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Edita:
Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI)
Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA)
Colabora:
Comunidad Autónoma de Madrid. Consejería de Trabajo
Coordinadores:
Fernando Valdés Dal-Re
Alberto Valdés Alonso
________________________________________________
INDICE DE CONTENIDOS
Prólogo
D. Javier Esteban Vallejo Santamaría.
Director General de Trabajo de la Comunidad Autónoma de Madrid
Presentación y agradecimientos
D. Pedro Gete Castrillo
Profesor Titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Universidad Complutense de Madrid.
________________________________________________
«Las transformaciones del Derecho del Trabajo y el futuro del Derecho del
Trabajo»
Dª. Maria Emilia Casas Baamonde
Magistrada del Tribunal Constitucional
Catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Universidad Complutense de Madrid.
2
ANEXOS
Anexo I:
Proyecto de Estatuto del Trabajador Autónomo Dependiente. (UPTA)
Anexo II:
Estadísticas del Trabajo Autónomo en la Comunidad de Madrid.
3
PRESENTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS
El tema del trabajo autónomo o por cuenta propia -ya de por si tradicionalmente
interesante- cobra especial relevancia en la actualidad habida cuenta de las
profundas modificaciones producidas en cuanto a su forma de desarrollo
(especialmente, trabajo autónomo dependiente) asi como las recientes
modificaciones que se han proyectado sobre la protección social deparada a este
colectivo; modificaciones que, arrancado con la Ley 53/2002 se han consolidado
mediante sucesivos instrumentos normativos (Real Decreto-Ley 2/2003, Real
Decreto 463/2003, etc)
La apertura del Seminario -moderado por D. Pedro Gete Castrillo, Profesor Titular
de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Complutense de
Madrid-, corrió a cargo de D. Javier Esteban Vallejo Santamaría, Director General
de Trabajo de la Comunidad Autónoma de Madrid que, tras unas breves palabras de
salutación, realizó una brillante exposición de la problemática del trabajo autónomo
en la Comunidad Madrid. Este análisis cobra especial importancia al ser en esta
Comunidad Autónoma donde se encuentra uno de los mas elevados índices de
trabajo autónomo en España. Posteriormente, D. Francisco Aldecoa Luzárraga,
Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad
4
Complutense, como anfitrión del acto dedicó una calurosa bienvenida a ponentes y
asistentes. Posteriormente, y como ultima intervención dentro de la apertura del
Seminario, tomo la palabra D. Sebastián Reyna, Secretario General e la Unión de
Profesionales Trabajadores Autónomos que, tras realizar una breve síntesis de la
problemática del trabajo autónomo en España expuso las líneas generales por las
que iba a discurrir el encuentro.
Tras esta presentación tomo la palabra, en primer lugar D. Fernando Valdés Dal-Re,
Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad
Complutense de Madrid que, con precisión y extraordinaria claridad expositiva, llevo
a cabo un estudio preliminar sobre la descentralización de la actividad productiva y
su incidencia en las formas de prestación de trabajo, cuestión ésta que sirve de
marco imprescindible para poder situar la actual evolución a que ha llegado el
trabajo autónomo en España y en la Unión Europea.
5
Por ultimo y para clausurar el acto intervino Dª Maria Emilia Casas Baamonde,
Catedrática de Derecho del trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad
Complutense y actualmente Magistrada del Tribunal Constitucional. En su
intervención llevó a cabo una profunda reflexión sobre las trasformaciones habidas
en el Derecho del Trabajo y su futuro más previsible tanto desde la óptica de
nuestro derecho interno como desde las posiciones adoptadas en el seno de la
Unión Europea.
Fruto de las diferentes aportaciones realizadas en este Seminario nace el libro que
ahora se presenta, publicado gracias a la generosa colaboración de la Consejería
de Trabajo de la Comunidad de Madrid
6
Descentralización productiva y desorganización del Derecho del Trabajo
Sumario: 1. Derecho del Trabajo y crisis económica: del trabajo típico a los trabajos
atípicos 2. Flexibilidad laboral y transformaciones en la organización de la empresa
3. La descentralización productiva y la formación del nuevo paradigma de la empresa-
red 4. Descentralización productiva y desorganización del Derecho del Trabajo A. La
figura del empresario: del empresario único a la pluralidad de poderes y
responsabilidades empresariales B. El estatuto jurídico del trabajador: de la
uniformidad a la diferenciación cualitativa C. La acción colectiva: los cambios en los
escenarios D. El ámbito objetivo del Derecho del Trabajo: el lugar del trabajo
autónomo
1. Derecho del Trabajo y crisis económica: del trabajo típico a los trabajos
atípicos
7
ordenamiento laboral; al menos, en el eurocontinental. A resultas de la recesión
económica habida en la primera mitad de esa década y de los efectos por ella
inducidos en los niveles de empleo, la mayoría de los países de la hoy Unión Europea
adoptan una serie de medidas normativas que, al margen de sus diferencias tópicas,
empiezan a socavar algunos de los principios básicos sobre los que se había venido
construyendo, no sin fatigas ni esfuerzos, lo que Hugo Sinzheimer había calificado, 50
años antes, como el "derecho emergente de nuestros tiempos": el Derecho del
Trabajo 1 . Por expresar la idea con un nivel superior de abstracción, tales medidas
empiezan a cuestionar la doble e histórica función desempeñada, desde sus orígenes,
por este sector del ordenamiento jurídico: de un lado, la función compensadora,
consistente en establecer límites a la autonomía privada individual, moderando el
juego de un mercado de posiciones contractuales asimétricas en beneficio del
contratante débil, y, de otro, la función protectora, enderezada a rescatar del ámbito
rudamente patrimonial el negocio jurídico a través del cual un tercero se apropia de
los resultados del trabajo ajeno, erigiendo al trabajador en titular no sólo de
posiciones contractuales de débito o crédito sino de derechos de contenido personal.
1
Cfr. Hugo Sinzherimer, "La esencia del Derecho del Trabajo", en Crisis económica
y Derecho del Trabajo. Cinco estudios sobre la problemática humana y conceptual del
Derecho del Trabajo, Madrid (Instituto de Estudios Labroales y de Seguridad Social)
1984, p. 77 (traducción española de la conferencia pronunciada en Düsserdorf
(1926) en la Volkshochschule de Lipsia y publicada ese mismo año bajo el titulo "Das
Wessen der Arbeitsrechts", en la obra de Hermes, G., Grundfragen des Arbeitsrechts,
Leipzig (ADGP), 1926; la cita en p. 4).
2
Vid. Antonio Ojeda Avilés, "El fin de un principio (la estabilidad en el empleo)", en
AA.VV., Estudios de Derecho del Trabajo en memoria del Profesor Gaspar Bayón
Chacón, Madrid (Tecnos) 1980, pp. 467 y ss.
3
Cfr. Gino Giugni, "Il diritto del lavoro negli anni 80", Giornale di Diritto del Lavoro
e di Relazioni Industriali 1982, núm. 15, pp. 374 y ss, luego recogido en Lavoro,
leggi, contratti Bolonia (Il Mulino) 1989, pp. 293 y ss (la cita en pág. 307).
8
En su inic io, este conjunto de medidas, con una decidida voluntad de revisar a
la baja el acervo jurídico reconocido en favor de los trabajadores o por ellos
conquistado, fue presentado con un alcance coyuntural; su objetivo, reiteradamente
confesado por los legisladores de aquél momento, quedaba circunscrito a combatir los
efectos más perversos derivados del cambio del ciclo económico iniciado tras la
conclusión de la II Guerra Mundial y que se había caracterizado por un crecimiento
económico sostenido y una situación de pleno empleo. Una vez contenida la caída de
la tasa de ocupación, el régimen jurídico anterior, de seguridad en el empleo, habría
de ser restaurado. La utilización de técnicas legislativas propias de las situaciones de
excepcionalidad (decretos leyes, leyes medidas o leyes a término) así parecía
sugerirlo. Y así fue percibido también por la doctrina de la época, que acuñó y puso en
circulación una afortunada noción que venía a sintetizar el sentido de las reformas
normativas emprendidas: "el Derecho del Trabajo de la crisis"4 .
Pronto pudo constatarse, sin embargo, que las nuevas opciones de política de
derecho carecían de esa declarada vocación de reversibilidad; que eran estructurales,
pues estructural, se alegaba, estaba resultando la causa. "El tiempo de los intentos,
de los prudentes experimentos, de los cautos sondeos" rápidamente se agotaría,
siendo sustituido por una nueva "estación normativa"5 que, ya sin disimulo alguno,
aspira a instaurar un orden normativo de nueva planta o, al menos, mestizo, en el
que los elementos de novedad convivan con otros propios del ancien regime. El
Derecho del Trabajo de la crisis dará paso así a un Derecho de Trabajo en la crisis,
queriéndose significar con la alteración de la preposición la estabilidad alcanzada por
la nueva situación económica y, por lo tanto, la normalidad jurídica de las medidas
adoptadas para combatirla. Un sencillo cambio en los usos gramaticales facilitará la
acomodación del lenguaje teórico a la nueva orientación política. La semiótica
irrumpirá con fuerza en el ordenamiento laboral.
4
Por todos, vid. Rafaelle di Luca Tamayo (a cura di), Il diritto del lavoro della
emergenza, Nápoles (Jovene) 1979
5
Los entrecomillados, en la "Introduzione" a la obra colectiva Il diritto del lavoro
dopo l´emergenza, Milán (Giuffre) 1988 (cit. por Umberto Romagnoli, "Intervento",
Lavoro e Diritto 1988, núm. 3, p. 404)
6
Cfr. Umberto Romagnoli, El Derecho, el trabajo y la historia, Madrid (CES) 1997,
9
y el criticismo, los laboralistas europeos próximos a las corrientes ideológicas
prolabour concentraron buena parte de sus energías intelectuales en buscar
respuestas a los cambios normativos; a unos cambios que, en opinión mayoritaria,
habían hecho saltar por los aires el prototipo de trabajador que se había ido
moldeando por el ordenamiento laboral a lo largo de casi un siglo de experiencia
jurídica, arrastrando en su disolución una constelación de efectos desestructuradores
sobre el propio ordenamiento laboral. Esta figura, la del trabajador, durante largas
décadas declinada en singular, hubo de pronto de conjugarse en plural y, en
consecuencia, el "lavoro" se transformó en "lavori".
p. 170
7
Cfr. María Emilia Casas Baamonde/Fernando Valdés Dal-Ré, "Diversidad y
precariedad de la contratación laboral en España", RL 1989, núms. 7/8, pp. 64,75 y
80. Vid, también ahí, los estudios sobre nuevas formas de empleo en Inglaterra,
Italia, Alemania y EE.UU.
8
Vid., para una visión de conjunto, Oscar Ermida Uriarte (Coord.), La flexibilización
del trabajo: un estudio internacional, Caracas (Diario de Tribunales) 1990
10
efectos de este proceso de cambio. A partir de una constatación de hecho, cual fue la
segmentación del mercado de trabajo propiciada, alimentada y organizada por ese
nuevo e implacable Leviatán, el de la flexibilidad en la gestión de la mano de obra,
que progresivamente terminará asumiendo un carácter "impersonal y fatal, conforme
a una visión organicista y darwiniana de la historia"9 , se dedujo el fin del prototipo
social y, por tanto, normativo sobre el que se había edificado el orden jurídico laboral.
Pero no se supo diagnosticar la verdadera causa de esos cambios; y, menos aún,
descubrir el escenario donde se estaban generando las transformaciones que
ocasionaban las turbulencias sociales y normativas. Educados cómo habíamos sido en
un método jurídico que había erigido al trabajador en la figura clave y esencial del
Derecho del Trabajo, no nos habíamos percatado de las formidables mutaciones que,
de forma discreta pero constante, se estaban produciendo, desde mediados de los
años 70, en la organización del trabajo.
En un tempus histórico muy breve, de apenas quince años, había tenido lugar
una sustitución del paradigma de la empresa o, por mejor decirlo, del paradigma
organizativo de la empresa. El modelo de organización tradicional descansaba sobre
tres pilares: el control del entero ciclo de producción de bienes y servicios (integración
vertical), la autonomía de cada empresa en sus relaciones con otras y una gestión
funcional jerárquica. Este modelo había sido sustituido por otro con rasgos
estructurales de signo opuesto: fragmentación del ciclo productivo (integración
horizontal), dependencia, coordinación y articulación en las relaciones
9
Cfr. Luc Boltanski/Eve Chiapello, Le nouvel esprit du capitalisme, Paris (Gallimard)
1999, p. 279
10
Cfr. Manuel Castels, La era de la información. Economía, sociedad cultura, vol. 1,
La sociedad red, 4ª Reimpresión, Madrid (Alianza Ed.) 1999, p. 160
11
interempresariales y una gestión que privilegia la autonomía funcional. La
centralización organizativa cederá el paso a la descentralización y la autonomía, a la
interconexión, interna y externa1 1 .
