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11 Tipos, características, memoria de cálculo y trazos en el terreno

Tipos

Desde el punto de vista topográfico los terrenos pueden clasificarse en dos tipos:
plano y ondulado o escarpado.

 Terrenos planos

Los terrenos planos son aquellos cuya pendiente general en el sentido de avance
es inferior a la pendiente máxima estipulada para la vía, esto es, en donde no hay
problema de pendiente longitudinal. Cualquiera que sea el tipo de terreno entre los
puntos de control primario debe determinarse, como primera medida, la orientación
de la línea recta que los una. Esto se logra con ayuda de mapas de la región, si los
hubiese, o con el recorrido cuidadoso, a pie o a caballo en ambos sentidos de los
caminos primitivos que sirvan de comunicación entre aquellos puntos. Los vuelos
en avión o mejor, en helicóptero, prestan en la actualidad la más apropiada
colaboración a este objetivo.

Si bien la línea recta aparenta la mejor solución para unir dos puntos en terrenos
planos, las exigencias ulteriores de seguridad en el tránsito de los vehículos
desaconsejan seriamente el uso de tangentes demasiado largas, ya por el
encandilamiento que ocasiona en los conductores la oposición de las luces
nocturnas, ora por la fatiga y la propensión al sueño que en ellos produce la
monotonía de su actividad en tales recorridos.

 En terrenos escarpados

El factor determinante en todo reconocimiento o exploración en terrenos ondulados


o escarpados, es el de la pendiente longitudinal que se estipule para la vía. En este
caso, la orientación que pueda determinarse de la recta imaginaria entre dos puntos
consecutivos de control primario serviría para ceñir lo más imposible a ella la
dirección general del trazado, pero serán las líneas de pendiente que se prueben
en esa dirección las que indiquen las rutas posibles por adoptar.
El reconocimiento en este tipo de terrenos resulta más complejo que en los planos,
pues en los recorridos sobre el terreno, en uno y otro sentido, pueden determinarse
puntos de control secundarios en el fondo de las hoyas de corriente de agua y en
las parte alta de las cordilleras o de sus estribaciones, con el doble criterio de que
se aparten lo menos posible de la dirección rectilínea entre los sitios que van a
comunicarse y que aquellos puntos puedan unirse con líneas de pendiente
aceptable.

Características

 Orientación

El primero de los pasos será comprobar la orientación, algo que parece muy básico
pero que es quizá el factor más importante a tener en cuenta y que será clave para
construir una casa que consiga disponer de luz y calor solar de forma natural
reduciendo así el consumo de energía.
 Orientación sur
Sobre todo si se trata de un terreno en pendiente, la orientación a sur será crucial
para que la vivienda funcione de forma correcta. Tanto para iluminar como para
calentar una vivienda de forma natural, es esencial una fachada principal a sur con
una superficie considerable de ventanas.
Por ello, deberemos fijarnos en las proporciones del terreno. Es decir, si el ancho a
sur es estrecho, la fachada a sur será, probablemente pequeña. Esto no debería
suponer un problema ya que en este caso, podemos trabajar una casa con un patio
intermedio que nos permita obtener dos fachadas orientadas a sur, una delantera y
otra trasera, pero esto va a incrementar los costes de construcción. Por lo tanto,
será mejor localizar terrenos con un ancho considerable en la orientación sur.
 Orientación norte
Orientar una casa a norte es absolutamente inviable a nivel térmico, puesto que se
pierde mucho calor. Tampoco se recibe apenas radiación solar y por lo tanto la luz
es limitada, en la orientación norte ubicaremos preferentemente los espacios de
servicio como baños, lavadero, despensa, garaje o en su defecto, estancias de poco
uso.
 Orientación este y oeste
Las orientaciones este y oeste no son malas pero tienen sus peculiaridades. El sol
sale por el este, por lo que una habitación a este recibirá el primer calor y luz solar
por la mañana.
La orientación oeste, es también muy adecuada puesto que permite aprovechar los
últimos rayos de sol, en muchas ocasiones la orientación oeste se aprovecha para
ubicar la sala de estar (que puede tener aberturas a sur y oeste) de forma que en
invierno recibe calor hasta última hora de la tarde.
Por otro lado, la orientación oeste en verano es algo compleja ya que requiere una
buena protección solar que nos permita protegernos del calor de las largas tardes
de verano en las que el sol se pone lentamente.

 Asoleo
Siguiendo con el sol y la luz, no solo será importante comprobar la orientación del
solar, sino también las posibilidades de asoleo.
No sirve de mucho tener un terreno orientado a sur si delante de la parcela existe
una construcción que impida la incidencia directa de luz solar. En estos casos será
necesario considerar el ángulo de incidencia del sol y valorar hasta qué punto el
obstáculo impide el asoleo.
Los obstáculos también pueden ser una montaña o vegetación como árboles, tanto
colindantes como de la propia parcela. Hay veces que nos encontramos en un
entorno protegido, y por normativa no se permite talar aunque los árboles estén
dentro de nuestro terreno.
En de obstáculos que impidan la incidencia solar, habrá que trabajar con la posición
de la vivienda para aprovechar al máximo la radiación solar.

