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La cultura o civilización, tomada en su sentido etnográfico amplio, es ese todo complejo que
incluye conocimientos, creencias, arte, moral, costumbres, y todas las demás capacidades y
hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad. La condición de la cultura
entre las diferentes sociedades de la humanidad, en la medida en que es capaz de ser investigada
sobre principios generales, es un tema apto para el estudio de las leyes del pensamiento y de la
evolución humana» (Tylor, E. 1871).
“La cultura de cualquier sociedad es la suma total de las ideas, las reacciones emotivas
condicionadas y las pautas de conducta habitual que los miembros de esa sociedad han
adquirido por instrucción o imitación y que comparten en mayor o menor grado”. (Ralph, L.
1972).
Los factores culturales son las actividades propias de una empresa o proyecto, igualmente
es algo que influye constantemente en estas ya sea positiva o negativamente.
La influencia
Los factores culturales tienen bastante influencia tanto en los consumidores como en las
empresas, ya que de estos depende la compra o venta de un producto o servicio.
La familia
La iglesia
El colegio
El tabaquismo;
Un consumo excesivo de alcohol;
Las elecciones nutricionales;
La inactividad física;
pasar mucho tiempo al sol sin la protección adecuada;
No haberse vacunado contra determinadas enfermedades y
Mantener relaciones sexuales sin protección.
La organización del tiempo de trabajo y el tiempo de descanso.
La alimentación.
La higiene personal.
La limpieza del hogar.
La forma y condiciones en que nos desplazamos al trabajo.
La manera de organizarnos en nuestro trabajo.
La diversión y el tiempo de ocio.
Las investigaciones transculturales sugieren que, aunque la ansiedad sea una emoción
universal, y los trastornos de ansiedad probablemente existan en todas las sociedades humanas,
hay muchas diferencias en la prevalencia y en la forma en que esos trastornos se expresan en
diferentes culturas (Barlow, 2002 & Kleinman, 1985; Kirmayer, Young, & Hayton, 1995).
En la cultura Yoruba de Nigeria, existen tres conjuntos básicos de síntomas asociados con
la ansiedad generalizada: preocupación, sueños y dolores corporales. Las causas de
preocupación son muy distintas, sin embargo, de las que suelen encontrarse en las sociedades
occidentales, ya que se centran fundamentalmente en la creación y mantenimiento de una
familia grande, así como en la fertilidad. Los sueños también provocan ansiedad, porque se les
considera como indicadores de que se está embrujado. Las quejas somáticas más habituales
también resultan extrañas desde una perspectiva occidental: «tengo la sensación de tener líquido
en el cerebro», «noto como si estuvieran andando hormigas por mi cerebro», o «estoy
convencido de que tengo carcoma en el cerebro» (Ebigbo, 1982; Good & Kleinman, 1985).
Los nigerianos que tienen este síndrome también suelen mostrar un temor paranoico de
sufrir ataques de brujas (Kirmayer, 1995).
Taijin Kyofusho; También se han encontrado pruebas de que la forma en que se manifiestan
ciertos trastornos de ansiedad ha evolucionado para adaptarse a determinados patrones
culturales. Un buen ejemplo de lo dicho es un trastorno japonés denominado taijin kyofusho
(TKS), que podría ser similar al diagnóstico de la fobia social. Al igual que ésta, consiste en el
temor a las relaciones interpersonales y a las situaciones sociales (Kirmayer, 1991; Kleinknecht
et al., 1997; Tseng et al., 1992).
Sin embargo, los occidentales con fobia social tienen miedo de aquellas situaciones sociales
en las que pueden estar sometidos a observación y críticas. Por el contrario, la mayoría de las
personas con TKS están preocupadas por la posibilidad de hacer algo que ofenda o avergüence
a los demás (Barlow, 2002). Por ejemplo, tienen miedo de insultarlos si se sonrojan, por su
propio olor corporal, o por mirarles fijamente a los ojos. Este temor a deshonrar y ofender a los
demás es el que provoca la evitación social (Kleinknecht et al., 1997). Dos de los síntomas más
comunes (la fobia al contacto ocular y a ruborizarse) no se mencionan en la descripción que se
hace en el DSM-4-TR de la fobia social (Kirmayer, 1991). El trastorno dismórfico corporal —
el temor de que alguna parte del cuerpo sea defectuosa o tenga una malformación.