3. Variado y plural ha sido, por otra parte, el utillaje utilizado en esta divisoria
histórica. No creo alejarme de la realidad de los hechos, sin embargo, al afirmar que
la herramienta que mejor simboliza este fenómeno ha sido la descentralización
productiva, entendida como forma de organizar el proceso de elaboración de bienes y
de prestación de servicios mediante el recurso a la contratación de proveedores y
suministradores externos para la ejecución de ciertas fases o actividades1 3 .
11
Para una excelente descripción de estos procesos de cambio, vid., por todos,
Castells, La era de la información, cit. pp. 179 y ss, de quien tomo las ideas
contenidas en el texto.
12
Cfr., nuevamente, Castells, La era de la información (...), cit. p. 195
13
Con ligeras variantes, es esta la noción comunmente aceptada de
descentralización productiva, a la que ya suele identificarse con el barbarismo
outsourcing. Vid., por todos, Jesús Cruz Villalón, "Descentralización productiva y
sistema de relaciones laborales", Revista de Trabajo y Seguridad Social 1994, núm.
13, pp. 7 y ss; Lourdes Martín Florez, "Outsourcing y teletrabajo: consideraciones
jurídico-laborales sobre nuevos sistemas de organización del trabajo", Revista
Española de Derecho del Trabajo, 1995, núm. 71, p. 404 y Juanm Rivero Lamas,"La
descentralización productiva y las nuevas formas de organización del trabajo", en
AA.VV., Descentralización productiva y nuevas formas de organización del trabajo,
12
Configurada en estos términos, la descentralización productiva se caracteriza
por dos rasgos, que constituyen sus notas de identidad: la fragmentación o
segmentación del ciclo productivo y la externalización o exteriorización de ciertas
fases, funciones o actividades de dicho ciclo. Desde una perspectiva macro, la
descentralización productiva lleva asociadas, por tanto, dos consecuencias esenciales.
La primera, de carácter económico, consiste en la introducción de un principio de
división del trabajo entre las organizaciones empresariales1 4 . El viejo principio de
división del trabajo intraempresarial, estructurado en torno a la diversificación de las
prestaciones de trabajo y a la estratificación jerárquica de los trabajadores en
categorías monovalentes, da paso a una nueva versión en la que la especialización
alcanza a la propia organización. La segunda consecuencia, ya de impronta jurídica,
reside en el tipo de relaciones interempresariales que la descentralización productiva
pide, sustentadas en vínculos de cooperación, de coordinación o de dependencia. Pero
sobre este extremo, habrá ocasión de retornar más adelante.
14
Vid. Francisco Blat Gimeno, "El marco socioeconómico de la descentralización
productiva", en AA.VV., Descentralización productiva y protección del trabajo en
contratas. Estudios en recuerdo de Francisco Blat Gimeno, Valencia (Tirant lo Blanch)
2000, pp. 27 y ss
15
Cfr. Rivero Lamas, "La decentralización productiva (...)", cit, p.21
13
La descentralización productiva es, hoy, una realidad planetaria, visible en
economías de muy distinta estructura y desarrollo y utilizada en los más diversos
sectores económicos. El principio de división del trabajo asociado a la externalización
no sólo alcanza a las organizaciones empresariales; también tiene renovada
traducción en el campo transnacional a través de las empresas maquiladoras,
utilizadas actualmente como vehículos de la estrategia descentralizadora de los países
desarrollados para reducir de forma drástica los costes laborales1 6 . Y la externalización
es, además de un fenómeno ampliamente generalizado, una realidad multifuncional,
que no afecta solamente a la producción de bienes o servicios; también actúa en su
gestión y comercialización, penetrando, incluso, en funciones empresariales básicas o
estratégicas, como pueden ser las de dirección.
16
Sobre las penosas condiciones de los trabajadoras de las empresas maquiladoras
de Centroamerica, vid. el contundente informe de la OIT, "La situación sociolaboral
en las zonas francas y en las empresas maquiladoras del istmo centroamericano y
República Dominicana", San Pedro 1996
17
Cfr. Blat Gimeno, "El marco socioeconómico (...)", cit. p. 20
18
Vid. Salvador Del Rey Guanter/Carolina Gala Durán,"Trabajo autónomo y
descentralización productiva: nuevas perspectivas de una relación en progresivo
14
La segunda vía de diversificación jurídica de la descentralización productiva
está teniendo lugar mediante la creación de nuevos contratos. Los contratos de
franquicia, de factoring, de merchandising, de facilities management, de logística o de
mantenimiento o suministro de informática conforman un pequeño elenco de este
nuevo escenario contractual que encauza, en el ámbito civil o mercantil, las pulsiones
de la descentralización productiva. La combinatoria de algunos de estos contratos da
lugar a la figura de la "empresa hueca" o "empresa sin trabajadores"; esto es,
empresas especializadas en la intermediación entre la financiación, la producción y la
comercialización, organizadas a partir de una marca o de una imagen comercial de
prestigio 1 9 .
19
Vid. Castells, La era de la información (...), cit. pp 192 y ss.
15
empresa, aplicable a una de las herramientas de descentralización productiva hoy más
recurrentes, cual es la filialización de sociedades, y el trabajo autónomo. En el
segundo, es de obligada mención el teletrabajo.
Reflexionando sobre estos temas, Spiro Simitis, uno de los más lúcidos juristas
europeos de nuestros días, ha pronunciado esta sentencia: "la nueva organización del
trabajo está produciendo una desorganización del Derecho del Trabajo"2 0 . Al hacer
mías estas palabras, debo advertir que no me sumo a la difusa corriente de
pensamiento que anuncia el fin del Derecho del Trabajo o, al menos, su destierro a un
parque jurásico, visitado sólo por historiadores del derecho. Aquél, el Derecho del
Trabajo, seguirá desempeñando, a largo plazo, la función de mediar en el conflicto
social por excelencia en las formaciones sociales capitalistas.
20
Cfr. Spiro Simitis, "Il diritto del lavoro ha ancora un futuro?", Giornale di Diritto
del Lavoro e di Relazioni Industriali 1997, núm. 79, p. 617
21
Cfr, Boltanski/Chiapello, Le nouvel esprit du capitalisme, cit. p. 18, quienes
indican, con razón de esa expansión sin precedentes coincide con una degradación,
también sin precedentes desde la gran crisis de 1929, de la situación económica y
16
distinto que ya está cambiando la sociedad: sus valores culturales y sus pautas de
comportamiento.
22
Cfr. Rivero Lamas, "La descentralización productiva (...)", cit. p. 20
17
varias instituciones laborales, la que da sentido a la conclusión que a partir de ahora
se pretende argumentar.
Esta nota, en efecto, ha sido utilizada por los ordenamientos para definir las
posiciones jurídicas, activas y pasivas, de empresario y trabajador - sus prestaciones
y contraprestaciones, sus derechos y deberes y sus facultades y responsabilidades - y,
en razón de ello, deducir las oportunas consecuencias jurídicas. Apreciadas desde la
perspectiva del empresario, éstas pueden enunciarse de manera sencilla: quien hace
suya la utilitas del trabajo por cuenta ajena y dependiente, ejerce de forma no
compartida los poderes de dirección, tanto los poderes fuertes como los débiles, así
como los poderes instrumentales anexos: el poder disciplinario y el poder de control.
Este ejercicio no compartido, derivado de una titularidad contractual tampoco
compartida, tiene una lógica contrapartida: el empresario es el único centro de
imputación de responsabilidades. Por expresar la idea en términos sumarios: la
condición de empresario es indivisible.
18
deshacer el mecanismo interpositorio y restaurar el efecto jurídico derivado de la
bilateralidad del vínculo contractual.
23
Cfr. Miguel Rodríguez-Piñero, "La regulación protectora del trabajo en contratas",
Revista de Política Social 1972, núm. 93, pp. 7-8
24
Para la normativa del Decreto-Ley de 15-2-1952, vid. Manuel Alonso Olea, Pactos
colectivos y contratos de grupo, Madrid (Instituto de Estudios Políticos) pp. 154 y ss.
Para la de 1970, Antonio Martín Valverde, "Interposición y mediación en el contrato
de trabajo. Análisis del Decreto 3677/1970 de 17 de diciembre", Revista de Política
Social 1971, núm. 91, pp. 17 y ss y Rodriguez-Piñero, "La regulación protectora
(....)", cit., pp. 5 y ss
19
actividades: los que, aún cuando comportan una obligación de resultado, no tienen
como objeto la ejecución de funciones específicas a realizar por encargo de una
empresa principal e integradas en su ciclo (gestión de servic ios ajenos o distribución);
los que comportan un dar, en lugar de un hacer (suministro de bienes) o, en fin, los
que, aun teniendo como obligación un hacer, ésta no es de resultado sino de actividad
(facilities management o el mantenimiento de informática)2 5 .
25
Vid., entre otros, Mónica LLano Sánchez, Responsabilidad empresarial en las
contratas y subcontratas, Madrid (Ed. La Ley) 1999, pp. 40 y ss; José María Goerlich
Peset, "Determinación del supuesto: la noción de contrata y subcontrata de obras y
servicios", en AA.VV., Descentralización productiva y protección del trabajo en
contratas, cit., pp. 84 y ss y Cuz Villalón, "Outsourcing y relaciones laborales", en
AA.VV., Descentralización productiva y nuevas formas (...) cit., pp. 302 y ss
26
Sobre las nociones de externalización "interna" y "externa" y las dificultades de
establecer una frontera nítida entre una y otra manifestación de descentralización,
Cruz Villalón, "Descentralización productiva y sistema de relaciones laborales", cit.
pp. 9 y ss.
20
por razón de la materia y estas otras bien se reparten entre las dos con idénticos
criterios materiales bien dan lugar a fórmulas de co-responsabilidad2 7 .
27
Sobre esta problemática, he tenido oportunidad de reflexionar con mayor
amplitud recientemente en "Poderes y responsabilidades en el trabajo temporal,
nueva forma jurídica de trabajar", RL 2001, núm. 15, pp. 1 y ss. Para un completo
estudio de este tema, María Luisa Molero Marañón, "La responsabilidad empresarial
frente al personal puesto a disposición", Madrid (Ed. La Ley) 2001
21
el que afloran y se consolidan las prácticas de uniformidad de las condiciones de
trabajo.
28
Cfr. Robert Castel, Les metamorphoses de la question sociale. Une chronique du
salarial, Paris (Gallimard) 1999, pp. 28-29
22
Por otra parte, y manteniendo aún el razonamiento en ese mismo plano
macro, suele ser habitual entre los observadores sociales afirmar que el desarrollo y
consolidación de las nuevas formas de organización del trabajo trae causa directa en
el desarrollo de las tecnologías. La extensión de los fenómenos de exteriorización - ha
sido argumentado entre nosotros por uno de los mejores especialistas en la materia -
es el "resultado de la universalización de las nuevas tecnologías de la informática y de
la comunicación"2 9 .
29
Cfr. Cruz Villalón, "Oursourcing y relaciones laborales", cit, p. 257
30
Recientemente, los medios nacionales de comunicación daban cuenta de que el
servicio 1003 de Telefónica, de información al cliente, se había descentralizado y
desplazado a Marruecos. Este outsourcing ha sido posible gracias a las aplicaciones
teconológicas; en este caso, a la utilización en la telefonía de la fibra óptica
31
Cfr. Castells, La era de la información (...), cit. p. 197.
32
Cfr. Castells, La era de la información (...), cit. p. 192
23
públicos en los últimos años así como influido en algunas interpretaciones
jurisprudenciales de esta misma época3 3 .
C. La acción colectiva
33
Para un análisis de conjunto de la jurisprudencia en estas materias, vid Abdón
Pedrajas Moreno,"Relaciones de carácter interempresarial: subcontratación,cesión,
sucesión, grupos de empresa", en Juan Manuel Ramírez Martínez/Tomás Sala Franco,
Unificación de doctrina del Tribunal Supremo en materia laboral y procesal laboral
(Estudios en homenaje al Profesor Efrén Borrajo Dacruz), Valencia (Tirant lo Blanch)
1998, pp. 227 y ss.
