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El guía

Sophia Calderoni

E ra el momento de dar un paso adelante.


Durante los últimos cinco años, John había estado
sala principal de reuniones donde se quedaban todos los
visitantes. Por primera vez en su vida, no tenía privacidad
viviendo con el maestro. Había aprendido tanto, había de ningún tipo. Eso había sido lo más duro para él. Es-
recibido tanto. Y tanto había cambiado. De pie, solo en el taba rodeado constantemente de gente. A veces querían
jardín, recordó cómo había llegado por primera vez para hablarle, a veces querían su ayuda para las diversas tareas
ver al maestro. Tenía entonces sólo 22 años y acababa que había que hacer, y a menudo simplemente se queda-
de terminar su licenciatura en psicología. Sin embargo, ban mirándole fijamente porque resultaba tan distinto de
todavía no sabía qué quería hacer con su vida. Sucedió lo que estaban acostumbrados a ver. Le llevó un tiempo
que un día vio un aviso en uno de los herbolarios cerca adaptarse a todo esto. Sin embargo, de alguna forma le
de Portobello Road acerca de un maestro sufí que visi- ayudó a desarrollar más tolerancia hacia los demás.
taba Londres. A esa altura no sabía realmente qué era Pero había una cosa que le dejaba profundamente
un maestro sufí, pero sintió un impulso irresistible de perplejo; el hecho de que prácticamente todo el mundo
llamarle. El resto era historia. Se inició un poco después, que acudía al maestro para iniciarse fuera aceptado. El
y más tarde el maestro le invitó a vivir con él durante al- maestro casi nunca rechazaba a nadie excepto cuando la
gún tiempo en su país nativo. Por supuesto, había acepta- persona estaba tan trastornada que podía poner en riesgo
do, empaquetando todas sus pertenencias y simplemente a los demás. Para él, era obvio que la mayoría de estas
desapareciendo poco después. Sólo sus padres sabían gentes no estaba realmente interesada en la senda espiri-
que había abandonado el país, aunque ni siquiera ellos tual. Casi todos venían sólo para hacer negocios, encon-
sabían por qué. trar una esposa o un trabajo. En resumen, por lo que él
Durante su estancia con el maestro, todo el mundo podía ver, sólo unos pocos buscaban realmente a Dios;
le trató con la mayor cortesía y amabilidad. El centro del el resto perseguía otras cosas. Y le resultó muy divertido
maestro estaba en un tranquilo barrio en mitad de una que el maestro conociese perfectamente las intenciones
ciudad muy ruidosa. No le importaba nada que no le hu- de cada uno pero que jamás dijese una palabra acerca de
bieran dado un cuarto para él solo. Tenía que vivir en la ello.