Si bien la depresión está presente en todas las culturas que se han estudiado, la forma que
adopta difiere ampliamente entre ellas, así como también su prevalencia (por ejemplo, Marsella,
1980; Tsai y Chentsova-Dutton, 2002). Por ejemplo, en algunas culturas no occidentales como
la china y la japonesa, donde las tasas de depresión son muy bajas, no suelen presentarse
muchos de los síntomas psicológicos de esta enfermedad. Por el contrario, esos pacientes
tienden a mostrar preferentemente las manifestaciones somáticas y vegetativas del trastorno,
como las alteraciones del sueño, pérdida de apetito y de peso, o disminución de la actividad
sexual (Kleinman, 1986; Tsai y Chentsova-Dutton, 2002). Los componentes psicológicos de la
depresión que parecen haberse eclipsado (desde nuestra perspectiva occidental) son los
sentimientos de culpa y auto-recriminación, tan frecuentes en los países «desarrollados»
(Kidson y Jones, 1968; Tsai & Chentsova-Dutton, 2002).
Algunas de las razones de estas diferencias proceden de las creencias asiáticas en la unidad
de la mente y el cuerpo, la falta de expresividad emocional y la estigmatizaciónque la
enfermedad mental tiene en esas culturas (por ejemplo, Tsai y Chentsova-Dutton,2002). Otra
razón por la que la culpabilidad y los pensamientos negativos son más comunes en los países
occidentales que en la cultura asiática radica en la concepción occidental del individuo como
alguien independiente y autónomo, por lo que cuando se produce un error suele atribuirse a
elementos internos.
Otro ejemplo, de diferencias en los síntomas proviene de los aborígenes australianos, entre
quienes Kidson y Jones (1968) no sólo encontraron que no mostraban culpabilidad ni auto-
recriminación, sino que tampoco había intentos de suicidio. En relación con este último hecho,
los autores afirmaron que «la ausencia de suicidios quizá se puede explicar como consecuencia
de su intenso miedo la muerte, y también debido a su tendencia a exteriorizar y proyectar los
impulsos hostiles»
Factores socioculturales
Las jóvenes adolescentes son consumidores ávidos de revistas de moda. Por ejemplo, la
revista Vogue se publica en más de cuarenta países (Gordon, 2000). En las culturas occidentales
estamos asistiendo a una idealización sociocultural de la delgadez extrema de la mujer. Estas
presiones pueden llegar a ser especialmente poderosas en entornos socioeconómicos elevados,
que es precisamente donde predomina el problema de la anorexia nerviosa (McClelland y Crisp,
2001).
En otras palabras, se prefería la gordura a la delgadez, y hacer dieta se veía como algo
ofensivo. Lo más llamativo era la completa ausencia de cualquier síntoma que pudiera
parecerse lejanamente a un trastorno de alimentación.
Becker volvió a las Islas Fiji en 1998. Pero en el ínterin se habían producido algunos cambios
importantes. Había llegado la televisión. Aunque sólo había una emisora, los habitantes de las
islas podían ver programas como Beverly Hills 90210 y Melrose Place. Pero había otra cosa
que también había cambiado. Muchas chicas jóvenes estaban empezando a mostrar indicios de
preocupación respecto a su peso, y expresaban desagrado por su cuerpo. Por primera vez, las
mujeres de Fiji estaban haciendo dieta.
Factores socioculturales
El papel de las actitudes culturales hacia la bebida queda muy bien ilustrado por los
musulmanes y los mormones, cuyos valores religiosos prohíben el alcohol, y por los judíos
ortodoxos, que tienen limitado el alcohol a los rituales religiosos. En consecuencia, la incidencia
del alcoholismo entre estos grupos es mínima. En comparación, resulta desmesurada en Europa.
Por ejemplo, unas investigaciones recientes han demostrado que las tasas de consumo de
alcohol más elevadas entre los jóvenes se producen en Dinamarca y Malta, donde uno de cada
cinco estudiantes reconoce haber bebido alcohol en diez ocasiones y durante los últimos treinta
días (ESPAD, 2000).
Los franceses parecen tener la tasa de alcoholismo más elevada del mundo, con
aproximadamente el quince por ciento de la población. Francia tiene la tasa más elevada del
consumo de alcohol per cápita, y también la tasa más alta de muerte por cirrosis (Noble, 1979).
En Suecia, otro país con las altas tasas de alcoholismo, el 13,2 por ciento de las admisiones
de hombres en el hospital, y el 1,1 por ciento de las admisiones de mujeres, se pueden atribuir
al alcohol (Andreason & Brandt, 1997).
En definitiva, es posible identificar múltiples razones por las que las personas beben, así
como infinidad de condiciones que pueden predisponerlas a ello, si bien la combinación exacta
de factores que hacen que una persona se convierta en alcohólica están todavía por descubrir.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.abc.com.py/articulos/factores-culturales-que-influyen-en-la-conducta-del-
consumidor-5874.html
Recuperado de:https://antropologoprincipiante.com/2015/04/20/la-palabra-cultura/