34
Vid., manteniendo opiniones no siempre coincidentes con la del texto, Luis Miguel
Camps Ruiz, La contratación laboral temporal, Valencia (Tirant lo Blanch) 1995, pp.
31 y ss; Ignacio García Ninet/Arántzazu Vicente Aparicio, Contrato temporal para
obra o servicio determinado: nueva legislación y jurisprudencia, Valencia (Tirant lo
Blanch) 1999, pp. 55 y ss y Jesús Mercader Uguina, La contratación temporal en la
jurisprudencia del Tribunal Supremo, Valencia (Tirant lo Blanch) 1999, pp. 29 y ss
35
En torno a esta polémica, vid. Fernando Valdés Dal-Ré, La transmisión de
empresa y las relaciones laborales, Madrid (Pub. MTAS) 2001, pp. 55 y ss y la
jurisprudencia, nacional y comunitaria, ahí recogida.
24
descentralización, al multiplicar la cadena de empresas auxiliares y externalizar
funciones no estratégicas hasta entonces desempeñadas por las empresas, estimulan
la creación de empresas de pequeñas dimensiones, cuyo índice de falencia es, por
otra parte, muy elevado. En las últimas dos décadas, la pérdida de empleos en el
sector industrial de los países de la Unión Europea se ha concentrado, sobre todo, en
las grandes empresas; las pequeñas y medianas empresas, por el contrario, han
experimentado una tasa de decrecimiento más moderada, habiendo contribuido, en
mayor medida, a la creación de empleos en el sector servicios.
36
Vid. Cruz Villalón, "Descentralización productiva y sistema de relaciones
laborales", cit. p. 17
37
Básicamente, en los sectores del automóvil, telefonía y energético. Vid., los
datos, para el período 1994-1998, y una contundente crítica a estas prácticas, en
Pedro Gete Castrillo, La edad del trabajador como factor extintivo del contrato de
trabajo, Valencia (Tirant lo Blanch), 2001, pp. 45 y ss.
25
derecho del trabajo italiano entró en la fábrica para hacerla más democrátic a (...),
pero las fábricas se han vaciado. De improviso y bastante deprisa"3 8 .
D. El ámbito objetivo del Derecho del Trabajo: el lugar del trabajo autónomo
38
Cfr. Umberto Romagnoli, "Globalización y Derecho del Trabajo", Revista de
Derecho Social 1999, núm. 5, p. 10
39
Vid. Alain Supiot (Dir)., Au-delà de l´emploi, Paris (Flammarion) 1999, pp. 154 y
ss.
26
trabajo por cuenta ajena y dependiente no es una simple abstracción jurídica; es el
lento resultado de un proceso de tipificación jurídica de una forma de trabajar no-
autónoma.
Sin intención de terciar en un debate de tan grueso calado, que afecta a las
estructuras más esenciales del Derecho del Trabajo, no comparto la idea de quienes
postulan la extensión al trabajador autónomo, sin matices ni reservas, de la tutela que
el ordenamiento laboral dispensa al trabajador subordinado. Y, menos aún, de
40
Vid. Del Rey Guanter/Gala Durán, "Trabajo autónomo y descentralización
productiva (...)", cit. pp. 69 y ss, quienes igualmente aportan datos sobre el
crecimiento del trabajo autónomo en España.
41
La bibliografía empieza a ser ya abrumadora. Vid., por todos, Supiot, Au-delà de
l´emploi, cit., pp. 27 y ss
27
quienes, desde una posición aparentemente opuesta, sostienen la conveniencia de
desmantelar las instituciones típicas de este sector del ordenamiento jurídico y su
sustitución por otras nuevas que permitan la reconstrucción de un tipo contractual que
acoja ambas formas de trabajar con vistas a facilitar la parificación de su tratamiento
normativo.
28
Concepto y tipología del trabajo autónomo
Alberto Valdés Alonso
Doctor en Derecho. Profesor asociado de la UCM
Becario Postdoctoral de la Comunidad Autónoma de Madrid
(4 2 )
Cfr. CASAS BAAMONDE, M.E., et alia (Coordinador A. S UPIOT), "Trabajo y empleo.
Transformaciones del trabajo y futuro del Derecho del Trabajo en Europa, Tirant lo
29
modelo productivo basado en la prestación de un trabajo en régimen de subordinación
y dotado de estabilidad. De esta manera, el debate sobre el ámbito subjetivo del
Derecho del Trabajo que había suscitado tan vivas polémicas en el pasado y que
quedó silenciado a partir de la década de los setenta, adquiere de nuevo en la
actualidad una gran importancia haciendo necesario replantearse en la actualidad los
contornos precisos sobre los que incide, o debe incidir, la normativa laboral(4 3 ). Una
vez más [y no será la última], se vuelve a poner en duda la capacidad de la
subordinación para delimitar de una forma precisa el ámbito de aplicación del Derecho
del Trabajo (4 4 ).
La crisis económica, "sin ser la única causa de ello, ha puesto en marcha o acelerado
un proceso de racionalización de la organización del trabajo y un replanteamiento de
los métodos productivos"(4 5 ). Los principios fordistas relativos a los procesos de
producción son sustituidos por una sistema de organización más flexible (4 6 ), donde el
compromiso del trabajador se centra más en el resultado que en el puro desarrollo de
la actividad contratada. En este ámbito existe un claro deslizamiento del empleo de
estos trabajadores hacia la pequeña o mediana empresa, altamente especializada,
donde el poder de control del empleador, tanto por motivos jurídicos como
sociológicos(4 7 ), se encuentra extraordinariamente reducido. Son, muchas de ellas,
redes de emp resas "vinculadas entre [sí] mediante relaciones de subcontratación o
externalización del empleo"(4 8 ) que, gracias a la adopción de estas estructuras, son
Blanch, Valencia, 1999. págs. 35-36; BRIONES GONZÁLEZ, C., "El trabajo en régimen
de subcontratación, o el extraordinario tránsito de la locatio conductio operis a la
parasubordinación de la mano de un Proyecto de Convenio y Recomendación de la
OIT", en RR.LL., Tomo I, 1998, pág. 1123.
(4 3 )
Cfr. CRUZ VILLALÓN, J., "El proceso evolutivo de delimitación del trabajo
subordinado” en VV.AA , Trabajo subordinado y trabajo autónomo en la delimitación
de la frontera del Derecho del Trabajo. Estudios en homenaje al Profesor Cabrera
Bazán, Tecnos, Madrid. 1999, pág. 175.
(4 4 )
Cfr. PÉREZ DE LOS COBOS ORIHUEL, F., "El trabajo subordinado como tipo
contractual” en Documentación Laboral núm. 39 1993-I, pág. 44.
(4 5 )
Cfr. GONZÁLEZ ORTEGA, S., "La difícil coyuntura del Derecho del Trabajo", en
RR.LL., Tomo II, 1987, pág. 275.
(4 6 )
Cfr. PÉREZ PÉREZ, M., "Derecho del trabajo y nuevos sistemas tecnológicos", en
RR.LL., Tomo II, 1988, pág. 246.
(4 7 )
"El control del poder patronal por parte del derecho del trabajo en este tipo de
empresas es reducido, tanto por razones jurídicas (umbrales de plantilla) como
sociológicas (falta de efectividad)" (cfr. CASAS BAAMONDE, M.E., et alia, "Trabajo y
empleo. Transformaciones...", ob. cit., pág. 48).
(4 8 )
Cfr. Ibidem.
30
capaces de hacer frente a las incertidumbres generadas por el ritmo vertiginoso de
cambio a que se encuentra sometido el actual entorno productivo.
(4 9 )
Cfr. CASAS BAAMONDE, M.E. et alia, "Trabajo y empleo. Transformaciones...", ob.
cit., págs. 36 y ss.
(5 0 )
Así, para RUIZ CASTILLO, "La profunda transformación del modo de producir (y,
por consiguiente, de trabajar para la producción) introduce otro efecto importante: la
creciente permeabilidad del confín del trabajo autónomo y subordinado que, aunque
no permita hablar de un fenómeno nuevo, ciertamente se acompaña de una nueva
cualidad. El mismo tipo de profesionalidad puede ser objeto, indiferentemente, en el
mismo ciclo productivo, de una relación de trabajo subordinado o autónomo" (cfr.
"Delimitación subjetiva del Derecho del Trabajo. Un interrogante especifico: el
trabajo «parasubordinado», en RR.LL., Tomo I, 1991, pág. 140).
(5 1 )
Cfr. RUIZ CASTILLO, M.M., Ibidem.
(5 2 )
Cfr. CASAS BAAMONDE, M.E. et alia, "Trabajo y empleo. Transformaciones...", ob.
cit., pág. 38.
31
Desde el punto de vista cualitativo es indudable que las nuevas tendencias y sistemas
de organización de la producción han propiciado -con independencia de las
tradicionales manifestaciones del trabajo por cuenta propia-, la aparición de nuevas
formas de trabajo autónomo que comparten elementos característicos del trabajo
dependiente. El trabajo por cuenta propia ya no es posible definirlo simplemente como
"una actividad desarrollada de forma abierta a favor de una clientela"(5 3 ) que adquiere
los bienes y servicios "en virtud de actos jurídicos varios"(5 4 ) sino que, en la
actualidad, existen nuevas formas de prestación de trabajo que, si bien desde el
punto de vista formal pueden obtener la calificación de trabajo por cuenta propia,
comparten, no obstante, algunas de las características esenciales del trabajo
subordinado. Este colectivo lo constituyen los denominados «trabajadores autónomos
dependientes» o «trabajadores parasubordinados», que, aun estando considerados
"formalmente" como trabajadores autónomos desarrollan su actividad de forma
permanente y coordinada para una o varias empresas de las que dependen
económicamente.
Nos encontramos, por tanto, ante un colectivo cada vez más numeroso e importante y
que, paradójicamente, está falto de un necesario nivel de protección social(5 5 ). Son
trabajadores que, si bien, en múltiples ocasiones, soportan los riesgos que la empresa
comporta, no reciben, en cambio, las correspondientes contrapartidas o ventaja
sociales de que disfrutan los trabajadores dependientes(5 6 ).
Estas alteraciones cuantitativas y cualitativas del trabajo autónomo justifican más que
sobradamente, "replantearse la función y el hasta ahora criterio fundamental de
(5 3 )
Cfr. SANGUINETI RAYMOND , W., "La dependencia y las nuevas realidades
económicas y sociales ¿un criterio en crisis?, en Temas Laborales núm. 40, 1996,
pág. 61.
(5 4 )
Cfr. ALONSO OLEA, M./CASAS BAAMONDE, M.E., Derecho del Trabajo, 17ª Ed.,
Madrid, 1999, pág. 152.
(5 5 )
Los trabajadores autónomos representan, aproximadamente, el 18% de la
población ocupada en la UE (Fuente: "Las condiciones de trabajo de los trabajadores
autónomos en la Unión Europea". Resumen de la Segunda encuesta europea sobre
las condiciones de trabajo realizada en 1996, elaborado por Veronique Letourneux
para la F UNDACIÓN EUROPEA PARA LAS CONDICIONES DE VIDA Y T RABAJO). Esta tasa es
ligeramente inferior en España, donde el empleo autónomo ocupa a un 15,35% del
total de la población ocupada. En cifras, en España existen alrededor de 2.500.000
autónomos de los cuales, cerca de 1.900.000 no tiene ningún asalariado
dependiente. (Fuentes: Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid y Plan de
Acción para el Empleo 1998).
(5 6 )
Cfr. MÜCKENBERGER, U., "Ideas para redefinir la relación de trabajo", en Revista
Internacional de Trabajo, vol. 115 (1996), núm. 6, pág. 745.
32
aplicación del Derecho del Trabajo" pues de lo contrario, podría darse el contrasentido
de mantener la vigencia de un Derecho de minorías(5 7 ).
En este sentido es fácilmente constatable que si bien hasta los años ochenta la Ley y
la jurisprudencia manifestaron claramente una actitud tendente a vincular los
sistemas de protección social a la condición de asalariado, mediante el empleo de
mecanismos de asimilación a tal condición(5 8 ) o técnicas de presunción de la misma,
en la actualidad, en cambio, se observa una tendencia generalizada de sentido inverso
que permite la adaptación del campo de aplicación del Derecho del Trabajo a nuevas
modalidades de prestación de servicios que no necesariamente deben encontrase
vinculadas a una noción estricta de dependencia o subordinación(5 9 ). Esta tendencia se
materializa en la jurisprudencia a través de lo que se ha venido a denominar en
España y en los países de nuestro entorno jurídico, la técnica del «haz de indicios».
