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Estado, Administración y Políticas Públicas

Edición 2013

LICENCIATURAS EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, ESTUDIOS POLÍTICOS,


POLÍTICA SOCIAL Y URBANISMO

FICHA DE LECTURA Nº 1

La Perspectiva pluralista: las ideas en acción

Couto, Bárbara
Foglia, Carolina

En esta ficha se elabora una síntesis explicativa de los principales temas y conceptos sobre la
perspectiva o la teoría pluralista. El objetivo, por un lado, es que comprendan por qué es
relevante conocer la teoría y, por el otro brindarles algunos elementos conceptuales con los
cuales poder analizar la realidad política. La bibliografía sobre la cual fue elaborada la ficha
puede consultarse en el último apartado.

Introducción

1
La segunda unidad de la materia EAyPP los va a introducir en la teoría del Estado porque
resulta esencial comprender de dónde provienen sus definiciones. A lo largo de la carrera
universitaria y profesional pueden encontrarse con conceptualizaciones variadas e incluso a
veces contradictorias sobre qué es el Estado, de modo que es importante que aprendan a
discernir y diferenciar la raíz teórica de los conceptos y las ideas construidas en relación a
este tema.

La teoría del Estado atraviesa / permea todos los ámbitos de acción y decisión vinculados al
Estado. ¿Qué ideas tienen por ejemplo los políticos sobre qué debe hacerse y cómo debe
hacerse, que argumentan los politólogos sobre qué es el Estado y qué es la política, los
votantes sobre cuál es el mejor candidato, los vecinos sobre cuál debería ser su participación
en las decisiones que se toman en su barrio? ¿De dónde provienen estas ideas? ¿Qué efectos
tienen en la práctica?

Estudiar la teoría permite comprender las ideas. Como las ideas son construcciones históricas
(es decir son dinámicas: emergen y se disipan temporalmente como las modas) necesitamos
herramientas para discernir críticamente los razonamientos, las ideas que circulan, los
conceptos que leemos en relación al Estado. Para ese discernimiento, las diferentes
perspectivas teóricas nos proveen esquemas de razonamientos elaborados donde podemos
ubicar los temas / problemas vinculados al Estado. El análisis del pluralismo y neomarxismo
que van a estudiar en EAyPP es una primera y parcial aproximación al gran mundo de la teoría
del Estado, pero de algún modo los ayuda a abrir interrogantes que van a continuar
elaborando en futuras materias.

2
Principios que subyacen a diferentes expresiones de la teoría Pluralista

Al ser un gran paraguas que engloba diferentes escuelas y corrientes de pensamiento, es


adecuado hablar de cosmovisión. Veremos más adelante que el pluralismo se materializa en
diferentes ámbitos de la vida académica y política. Sin embargo podemos identificar algunos
elementos en común en todas estas expresiones del pluralismo que podrían denominarse
principios de la perspectiva pluralista (PP) y que deberíamos abordar antes de adentrarnos
en sus manifestaciones históricas.

El foco del análisis en la teoría pluralista está puesto en el individuo: la sociedad se compone
de individuos que de acuerdo a sus preferencias y valores eligen libremente entre las opciones
que se presentan, emprenden acciones, se unen a determinados grupos o se distancian,
adhieren / rechazan propuestas , etc. Categorías como las naciones, las clases, las razas, etc.
no son útiles desde esta perspectiva para pensar en la acción ya que sólo a los individuos
puede atribuírseles la capacidad de voluntad, estrategia, decisión y persecución de objetivos
propios.

Por su parte, las organizaciones / instituciones son en algún sentido secundarias en el análisis1
y se explican como agregados de individuos que comparten determinados valores o
preferencias y generan determinados espacios comunes para emprender o resolver cuestiones
mediante alguna forma de consenso. Como existen problemas que los individuos no pueden
resolver aisladamente, emergen las organizaciones para responder a estas necesidades. Así
surgen las empresas, como organizaciones de mercado para proveer bienes y servicios, las
asociaciones de empresarios o de trabajadores, y las asociaciones civiles, como organizaciones
de no-mercado para la defensa de determinados derechos: derechos comerciales o privados,
derechos laborales, o el derecho a la identidad respectivamente.

Ahora bien, aunque el nivel primero de análisis es el individuo y sus valores, el pluralismo
analiza la existencia de grupos de interés (asociaciones de individuos) que según las
preferencias y valores de sus miembros se autoorganizan en pos de algún/os objetivo/s.

Desde el punto de vista político-social el pluralismo señala la naturaleza autorreguladora de la


sociedad moderna. Los individuos actúan en interés propio pero comparten valores que han
interiorizado socialmente, de modo que esos intereses individuales no entran en conflicto con
el interés público (en condiciones de estabilidad política). Cuando emergen diferencias se
resuelven a partir de las asociaciones de individuos, por eso decimos que no requieren de una
regulación externa a los actores sino que el proceso político y social poseen una naturaleza
autorreguladora.