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Tras unas semanas en el centro, «No estarás solo», le hizo saber el un maestro sufí durante los últimos
el maestro le preguntó si quería con- maestro. «Habrá también otras per- cinco años? Y qué, dirán. No, maña-
tinuar sus estudios allí. John contes- sonas. No te preocupes; te encontra- na tendré que hablar de nuevo con el
tó que deseaba mucho estudiar las rán. Una vez que te instales, llegarán maestro. Estoy seguro de que cuan-
obras de los grandes sufíes en su a ti y tendrás que guiarles». do le explique todo, entenderá que es
lengua original. Así que se matriculó «¿Guiarles?» imposible para mí volver a Inglaterra
en la universidad local y comenzó a «Sí. Mañana hablaremos más como guía».
estudiar en serio el persa, el árabe y el acerca de esto antes de que partas. John se hallaba de pie junto a la
turco. Por la noche se quedaba sen- Pero de momento tienes que ir a pre- puerta con sus maletas. Estaban lle-
tado durante horas, meditando. De pararte para tu viaje». Con una sonri- nas de libros, aunque no había olvi-
alguna forma le hacía sentirse a gusto sa amable, el maestro se alejó andan- dado comprar algunos regalos para
consigo mismo, y por primera vez en do para regar su jardín. su familia, a la que estaba muy ansio-
su vida sintió como si controlara sus John se sintió orgulloso, aunque so por ver después de cinco años. Ya
pensamientos y emociones. Esto era esto no fuera algo que hubiera de- había dicho adiós a todos los sufíes
lo que más deseaba de todo —con- seado o previsto. Inicialmente, había mientras aguardaba a ver al maestro
trolar sus estados psicológicos. acudido al maestro porque necesita- por última vez. Había repasado sus
Desde su cuarto el maestro podía ba descubrir alguna verdad profunda argumentos durante la noche ante-
ver a John. Aunque estaba contento sobre sí mismo y sobre el mundo, rior. Volvía a repasarlos ahora, mien-
con el progreso del muchacho en la por no mencionar que le poseía el tras se preparaba para explicar al
Senda, el maestro sabía que John to- ardiente deseo de controlar sus emo- maestro por qué simplemente no le
davía tenía mucho que aprender. Por ciones. No estaba seguro de si había era posible actuar como guía espiri-
encima de todo, sa- tual para los demás.
bía que John todavía «Pareces estar lis-
no había entendido to para tu largo viaje»,
de verdad la idea de dijo el maestro.
que uno tenía que
Aparte de ser sincero contigo mis- «Sí»,  contestó
amar a los demás mo y con los demás, sólo necesitas John, intentando con-
por lo que eran. Por trolar sus lágrimas.
ello, el maestro sabía
saber una única cosa, y esa es darle «Todo va a salir
que tendría que en- a cada uno lo que te pida. bien. Estoy seguro
viar a John de vuelta de que te voy a ver
a Inglaterra. Era el pronto. Bon voyage»,
momento de que él y con estas palabras
aprendiera según su el maestro le abrazó y
propia experiencia. descubierto lo que buscaba. Para ser besó sus mejillas.
Tras informar a John de su deci- honesto, en ese momento de su vida «Pero hay algo de lo que tengo
sión, el maestro le preguntó si sabía ni siquiera le preocupaba si llegaría a que hablar con usted», rogó John.
lo que haría una vez de vuelta a su encontrarla alguna vez. Era amado Con su mano el maestro hizo un
hogar. por el maestro, y eso era suficiente gesto para que John continuase. Pero
«No tengo ni idea», contestó para él. Pero no era algo que pudiera en ese momento olvidó el prolijo ra-
John. «Quizá haya algo que usted explicar a cualquiera. ¿De qué forma zonamiento que tan cuidadosamente
quiera que haga allí». podría él guiar a los demás? En lo que había preparado la noche anterior.
«Creo que deberías hacer lo que a él se refería, no sabía ni lo más mí- «Es acerca de lo que me dijo
te haga feliz», le dijo el maestro. nimo sobre la espiritualidad, por no usted ayer… acerca de guiar a otras
«Estoy seguro de que podré en- hablar del sufismo. Cuanto más pen- personas cuando esté en Inglaterra»,
contrar algo que hacer una vez que saba acerca de ello, más confundido y eso fue todo lo que John pudo bal-
llegue allí». se volvía. Una pregunta tras otra, un bucir.
Encontrar algo que hacer era la pensamiento tras otro, comenzaron Sin tomarse el asunto demasiado
menor de las preocupaciones de John. a invadir su mente. Al final no pudo en serio, el maestro sonrió:
Quería hacerle al maestro la pregunta evitar pensar que el maestro era un «Aparte de ser sincero contigo
que le había estado incordiando des- poco ingenuo acerca de este asunto. mismo y con los demás, sólo necesi-
de que le dijera que se marchase. Sin No conocía realmente la cultura oc- tas saber una única cosa, y esa es dar-
embargo, justo cuando iba a hacer la cidental. «No puedes simplemente le a cada uno lo que te pida. La gente
pregunta, sintió la mirada del maes- presentarte allí y decir que eres un llega a la senda espiritual con ciertas
tro penetrar su interior, y antes de guía. La gente quiere credenciales, ideas fijas y deseos en mente. Si pue-
que pudiera pronunciar una palabra, incluso de un guía espiritual. ¿Qué des satisfacer sus anhelos, entonces
se sintió totalmente reafirmado por les voy a decir?» pensó para sus aden- eres un buen guía a sus ojos y será
el maestro. tros. «¿Que he estado viviendo con más improbable que te hagan daño.