Esta técnica, prescindiendo de la necesaria apreciación o concurrencia de todos y cada
uno de los indicios que pueden calificar una relación como subordinada o autónoma, lo
que pretende es valorar de forma global la presencia de tan sólo algunos de estos
indicios determinados que, unidos, puedan servir para calificar la naturaleza del
vínculo que une a las partes y consecuentemente, incluir a los sujetos implicados en el
ámbito del Derecho del Trabajo (6 0 ). Es, si se quiere, una «reconstrucción» o
«recomposición» del sistema indiciario tradicional basada no sólo en la constatación
de presencia de las notas típicas de la relación laboral sino en "la observación de la
manera como éstas comparecen en la realidad"(6 1 ).
(5 7 )
Cfr. RUIZ CASTILLO, M.M., "Delimitación subjetiva del Derecho del Trabajo...", ob.
cit., págs. 142-143.
(5 8 )
Como ha ocurrido, en el caso español, con determinadas relaciones laborales de
«carácter especial» que laboralizan determinadas relaciones donde es difícil apreciar
la nota de subordinación.
(5 9 )
Cfr. CASAS BAAMONDE, M.E., et alia, "Trabajo y empleo. Transformaciones...", ob.
cit., pág. 306.
(6 0 )
Cfr. CASAS BAAMONDE, M.E., et alia, "Trabajo y empleo. Transformaciones...", ob.
cit., págs. 49-50.
(6 1 )
Cfr. SANGUINETI RAYMOND , W., "La dependencia y las nuevas realidades...", ob.
cit, pág. 56. Como señala PÉREZ DE LOS COBOS ORIHUEL al definir este método indiciario.
"la jurisprudencia lleva a cabo un juicio de aproximación entre el tipo normativo
perfilado conforme al sistema de indicios y el caso concreto, y en función de este
juicio, es decir, de la mayor o menor aproximación al caso concreto, resuelve la
calificación" (cfr. "El trabajo subordinado como tipo...", ob. cit., pág.40).
33
técnicas indiciarias para calificar la relación contractual que une a las partes(6 2 ) así
como la valorización que, al respecto, esta adquiriendo [aún de forma tímida] la
voluntad expresamente manifestada por los contratantes(6 3 ).
(6 2 )
"[S]iendo muchas veces, borrosa e imprecisa la línea de separación entre el
contrato de trabajo y aquellos otros de servicio o de obra, de naturaleza
estrictamente mercantil o civil, una adecuada calificación de la relación exige el
examen pormenorizado de las circunstancias concurrentes en cada caso, habiendo de
tener siempre presente que la naturaleza de los contratos deriva de su esencia,
cualquiera que sea la denominación que le den las partes (...)" (STS [Social], de 23
de abril de 1991.- Ponente: Sr. Sampedro Corral).
(6 3 )
Como señala RODRÍGUEZ-PIÑERO Y BRAVO -F ERRER, "La jurisprudencia más reciente
está siendo sensible a esta nueva perspectiva: comienza a entender que una cosa es
que la calificación del contrato haya de hacerse prescindiendo del nomen iuris dado
por las partes, cuando no coincide con su contenido, y otra cosa es que tenga que
tomarse en cuanta la disciplina jurídica de la relación determinada por las partes, en
especial, en el caso de que coincidan elementos indiciarios que pueden ser comunes
en las relaciones de trabajo autónomas y en las relaciones de trabajo subordinadas"
(cfr. "La voluntad de las partes en la calificación del contrato de trabajo", en RR.LL.,
Tomo II, 1996, pág. 42).
(6 4 )
Como señala PÉREZ DE LOS COBOS ORIHUEL, "Si ya en su origen, como se ha visto,
la subordinación fue concebida como una formula descriptiva del modelo de
trabajador socialmente prevalente, elástica y de confines borrosos, necesitada a la
hora de su aplicación jurisprudencial de un sistema indiciario de elaboración
jurisprudencial, la aplicación practica de la subordinación como criterio para la
definición del ámbito subjetivo del Derecho del Trabajo, no ha hecho sino confirmar
estos caracteres originarios" (cfr. "El trabajo subordinado como...", ob. cit., pág. 39).
(6 5 )
Cfr. "El ámbito de aplicación personal de las normas del Derecho del Trabajo”
en RPS núm. 71, 1966, pág. 6.
34
independiente"(6 6 ), lo cierto es que dicha diferenciación existe, mas no debe ser -como
en ocasiones no lo ha sido- obstáculo para la ampliación del ámbito subjetivo del
Derecho del Trabajo a otros «trabajadores» necesitados de protección. Repárese en
que no se pretende hacer desaparecer la diferencia entre el trabajo dependiente y el
trabajo autónomo ni privar al Derecho del Trabajo de un marco referencial basado en
la prestación de servicios por cuanta ajena, con dependencia y remuneración salarial;
"las fronteras que el contrato de trabajo marca seguirán delimitando su esfera de
actuación"(6 7 ). Pero el Derecho del Trabajo no se puede limitar tan sólo a las
relaciones normadas a través del contrato de trabajo, sino que tiene que superar esa
concepción penetrando en nuevas formas de prestación de trabajo aun cuando éstas
se encuentren desprovistas de las notas configuradores típicas de la relación laboral.
Mantener un concepto estricto de trabajador basado únicamente en la existencia de la
relación contractual supondría, hoy más que nunca, ma ntener en vigor un Derecho
que se encuentra situado de espaldas a la realidad, un Derecho, como anteriormente
señalábamos, que podría correr el riesgo de normar únicamente relaciones de trabajo
de «minorías» o de trabajadores «no actuales»(6 8 ) dejando fuera de su protección a
las cada vez más frecuentes formas atípicas de prestación del trabajo (6 9 ).
(6 6 )
Cfr. SUPIOT, A., "Introducción a las reflexiones sobre el trabajo” en Revista
Internacional del Trabajo, vol. 115 (1996), núm. 6, pág. 667.
(6 7 )
Cfr. CASAS BAAMONDE, M.E. et alia, "Trabajo y empleo. Transformaciones...", ob.
cit., pág. 18.
(6 8 )
Cfr. PALOMEQUE LÓPEZ, M.C., Derecho Sindical Español, Tecnos, Madrid, 1986,
pág. 75
(6 9 )
Y es que, como señala RODRÍGUEZ-PIÑERO Y BRAVO -F ERRER, "fuera de la regulación
del trabajo subordinado está el desierto normativo, la impunidad o la dictadura de un
mercado que encuentra una amplia oferta de mano de obra disponible en las
condiciones que sea e indefensa jurídica e institucionalmente" (cfr. "Economía
sumergida y empleo irregular", en RR.LL., Tomo I, 1985, pág. 44
(7 0 )
Cfr. Crisis económica y Derecho del Trabajo. Cinco estudios sobre la
problemática humana y conceptual del Derecho del Trabajo, Instituto de Estudios
Laborales y de la Seguridad Social, MTSS Madrid, 1984, pág. 71.
35
necesitado"(7 1 )y(7 2 ). La tarea fundamental que puede y debe asumir hoy el Derecho del
Trabajo es la de "configurar unas reglas de juego y un nivel de garantías adecuado
también para esas formas de empleo [atípicas], aunque no necesariamente con un
sentido restrictivo y prohibitivo, sino con el de establecer las formas adecuadas de
tutela individual y colectiva para evitar que los valores y garantías constitucionales
vengan desconocidos para este creciente sector de mano de obra"(7 3 )
Desde esta óptica parece evidente que el trabajador autónomo, hoy por hoy, debe ser
acreedor de la condición de «sujeto» del Derecho del Trabajo; condición que, sin
pretender desnaturalizar la esencia del ordenamiento iuslaboralista [que, repetimos se
basa y se basará sobre el concepto de trabajador dependiente], justifique el acceso a
determinados niveles de protección social de los cuales se encuentra necesitado.
(7 1 )
Cfr. SINZHEIMER, H., "Crisis económica y Derecho del Trabajo. Cinco estudios...",
ob. cit., pág. 72.
(7 2 )
En similar sentido, DEL PESO Y CALVO, hace ya más de tres décadas, concluía en
la necesidad de "proponer que el ámbito personal de protección del derecho del
trabajo, hoy reducido a determinadas categorías de trabajadores que legalmente son
admitidos como tales, se amplíe protegiendo a todos aquellos que realizan un
esfuerzo de la clase que sea, siempre que lo efectúen para atender a sus
necesidades, y coadyuvar, mediante ese esfuerzo realizado siempre al servicio de
otro, a la elevación de la Economía de las Naciones" (cfr. "El ámbito de aplicación
personal de las normas del Derecho del Trabajo", en Revista de Política Social, núm.
71, 1966, pág. 114).
(7 3 )
Cfr. RODRÍGUEZ-PIÑERO Y BRAVO -F ERRER, M. "Contratación temporal y nuevas
formas de empleo”, en RR.LL, Tomo I, 1991, pág. 51.
36
actividad bajo los parámetros típicos del trabajo autónomo, esto es, trabajo
independiente y no remunerado salarialmente. Estos trabajadores (artesanos,
artistas, profesionales liberales, etc.) autoorganizan el desarrollo de su actividad, no
están sujetos a órdenes ni directrices de terceros(7 4 ) y son ellos mismos quienes
acceden directamente [o mediante el auxilio de asociaciones o colegios profesionales]
al mercado de bienes y servicios(7 5 ). Éste sería el arquetipo «legal» del trabajo
autónomo como modalidad de prestación de servicios contrapuesta al trabajo
dependiente o subordinado.
El Art. 1.1 ET define [o, más precisamente, caracteriza] al trabajador asalariado como
aquel que, voluntariamente, presta servicios retribuidos, por cuenta ajena y dentro
del ámbito de organización y dirección de otra persona física o jurídica denominada
empleador o empresario. Desde esta óptica, debemos entender por trabajador
autónomo aquella persona física que realiza una actividad lucrativa por cuenta propia
y que, sin percibir una remuneración de naturaleza salarial, no se encuentra bajo la
esfera de dirección y organización de un tercero. En el trabajador autónomo, por
tanto, no concurren las notas de ajenidad, dependencia y remuneración que
caracterizan la relación contractual dependiente. Es un trabajo lucrativo que se
desarrolla por cuenta propia, de forma independiente y no remunerado salarialmente.
(7 4 )
Salvo las derivadas de disposiciones de carácter administrativo que intervienen
la prestación de sus servicios en el mercado (pensemos, por ejemplo, en el servicio
público de taxi o en la ordenación de la venta de productos artesanales en
determinados municipios).
(7 5 )
En el límite queda la posible calificación como trabajo autónomo de aquellos
supuestos en que la finalidad de la actividad es, únicamente, el autoconsumo de los
bienes producidos.
37
El Art. 2.1 del D. 2530/1970, de 20 de agosto, define al trabajador autónomo como
aquel que "realiza de forma habitual, personal y directa una actividad económica a
título lucrativo, sin sujeción por ella a contrato de trabajo y aunque utilice el servicio
remunerado de otras personas"
(7 6 )
En la legislación comunitaria, el Art. 2 a) de la Directiva 86/613/CEE del
Consejo de 11 de diciembre de 1986 relativa a la aplicación del principio de igualdad
de trato entre hombres y mujeres que ejerzan una actividad autónoma, incluidas las
actividades agrícolas, así como sobre la protección de la maternidad, define al
trabajador autónomo como "toda persona que ejerza en las condiciones previstas por
el derecho nacional, una actividad lucrativa por cuanta propia, incluidos los
agricultores y los miembros de la s profesiones liberales".
38
Tomando el concepto [legal] de dependencia basado en el poder de control y
organización del empresario [Art. 20 ET], es obvio que en el trabajador autónomo no
concurre esta nota típica del trabajo subordinado.
c) Actividad no remunerada
(7 7 )
Con rotundidad, la STS [Social], de 14 de mayo de 1990 (Ponente: Sr. Bris
Montes) señala que "La integración dentro del ámbito de la organización y dirección
de la empresa es el carácter vertebral que se viene perfilando como el más decisivo
en la relación laboral, este rasgo, junto con la ajenidad y la prestación voluntaria del
trabajo retribuido constituyen el marco configurador del contrato de trabajo, por ello,
es constante la doctrina de esta Sala, «que aquellos meros colaboradores de los
diversos medios de comunicación tanto literarios como gráficos, no están incursos en
el contrato de trabajo, pues por frecuente y concertada que sea esta colaboración, si
el que la presta, realizaba su trabajo sin sujeción a la dirección de la empresa, ésta
se reserva la aceptación de la colaboración y el colaborador no esta integrado en la
organización de la misma, la relación que les vincula no es un contrato de trabajo»".
