Hacia una ética ambiental

Beatriz Eugenia Romero Cuevas

Primavera de 1999
Revisado primavera de 2006
 "Hacia una ética ambiental"

"Y en qué lugar de la filosofía especulativa

ahora enseñada en las escuelas podemos encontrar una filosofía práctica,
mediante la cual, conociendo la naturaleza y la conducta del fuego,
del agua, del aire, de las estrellas, del cielo y de todos los otros cuerpos que
nos rodean, como ahora entendemos las diferentes destrezas
de nuestros trabajadores, podemos emplear estas entidades para todos
los objetivos para los cuales son adecuados y así hacernos amos y
dueños de la naturaleza."

René Descartes, Discurso del método (1637)

Desde hace algunas décadas, ha ido los rasgos de contaminación de los

apareciendo signos de lo que ha
dado en llamarse la crisis del medio
ambiente, resultado de formas
específicas de desarrollo
socioeconómico, cuya práctica ha
sido la explotación de los recursos
naturales bajo una racionalidad
económica y tecno científica; práctica
que en el momento actual, debido a
la acumulación de sus efectos en el
entorno y la saturación de éste,
amenaza las condiciones en que es
posible la producción y la vida
humana, además de amenazar la
vida de otras especies.
Estas formas específicas han llevado
al deterioro, la destrucción, la
sobreexplotación y la subutilización
de los recursos naturales; cuyas
manifestaciones más palpables son
ecosistemas, la inequitativa
distribución de la producción, que
constituye un abismo entre los que
más tienen y los que menos tienen, y
en última y definitiva instancia la
pérdida de sentido del significado de
la vida humana.
Estos procesos que caracterizan la
vida contemporánea, junto con la
emergencia de un conjunto de voces
que claman por el reconocimiento de
su identidad individual cómo diversa
de los otros, esto es la otredad en
muy diversas expresiones, ha puesto
sobre la mesa de discusión la
reflexión acerca de cómo la cultura
occidental ha construido para sí la
idea del ser humano mismo y sus
relaciones con el universo. Es en este
sentido relevante una consideración

2
ética del ser humano de nuestro
tiempo.
Para abordar este tema, me parece
fundamental caracterizar las
necesidades del ser humano; para
ello voy a hacer uso de la siguiente
propuesta de necesidades:
1. Las de conservar y reproducir la
vida.
2. Las de conocer y transformar
3. Las de las emociones y los
sentimientos1
A partir de que el ser humano existe
en el planeta trata de conocer y
relacionarse con su entorno; con
base en este conocimiento
transforma lo que le rodea, es decir,
al ambiente y lo que éste implica: sus
relaciones con la naturaleza, con
otros hombres y consigo mismo. Pero
estas transformaciones en los
órdenes de relaciones aludidos en las
diferentes etapas históricas de las
sociedades humanas, han dejado su
huella ecológica, esto es, han
expresado la satisfacción de las
necesidades arriba propuestas que
cada sociedad ha construido como
11
Razo Carlos. Teoría de las necesidades.
Documento en mimeo. 1990.
válidas, propias para su cultura y
cosmovisión. Como fundamento de
las culturas, se han construido las
bases éticas que permiten la
apropiación y transformación social
de la naturaleza.
En este proceso de transformación de
la naturaleza, la especie humana se
ha transfigurado a sí misma,
superando las limitaciones propias de
su herencia filogenética, poblando
todos los espacios terrestres,
explorando los medios acuático,
marino, aéreo y del espacio exterior y
superando en diferentes momentos
de su propia historia, los límites de
población a los que se ven
restringidas el resto de las especies
del reino animal.
Este proceso de transformación del
entorno nos ha convertido en la
imagen delineada por el Génesis
Bíblico:
"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza: y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra y en todo animal que se arrastra
sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su
3
imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y la creación y referente de todas las
hembra los creó"2.
cosas. La visión que ha sido

Es necesario señalar que el predominante para el conjunto de la

fundamento del proceso de humanidad, es precisamente la que

transformación que el ser humano viene por un lado, de la herencia

realiza a lo largo de su historia sobre judeo - cristiana que considera al ser

el planeta es su sistema de humano superior al resto de los seres

adaptación; esto es, la respuesta que vivientes y ajeno a la naturaleza y no

ha dado la humanidad para satisfacer cómo parte de ella; por el otro, al

las necesidades anteriormente pensamiento surgido de la Ilustración,

aludidas. que privilegia la racionalidad humana

por sobre cualquier otra.

