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L Reseña de la novela Del amor y otros demonios, de Gabriel García Márquez

BITÁCORA : una cordial invitación al weblog de FILOPOL


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Autor de la reseña Eliseo Rabadán Fernández
El libro de García Márquez ,fechado por su autor en 1994 en una ciudad del Mar Carib
e, en Cartagena de Indias, Colombia, me produjo una reacción de interés que puedo de
finir como inusitado en una novela , leída desde la filosofía .
Me interesa resaltar el modo en que el gran escritor colombiano maneja el mestiz
aje y sobre todo, el sincretismo religioso en Iberoamérica .
En la primera página , una cita del escritor recuerda que la leyenda que su abuela
contaba está , digamos, avalada por el argumento de autoridad. Nada menos que el
Doctor Angélico es solemnemente mencionado por García Márquez :

Parece que los cabellos han de resucitar mucho menos que las otras partes del cu
erpo.
Tomás de Aquino. De la integridad de los cuerpos resucitados . (Cuestión 80, cap. 5)

El marqués de Casalduero, español terrateniente en Indias, tuvo una hija no deseada


con unamestiza brava de la llamada aristocracia de mostrador; seductora,rapaz ,p
arrandera, y con una avidez de vientre para saciar un cuartel. La niña ,mordida po
r un perro con rabia, fue criada por Dominga de Adviento, una negra de ley que g
obernó la casa con puño de fierro . Una niña que creció por lo tanto junto a una negra q
ue se había hecho católica sin renunciar a su fe yoruba, y practicaba ambas a la vez
sin orden y concierto . Su alma estaba en paz ,decía, porque lo que le faltaba en
una lo encontraba en la otra.
La niña Sierva María de Todos los Ángeles era tratada con cariño por los peones negros y
sus familias y le colgaron collares de santería sobre el escapulario del bautismo
.
Cuando el marqués se dio cuenta de que la niña- que tenía doce años - había sido mordida p
or un perro con rabia , decidió llevarla con un médico judío portugués , que había sido ex
pulsado de España .Podemos ver en este personaje el modo de entender la sociedad y
la vida que en la filosofía europea está representado por Espinosa. En la primera i
ntervención del médico Abrenuncio ,introduce García Márquez esta idea : No hay medicina
que cure lo que no cura la felicidad.
Antes de continuar con el desarrollo de los hechos recordemos cómo la felicidad, p
ara la marquesa mestiza , parecía radicar en el demonio del sexo, el semental huma
no, nombrado por el escritor colombiano con el apodo maldito : Judas Iscariote
En el capítulo segundo se describe cómo viven los españoles , la familia del marqués : I
ban a la misa mayor, más a mostrarse que a cumplir.
Cuando un rayo mata a doña Olalla y al hijo del marqués : La ciudad sobrecogida inte
rpretó la tragedia como una deflagración de la ira divina por una culpa inconfesable
.
Y ante tantas calamidades, el marqués cayó en la desgracia : Antes de terminar el no
venario había hecho donación a la iglesia de los bienes materiales que sustentaron l
a grandeza del mayorazgo : una hacienda de ganado(...)(...)
Todo esto sucedía, según relata García Márquez, en un suburbio del mundo intimidado por
el Santo Oficio.
El marqués va cayendo en un tedio vital que se refleja en su escepticismo e incred
ulidad. Escepticismo acerca del Amor y otros demonios .Pensamos que el novelista
comienza a tejer un argumento en el cual los hilos de una red dialéctica material
ista van poco a poco introduciendo a los lectores en la filosofía mundana de los p
ersonajes.
Ella [ Sierva María, a su padre, el marqués ] le preguntó por esos días si era verdad, c
omo decían las canciones, que el amor lo podía todo.
Es verdad , le contestó él ,pero harás bien en no creerlo.
Es evidente que el obispo lo llamaba para averiguar por qué razón mantenía el marqués es
os encuentros con el médico judío.
El marqués le contestó, indiferente y como si su poder material le hiciera sentirse
protegido : He dejado de creer.
El obispo decidió enviar un exorcista a curar a la niña supuestamente enferma de rab
ia .El cura encargado en primera instancia del exorcismo apareció muerto misterios
amente cuando fue a sacar agua de un pozo. Nadie supo cómo pudo caer y ahogarse .L
o que sí resultaba claro para el obispo era su incapacidad manifiesta para el caso
encomendado, pues ese cura era hijo de una mulata, y nunca vio en Sierva María, l
a niña endemoniada por el mordisco de aquel perro con un lucero en la frente ,señale
s de estar poseída por el demonio. Simplemente , cuando hablaba en esas lenguas ex
trañas, estaba hablando las lenguas que le enseñaron los esclavos entre los que se h
abía criado .
El obispo pensó entonces en el bibliotecario. Este exorcista ortodoxo era Cayetano
Delaura. (...)Delaura era consiente de su torpeza para entenderse con las mujer
es .Le parecían dotadas de un uso de razón intransferible para navegar sin tropiezos
por entre los azares de la realidad.
Fue así como Cayetano Alcino del Espíritu Santo Delaura y Escudero, a los treinta y
seis años cumplidos entró en la vida de Sierva María y en la historia de la ciudad.
A Delaura [ el exorcista ortodoxo, sustituto del primero ,muerto en el pozo]
que conocía la vida en los libros, el vasto mundo de su madre le parecía un sueño que
nunca había de ser suyo.
En la conversación que habían mantenido en España ,antes de ir ambos a las Indias, le
dijo el obispo :
He oído que nuestros clérigos enloquecen de felicidad en las Indias.
