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grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxi editores, s. a. de c. v. siglo xxi editores, s. a.
CERRO DEL AGUA, 248, ROMERO DE TERREROS, GUATEMALA, 4824,
04310, MÉXICO, DF C 1425 BUP, BUENOS AIRES, ARGENTINA
www.sigloxxieditores.com.mx www.sigloxxieditores.com.ar
AUTOBIOGRAFÍA
Escritura y existencia
Bibliografía p. 243-251
ISBN 978-84-15260-15-8
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,
ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma
ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por foto-
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Reflexividad y autobiografía
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Es decir que no sólo el autor no está muerto, sino que hoy día
se está haciendo una cierta apologética o revelación del indivi-
duo humano, uno de cuyos instrumentos sería por supuesto la
autobiografía. Para Gusdorf, «el dominio de la autobiografía
aparece como un lugar privilegiado para causar horror a la indi-
vidualidad según los nuevos valores» (1975: 978-979).
Así pues, la aportación de Georges Gusdorf a la teoría de la
autobiografía puede ser recensada según distintos registros, to-
dos los cuales vienen a fundirse en una comprensión filosófica
profunda y extensa. Siguiendo un criterio de funcionalidad me-
todológica, vamos a exponer todos los elementos ordenados se-
gún los epígrafes siguientes: 1) histórico, 2) psicológico, 3) feno-
menológico, 4) ontológico, 5) existencialista, 6) estético y lin-
güístico, y 7) ético.
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11. Lejeune señala: «Esos mismos presupuestos metafísicos sólo son po-
sibles bajo ciertas condiciones económicas y sociales. Una nueva concep-
ción de la persona resulta que aparece al mismo tiempo que el comienzo de
la civilización industrial moderna y la llegada al poder de la burguesía» (Le-
jeune 1971, 1998: 44).
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12. Montaigne era un gran lector de Sexto Empírico (siglo III ane), autor
de las Hipotiposis pirrónicas. Sexto pertenecía a la escuela de los filósofos
escépticos, para quienes la escepsis era la facultad de oponer como fuere
apariencias y juicios, por medio de la equivalencia de las cosas y de argu-
mentos opuestos, para obtener primero la suspensión del juicio y luego la
imperturbabilidad.
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13. Para Michel Butor, por ejemplo, el problema se plantea de una mane-
ra diferente, pero sólo en la forma: «Hablo de mí en la medida en que eso me
permite hablar de otra cosa» (Butor, 1991: 28).
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14. Véase el capítulo sobre los dos tipos de intención autobiográfica, so-
bre todo la implicación conceptual del segundo tipo, relativo al deseo de la
autobiografía de transmitir un modelo creado a partir de una percepción (el
presente) de su vida (el pasado).
15. Según el punto de vista de Gusdorf, esta función es todavía menos
importante que la significación antropológica.
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YO TÚ ÉL
autobiografía autobiografía autobiografía
narrador = clásica en 2.ª pers. en 3.ª pers.
personaje ppal.
autodiegética
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La autobiografía directa
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1) Relatos
Le génie du lieu (Grasset, 1958).
Portrait de l’artiste en jeune singe (Gallimard, 1967, capriccio).
Boomerang, le génie du lieu 3 (Gallimard, 1978).
Alphabet d’un apprenti (Seghers, 2003, incluido en Michel Butor).
2) Entrevistas
Entretiens avec Michel Butor (Gallimard, 1967, con Georges Charbonnier).
Michel Butor voyageur à la roue (Encre, 1979, con Jean-Marie Le Sidaner).
Voyage avec Michel Butor (L’Age d’homme, 1982, con Madeleine Santschi).
Le retour du boomerang (PUF, 1988, diálogo ficticio con Béatrice Didier).
Les métamorphoses Butor (Le Griffon d’Argile, 1991, con Mireille Calle-
Gruber).
Une schizophrénie active, deuxième voyage avec Michel Butor (L’Age
d’homme, 1993, con Madeleine Santschi).
Curriculum vitae (Plon, 1996, con André Clavel).
Pour tourner la page (Actes Sud, 1997, con Lucien Giraudo).
Entretiens. Quarante ans de vie littéraire, 1956-1996 (Joseph K., 1999, 3
vols. reunidos, presentados y anotados por Henri Desoubeaux).
3) Correspondencia
Cartes et lettres. Correspondance 1966-1979 (Galilé, 1986, con Christian
Dotremont).
Correspondance, 1955-1978 (Joseph K., 1996, con Georges Perros).
4) Autocrítica literaria
Improvisations sur Michel Butor. L’écriture en transformation (La Diffé-
rence, 1993).
