PROGRAMA AUDITORIO DE ZARAGOZA IVO POGORELICH

© LUCERNE FESTIVAL/ Priska Ketterer

PRIMERA PARTE Ivo Pogorelich nació en Belgrado en 1958. A los siete
Duración aproximada: 45 min años recibió su primera clase de piano y con doce años
se trasladó a Moscú para estudiar piano en la Escuela
M. CLEMENTI Central de Música y posteriormente en el Conservatorio
Sonatina en Fa, Op. 36, n.º 4
Con spirito XXI CICLO Chaikovski. En 1976 inició estudios intensivos con
la celebre pianista y profesora Aliza Kezeradze, con
Andante con espressione
Rondo. Allegro vivace DE GRANDES la cual estuvo casado desde 1980 hasta su muerte
prematura en 1996. En 1978 Ivo Pogorelich ganó el

SOLISTAS PILAR
Concurso Internacional de Casagrande en Terni (Italia)
J. HAYDN y en 1980 el Concurso Internacional de Música de
Sonata en Re, Hob. 16/37
BAYONA lunes
Montreal. Sin embargo, fue el premio que no ganó el
Allegro con brio que le hizo mundialmente famoso. En 1980 se presentó
Largo e sostenuto al Concurso Internacional Chopin de Varsovia, donde
Finale. Presto ma non troppo

L. V. BEETHOVEN
2018 4 junio
20.00 horas
su eliminación en la tercera vuelta desató una feroz
controversia y atrajo la atención de todo el mundo
musical hacia el pianista.