La humanidad ha desplegado todo un

sistema de adaptación al entorno, Esta visión ha implicado no solo la

que es lo que ha escrito la historia de separación del ser humano de la

su relación con la naturaleza; pero no naturaleza, sino también el hecho de

solo eso, porque, visto como proceso, que si él es capaz de dominar a los

ha constituido en sí mismo toda una demás seres vivos, también es capaz

compleja red de relaciones que de dominar a otros seres humanos.

implica la organización social, las

formas de conocimiento y Existen, aún en nuestros días,

transformación de la realidad, la cosmovisiones diferentes a ésta, en

concepción del universo y de la vida y las que el ser humano no se

los valores del grupo humano. considera separado de la naturaleza;

sin embargo, debido a la

Y lo relevante para nuestro enfoque, predominancia de la cosmovisión que

tiene que ver con los valores y con podíamos denominar propia de la

transparentar de qué forma se cultura occidental, desde la

construyó en la cultura occidental la expansión comercial y de capital

idea del ser humano cómo centro de producto de los procesos sociales y
2
La Santa Biblia. Editorial Publicaciones económicos que dominaron los siglos
Españolas. 10a edición. Génesis, 1:26 - 27.

4
XVI y XVII y la globalización que
vivimos en este siglo, no se puede
considerar que exista una visión
alterna que englobe a un conjunto
importante de la población mundial.
Para entender cómo se ha ido
constituyendo la historia de esta
relación de la sociedad con la
naturaleza a través del tiempo,
podemos considerar tres procesos
determinantes.
El primero es el denominado
Revolución Neolítica3, cuyo
significado más específico para el
proceso de adaptación de la especie
humana al entorno es la
domesticación de ciertas especies
animales y vegetales que van a
permitir a los grupos humanos de ese
momento superar las restricciones
que el medio les impone, mediante la
modificación de los ciclos de materia
y energía, su acumulación y su
distribución en la sociedad, dando
lugar a una compleja organización
social. Un rasgo significativo de esta
organización es la apropiación
3
Childe, Gordon. Los orígenes de la civilización.
Breviarios, Fondo de Cultura Económica. México,
1986.
privada de los recursos que genera la
sociedad en su conjunto por parte de
un grupo social, que con este hecho
adquiere también el dominio político
sobre el resto de la sociedad. Este
rasgo ha prevalecido a lo largo de la
historia. A este período se le atribuye
una duración de 2000 años.
Entre los años 6000 y 3000 a.C. los
grupos humanos empezaron a
servirse de la energía de los animales
que habían domesticado y a manejar
otras formas energéticas como la del
viento, con inventos importantes que
le permitieron hacer óptimo el uso de
esta energía, que en conjunto con los
avances técnicos producidos hasta
ese momento, dan lugar a la
formación de un excedente de
producción superior al del proceso
previo; paralelamente a este proceso
se produce una mayor diferenciación
de la sociedad en clases. Ambos
procesos configuran el escenario
para lo que sería la segunda
revolución que modificó las formas de
adaptación a la naturaleza: la
Revolución Urbana.
5
Este segundo momento significa un
cambio en las formas de organización
social, que presupone la existencia
de una sociedad con estructura de
clases, cuya composición asegura un
flujo permanente de materia y energía
de un ecosistema productor a un
ecosistema consumidor, por así
decirlo. Esto significa, para hacer más
patente el dominio social de un grupo
sobre otro, que la clase social
dominante decide separarse
espacialmente del resto de la
sociedad, por lo que crea los
ecosistemas urbanos, cuya existencia
es posible sólo por este flujo
energético. Con este hecho se
modifican también los ritmos de
explotación de la naturaleza, así
como la asimilación y reincorporación
de los desechos.
Este proceso ha implicado entre otras
cosas, la concentración y dominio de
múltiples recursos como la energía, la
tecnología y la información, lo que ha
permitido la conformación de las
ciudades, que se constituyen desde
su origen en los centros de poder
desde donde emana el dominio
político, económico y social hacia el
resto de la sociedad, así como la
ideología dominante, en la que
también se encuentran los valores
que configuran la manera de mirar a
la sociedad y a la propia naturaleza.
La revolución urbana es
prácticamente el acta de nacimiento
