al grupo desde el punto de vista del todo, la totalidad aparece
como una y homogénea. Pero considerado desde el punto de vista de los
constituyentes (integrantes) el grupo es diverso y es heterogéneo. Es importante
poner esto en tándem con las ideas de la Dinámica de grupo, cuando distingue los
niveles de locomoción y mantenimiento; la locomoción como la progresión del grupo
como un todo hacia sus objetivos (después de todo, el grupo sería la organización de
las interrelaciones para poder llegar adelante una planificación, un proyecto para
alcanzar el objetivo) pero a la vez el mantenimiento, el mantenimiento de la cohesión,
de esta interrelación entre los componentes. El mantenimiento de la cohesión grupal,
cuando lo miro desde el punto de vista de la totalidad, del grupo. Y el mantenimiento
de las relaciones interpersonales, cuando lo miramos desde el punto de vista de los
integrantes. El mantenimiento abarca los dos niveles. Desde la perspectiva de los
integrantes muchas veces las problemáticas se juegan a nivel de las relaciones con los
otros y eso requiere un abordaje: son los vínculos en el grupo y también otras
cuestiones. Pero desde el punto de vista del grupo en sí mismo, es la cohesión grupal,
que tiene sus implicancias tanto para la corriente de la dinámica de grupos de Kurt
Lewin, como para Pichon. Pichon se preocupa en este sentido, por ejemplo por la telé;
también por la mutua representación interna.
Es muy importante que como psicólogos sociales que podamos visualizar esto que las
personas organizan; porque es sobre ese sistema de interrelaciones en función de
objetivos sobre lo que operamos cuando trabajamos a nivel de los grupos. Y es donde
somos más potentes. Podemos también trabajar sobre los individuos; usar el grupo
como dispositivo o como laboratorio de análisis para analizar las conductas
individuales. Es otro análisis y otra intervención. Ahora, por ejemplo yo trabajo con
jóvenes en conflicto con la ley. Voy a la casa, pero voy para mirar cómo son sus redes
sociales, familiares y barriales, porque de allí él es emergente. Trabajo sobre las
interrelaciones de la vida cotidiana. Para la Psicología Social de Enrique Pichon Rivière
el sujeto es la resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases. El objeto
de intervención son las interrelaciones. Sobre eso, creo que somos los mejores, sino
los únicos. Las otras disciplinas trabajan con las resultantes de esas interrelaciones,
no con las interacciones o interrelaciones mismas.
Por ejemplo, si trabajo la comunicación. ¿Qué tengo que ver? Cómo es la red de
comunicación. Qué contenidos circulan. Qué significación tiene. Qué relación tiene con
los objetivos. Quién habla con quién. De qué modo… Cuál es la forma de la red de
comunicación.
En la diapositiva siguiente, vemos que, por otra parte, por el hecho de participar en
sistemas grupales, la parte es menos que la parte. El integrante de un equipo de
trabajo no puede comportarse como cocinera o pintora. Hay cualidades del integrante
que el grupo como sistema constriñe, inhibe y pone en estado virtual. Esto habla no
de micro-emergencias (las emergencias en el componente por constituir el sistema)
sino los constreñimientos: las capacidades que deben ser inhibidas para integrar el
sistema.
Morin dice: toda relación organizacional ejerce restricciones sobre los elementos que
incluye. Hay sistema cuando sus componentes no pueden adoptar todos sus estados
posibles. Los estados posibles de adoptar en el grupo tienen que ver con el eje
organizador tarea y con el eje organizador mutua representación interna. No
deberían tener que ver con otra cosa. Y Pichon Rivière ve todas las otras cuestiones
que pueden aparecer, en términos de ansiedades, de resistencias.
Por eso, si antes Morin decía que el todo es más que la suma de las partes, ahora dice
que el todo es menos que la suma de las partes.
En el todo, la parte es más que la parte aislada; en el todo, la parte es menos que la
parte aislada.
En la diapositiva siguiente vemos que el todo es menos que la suma de sus partes.
¿Por qué? Este conjunto de personas determinado (como los amigos que veíamos
unas diapositivas antes), fácilmente puede organizarse por ejemplo como un grupo de
danzas folklóricas. Pero difícilmente pueda organizarse como un grupo de danza
aérea, porque requeriría tener una flexibilidad corporal y un entrenamiento que para
las personas de esa edad es casi imposible. En ese sentido es que el todo es menos
que la suma de las partes.