En similar sentido véase SSTS [Soc] de 13.07.1988, de 8.02.1986, de 28.09.1984,
de 13.11.1989 y de 19.12.1989.
39
servicio profesional para aquellos sujetos o empresas que lo requieran o, bien, de la
realización económica [compraventa, normalmente] del producto elaborado en el
mercado.
d) Actividad económica
Quedan por tanto excluidas del ámbito del trabajo autónomo [así como del trabajo
dependiente], aquellas actividades que se lleven a cabo "a título de amistad,
benevolencia o buena vecindad" [Art. 1.3. d) ET]. Quedarían igualmente excluidas
aquellas otras actividades tendentes a la formación personal o al disfrute del tiempo
de ocio. Estas exclusiones se fundamentan en que el desarrollo de estas tareas no
producen ningún tipo de renta, lo cual es incompatible con la naturaleza «productiva»
del trabajo en cuanto generador de los medios necesarios para subsistir o mejorar la
posición económica de quien lo realiza.
Repárese en que, por otra parte, no es necesario que la mencionada actividad sea
físicamente desarrollada por el trabajador autónomo ya que existen supuestos en que
se sirve de colaboradores para llevar a cabo la explotación prevista(8 0 ). La actividad,
(7 8 )
"Conforme tiene declarado la jurisprudencia con reiteración, los servicios de las
personas que ejercen profesiones liberales encajan en el contrato de arrendamiento
de servicios así como que los elementos reales del contrato de obras, como lo califica
el Art. 1544 del Código Civil, siguiendo la nomenclatura del derecho romano, o de
«empresa», según la terminología moderna, consisten, de una parte, en la obtención
de un resultado, al que con o sin suministro de material (Art. 1588) se encamina la
actividad creadora del empresario, que asume los riesgos de su cometido, y de otra,
en la fijación de un «precio cierto» (arts. 1543 y 1544), que el comitente debe
satisfacer en el momento de recibir el encargo encomendado, o en el tiempo y forma
convenidos (Art. 1599)".(TS [Civil] Sentencia de 6 de junio de 1983.- Ponente: Sr.
Albacar López).
(7 9 )
Cfr. López Aniorte, M.C., Ámbito subjetivo del Régimen Especial de
Trabajadores Autónomos, Aranzadi, Pamplona, 1996, pág. 66.
(8 0 )
Cfr. LÓPEZ ANIORTE, M.C., "Ámbito subjetivo...", ob. cit., pág. 65.
40
en estos casos, consistirá en la supervisión y gestión de las labores encomendadas no
quedando, por ello, invalidado el carácter «personal y directo» que caracteriza la
prestación o actividad del trabajador autónomo. Por tanto, y a diferencia de lo que
ocurre con el trabajo realizado por cuenta ajena, el trabajador por cuanta propia es
sustituible, o lo que es lo mismo, la actividad de la cual es titular puede ser
desarrollada por otras personas que contrate siempre y cuando subsista una
participación en la explotación
d) Actividad lucrativa
Por otro lado, es preciso señalar que no es necesario que el trabajador autónomo
dependa exclusivamente de la realización de su actividad para asegurarse la
subsistencia; tan sólo se requiere que desarrolle una actividad productiva con ánimo
de lucro con independencia de que ésta se desarrolle de forma simultanea con otra
actividad por cuenta ajena(8 3 ).
(8 1 )
Con independencia del carácter absolutamente marginal del trabajo destinado
«únicamente» al autoconsumo, es ciertamente dudosa su posible consideración como
trabajo strictu sensu. Parece, como señala LÓPEZ ANIORTE al interpretar el Art. 2.1 del
D. 2530/1970, que la actividad económica desarrollada por el trabajador por cuenta
propia debe poseer un componente lucrativo, esto es, "lograr una ganancia entre el
costo de producción y de venta en el mercado" (cfr. Ámbito subjetivo del Régimen
Especial de Trabajadores Autónomos, Aranzadi, Pamplona, 1996, pág. 67).
(8 2 )
Sobre el concepto de trabajo «productivo», cfr., ALONSO OLEA, M., Introducción
al Derecho del Trabajo, Civitas, Madrid, 1994, págs. 41 y ss.
(8 3 )
El Art. 2.2 de la OM de 24 de septiembre de 1970 expresamente admite la
inclusión de un trabajador en el RETA con independencia de que desarrolle "otras
actividades por cuenta ajena o propia, que den lugar a su inclusión en alguno o
algunos de los restantes Regímenes de la Seguridad Social".
41
e) Habitualidad
Aun cuando desde un punto de vista general, podría definirse la habitualidad como la
ejecución continuada de una actividad, lo cierto es que al carecer de un claro
referente legal que nos indique su alcance concreto(8 4 ), es francamente complicado
apreciar cuando concurre este requisito en el desarrollo del trabajo por cuanta propia.
La superación del umbral del salario mínimo percibido en un año natural puede ser un
indicador adecuado de habitualidad. Aunque se trate de una cifra prevista para la
remuneración del trabajo asalariado la superación de esta cifra, que está fijada
precisamente para la remuneración de una entera jornada de trabajo, puede revelar
también, en su aplicación al trabajo por cuenta propia, la existencia de una actividad
realizada con cierta perma nencia y continuidad, teniendo además la ventaja, por
indicador de la habitualidad del trabajo por cuenta propia, de su carácter revisable (8 5 ).
(8 4 )
Tan solo en el caso del trabajo en actividades de temporada y en los supuestos
de suspensión temporal por incapacidad derivada de enfermedad o accidente,
encontramos un referente legal que clarifique el alcance de este requisito.
(8 5 )
Sobre el particular cfr., entre otras, la STS [Social] de 29 de octubre de 1997
(Ponente: Sr. Martín Valverde).
42
La existencia de la nota de la habitualidad no impide, en principio, al trabajador por
cuenta propia realizar otras actividades simultáneamente. No obstante existe una
rígida corriente jurisprudencial cuyo más claro exponente lo constituye la STS
[Contencioso-administrativo] de 21 de diciembre de 1987, que exige que "el trabajo
desarrollado debe ser cotidianamente la principal actividad productiva que el
trabajador desempeñe", continuando el citado pronunciamiento, "y ello no ocurre
cuando una labor es secundaria o complementaria de otra principal que constituye el
núcleo central de la actividad productiva, con la que el trabajador complementa los
ingresos necesarios para sufragar atenciones personales o familiares"(8 6 )
Habrá que tener presente, no obstante, que será diferente el contenido o alcance de
este requisito cuando se realice una única actividad que cuando exista otra actividad
desarrollada de forma simultanea(8 7 ).
(8 6 )
Ponente: Sr. Hernando Santiago.
(8 7 )
Cfr. LÓPEZ ANIORTE, M.C., "Ámbito subjetivo...", ob. cit., pág. 75.
(8 8 )
Repárese en que si llevamos a cabo una regresión en el tiempo, es fácil
encontrar situaciones semejante en la época preindustrial similares formas de trabajo
similares a la parasubordinación. Como señala BRIONES GONZÁLEZ, lo mas curioso de
estas formas atípicas de prestación del trabajo "se parecen extraordinariamente a las
formas que adoptó el trabajo en los albores de la sociedad industrial, aquel trabajo a
caballo entre la organización artesanal y la necesidad de atender las demandas por
encargo de los mercaderes, rompiendo los esquemas del trabajo gremial, cuando los
mercaderes contrataban y subcontrataban el trabajo para producir las mercancías
que necesitaban con los artesanos o con oficiales temporeros expulsados del sistema
artesanal por falta de trabajo" (Cfr. "El trabajo en régimen de subcontratación...", ob.
43
Estas formas de trabajo atípico afectan tanto a trabajadores altamente cualificados
que, normalmente, se emplean en sectores industriales tecnológicamente avanzados,
como a determinados trabajadores de inferior cualificación (transporte o
construcción). En esta modalidad atípica de prestación de servicios, el trabajador -que
puede desarrollar su actividad para más de una empresa- asume los riesgos de la
actividad aportando él mismo los medios y recursos necesarios para el desempeño de
la misma. La actividad del empresario, en la mayor parte de las ocasiones, se limita al
pago de los servicios y al control de los resultados.
Las fronteras que separan el trabajo autónomo dependiente del trabajo autónomo y
del trabajo dependiente son ciertamente difusas, máxime cuando, careciendo nuestro
ordenamiento de un concepto adecuado para definir tal modelo de prestación, los
ordenamiento de los países de nuestro entorno comunitario tienen una cierta
diversidad tipológica difícil de subsumir en un sólo concepto de validez general.
(8 9 )
Codice di Procedura Civile. Art. 409.- Si osservano le disposizioni del presente
capo nelle controversie relative a: [...] 3) rapporti di agenzia, di representanza
comerciale ed altri raportidi collaborazione che si concretino in una prestazione di
opera continuativa e coordinata, prevalentemente personale, anche se non a
carattere subordinato. Véase arts. 1742 y ss y 2203 y ss del Codice Civile sobre
contrato de agencia y representación comercial.
(9 0 )
Cfr. RUIZ CASTILLO, M.M., "Delimitación subjetiva...", ob. cit., pág. 170.
(9 1 )
Sobre las similitudes y diferencias entre la parasubordinación italiana y el cuasi
asalariado alemán, cfr. CASAS BAAMONDE, M.E., et alia, "Trabajo y empleo.
Transformaciones...", ob. cit., págs. 42-43.
44
Del mencionado precepto se pueden extraer las tres notas básicas que caracterizan
esta relación y que consideramos pueden ser adecuadas para definir o aproximarnos a
un tipo contractual de trabajo parasubordinado de validez general: continuidad,
coordinación y carácter prevalentemente personal.
a) Continuidad
En virtud de la existencia de esta nota quedan excluidas del ámbito de la
parasubordinación aquellas relaciones esporádicos, ocasionales o de carácter
marginal. En el caso de que la prestación lo sea de servicios es clara la posible
apreciación de la concurrencia de esta nota. En el caso de que nos
encontremos ante una ejecución de obra, por lo limitado en el tiempo de la
misma, es mas difícil detectar cuando estamos, realmente, en presencia de
esta característica tipificadora. En estos casos debemos entender que nos
encontramos ante una relación dotada de continuidad cuando existan una
pluralidad de obras realizadas sucesivamente para el mismo empresario. Mas
difícil será entender la presencia de esta nota de «continuidad» cuando nos
encontremos ante un relación consistente en la ejecución de obra aun cuando
ésta se dilate en el tiempo.
b) Coordinación
Este requisito, de difícil conceptualización, hace referencia, no tanto a la típica
coordinación en la prestación que encontramos igualmente presente en el
trabajo dependiente, sino más bien en la entidad que la prestación
parasubordinada tiene dentro del plan estratégico de la empresa para la que
se trabaja (9 2 ). Es decir, que la prestación, tenida en cuenta ya previamente
como parasubordinada, esta perfectamente individualizada y delimitada dentro
del plan empresarial. Determinadas labores serán externalizadas a través de
trabajo parasubordinado mientras que otras serán realizadas por la propia
empresa a través de sus trabajadores dependientes. Existe por tanto una
conexión funcional «esencial» entre la prestación realizada por el trabajador
parasubordinado y la actividad desarrollada [«habitualmente»] por el
(9 2 )
Como señala RUIZ CASTILLO, "La existencia de la coordinación ha de derivar de
un programa negocial en el que la prestación se inserte como medio para realizar el
programa mismo" (Cfr. "Delimitación subjetiva...", ob. cit., pág. 171).
45
empresario (9 3 ); de esta manera el empresario, al diseñar el desarrollo de su
producción, reservaría para esta categoría de trabajadores determinadas
parcelas de actividad.
Aun cuando nada dice el precepto, parece que estas prestaciones parasubordinadas
deben estar dotadas de un cierto carácter exclusivo para con el empleador. Dicho
rasgo de exclusividad de desprende, precisamente, de la noción de «colaboración
continuada» con un empresario. De ser múltiples los acreedores del trabajo
parasubordinado, éste, necesariamente, debería devenir en una prestación de
carácter marginal u esporádico lo cual es incompatible con esta modalidad de trabajo.
De esta manera, y aun cuando es posible que el trabajador preste sus servicios para
más de un empresario, la propia dinámica del trabajo hace que en la práctica
podamos hablar de una exclusividad, al menos atenuada o relativa.
(9 3 )
Cfr. RUIZ CASTILLO, M.M., Ibidem.
