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Colombia envejece

En Colombia creemos que somos un país de personas jóvenes y que el


envejecimiento es un tema de lugares como Japón y Europa. Sin embargo, somos
un país que comenzó a envejecer y esta nueva situación implica que pensemos en
los retos y oportunidades que estamos comenzando a afrontar.
Según cifras preliminares del Censo 2018, el 9,23% de la población colombiana
tiene más de 60 años, es decir más de 5,7 millones de personas y según cálculos de
la Misión Colombia Envejece en 2050 habrá 14 millones de viejos1, es decir el 23%
de la población, de los cuales, 3,4 millones tendrán 80 años o más, según
proyecciones del DANE.
Según datos parciales del Censo, el promedio de edad de la población colombiana
pasó de 22 años en 1993 a 31 años en 2018. Y estamos envejeciendo de manera
más acelerada: mientras países como Estados Unidos y Francia tardaron 69 años el
primero y 115 el segundo en que su población se envejeciera, Colombia sólo tardó
26 años en envejecerse2. Y según cifras del Banco Mundial, mientras en América
Latina la población mayor de 60 años crece a una tasa de 3,5%, en el resto de
países lo hace al 1,5%.

Pero el envejecimiento en Colombia no es uniforme, varía mucho de una región a


otra. Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares 2016, Boyacá, Caldas, Quindío,
Tolima y Risaralda tienen cerca del 14% de su población por encima de los 60 años,
asemejándose a países como Holanda o Inglaterra; mientras que Caquetá, Chocó,
Guajira y Cesar están por debajo del 10%, acercándose a porcentajes como los de
países de África.

El proceso de envejecimiento de la población puede ser visto de manera negativa,


como efectivamente es percibido por los colombianos según la Misión Colombia
Envejece: “percepción social del envejecimiento es predominantemente negativa.

1
Misión Colombia Envejece. Fundación Saldarriaga Concha y Fedesarrollo. 2015.
2
Informe The Challenge of Global Aging
Se entiende principalmente como una pérdida de las capacidades funcionales,
como dependencia e improductividad”.
Esta percepción sobre la vejez es una de las causas de exclusión social de las
personas mayores, quienes se enfrentan diariamente a condiciones de soledad,
aislamiento, maltrato, violencia, pobreza y dependencia económica.
Prueba de ello es que el 48% de las personas mayores en Colombia según CEPAL
son pobres. Igualmente, 3 de cada 10 están en situación de abandono, 9.3% viven
solos, 41% sufre de depresión y sólo 1 de cada 4 personas tienen pensión3.

Pero hay otra realidad y es que las personas mayores de 60 años tienen entre 20 y
30 años más de vida activa y si son incluidos en la sociedad tienen mucho que
aportar social y productivamente. María Teresa Bazo, en la Revista Española de
Sociología de 2002, asegura que “las personas mayores contribuyen de forma
considerable al bienestar familiar y social, y desean seguir siendo protagonistas de
sus vidas”.

Los viejos no están más enfermos


Uno de los grandes estigmas es que se cree que ser viejo es estar enfermo. Sin
embargo, la encuesta SABE Colombia de 2015 pone en evidencia que la población
mayor de 60 años tiene unos altos niveles de independencia y solo el 10% depende
funcionalmente de otras personas.
Como lo dice el Fondo de Población de Naciones Unidas, “el envejecimiento
constituye un triunfo del desarrollo, y el aumento de la longevidad es uno de los
mayores logros de la humanidad. Ahora, las personas tienen vidas más largas
debido a las mejoras en la nutrición, el saneamiento, los adelantos médicos, la
atención en salud y el bienestar económico”. Así es normal que en la vejez haya
más casos de enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes, enfermedades

3
SABE Colombia, Encuesta Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento, 2015
que curiosamente en muchos casos no son vistas por las personas mayores como
una enfermedad.
En la investigación cualitativa de la Misión Colombia Envejece son comunes
comentarios como “yo a mi parecer no siento nada malo, pero voy al médico y me
sale con que tengo azúcar, colesterol, presión” o “Doctora usted me está
prohibiendo todo, no me va a matar la enfermedad, me va a matar el hambre”.