Las teorías pluralistas no constituyen utopías armonicistas ni niegan el conflicto, pero su foco
está en el equilibrio y la capacidad de balance y contrapeso entre los grupos, existentes o
potenciales. De modo que la proliferación y competencia entre grupos de interés diversos
constituyen la esencia de la vida democrática.

1
No son analizadas como entidades diferentes de la suma de sus partes. La perspectiva pluralista se
pregunta qué valores individuales guían la acción de esa institución y no cómo esa institución ha
construido un ethos o identidad propia, diferente de la suma de sus partes. Podemos entender mejor el
carácter secundario de las organizaciones o las instituciones en el pluralismo cuando lo comparamos con
el marxismo. Para los marxistas/neomarxistas el nivel de análisis más importante es la clase social,
mientras que las necesidades y las acciones del individuo están determinadas por la posición que este
ocupa en las relaciones de producción: como parte de la clase trabajadora o como parte de la clase
capitalista.

3
Pensando a la sociedad organizada como un mercado, es decir utilizando una definición
económica de la sociedad, el pluralismo atribuye una naturaleza autorregulada al mercado.
Los individuos son racionales y actúan como maximizadores de beneficios, buscan reducir los
costos de sus acciones y decisiones e incrementar los beneficios que pueden obtener de
aquellas. A su vez las empresas, que se guían por este mismo principio de maximización
económica, intercambian bienes y servicios con otras empresas en el mercado, intercambio
que tiende también en general a un equilibrio que se denomina óptimo.

Si la sociedad se autorregula, ¿qué es el Estado y cuál es su función?

El Estado está implícito en la explicación que da la perspectiva pluralista: es una institución


/organización más de no-mercado, como la iglesia, las organizaciones sociales, políticas, etc. Es
una sumatoria de elecciones individuales, sin dominio social (sin entidad propia más allá de
esas individualidades). Se distingue de otras organizaciones sólo por el monopolio del poder de
coerción (Arrow 1974 citado por Alford y Friedland, 1991).

Su principal función es servir como mecanismo neutral para agregar e integrar preferencias
de los individuos y las organizaciones, mediante la corporización de valores consensuales. Si
funciona adecuadamente, los intereses del Estado y la sociedad son idénticos. El Estado es
percibido entonces como un actor en principio neutral que recibe las demandas de los grupos
y procura arbitrar entre ellos

En este sentido, el pluralismo rechaza todo tipo de intervención del Estado que interfiera en
este equilibrio natural, autorregulado y autorregulable porque esto implicaría quebrar la
imparcialidad que este debe preservar. La intervención estatal en las negociaciones colectivas
entre trabajadores y empresarios sería un claro ejemplo de aquello que el pluralismo quiere
prevenir. El pluralismo plantea que estos grupos deben dirimir sus diferencias y el Estado solo
debe asegurar el libre juego en la negociación, por ejemplo incentivando la proliferación de
sindicatos y asociaciones empresarias, de modo que compitan por sus clientelas (trabajadores
y empresas).

Otra función del Estado, es proveer bienes públicos o colectivos (lo mínimo imprescindible):
mantenimiento de espacios públicos, provisión de servicios de salud y educación (que incluso
en caso de ser privados el Estado debe regular y fiscalizar en su funcionamiento), seguridad,
infraestructura, entre otros. El desarrollo de estas funciones supone una intervención mínima
del Estado. De ahí la idea de Estado mínimo.

Toda intervención más allá de las funciones mínimas que la sociedad define como ámbitos de
intervención pública estatal, según la perspectiva pluralista, llevan a una distorsión del
mercado e irrumpe el equilibrio natural de la interacción entre las partes.

Democracia y mercado: libertad política y económica en la perspectiva pluralista

Subyace en la PP la idea que la economía capitalista sigue naturalmente una trayectoria


histórica de modernización, una tendencia gradual y lineal (y progresiva) hacia el desarrollo de
las instituciones políticas y económicas.

Asimismo, los supuestos para la existencia de un Estado democrático y una sociedad


gobernable son los siguientes: 1) una “política normal”: adecuado balance entre consenso
(plasmado en reglas o instituciones políticas estables) y participación (activismo de individuos/
grupos de interés en las decisiones sobre cuestiones de interés público). 2) un
“desenvolvimiento económico sano”: crecimiento sostenido y equidad de oportunidades, y
competencia de mercado entre partes con un peso relativo similar (organizaciones de poderes

4
concentrados socavan esta base). 3) la existencia de burocracias responsivas: que respondan a
las decisiones de los cuerpos legislativos y los líderes políticos responsables, respondiendo en
definitiva a la opinión pública.

Entiende que la condición sine qua non para la participación en la política y para la existencia
de un Estado democrático es el derecho universal al sufragio. En la misma línea, la condición
sine qua non para la participación en la economía es la libertad de mercado. En ambos casos,
tanto la libertad política como la económica suponen una igualdad formal entre los hombres
que tendrían iguales oportunidades para ejercer sus derechos políticos y económicos.