46
En ocasiones confundido con el trabajo parasubordinado encontramos, por último, un
grupo de trabajadores que podemos denominar como «falsos autónomos», que
desarrollan su actividad bajo los parámetros típicos del trabajo subordinado
(dependencia, ajenidad, remuneración periódica) si bien, formalmente, se encuentra
sometido a las obligaciones fiscales y de Seguridad Social propias del trabajo
autónomo (9 4 ). Son relaciones bilaterales en las que, si bien parece primar la
autonomía de las partes en cuanto al contenido y desarrollo de la prestación, el
trabajador se encuentra en una relación de absoluta subordinación tanto técnica como
organizativa y económica respecto de la empresa para la que presta sus servicios. En
determinadas ocasiones y con objeto de cubrir, en apariencia, el régimen de
autonomía, estos trabajadores se constituyen en sociedades cooperativas laborales o
en comunidades de bienes creando ficticiamente un entorno probatorio (9 5 ) que sirva
para tratar de acreditar la supuesta realización de trabajos por cuenta propia. Para el
empresario, este fraudulento modo de prestación del trabajo le reporta considerables
beneficios tanto en orden a las obligaciones de Seguridad Social(9 6 ) como a las
obligaciones de naturaleza laboral(9 7 ).
(9 4 )
Especialmente compleja es la distinción de estos trabajadores en la
terminología de la OIT. Sobre el particular, cfr. BRIONES GONZÁLEZ, C., "El trabajo en
régimen de subcontratación...", ob. cit., págs. 1118 y ss.
(9 5 )
Facturas de compra de materiales y de maquinaria, prestación para una
pluralidad de empresarios, etc.
(9 6 )
Así, por ejemplo, la base de cotización se establece de conformidad con las
bases mínimas vigentes y no por el salario efectivamente percibido.
(9 7 )
Amplísimas jornadas, inexistencia de vacaciones y de indemnización por
finalización de contrato, entre otros (sobre éstos y otros aspectos del trabajo de
falsos autónomos, cfr. CERDÁ MICÓ, A, "La ingeniería laboral del Outsourcing?", en
Aranzadi Social, vol. V, 1998, págs. 1205-1206).
(9 8 )
Cfr. STS (Social) Sentencia de 24 de abril de 1986 (Ponente: Sr. Desdentado
Bonete).
47
48
Trabajo autónomo: el ejemplo alemán*
Sumario: I.- Los cuatro pilares de la situación jurídica en Alemania. II. Base legal:
principios generales. 1. La jurisprudencia del Tribunal Federal de Trabajo sobre la
delimitación del concepto de trabajador. 2. Personas asimiladas a trabajadores.
III.- Cambios en la situación de hecho y reacciones del ordenamiento jurídico. 1.-
Nuevas tendencias de la situación real. 2.- Reacción del ordenamiento jurídico
acerca de los cambios en la situación real. IV.- Perspectivas
49
propuestas de carácter científico sobre la distinción entre trabajadores por cuenta
ajena y autónomos, así como también la respuesta del legislador al respecto en el
año 1999. Y finalmente plantearemos algunas reflexiones acerca de las
perspectivas que marcan la frontera entre el trabajador por cuenta ajena y los
autónomos.
50
Cuarto y último, ahora, como antes, nos hallamos en el interior de una
polémica abierta, que busca el modo de garantizar un nivel de protección, una
especie de “habeas corpus” para todos los trabajadores, al margen de que sean
trabajadores por cuenta ajena o autónomos. Al mismo tiempo, se intentan
corresponder los deseos de independencia y autonomía de aquellos que prefieren
realizar su trabajo por cuenta propia.
Los tribunales controlan si una persona está obligada a acatar las ordenes de
un tercero atendiendo a las siguientes premisas:
. Tiempo de trabajo.
. Lugar de trabajo.
. Contenido de la prestación laboral.
51
libres”. Un principio esencial para la jurisprudencia, el cual identifica la condición de
trabajador, es si éstos disponen de un estrecho o un amplio ámbito de trabajo. Con
ello, los tribunales revisan si los colaboradores se incluyen en los planes
organizativos de la radio o de la televisión sin que esto implique libertad de acción
propia. Si es así, se trata de un trabajador y no de un “colaborador libre”, ya que el
mismo se integra, en efecto, en la organización de la empresa.
52
En Derecho del Trabajo alemán, lo que nos aleja de algunos países europeos
vecinos, no se acepta una división definitiva entre trabajadores, los cuales están
protegidos por el Derecho del Trabajo, y autónomos, que quedan fuera del mismo.
53
Una vez presentada una perspectiva general sobre el estado jurídico de las
relaciones entre autónomos y trabajadores por cuenta ajena, es preciso señalar
algunos aspectos que se han modificado en la práctica, y que han dado lugar a
reflexionar sí las señales de distinción tradicionales son válidas en este momento.
54
Los empleados del transporte, LKW-Fahrer, trabajadores, eran obligados por
sus empresarios a comprar la máquina, el camión correspondiente, y a realizar los
mismos trayectos bajo su responsabilidad.
En el sector de la construcción, los trabajadores se convierten en
subcontratistas, que no reciben ningún salario sino que son remunerados en base a
los resultados. Otros ejemplos dudosos son los agentes de seguros y las
franquicias, muy ligados a su “cliente” aunque sin estar en posición de servirse de
las oportunidades empresariales típicas del mercado y sin correr con los riesgos.
55
Algunos Tribunales de Trabajo regionales han seguido esta opinión. La
jurisprudencia del Tribunal Federal de Trabajo, por el contrario, mantiene los
criterios tradicionales que indican que la dependencia personal sigue siendo
definitiva al respecto. Sin embargo, en algunas sentencias del Tribunal Federal de
Trabajo se reconocen ciertas tendencias en las que éste, en el examen del supuesto
particular, además de las claves citadas, también admite la oportunidad y el riesgo
del mercado.
56
concepto de trabajador. Debe saberse que en Alemania, a diferencia de otros
países, como España, entre otros, la separación entre Derecho Social y Laboral es
muy estricta.
En todo caso, los resultados prácticos de los esfuerzos sindicales en este terreno
no son muy sorprendentes. Desde hace tiempo, tras la reforma de la Ley de
Convenios Colectivos de 1974 (12 a TVG) existen convenios colectivos para los
colaboradores de la radio y televisión públicas. Además, también se firmaban
convenios colectivos de empresa que protegen el Teletrabajo. Estos regulan las
condiciones contractuales de esta forma de empleo, así como algunos derechos
sindicales tales como los derechos de información en la empresa y las relaciones de
los teletrabajadores con la misma.
PERSPECTIVAS
57
Para concluir, no puedo terminar esta exposición sin reseñar algunos
apuntes sobre las perspectivas del trabajo autónomo y del trabajo dependiente.
58
que garanticen unos presupuestos básicos, un “habeas corpus”, que dote de
estabilidad y protección a todos ellos, expresión del Estado Social.
59
SELECCIÓN LITERARIA
WANK § 7 Abs. 1 und 4 SGB IV, “Was bleibt für Sozialrecht und
Arbeitsrecht?”, AuR (2001), p. 291 ss y 327 ss.
3. Cuasi-trabajadores
60
FRANTZIOCH Abhängige Selbstständigkeit im Arbeitsrecht: Eine
Untersuchung der rechtlichen Stellung von Selbstständigen in
personeller und wirtschaftlicher Abhängigkeit, 2000.
61
4. Independencia, trabajo por cuenta ajena, seudo (falsos) autónomos:
aspectos jurídico sociales
WANK § 7 Abs. 1 und 4 SGB IV, “Was bleibt für Sozialrecht und
Arbeitsrecht?”, AuR (2001), p. 291 ss., 327 ss.
62
ZACHERT “Flexicurity im Arbeitsrecht – Eine schwierige Balance”, WSI-
Mitt (2000), p. 283 ss.
63
Las transformaciones del Derecho del Trabajo y el futuro del Derecho del
Trabajo
Sumario: I. Las transformaciones del trabajo y del Derecho del Trabajo. 1. El modelo
clásico de Derecho del Trabajo. 2. Las transformaciones del modelo de regulación
original; la pluralidad de mundos productivos. 3. Las consecuencias de tales
transformaciones sobre el Derecho del Trabajo. II. El futuro previsible del Derecho del
Trabajo. 1. La necesidad del cambio en una disciplina en permanente adaptación a la
realidad socio-económica regulada. 2. El futuro inmediato : la recuperación del
Derecho del Trabajo y su independencia de la política de empleo. 3. Las instituciones
colectivas; la importancia de la negociación colectiva. 4. La integración europea
La crisis del mo delo clásico o "industrial" del Derecho del Trabajo, de sus
principios y categorías fundacionales, constituye un lugar común en la doctrina
64
especializada. Pese a la existencia de variantes nacionales importantes, ese modelo
industrial ideal se basaba en el contrato de trabajo como categoría típica construida
sobre la subordinación del trabajador a la que se liga un estatuto jurídico protector
creciente (derechos laborales y de Seguridad Social), la familia nuclear, la
institucionalización de agentes colectivos (sindicatos y patronales) y los Estados
nacionales.
65
reconocimiento a los convenios colectivos por los distintos ordenamientos jurídicos de
eficacia normativa frente a todos), dirigido a la regulación uniforme de las condiciones
de trabajo y de la competencia empresarial por rama de actividad o sector (sin
perjuicio aquí de la existencia de excepciones como la significada por el caso español,
ocupada la regulación sectorial por normas estatales, o el británico, basado en la
empresa). De ahí la conformación de la estructura interna de estas organizaciones
adaptada al ejercicio de sus funciones y la progresiva adquisición de poder por sus
federaciones de rama o sector.
66
Los importantes cambios productivos y tecnológicos habidos en las últimas
décadas del siglo XX han introducido profundas transformaciones en el modelo
descrito, que en los países europeos convive hoy con otros modelos de regulación,
llamados "post-industriales" (o post-fordistas). A su vez, la Europa tecnológica,
postindustrial, de servicios y competitiva, sigue conviviendo con la Europa rural
(según atestigua la presencia de la PAC en los presupuestos comunitarios y la
existencia de unos 7,5 empleos agrícolas en la UE). Los procesos de transformación
socio-económica que generan y, a la vez, los impulsan son conocidos, destacando en
ellos el fenómeno de apertura de mercados (o globalización de la economía).
67
como especialmente la dependencia o la subordinación, la ajenidad o el carácter
voluntario y retribuido de la prestación, que acentúa la "indeterminación de los límites
o fronteras del campo de lo laboral" (RODRÍGUEZ-PIÑERO, 1996, pág. 4). De ahí que
la calificación de la naturaleza de los contratos de prestaciones de servicios, a partir
de su contenido real y de la complejidad posible de elementos fácticos, ofrezca una
muy notable complicación, pues esas notas pueden ser comunes a las relaciones de
trabajo asalariado o dependiente y a las relaciones de trabajo autónomo.
Efectivamente, como ya se ha señalado, las transformaciones experimentadas corren
en una doble dirección : por una parte, las notas propias del contrato de trabajo
pueden presentarse en contratos civiles o mercantiles, distintos del de trabajo, y, a su
vez, y por otra parte, debilitarse en éste hasta casi desaparecer9 9 .
Aparecen síntomas claros que apuntan hacia una recuperación lícita -fuera de
estrategias contractuales simuladoras- de las que se han calificado de "vías
alternativas al contrato de trabajo" (DESDENTADO BONETE, 1996, pág. 43) como un
mecanismo de flexibilización del Derecho del Trabajo ante las dificultades, de todo
tipo, que ofrece la tarea de revisión del carácter tuitivo o compensador imperativo
propio de este sector del ordenamiento jurídico y también como fórmulas de
búsqueda de tipos contractuales distintos al de trabajo asalariado para la satisfacción
de los intereses de los contratantes. De hecho, esos contratos -en concreto, los de
arrendamientos de servicios- derivan hoy "una porción apreciable del trabajo por
99
Transformaciones detectables igualmente en nuestra experiencia, no obstante la
singularidad de la construcción dogmática de la doctrina española dentro de las
europeas comparadas, para la que la nota de la ajenidad del trabajo (entendida como
cesión de la propiedad de los frutos, del resultado o de la utilidad patrimonial del
trabajo prestado) ha tenido mayor protagonismo que la dependencia en la definición
del contrato de trabajo, debido a la construcción del Prof. ALONSO OLEA, que, sin ser
unánimemente aceptada, ha contado con numerosos seguidores, tanto en la doctrina
como en la jurisprudencia. A la hora de caracterizar el contrato de trabajo, dirá
ALONSO OLEA, "la primacía en la realidad social, en su estructuración jurídica y en su
enfoque doctrinal está en la ajenidad y no en la dependencia" (Introducción al
Derecho del Trabajo, pág. 61). Insiste ALONSO OLEA en las perturbaciones que la
acentuación de la noción de subordinación produce en la calificación del contrato de
trabajo, al hacer patente "la contradicción entre el sometimiento a órdenes de quien
trabaja por cuenta ajena y la iniciativa que se le pide .... precisamente para la
ejecución de su trabajo" en los sistemas económicos modernos. El desenfoque
radicaría, a la postre, en la caracterización del contrato de trabajo desde la
dependencia o subordinación y no desde las limitaciones progresivas a la misma, "que
son las que caracterizan el trabajo libre" (op. cit., págs. 61-62). Desechada la
posibilidad de calificar el contrato de trabajo a través de una única nota, sea ésta la
ajenidad o la dependencia, ha de reconocerse, sin embargo, que en los trabajos en el
sector terciario, en los que el intercambio económico que el contrato de trabajo opera
versa sobre el uso de la fuerza de trabajo, la "ajenidad en la disposición del trabajo"
sólo puede manifestarse precisamente "bajo el aspecto de la dependencia" (A.
