Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Ezequiel, 18:1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 18:2 ¿Qué pensáis vosotros, los
que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas
agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? 18:3 Vivo yo, dice Jehová el Señor,
que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. 18:4 He aquí que todas las
almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que
pecare, esa morirá.
Por lo visto muchos judíos creían que se les estaba castigando por los pecados de sus
antepasados y que, por consiguiente, Dios era injusto. Dejaron de reconocer que sus
propios pecados eran, incluso, peores que los de sus padres. Este capítulo enseña las
verdades fundamentales de que cada persona es responsable ante Dios por su propia
vida y que toda persona que persiste en el pecado morirá espiritualmente y sufrirá el
juicio eterno.
Ezequiel, 18:2 ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de
Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen
la dentera?.
Éxodo, 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios,
fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen,
Pero entonces ¿en qué quedamos?. Lo que Dios visita sobre los hijos hasta la tercera
y cuarta generación es la "maldad" de los padres y no el "pecado". De hecho, ni
Éxodo, 20:5 ni Deuteronomio, 5:9 mencionan la palabra "pecado" sino "maldad". Se
trata de la "iniquidad" o la "maldad ancestral extrema". Cada cual es responsable por
sus propios pecados pero la iniquidad es algo que afecta a clanes familiares enteros,
de generación en generación. Si no aparece alguien en el clan familiar que logre
romper esa atadura de maldad, la iniquidad seguirá afectando a ese clan familiar por
generaciones.
¿Que es la iniquidad?
"Las palabras 'maldad' e 'iniquidad', que muchas veces se usan al azar, son
determinantes para entender la raíz de la gran mayoría de los problemas que nos
suceden. La maldad es la semilla diabólica de donde todo el mal se origina. Esta es
transmitida al hombre desde su nacimiento y va a impregnar el corazón de
pensamientos e intenciones que se oponen a la justicia, a la verdad, al amor y a todo
lo que Dios es. La iniquidad es la suma de todos estos pensamientos torcidos, o la
suma maldad del hombre".
"La iniquidad está intrínsecamente ligada al mundo espiritual de las tinieblas y es ahí a
donde el diablo engarza las maldiciones que vienen de nuestros antepasados. Es en
esta misma área donde se arraigan las bases legales de enfermedad que se
transfieren de padres a hijos, a nietos. Es donde se encuentra la legalidad de Satanás
para robarnos y oprimirnos y lo que va a ser un constante obstáculo para recibir la
plenitud de las bendiciones de Dios. Esta es la principal puerta que tiene el imperio del
diablo sobre la vida del ser humano, creyente o incrédulo. Es a través de la iniquidad
que el maligno va permear el corazón del hombre, para poner en él todo tipo de
deseos perversos y pecaminosos. A esto se le llama concupiscencia".
"La herencia de pecado ha sido trasmitida y ahora va a corromper el alma para que
ésta empiece a desear hacer el mal. Será una fuerza irresistible en muchos casos que
arrastrará a personas aparentemente buenas a cometer pecados abominables. Es por
eso que hijos de alcohólicos, llegada cierta edad, empiezan a tener un deseo
incontrolable de beber. Y a veces son hijos de cristianos o de pastores que sin razón
alguna empiezan a desarrollar estas inclinaciones pecaminosas. La razón de esto es
que no se ha tratado con la iniquidad".
Santiago, 1:13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 1:14 sino que cada
uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 1:15
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el
pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
"No solo el diablo va interferir en la vida del hombre a través de la iniquidad, sino que
es donde los juicios de Dios se van a estar manifestando constantemente. Debido a
que la iniquidad se opone a la justicia divina, por estar torcida de ella, esto va a
ocasionar un continuo choque con la rectitud de Dios. La justicia tiene como parte de
su esencia el juzgar todo lo que se opone a ella. El propósito de los juicios de Dios es
alinear todas las cosas con la voluntad y justicia de Dios. Luego donde hay caminos
torcidos va a haber una continua acción divina tratando de alinear a la persona con él.
Lo cual se manifiesta en juicios, pruebas, tribulaciones, desiertos, etc.".
Éxodo, 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios,
fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen.
"Note que no le está hablando a los impíos sino a su pueblo. Y que no está visitando el
pecado, sino la iniquidad. El pecado es tan solo el fruto de la iniquidad, es la parte
superficial y visible de algo que está profundamente arraigado en el ser humano. El
pecado es tan solo las ramas, lo exterior de un gran árbol que viene creciendo y
robusteciéndose de generación en generación. La Iniquidad es la verdadera raíz de
donde surge todo el mal en nosotros y es ahí donde debemos echar el hacha".
“La gran mayoría de los creyentes confiesan sus pecados a Dios, pero jamás le han
pedido que borre sus iniquidades. Por esta causa siguen padeciendo la consecuencia
de terribles maldiciones financieras, o de enfermedades familiares incurables,
destrucción familiar, divorcios, accidentes y tragedias que no deberían ocurrir estando
bajo la protección de un Dios que es todopoderoso. No es lo mismo el fruto [el pecado]
que la raíz [la iniquidad]”.
Un ejemplo concreto en la Biblia es el del rey David. Veamos la genealogía que Mateo
usa para demostrar que Jesús desciende de David: Mateo, 1:5 Salmón engendró de
Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. 1:6 Isaí engendró al rey
David.
Rahab fue la prostituta de Jericó cuya vida perdono Josué por haber ocultado a los
espías que habían ido a inspeccionar la ciudad. Rahab fue perdonada porque creyó en
el Dios de Israel. Pero había sido prostituta (cometido adulterio). Rahab engendro a
"Booz" (1ª generación), Booz engendro a "Obed" (2ª generación), Obed engendro a
"Isaí" (3ª generación) e Isaí engendro a “David” (4ª generación). La historia es
conocida: David no pudo cortar la iniquidad y, siendo la 4ª generación desde Rahab,
cometió "adulterio" con Betsabe.