Desde la PP, se plantea una interdependencia entre la libertad política y la libertad económica:
los derechos civiles democráticos garantizan a la vez la libre participación en política y la libre
disposición de la propiedad privada o del trabajo (la libertad de trabajar supone la libre
movilidad dentro del mercado de trabajo)

El Estado burocrático: el cambio, la centralización-descentralización, la autonomía-


responsibidad

Como señalamos anteriormente, el pluralismo supone la existencia de burocracias responsivas,


es decir que respondan a las necesidades sociales que van emergiendo. La modernización
supone un proceso de diferenciación social al interior del Estado, es decir la emergencia de
nuevas necesidades, de nuevos roles y consecuentemente de nuevas responsabilidades a
cumplir por la burocracia estatal.

El sistema democrático es abierto y competitivo. Dentro del sistema, las burocracias se


desenvuelven en un ambiente abierto a influencias de múltiples actores y competitivo, todo lo
cual constituye como dijimos, la esencia de la democracia.

Para el pensamiento pluralista, existe un ajuste gradual inherente al cambio social (ante la
emergencia de nuevas necesidades) que tiende en general a un equilibrio relativamente
estable. Cuando los cambios se producen lentamente permiten un ajuste institucional
ordenado. De lo contrario se produce un desarreglo que probablemente devenga en un
conflicto.

¿Qué es la descentralización y por qué el pluralismo la prefiere?

En el campo de la administración y políticas públicas, la descentralización es un proceso que


implica la transferencia de competencias de una persona jurídica superior (ej. El Estado
Nacional) a otra ubicada en un grado de menor jerarquía (ej. El Estado municipal). Hay dos
postulados importantes que lo sustentan. El primero que indica que “todo servicio público,
toda obra pública cuya prestación se agote en el ámbito urbano es municipal; toda obra
pública y todo servicio público, cuya prestación se agote en el ámbito estadual, es estadual. Y
si se rebasan esos ámbitos, lo remanente, lo residual, recién es federal” y, junto a este, el
principio de subsidiariedad que establece que ningún organismo superior debe hacer aquello
que puede hacer bien un organismo inferior.
El pluralismo entiende que centralizar constituye una elección social solo transitoria en
algunos casos puntuales para instrumentar valores socialmente consensuados, para servir a un
interés público consensuado. Por el contrario, descentralizar supone delegar las decisiones en
electorados o grupos particulares con preferencias específicas. Aunque centralización-
descentralización están en constante tensión, responden a priori a necesidades diferentes. La
descentralización se acerca más a la esfera de las preferencias individuales, mientras que la
centralización es esencial para responder al interés definido como “público”. Dado que lo

5
“público” debería ser, para el pluralismo, un ámbito de resolución de algunas pocas cuestiones
(la menor cantidad posible), la opción debe ser descentralizar siempre que sea posible, de
modo de acercarse al ámbito individual o de las asociaciones sociales / políticas que son las
que mejor conocen las cuestiones a resolver por su cercanía con el individuo y sus
problemáticas.

Existe siempre el riesgo de cooptación que plantea una tensión permanente entre autonomía
y responsividad. Como ya dijimos la visión pluralista plantea que las burocracias deben ser
responsivas al interés público, es decir deben rendir cuentas de los actos llevados a cabo en el
gobierno a los ciudadanos, pero también reconoce que, concretamente, las burocracias o
líderes políticos se vinculan en un espacio público con grupos de interés con demandas
concretas. En este caso, el pluralismo reconoce la posibilidad de un riesgo de cooptación (de
algunos grupos cuyas demandas se priorizan por sobre otras), pero entiende que en un
sistema competitivo y abierto, los diferentes grupos deberían tener igual o similar acceso a
presentar sus demandas al Estado.

El poder explicativo y las falencias del pensamiento pluralista

Algunos autores pluralistas no reparan en que la descripción de principios se ajusta mejor a


unos modelos o sistemas que a otros. Existen sistemas más abiertos (que posibilitan el acceso
de mayor cantidad y variedad de actores a la toma de decisiones) y competitivos y otros
sistemas organizados más corporativamente, con menos jugadores y mayores asimetrías de
poder, donde el rol del Estado es esencial para intentar equiparar las fuerzas relativas.

Como ejemplo de sistemas abiertos podemos mencionar a los regimenes democráticos


con reglas institucionales que generan más de un sólo ganador. Un caso típico de este
tipo de regímenes es el parlamentarismo 2 con reglas electorales proporcionales (es decir
donde no hay ningún jugador que obtenga por síi mismo la mayoría de los votos para
gobernar sólo). Estos promueven la cooperación, la alternancia y la conformación de
coaliciones entre distintos jugadores, evitando la concentración del poder. Favorecen de
este modo políticas que puedan satisfacer los intereses de los grandes grupos en una
gran cantidad de temas. En cambio, también hay regimenes donde, o bien hay pocos
jugadores y los ciudadanos se ven obligados a elegir entre un número muy limitado de
opciones o bien sistemas autoritarios que reprimen las demandas de otros grupos y,
donde, por lo tanto, es imposible afirmar que las posibilidades de todos los jugadores de
participar en el sistema político son iguales.