MARTÍN VALVERDE, Lectura y relectura de la <<Introducción al Derecho del
Trabajo>> del profesor Alonso Olea, págs. 421 y 422).
68
cuenta ajena hacia el Derecho común de las obligaciones y contratos, excluyendo de
esta forma la aplicación de las normas laborales" (MARTÍN VALVERDE, 1991, pág.
215). En esta operación se dan cita la jurisprudencia, la doctrina científica y el
legislador, que introducen criterios correctores de construcciones anteriores.
Entiéndase bien que no se trata de que la nueva interpretación judicial pugne con
un esquema interpretativo bien arraigado, según el cual el Juez queda vinculado, a la
hora de proceder a la calificación de una relación contractual de prestación de
servicios, no por la declaración negocial de las partes, sino por la naturaleza objetiva y
la realidad de las prestaciones contratadas. Ni siquiera, seguramente, pueda ser
calificada esta nueva jurisprudencia de fomentadora del trabajo autónomo. Se trata
de que el nuevo entendimiento judicial, ateniéndose a la realidad de la relación
contractual, corrige el anterior entendimiento favorable a la expansión del contrato de
trabajo más allá de lo querido y realizado por las partes. Obviamente, la consecuencia
de tal operación es la inaplicación del Derecho del Trabajo (entendido como conjunto
legal y convencional colectivo, inderogable e indisponible) y de sus tratamientos mas
favorables en beneficio del trabajador a esas relaciones de servicios no laborales y su
sometimiento consiguiente a los órdenes jurídicos civil o mercantil, pues la calificación
de la relación contractual como laboral marca la fronteras de la aplicación del
ordenamiento laboral.
69
En definitiva, el principio dispositivo se revisa y cobra fuerza para calificar el
vínculo contractual frente a una situación anterior caracterizada por una tendencia
fuertemente expansiva de la laboralidad.
100
Reaccionando contra una doctrina judicial anterior, que excluía del ámbito
laboral el transporte realizado con vehículo propio, el Tribunal Supremo había
declarado la laboralidad de "los mensajeros" y de las actividades de transporte
realizadas incluso para emp resas que no ejercían el transporte como actividad
principal, sino como complementaria de otra actividad empresarial principal, a partir
de su Sentencia de 26 de febrero de 1986. La laboralización se afirmó por sus
Sentencias, dictadas en recursos de casación para la unificación de doctrina, de 3 de
diciembre de 1991, 16 de marzo, 22 y 24 de julio, 19 de noviembre y 22 de diciembre
de 1992, 25 de mayo, 4 y 5 de noviembre de 1993 y 27 de enero de 1994. Según la
jurisprudencia citada, en estas relaciones de servicios concurrían las notas propias del
contrato de trabajo y, en concreto, la dependencia jurídica (sumisión de los
transportistas a órdenes de trabajo) y económica (bajo nivel de retribución e
irrelevancia del medio de transporte propio, que perdía así valor determinante en la
calificación de la relación contractual). Vid., críticamente, F. VALDÉS DAL-RÉ, Los
70
confirmó la constitucionalidad de la operación legislativa al considerar a los
transportistas excluidos como trabajadores autónomos, si bien precisó que el
legislador no posee una "absoluta libertad de configuración" del ámbito subjetivo de
aplicación del Derecho del Trabajo, siendo "constitucionalmente ilegítima" -aunque "el
concepto de trabajador por cuenta ajena ... no aparece expresamente definido en la
norma suprema y no se halla, por tanto, constitucionalizado"- "una restricción ... de
los trabajadores como sector social" (f.j. 4 y 5). O, por decirlo con las palabras del
voto particular concurrente de la Sentencia, "hay, en efecto, un núcleo rígido
constituido por las relaciones típicamente laborales, que el legislador no puede excluir,
ex art. 35.2 C.E., del ámbito subjetivo de aplicación del Estatuto de los Trabajadores".
Sí puede, claro es, el legislador ampliar el núcleo de la laboralidad.
71
también el papel de los jueces (si esa calificación se discute y se formaliza como
litigio, como con frecuencia sucede)1 0 1 .
101
Conviene puntualizar, sin embargo, que las nuevas circunstancias y cambios
operados en las relaciones de trabajo no han abierto hasta el momento, en el caso
español, a diferencia de lo sucedido en otras experiencias, caminos hacia la
sustitución del contrato de trabajo clásico por un contrato de trabajo de nuevo tipo.
No se han formulado en España propuestas, como las de la Comisión francesa
BOISSONNAT, sobre la sustitución del contrato de trabajo tradicional por un nuevo
contrato de actividad entre un trabajador y una pluralidad de empresarios.
72
restricción se ha proyectado sobre la naturaleza -y, en consecuencia, el alcance- de
las obligaciones empresariales que quedan cubiertas por la responsabilidad del
empresario principal. La jurisprudencia unificadora ha extraído de tal mecanismo las
obligaciones de naturaleza "laboral", efectuando una interpretación literal del art. 42.2
en relación con el art. 26.1 y 2 del Estatuto de los Trabajadores, del que ha resultado
"un concepto muy reducido de lo que es dable encuadrar bajo el calificativo de
<<obligaciones de naturaleza salarial>>, por lo que quedan importantes obligaciones
sin la cobertura de la solidaridad ni de la subsidiariedad ..." (F. SALINAS, 1999, pág.
30)1 0 2 .
102
Frente a la interpretación de los Tribunales Superiores de Justicia, que venían
haciendo un entendimiento amplio del término "salarial", equiparable a "retributivo
("mas de acuerdo con la protección del trabajador y que encontraba sus precedentes
legislativos en el ... art. 19.2 de la Ley de Relaciones Laborales de 8-IV-1976 y en el
art. 4 del Decreto 3677/1970, de 17 de diciembre", sigue diciendo F. SALINAS), el
Tribunal Supremo ha considerado que precisamente el cambio legislativo desautoriza
tal interpretación, imponiendo otra estricta, sobre la base del art. 26 ET, que excluye
del concepto de salario "las cantidades percibidas por el trabajador en concepto de
indemnizaciones o suplidos por los gastos realizados como consecuencia de su
actividad laboral, las prestaciones e indemnizaciones de la Seguridad Social y las
indemnizaciones correspondientes a traslados, suspensiones o despidos". Según las
STS de 19 de enero y de 20 de mayo de 1998, el empresario principal no responde de
las retribuciones "de naturaleza extrasalarial, aunque traigan su causa del contrato de
trabajo". Así, la STS de 14 de julio de 1998, dictada en Sala General, estableció que el
empresario principal no responde solidariamente de la obligación de abono de los
salarios de tramitación, no calificables de salario, ya que el emp resario principal sólo
responde de las obligaciones de naturaleza salarial. Por su parte,la STS de 19 de
mayo de 1998, en unificación de doctrina, excluyó la responsabilidad solidaria del
empresario principal ante el incumplimiento por el subcontratista de las obligaciones
contraídas en materia de mejoras voluntarias de las prestaciones de la Seguridad
Social.
73
mismos problemas de identificación y delimitación entre el contrato de trabajo y otros
contratos civiles de servicios y de ejecución de obras afines ya aludidos) contribuye a
incrementar y generalizar las fórmulas de descentralización de la actividad productiva
empresarial.
Por su parte, los sindicatos y las asociaciones empresariales deben afrontar tan
decisivas transformaciones y la conformación progresivamente heterogénea de su
base de representación, que complica el ejercicio de sus funciones. La asunción de
nuevos objetivos (las nuevas formas de prestar el trabajo y de organización
empresarial, el empleo, la prohibición de discriminaciones y la defensa de la igualdad
de oportunidades; la gestión de la organización del trabajo, de su gestión o
distribución temporal y su adaptación flexible a las necesidades económicas) coloca a
la negociación colectiva y a la acción de conflicto en un marco de referencia antes
desconocido, al tiempo que fomenta los valores de participación (información y
consulta y participación orgánica en la empresa).
Las modificaciones en las relaciones entre los convenios colectivos y la ley y entre
aquéllos y la autonomía de la voluntad individual introduce nuevos modelos de gestión
de las relaciones laborales para acomodar la prestación del trabajo a las exigencias de
la economía, a las capacidades de producción de las empresas y a la acción
transformadora de las nuevas tecnologías. La organización del tiempo de trabajo
ofrece una muestra bien representativa. La ley prefigura la ordenación de esa
organización, pero permite su variedad, flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades
empresariales a través de la retirada de anteriores mínimos legales y prohibiciones de
derecho necesario (número máximo de horas diarias de trabajo efectivo, períodos
74
mínimos de descanso, prohibición del trabajo en domingo, medición del tiempo de
trabajo en cómputo anual o anualización de la jornada, fomento del trabajo a turnos,
de horarios variables o flexibles, etc...) y de la llamada a la negociación colectiva y a
la autonomía individual para el cumplimiento de funciones esenciales en la
determinación y distribución del tiempo de trabajo 1 0 3 .
103
En nuestro ordenamiento vigente (ET y RD 1561/1995, de 21 de septiembre,
sobre jornadas especiales de trabajo), por ejemplo, a los convenios colectivos, con
independencia de su ámbito, y, en su caso y en su defecto, a los acuerdos entre el
empresario y los representantes de los trabajadores corresponde : a) fijar la duración
de la jornada de trabajo, respetando el máximo de 40 h. semanales de trabajo
efectivo ordinario de promedio en cómputo anual; b) proceder a su distribución
irregular a lo largo del año, observando los períodos mínimos de descanso diario [12
h] y semanal [día y medio ininterrumpido acumulable por períodos de hasta 14 días],
previstos en la ley; c) determinar la distribución del tiempo de trabajo diario, que ha
de respetar el descanso mínimo entre jornadas de 12 h., pero que puede disponer del
límite máximo de 9 h./día; d) establecer períodos de descanso en jornadas
continuadas y su consideración como de trabajo efectivo a efectos de remuneración;
e) fijar regímenes de descanso alternativos, entre jornadas y semanales, al amparo
de la regulación reglamentaria que permite reducir los descansos mínimos legales y
ampliar la jornada (para empleados de fincas urbanas, guardas y vigilantes no
ferroviarios, trabajo en el campo, comercio y hostelería, transportes, trabajo en el
mar y trabajos en actividades con jornadas fraccionadas), autorizando, en su caso, la
acumulación de su disfrute conjuntamente con las vacaciones anuales y la
compensación en metálico como horas extraordinarias de los días de descanso no
disfrutados, dentro de los límites reglamentarios; f) distribuir y determinar las
modalidades de cómputo de la jornada en las labores agrícolas, forestales o
pecuarias; g) fijar reglas especiales de acumulación de descansos diarios semanales
en períodos de hasta 4 meses para atender las necesidades específicas de las
actividades estacionales de hostelería; h) identificar los servicios de las empresas de
trabajo ferroviario, adaptándolos a los cambios tecnológicos, en los que se apliquen
reglas especiales de tiempo de trabajo y descansos; i) determinar los períodos
máximos de actividad laboral aérea y de tierra y el régimen de descansos en el
transporte aéreo; j) adaptar la regulación legal del tiempo de trabajo a las
necesidades específicas de las actividades caracterizadas por su alejamiento del lugar
de residencia del trabajador o por su aislamiento por razones de emplazamiento o
climatología; k) fijar limitaciones y reducciones de jornada en trabajos expuestos a
riesgos ambientales y en trabajos en el campo de especial esfuerzo y penosidad; l)
establecer módulos para la determinación de la jornada distintos del semanal, fijar
sistemas de cómputo y acumular descansos en los trabajos mineros de interior; m)
fijar el número de horas extraordinarias a realizar dentro del número máximo legal de
80 al año y el modo de su retribución (dineraria o a través del descanso
compensatorio); n) determinar la retribución específica del trabajo nocturno y
excepcionar los límites legales a la jornada de los trabajadores nocturnos,
permitiendo, entre otras cosas, la realización de horas extraordinarias; ñ) fijar el
período de vacaciones anuales retribuidas, sin que en ningún caso sea inferior a 30
días naturales, su planificación anual y su período o períodos de disfrute.
