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La comunicación ha sido profundamente estudiada desde las ciencias sociales y sobre todo
desde la lingüística, y quedó claro que se trata de un proceso complejo que involucra la figura de
un emisor que transmite un mensaje a un receptor, por un canal dado, en un contexto dado,
empleando un código preestablecido, que obviamente debe ser conocido por el emisor y el
receptor. Se trata de un proceso dinámico de ida y vuelta y que involucra diversas
competencias.
Hoy en día se hace mucho hincapié en la importancia de la comunicación entre padres e hijos. Es
fundamental hablar con los hijos y sobre todo escucharlos, para hacer de ellos adultos seguros y
desenvueltos, aptos para vivir en un mundo cada vez más exigente. Para eso es preciso generar
espacios de comunicación, dedicar tiempo a estar con la familia, acercarse al otro. Parte de la
comunicación es estrechar los lazos afectivos con los que nos rodean, estar atentos a detectar
y entender lo que les preocupa o les genera inquietud. El alcoholismo o el consumo de drogas es,
a menudo, la consecuencia del desamparo emocional, que es uno de los costados más tristes de
la falta de comunicación. Es importante estar abiertos a todo tipo de temas, sin miedos ni
tabúes.
¿Como me comunico?
Comunicarnos con los demás no siempre es fácil. Nuestras emociones, nuestras inseguridades y
las de los demás pueden ser frenos para hacer llegar correctamente al otro lo que queremos
decir. Sentir que algo es evidente, que llevamos la razón y que así debe entenderlo todo el mundo,
nos ayuda a defender ideas y necesidades, pero también nos puede hacer sentir con
demasiada frecuencia decepción al ver que los demás no ven la realidad como nosotros lo
vemos. Además, la vehemencia con la que defenderemos nuestra visión puede hacer que el otro
en vez de atender a nuestros argumentos y reflexionar sobre ellos, se centre más en
defenderse y explicarse. Lamentablemente, no siempre los demás nos perciben de la manera
que queremos.
Para intentar simplificar la comunicación humana, podemos decir que existen cuatro modos de
comunicación esenciales: la agresión, la sumisión, la agresión pasiva y la aserción o asertividad.
Cotidianamente intercalamos estos modos, siendo frecuente que tendamos a unos más que a
otros. Lo más común es que evitemos la agresión debido al conflicto que ésta genera.
Normalmente para evitar el conflicto, tendemos a callarnos lo que pensamos hasta que llega un
punto en que no podemos aguantar más y entonces pese a no pretenderlo, acabamos
explotando y soltando lo que pensábamos de una forma muy agresiva.
Sentirse acogido y acogedor como persona. Es decir, si alguien te está aceptando tal como eres
es que puedes expresarte de forma abierta y comunicar sin miedo y con naturalidad y
espontaneidad de nuestras propias ideas. Lo mismo se ha de hacer si eres la parte receptora,
ser acogedor con la otra persona también facilitará el feedback comunicativo cuando te toque
hablar a ti.
No sentirse enjuiciado ni enjuiciar. No debemos caer en el error de pensar que la otra persona
se está haciendo una idea equivocada sobre tí. Del mismo modo, no debes tener prejuicios. Al no
disponer de datos suficientes no podemos juzgar de primeras. Si quieres saber más sobre
prejuicios puedes hacerlo en este otro artículo: ¿Sabes la diferencia entre estereotipo y prejuicio?
En el mismo sentido de lo anterior punto, mantener una postura abierta y tolerante que respeto
los diferentes puntos de vista que puede aportar el resto de interlocutores.
Mostrar interés aunque no se coincida en las ideas expresadas. Piensa que el que puede estar
equivocado en la conversación puedes ser tú y debes mantenerte receptivo a la nueva
información. Te hará crecer y enriquecerá en experiencia y nuevas ideas.
Evitar el egocentrismo en el sentido de no pensar que lo que se está hablando está relacionado
directamente contigo. Por ejemplo, si una persona está hablando sobre ideales políticos no tiene
que ser porque esté atacando tu propia ideología, simplemente está expresando sus
pensamientos. Esto suele pasar mucho con la comunicación indirecta en redes sociales. Una
persona pone una canción, una foto o cualquier cosa en su muro de Facebook e inmediatamente
mucha gente ya entiende que está relacionada con ella misma, que igual sí, pero no tiene porqué
serlo.
Hablar de lo que se tiene en común. Sobre todo cuando hablamos con una persona con la que no
tenemos confianza busca un tema común y establece el lazo comunicativo inicial valorando esas
cosas positivas o comportamientos de la otra persona que coinciden contigo. Evidentemente, si
empiezas a hablar de algo que ves negativo sobre esa persona iniciará un sistema defensivo y
se cerrará en banda. A nadie le gusta que le digan lo que hace mal al principio. Eso sí, cuando se
consigue la confianza puede ser positivo hacerlo.
Hablar de experiencias vitales. Normalmente, las emociones conectan más a las personas. Hablar
de una experiencia (un viaje, un trabajo, la familia, etc…) incluso aunque no sean positivas
estrecha más lazos que si hablas de ideas personales, ya que como dijimos cada uno tiene las
suyas y pueden ser igual de respetables.
Hacerle saber a la otra persona que la conversación es de confianza y secreta. Simplemente
díselo, ya sea mediante la palabra o gestos de confianza (una palmada en la espalda, por
ejemplo).
Por la razón que la comunicación es una gran necesidad para la sociedad, podemos manifestar a
través del análisis realizado, esto se debe a que aquí no se debe aplicar técnicas inadecuadas
para ejecutar una buena comunicación; se debe emitir y recibir información, por eso los individuos
deben conocer las normas de cortesía, como la típica norma de escuchar a quien habla; debemos
ser tolerantes con nuestro prójimo y sobre todo tratar de llevársela muy bien con las personas,
por muy cargadas las palabras que se reciba de parte del receptor.
La información que nos corresponde dar como emisores, debe ser preciso, claro, explicativo y
directa, si acatamos todas las pautas de comunicación, ésta será eficaz, de lo contrario la
comunicación entre las personas se perderá. Debido a que, la falta de habilidad para
comunicarse entre sí afecta las Relaciones Humanas. En cambio la buena comunicación hace
cada vez más eficiente la administración de cualquier organización, pues la armoniosa marcha de
los grupos está en función de la información que posean acerca de los motivos que lo mueven
como tales.
Etimológicamente comunicación proviene del latín y quiere decir compartir con. Aún en un mundo
informatizado, sea por E-mail, Internet, fax, teléfono, alrededor de un escritorio, frente a una
mesa de reuniones, en un pasillo, la comunicación (el compartir con) entre las personas es el
corazón de cualquier empresa u organización. Una comunicación eficaz es una exigencia de
primer orden para mantener la excelencia en una persona o empresa. Una adecuada
comunicación favorece un buen entendimiento.
Sin embargo, la comunicación no es estática sino dinámica, continua y sistemática. Está formada
por diferentes partes, las cuales deben operar al menos con un mínimo de eficiencia. Este
proceso es el mismo que utilizan las personas en el ámbito interno para el manejo de la
información y es a lo que comúnmente llamamos pensamiento. Es decir, que reciben, transforman
y transmiten la información en forma continua y sistemática, estén conscientes de ello o no.