Alejando al Estado de las cuestiones sociales a resolver, pretende ubicarlo en una posición
neutral. El pluralismo supone que, al reducirlo a la función de una caja registradora que
contabiliza entradas y salidas, logra un resultado aséptico y balanceado. Lo presenta como
árbitro externo de fuerzas sociales en competencia.

En las próximas clases, verán cómo esta idea de neutralidad en el accionar estatal que propone
el pluralismo, se contrapone con el enfoque neomarxista, el cual entiende que el Estado
siempre constituye una arena de conflicto entre partes que poseen poder desigual y que
necesariamente toma partido para resolver dicho conflicto.

2
Los regimenes parlamentarios, a diferencia de los presidenciales, como el caso de nuestro país, son
aquellos en los cuales los ciudadanos eligen a un parlamento y este, de acuerdo a los partidos que
obtengan la mayoría en la elección, elige a un Jefe de Gobierno, que usualmente se lo denomina Primer
Ministro.

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La falencia principal del pluralismo es su limitación para entender la dinámica del poder.
Descuida los procesos y mecanismos más sutiles a través de los cuales los sectores dominantes
manipulan el consenso y ejercen una coerción directa sobre los sectores dominados que es
imperceptible.

Concibe al gobierno como un ente pasivo y neutral que sólo debe sopesar los reclamos sociales
y tomar imparcialmente las decisiones que se desprendan del balance desconociendo que la
burocracia es un cuerpo con intereses propios.

En síntesis, la principal falencia de la perspectiva pluralista es no reconocer en su análisis, las


desigualdades profundas en los recursos y herramientas que poseen los individuos y los grupos
de interés para poder articular demandas que efectivamente puedan ser consideradas como
“públicas” para ser atendidas por el Estado. Simplificando la realidad, considera que todos los
grupos tienen la misma capacidad de organización y expresión política por lo que sus reclamos
y expectativas pueden ser atendidos en igual consideración.

Esto constituye una falencia por tres errores que se interconectan: porque al reconocer
formalmente una igualdad política y económica desconoce (niega) la desigualdad estructural
tanto política como económica; porque al desconocer estas desigualdades rechaza la
intervención pública orientada a reducir asimetrías entre partes; porque en su pretensión de
neutralidad (además de negar las asimetrías sociales de poder) niega que el Estado es una
estructura en sí misma compleja y contenedora de elementos conflictivos y no sólo la
expresión de los conflictos sociales; por último, en síntesis, desconoce la necesaria parcialidad
que supone el accionar estatal al articular con la sociedad.

Origen histórico y antecedentes de la corriente pluralista

La cosmovisión o corriente pluralista se presenta bajo dos aspectos: como teoría a fin de
presentar una posible explicación global de un determinado conjunto de fenómenos y de la
realidad social y, como acción práctica, es decir, como un conjunto de propuestas ideológicas
acerca de cómo orientar la vida política. (Bobbio y Matteucci y Pasquino, 1983).

El pluralismo, encuentra sus raíces en Europa, primeramente en Inglaterra, con las luchas
republicanas contra el absolutismo y, en América como una respuesta práctica al problema de
limitar el poder del nuevo Estado constitucional.

Montesquieu a partir de su obra “El Espíritu de las leyes” de 1748 representa uno de los
primeros intentos analíticos en proporcionar un sustento a los nuevos regímenes políticos que
se estaban conformando en oposición al despotismo.

Este autor sostiene que la presencia de cuerpos intermedios (la nobleza, el clero, los gremios
por ejemplo) constituye una “contrafuerza” capaz de impedir al Príncipe ejercer su voluntad.
Asimismo, Montesquieu es reconocido como uno de los teóricos de la división de poderes que
implica la desconcentración del poder:

“Cuando el poder legislativo y el poder ejecutivo se reúnen en la misma persona o


el mismo cuerpo, no hay libertad; falta la confianza, porque puede temerse que el
monarca o el Senado hagan leyes tiránicas y las ejecuten ellos mismos
tiránicamente” (Libro XI, Capítulo VI).

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La clave es pues dividir la actividad del Estado en diferentes funciones, y otorgar el control
sobre cada una de ellas a “diversas personas”. Esta división disminuye la capacidad
discrecional de los gobiernos, lo cual automáticamente disminuye la amenaza de interferencia
estatal en las vidas de los individuos.

Esta propuesta constitucionalista es compatible con los principios pluralistas anteriormente


analizados ya que para esta concepción tampoco existe una fuente de autoridad única de
poder ominicompetente y ominicomprensiva, sino que hay una multiplicidad de fuentes. “El
poder es, en esencia y en sus manifestaciones, divisible en partes y debe ser dividido” (Bobbio
y Matteucci y Pasquino, 1983: 1184).