5) Poesía
Ballade de l’enfant qui ne jouait pas aux billes (L’Age d’homme, 1993, en
Une schizophrénie active).
Autobiographie pressée (Texturas, n.º 12, 2003).
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La autobiografía indirecta
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5. Este relato está compuesto de una forma muy original desde el punto
de vista bibliológico: todas las páginas del libro contienen un texto diferen-
te, pero con la misma cantidad de líneas, tipografía, y organización de sig-
nos. Es una representación que guarda cierto impulso mallarmeano, un
juego bibliológico moderno, incluso atrevido, con la intención quizá de
mostrar diferentes lugares del mundo a partir de la manipulación creadora
del texto.
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9. Véase la opinión del propio autor (en 1984) en relación con el proble-
ma de la relación entrevista-autobiografía: «Además soy el autor más en-
trevistado que hay en el mundo actualmente. ¡Nadie ha grabado tantas entre-
vistas como yo! Me hacen preguntas constantemente, y yo respondo todo lo
amablemente que puedo. No hago absolutamente nada para esconder cosas.
La única pega es que se ha convertido casi en un círculo vicioso: hay volúme-
nes y volúmenes, y ¡la gente no puede leer todo eso! Unos van a leer esto,
otros aquello: como una lectura plural. Los libros van cundiendo. Poco a
poco podrán discutir entre ellos. La editorial PUF me ha pedido un libro de
entrevistas en el que yo me muestre realmente vivo y cuente mis recuerdos.
La autobiografía es un género absolutamente magnífico, pero para mí ¡escri-
bir esas cosas me resulta imposible! Como tenía que tener aspecto de entre-
vista, por razones editoriales, me dije: voy a responder a las preguntas sobre
las primeras páginas de Boomerang y así contaré un montón de recuerdos.
Cuando haya contado recuerdos sobre las veinte primeras páginas, eso me
ayudará...» (Entretiens III, p. 159).
10. Para Platón el diálogo constituye una práctica que está en la base de la
misma filosofía, es decir, una práctica epistemológica: una manera de cons-
truir el pensamiento, de organizar los conocimientos. Para Butor se trata de
construir durante años y años un género específico de su pensamiento y de
su escritura, que además le resulta muy útil para reflexionar sobre la literatu-
ra, el arte y la vida.
11. Aparte de la correspondencia, cuya especificidad ha sido estudiada
por Frédéric-Yves Jeannet en su artículo «Long-courrier: la correspondance
de Michel Butor» (1991).
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Amor, familia
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Cuando yo también fui padre, hice como él. Poco a poco he ido
construyendo una muralla a mi alrededor. Quizá sabía muy bien
cómo hacer para aislarme de todo, metiendo mi cabeza en una
escafandra, pero era un asunto de vital importancia. Cuando estoy
con mis amigos me comporto de una manera abierta porque no
estoy trabajando realmente. Por el contrario, en familia, casi todo
el tiempo estoy trabajando. Después de comer me instalo en mi
mesa y no la abandono hasta el final de la tarde. Pero es una
salida falsa, porque sigo preocupado por lo que estoy escribien-
do. Incluso cuando estoy de paseo todas las mañanas con mi
perro Éclair tengo la cabeza ocupada en mis manuscritos. Así
que siempre estoy encerrado dentro de mi batiscafo espacial. Mi
mujer Marie-Jo y mis hijas han sufrido mucho a causa de esto. A
veces me lo reprochan: para ellas soy un ausente terriblemente
presente, incluso molesto. De ahí su frustración [Curriculum vi-
tae, p. 15].
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5. Este libro, cuyo autor es por supuesto el mismo Butor (sería entonces
como el ya famoso Roland Barthes par Roland Barthes), contiene el gran
capítulo titulado «Alphabet d’un apprenti», una de las cumbres de la auto-
biografía butoriana, una síntesis explícita de la existencia de Michel Butor
y una obra que pone los puntos sobre las íes sobre muchos aspectos de la
vida del autor.
6. Quizá desde 1999, cuando decide tomarse un año sabático a causa del
cansancio acumulado por los viajes, conferencias... Es posible que también
se trate de la decisión de no publicar ya ninguna obra mayor (tengo mis
reservas sobre este asunto), aunque continúa escribiendo y publicando.
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Estudios, formación
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10. Esta exposición, que forma parte de una serie de exposiciones sobre
Butor y sus artistas colaboradores, tuvo lugar los días 8 y 9 de febrero de
2003 en el Ayuntamiento de Lucinges. Pierre Leloup fue su comisario. Los
artistas participantes, algunos de ellos muy habituales de Butor, fueron:
Pierre Alechinsky, Mylène Besson, Georges Badin, Julius Baltazar, Graziella
Borghesi, Marie-Jo Butor, Jean Cortot, Bertrand Dorny, Maxime Godard, Marc
Jurt, Jiri Kolar, Pierre Leloup, Henri Maccheroni, Gregory Masurovsky, Pa-
trice Pouperon, Jean-Pierre Thomas, Cesare Peverelli, Michel Roncerel, An-
dré Villers, André Walker.