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Además, satisfacer los deseos de los «Sí, otro capuchino, por favor». dado los primeros pasos hacia lo que
demás es bueno para tu ego. No te John tiró el periódico a la silla el maestro le había pedido que hicie-
preocupes, al final entenderás lo que que estaba a su lado y dejó vagar su ra. Había pensado mucho acerca de
quiero decir». Entonces comenzó a mente. Le llevó sólo un par de mi- cómo ir buscando discípulos y final-
reír mientras hacía gestos para que nutos comenzar a recordar sus días mente decidió colgar algunos carteles
John se fuese. junto al maestro. «Con él, la vida era por la universidad y en herbolarios.
tan fácil y llena de sentido», reflexio- En letras grandes se leía: «Sufismo:
*** nó. Entonces recordó las últimas Meditación y Práctica» y debajo esta-
palabras que el maestro le dirigiera ba su nombre y número de teléfono.
John se sentía totalmente hastia- acerca de guiar a los demás. Toda- Después, compró muchos cojines
do con su vida, lo cual, dados ciertos vía no había entendido lo que había y los colocó alrededor de su cuarto
sucesos recientes, resultaba com- querido decir con ello. Pero, a medi- donde la gente pudiera sentarse y
prensible. El año de vuelta en Ingla- da que meditaba sobre aquellas pala- meditar. Recibió algunas llamadas de
terra había sido, como poco, rico en bras, llegó a la conclusión de que en teléfono la semana después de poner
acontecimientos. Tres semanas antes realidad entendía a qué se refería el sus carteles, y en un mes tenía cerca
su novia le había dejado. «Eres un maestro y, sin embargo, aún lograba de 15 personas que venían a su casa
engreído, John. Te crees que estás en persuadirse de que el maestro estaba para meditar y discutir acerca del
un viaje espiritual, pero la verdad es completamente equivocado en este sufismo. Las reuniones semanales
que los demás no te importan un co- asunto. Sus ideas simplemente no consistían fundamentalmente en que
mino», fueron sus últimas palabras. Y podían ser puestas en práctica en esta él leía algún texto clásico sufí en su
dos días antes había perdido su tra- sociedad. La sociedad occidental era idioma original, traduciéndolo, y lue-
bajo, aunque no porque le hubieran diferente de la oriental. Tal vez en el go lo interpretaba para ellos.
despedido. No, le necesitaban mucho, este tú podías dar a la gente lo que Fue una época excitante tanto
pero su arrogancia le había metido quisieran sin que te pisotearan, pero para John como para sus invitados.
en problemas. Había amenazado con aquí serías un loco si hicieras esto. El En lo que a él se refería, eso es todo
dimitir si su supervisor no adoptaba interés hacia uno mismo era la fuer- lo que eran —invitados, no discípu-
sus ideas para mejorar el ambiente de za motriz en la sociedad occidental. los, ni siquiera estudiantes. Les dijo
trabajo. Por supuesto, nadie le había Simplemente no podías ir contra co- desde el principio que no tenía la au-
escuchado y había tenido que dimitir rriente: simplemente no funcionaría, toridad para iniciar a nadie en la sen-