Y agrega Morin que mientras los constreñimientos de las partes sobre el todo se
refieren en principio a los caracteres materiales de las partes, los constreñimientos del
todo sobre las partes son en primer lugar de organización. Cómo se organizan las
interrelaciones es lo que posibilita que la persona que en un grupo puede llegar a ser
cocinera, en otro tipo de interrelaciones puede llegar a ser pintora… O sea que el
sistema grupal puede planificar objetivos en función de los recursos con que cuenta,
incluidos los integrantes, pero no más que eso (y esto se relaciona con otro tema que
es la viabilidad de los proyectos…).
Perfecto.
Nos vamos más allá de los grupos. Las teorías de la complejidad la están
planteando como una característica de la materia. A partir de la física cuántica se
empezó a pensar que los componentes del mundo físico, natural y social tienden a
la autoorganización. Por ejemplo, Prigogine plantea que el caos es una forma de
organización. Maturana y Varela trabajan maravillosamente esta idea a nivel de la
biología y lo relacionan con el principio vital.
Avanzando en las diapositivas, vemos que desde nuestro punto de vista, Morin dice
que lo que sucede es que, al organizarse las interrelaciones, en el pasaje desde
esas interacciones casuales, aleatorias entre las personas, que por el hecho de
compartir el objetivo se transforma en una organización de interrelación, lo que
sucede es que lo que se organiza es la diferencia. Se organizan los modos en
que las características individuales van a entrar en tensión recíproca de modo de
poder trabajar por un objetivo común complementariamente.
De modo que es muy importante reconocer las diferencias y ponerlas a jugar
operativamente en función del objetivo. Reconocer en los grupos que hay una
hegemonía, no una homogeneidad. ¿Hegemonía de qué? De la tarea, del objetivo.
Si estamos en presencia de un grupo cuyos integrantes tienen características
iguales, ¿hasta dónde podemos llegar? No muy lejos.
Las formas de esta complementariedad son por ejemplo, las interacciones, que ya
conocemos. Otra forma son las uniones, que se dan sobre todo en el mundo físico,
pero se refieren a cuando dentro de un todo hay componentes que se desempeñan
de modo unido; por ejemplo en una oficina dos personas comparten un escritorio, o
una responsabilidad, habrá un aspecto en el que quedan unidos. Por otra parte
están las asociaciones y combinaciones de actividades complementarias: por
ejemplo en un grupo de trabajo. Y también menciona a las comunicaciones como
modo de la organización complementaria de las diferencias. Fíjense qué interesante
el modo en que piensa el tema de la comunicación…
En definitiva, son múltiples los modos en que se da la organización complementaria
de las diferencias.
Pasamos al tercer nivel de análisis, el nivel neguentrópico. ¿Por qué ese nombre?
Porque en el mundo físico, según la segunda ley de la termodinámica, todo va hacia la
muerte térmica, hacia la desintegración. Sartre decía que el único modo de evitar la
desintegración es luchar contra lo práctico-inerte. Los teóricos de la complejidad lo
afirman para el universo físico, para el mundo biológico y para el mundo social.
Tomando a Kurt Lewin, el trabajo del consenso tiene que ver con cómo planificamos
algún tipo de instancia donde cada integrante pueda decir explícitamente cuáles son
sus objetivos personales al participar del grupo, cuáles creen que deben ser los
objetivos grupales, cómo entiende que debe organizarse el proyecto. Cada integrante
debe formular explícitamente cómo ve la situación, qué espera y qué está dispuesto a
dar. A partir de eso, ver cómo se genera un consenso, un acuerdo sobre un proyecto
compartido posible. Ahí hay que coordinar una conversación, un pensamiento
colectivo. Cómo piensan juntos cómo abordar la situación con los recursos y tiempos
disponibles.
Lo interesante es ver también que consenso no equivale a votación por mayoría
simple. Consenso es compartir la planificación y armarla juntos. Uno sabe cocinar; el
otro conoce actores claves en el municipio; el otro conoce mucha gente del barrio. Si
coordinamos complementariamente nuestras capacidades y nuestras posibilidades,
planificando qué puede hacer cada uno por ejemplo durante los próximos 15 días y
qué haremos juntos y qué esperamos obtener para entonces… Nos coordinamos en un
proyecto que es de todos y es de cada uno. Por eso es fundamental que cada uno
exprese explícitamente su acuerdo con el proyecto y con las actividades que se espera
que realice. Deben comprometerse todos porque es de cada uno.
