—Segtin. Caso de que, como se dice”, habiten en ellas almas humanas que
hayan pecado, tada la parte 10 del alma que esté separada no pasa a ser
pertenencia de las bestias, sino que, estando presente, no est presente para
ellas*, sino que la consciencia no abarca mas que la imagen del alma junto
con el cuerpo. Su cuerpo es, pues, tal cual es el cualificado por una imagen de
alma. Pero si en la bestia no penetré ninguna alma de hombre, se convierte en
tal animal de tal es-15 pecie en virtud de un destello emanado del Alma
total’,
12 —Pero si el alma es impecable, ;cémo es que hay castigos? En todo caso,
esta doctrina esté en desacuerdo con la doctrina universal, que dice que el
alma peca y obra rectamente, que sufre castigos y los sufre en el Hades y que
se reencarna.
5 —Pues bien, que cada uno se atenga a cualquiera de las dos doctrinas. No le
seré dificil descubrir cémo no estan en desacuerdo, La doctrina que atribuye
al alma la impecabilidad concibe el alma como una entidad una
absolutamente simple, identificando el alma con la esencia del alma, mientras
que la que admite que peca le enlaza y le afiade la «otra especie de alma», 10
la que esta sujeta a «pasiones terribles»®. De este modo el alma misma se
convierte en compuesta y en el resultado de todos los componentes*!. Esta,
pues, sujeta a pasiones en su conjunto, y el «compuesto» es quien peca y
quien sufre el castigo segiin Platén, y no aquélla®®. Por eso dice: «Hemos
72 En la teoria_pitagérico-platonica de la transmigracién, aceptada por Plotino (III
3,4, 41-43; IIL4,2, 16-30; VI7, 6,33-36).
4 Es decir, esta presente, pero no activamente presente.
49.44 Este destello es la imagen del alma, sélo que, en el caso de las bestias, proviene del
Alma césmica.
245 PLATON, Lime, 69.¢ 7-41.
5146 En el sentido explicado supra, n. 3.
5247 Como se ve por la referencia a PLATON (Repiiblica 611 b 5-7), aqui «el compuesto» no
¢ el compuesto animal de 7, 1-6, sino el alma como compuesta (supra, n. 3). La teoria del
pecado aqui propuesta dista mucho de ser satisfactoria (cf. la critica de PROCLO, Int
Timaewm DIEHL, IIL, pag. 334), sobre todo si se tiene en cuenta que, segtin Plotino, el
albedrio reside en la inteligencia y en el alma racional (V18, 3-6). Resulta, pues, que,
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