Satanás tiene poder, es decir, conserva el poder con el que fue creado. Lo que no
tiene es autoridad. No tiene autoridad en el cielo desde que fue expulsado por Dios y
no tiene autoridad en la tierra desde que Jesucristo consumo su sacrificio expiatorio en
la cruz del calvario. Por esto Pablo llama a Satanás el "príncipe de la potestad del aire"
(Efesios, 2:2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los
hijos de desobediencia). Y ciertamente esta "en el aire". El tema es cuando los seres
humanos le dan a Satanás la autoridad que no tiene, pecando. El pecado le da
"derecho legal" a Satanás y sus demonios para actuar. Es el pecado lo que mantiene
al diablo entronizado en el mundo.
Deuteronomio, 18:10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el
fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 18:11 ni
encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Dios prohíbe la práctica del espiritismo (quien consulte a los muertos). Las almas de
los hombres, cuando estos mueren, tienen solo dos destinos posibles: el cielo o el
infierno. Por ello, las entidades espirituales que nos rodean son espíritus inmundos
(demonios). Practicar espiritismo implica tener "trato con demonios" (por eso está
prohibido por Dios). Los demonios engañan a quienes practican espiritismo,
haciéndose pasar por los difuntos de la familia, porque ellos conocen todo acerca de
los antepasados de ese clan familiar.
1º Timoteo, 4:1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
Los demonios crean doctrinas contrarias a las doctrinas bíblicas. Y una de las
doctrinas demoniacas más difundidas es la "doctrina o teoría de la reencarnación". La
biblia echa por tierra esta doctrina demoniaca en Hebreos, 9:27 "Y de la manera que
está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el
juicio". Pero ¿por qué, siendo la Biblia tan clara [esta establecido - por Dios - que los
hombres mueran una sola vez] la doctrina o teoría de reencarnación ha tenido y tiene
tanto auge y aceptación?.
Ezequiel,18:5 Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia; 18:6
que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel,
ni violare la mujer de su prójimo, ni se llegare a la mujer menstruosa, 18:7 ni oprimiere
a ninguno; que al deudor devolviere su prenda, que no cometiere robo, y que diere de
su pan al hambriento y cubriere al desnudo con vestido, 18:8 que no prestare a interés
ni tomare usura; que de la maldad retrajere su mano, e hiciere juicio verdadero entre
hombre y hombre, 18:9 en mis ordenanzas caminare, y guardare mis decretos para
hacer rectamente, éste es justo; éste vivirá, dice Jehová el Señor.
Los versículos anteriores describen a una persona que tiene una buena relación con el
Señor y que manifiesta esa consagración a Dios al amar justicia y juicio. Es esa
persona la que vivirá eternamente en comunión y gracia con el Señor. Pablo recalco
esa misma verdad cuando se refirió en Romanos, 2:7 "a los que, perseverando en
bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad" por lo que reciben "vida eterna".
Ahora, esta manera de vivir se hace posible por la gracia, mediante la fe en Cristo
(Efesios, 2:8-10).
Ezequiel, 18:10 Mas si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que haga
alguna cosa de estas, 18:11 y que no haga las otras, sino que comiere sobre los
montes, o violare la mujer de su prójimo, 18:12 al pobre y menesteroso oprimiere,
cometiere robos, no devolviere la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos e hiciere
abominación, 18:13 prestare a interés y tomare usura; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas
estas abominaciones hizo; de cierto morirá, su sangre será sobre él.
A los hijos impíos de un padre piadoso se les considerara responsables de sus propios
pecados. Como resultado de su negativa a arrepentirse y volverse a Dios, sufrirán
muerte espiritual y eterna (Romanos, 2:8).
Ezequiel, 18:14 Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su
padre hizo, y viéndolos no hiciere según ellos; 18:15 no comiere sobre los montes, ni
alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; la mujer de su prójimo no violare,
18:16 ni oprimiere a nadie, la prenda no retuviere, ni cometiere robos; al hambriento
diere de su pan, y cubriere con vestido al desnudo; 18:17 apartare su mano del pobre,
interés y usura no recibiere; guardare mis decretos y anduviere en mis ordenanzas;
éste no morirá por la maldad de su padre; de cierto vivirá. 18:18 Su padre, por cuanto
hizo agravio, despojó violentamente al hermano, e hizo en medio de su pueblo lo que
no es bueno, he aquí que él morirá por su maldad.
Todos estos versículos no hacen otra cosa que respaldar lo que venimos diciendo: en
materia de pecado (no de iniquidad) cada cual llevara su propio pecado y responderá
por él. Ni los hijos responderán por los pecados de los padres ni los padres
responderán por los de los hijos.
Ezequiel, 18:21 Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y
guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá;
no morirá. 18:22 Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su
justicia que hizo vivirá. 18:23 ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor.
¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?.
Dios promete salvación a cualquiera de los impíos que opte por abandonar sus
pecados y volverse a Dios. Nadie está obligado a seguir los pecados de su familia.
Satanás es el que te dice que vas a heredar las maldiciones de tu clan familiar, pero el
salmista dice en Salmos, 47:4 El [Dios] nos elegirá nuestras heredades. A Dios jamás
le resulta agradable que un pecador muera en sus pecados (1º Timoteo, 2:4).
Los justos que confían en Dios y lo siguen no deben pensar que están eternamente
seguros si luego se vuelven infieles y rebeldes contra Dios. También morirán tales
personas, tal como el que siempre ha vivido en el pecado. Pablo les advierte a los
creyentes en Romanos, 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis (Hebreos,
2:3, 3:6, 2º Pedro, 2:20-22).