Comentario: Lo que es importante es que los que no acuerden con algo, en pos de la
primacía del objetivo, se sumen al proyecto porque lo colectivo es más importante y
acuerden. Como el objetivo es más importante que lo que no a mí no me cierra… me
sumo.
Los que no están de acuerdo con el proyecto, si acuerdan con el objetivo se subsumen
a la mayoría porque jerarquizan la importancia del objetivo. Esa es una posibilidad.
Que puedan tener la paciencia de colaborar y aceptar que los demás propusieron una
buena planificación, o más adelante tener la oportunidad de hacer un balance y volver
a planificar de otro modo. Si queremos formar un grupo que trabaje y sea operativo,
nos advenimos al proyecto que armó el todo y acompañamos ese proceso estando
atentos a las evaluaciones permanentes que hay que ir haciendo, al monitoreo de
cómo va la marcha de la gestión. Porque en algún momento, es posible que haya que
volver a planificar y mi propuesta sea considerada.
Entonces, la instancia de toma de decisiones es muy importante. Tiene que ver con
aprender a pensar juntos. No es una negociación ni una lucha de poderes.
Si se resuelve por votación, lo que usualmente termina sucediendo es que los que se
ponen el proyecto al hombro son los que votaron a favor. Los otros miran o, lo que es
peor aún, boicotean solapadamente.
Bueno, habría que ver el caso singular en que está pensando la persona que formula
la pregunta. Hay determinadas instancias grupales en una empresa que pueden ser
consideradas grupo; otras no. Si se trata de una instancia de interrelaciones
organizadas que es capaz de generar sus propios proyectos, se puede trabajar el
consenso tranquilamente. Si estamos hablando de un equipo de trabajo, por ejemplo,
donde en realidad hay un objetivo que se diseña en otro lado y el equipo de trabajo
en realidad es el encargado de llevarlo a la práctica, ahí no hay consenso. Y tampoco
hay toma de decisiones. Ese equipo es un grupo objeto en realidad. El grupo sujeto es
el que diseña el proyecto. Con el grupo sujeto, que se organiza alrededor de una tarea
y una mutua representación interna, podemos trabajar. Los demás, son grupos objeto
y el trabajo ahí es diferente. Leonardo Schvarstein dice que con el grupo sujeto se
trabaja y con al grupo objeto se lo capacita. No sé qué dice el colega presente aquí,
Jorge Rodríguez.
Jorge: El grupo sujeto es el grupo para-sí mismo. El grupo objeto es un grupo en-si
mismo.
Dice Morin que será muy importante evitar soluciones míticas o imaginarias. A nivel
de los grupos, esto implica evitar los chivatos o las soluciones mágicas al problema de
las ansiedades que implica toda transformación.
Todo psicólogo social comprenderá que los grupos son sistemas vivos y que por lo
tanto, la crisis va a venir, va a emerger, si todo va bien. Esperar que no haya
perturbaciones ni crisis sería esperar que un grupo no haga proceso y que esté en el
momento del inicio permanentemente.
Comentario: dijiste “si todo va bien”; eso implica que hay crisis porque hay
crecimiento.
Claro. Hay crisis porque hay crecimiento. Hay crisis porque hay praxis. Hay crisis
porque si hay transformación en el entorno, el grupo también debe reconfigurarse. Es
decir que en el nivel de lectura de lo neguentrópico, el coordinador debe apostar a
intervenir cuando aparecen las intenciones de cambio.
Si en el nivel cibernético había que apoyar a las fuerzas que tendían a recuperar el
equilibrio, en los momentos de crisis el coordinador no debe apoyar a las tendencias
en los integrantes que van al equilibrio; hacerlo sería propender una sobrecarga o un
runaway. Debe estimular las intervenciones de los integrantes que van hacia la
transformación, porque es la posibilidad de vida. Tampoco debe trabajar por la
transformación en el nivel cibernético, siempre que el grupo vaya hacia su objetivo
trabajando junto con la tarea, la mutua representación interna.
Ahora, esto lo podemos hacer si podemos mirar el nivel de lo colectivo, lo grupal
mismo.