 Pendiente

La pendiente junto con el subsuelo es dos de los factores clave para determinar
cómo saber si un terreno es bueno para construir.
Los terrenos en pendiente suelen ser más baratos debido a que la dificultad de
construcción supondrá un sobrecoste posterior en movimiento y contención de
tierras.
Sin embargo, un terreno en pendiente también puede ser muy favorable si la
pendiente se orienta a sur. Esto permitiría orientar bien la casa y a la vez,
protegernos del clima en orientación norte.
Los terrenos en pendiente, por último, nos permiten siempre disfrutar de buenas
vistas ya que los obstáculos como vegetación u otras casas vecinas suelen quedar
en una cota inferior.
 Subsuelo
A la pregunta de cómo saber si un terreno es bueno para construir, una de las
características más importantes es la composición del subsuelo.
Para saber las características del subsuelo es necesario encargar un estudio
geotécnico antes de empezar el proyecto. Sin embargo, si el objetivo es conocer el
terreno antes de comprarlo podemos solicitar una cata de subsuelo a un geólogo,
un proceso más económico que un estudio completo y del que obtendremos la
información clave sobre el tipo de terreno y su resistencia que nos permitirá
ahorrarnos problemas posteriores.
En Slow Home, siempre os acompañamos a visitar el terreno para realizar una
valoración in situ del tipo de subsuelo y en los casos en que sospechamos que
podemos encontrar un terreno deficiente, llamamos al geólogo para solicitar una
cata rápida.
Para realizar una cata, solo hay que pagar el desplazamiento y un par de horas de
trabajo del geólogo y la información que obtenemos es esencial para tomar la
decisión de compra. A veces, incluso el mismo geólogo nos dice como es el terreno
mediante fotos que tomamos en la visita con el cliente.
Así, el tipo de terreno será esencial para asegurar si se puede construir en él y qué
tipo de cimientos habrá que realizar. Deberemos conocer cómo es el terreno, su
composición, el modo de excavación, su resistencia para soportar la casa y los
factores de seguridad que habrá que adoptar.
Existe una clasificación básica que indicará en primera instancia las condiciones del
terreno en el que nos encontramos:
Roca

Los terrenos de roca son, como se intuye, los más duros. Son subsuelos muy
buenos para la construcción, puesto que los cimientos deben apoyarse en suelos
duros para su estabilidad. La cimentación se inserta en el terreno hasta encontrar
un sustrato resistente en el que sustentarse, en el caso de terrenos rocosos, este
sustrato se encuentra a muy poca profundidad, lo que es bueno para reducir costes
de cimentación.
Por otro lado, si hay un gran volumen de movimiento de tierras o de excavaciones,
también será más difícil y más caro realizarlo. Por ello, en este tipo de terrenos
seguramente deberemos prescindir de sótanos o garajes enterrados, puesto que es
muy caro excavar.
Cohesivos

Los subsuelos cohesivos son aquellos que, por su composición, se adhieren


fácilmente entre sí mismos. Suelen presentar una resistencia alta o mediana a
compresión, por lo tanto, soportaran bien el peso de la construcción que se coloque
encima.
Para conseguir cierta resistencia, los terrenos cohesivos deben tener cierta
humedad. Por esta razón habrá que comprobar la humedad del suelo, así como la
pluviometría y las escorrentías de agua en el terreno y trabajar en función de esta
característica.
Sin cohesión

Los terrenos sin cohesión son aquellos que están formados por gravas y arenas.
Pueden constituir una base para la cimentación si se encuentran bien compactaos,
pero habrá que controlar que estén bien delimitados. También es importante para
cimentar, que este suelo se encuentre encima de un estrato más duro.
Igual que en los terrenos cohesivos, el grado de humedad del subsuelo también
influirá de forma determinante en su resistencia.
Deficientes

Finalmente, están los suelos deficientes, que suelen estar compuesto por fangos,
materia orgánica o material de relleno. Son suelos no aptos para la cimentación.
Con un terreno deficiente habrá que trabajar con cimentaciones profundas como
pilotes o micro-pilotes. Esto implica un aumento del presupuesto de construcción de
la casa considerable.
 Presencia de agua en el terreno

