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CONCEPTO DE PROCESO

El proceso es el conjunto de actos coordinados que se realizan ante los


tribunales de justicia a fin de aplicar la ley al caso sometido al conocimiento de
ellos. El proceso no es un simple conjunto de autos y actuaciones que se realizan
en un juicio.
Carnelutti dice: “Es el conjunto de todos los actos que se realizan para la solución
de un litigio; procedimiento es la combinación de los diversos actos que se deben
realizar para la solución de un litigio.
Proceso sirve para denotar un máximo; procedimiento un mínimo; a formar el
primero contribuye la idea de conjunto; a formar el segundo la idea de
coordinación”. Modernamente se usa el término proceso, abandonando el
vocablo juicio, pues el primero es más amplio, comprensivo tanto de la
jurisdicción contenciosa como de la voluntaria; en cambio, el segundo supone
una controversia y no comprende la ejecución de sentencia y las medidas
precautelares. El proceso es el género y el juicio la especie.

DERECHO GERMÁNICO
Se denomina derecho germánico al conjunto de normas por las que se regían
los pueblos germánicos que invadieron el imperio romano de occidente.
No poseían un código legislativo, por lo que se regían bajo el derecho
consuetudinario. Sin embargo, tras el contacto con la forma de vida romana,
surgieron algunos códigos de leyes promulgados por los reyes, como es el caso
del Código de Eurico.
Era un Derecho mucho más primitivo que el Derecho romano, típico de
poblaciones seminómadas, con una idea de la propiedad mucho más restringida,
motivo por el cual fue cediendo terreno a este último a medida que los germanos
invasores se fueron estableciendo en los territorios europeos y adoptando el
sistema de vida romano.

EL PROCESO GERMANO
Los medios de expresión del pensamiento, en su incidencia procesal, originan
dos tipos procesales antagónicos:
Proceso oral y proceso escrito

INFLUENCIA EN EL SISTEMA PROBATORIO GERMANO


La prueba era un medio de persuadir al juez, la prueba es un fin en si misma y
sus resultados son incontrovertibles y esta sometida a una rigurosa formalidad
no se persigue la verdad real o material si no la verdad formal, la que aparece
en el proceso utilizando incluso medios artificiales y absurdos basados en la
creencia de una intervención de la divinidad

LA PRUEBA

a) El tribunal solamente pueda tener en cuenta el material procesal (actos de


postulación, de obtención, participaciones de conocimiento y declaraciones
de voluntad, etcétera), enunciado oralmente en la audiencia, sin recurrir a
escritos o memorias.

b) El tribunal solamente pueda tener en cuenta el material procesal suministrado


por escrito o recogido en actas: quod non est in actis, non est in mundo.
Oralidad y escritura son los contendientes en la Batalla de la oralidad, que parece
no haber terminado, a pesa de algunos efímeros triunfos de la atacante oralidad.
La posición constructiva de la actualidad debe orientarse, no a reproducir una
vexata quaestio, cuanto a combinar resultados prácticos.
El tipo procesal escrito es, conceptualmente, de mayor fijeza dogmática; entre
quienes intercambian sus ideas, la escritura da una sensación de seguridad y de
permanencia.
En el tipo procesal escrito, toda actividad procesal es trasladada, sin
excepción, a la expresión gráfica de la escritura, sea en un escrito que contiene
las peticiones del justiciable, sea en un acta que refleja lo que de viva voz
expresan los justiciables o los testigos, y que sirve, más que de vehículo de
expresión, de medio de conservación y comunicación de la expresión procesal;
entre los justiciables entre éstos y los testigos, entre unos y otros y el juez se
interpone a Ana expresión gráfica protocolizada, fuera de la cual nada puede
existir con pretensión procesal de validez, porque se considera que lo que no
está escrito, no existe.
El tipo procesal oral, en cambio, carece de la sencillez expositiva del anterior;
ante todo, porque aquí debe hablarse de predominio oral, de prevalencia oral, lo
cual no excluye la existencia de actos escritos; en segundo lugar, porque las
ventajas de la oralidad no se extraen, como en el tipo procesal escrito, de la
misma oralidad, sino de la forma efectiva de operar ciertas reglas (o máximas)
procesales sobre el proceso, al que dan una estructura y una fisonomía
particular.
Así se señala que la oralidad por la oralidad misma carece de significación, si no
se le yuxtapone un complejo de predicados procesales que encuentran su óptimo
desarrollo en este tipo procesal, y que son los siguientes:
a) Una racional contemporización de los medios de expresión del
pensamiento, conjugar la oralidad y la escritura significa tanto como
extraer de cada uno de ellos los elementos valiosos que contienen, para
aprovecharlos en la actividad procesal, pero esto no quiere decir que se
propicie un sistema mixto de oralidad escrita o de escritura oralizada; la
escritura solamente debe ser utilizada para la expresión de aquellos actos
en que interesa fijar permanentemente y con absoluta garantía de
seguridad la manifestación de voluntad del justiciable como preparación
del debate oral (audiencia), en el cual debe predominar, a su vez la
palabra hablada, aunque las partes puedan referirse, por simples razones
de comodidad, a sus escritos.

b) Inmediación entre el tribunal y las personas y las cosas del proceso.