sólo para demostrarles que lo había se dijo a sí mismo. da sufí; que, en resumidas cuentas, él
dicho en serio. Qué pena que no pu- Entonces, de repente, como si intentaba hacer lo que su maestro le
diera pedir una carta de recomen- le hubiera golpeado un relámpago, había pedido que hiciera.
dación, pensó para sí mismo. ¿Qué John se dio cuenta de que había sido Al principio, le supuso una tre-
había salido mal? ¿Por qué estaba su un burro. Desde su vuelta a Inglate- menda alegría compartir su experien-
vida hecha tal lío? se preguntaba con- rra, lo había hecho todo a su propio cia vital con otros. Les habló sobre
tinuamente. modo, y como resultado su vida era el maestro, sobre la vida en el centro
«Sólo un capuchino, por favor», un completo desastre. Y todavía tenía con los demás sufíes, sobre la cultu-
dijo John al camarero. la indecencia y arrogancia de culpar ra persa. John tenía una personali-
Necesitaba estar solo durante un al maestro por sugerir un modo de dad muy agradable y todo el mundo
rato para pensar bien sobre todas las vida que ni siquiera había intentado aguardaba expectante el momento
cosas. El café siempre le había ayu- adoptar. Sentado allí, solo, John sin- de oírle hablar sobre el lado práctico
dado a concentrarse, pero en lo más tió una profunda vergüenza. del sufismo una vez que terminaba
profundo de su corazón sabía que no Al principio, cuando había regre- la meditación. «El ego es el obstácu-
por mucho pensar iba a salir de esta. sado a Inglaterra, se había sentido lo máximo en nuestro viaje hacia la
Era el momento de la acción. Tal vez tranquilo y al mando de la situación. Verdad y el amor es la única forma
se imponía otra visita al maestro. Por Tenerlo todo bajo control era tal vez de vencerlo: el amor hacia el maes-
lo menos el café y el periódico le ayu- la cosa más importante en esta vida. tro, hacia los compañeros de camino
darían a olvidarse de sí mismo y de Se había matriculado en la universi- y en última instancia hacia toda la
sus problemas durante un rato. Sacó dad para continuar sus estudios lin- creación», solía decir John a su au-
el periódico del bolsillo de su imper- güísticos. También había conseguido diencia. De alguna forma sentía que
meable y comenzó a buscar un titular un trabajo a tiempo parcial como no le creían, tal vez porque en lo más
interesante. No fue difícil encontrar traductor para el servicio de Inmigra- profundo de su interior él tampoco
uno. Era el tipo de persona que po- ción. Había vivido solo durante algún creía lo que decía.
día sumergirse en casi cualquier tipo tiempo porque era importante para él Gradualmente, sin embargo, John
de texto. Había leído cerca de media tener paz y tranquilidad para poder comenzó a sentir que esas sesiones
hora cuando el camarero volvió de estudiar y meditar. no conducían a ninguna parte. Esta-
nuevo preguntando si necesitaba al- Tras algunos meses, sin embargo, ba insatisfecho. Sentía que la mayor
guna cosa. se dio cuenta de que ni siquiera había parte de sus huéspedes no estaban