A partir de la Revolución Norteamericana y la Constitución de 1787 van a quedar sentadas las


bases del primer precedente concreto en un marco republicano y antimonárquico. Cuando
Adams, Madison y Hamilton escribieron la serie que luego fue conocida como “The Federalist
papers” destinada a argumentar a favor de la mencionada Constitución, retoman el planteo de
Montesquieu pero agregan al mismo la necesidad que estos poderes se controlen y limiten
unos a otros, representando cada uno diferentes intereses a fin de evitar la intromisión en sus
especificas actividades.

Tocqueville (2005) en su obra “La democracia en América” rescata la idea de cuerpos


intermedios presente en Montesquieu pero sin sus reminiscencias feudales. Este autor
remarca la fecundidad de la vida asociativa existente en los Estados Unidos representada por
colectividades locales y asociaciones voluntarias. Argumenta que la eliminación de los cuerpos
intermedios en Europa había dejado al hombre solo frente al Estado propiciando la existencia
de individuos aislados e indiferentes frente a los asuntos de la sociedad. Este constituye uno
de los primeros peligros de la democracia para Tocqueville, la posibilidad de caer en la
anarquía. El segundo peligro, lo llamó despotismo de la mayoría ya que esta se constituye en
imperio moral suponiéndose que hay más sabiduría en los muchos que en un solo. Por esta
razón, entiende que el proceso de toma de decisiones debe estar en manos de asociaciones
diferentes al Estado soberano que tienen su origen en comunidades de intereses de miembros
voluntarios.

“En los pueblos democráticos, sólo a través de las asociaciones pueden los ciudadanos resistir
al poder central” (Cap. V, IV parte, pag. 629).

“no hay país donde las asociaciones sean más necesarias, para impedir el despotismo de los
partidos o el arbitrio del príncipe, que aquellos cuyo Estado social es democrático” (Cap. IV, II
parte, pag. 209)

Podemos observar en este autor un claro antencente del pluralismo dado que el foco principal
está puesto en la forma en que los individuos que participan de estas asociaciones influyen
sobre la toma de decisiones y limitan el poder del Estado.

En los orígenes de la conformación institucional de nuestro país, también encontramos


antecedentes del pensamiento pluralista. En Juan Bautista Alberdi, político e intelectual del
siglo XIX y autor de una obra clave para la redacción de la Constitución Argentina, llamada
Bases y Puntos de Partida para la Organización Nacional, podemos observar ideas de corte
pluralista:

“La Patria es libre, en cuanto no depende del extranjero: pero el individuo carece de libertad,
en cuanto depende del Estado de un modo omnímodo y absoluto. (…) Las sociedades que

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esperan su felicidad de la mano de sus Gobiernos esperan una cosa que es contraria a la
naturaleza. Por la naturaleza de las cosas, cada hombre tiene el encargo providencial de su
propio bienestar y progreso..” (…) En Estados nuevos, que ensayan recién la constitución de sus
gobiernos libres, la omnipotencia de la Patria es estéril, y la de su gobierno es destructora. La
libertad del individuo en tales casos es la madre y nodriza de todos los adelantos del país,
porque su pueblo abunda en extranjeros inmigrados que han traído al país la inteligencia y la
buena voluntad de mejorar su condición individual mediante la libertad individual que sus leyes
le prometen y aseguran (Discurso pronunciado en el acto de graduación de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales, de la Universidad de Buenos Aires, 24 de mayo de 1880)

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Manifestaciones del pluralismo en el campo académico y político

Nos referiremos primeramente a la acepción teórica del pluralismo, a la que vamos a


denominar manifestaciones académicas del pluralismo, distinguiendo a su vez algunos
aportes desde la ciencia política y desde la economía.

Desde el punto de vista académico, el pluralismo se transformó en una corriente dominante en


la ciencia política Estadounidense luego de la Segunda Guerra Mundial presentándose como la
interpretación más adecuada de la naturaleza de la sociedad norteamericana. Esto sucedió
cuando, a mediados de la década del 50’, David Truman y Robert Dahl expusieron la
perspectiva de los grupos de interés en un gobierno democrático. La perspectiva resulto útil
porque permitió a los analistas definir y describir a los grupos de interés particulares, sus
estrategias y el uso que hacían del poder.

Dahl (1982), destaca la importancia de las organizaciones independientes o autónomas del


dominio del Estado para el funcionamiento de la democracia teniendo las mismas la función de
minimizar la coerción del gobierno y la dominación. Para Dahl, la dominación no es inherente a
la existencia social – como sí lo es para los autores marxistas - ni tampoco considera que en un
régimen siempre haya una minoría rectora que gobierna, una elite que ejerce la dominación-
como lo afirman los autores elitistas (Pareto, Mosca, Michels, etc.). Dahl considera que ambas
corrientes subestiman el papel de la autonomía política y el control mutuo entre las
organizaciones que pueden evitar la tendencia hacia la dominación.

