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José Coronel Urtecho

(Granada, Nicaragua, 1906 - Los


Chiles, Costa Rica, 1994) Poeta,
narrador y ensayista
nicaragüense que, junto con
Ernesto Cardenal, fue el principal
animador de la poesía
contemporánea en su país, por la
influencia que tuvo su verso
coloquial y como introductor de
los movimientos de vanguardia.

José Coronel Urtecho fue, además, traductor de poesía francesa y norteamericana,


hombre de teatro, conferenciante, historiador, ministro de estado y diplomático del
gobierno de Nicaragua ante España y Estados Unidos. Se le considera uno de los
protagonistas del movimiento de vanguardia que a partir de 1927 rompió con el
pasado dariano y modernista, e introdujo en Centroamérica los ismos europeos de
la posguerra: el letrismo, el neopopularismo, el surrealismo, el creacionismo, el
neobjetivismo, el futurismo...

Se da precisamente el año 1927 como fecha de inicio del movimiento de vanguardia


porque fue entonces cuando Urtecho publicó su famosa "Oda a Rubén Darío" en el
Diario Nicaragüense de la ciudad de Granada, poema que revisaba no a Rubén
Darío sino a su secuela, el llamado "rubendarismo": un tipo de poesía decorativa y
preciosista que contó con innumerables epígonos en todo el ámbito de la lengua
española.

Desde entonces hasta su muerte, y junto a autores como Pablo Antonio Cuadra y
otros de su generación, fue el maestro, el iniciador de casi todas las vocaciones
literarias importantes y el centro, en tanto que ideólogo, de casi toda la acción
cultural y política de Nicaragua; entre sus discípulos sobresale el sacerdote y poeta
Ernesto Cardenal, una de las grandes voces de la lírica centroamericana del siglo
XX.
La poesía de José Coronel Urtecho está reunida en Pol-la danánta, katánta, paránta
(1970). Bajo este título en griego, procedente de un verso de Homero, se incluyen
composiciones escritas desde los años 30 hasta 1963. En 1980 publicó Paneles del
Infierno, poemario que exalta la revolución sandinista. Escribió también novelas
(Narciso, 1938; La muerte del hombre símbolo, 1939), obras de teatro (Chinfonía
burguesa, 1957) y ensayos.

Obras
Poesía
Pol-la D'Ananta, Katanta, Paranta (1970, 1989, 1993)
Paneles de infierno (1981)
Conversación con Carlos (1986)

Teatro
Chinfonía burguesa (1957)

Novela
Narciso
La muerte del hombre símbolo

Ensayo
Rápido tránsito (1953, 1959)
Reflexiones sobre la historia de Nicaragua (De Gainza a Somoza) (1962)
La familia Zavala y la política del comercio en Centroamérica (1971)
Tres conferencias a la empresa privada (1974)
Prosa reunida (1985)
Líneas para un boceto de Claribel Alegría (1989)
Antología
Panorama y antología de la poesía norteamericana (1948)
Antología de la poesía norteamericana (1963)
A un roble tarde florecido

Un desmedrado roble sin verdor


que seco ayer a todos parecía,
hijo del páramo y de la sequía,
próxima víctima del leñador,

Que era como una niña sin amor


que en su esterilidad se consumía,
con la lluvia de anoche ¡oh, qué alegría!
ha amanecido esta mañana en flor.

Yo me he quedado un poco sorprendido


al contemplar en el roble florido
tanta ternura de la primavera,

Que roba en los jardines de la aurora,


esas flores de nácar con que enflora
los brazos muertos del que nada espera.

Nota en un libro de historia


Mientras hojeo historiadores y toma notas
un pajarito canta entre las hojas de una rama
y su canto
un silbido, tal vez una llamada
me saca de la Historia.
Dos canciones de amor para el otoño
I
Cuando ya nada pido
y casi nada espero
y apenas puedo nada
es cuando más te quiero

II
Basta que estés, que seas
que te pueda llamar, que te llame María
para saber quién soy y conocer quién eres
para saberme tuyo y conocerte mía
mi mujer entre todas las mujeres.

Ausencia de la esposa
Todo es tranquilidad en tu presencia.
Contiguo el mundo entero es nuestra casa
a cuya vera el tiempo lento pasa
dándole eternidad a la experiencia.
Más qué desolación y qué inclemencia,
qué cruel angustia la que me traspasa,
qué ardiente sed de ti la que me abrasa
en el desierto de tu larga ausencia.

Vuelve a llenar de sol, calor y vida


mi cuerpo que se ajusta a tu medida
y mi alma que hace veces de la tuya.
Ven a calmar las ansias de mi pecho,
y a llenar el vacío de tu lecho
para que mane miel y leche fluya
Canción de amor para el otoño
I
Cuando ya nada pido
Y casi nada espero
Y apenas puedo nada
Es cuanto más te quiero.

II
Te quiero
en Diciembre, en Enero.
Te quiero día a día, el año entero.

Te quiero
bajo el naranjo y bajo el limonero.

Cantada
Por ti me he vuelto sincero
como en la guerra el guerrero
y en la mar el marinero.

Porque en la ley de a tierra


cada cosa en su lugar
como el guerrero en la guerra
y el marinero en la mar.
En la brecha
Oh desgraciado, si el dolor te abate,
si el cansancio tus miembros entumece;
haz como el árbol seco: Reverdece;
y como el germen enterrado: Late.

Resurge, alienta, grita, anda, combate,


vibra, ondula, retruena, resplandece...
Haz como el río con la lluvia: ¡Crece!
y como el mar contra la roca: ¡Bate !

De la tormenta al iracundo empuje,


no has de balar, como el cordero triste,
sino rugir, como la fiera ruge.

¡Levántate! ¡Revuélvete! ¡Resiste!


Haz como el toro acorralado: ¡Muge!
O como el toro que no muge: ¡Embiste!

Pan y vino
Surge, a un replique modulado en trino,
del misterio floral en que reposa,
la blanca Eucaristía, blanca rosa
emergente del Cáliz purpurino.

La espiga recibió el Cuerpo Divino,


pero la vid su sangre generosa...
¡El trabajo y la lucha, en dolorosa
íntima comunión de pan y vino!

En el pecho del Cristo moribundo


la férrea pica se bañó de lumbre
y floreció como clavel de grana.

El pan sagrado es la salud del mundo;


pero, el subir del Gólgota a la cumbre...
¡El vino es la redención humana!

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