Más que una carga, los viejos son un soporte de las familias
Aunque la percepción general es que hay que cuidar a las personas mayores, la
realidad es que ellas también cuidan y de esta manera permiten que otros
miembros de la familia puedan salir a trabajar. Según la Misión Colombia Envejece,
el 38% de las personas mayores brindan cuidados básicos a otras personas
mayores, a nietos, familiares con discapacidad, cónyuges o incluso a sus padres y
suegros. Este cuidado, que se desarrolla voluntariamente entre personas de
distintas generaciones, es capaz de brindar bienestar y sensación de
autorrealización entre quienes participan. Cuidar a otros, en vez de ser percibido
como una carga y un desgaste, tiene en las personas mayores un efecto positivo en
su autoestima.
Según el National Transfer Account Project, contrario a la creencia, un número
significativo de personas mayores aportan para sus familias y a la economía local y
nacional, pagando impuestos. Estas transferencias en la red familiar son negativas,
ya que la persona mayor da más a los miembros más jóvenes de la familia, de lo
que recibe. Igualmente, los impuestos que pagan las personas mayores también
son mucho más altos que los beneficios que reciben del Estado.
Sin embargo, ese 10% de personas mayores que sí requieren cuidados
permanentes, se ven expuestas en muchos casos a maltrato por parte de sus
parientes y sus cuidadores.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, durante 2016, el 15,7% de las
personas mayores de 60 años fueron sometidas a alguna forma de abuso o
maltrato.

Probablemente la cifra esté subestimada, puesto que solo se notifica 1 de cada 24


casos de maltrato a personas mayores. En este sentido, un estudio hecho por
Naciones Unidas en 2018, 1 de cada 6 personas mayores ha experimentado algún
tipo de abuso en el último año. El estudio también ha aportado algunas cifras de
los tipos más frecuentes de maltrato y los actos que se comenten en
establecimientos institucionales:
Tipos de maltrato:
• 11.6% maltrato psicológico.
• 6.8% abuso económico.
• 4.2% desatención.
• 2.6% maltrato físico.
• 0.9% abuso sexual.

Por eso, es tan importante que como sociedad comencemos a pensar en la vejez
de una forma diferente, como una etapa de la vida que puede ser agradable,
tranquila, donde se puede aportar sabiduría y cariño a los seres queridos y se
puede ser un soporte familiar y comunitario fundamental.

Las personas mayores pueden y quieren aprender


Se piensa que las personas mayores no tienen la capacidad de aprender, pero la
realidad es que el aprendizaje es una habilidad que se tiene durante todas las
etapas de la vida.

Según el Dane el 54% de la población mayor de 60 años sólo alcanzó un nivel


primario de educación, menos del 10% terminó la secundaria, el 8% alcanzó la
educación superior y el 20% restante no tiene ningún grado de escolaridad. A pesar
de esto, en la investigación Misión Colombia Envejece, la gran mayoría de las
personas mayores entrevistadas manifestaron que quisieran seguir estudiando y
aprendiendo.

Pero los miembros de Plan Mayor, a través de ejercicios con personas mayores y
conociendo otros modelos de atención a nivel internacional como el método
Hoffman basado en la neuroplasticidad del cerebro que se ha probado en más de
10 países y lleva 14 años, han demostrado sistemáticamente que el cerebro de una
persona mayor es capaz de reaprender y compensar pérdida funcional, a través de
una correcta estimulación física, congnitiva, neuropsicológica y social. estas
personas tienen plasticidad cerebral y pueden incluso mejorar sus funciones
mentales a partir de ejercicios como terminar la primaria, aprender a escribir
cuentos y a hacer narraciones orales, aprender sobre agronomía o sobre
emprendimientos productivos, abriendo espacios de sustento.

Es claro entonces que las personas mayores tienen capacidad de cambiar y de


reinventarse, de favorecer y enseñar habilidades como la resiliencia, es decir la
capacidad de superar la adversidad y resistir el estrés para enfrentar
adecuadamente las distintas situaciones de la vida. Esta habilidad, si se desarrolla,
puede convertir a los viejos en mediadores de los problemas familiares y
comunitarios, dándoles un papel importante dentro de la sociedad.