Y algunos se ahorcan, dijo el obispo . Es un reino amenazado por la sodomía, la id
olatría y la antropofagia. Y agregó sin prejuicios :
Como en tierra de moros.
Viéndola selva colosal de Urabá desde el batel que los llevaba al nuevo destino, Del
aura reconoció las nostalgias que atormentaban a su madre en los inviernos lúgubres
de Toledo.
Una de las más interesantes partes de esta novela pertenece al diálogo entre Delaura
y la abadesa del convento en que el obispo- en parte para molestar a una abades
a rencorosa y agresiva hacia él mismo -había ordenado llevar a la niña supuestamente p
oseída por el demonio .
Todo lo cotidiano tenía para ella [ la abadesa ] algo de sobrenatural .
No hemos dicho que la niña esté poseída [ el exorcista Delaura a la abadesa ]
Tenga cuidado , dijo Delaura , A veces atribuimos al demonio cosas que no entend
emos , sin pensar que pueden ser cosas que no entendemos de Dios.
A lo que la abadesa responde, echando mano de la filosofía dogmática:
SantoTomás lo dijo y a él me atengo , dijo la abadesa : A los demonios no hay que cr
eerles ni cuando dicen la verdad .
Y continúa la abadesa, en tono desafiante, al exorcista : Ya sabemos que ustedes s
on los dueños de Dios .
El bibliotecario ( Delaura ) del seminario donde el obispo había sido su maestro,
pudo conocer los abismos de las letras extraviadas y los libros prohibidos .
Fue así que el joven cura utilizó en una ocasión a Garcilaso para un exorcismo que lo
habría de llevar a las garras del Santo Oficio .
Delaura, con Gracilaso, le dijo de voz ardiente : Por vos nací, por vos tengo la v
ida, por vos he de morir, y por vos muero .Sierva maría sonrió sin mirarlo.
En ocasión de una visita del virrey a la ciudad ,en la cual surgió el asunto de la n
iña Sierva María, García Márquez introduce algunas interesantes ideas sobre la religión y
su implantación política , en relación con la propia implantación gnóstica . [1] No olvide
mos que hay una mixtura de personajes con diversas concepciones religiosas : jud
aísmo, catolicismo, yoruba, santería ... que corresponden a distintas fases de la re
ligión : terciaria, secundaria y de componentes religiosos primogenéricos también, en
el sentido de Gustavo Bueno .
Todavía carecemos de pruebas terminantes, pero las actas del convento nos dicen qu
e esa pobre criatura está poseída por el demonio , dijo el obispo . La abadesa lo sa
be mejor que nosotros .
Ella piensa que habeis caído en una trampa de Satanás , comentó el virrey.
No sólo nosotros, sino la España entera , le respondió el obispo . Hemos atravesado la
mar océano para imponer la ley de Cristo , y lo hemos logrado en las misas, las p
rocesiones, en las fiestas patronales, pero no en las almas.
Habló de Yucatán , donde habían construido catedrales suntuosas para ocultar las pirámid
es paganas, sin darse cuenta de que los aborígenes
acudían a misa porque debajo de los altares de plata seguían vivos sus santuarios. H
abló del batiburrillo de sangre que habían hecho desde la conquista.
Resulta muy sugerente la descripción de la niña con los negros esclavos :
Los negros nos mienten a nosotros ,pero no entre ellos , dijo el marqués .
La visita del cura exorcista Delaura al médico judío , quien le muestra su bibliotec
a :libros de Voltaire ; el libro que el rector del seminario le había quitado : Lo
s cuatro libros del Amadís de Gaula
La cuestión central en el asunto de la niña endemoniada fue que
(...) ninguno se había atrevido a pronunciarse contra las actas del convento ni a
contrariar la credulidad popular.
En el encuentro de los dos hombres de razón , los dos filósofos digamos, el médico Abr
enuncio le dijo al bibliotecario católico y exorcista convencido de la inocencia d
e la niña acusada :
Por eso me sorprendió que viniera ,dijo Abrenuncio .No soy más que una pieza en el c
oto de caza del Santo Oficio .
Mientras los acontecimientos iban desarrollándose contra la niña , el exorcista No p
odía soportar el apremio de ver a Sierva María .
Él [Delaura] volvió a cambiar la mejilla , embriagada por la vaharada de placer proh
ibido que le subió por las entrañas.
Abrió la maletita de Sierva María y puso las cosas una a una sobre la mesa. Las cono
ció, las olió con un deseo ávido del cuerpo, las amó y habló con ellas en hexámetros obscen
s, hasta que no pudo más.
Es el demonio, padre mío, le dijo Delaura , El más terrible de todos.
El obispo lo degrada y lo condena [ al exorcista Delaura ] . Y Sierva María quedó a
cargo de Martina, la condenada .
Martina no ocultó su desesperación : Prefiero estar muerta a seguir muriéndome en este
encierro.
Su única esperanza, dijo , eran los tratos de Sierva María con los demonios. Quería sa
ber quiénes eran, cómo eran , cómo negociar con ellos. La niña numeró seis, y Martina iden
tificó a uno como un demonio africano que alguna vez había hostigado la casa de sus
padres .Una nueva ilusión la animó.
Quisiera hablar con él , dijo. Y precisó el mensaje : A cambio de mi alma.
Mientras los hechos se sucedían en contra del exorcista y bibliotecario ,el médico t
rataba de consolarlo en su desgracia . He aquí un trozo del diálogo que sostuvieron
:
Ningún dios puede haber hecho un talento como el suyo para malbaratarlo fricando m
alatos.
Quisiera saber por qué me complace tanto.
Porque los ateos no acertamos a vivir sin los clérigos, dijo Abrenuncio . Los paci
entes nos encomiendan sus cuerpos, pero no sus almas , y andamos como el diablo
, tratando de disputárselos a Dios.

