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1. DEFINICIÓN
El ciclo del agua es otro de los ciclos biogeoquímicos importantes que suceden en
nuestro planeta y que consiste en la circulación del agua entre los diferentes
compartimentos de la hidrósfera: océanos, ríos, mares, lagos, entre otros. En
tanto, como sucede con este tipo de ciclos se produce la intervención de
reacciones químicas y entonces el agua se traslada de un lugar a otro, o en su
defecto se modifica su estado físico.
3. BALANCE HÍDRICO
El balance hídrico tiene por objeto cuantificar los recursos y volúmenes de agua
del ciclo hidrológico de acuerdo con el axioma de Lavoisier: "nada se crea ni se
destruye, sólo se transforma". Este axioma en dinámica de fluidos se conoce como
la Ecuación Continuidad. También permite establecer relaciones entre las distintas
variables hidrológicas.
P=E+R+I+e
Donde:
e = error de cierre
P = aportación pluviométrica
E = evapotranspiración real
Ø Precipitación (P): Se mide por la altura que alcanzaría sobre una superficie
plana y horizontal, antes de sufrir pérdidas. Para determinarla se usan los
pluviómetros y la unidad de precipitación es el milímetro de altura (1 mm).
Las precipitaciones medias anuales (con una serie de 5-10 años) del
máximo de estaciones meteorológicas disponibles.
La evapotranspiración potencial media anual (de la misma serie de años).
La reserva de agua útil (RU) o el agua que puede almacenar el suelo y
utilizar las plantas. Depende de:
el tipo de suelola capacidad de campo (Cc): grado de humedad de
una muestra que ha perdido toda su agua gravitacional.
el punto de marchitez (Pm): grado de humedad de una muestra tal
que la fuerza o succión que ejercen las raíces sobre el agua ya no
les permite sacar más agua. Esto quiere decir que la fuerza de
succión de las raíces no supera a la fuerza con la que dicho suelo
retiene el agua.
la profundidad de las raíces.
la densidad aparente del suelo.
4. QUE ES SALINIZACIÓN
Acumulación excesiva de sales, cloruros, sulfatos, carbonatos, bicarbonatos y
nitratos de sodio, potasio, calcio y magnesio en aguas y suelos, provocando el
deterioro de esos recursos naturales.
Un curso de agua superficial (río, arroyo), al pasar por un área con terrenos
salinos, se puede cargar con cantidades mayores de sales dando lugar a la
salinización del mismo.
Además en las áreas bajo riego, y con sistemas de baja eficiencia en la aplicación
de las láminas de agua, es frecuente la salinización del acuífero freático o libre.
Los términos fuente y manantial son sinónimos, si bien el primero puede referirse
también a las captaciones subterráneas y el uso del segundo se reduce
exclusivamente a las surgencias naturales.
En la figura (A) se representa el caso de un río drenante o efluente que recoge las
aguas de las grandes llanuras aluviales en las zonas con pluviometría abundante
o con recarga debida a la infiltración de los excedentes del regadío.
Ej. El río Tietar, el río Alagón, el río Guadiana, etc.
Por último, cabe decir que la influencia de la variación de niveles de las aguas en
los embalses puede alcanzar grandes distancias, produciendo cambios en los
niveles de los pozos y de las fuentes situadas a varios kilómetros del embalse.
Cuando los ríos son infiltrantes, es decir cuando la zona saturada queda por
debajo de su cauce, la derivación de las aguas reguladas del río mediante canales
o tuberías, suele dar lugar a una disminución de la recarga natural de los
embalses subterráneos. Es decir, la construcción de canales también puede tener
efectos análogos a los embalses, cuando están sobre terrenos permeables y sus
aguas no se filtran por estar revestidos.
Por el contrario, cuando la superficie del agua del canal queda más baja que la
superficie del nivel freático, actúan a modo de drenes y hacen descender la zona
saturada, dejando en seco algunos pozos o perjudicando a determinados cultivos.
7. AGUAS SUBTERRÁNEAS
El agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua
presente en los continentes, y se aloja en los acuíferos bajo la superficie de la
Tierra. El volumen del agua subterránea es mucho más importante que la masa de
agua retenida en lagos o circulante, y aunque menor al de los mayores glaciares,
las masas más extensas pueden alcanzar un millón o más de kilómetros
cuadrados (como el Acuífero Guaraní). El agua del subsuelo es un recurso
importante y de este se abastece a una tercera parte de la población mundial,1
pero de difícil gestión, por su sensibilidad a la contaminación y a la
sobreexplotación. El agua subterránea es parte de la precipitación que se filtra a
través del suelo hasta llegar al material rocoso que está saturado de agua. El agua
subterránea se mueve lentamente hacia los niveles bajos, generalmente en
ángulos inclinados (debido a la gravedad) y eventualmente llegan a los arroyos,
los lagos y los océanos.
Es una creencia común que el agua subterránea llena cavidades y circula por
galerías. Sin embargo, no siempre es así, pues puede encontrarse ocupando los
intersticios (poros y grietas) del suelo, del sustrato rocoso o del sedimento sin
consolidar, los cuales la contienen como una esponja. La única excepción
significativa la ofrecen las rocas solubles, como las calizas y los yesos,
susceptibles de sufrir el proceso llamado karstificación, en el que el agua excava
simas, cavernas y otras vías de circulación, modelo que más se ajusta a la
creencia popular.
8. AGUAS SUPERFICIALES
Son aquellas que se encuentran sobre la superficie del planeta. Esta se produce
por la escorrentía generada a partir de las precipitaciones o por el afloramiento de
aguas subterráneas. Pueden presentarse en forma correntosa, como en el caso
de corrientes, ríos y arroyos, o quietas si se trata de lagos, reservorios, embalses,
lagunas, humedales, estuarios, océanos y mares.
Para propósitos regulatorios, suele definirse al agua superficial como toda agua
abierta a la atmósfera y sujeta a escorrentía superficial. Una vez producida, el
agua superficial sigue el camino que le ofrece menor resistencia. Una serie de
arroyos, riachuelos, corrientes y ríos llevan el agua desde áreas con pendiente
descendente hacia un curso de agua principal.
En Europa, el 13% del agua dulce accesible y renovable es explotada cada año.
Mientras que esta cifra parece indicar que la sequía y escasez de agua puede ser
fácil manejo en Europa, la distribución desigual de recursos hídricos y la población
a través del continente conduce a una situación de escasez en algunas regiones,
especialmente al sur. Muchos países mediterráneos están enfrentando una
enorme tensión por el agua. Incluso dentro de las fronteras nacionales, la
situación puede ser extremadamente heterogénea. En España, por ejemplo, la
escasez de agua es muy común en el sur (Andalucía), mientras en algunas
regiones del norte el agua es abundante.
Para monitorear y evaluar las tendencias del peso por los recursos hídricos
europeos, la Agencia Europea para el Medio Ambiente está utilizando el índice de
explotación hídrica (WEI). Este es el porcentaje del total de agua dulce extraído
anualmente comparado al total de los recursos de agua renovable disponible. Un
WEI encima del 10% implica que el recurso hídrico esta bajo tensión. Más de 20%
indica una tensión severa y claramente un uso no-sustentable.
En 2005, Chipre, Bélgica y España tenían el WEI más alto de Europa (64%, 32% y
30%, respectivamente). En las pasadas dos décadas, el WEI decreció en 24
países europeos, el total de la extracción de agua bajo al 15% (principalmente en
los estados miembros al Este de Europa debido a la declinación económica). El
total de la extracción de agua solamente se incrementó en cinco países desde
1990 al 2007.