En sus análisis, “logra poner en evidencia los variados y complejos procesos a través de los que
se forman e interactúan las elites políticas. Al hacerlo, demuestra que la elite gobernante no
está compuesta por un bloque estable y homogéneo de intereses sino por constelaciones de
grupos de interés, los que entran en coalición o conflicto según las áreas decisionales en las
que les toca actuar” (Pinto, 2007:12).

Los países democráticos se caracterizan por una libertad general para formar organizaciones
religiosas, culturales, intelectuales, laborales, comerciales, profesionales, entre otras. El eje
del clivaje social no es para Dahl la clase, aunque no niega su importancia en el conflicto
político, sino que remarca las identificaciones primordiales formadas por subculturas
centradas en la etnia, la raza, la religión, etcétera, como así también, nuevas identificaciones
que tienen como eje diferencias sociales y socioeconómicas, como por ejemplo, la división
entre trabajadores calificados y no calificados, trabajadores de servicios versus trabajados
profesionales, entre otras.

El régimen democrático que este autor denomina como poliárquico – diferenciando a este de
los regímenes democráticos de pequeña escala que tuvieron lugar en Grecia y en pequeñas
ciudades de Italia - son los regímenes que aumentan las oportunidades de participación y de
debate auténtico y, por consiguiente, el número de individuos, grupos e intereses cuyas
preferencias hay que considerar. Estos regímenes se acercan al ideal en las democracias de
gran escala y son aquellos que permiten representar intereses múltiples y cuyas instituciones
garantizan la autonomía de las organizaciones.

Como afirma Pinto (2007:37) cuando analiza los aportes de este autor, “Garantizar el
pluralismo es entonces garantizar la democracia, de allí la importancia que tienen las normas
de procedimiento que resguardan las libertades individuales que lo hacen posible”.

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Hasta aquí, presentamos algunos autores propios del ámbito de las ciencias políticas. Los
autores que mencionamos a continuación pertenecen al campo de la disciplina económica,
de modo que los enmarcaremos en el pluralismo económico.

Las dos teorías que mencionaremos y otras que han proliferado a partir de los años 70’
(utilitarista, Escuela de Chicago, entre otros.), cuyos principios provienen en gran medida de la
perspectiva pluralista, han provisto un marco conceptual al pensamiento neoliberal. Este
pensamiento, que retoma las ideas del liberalismo económico dominante en los años 30’ en el
mundo, va a producir una profunda transformación en la relación entre el Estado y la sociedad
a partir de mediados de los 1980 en América Latina y, en Argentina desde comienzos de los
1990, proceso que analizaremos en las próximas clases.

Un referente del pluralismo es sin dudas James Buchanan, creador de la Teoría de la Elección
Pública (TEP). La TEP se constituyó en una perspectiva dominante en la década de los 80’ y 90’
proveyendo una respuesta y salida a la crisis del Estado Keynesiano.

Le preocupa el constante crecimiento del sector gubernamental acompañado por un creciente


aumento de la ineficiencia económica de las políticas gubernamentales. Subraya la naturaleza
autorreguladora de la sociedad moderna basada en individuos que actúan en interés propio.
Los individuos son concebidos como actores racionales que buscan maximizar sus propias
preferencias orientados sobre la base de criterios de racionalidad instrumental.

La TEP propone aplicar métodos y herramientas económicas al proceso de decisiones que se


toman en el sector público. Pone el énfasis en la agencia y no en las estructuras3,
contraponiéndose al neomarxismo en su vertiente estructuralista por ejemplo. Esto supone
una reivindicación del individuo en la determinación de sus acciones y decisiones, mientras
que para el marxismo la estructura social capitalista determina las posibilidades del individuo.

Otro economista pluralista, James Oliver Williamson, enmarcado en la corriente denominada


Nueva economía institucional (NEI), consiguió integrar el papel de las instituciones en el
análisis económico. Estas instituciones son comprendidas como reglas del juego que tienen la
función de reducir la incertidumbre de los costos de transacción entre los individuos. Estos
voluntariamente acuerdan la creación de aquellas instituciones que mejor satisfacen sus
intereses individuales y que proveen de predecibilidad a sus acciones.

Ahora vamos a mencionar al pluralismo en tanto acción práctica (no ya dentro del ámbito de
la academia), lo que llamaremos manifestaciones políticas, remitiendo a su expresión en
partidos, líderes políticos o bien en políticas públicas concretas.

Una buena fuente para analizar esta acepción del pluralismo son las plataformas electorales de
los partidos políticos o sus cartas de principios, otra la encontramos en artículos de opinión de
sus miembros o en entrevistas que los mismos dan a la prensa.

