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INTEGRANTES
Wisner Alexander Romero Úbeda
José Manuel Mejía Orozco
Jose Osneyder Jiron
Docente:
Ing. Mario Limas
Algunas características “naturales” de la madera que representan desventajas para los actuales
procesos tecnológicos:
1)El “trabajo” de la madera (movilidad por diferencias de humedad ambiente)
2)La poca estabilidad dimensional en el tiempo. (preocupación de siempre de los carpinteros).
3)Largos variables.
4)No mucha longitud de las piezas
5)La poca homogeneidad del material (veta y contraveta)
6)Los defectos (nudos, oquedades, etc.)
Nudos
El desarrollo de las ramas produce la desviación de las fibras que rodean a las formaciones de las
ramas que crecen en diferente dirección que el tronco. Cuando éstas se rompen, secan o son cortadas
quedan atrapadas entre las nuevas capas de la albura, y sobre ellas se van formando nuevos tejidos
que los cubren, dando lugar a lo que llamamos nudos.
Estos nudos por tener la fibra en diferente dirección que el resto de la madera, tienen mayor dureza y
si permanecen fuertemente adheridos a los tejidos que los circundan se los llama nudos vivos, por el
contrario, si sus tejidos están compuestos tejidos muertos, se los llama nudos muertos y se
desprenden con facilidad por la contracción de las fibras durante el secado.
Grietas
Son rajaduras que se producen en el sentido de los radios medulares. Generalmente por una
desecación excesiva con perdida muy rápida de humedad.
Durabilidad
Con un diseño y puesta en obra correctos, las soluciones constructivas con madera pueden llegar a
ser muy durables. Este hecho es fácilmente constatable a través de la observación de las numerosas
obras que con cientos de años de antigüedad a sus espaldas han llegado hasta nuestros días en
perfecto estado de conservación.
Por otra parte, la madera es un material resistente a la acción de un gran número de compuestos
químicos, presentando un mejor comportamiento que el hierro y los aceros normales a la acción de
los ácidos y de las soluciones de sales de ácidos. En estos ambientes la madera es un excelente
material constructivo ya que evita las siempre costosas labores de mantenimiento. Este hecho, por sí
solo, explica el notable incremento de su uso en piscinas y polideportivos cubiertos, en recintos
industriales (por ejemplo, almacenes de sal y de otros productos químicos gaseosos) y, más
recientemente, en recintos comerciales.
Una vez elegida la especie de madera y conocidas sus propiedades de durabilidad natural e impregnabilidad,
la protección preventiva de la madera engloba tanto a la protección química como a la correcta instalación del
elemento de madera.
Dependiendo del lugar de aplicación y de la especie de madera que elijamos, cada una de ellas tendrá más o
menos peso. En algunos casos unas medidas de tipo constructivo adecuadas serán suficientes, en otros casos
será necesario complementarlas con la incorporación de productos químicos.
La protección química se enfoca a introducir la cantidad de producto protector necesaria en función de las
degradaciones o riesgos a que pueda estar sometida (clases de riesgo). Mientras que las medidas constructivas
o los detalles constructivos tratan de aminorar o de eliminar las posibles degradaciones que pueden alterar a la
madera, por lo general no son efectivas contra los insectos xilófagos, pero tienen una gran influencia beneficiosa
contra los hongos xilófagos, las termitas y la acción de las inclemencias atmosféricas.
Todas las piezas se miden según sus tres dimensiones (longitud, anchura y grueso) y se les da los nombres
siguientes:
Resistencia a la tracción: es la fuerza que realiza la madera ante dos tensiones de sentido contrario que
hacen que disminuya la sección transversal y aumente la longitud.
Resistencia a la compresión: fuerza que realiza la madera contra tensiones que tienden a aplastarla. El
efecto de aplastamiento es mayor con las fibras de sentido perpendicular, que en sentido contrario.
Módulo de elasticidad: propiedad de la madera para curvarse longitudinalmente sin romperse. En la madera
existen dos módulos de elasticidad, en las fibras en sentido paralelo: el módulo de elasticidad a la tracción, y el
módulo de elasticidad a la compresión; de hecho, como hemos podido ver anteriormente, la resistencia ante
dichas fuerzas adquiere valores diferentes.
Tracción paralela a la fibra
Como ejemplo de piezas solicitadas a este esfuerzo se encuentran, principalmente, los tirantes y los pendolones
de las cerchas.
El valor relativamente bajo de este módulo reduce en la práctica la resistencia a la compresión en piezas
esbeltas. Esta propiedad resulta importante en una gran cantidad de tipos de piezas, como pilares, montantes
de muros entramados, pares de cubierta, etc.
Flexión.
Su resistencia a flexión es muy elevada, sobre todo comparada con su densidad. Sus
valores característicos para las coníferas, que se utilizan habitualmente en estructuras,
varían entre 14 y 30 N/mm2
.
En madera es preciso hablar de una resistencia a la flexión, aunque esté formada por la
combinación de una tracción y una compresión, ya que el comportamiento mecánico de
estas dos propiedades es diferente, y por tanto resulta más práctico referirse al efecto
conjunto de ambas en el caso de flexión.
Esta propiedad es importante en piezas tales como vigas, viguetas de forjado, pares de
cubierta, etc.
Tracción perpendicular a la fibra
Sus valores característicos varían entre 4,3 y 5,7 N/mm2, lo que representa la
cuarta parte de la resistencia en dirección paralela a la fibra.
Este tipo de esfuerzo es característico de las zonas de apoyo de las vigas, donde se
concentra toda la carga en pequeñas superficies que deben ser capaces de transmitir la
reacción sin sufrir deformaciones importantes o aplastamiento.