Como hemos comentado, el grado de humedad y la presencia de agua afectarán a


la calidad del terreno. En caso de mucha presencia de agua, los cimientos se
proyectaran bajo esta condición y seguramente deberán sobredimensionarse y
hacerse más seguros.
Será importante comprobar la capacidad de filtración del terreno. Los suelos
cohesivos suelen filtrar el agua de forma más lenta. Por ello, si existiera mucha
humedad, deberemos trabajar con sistemas de recogida y drenaje del agua.
En los terrenos con pendiente contaremos con la ventaja de la inclinación para
ayudar a expulsar el agua.
Otra característica que hay que asegurar es que el terreno no sea inundable o que
no haya ningún rio cercano. En el caso contrario, si durante alguna época se puede
acumular agua en nuestro terreno, habrá que prever una vivienda elevada o que
sea capaz de soportar el contacto con el agua. Esto complicaría y encarecería la
construcción.
Para saber si hay agua en el subsuelo de nuestro terreno, no tendremos más
remedio que encargar un estudio geotécnico completo que se puede realizar sin
problema tras la compra del terreno, puesto que la presencia de agua no será
determinante en la decisión de compra.
Por otro lado, además del estudio geotécnico, existe la posibilidad de realizar un
estudio geobiológico. Un estudio geobiológico es un estudio que detecta, mediante
diversos medios, las afectaciones de origen natural como fisuras en el terreno o
corrientes de agua subterráneas que puedan originar geopatías. Las geopatías son
corrientes geomagnéticas que pueden afectar al bienestar de los ocupantes de la
casa.
 Posibles afectaciones de radiaciones eléctricas o magnéticas

Para saber si un terreno es bueno para construir no solo hay que mirar las
características físicas del terreno, sino también las afectaciones externas que pueda
haber.
La legislación española es muy permisiva hacen lo que refiere a niveles de
contaminación eléctrica y magnética. Aun así, como muchos estudios y organismos
gubernamentales demuestran, conviene evitar la sobreexposición a estas ondas
puesto que son perjudiciales para la salud.
Por este motivo, conviene alejarse de las torres y líneas de alta tensión, que
producen radiación eléctrica y de las antenas de telefonía móvil. En general se
recomienda una distancia mínima de 100 a 200 metros según la potencia de la línea
eléctrica.

 Normativas urbanísticas y de construcción

Las normativas que afectan a una parcela serán igualmente importantes para
conocer la viabilidad y las posibilidades de construcción en un terreno. En primer
lugar, debemos consultar la edificabilidad y los metros de ocupación del terreno.
Cuando se habla de edificabilidad se hace referencia a la superficie total que se
construya distribuida en una o diversas plantas. Por otro lado, la ocupación indica
la superficie que se puede ocupar en planta respecto al total de la parcela. Si la
ocupación en un terreno de 600 metros cuadrados es del 25%, podremos ocupar
en planta un máximo de 150m².Respeto a una vivienda también deberemos
comprobar las plantas en altura que se pueden construir y el número permitido de
plazas de aparcamiento.
En terrenos inclinados será importante consultar la normativa por lo que respeta a
la contención de tierras. Según qué municipios puede que el volumen de tierras
que puedan moverse o la altura de los muros de contención, estén limitados. Estas
normativas suelen existir para evitar grandes impactos visuales.
La normativa también puede determinarlos materiales de construcción,
especialmente de partes sensibles como la fachada.
En el estudio hace poco nos hemos encontrado con un caso en el que la normativa
obliga a revestir la casa en piedra, puesto que nos encontramos en una población
cuyo conjunto histórico arquitectónico se ha realizado tradicionalmente en piedra.
Se trata del proyecto para la Casa Colomers donde la estructura de la casa se
realiza en madera y se reviste en piedra, una solución que funciona muy bien a nivel
climático.
Del mismo modo, los límites con los vecinos y con la calle pueden quedar
determinados en cuanto a material o altura. Generalmente siempre se debe respetar
una distancia mínima de unos 3 a 6 metros con el límite de la calle o de los vecinos.
Además, será necesario confirmar con el ayuntamiento que lleguen
los suministros de agua, gas, alcantarillado, electricidad o incluso de fibra óptica.
Hay zonas en las que puede que no lleguen. En ese caso, habría que buscar
alternativas o funcionar de forma autosuficiente.
Por último, si el terreno se sitúa en una urbanización, deberemos comprobar con el
ayuntamiento que ésta haya sido recepcionada. En caso contrario, son los vecinos
los que tienen que hacerse cargo de las reparaciones y mantenimientos de los
espacios exteriores y públicos. Este sería el caso de las urbanizaciones privadas.
En el peor de los casos, puede darse la situación de que una urbanización no
recepcionada no esté a cargo de nadie y por lo tanto el ayuntamiento no otorgue
licencias de construcción.
Memorias de cálculo
Las “memorias de cálculo” son los procedimientos descritos de forma detallada de
cómo se realizaron los cálculos de las ingenierías que intervienen en el desarrollo
de un proyecto de construcción, la “memoria de cálculo más importante” es la
“memoria de cálculo estructural”, en la cual se describen los cálculos y
procedimientos que se llevaron a cabo para determinar las secciones de los
elementos estructurales, así mismo, esta “memoria de cálculo estructural” indica
cuales fueron los criterios con los cuales se calculados todos y cada uno de los
elementos estructurales, como son las cargas vivas, las cargas muertas, los factores
de seguridad, los factores sísmicos (en su caso), los factores de seguridad por
viento (en su caso) y en general todos y cada uno de los cálculos para determinar
la estructura.