Economía Plateada
Se cree que las personas mayores son una carga económica para sus hogares. Sin
embargo, Misión Colombia Envejece encontró que a pesar de que solamente el
23% de las personas en edad de jubilación reciben pensión, el 61% de la población
mayor de 60 años tiene a su cargo una o más personas y el 24% asume la totalidad
de los gastos de la vivienda.
Según SABE Colombia, 30% de los mayores de 60 años trabajan e incluso, el 7% de
los mayores de 80 años lo siguen haciendo. La mayoría trabajan desde la
informalidad y pese a los bajos ingresos que perciben, sus aportes económicos son
cruciales en el presupuesto familiar.
Esta realidad dista mucho de la idea de que las personas mayores son
improductivas, que se les acabó la vida y no tienen mucho que aportar a la familia.
Pero después de los 60 años, las personas en Colombia salen del mercado laboral
formal y esta situación trae consigo graves consecuencias para la economía en
general.
Según cálculos recientes realizados por la firma consultora
PriceWaterhouseCoopers, el costo de no incluir a las personas mayores de 55 años,
tan sólo en los países miembros de la OECD, puede llegar los 3.500 millones de
dólares4. Esta pérdida en la productividad de los países se explica por varias
razones. La primera de ellas obedece a la falta de ingresos de las personas
mayores. Si estas personas pudieran seguir trabajando activamente o creando
nuevas empresas después de su jubilación, podrían seguir generando ingresos que
automáticamente se traducirían en un mayor nivel de consumo y por ende
aumentando la demanda de bienes y servicios. Esto es lo que se llama economía
plateada, un segmento de mercado que se está volviendo interesante para las
marcas de todo el mundo y para la que se están comenzando a desarrollar
productos y servicios diferenciales.
Por otra parte, al seguir haciendo parte del mercado de trabajo formal, las
personas mayores tendrían que seguir pagando impuestos, lo cual ayudaría a
mejorar los ingresos fiscales del país y reduciendo los costos asociados a la salud y
a las pensiones.

Una solución a esta situación es el emprendimiento. Un estudio realizado por


Oxford Economics muestra que en los últimos 10 años en Estados Unidos, uno de
cada tres negocios fue iniciado por un emprendedor de 50 años o más5. Y los
emprendimientos de personas mayores son más exitosos que los de personas
jóvenes, como lo demuestran diversos estudios, entre ellos el que realizó 50+plus
Entrepreneurship Platform Europe, que concluye que “gracias a su alta
experiencia, su conocimiento y sus redes de contactos, las empresas iniciadas por
las personas mayores tienen una tasa de supervivencia más alta que las empresas
creadas por empresarios jóvenes”.
Y esta experiencia no se ve sólo en los emprendimientos, las juntas directivas de las
grandes compañías también se ven beneficiadas por la participación de personas
mayores, que aportan su experiencia y conocimiento para el crecimiento de los
grandes negocios, cometiendo menos errores y tomando mejores decisiones.
A pesar de su gran potencial el nivel educativo de las personas mayores en
Colombia es muy bajo, afectando la posibilidad de producir ingresos o emprender,
4
Pwc Golden Age index 2018.
5
The Longevity Economy. Oxford Economics. Septiembre de 2016.
y como resultado, Misión Colombia Envejece pudo establecer que las personas
mayores de Colombia son la población más pobre de América Latina, superando
niveles de países como Bolivia y varios centroamericanos. La tasa de pobreza
nacional es similar al promedio latinoamericano (19.54%). La tasa de pobreza de
las personas mayores de Colombia (44.7%) es la más alta de América Latina.

Así, la educación de personas mayores se convierte en una opción interesante para


dinamizar la economía del país y para demostrar que los viejos también tienen
mucho que aportar.

Como conclusión, la forma como veamos la vejez es la forma como envejeceremos.


Colombia está comenzando a envejecer y estamos a tiempo de tomar medidas
para adoptar políticas estructurales que nos permitan abordar esta oportunidad
del envejecimiento poblacional con las herramientas que contribuyan al bienestar
de las personas mayores y al desarrollo económico del país.

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