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VIOLENCICOMO PREVENIR
LA VIOLENCIA ESCOLAR
A ESCOLAR
Prevenir la violencia es responsabilidad de toda
y cada una de las personas que conformamos
nuestra sociedad. No es una tarea de un
momento, es de toda la vida y en todo lugar en
los distintos roles que nos toca desempeñar:
como jóvenes, niños, niñas, padres y madres
de familia, profesionales, vecinos y vecinas,
miembros de una familia, otros.
* Se debe concienciar a los alumnos de que son iguales ante la ley, que nadie es distinto a los
demás y que nadie puede ser juzgado por las apariencias, de ese modo se evita la
discriminación por cualquier motivo y se fomenta la tolerancia, en otras palabras nadie puede
ser objeto de burlas, o maltrato.
* Se debe educar con el ejemplo, es necesario que se instauren valores como: cooperación,
igualdad de sexo, respeto hacia las personas mayores, empatía….
* En los recreos, los profesores deben de vigilar y corregir cualquier tipo de conducta, al igual
que atender a alumnos que suelan estar la mayoría de los días solos.
* Proponer proyectos y planes para formación del profesorado (cursos, congresos, jornadas y
actividades), y participar en ellos para la prevención de la violencia en las aulas.
* Fortalecer las actividades formadoras de una cultura cívica y de la legalidad que promuevan
el respeto a las normas en el entorno escolar y el conocimiento de las sanciones aplicables a
conductas negativas.
* Ante los alumnos violentos lo mejor es actuar con mano dura pero con afecto, fomentando
su integración y nunca su discriminación, ya que esta última sólo sería un motivo más para
fomentar su violencia.
* Establecer y debatir una serie de normas y reglamentos que sea aceptada por todos los
afectados: profesores, alumnos y padres.
Violencia de género juvenil: causas y
soluciones
Un servicio de
La violencia de género es un problema social recientemente visible debido a la
concienciación de las víctimas y de sus familias y a la sensibilización de las
instituciones públicas, los medios de comunicación, los cuerpos y fuerzas de seguridad
y de la sociedad en su conjunto. Para tratar con esta violencia es imprescindible conocer
primero las causas que lo fomentan.
Causas
Las principales causas de violencia machista entre los jóvenes son múltiples y
dependen, por lo general, de una combinación de factores socio-culturales,
individuales y contextuales. Los factores más relevantes son:
Familias inestables a favor del dominio y la sumisión.
Maltrato físico, psicológico o abusos sexuales en el hogar.
Castigo físico como método educativo.
Ausencia total de autoridad, límites y patrones de conducta adecuados.
Abuso de alcohol y/o drogas.
Asociación con grupos marginales y conflictivos.
Problemas de relación con gente de su edad.
Aceptación de la violencia como resolución de conflictos interpersonales
Convivencia en una sociedad violenta.
Baja autoestima e inseguridad.
¿Cómo solucionarlo?
Para prevenir y tratar la violencia machista entre los adolescentes es imprescindible
actuar en tres aspectos fundamentales: familiar, escolar y social.
En el ámbito familiar:
En el ámbito escolar:
– Violencia en casa
Es frecuente que las familias en las que hay uno o más hijos adolescentes
se produzcan situaciones conflictivas, debido a la modificación de normas,
a las exigencias de los hijos, etc.
– Violencia en el colegio
– Violencia callejera
– Ciberbullying
Además, en los últimos años se han producido casos en los que han salido
a la luz vídeos de chicas manteniendo relaciones sexuales.
– Violencia verbal
– Violencia física
La violencia física es más alarmante puesto que puede causar serios daños
en el organismo.
– Violencia/maltrato psicológico
Consecuencias de la violencia en la
adolescencia
Como puedes imaginar, todo lo comentado hasta ahora repercute de
forma negativa entre los adolescentes que sufren la violencia en primera
persona.
Aislamiento social.
Bajo rendimiento escolar.
Problemas de ansiedad.
Depresión.
Ideas o tentativas de suicidio.
Mayor insatisfacción con su vida.
Problemas dentro de su propia familia.
Sin embargo, hay muchas cosas que están en tu mano para evitar
consecuencias derivadas de la violencia juvenil.
Lo recomendable es que empieces a observar las conductas violentas que
manifiesta tu hijo desde que es pequeño, dándole especial importancia a
partir de los 10 años de edad.
Sin embargo, parece que el trabajo debe realizarse de igual modo con la
persona que ha recibido maltrato –físico, psicológico, etc.-.
Si tu hijo es víctima de bullying, pon medios para evitar que corra peligro,
avisa a los profesores, implícate en su educación y asegúrate de que esta
situación no se vuelve a repetir.
En algunos casos, el bullying va dirigido a chicos/as con algún tipo de
discapacidad física o psicológica, por lo que deberías indagar más si tu
hijo presenta estas características.