Sin que sean menos importantes, también existen una memoria de cálculo por cada
una de las ingenierías que intervienen en el proyecto de construcción entre los
cuales se podrían encontrar los siguientes:

Memoria de cálculo de sistema hidráulico.

Memoria de cálculo de instalación eléctrica.

Memoria de cálculo de instalación sanitaria.

Memoria de cálculo de sistema de aire acondicionado.

Memoria de cálculo de sistema de protección contra incendio.

Memoria de cálculo de instalaciones especiales (por ejemplo, gases medicinales en


un hospital).

Memoria de cálculo de sistema de riego. Etc.

La principal función de las memorias de cálculo es la revisión por un tercero (que no


sea ni el constructor ni el proyectista) para avalar su proyecto frente a un
representante avalado por la unidad gubernamental correspondiente. La memoria
de cálculo también sirve para verificar, entender y acatar los criterios de
construcción por los que fueron determinadas las “ingenierías”,
En lo referente a las “minutas” todas las minutas son un documento donde se
plasma de forma escrita los acuerdos a los que se llegaron en una junta o reunión
de trabajo. Tal vez lo que quisiste decir en vez de “minutas” es “bitácora de obra” la
cual es el vínculo legal y de comunicación que se tiene entre el contratante (o su
representante) y el contratista, en el cual se deberán de manifestar todos
pormenores relevantes que influyan en el correcto desarrollo de la obra, como
pueden ser instrucciones, cambios, modificaciones, ya sea de tiempos de ejecución,
especificación, costo o procedimiento constructivo, se debe de tener una “bitácora
de obra” por cada contrato. En algunas empresas de algunos países acostumbran
a hacer el denominado “diario de obra” en el cual se anotan todas y cada una de las
particularidades de obra, a diferencia de las “bitácoras de obra” este es de uso
interno y solo es para llevar un historial cronológico de las actividades de obra y es
únicamente para plasmar de forma independiente la historia de la obra, como puede
ser el arribo de materiales, el arribo de maquinaria, la terminación de alguna partida
de trabajo, la fuerza de trabajo diaria, etc.

Trazos en el terreno

En una obra, el trazo o replanteo es el proceso de definir y medir en un terreno las


dimensiones de la obra donde se realizará la construcción. Se traza la forma del
perímetro de la obra y se señalan los ejes y/o contornos donde se debe situar
la cimentación: los muros, zapatas, losas, pilotes, etc.

 Proceso

Para realizar el trazo o replanteo primero se deben tener dibujadas las dimensiones
de la obra en un plano; después se aplican métodos geométricos para trazar el
perímetro en función de la escala y medidas de los planos.

En el terreno se insertan varillas para indicar los vértices y uniéndolos con hilo
reventón nos sirve para indicar los lados, según en el plano. En algunas ocasiones
se marcan las dimensiones y ejes con yeso en polvo para formar trazos visibles.

Traza de perpendiculares
Para el trazo de un eje perpendicular a otro se emplea la escuadra haciendo
coincidir los hilos con los bordes de la misma. Cuando esto se logra se amarran los
hilos sobre los puentes y se vuelve a rectificar la perpendicular con la escuadra.
Esta misma operación se repite para los muros que van a ir perpendiculares a estos
nuevos trazos y paralelos al hilo de la colindancia o al muro del vecino que se tomó
inicialmente como referencia. De esta forma se van cerrando los trazos hasta formar
los cuadrados o rectángulos que van a constituir todos los cuartos de la
construcción.

Trazado del ancho de la excavación

Una vez que se han tendido los hilos de los ejes, procédase a marcar el ancho de
la zanja que se va a excavar para la cimentación esta zanja tendrá 10cm de más a
cada lado con respecto al ancho de la base de la cimentación. Lo anterior se hace
midiendo la mitad del ancho total del cimiento a cada lado del hilo y tendiendo hilos
paralelos al mismo indicando al ancho total de la zanja por excavar. Cuando se trata
de cimientos colindantes con otros terrenos o construcciones, la zanja se marcará
de un solo lado del hilo. Posteriormente márquense estas líneas con cal. Al quitar
los hilos, evítese mover las estacas, que servirán posteriormente para el trazo de
los ejes de los muros.

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