Вы находитесь на странице: 1из 2

Hubo una época en que en casa de mis padres, mi casa, “leíamos” el ABC.

Cada
domingo mi padre salía a comprar el pan y traía un ejemplar de este periódico. Con
el tiempo empecé a elegir y cambiamos a El País. En su momento era un cambio
sustancial, hoy cada vez están más cerca uno del otro. Más tarde volvió a ser mi
padre quien eligió el periódico que se leería en casa y empezamos con Público. Por
primera vez me sentí orgulloso de un periódico elegido por mi padre, hasta que vino
con una película que regalaba el periódico cada domingo y lo entendí todo.

Cuando era pequeño me gustaba la figura de Adolfo Suárez. Me parecía un hombre


educado, sencillo, sensible y la idea centrista que transmitía no me disgustaba. Con la
edad y la reflexión me fui alejando de esta idea, aunque a cierto nivel seguí creciendo
con nostalgia por esta imagen que me hice de su persona de pequeño.

En una de aquellas lecturas dominicales, en época preelectoral, recuerdo un artículo


de opinión donde comparaban al PP y al PSOE, dándoles más o menos valor a cada
partido en función de los famosos que los votaban. Para el PP eligieron como
referente positivo a Julio Iglesias, concretamente por el lugar que ocupaba en el
mundo, muy lejos del sitio en el que dormitaba, como un artista acabado, Ramoncín,
al que escogieron como imagen del PSOE, por supuesto mucho menos positiva. He
buscado ese artículo en la red, pero no estoy seguro del periódico en el que lo leí.

Ya en aquella época el artículo me pareció ridículo e indigno de un periódico serio. Me


pregunto qué hace que nunca haya querido votar al PP. Quizá este artículo fue un
punto de partida. Por supuesto, el hecho de no estar de acuerdo con la mayor parte
de su programa político es una de las principales razones.

Pero creo que hay algo más profundo que hace que no sea capaz, o más bien que sea
incapaz, que no es lo mismo, como diría nuestro amigo Mariano, de votar al PP. La
razón no sólo reside en la gestión del Prestige o la guerra de Irak, en su oposición
feroz al matrimonio homosexual, buscando una desigualdad entre los ciudadanos a los
que deberían tratar por igual, por citar algunas cosas que me duelen del PP. Creo que
es algo más personal.

Observo al PP y veo la mentira, o más bien la imposibilidad de admitir la verdad que,


esta vez sí que no es lo mismo, querido Mariano. Hay algo en las personas de este
partido que les impide afrontar el conflicto con naturalidad, recurren a excusas
burdas para escurrir el bulto. No aprovechan las oportunidades de sanar su conflicto
interno reconociendo su problema con la corrupción, sino que se sitúan en el lado de
la víctima. En este sentido me parece un partido enfermo, incapaz de enfrentarse a
sus problemas, bloqueado...

Pienso que un país debe ser gobernado por un partido que busque la igualdad de sus
ciudadanos, desde un punto de vista sano y hermoso. El PP ha demostrado en
numerosas ocasiones que la verdad les duele y huyen de ella. Creo que esta es, sobre
todo, la razón por la que he sido incapaz de votar al PP en todos estos años. No me
gusta crecer en un país con un gobierno enfermo que se niega a curarse y contamina
a los demás por el camino. Es como escuchar las canciones de Malú sobre el desamor,
fomentan demasiado odio entre la gente.

Вам также может понравиться