del período histórico de la
humanidad, en el que podemos
observar que las formas básicas de
utilización de la energía fueron: la
fuerza de trabajo del hombre, la de
animales de tiro y carga, el fuego, el
viento y el agua.
El acontecimiento que modificó la
manera de pensar, de vivir, los
medios de producción y las
sociedades que participaron de ella
en su conjunto, fue el tercer proceso
que es relevante para nuestro
enfoque, denominado Revolución
Industrial.
Este proceso significó la potenciación
de la fuerza motriz conocida hasta
ese momento, que por su acción en
la sociedad implicó la multiplicación y
vulgarización de los métodos y bienes
en la producción, así como un cambio
6
total en el sistema de valores, porque
el sentido de la vida se trasladó de
los valores vitales a los valores
económicos.
Este complejo energético - productivo
- tecnológico - social no se puede
situar en un lapso de tiempo estricto,
pero se pueden ubicar algunos
momentos:
"...1700 como principio, 1870 como punto
máximo de una curva ascendente y 1900
como el comienzo de un movimiento
aceleradamente descendente".4
La huella más importante que deja
este proceso en la humanidad es la
consideración del dominio de la
naturaleza en el sentido de
sometimiento y junto con esta idea la
del dominio del resto de los hombres.
Es a partir de este momento en
donde podemos identificar
claramente la idea del ser humano
cómo un medio y no cómo un fin de la
producción.
Pero ¿de dónde surgen los
planteamientos teórico - filosóficos
que dan lugar a la razón instrumental
4
Mumford, L. Técnica y civilización. Alianza
Universidad. Madrid. 1987. p. 171.
que ha sido motor de la era
moderna? Existen dos arquetipos, el
racionalismo y el empirismo, que
derivan a lo que será el modelo de
pensamiento de la razón
instrumental. Estos arquetipos tienen
su origen en última instancia en
Aristóteles y Platón:
"Para Platón, los datos sensoriales eran en el
mejor de los casos, una distracción del
conocimiento, el cual era la provincia de la
razón pura. Para Aristóteles, el conocimiento
consistía en generalizaciones, pero éstas se
derivaban en primera instancia de
información obtenida del mundo exterior.
Estos dos modelos de pensamiento humano,
llamados racionalismo y empirismo
respectivamente, formaron la herencia
intelectual más importante del Occidente
hasta Descartes y Bacon, quienes
representaron, en el siglo XVII, los polos
opuestos de la epistemología. ...A pesar de
los puntos de vista diametralmente opuestos
representados por el New Organon de Bacon
y el Discurso del Método de Descartes,
ambos poseen algo en común que, a su vez,
se distingue claramente tanto del mundo de
los griegos como del de la Edad Media.
El descubrimiento fundamental de la
Revolución Científica descubrimiento
simbolizado por los trabajos de Newton y
Galileo, fue que en realidad no había
ningún gran choque entre el racionalismo y el
empirismo. El primero dice que las leyes del
pensamiento se conforman con las leyes de
las cosas; el último dice que siempre coteja
sus datos con los pensamientos de modo
que se pueda saber que pensamientos
pensar. Esta dinámica relación entre
racionalismo y empirismo yace en el corazón
mismo de la Revolución Científica, y se hizo
posible por su conversión en una herramienta
concreta. Descartes demostró que las
matemáticas eran el epítome de la razón
pura, el conocimiento más confiable de que
podíamos disponer. Bacon señaló que uno
tenía que preguntarle directamente a la
7
naturaleza, colocándola en una situación en
que se viera forzada a suministrarnos sus
respuestas. Natura vexata la denominaba, "la
naturaleza acosada": disponga una situación
de modo que tenga que responder sí o no. El
trabajo de Galileo ilustra la unión de estas
dos herramientas. Por ejemplo, haga rodar
una bola por un plano inclinado y mida la
distancia recorrida versus el tiempo.
Entonces usted sabrá, exactamente, cómo se
comportan los cuerpos en caída"5
El centro de la cuestión que nos pone
de relieve este modelo de
pensamiento, es que la pregunta
fundamental que se elabora es
¿cómo? y no ¿por qué? ¿Cómo
funciona este objeto, el ser humano,
el mundo y el universo? Son las
preguntas relevantes para el ser
humano de la modernidad, con el
pensamiento instrumental. La
estrecha vinculación que se produce
entre el mundo de las matemáticas
(lo medible, lo mensurable, lo
cuantificable) y la experiencia
empírica de cómo ocurren los
fenómenos, produce este cambio