IVO POGORELICH
Sonata n.º 23 en Fa m, Op. 57, “Appassionata” Desde su recital de debut en el Carnegie Hall de Nueva York en 1981, las actuaciones de Ivo
Allegro assai Pogorelich han causado sensación en todas las grandes salas de conciertos del mundo: en los
Andante con moto Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón, Sudamérica e Israel. Ha sido invitado para tocar con
Allegro, ma non troppo – Presto
numerosas grandes orquestas como la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Orquesta Filarmónica
de Viena, todas las orquestas de Londres, la Orquesta Sinfónica de Chicago, la Orquesta Sinfónica
SEGUNDA PARTE
de Boston, la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de París. Allí donde toque, sus soberbias
Duración aproximada: 35 min
interpretaciones de la música confirman la originalidad de su talento e intelecto. El New York Times
escribió: Ha tocado cada nota exactamente, con tal sentimiento, tal expresión, que él es una
F. CHOPIN
orquesta completa.
Balada n.º 3 en La bemol, Op. 47
En 1988 fue nombrado por la UNESCO “Embajador de Buena Voluntad”.
F. LISZT Ivo Pogorelich firmó en 1982 un contrato en exclusiva para Deutsche Grammophon. Ha realizado
Études d’exécution transcendente, S. 139 más de 15 grabaciones con DGG como Sonatas de piano de Mozart, Suites de Bach, Sonatas de
N.º 10 en Fa m, “Appassionata”, Allegro agitato molto Piano de Liszt y Scriabin y el Concierto n.º 1 de Chaikovski. Su más reciente CD, es la Sonata para
N.º 8 en Do m, “Chasse sauvage”, Presto furioso piano n.º 2 de Chopin, Gaspard de la Nuit de Ravel y la Sonata para piano n.º 6 de Prokofiev.
N.º 5 en Si bemol, “Feux follets”, Allegretto
En los últimos años ha tocado repetidamente en Europa, Europa del Este, Israel, Estados Unidos
M. RAVEL y Asia (Japón, China, Taiwán).
La Valse, poema coreográfico
COMENTARIOS AL PROGRAMA
Entre los muchos grandes pianistas que nos han visitado, Ivo Pogorelich despierta
en Zaragoza una expectación muy especial acompañada de un agradecimiento
general por su actitud hacia nosotros con sus presencias constantes. Apariciones
estas no exentas de una polémica sana ante un intérprete que nunca deja
indiferente por su compromiso con la música. Hoy nos propone un breve recorrido
por la historia de su instrumento.
Muzio Clementi está más presente en los conservatorios que en los auditorios ya que,
aunque se le considera el padre del piano moderno, de su extenso repertorio casi todo
él centrado en este instrumento, ha pasado a la posteridad esencialmente por dos
colecciones didácticas, las Sonatinas Op. 36, de las que escucharemos hoy la número
4 y la colección de estudios Gradus ad Parnassum. Realizó numerosas innovaciones
técnicas que le hacen merecedor al título de inventor del piano moderno.
La obra que interpretará Pogorelich para iniciar el recital pertenece a una serie de
seis Sonatinas que suponen seis formas de sonata en miniatura de complejidad
creciente, casi todas ellas en tres movimientos, que pretenden conseguir de
los estudiantes un alto nivel técnico y expresivo. Esta sonatina consta de tres
movimientos: el primero, Con spirito, es una forma sonata con Exposición, Desarrollo
y Recapitulación con dos temas; el central, Andante con espressione, contiene
una forma ternaria ABA, teniendo B carácter de desarrollo; y el final Rondo. Allegro
Vivace, también tiene forma ternaria donde B tiene carácter de transición.
Joseph Haydn es autor de un catálogo inmenso que no olvidó componer para
pianoforte, más de sesenta sonatas lo atestiguan. La sonata en Haydn no aparece
de la nada y él mismo reconoce la influencia de Carl Philipp Emmanuel Bach y,
aunque no lo mencione nunca, es clara la de Domenico Scarlatti. Sus obras para
piano han quedado un tanto relegadas a un segundo plano en comparación con las
de Beethoven y Mozart, aunque grandes pianistas han dedicado interpretaciones a
sus obras, sobre todo a las últimas.
Hoy escuchamos la número 50 en re mayor (catálogo Hoboken XVI:37) que consta
de tres movimientos. El inicial, Allegro con brio, opone un motivo en corcheas muy
brillante que precisa de bastante virtuosismo a varios temas en semicorcheas, que
nos hace recordar a Scarlatti, autor al que Pogorelich dedicó bastante atención en
sus inicios. A continuación un “Largo e sostenuto” muy breve, 19 compases, muy
delicado que probablemente Beethoven utilizó como motivo en su sonata número
7, en su segundo movimiento Largo e sostenuto.
Este largo es una introducción al Finale. Presto ma non troppo innocentemente,
tercer y último movimiento, un ingenuo rondó con dos episodios. El segundo
movimiento y su transición al rondó parece dar la razón a Philip Radcliffe,
musicólogo inglés fallecido hace tres décadas, que observa que aunque el sentido
trágico en Haydn no es menos profundo que en otros autores no desea conservarlo
a lo largo de toda una obra, de tal manera que obras que rezuman optimismo se