11. Este texto contiene una composición narrativa de gran interés, en la
que el escritor narra la historia de su hábitat personal, añadiendo capas or-
denadas cada vez más gruesas, que van desde el espacio más pequeño al más
grande, hasta llegar a la totalidad planetaria o universal. Un ejercicio pareci-
do al llevado a cabo por Georges Perec en su libro Espèces d’espaces (1974),
organizado en secuencias que van desde la página al espacio, pasando por la
cama, la habitación, el apartamento, el edificio, la calle, el barrio, la ciudad,
el campo, el país, Europa, el mundo...
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Nací por así decir en la guerra. Toda época anterior queda sumer-
gida como en un pasado muy lejano; es como antes de la revolu-
ción; tanto más si se tiene en cuenta que esperábamos esta gue-
rra desde hacía años. Se produjo el ascenso del nazismo, y el
recuerdo más vivo de mi primera infancia es el día en que los
alemanes cruzaron el Rin. Tras la guerra del 14-18 la ribera iz-
quierda del Rin había sido desmilitarizada. Una de las primeras
decisiones de Hitler, cuando tomó el poder, fue poner fin a esta
situación. Yo asistía entonces a una escuela primaria católica,
cerca del boulevard Pasteur de París, y un día cuando entré en el
patio me invadió la evidencia de que la guerra iba a estallar. Esta
preocupación era tan grande que cuando al fin estalló casi fue
como una sensación de alivio [Pour tourner la page, p. 21].
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13. Nótese que para otras actividades Butor también ha construido méto-
dos originales, como por ejemplo la improvisación calculada para sus confe-
rencias. Se trata sin duda, en este caso, de una manifestación original de su
personalidad e inteligencia.
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Todos estos libros que yo escribo, todo eso forma como una
especie de fortaleza, me da una fuerza que antes no tenía. Me
da tranquilidad... [...] Uno cree a través de sus libros. Mis libros
han sido mi éxito. Mis libros han constituido una curación para
mí. Sin ellos no sé lo que habría sido de mí. Pero ha funciona-
do. [...] Cuando era joven me encontraba muy mal conmigo
mismo. Me encontraba mal anímicamente... Ahora sigo estan-
do mal, pero mejor... Ese mal ha ido tomando sentido. Es decir
que he encontrado soluciones que me han permitido plantear
los problemas de otra manera: plantearlos mejor [Une schizo-
phrénie active, p. 147].
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Sueños
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Libros, bibliotecas
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Viajes
19. Un libro de referencia en este tema es sin duda Le génie du lieu (1958),
que contiene la relación de algunos grandes viajes realizados por el escritor,
como el de 1950 a Egipto, y que al mismo tiempo se inscribe plenamente en
la línea de la autobiografía. Es decir que en 1958 Butor ya ha inaugurado
uno de los grandes registros de su escritura —la escritura o la literatura de
viajes—, con este primer genio del lugar, al que seguirán otros libros relacio-
nados directa o indirectamente con esta serie: Mobile (1962), description de
San Marco (1963), 6810000 litres d’eau par seconde (1965), Transit, le génie du
lieu 4 (1992), Portrait de l’artiste en jeune singe (1967), Terre maya (1993) y
Gyroscope, le génie du lieu 5 (1996).
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vida serán contados en ese libro, con la misma intensidad, o más, que en el
libro autobiográfico mayor, Curriculum vitae (1996). La escritura sobre la
literatura se hace al mismo tiempo y en el mismo espacio textual que la
escritura del yo: la letra y el yo, el texto y la vida, juntos.
22. En esta ocasión las notas de viaje iban a constituir en principio un
artículo para la revista Les Lettres nouvelles, dirigida por Maurice Nadeau,
pero luego se convirtió en el primer capítulo de Le génie du lieu.
23. Viaje referido en el tercer capítulo de Le génie du lieu, con algunos
elementos autobiográficos al principio y una buena cantidad de notas de
viaje: el agua se convierte en el componente del recuerdo que le permite
recuperar su existencia en Salónica y la descripción de aquel país.
24. En este viaje del 31 de diciembre de 1954, tuvo lugar la anécdota de
Mallia, con la avería del autobús y la noche pasada en aquel pueblo de la
Grecia profunda, que Butor narra en el quinto capítulo de Le génie du lieu.