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realmente «metidos» en el sufismo. vez de presentar algunas de las tra- dado que ella representaba tal autori-
Llegaban para disfrutar de la paz y ducciones de la poesía de 'Attār, como dad en el grupo, sintió que tenía que
quietud de la meditación en grupo, les había dicho que haría la semana decir algo.
pero no se mostraban dispuestos a anterior, comenzó dejando que sus «Ruth, ¿no puedes quedarte sólo
abandonar nada por el bien de los de- invitados supieran que sus búsquedas durante 10 minutos más? Te prome-
más o por Dios, tan inmersos como de la Verdad estaban empañadas por to que habré terminado para enton-
estaban en el mundo material. sus respectivos egoísmos. ces», se descubrió John diciendo sin
«¿Cómo pueden esas personas «Cada uno de vosotros está aquí intención consciente.
comenzar a entender a Dios cuan- no por Dios, sino por vosotros mis- «No, creo que he escuchado
do, desde que rompe el alba hasta mos. Venís aquí por muchas razo- suficiente», respondió Ruth. Pero
el ocaso, todo en lo que piensan es nes egoístas. Algunos buscáis la paz tampoco ella podía dejarlo pasar
en sí mismos?» dijo John a un amigo mental, otros queréis ser capaces de así. «¿Te has preguntado alguna vez
un día. «Pero no es realmente culpa vivir en armonía con los demás, otros cómo alguien puede practicar esta
suya», continuó. «Pertenecen a una queréis ser mejores personas y otros no-existencia de la que siempre estás
cultura que abraza y estimula el ego. incluso queréis avanzar en el camino hablando? ¿Es algo que uno puede
Grosso modo, esta cultura hacer desde su propia vo-
consiste en promocionar- luntad? Una y otra vez te
se a uno mismo; por otro olvidas de un factor inelu-
lado, tal vez haya sitio para dible en todo este asunto,
el crecimiento espiritual. y ese es la gracia de Dios.
Pero incluso el crecimien- Sin ella, somos un puñado
to espiritual significa aquí de simples pretendientes a
mejorarse a sí mismo es- los que constantemente se
piritualmente. Todo se re- les puede recordar su pro-
sume en el pequeño “yo”, pia ineptitud y mezquin-
y en mejorarlo. ¿Cómo dad. En cualquier caso, tú
podría enseñar a estas per- mismo tampoco pareces
sonas a olvidarse de este desear sólo a Dios. Porque
pequeño “yo”?». si lo hicieras, no te habría
Cada vez más, John importado lo más mínimo
sonaba como una persona a qué nos dedicamos el
que ha completado la Sen- resto, pues a una persona
da. Pero, a diferencia de un centrada sólo en Dios le
auténtico guía, se volvió parece que en cualquier
muy crítico y sentencioso caso todo proviene de Él».
sobre la gente que acudía Habiendo dicho esto, Ruth
a él para obtener guía. se dio la vuelta y abando-
espiritual. Pero nada de eso debería
«Tal vez me ha llegado el mo- nó el cuarto.
ser el objetivo. El objetivo es no ser
mento de que sea honesto y directo John estaba estupefacto. Todo
—no querer o desear nada más que
con mis invitados», pensó John para era verdad, todo cuanto ella había
a Dios. Pero todos vosotros os es-
sí mismo mientras bebía las últimas dicho. Así lo sentía. Supo en ese mis-
forzáis duramente por ser de esta o
gotas de su segundo capuchino. Sí, mo momento que ya no podía seguir
de aquella manera, por desear este o
se convenció, esta noche tendría que hablando sobre el sufismo. Ni era un
aquel estado».
dar una charla en la que hiciera saber sufí ahora ni nunca lo había sido, ni
Mientras John ordenaba sus pen-
a sus invitados, sin medias tintas, lo siquiera mientras vivía con el maes-
samientos antes de continuar con su
que realmente sentía por ellos. ¿Acaso tro. «Darle a cada uno lo que te pida»,
charla sobre las muchas trampas del
el maestro no le había pedido especí- dijo en voz alta, recordando las pala-
ego, vio que uno de los miembros
ficamente que fuera sincero con los bras del maestro. En este momento
del grupo se levantaba para irse. Era
demás? Quizá al menos unos pocos vio que eso significaba aceptar a las
Ruth, quien se mostraba evidente-
entenderían de qué hablaba. Como personas tal y como son, no como
mente agitada por los comentarios
un autómata, pagó los capuchinos en uno quiere que sean.
de John. No se trataba desde luego
Comenzó a entender. Por prime-
Ilustración: Doug Gilbert

caja y volvió a colocar el periódico en de una novicia en las tradiciones es-


su bolsillo. Se estaba concentrando ra vez, comenzó a entender.
pirituales orientales. Había viajado a
únicamente en la reunión de esa no- lo largo y ancho del este buscando
che. Si su charla iba a ser efectiva, se tradiciones espirituales auténticas y
dijo a sí mismo, entonces debería ser había leído profusamente sobre ellas.
corta y directa al grano. De ser otra persona, probablemente
Aquella noche en la reunión, en John la habría dejado marchar. Pero

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