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Introducción a la Filosofía I

Autor: Octavio Calio


Documento: 40.418.821
Fecha de entrega: desde el 30 de mayo hasta el 2 de junio de 2016.
Localidad: Villa María – Córdoba.

La pena de muerte en la legislación Argentina y el debate ético en torno a ella.


Antecedentes, opiniones y conclusión personal.
La pena de muerte en la legislación Argentina y el debate ético en torno a ella.

Antecedentes, opiniones y conclusión personal.

El propósito de este trabajo es abordar, en la medida de lo posible, las implicaciones éticas


que suscita el debate sobre la pena de muerte y su legislación en nuestro país. Es preciso
desarrollar algunos antecedentes respecto al tema: en primer lugar, se entiende que
Argentina, al igual que el resto del mundo, no está exenta de un pasado en el cual figura la
pena muerte y que, de hecho, es a día de hoy algo que sigue despertando controversia.

En un principio, como legislaciones que han respaldado la pena capital, podemos hablar del
Proyecto de Tejedor (1881), el código penal de 1886, la ley de reformas 4189 y el proyecto
del senado en 1933, entre otros. Resulta necesario comprender el contexto histórico que
posibilitó, en épocas tempranas de Argentina, una legislación a favor de dicha pena, donde
destaca la ausencia de una concepción naturalista generalizada respecto a la persona y sus
derechos, la falta de los denominados “derechos humanos”, los cuales aparecerán luego de
finalizada la segunda guerra mundial. Sin embargo, se puede afirmar que no fue gracias a
ellos que se dio la abolición de dicha condena, ya que la misma ocurrió en 1922 con la
reforma del código penal de 1886 (aunque hubo proyectos de reforma más tempranos) y
posteriormente se pasó por una serie de restituciones y aboliciones de la pena. Pero es, en
gran medida, gracias a la declaración de los derechos humanos que el tema ha pasado a
despertar el clásico problema ético, motivo de este trabajo, por el cual se intentará exponer
los argumentos esgrimidos por aquellos a favor, como así también de los opositores, todo
esto sin olvidar que hay muchos otros motivos a considerar por ambos lados.

Desde una perspectiva favorable, se habla de ética al afirmar que es una pena “justa y moral”,
se considera así al ser el “único” castigo para delitos severos, sobre todo aquellos que privan
a los demás de sus vidas. Como dijo Rosseau “quien comete ciertos delitos gravísimos ha
roto el “pacto social” y no tiene derecho a la vida ni a la protección de la sociedad, pues quien
los comete ha roto con ello los lazos con ella”. A esto se le suma el consuelo de las víctimas,
que siempre ha constituido uno de los mayores argumentos de todos aquellos que apoyan la
legislación de la nombrada condena.

Por otro lado, desde una óptica contraria surge el que sin dudas constituye el principal
argumento opositor, la mirada ética “convencional” ponderando la vida de la persona y
considerándola sagrada, al menos para los creyentes, ya que es Dios quien ordenó “No
matarás” y es el único capaz de determinar el momento para cada persona, sumado al
concepto de dignidad (de un hombre hecho a imagen y semejanza de Dios). Se llega entonces
a una obvia conclusión: es la vida el derecho básico y resulta inmoral e inaceptable cualquier
atentado contra ella, y más si dicho ataque proviene del mismo estado, quien como objetivo
primordial debe asegurar la integridad y seguridad de sus ciudadanos (y la de aquellos que
no lo son y se encuentran en el territorio nacional también) así como garantizar sus derechos.
Así, resultaría contradictorio y absurdo que no respetara el más básico y necesario que las
personas poseen.

Es fácil notar que nuestro país se atiene a la postura anteriormente comentada, y muestra de
esto es la adhesión al pacto de San José de Costa Rica (en cuyo artículo 4 habla de la pena
de muerte) y posteriormente la reforma constitucional de 1994 en la que se tiene en cuenta
lo referente a los Derechos Humanos. Partiendo de esto es que no resulta incorrecto el
planteamiento del juez Zaffaroni, que expresó que “La pena de muerte en Argentina es
inconstitucional”, ya que para ser aplicada hay que reformar la constitución. De la misma
manera, y en base a esto último, ningún código del país contempla posibilidad alguna de la
mencionada pena, siendo el último el de la Justicia Militar, derogado en 2008.

Como conclusión he de decir que hoy en día resulta casi imposible una restitución de la pena
capital en nuestro país, no debido a la opinión pública, ya que personas a favor siempre es
posible encontrar, sino a causa de lo que esto implica, ya que sería obviar los fundamentos
constitucionales y legales sobre los que el país se ha ido asentando. Respecto a si sería
correcto o no, yo solo puedo concluir (personalmente) que eso depende del caso; es bien
sabido que suelen presentarse situaciones en donde es tal la indignación que produce el hecho
cometido y las condenas aplicadas, que la mayoría de la gente pasa por alto cualquier
argumento ético y es fácil entender por qué, e incluso es difícil en muchas situaciones no
compartir esa indignación y por mas repulsivo que suene, no compartir el deseo de eliminar,
simplemente, a ese miembro de la sociedad que tanto mal ha causado. Pero tampoco hay que
olvidar que eso sería simplemente una venganza con aprobación social, y eso no la convierte
en algo justo y mucho menos en algo moralmente aceptable, al fin y al cabo se trata de
despojar a una persona de su vida. Es necesario, antes de llegar a semejante resolución, ser
objetivos (la sociedad) y plantearse cuales fueron los motivos del acto que generó el conflicto
en primer lugar y si la persona (el condenado) es o no capaz de reformarse.

En definitiva, considero que, más allá de la imposibilidad que existe en nuestro país de tener
dicha condena, creo que no debería entenderse como algo “negativo” o “malo” tener, además
de los “recursos” con los que cuenta la justicia a la hora de sentenciar, la pena de muerte
como otro más, ya que es cierto que aquel que quita una vida (por poner un ejemplo de un
crimen serio) debe sufrir la condena apropiada y en base a cada caso particular, esa “condena
apropiada” podría ser la pena de muerte si se lo considerara la sentencia justa.
Fuentes: https://es.wikipedia.org/wiki/Pena_capital_en_Am%C3%A9rica_Latina

http://www.amnistia.org.ar/nuestro-trabajo/temas/pena-de-muerte

http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-177437-2011-09-23.html

http://diarioelnorte.com.ar/nota15067_historia-de-los-castigos-los-ultimos-
condenados-a-muerte-la-pena-capital-y-su-abolicion.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Pena_de_muerte

Bibliografía Digitalizada:

http://www1.hcdn.gov.ar/folio-cgi-
bin/om_isapi.dll?hitsperheading=on&infobase=constra.nfo&record=%7B7FF67C95%7D&
softpage=Document42

http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/804/norma.htm

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