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25. Este viaje a Estambul será el objeto del segundo capítulo de Le gé-
nie du lieu, bajo forma de notas de viaje, pero sin ninguna precisión auto-
biográfica.
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Hay que dejar claro que este primer gran viaje de Butor a Mi-
nieh, y también la visita a El Cairo27 y a los sitios turísticos, so-
bre todo Luxor, provenía de un enorme deseo de ruptura —«Te-
nía una gran necesidad de ver otras cosas, al otro lado del deco-
rado» (Pour tourner la page, p. 27)—, de cambio respecto a su
vida parisiense:
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Intelectualidad
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28. Sin embargo envió un texto titulado «Comment se sont écrits certains
de mes livres», publicado después en el volumen colectivo nouveau roman:
hier, aujourd’hui, París: UGE, 1972, pp. 243-254.
29. Se refiere al año 1978.
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Enseñanza
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33. Los detalles del contrato con el gobierno egipcio (sobre todo en lo que
respecta a los motivos político-culturales), de la fuente del Fellah situada fren-
te a su casa parisiense, de los proyectos que había previsto realizar en Egipto,
y de la llegada al país africano (su extrañeza y admiración al llegar), se encuen-
tran narrados en Le génie du lieu, pp. 114-118. Así como los detalles relativos a
su apartamento, compartido con Hassan, en pp. 136-137; la maravillosa histo-
ria de la mesa, en pp. 138-142; y su experiencia de enseñante, en pp. 142-146.
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Bellas artes
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41. Para Butor la pintura es (habla en 1969): «Todo aquello que se puede
colgar en una galería. Se pueden discutir las distinciones de género» (Entre-
tiens II, p. 17).
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Este tipo de trabajo me permite inventar algo distinto. [...] Estas co-
laboraciones, si quiere, me han salvado. Habría podido estar bien
escribir más novelas, novelas muy interesantes. [...] Pero tengo
la impresión de haber sido salvado de ese éxito que habría sido
un poco demasiado fácil. Salvado en parte por solicitudes en mi
entorno: de pintores, escritores, de lugares. [...] Todo esto me ha
hecho las cosas mucho más difíciles, pero me ha hecho escribir
cosas que no habría sido capaz de escribir, cosas que no habría
sido capaz de escribir de forma distinta. Y eso ha dado a lo que
he hecho una especie de aireación y de apertura que son extra-
ordinariamente valiosas para mí. Los pintores me han hecho
inventar, descubrir otras estancias y los músicos también. Y toda
esa gente me ha permitido constituir personalidades estilísticas
nuevas, que hace, si usted quiere, que en todo lo que escribo
haya algo muy novelesco. [...] Al provocar el estallido de la fron-
tera de la novela y ayudándome con los pintores, músicos [...],
ello me ha permitido desarrollar fenómenos estilísticos e imagi-
nativos cada vez más variados, e incluso, a partir de un cierto
momento, fabricar libros a partir de esos músicos y pintores.
[...] Lo importante es que me permiten realizar algo nuevo que
muestra cosas que estaban en mí, sin duda, pero sobre todo co-
sas que estaban en otras partes [Michel Butor, pp. 78-79].
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1. Un poco más adelante, Butor señala: «El autor nunca está solo en su
obra o con ella. [...] Actúa en ciertos nudos de los procesos de comunicación
que le sobrepasan totalmente» (Michel Butor voyageur à la roue, p. 29). Y tam-
bién: «Tengo dificultades para releer mis propias obras salvo si presiento la
posibilidad de utilizarlas como material para una próxima aventura. Son los
demás quienes deben decirme qué visión o visiones del mundo me obsesio-
nan y cómo mis textos podrían ayudar a deshacerse de ellas» (ib., p. 33).
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Me levanto a eso de las siete. Bajo a preparar el té, abrir las con-
traventanas y saludar a los pájaros. Desayunamos mientras ve-
mos las informaciones de la tele: primero TF1, luego France 2 y
por fin Euro News, en una cadena suiza. Después, a eso de las
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6. A este respecto, baste citar las palabras del mismo Butor en su artícu-
lo «Le roman comme recherche» (1969: 12): «Llamo simbolismo de una
novela al conjunto de relaciones de lo que nos describe con la realidad en
que vivimos».
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1) Teoría de la autobiografía
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Introducción ................................................................................ 9
Teoría y crítica de la autobiografía ........................................ 11
Reflexividad y autobiografía .................................................. 15
PARTE I
TEORÍA DE LA AUTOBIOGRAFÍA
PARTE II
METODOLOGÍA DE LA AUTOBIOGRAFÍA
ESCRITURA Y EXISTENCIA EN MICHEL BUTOR
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