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1. Función de la filosofía.
2. El saber vital.
3. El héroe.
y añade:
"En lo que propiamente se distinguían los dioses de los hombres era
en que aquéllos eran inmortales. Un dios venía a ser un hombre
inmortal, y divinizar a un hombre, considerarle como a un dios, era
estimar que, en rigor, al morirse no había muerto. De ciertos héroes se
creía que fueron vivos al reino de los muertos. Y éste es un punto
importantísimo para estimar el valor de lo divino." (Ibídem, p. 203
Sin embargo, nuestro autor juega con dos posibilidades: o es Dios algo muy
semejante a la Voluntad citada o es un simple sueño del hombre que no se
resigna a su destino.
5. La existencia.
1. Los personajes literarios de ficción. Son soñados por su autor y por sus
lectores cada vez que los leen.
3. Incluso entonces podrá ser menos real, si influye menos sobre los demás
hombres o se olvida antes.
Con todo esto, Unamuno expresa la indigencia ontológica del ser humano,
su fragilidad, su insuficiencia. De ahí surge una necesidad angustiosa por
asegurarse, un ansia de buscar un agarradero para no caer en el abismo,
una garantía para afirmar al existente ante la irrealidad del sueño.
Edo, ergo sum. Como, luego existo. El alimento nos une a las cosas
exteriores, nos vincula a ellas. Rompe de algún modo nuestra inmanencia.
El origen del conocimiento está precisamente en el hambre, en la
necesidad de alimentarse.
Amo, ergo sum. El amor nos amarra a los otros, a las demás personas que
constituyen nuestro mundo, aunque el verdadero amor es el penetrativo, el
que une las entrañas de dos seres, el amor sexual.
Pero como mejor expresa este problema es comparando la vida con una
representación teatral.
Decía Darwin que la vida es una lucha por la existencia: lucha con el medio,
lucha de unos vivientes con otros, lucha sexual...
También Unamuno recoge estas ideas y plantea una lucha entre unos
seres y otros. Se fija como siempre en los seres humanos. La vida se
convierte en un campo de batalla disputándose migajas del ser. Odios,
envidias, celos, dominio y absorción de personalidad definen la dialéctica
de las relaciones que se entablan con "el otro", el antagonista de nuestro
existir.
6. El evolucionismo.
Por otro lado, la ley de la entropía le hace reflexionar a Don Miguel. Cuando
el calor se convierte en fuerz, parte de él se pierde o disipa. Avanzamos
según esto hacia una degradación del Universo. Sin embargo, la conciencia
no se perderá, sino que se acrecentará.
Por otro lado, Unamuno interpreta así el mito del Génesis: El hombre era
feliz cuando vivía como los demás animales, en perfecta armonía con la
naturaleza que le ofrecía espontáneamente sus frutos, en pleno equilibrio
consigo mismo, porque en su psiquismo lo cognoscitivo y lo tendencial
estaban correctamente ensamblados y coordinados.
7. La conciencia anhelante.
7.1. La personalidad.
7.2 La alienación.
7.3. La intrahistoria.
Por una parte, los sentidos están organizados y coordinados para que
aporten la cantidad de conocimiento imprescindible para asegurar la
subsistencia del ser humano.
9. El amor y la fe.
Hay otro tipo de amor que nace del dolor y de la muerte del amor carnal. Es
un amor espiritual que separa los cuerpos, pero une las almas.
2. intuición irracional.
Además del objeto al que se dirige la fe, hay que tener en cuenta la persona
en que ésta encuentra su apoyo. Mientras que el amor hipostasiaba su
objeto, la fe se apoya en tales hipóstasis. De ahí surge la seguridad que
ofrece la fe y también su incertidumbre.
Así toda idea que nos mueva a actuar de modo que alimente generosos
anhelos y obras fecundas, que eleve e intensifique nuestra vida y la de los
demás, en una palabra, que nos haga felices..., es una idea verdadera.