TEMA: Creo en María. 4.

Introducción:
Conocer a Jesús es conocer a su madre, como Uds., hablar de Uds., de sus
1. Separación en grupos por edades. Juego. cosas, es contar quienes son sus hermanos, y quienes sus padres.
2. Motivación: Por eso, buscaremos en estos minutos, conocer quién es María y los gestos
ÁRBOL GENEÁLOGICO. que la caracterizan.
Vamos a comenzar éste momento, con una competencia por grupos (3).
Para ello, compartiremos en grupo las siguientes lecturas.
La competencia consistirá en que cada miembro del grupo construya su árbol
genealógico, con la mayor cantidad de integrantes de su familia, vale escribir los a) Lc. 1, 6-38: La Anunciación.
nombres de nuestros hermanos, padres, primos, tíos, abuelos, bisabuelos, etc. b) Lc. 1, 39-56: María visita a su prima Isabel.
Gana el equipo que en 3 min, escriba la mayor cantidad de ellos. c) Jn. 19, 25-27: María a los pies de la cruz.
Plenario: ¿De qué habla el texto?
a) Se premia al ganador. ¿Cuáles son los personajes que intervienen?
b) Pregunta: ¿Qué valor/actitud/gesto de María se puede identificar en la lectura?
¿Descubrieron algo mientras armaban su árbol?
¿Hay algún nombre que les llamó la atención? Plenario:
¿Qué cosas tienen en común todos los árboles?
Compartimos lo trabajado.
Rta: En cada árbol, cada persona mencionada necesito de un padre y una madre
Se anota en un afiche a modo de lluvia de ideas las respuestas de los chicos,
para nacer, sin excepción alguna. especialmente, las que necesitamos.
3. Resumen de lo vivido.

En los momentos anteriores de éste retiro hemos estado compartiendo y

profundizando en las distintas partes del credo.
…… nos habló esta mañana del Dios Creador, de su único hijo Jesucristo y del
Espíritu Santo.
Jesucristo, el hijo único de Dios, se hizo hombre y se encarnó en el seno de la
Virgen María, por obra del Espíritu Santo.

Y aquí nos vamos a detener, porque la frase que profundizaremos nosotros es:

“… fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y nació de Santa María
Virgen…”
5. Profundización:
a) María en la Anunciación: Escucha y Apertura.
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre
perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era
María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia,
el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se
preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas,
María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le
pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob
para siempre y su reino no tendrá fin».
María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con
ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre
ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo
y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a
pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto
mes, porque no hay nada imposible para Dios».
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo
que has dicho». Y el Ángel se alejó.
Por otro lado, cuando pensamos en el "Sí" de María a la propuesta de Dios,
no podemos olvidar que con ese "Sí", toda su vida quedó comprometida.
La respuesta que ella dio no era algo espontáneo o "lógico".
María dice que sí, más por confianza y fe, que por conocimiento. Ella apenas
podía entender lo que le había sido explicado... y sin embargo, dice que "Sí",
que se cumpla en mí lo que has dicho. Esto no es sólo aceptación, sino
también apertura confiada al futuro.
La fe de María será puesta a prueba cada día. Ella quedará encinta. Sin
entender aún cómo podría llegar a ser madre, confió plenamente.
Aunque su querido José dude, ella vive inmersa en el misterio sin pedir
pruebas, vive unida a Dios. Él obra cuando nos abandonamos totalmente a
su voluntad.
María se dejó guiar por la fe.
Sin certezas humanas, ella supo acoger confiadamente la palabra de Dios y
vivió con intensidad ese acontecimiento que transformó toda su existencia
de manera radical.
Ella dijo "Sí" y engendró físicamente al Hijo de Dios, al que ya había concebido
desde la fe.

Reflexión

María sabe escuchar a Dios. Y no es un simple "oír" superficial, sino es “la

escucha”, acto de atención, de disponibilidad hacia Dios.
No es el modo distraído con el cual nosotros nos ponemos ante los otros:
oímos las palabras, pero no escuchamos realmente, sino la atención plena al
que nos habla.

María escucha también los hechos, es decir lee los acontecimientos de su

vida, está atenta a la realidad concreta y no se para en la superficie, sino que
va a lo profundo, se involucra poniendo su vida a disposición.
RESONANCIA: ¿Qué situaciones precisan de nuestro compromiso?
b) María en la Visita a su prima Isabel: Prontitud y Servicio. El actuar de María es una consecuencia de su obediencia a las palabras
del ángel, pero unida a la caridad: va a Isabel para hacerse útil; y en este
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la salir de su casa, de sí misma, por amor, lleva cuanto tiene de más
montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. precioso: Jesús; lleva a su Hijo.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno,
e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas María, una joven de unos 15 años, como muchas de su época. Una joven
las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! que lleva en su seno la Vida apenas concebida. Camina, peregrina en los
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? montes para llegar a donde está su prima. No se enorgullece al ser
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. nombrada como Madre de Dios. Al contrario, su servicio le hace
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de abandonar cualquier tipo de comodidad para ir a esos lugares donde se
parte del Señor». necesite un apoyo, alguien cercano que asista al prójimo sin esperar
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu ninguna clase de recompensa.
se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la
pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me
llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en
generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono
y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a
los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose
de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor
de Abraham y de su descendencia para siempre».
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Reflexión

María salió de viaje y “fue sin demora” a pesar de las dificultades, las
críticas que habrá recibido por su decisión de partir, no se detuvo
delante de nada.

María no tiene prisa, no se deja tomar por el momento, no se deja

arrastrar por los acontecimientos. Pero cuando tiene claro qué cosa Dios
le pide, lo que tiene que hacer, no tarda, no retarda, sino que va "sin
demora".

RESONANCIA: ¿Quién está necesitando de nuestra ayuda?

c) María a los pies de la cruz: Madre de Todos. Celebración:

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre,

María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le
dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo».
Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel
momento, el discípulo la recibió en su casa.

Reflexión

Estar junto a la cruz significa asumir la vida y el proyecto de Cristo y

también su muerte hasta el final.

Esta presencia de María al pie de la Cruz nos muestra a una mujer

valiente, entera. María no hizo piquetes quejándose por la muerte
injusta de su divino Hijo. No se quejó, no se reveló. Simplemente
permaneció de pie.

Si ellos aceptaron el dolor y el sufrimiento fue solo por amor a nosotros.

El dolor por si solo nos hace débiles, rebeldes. Cuando el dolor no tiene
el sostén de la fe y el testimonio, se hace imposible llevar adelante. Sin
la luz de la fe es imposible de soportar.

Por otro lado, las palabras de Jesús constituyen un nuevo signo de su

gran amor.

Desde la cruz, nos entrega una madre, la suya, para que nunca más en
nuestras vidas nos sintamos solos.

Ojalá que cada uno de nosotros, precisamente por esta maternidad

universal concreta de María, reconozca plenamente en ella a su madre,
encomendándose con confianza a su amor materno.

RESONANCIA: ¿Recurrimos a nuestra Madre María, cuando nos sentimos

solos?