introducen con motivos lentos y sombríos que van desapareciendo.
Con las sonatas para piano de Beethoven nos encontramos ante una de las
cumbres de la música de todos los tiempos, y no solo para este instrumento.
Algunas de las 32 que componen la colección son cimas absolutas de la
creación humana y significan por ellas mismas un punto de inflexión y una
revolución en la forma de la expresión artística en general. Hoy escucharemos la
23, una de las más populares incluso en tiempos de Beethoven, que constituye
el modelo perfecto del estilo heroico del autor de Bonn junto a su Quinta
Sinfonía.
El primer movimiento es un Allegro en el que el primer tema y el segundo están
relacionados por la triada arpegiada que engendra a ambos y nos produce una
tensión como la de una tempestad.
El Andante central está constituido por cuatro variaciones, cada una más sonora que
la anterior y con notas más cortas que nos dará una clara impresión de aceleración.
El tercer y último movimiento es un Allegro, un allegro de sonata como el final de la
Sonata Claro de Luna, que, como consecuencia del uso de un acompañamiento de
estilo tocata hace que sus llamadas de trompa y sus efectos de contrabajo consigan
un efecto “heroico”. En palabras de Glenn Gould, a quien, a pesar de firmar una de
las grabaciones más memorables de la obra, no le parecía una sonata de las más
interesantes de Beethoven, conseguía “que las notas se salieran de la página impresa”.
Inseparable del piano siempre estará Chopin, la importancia de su obra queda
reflejada en su presencia en el repertorio y en los programas de los conciertos que
nos proponen los intérpretes. Como Clementi o Scarlatti, Chopin es conocido casi
exclusivamente como compositor de música para su propio instrumento de teclado.
Chopin compuso cuatro Baladas a lo largo de una década que son las primeras
composiciones instrumentales que recibieron ese nombre, aunque no tenemos
una idea clara de la razón que le movió a denominarlas así. Pogorelich nos ofrece la
tercera de ellas compuesta en París en 1841. Si hacemos caso a la tradición, el autor
se inspiró en una leyenda en la que un muchacho persigue a una ondina condenado
a no alcanzarla. Comienza con un tema en dos voces que termina explotando en
amplios acordes para que reaparezca sutilmente calmándose en acordes más
largos. Cuando aparece el segundo tema, el principal de la obra, que permanecerá
hasta el final sostenido por notas muy cortas, alegres, pero que mantienen la
inquietud con ascensos y descensos cromáticos.
El programa nos lleva a otro de los grandes del piano, en su época, si creemos las
crónicas, el mejor. Liszt nace en Hungría pero se desplaza a París y finalmente a
Alemania donde acabará siendo suegro de Wagner y muriendo en la sagrada colina,
para los wagnerianos, de Bayreuth. La obra de Liszt es inmensa e inabarcable, sus
composiciones “completas” para piano ocuparon al pianista Leslie Howard en una
interminable integral a lo largo de dos décadas en las que grabó cien discos, en los
que se incluyen todas las transcripciones y paráfrasis sobre obras de otros autores.
Hoy escucharemos tres pequeñas obras pertenecientes a una colección de las más
afamadas de Liszt, los 12 Estudios de ejecución trascendental, que esbozó siendo
estudiante para reescribirla dos veces, hasta que presentó la versión definitiva
en 1851, un cuarto de siglo después. Los doce estudios se ordenan con un orden
tonal lógico. El autor descubre en esta colección una síntesis de las posibilidades
expresivas del piano. Pogorelich tocará tres de ellas en un orden personal. En
primer lugar la número diez, con falso título de Apassionata, que hoy viene a la
medida tras la sonata de Beethoven, pero que no nos lo recuerda, lo hace más
con el autor anterior, Chopin, una obra modelo del piano lisztiano. A continuación
el número 8, Caza salvaje, un fondo sombrío emulando las trompas y los látigos. Y,
por fin, el número 5, Fuegos fatuos, una obra de una dificultad máxima con unas
notas dobles en la mano derecha que el autor marca como pianissimo mientras el
intérprete desea otra cosa.
Y acabamos con Ravel y La Valse, un encargo del empresario coreográfico Diaghilev,
que conoció varias versiones tras esta que escucharemos hoy para piano a dos
manos. El ballet tardó casi diez años en ser real, Diaghilev le dijo a Ravel: “es una
obra maestra, pero no es un ballet, es el retrato de un ballet”. Esta pequeña historia
de la música para piano que es este concierto de Pogorelich termina con esta obra
revolucionaria de principio a fin, a pesar de su brevedad. Comienza con champagne
como un vals vienés, ¾, aparecen las disonancias y una intensa dinámica nos
recuerda la guerra ya terminada, una mezcla de destrucción y añoranza del papel
de la cultura europea; un estruendo feroz nos devuelve a un salón de baile, pero
hay una extraña ley que prohíbe el alcohol….
Manuel Alloza