¿ Cuántos años tiene ?


Cumplí treinta y seis en marzo , dijo él .
Ella lo escudriñó.
Ya es un viejecito , le dijo , con un punto de burla (...)Pero estaba despierta,
fijos en él sus ojos de cierva azorada.
Se amaron ,acaso más por instinto de rebeldía , contra todos los tabúes...el incesto s
e amaron , pero él mantuvo el voto de castidad :
(...)Pues él había decidido mantener su voto de castidad hasta recibir el sacramento
y ella lo compartió.
El final de esta novela resulta realmente admirable en cuanto a la maestría del es
critor colombiano para mostrar la capacidad de la institución de poder católica para
someter a los rebeldes .
Cuando la madre de la niña, ya enterada de que el cura estaba dedicado amar su cue
rpo y no tantoa la labor de expulsión del demonio que el obispo le encomendara, le
dice al marqués :
Y lo peor son las malas manos en que la has dejado.
En las manos de Dios , dijo él [ el marqués y padre de Sierva María ]
Entonces Dulce Olivia [ madre de la niña ] gritó enfurecida :
En las del hijo del obispo [ en la ciudad corrían rumores de que el exorcista era
hijo del propio obispo ] , que la tiene emputecida y empreñada .
¡ Si te muerdes la lengua te envenenas ! , le gritó el marqués .
Y la reacción del bibliotecario, Cayetano Delaura , ante la negativa de Dulce Oliv
eira a dejarle hablar con el padre de la niña :
(...)Pero Cayetano no lo oyó. Su obsesión era huir lo más lejos posible de la opresión d
el mundo cristiano.
Siempre he creído que él [ el Espíritu santo ] toma más en cuenta el amor que la fe.
La postura del médico judío podría ser equiparable a la de Espinosa y así , el cura pers
eguido por su iglesia implacable, hubiera sido ateo como el médico ,en el sentido
del célebre filósofo judío, si su destino pudiera variarse ante las adversas circunsta
ncias, la que encontramos en la Poposición XXI de la Parte cuarta de la Ética :
Nadie puede desear ser feliz , obrar bien y vivir bien , sino desea, al mismo ti
empo ser , obrar y vivir, esto es ,existir en acto.
La relación entreconatus y felicidad ,crucial en el sistema filosófico de Espinosa,
es representada por el médico Abrenuncio en la novela. Nos parece que lo más valioso
de esta novela es precisamente el modo en que su autor defiende la filosofía mate
rialista de espinosa frente a los dogmas de la filosofía tomista y católica.
Y terminamos esta breve reseña recordandola Proposición XLI de la Quinta Parte de la
Ética espinosiana :
El primero y único fundamento de la virtud ,o sea , de la norma recta de vida, es
la búsqueda de la utilidad propia. Mas para determinar lo que la razón dicta como útil
no hemos tenidopara nada en cuenta la eternidad del alma. [2]
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[1] Cfr. El animal divino, Ed.Pentalfa,Oviedo, 2ªed.1996 yCuestiones cuodlibetales
sobre Dios y la religión , Ed. Mondadori ,Madrid ,1989, de Gustavo Bueno . También
el Diccionario filosófico ,Ed.Fundación Gustavo Bueno yEd. Pentalfa, Oviedo , 2000,
de Pelayo García Sierra .

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