c) Concomitantemente, con el postulado anterior la oralidad preconiza la


identidad de las personas que forman el tribunal durante el proceso, lo
cual aleja la posibilidad de las delegaciones de poder.

d) La unidad del debate oral (principio de concentración). La oralidad impone


la concertación de los actos procesales en una audiencia o en el menor
número de audiencias: proceso con unidad de vista, en y durante la cual
se aducen y prueban todas las cuestiones litigiosas y el tribunal emite su
decisión final.

e) Finalmente, en el tipo procesal oral imperan su menor onerosidad, la


sencillez de las formas procesales, y su mayor rapidez.
La polémica entre los partidarios del proceso oral y los partidarios del proceso
escrito se centra alrededor de las respectivas ventajas y desventajas de uno y
otro tipo procesal.
El tipo procesal escrito, sostienen sus partidarios, facilita el estudio y la
reflexión de los jueces; aleja los peligros de la improvisación y la ligereza; la
inmediación, la publicidad, la celeridad, etcétera, pueden obtenerse también
mediante el proceso escrito; finalmente, se ha sostenido que el tipo procesal oral
exige un sensible aumento del personal judicial.
En los pueblos germanos el proceso se halla configurado como una lucha entre
partes y tiene lugar ante las asambleas populares, en las cuales reside el poder
jurisdiccional, limitándose la función del juez a dirigir formalmente el debate y a
proclamar o promulgar la sentencia dictada a propuesta de una Comisión de
miembros peritos en derecho, en los primeros tiempos, y de jueces permanentes
especiales (scabini) durante el denominado período franco (siglos v a xii de
nuestra era).
A la caída del imperio romano, quedaron en Europa un grupo de prácticas locales
que comprenden, la fase primitiva del derecho procesal y posteriormente viene
la influencia del cristianismo que conduce a una fase llamada religiosa en esta
fase se impone el crudo derecho germánico en el cual la divinidad debía fallar;
los conflictos se dirimen con maneras especiales como los juramentos ante los
sepulcros, los llamados juicios de Dios, los duelos judiciales, y las ordalías que
eran ritos para averiguar la verdad. El proceso es formal, el sistema probatorio
es el tarifado, es decir, el juez valora las pruebas conforme a la tarifa legal no
hay diferencia entre proceso penal y civil

SISTEMA PROBATORIO
los métodos probatorios eran producto de la ignorancia o superstición. La prueba
de fuego consistía en agarrar un hierro candente y luego cubrir la mano con un
cuero; al tercer día se quitaba y si no había huellas de quemaduras se
consideraba a la persona inocente o con la razón, en el sistema probatorio se
dejaba el estado a arbitrio de pruebas irracionales; en penal, por ejemplo, la
prueba del agua caliente que consistía en sumergir el brazo en agua en su punto
de ebullición o la del agua fría en la que sumergía el cuerpo en un lago y se
esperaba si flotaba o no; la de fuego consistía en pasar descalzo sobre carbón
caliente
El sistema germánico perduro hasta la edad media, y correspondió al derecho
canónico combatirlo

FASES DEL PROCESO GERMANO


La fase de la acusatio, que en la actualidad es denominado sistema acusatorio.
Aunque para el fiscal antiguo hubo algunas limitaciones de edad y de sexo, el
proceso oral está indudablemente arraigado a este sistema y su naturaleza
pública es indudable, la carga de la prueba recaía totalmente en el acusador y la
confesión tenía que estar compleja con otros medios probatorios para tener
validez; en este proceso el jurado podía condenar, absolver o votar en blanco.
La fase de la extraordinaria condictio, en la que siguió rigiendo el sistema
inquisitivo y acusatorio, es decir, sistema mixto; los esttionari era la
denominación de las personas que actualmente llamamos fiscales. En el sistema
inquisitivo imperante se dejó la facultad de acusar en manos del magistrado.
Entre algunos principios que aún tienen su espectro en nuestra época están el
derecho de defensa, los recursos o apelaciones, el non bis in ídem (no dos veces
por lo mismo), cosa juzgada y el in dubio pro reo o principio de favorabilidad para
el acusado
La ley civil incidió directamente en el proceso y no fue ajena al progreso del
quehacer jurídico; las fases de civil se dividieron en acciones de ley, formulario
y extraordinario.
Acciones de ley. Se conoce varias acciones que utilizaron los romanos como
procesos declarativos, las acctio per sacramentum, acctio per iudicis
postulationem, acctio per condicctio. Y ejecutivos la acctio per namutos
iniectionem y la acctio la pignoris capionem
En el Derecho penal son famosas las ordalías aplicadas en el Derecho
Germánico. Con las ordalías se pretendía determinar la culpabilidad o no de una
persona. Incluso podía tratarse de un tercero ajeno al proceso el que se
sometiese a la prueba (ordalías de representación).
Un acusado debía demostrar su inocencia sometiéndose a pruebas tales como
sostener una piedra al rojo vivo, o agua hirviendo. En ocasiones también se
obligaba a los acusados a permanecer largo tiempo bajo el agua. Si era capaz
de soportarlo, se entendía que Dios le ayudaba por ser no culpable. La
naturaleza de las mismas tenía carácter de medio de prueba y juicio de Dios.

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