significativo en la perspectiva de la
concepción del mundo y del ser
humano en sí mismo.
De hecho, para seguir con el método
cartesiano de pensamiento racional,
la mente humana se concibe como
5
Berman, Morris El reencantamiento del mundo.
Editorial Cuatro Vientos. Chile.1990. p. 27 - 28.
una máquina y no debe dejarse
engañar por las emociones. Así, la
visión holística y romántica desde
la perspectiva de la modernidad del
ser humano como parte y en armonía
con la naturaleza, unido a un universo
vivo que poseía sus propias metas y
objetivos, fue sustituida por una idea
del mundo como objeto o cosa y su
sentido, reducido a una idea de
explicación de su funcionamiento. El
ser humano se convirtió a sí mismo,
en el gran sujeto de la historia, que
quedaba frente a los objetos del
universo, inertes e inanimados. Ya no
importaba por qué sucedían los
fenómenos de la naturaleza, sino
cómo ocurrían y de qué manera se
podían medir o cuantificar, o en
cuántas partes se podían
descomponer. También lo verdadero
en los valores fue igualado con lo útil.
No al holismo y sí al control y dominio
de la naturaleza.
No es que previamente al siglo XVII
no hubiera existido algún tipo de
control de la naturaleza por medios
tecnológicos. Y he mencionado cómo
el homo sapiens ha hecho de la
instrumentalidad su plataforma
8
adaptativa al entorno, pero la
elevación de la tecnología hasta un
nivel filosófico y las posibilidades de
control de los ciclos de materia y
energía que le daba a los seres
humanos el crecimiento de las artes
mecánicas, fue un paso sin
precedentes que sólo se produjo
hasta el siglo XVII de nuestra era,
gracias a la aplicación de los
experimentos de Galileo y de Newton.
Pero estas ideas encontraron su
plena expresión en el orden social
naciente que propició la Revolución
Industrial: ahí se conoció una
verdadera sociedad tecnológica que
prevalece hasta nuestros días. O en
palabras de Berger:
"las ideas no tienen éxito en la historia en
virtud de su verdad, sino en virtud de sus
relaciones con procesos sociales
específicos"6.
Aparejada a esta nueva racionalidad
tecno - científica y al orden social
naciente, se produjo en la cultura
occidental el triunfo de la idea de
progreso.
6
Berger, Peter. Towards a sociological
understanding of psychoanalysis. Tomado de
Berman, op. cit.
Esta idea de hecho se incorpora en el
pensamiento cristiano, a partir del
milenarismo judío, de la idea
mesiánica que el pueblo judío avanza
continua e inexorablemente hacia una
edad de oro; pero el cristianismo, con
su pretensión universalista, acoge a
la humanidad entera.7
Esta idea curiosamente encuentra su
mayor aceptación
"de 1750 a 1900, tanto en la mentalidad
popular cómo en los círculos intelectuales.
De ser una de las ideas importantes de la
civilización occidental, pasó a convertirse en
la idea dominante, incluso teniendo en
cuenta la creciente importancia de ideas
como las de igualdad, justicia social y
soberanía popular, que también fueron focos
directrices durante este periodo. Pero el
concepto de progreso es claramente central
porque es el contexto en que esas otras
ideas viven y se desarrollan. Gracias a la
idea de progreso, las ideas de libertad,
igualdad y soberanía popular dejaron de ser
anhelos para convertirse en objetivos que los
hombres querían lograr aquí en la tierra"8
Esta noción de progreso se vio
fuertemente reforzada en la
modernidad, a partir de los
vertiginosos cambios originados en el
orden social: numerosos inventos,
producción incrementada de bienes,
avances reales y aparentes en todos
los órdenes de la vida a partir del
7
Nisbet, Robert. Historia de la idea de progreso.
Gedisa. España. 1991.
8
Nisbet. Op.cit. p. 243.
9
siglo XVIII. Sin embargo, esta noción
se ve ahora fuertemente cuestionada.
Actualmente existe un gran vacío en
los valores y una pérdida de sentido y
significado de la vida humana,
debido, en gran medida, al
contundente y rotundo fracaso que ha
demostrado dicha noción.
O en palabras de Octavio Paz:
"La filosofía del progreso muestra al fin su
verdadero rostro: un rostro en blanco, sin
facciones. Ahora sabemos que el reino del
progreso no es de este mundo: el paraíso
que nos promete está en el futuro, un futuro
intocable, inalcanzable, perpetuo. El progreso
ha poblado la historia de las maravillas y los
monstruos de la técnica, pero ha
deshabilitado la vida de los hombres. Nos ha
dado más cosas, no más ser" El otro México:
crítica de la pirámide.
La ilusión de progreso creciente e