3
Los conceptos de agencia y estructura han sido ampliamente trabajados en el campo de la sociología
donde ha habido numerosos debates en torno a la relación entre ambas ideas. La agencia refiere a la
acción individual, a los comportamientos de los actores, mientras que la estructura social es
independiente y externa a la conciencia humana y constriñe las acciones de los individuos. Varios
autores como Giddens y Bourdieu han cuestionado esta tajante separación, haciendo hincapié en la
imbricación entre la estructura y la agencia dando cuenta que la primera no es un “hecho” que limita la
acción humana sino que existe en la medida que es reconocida por los agentes, proveyendo un sistema
de roles y significados para estos.

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“Las organizaciones intermedias que tengan por fin la defensa de los intereses lícitos de sus
integrantes son útiles para la conformación de una adecuada estructura social (…) estas
organizaciones deben ser libres, quedando sujetas solamente a la legislación general y a un
mínimo de reglas y normas establecidas por el Estado que en manera alguna coarten aquella
libertad” (UCEDE, Plataforma Electoral, 1989)

“…hay una multitud de agrupaciones y asociaciones entre el Estado y la persona” (…) “estamos
en contra de dejar al individuo suelto, aislado frente al Estado ominipotente. Creemos que los
mejores límites del Estado son los límites que impone el reconocimiento de todas las
instituciones intermedias: familia, municipio, ciudad, escuela, universidad, sindicato, ejido,
agrupación económica, agrupación profesional, barra de abogados, colegio de ingenieros,
partidos políticos. Todas estas agrupaciones deben tomar cada vez más ímpetu para colaborar
a dar un pluralismo organizado de la vida nacional. (Manuel González Morín, Lider del partido
Acción Nacional de México, Entrevista en James Wilkie y Edna Monzón de Wilkie, México en el
Siglo XX, Instituto Mexicano de Investigaciones económicas, Mexico, 1969.

“El orden económico debe ser el que establece espontáneamente el mercado. Cuanto más libre
de interferencias sea el funcionamiento de este, más perfecto será dicho orden” (UCEDE,
Plataforma Electoral, 1989)

El cometido de nuestra acción política es promover el libre desarrollo de la persona, es decir, su


autodeterminación. El ideal de la libertad individual en el ámbito de la política se manifiesta en
la institución jurídica de los derechos humanos, y seremos promotores a ultranza de dichos
derechos. (Partido Acción por la República, Carta de Principios, http://www.ar-
partido.com.ar/html/identidad.php?opcion=docs_partidarios&accion=ver&id=4 )

El principio de separación de poderes ( …) es el corazón del Estado de Derecho, así que


violentar este principio es lesionar severamente el Estado de Derecho mismo. La importancia
de este principio radica en que el aparato estatal es sumamente poderoso y peligroso, tanto
que el Estado es la institución que más derechos ha violado en la historia de la humanidad. Por
lo tanto, es esencial dividir los poderes que lo conforman (el Poder Ejecutivo, Legislativo y
Judicial), para que sean independientes y se controlen mutuamente. Ello contribuye a que el
poder no se concentre, y por ende evita las violaciones de derechos que pueden producirse
como consecuencia de esa concentración. (Ezequiel Spector, Sin división de poderes no hay
Estado de derecho, Partido Liberal Libertario, 2012).

La razón por la que nos hemos reunido hoy es denunciar este proceso que en la práctica viola la
capacidad de las organizaciones democráticas para concurrir a las Elecciones Generales en
defensa de sus ideales, en igualdad de condiciones y cumpliendo con la Constitución y las leyes
de nuestro ordenamiento. La convivencia en una sociedad democrática se basa en disponer las
reglas para que las opciones políticas legítimas puedan presentarse a las elecciones. Éste es el
único modo de que las opciones democráticas de los ciudadanos y ciudadanas se expresen
realmente en las urnas. Si se le impide a la ciudadanía que pueda elegir opciones democráticas
alternativas, no sólo se coarta la democracia, sino que se condena al sistema político a un
desgaste continuo por falta de adaptación a los nuevos retos de la sociedad. (Ballota, David,
Manifiesto en defensa del pluralismo político frente al veto electoral, Nación Red, Madrid,
2011)

Por último, presentaremos algunas manifestaciones de tipo mixto (académicas y políticas a la


vez), dentro de las cuales vamos a incluir a los thinks tanks, es decir aquellas organizaciones o
instituciones que centran sus actividades en la investigación académica sobre asuntos públicos
para resolver problemas sociales y económicos y que, si bien pueden mostrar cierta

12
independencia orgánico partidaria, generalmente se encuentran ligadas a grupos sociales y
políticos suministrando ideas y programas a los partidos o sirviendo de escuelas de formación
a futuros gobernantes.

