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Representante a la Cámara
Colombia Humana
Persisten los conflictos de interés frente al futuro de la Reserva van der Hammen
Como Representante a la Cámara, denuncio que, una vez más, la discusión pública y el
trámite administrativo para evaluar la propuesta de la Alcaldía de Bogotá para desmontar la
Reserva Forestal Thomas van der Hammen está atravesado por una serie de irregularidades
que atentan contra la ética del servicio público y los derechos de la ciudadanía.
En las Actas de las sesiones del Consejo Directivo de la CAR consta que el Consejero Motta
fue reacio a declararse impedido, aunque al final lo hizo y fue marginado de las discusiones.
No obstante, el Consejero Motta no sólo ha pretendido que un representante de la misma
organización que él dirige sea elegido en su reemplazo, sino que ha eludido el cumplimiento
de la decisión del Consejo Directivo de marginarse del trámite y se ha empeñado en
permanecer en las sesiones de dicha instancia, argumentando que se encuentra impedido
para participar de la votación pero no de las deliberaciones dirigidas a aprobar la sustracción
o realinderación.
En el caso del delegado de Presidente de la Republica, de manera insólita y en contra de la
ley y la ética, se ha pretendido subsanar una irregularidad con otra. Una vez aceptado el
impedimento del Dr. Turbay Quintero el entonces Ministro de Ambiente Luis Gilberto Murillo
designó en su reemplazo al señor Carlos Costa Posada como representante ad hoc del
Presidente de la República ante el Consejo Directivo de la CAR para los asuntos relacionados
con la Reserva. La designación de Carlos Costa se hizo mediante el Decreto 974 del 7 de
junio de 2018 y tomó posesión de su cargo y empezó a asistir a las sesiones del Consejo sin
declarar un grave impedimento.
El señor Costa ha ocultado al Consejo y a la ciudadanía que fue el asesor ambiental del
Alcalde Enrique Peñalosa durante su campaña y coordinó el empalme del sector ambiental
cuando empezó la actual administración. Además, celebró con la Secretaría Distrital de
Ambiente el contrato 008 de 2016 que tenía por objeto “Asesorar a la SDA desde el
componente técnico en la formulación de planes, programas y proyectos ambientales
estratégicos incorporando la visión de cuidado planteada por el gobierno distrital en el marco
del proceso de armonización del plan de desarrollo”. En desarrollo de sus obligaciones evaluó
la situación de la Reserva van der Hammen y participó como panelista el día 18 de abril en
un Foro del Concejo de Bogotá sobre los “Retos de la reserva van der Hammen” y el 21 de
abril en un foro sobre el mismo tema en la JAL de Suba, tal como lo reportó en el informe
número 4.
Carlos Costa
Lo anterior evidencia de manera inequívoca que el señor Carlos Costa se encuentra impedido
para participar en la discusión y decisión sobre el futuro de la Reserva van der Hammen por
haberse pronunciado previamente sobre la materia en calidad de asesor de la Alcaldía de
Bogotá, precisamente sobre el mismo tema sobre el cual hoy pretende decidir de manera
imparcial y objetiva. La Constitución Política en su art. 209, el Código de Procedimiento
Administrativo y la jurisprudencia constitucional son claras en este sentido al establecer que
los funcionarios públicos -calidad que ostenta el señor Costa como delegado ad hoc del
Presidente ante el Consejo Directivo de la CAR- se deben regir por la imparcialidad. Este
mandato en este caso, a todas luces, no se cumple. A pesar de ello, el señor Costa no ha
declarado su impedimento y, por el contrario, ha asistido a las sesiones del Consejo Directivo,
ha participado de las discusiones y pretende ser parte de la decisión final.
De la misma manera, el Consejo Directivo de la CAR debe tomarse en serio los impedimentos
de sus integrantes y garantizar el máximo grado de rigor, apego a la ley y respeto a la
evidencia científica disponible sobre la importancia de la Reserva van der Hammen.
Es difícil entender que integrantes del Consejo Directivo o funcionarios vinculados a la CAR
en 2011 cuando se declaró la Reserva o en 2014, cuando se aprobó su plan de manejo
ambiental, unos años después cambien de posición y desechen los estudios que en su
momento acogieron como fundamento de sus decisiones.
Invito entonces al Consejo Directivo de la CAR a cumplir con su mandado de defender los
ecosistemas de su jurisdicción a garantizar la participación ciudadana en este proceso y a
exigir el apego a la Constitución, a la ley y a la ética del servicio público de parte de todos sus
miembros. La ciudadanía está atenta y seguirá vigilando cada paso que de la CAR en este
proceso.