incesante, de mayores niveles de
consumo y de manejo de tiempo de
ocio, creado en la mente y los sueños
colectivos de las personas de nuestro
tiempo, se han convertido en un
espejismo.
Los grandes beneficios que ha traído
consigo la modernidad, como son el
incremento de la esperanza de vida al
nacer, la elevación de los niveles de
vida de grandes sectores de la
humanidad, la mecanización de
muchos procesos de producción que
anteriormente requerían de la mano
de obra humana como fuerza bruta,
la extensión de la educación, las
artes y las ciencias a sectores más
amplios de la población, la aplicación
de los avances tecnológicos a la vida
cotidiana; en una palabra, la
elevación del nivel y la calidad de
vida de grandes sectores de la
población, tienen procesos asociados
a este progreso que afectan
negativamente esta mencionada
calidad de vida.
El paraíso prometido, el Edén, ha
venido acompañado de los siete
jinetes del Apocalipsis: los beneficios
del control y el dominio que se ejerce
sobre la naturaleza, no se han
transformado en instrumentos de
libertad humana. De hecho, el
dominio y control que se ha
pretendido tener sobre la naturaleza
acosada de Bacon actualmente
presenta efectos acumulativos que se
revierten sobre el controlador
universal; el ser humano ha pasado a
ser un medio y no un fin, y el
bienestar de unos cuantos ha
significado el empobrecimiento de
10
muchos. Es en esta época en la que
la vida humana no tiene ningún
significado ni importancia en el
pensamiento de las mayorías, y para
ello, sólo basta con encender el
televisor o la radio y ver o escuchar
un programa de noticias, en el que se
da cuenta de un sinnúmero de
desastres y desgracias humanas y
esto ya se constituye en la
normalidad cotidiana, que ya no
conmueve a nadie. La transmisión de
imágenes de lo que está ocurriendo
en otro extremo del mundo en tiempo
real ha convertido la realidad en
espectáculo. Esto es así en nuestras
vidas en lo relacionado con los seres
humanos, como para el resto de las
especies vivientes en el planeta. La
importancia de la vida, al parecer en
nuestro tiempo sólo es en función de
su utilidad.
Sobre la humanidad, como nunca
antes en la historia, se cierne la
amenaza de su propia destrucción, ya
sea por la insostenibilidad del estilo
de vida de las sociedades
contemporáneas que siguen las
aspiraciones que la cultura occidental
ha planteado como válidas, o por la
amenaza del uso de armas nucleares
o biológicas de una nación contra
otra.
En suma, el complejo energético -
tecnológico de la modernidad y el
progreso actual se han desarrollado
más como una forma de control social
que como un recurso que permita la
emancipación de la humanidad.
De ahí se desprende la necesidad de
reformular una ética que corresponda
a las bases de la creación de una
racionalidad ambiental, por ello, se
hablaría de una ética ambiental.
Así, "el ambiente emerge como un saber
reintegrador de la diversidad, de nuevos
valores éticos y estéticos, de los potenciales
sinergéticos que genera la articulación de
procesos ecológicos, tecnológicos y
culturales"9.
Los retos fundamentales para el
movimiento ambientalista son la
formación una nueva cultura y de
nuevos valores.
El ambientalismo "Es una utopía que
moviliza la acción social hacia la construcción
9
Leff, Enrique. Saber ambiental: sustentabilidad,
racionalidad, complejidad, poder. S. XXI. México.
1998.p. 17.
11
de una nueva racionalidad productiva y un
proyecto alternativo de civilización"10
¿Por qué plantearse un proyecto
alterno de civilización? La crisis del
medio ambiente, como la denominé al
inicio de este trabajo, nos ha llevado
a enfocar la atención sobre los
principios en los que está fundado el
proyecto civilizatorio de la
modernidad: la racionalidad
económica por sobre cualquier otra
consideración, la lógica
tecnocientífica que prevalece en
todos los ámbitos de la vida sobre el
planeta, la organización burocrática
de la sociedad y los aparatos
ideológicos del estado que
establecen un férreo control sobre la
sociedad misma. La conversión de
los individuos en piezas (necesarias o
desechables) del sistema.
El concepto de ambiente cuestiona
todos los supuestos sobre los que
está construido el proyecto
civilizatorio de la modernidad: la
homogeneidad cultural y la pérdida
de la noción de diversidad (étnica,
ecológica, de género), la
sobrevaloración del tener y no del
10
Leff, Enrique. Op. Cit. p. 87.
ser, la prevalencia de la racionalidad
tecnocientífica sobre cualquier otro
