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Í Ilustración: Arco

Elizabeth
Reinosa
Aliaga
LA ISLA SE DESPIDE

te abandona
dormido en otra isla
con un agujero en el pecho.

Te preguntas qué vendrá después


cuando despiertes
y tengas ganas
de cortar una margarita,
cuando quieras desandar la Isla
y solo veas esta tierra de cactus y de espejos.

Tienes miedo de ti y de su ausencia


de las nostalgias que van creciendo
como heridas.
Tienes miedo y te resistes a olvidar.
Alguien te ha dicho
que la felicidad solo es posible en el recuerdo.
Fundas una muralla,
te aciclonas con los ojos cerrados.
Desde adentro es más fácil
convertirse en géiser,
más sencillo fingir un sueño
y sus consecuencias. 19

EL CAIMÁN BARBUDO—septiembre-octubre—2016
Te coses los labios
para no preguntar por la casa:
ahora en un punto inexacto del planeta,
con ella tu silencio
y el retrato donde la familia
posó para la muerte.
DECIR NOVIEMBRE ES UN SUICIDIO VOCACIÓN DE SAMARITANA
Pulverizas tu lengua
…un acto de negar el universo, Hoy la Pompadour me habló del agua,
y las palabras no funcionan
de esconderse detrás de una puerta y señalar de su tinte rojizo en las aceras,
no sabes cómo decir Nunca – Regreso.
con el dedo las heridas. del rubor de amar la calle
Inventas rutas imposibles
Un vacío más real que la palabra muerte, y sus hombres que escapan del diluvio.
y barcos que derivan
porque no saben anclar. que el flechazo de Ulises contra el muro.
Yo no supe de tormentas
Decir noviembre —la azotea mutilada— el golpe que asolarán una Isla, un país
Trazas en la orilla tu abstinencia,
sin llamarlo privilegio, de orillas negras pegadas a otro cuerpo.
tu condición de abandonado,
una canción en dos mitades: No supe del dilema existencial,
tu derrota.
él tenía un botón sin ojal, un gusano de seda, de la saliva, de la esperma en complot
Has visto que la Isla se despide
la mirada en la pared y las notas inconclusas. con los saludos.
y no has tenido tiempo de dar la espalda
o abrirte como una fruta de acero
Ella amó la libertad de cien pueblos No me hablaban los ángulos de la pirámide invertida,
drástica y obsequiosa.
de Algeciras a Estambul, el cansancio de los pies, las azoteas.
La ironía de saberse agua, y odiar las dos orillas. Nunca vi la paz en la bandera de la cama.
No padezcas la seducción de la Isla.
Pudieron ser mortales el placer y los excesos,
Renuncia a sus bengalas rojas.
Decir noviembre es otro tiempo de lo absurdo, la memoria colectiva, los deslices.
Esta orilla es más segura,
esta calma, un pasado de burbuja,
una realidad que explota. Ahora siento cómo quema el fuego en la garganta.
este paraíso entre los escombros.
Hoy la Pompadour me habló de la inocencia.

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