“Sin pluralismo no hay verdadera democracia! La democracia es una forma de vida y de


gobierno sustentada en la voluntad de la mayoría del pueblo. Pero el pueblo se caracteriza por
la diversidad y el pluralismo. Una sociedad democrática debe ser necesariamente una sociedad
pluralista en la cual conviven en un clima de tolerancia diferentes grupos económicos, sociales,
políticos y culturales. La defensa de la democracia pasa, entonces, por la defensa del
pluralismo en sus diferentes manifestaciones. (Óscar Álvarez Araya, Red Latinoamericana y del
Caribe para la democracia, Capítulo del Movimiento Mundial para la democracia.
http://www.oscaralvarez.co.cr/pluralismo_democracia.shtml)

“Para nosotros la persona está en el centro de atención con su dignidad inconfundible, sus
derechos y obligaciones. La persona forma el punto de partida para la justicia social, la
democracia en libertad y una economía sostenible. Al fomentar el intercambio y la relación
entre las personas que asumen su responsabilidad social desarrollamos redes activas en los
ámbitos de la política, la economía y la sociedad. (Fundación Konrad Adenauer en Argentina

“El sistema de la libertad es el sistema de organización social que permite satisfacer la mayor
cantidad de necesidades materiales. Es un sistema espontáneo, sin planificación central. (…)
Ciertamente es un sistema ordenado sin un planificador central. La libertad económica implica
que cada persona en orden a sus deseos y voluntades puede intentar ejercer cualquier
actividad siempre que no lesione derechos de propiedad de tercero” (Gustavo Lazzari
Fundación Atlas 1853)

También incluiremos en esta categoría a los organismos financieros internacionales que bajo
una pretendida neutralidad en sus funciones de supervisión y coordinación de mercados
financieros buscan influir en el accionar de los gobiernos nacionales, durante la era de
neoliberal para que estos implementen determinadas políticas públicas que se ajustan a una
determinada interpretación de la realidad socio-económica y a una agenda que no es propia
de los países que deben aplicarla.

A partir de los 80’, frente al estallido de la crisis de la deuda, el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el Banco Mundial (BM) exigieron para el otorgamiento de los de los PAE (Prestamos de
Ajuste Estructural) el cumplimiento de requisitos que giraban en torno a indicadores
macroeconómicos (FMI) y a reformas sectoriales (BM) dentro de las cuales se incluye la
desregulación de los mercados internos y la privatización. El conjunto de condiciones
impuestas por estos organismos responde a los principios que vimos anteriormente sobre el
rol que debe tener el Estado desde la PP.

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“Es evidente que, en el contexto de la actual integración mundial, las percepciones de los
mercados son decisivas a la hora de determinar el rumbo que han de tomar los
capitales. Por lo tanto, los países que necesitan captar capitales privados para acelerar
su crecimiento deben aplicar políticas que, según la percepción de los mercados,
puedan dar por resultado la estabilización y el crecimiento de la economía. De esto se
desprende que las economías con mercados emergentes se ven confrontadas con dos
tareas conexas. La primera es crear un clima de confianza económica interna propicio
para el ahorro, la inversión y la producción. La segunda consiste en convencer a los
agentes económicos, nacionales y extranjeros, de que estas circunstancias se
mantendrán. (FMI, Palabras para una intervención al nuevo Círculo de Montevideo,
Montevideo, Uruguay, 7 de septiembre de 1996 http://www.imf.org)

Es necesario que los Gobiernos ejerzan una firme supervisión en el sector financiero y aseguren
en él una competencia saludable, además de respaldar a la infraestructura financiera, por
ejemplo mediante información crediticia de mejor calidad, difundida de modo más
sistemático”, Mahmoud Mohieldin.Gerente del Grupo del Banco Mundial citado en el artículo
Repensar el papel del Estado en el ámbito financiero, http://web.worldbank.org

Para pensar: ¿Qué principios teóricos del pluralismo se encuentran


presentes en los extractos precedentes?

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Bibliografía consultada

Pinto, Julio (2007), La Ciencia Política, en Pinto, Julio (comp.) Introducción a la Ciencia Política,
EUDEBA, Bs.As.

ALFORD, Robert y FRIEDLAND, Roger (1991): Los poderes de la teoría. Capitalismo, Estado y
democracia. Ediciones Manantial, Buenos Aires, Introducción y Capítulo 2.

Bobbio y Matteucci y Pasquino, Diccionario de Ciencia Política, Siglo XXI Editores, Mexico,
1983, Pags. 1184 y 1185.

Dahl, Robert (1982), Dilemmas of Pluralist Democracy : Autonomy vs. Control,


Yale University Press.

Montesquieu, (1995) Del espíritu de las leyes, 5ed., 2 reimpr., Madrid, Ed. Tecnos.

Tocqueville (2005), La democracia en América, Decimo Tercera Edición, Mejico, Fondo de


Cultura Económica.

Bibliografía referida

Dahl (1982) “Dilemmas of Pluralist Democracy: Autonomy Vs. Control”, Yale University Press.

Buchanan, James M., and Gordon Tullock (1962) “The Calculus of Consent: Logical Foundations
of Constitutional Democracy”, Ann Arbor: University of Michigan Press.

Truman David (1951) “The Governmental Process: Political Interests and Public Opinion”, New
York: Knopf.

Williamson, J. Oliver (1981) “The Economics of Organization: The transaction cost approach”,
The American Journal of Sociology Vol. 87, Nª3.

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