paradigma o forma de conocimiento
humano; en suma, este concepto
"abre nuevas perspectivas al proceso de
desarrollo, sobre nuevos principios éticos y
potenciales ecológicos, planteando una
transformación de los procesos económicos,
políticos, tecnológicos y educativos para
construir una racionalidad social y productiva
alternativa"11
La construcción de un proyecto
civilizatorio alterno requiere que los
supuestos en los que está fundado el
actual proyecto sean subvertidos bajo
una óptica diversa, que podría
constituirse en esa racionalidad
ambiental que diera lugar a un orden
social nuevo.
"La racionalidad ambiental incorpora un
conjunto de valores y criterios que no pueden
ser evaluados en términos del modelo de
racionalidad económica, ni reducidos a una
medida de mercado. Sus principios
constituyen una estrategia conceptual que
orienta la realización de los propósitos
ambientales, frente a los constreñimientos
que la institucionalización del mercado y la
razón tecnológica imponen a su proceso de
construcción.
La racionalidad ambiental se construye
mediante la articulación de cuatro esferas de
racionalidad:
a) una racionalidad sustantiva, es decir, un
sistema axiológico que define los valores
y objetivos que orientan las acciones
sociales para la construcción de una
racionalidad ambiental (v. gr.
11
Leff, Enrique. Op. Cit. p. 114
12
 sustentabilidad ecológica, equidad social, racionalidades económica y
diversidad cultural, democracia política);
b) una racionalidad teórica, que sistematiza tecnocientífica prevalecientes, en
los valores de la racionalidad sustantiva y
los articula con los procesos ecológicos, contra de la homogeneización de la
culturales, tecnológicos, políticos y
económicos que constituyen las
cultura, en contra de la lógica del
condiciones materiales, los potenciales y
tener y no del ser el imperio de la
las motivaciones que sustentan la
construcción de una nueva racionalidad producción y el consumo, y en
social y productiva;
c) una racionalidad instrumental, que suma, en contra de los sistemas de
produce los vínculos técnicos,
funcionales y operacionales entre los control que establecen un destino
objetivos sociales y las bases materiales
del desarrollo sustentable, a través de un homogéneo y subsumido de la
sistema de medios eficaces;
d) una racionalidad cultural entendida
otredad, en lugar de propiciar su
como un sistema singular y diverso de emancipación.
significaciones que no se someten a
valores homogéneos ni a una lógica
ambiental general, que produce la
identidad e integridad de cada cultura, Pero también, además de ir en contra
dando coherencia a sus prácticas
sociales y productivas en relación con las de los valores que dan fundamento a
potencialidades de su entorno geográfico
la racionalidad tecnocientífica
y sus recursos naturales".12
prevaleciente, la fundación de la ética
Para la construcción de la nueva ambiental propone el reconocimiento
utopía, necesaria para la humanidad, de la diversidad en su más amplia
hay muchos porqués que están acepción: cultural, la tolerancia, la
dichos, falta responder a la pregunta participación, las formas de
de los ¿cómo? conocimiento intuitivas y los saberes
tradicionales y de los ecosistemas; y
El planteamiento de una ética
ambiental que en conjunto con una "reivindica los valores del humanismo: la
integridad humana, el sentido de la
racionalidad ambiental incidan sobre existencia, la solidaridad social, el
rencantamiento de la vida y la erotización del
un nuevo proyecto civilizatorio y dé mundo".13
lugar a un orden social diferente al
que vivimos actualmente, parte La construcción de una ética

necesariamente de valores que se ambiental nos permitirá ver germinar

establezcan en contra de las la semilla de lo que puede

12 13
Leff, Enrique. Op. Cit. p. 117 Leff, Enrique. Op. Cit. p. 76

13
constituirse en una nueva era y un
horizonte nuevo para la humanidad:
la posibilidad de un nuevo comienzo
en la aventura humana O en palabras
de Lévi-Strauss:
"Un humanismo bien ordenado no comienza
consigo mismo, sino que devuelve las cosas
a su lugar. Sitúa al mundo delante de la vida
a la vida delante del hombre y al respeto por
los demás antes del amor a sí mismo. Esta
es la lección que nos enseñan aquellas
personas que llamamos "salvajes": una
lección de modestia, de decencia y
discreción a la vista de un mundo que
precedió a nuestra especie y que la
sobrevivirá" Claude Lévi - Strauss en
entrevista en 1972
14