Los sistemas de protección social, por su parte, se ven igualmente afectados por
estas crisis, que actúan sobre sus principios económicos y organizativos básicos, y
104
O económicas, técnicas, organizativas o de producción, que, según el
ordenamiento español, concurren, por ejemplo a efectos de permitir al empresario
modificar sustancialmente las condiciones de trabajo, "cuando la adopción de las
medidas propuestas contribuya a mejorar la situación de la empresa a través de una
más adecuada organización de los recursos, que favorezca su posición competitiva en
el mercado o una mejor respuesta a las exigencias de la demanda" (art. 41.1, 2º
párrf., ET).
76
muy particularmente el de contributividad, intensificándose, de un lado, el carácter
contributivo de la protección y acentuándose, de otro, la conversión de dichos
sistemas en asistenciales y apelando, finalmente, a la iniciativa privada
complementaria para alcanzar determinados niveles de cobertura insatisfechos o
insuficientemente satisfechos por las limitaciones del juego de los principios de
contributividad y aistencial en los sistemas de reparto.
77
intensidad a los especialistas, ya que tales cuestiones afectan al entramado mas
esencial de organización de la convivencia en nuestras sociedades.
78
Una y otra vía conducen a la descomposición del Derecho del Trabajo. La primera
de ellas confina el Derecho del Trabajo en el mundo del trabajo típico, en declive, con
el resultado en la práctica de empequeñecer y diluir su capacidad reguladora,
provocando fracturas sociales (la dualización del mundo del trabajo). La segunda
conduce a la desaparición del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social mediante
su "recontractualización" o retorno al Derecho privado común (quizás a estas alturas
sea excesivamente simplista hablar aquí de "desregulación").
Ante todo, es necesario recuperar el Derecho del Trabajo a través de una doble
operación : a) de independencia respecto de las políticas de empleo, que han
hipotecado su desarrollo en las últimas décadas y han sujetado sus evoluciones
jurídicas a una inconveniente instrumentalidad y coyunturalidad; y b) de apertura a
formas de trabajo no necesariamente subordinadas y no canalizadas, por tanto,
únicamente a través del contrato de trabajo en cuanto técnica de formalización del
empleo en el "modelo fordista". El trabajo autónomo precisa hoy de una
contemplación absolutamente distinta a la negativa, marginal y periférica que
efectuaba el Derecho del Trabajo tradicional.
¿Puede el Derecho del trabajo el seguir siendo el Derecho regulador del contrato
de trabajo y de los trabajadores asalariados o evolucionará hacia su conversión en el
estatuto jurídico del trabajo, con independencia del vínculo jurídico que articule su
79
prestación?. Parece que el Derecho del Trabajo deberá adaptar su función a los
cambios sociales sin dejar de contribuir, junto con otras disciplinas y las políticas de
empleo, a poner en marcha técnicas de redistribución del trabajo y de la riqueza y de
cohesión social.
El futuro Derecho del Trabajo deberá optar por una ampliación de su ámbito
tradicional de regulación y de sus instrumentos de protección -y de los de la
protección social- hacia nuevas relaciones jurídicas de trabajo. Pero ello sin necesidad
de deformar el contrato de trabajo o de hacer mas imprecisas sus notas
caracterizadoras, bien que la de subordinación, presupuesto y consecuencia de la
existencia de ese contrato, se violente por las demandas de cualificación, competencia
y autonomía o iniciativa personal y operativa de los trabajadores "subordinados"
generadas por la organización "flexible" de las relaciones de trabajo y precise mas
intensamente de la ayuda de otras notas (ajenidad del trabajo o integración del
trabajador en una empresa ajena) para fijar esa calificación contractual, que ha de
seguir siendo indisponible para las partes.
105
E incluso la propia STC 227/1998, que, aunque reposa sobre el concepto de
trabajador por cuenta ajena y -lo que significa una dificultad conceptual mayor- la
correspondencia entre los ámbitos de aplicación del contrato de trabajo y del Derecho
del Trabajo, limita la libertad del legislador de configuración del ámbito subjetivo de
aplicación de este último, impidiendo su restricción a través de la exclusión de los
trabajadores "típicos", pero no su ampliación.
106
Del que no habrá que decir que constituye un objetivo central y prioritario de la
80
modelo europeo de "empleo con derechos" (derechos específicos dirigidos a
contrapesar la relación de poder que el contrato de trabajo establece), extender una
serie de derechos a otras formas de trabajo : trabajos personales remunerados
calificados de "independientes" o "autónomos" para un Derecho del Trabajo replegado
en la subordinación, pero económicamente dependientes; formas no mercantiles
como el trabajo voluntario o la propia formación. Es sabido que el mantenimiento del
trabajo asalariado es imprescindible para el incremento de la productividad de la
economía y la creación de riqueza y para el mantenimiento de los sistemas de
protección social. Y que, en nuestro país, atendiendo a los datos estadísticos
disponibles sobre el número de empresarios sin asalariados y trabajadores autónomos
registrados en la EPA y el de asalariados, así como los de afiliados al Régimen General
y al Especial de Trabajadores Autónomos del Sistema de Seguridad Social, el trabajo
se sigue prestando en la mayoría de los casos en cumplimiento de las obligaciones
derivadas de contratos de trabajo 1 0 7 .
Ese futuro Derecho del Trabajo deberá desligarse de la actividad de los Estados
subvencionadora de las contrataciones, en sus distintas modalidades (primadas en
nombre de la política de empleo), que no ha dado buenos frutos ni para el empleo, ni
para la finalidad específica de algunas figuras contractuales (por ejemplo, las
formativas), ni para la conformación misma de los ordenamientos laborales. Su lógica
reguladora no ha de ser prioritariamente la del acceso y el mantenimiento del empleo
Unión Europea y de los Estados miembros, según reza en los Tratados (art. 2 TUE y
arts. 2 y 136 TCE, en la versión consolidada del Tratado de Amsterdam) y a cuya
consecución se dirigen las nuevas competencias comunitarias sobre empleo (Título
VIII, arts. 125 a 130 TCE).
107
Con cambios en lo que se refiere al peso del trabajo asalariado y del trabajo
autónomo en el trabajo a tiempo parcial, en el que, según informaba el Consejo
Económico y Social con datos cerrados a 1995, el porcentaje de asalariados es inferior
en el empleo a tiempo parcial que en el empleo a tiempo completo, aunque esta
diferencia es mucho menos acusada en el caso de las mujeres. Para hombres, el
trabajo a tiempo parcial se configura más como una actividad por cuenta propia o
autónoma, con los componentes de voluntariedad que comporta, mientras que para
las mujeres el trabajo por cuenta propia produce una diferencia mínima entre el
tiempo parcial y el tiempo completo (El trabajo a tiempo parcial, Informe 4, 1996,
págs. 58 y ss).
81
(a la que se subordine la regulación de los restantes derechos e instituciones
laborales, desde la formación al despido), sino esencialmente la propia del
cumplimiento de su función social a través del reconocimiento de una serie de
derechos profesionales extendidos a las nuevas formas de trabajar y no centrados
exclusivamente sobre el empleo.
Ese futuro Derecho del Trabajo, asentado sobre una noción amplia de trabajo,
debería atender a las transformaciones de estatuto jurídico y a los períodos de
transición entre actividad e inactividad que se suceden en un mundo en el que la
inestabilidad choca con las exigencias de continuidad del empleo en que se basa el
disfrute de los derechos laborales y la obtención de los derechos de Seguridad Social
(carreras contributivas, vinculadas al tiempo de trabajo y al tiempo de cotización) en
los actuales ordenamientos europeos. Ese nuevo Derecho del Trabajo habría de idear
nuevas técnicas e instrumentos para proporcionar continuidad jurídica y económica a
la discontinuidad del empleo gracias al juego del citado reconocimiento de derechos
profesionales, ante esa inestabilidad que, proviniendo esencialmente de los cambios
productivos, tecnológicos y económicos conocidos, desarrolla (o puede desarrollar)
también nuevas formas de libertad de trabajo. El Derecho del Trabajo debería
garantizar la continuidad o permanencia y defensa del estado profesional, no (o no
sólo o no necesariamente) del empleo y del contrato de trabajo; una estabilidad,
pues, dinámica y no sólo estática. Y debería atender asimismo al trabajo no
profesional. Ello, claro es, obligaría a reconocer derechos de nuevo tipo (de "nueva
generación") a quienes trabajen y a quienes no lo hagan, no exclusivamente ligados a
la existencia, actual, pasada o futura, de un contrato de trabajo. Es fácil prever las
dificultades de su puesta en práctica, que reclamaría el destino de recursos públicos y
privados (de las empresas y de los propios trabajadores) a la creación de
oportunidades de formación y de trabajo y al desarrollo de trayectorias profesionales,
pero probablemente este sería un mejor destino para las subvenciones públicas que el
82
del fomento de determinadas modalidades de contratación. La defensa y adaptación
de la profesionalidad se presenta como un instrumento esencial ante los cambios
experimentados en las formas de trabajar y ante la acelerada innovación tecnológica.
No cabe duda de que ese futuro Derecho del Trabajo debería dotarse de
contenidos nuevos que, aplicados a determinados países o zonas territoriales y a
ciertas industrias, trabajos o empresas, pueden parecer poco realistas : la realización
del trabajo elegido en el tiempo elegido, la acomodación del tiempo de trabajo a quien
lo realiza (y no al revés), la combinación de empleo, trabajo y formación (el tránsito
de la formación a la vida profesional y de la vida profesional a la formación) y de ésta,
en su vertiente de especialización profesional, con las exigencias de polivalencia
funcional y de adaptabilidad, o la conciliación entre trabajo y vida personal y familiar.
83
Tales nuevos enfoques constituyen aspiraciones que contrastan con el incremento del
peso de la subordinación o sujeción y del fordismo, con la ampliación del tiempo y de
las cargas de trabajo y el descenso de los niveles salariales (horas extraordinarias),
con el desarrollo de la flexibilidad precarizadora (de la contratación temporal y de la
puesta a disposición o del tiempo de puesta a disposición, según modalidades
contractuales); en definitiva, con la degradación de las condiciones de vida y trabajo
que pueden comprobarse en ciertos trabajos y sistemas organizativos "neofordistas" o
"prefordistas". Sin embargo, su realización, al compás de esa nueva concepción del
Derecho del Trabajo, permitiría no sólo la satisfacción de las necesidades sociales,
sino también un adecuado funcionamiento económico.
84
Se ha de señalar la importancia cobrada ya por la negociación colectiva en los
distintos países europeos, que anuncia su protagonismo creciente en las décadas
inmediatas. De la negociación colectiva se ha dicho en trabajos recientes que es la
institución laboral "mas dinámica" del modelo fordista, la sede "de las grandes
innovaciones jurídicas de las últimas décadas" o el "paso obligado en la elaboración
del Derecho" del Trabajo (SUPIOT, coord., 1999, págs. 151 y 152).
Me parece ocioso insistir en que, como consecuencia de ello, las relaciones entre
la ley y la negociación colectiva seguirán siendo en un futuro previsible mucho mas
85
variadas y complejas en todos los Estados europeos, sin excepción, y los sistemas
negociales mas ricos y heterogéneos.
86
últimas de los ordenamientos europeos de doble canal de representación, y del propio
Derecho comunitario, manifiestan la importancia de las funciones de los comités de
empresa como órganos de participación (información y consulta) y de negociación. En
las empresas de muy pequeña dimensión han de arbitrarse cauces operativos para el
desempeño, desde dentro o desde fuera, de las funciones de representación. Las
experiencias de algún ordenamiento a este respecto o al de la constitución de órganos
de representación acomodados a las nuevas "unidades de lugar" (redes territoriales
de empresas) o de "empresas interdependientes" constituyen una saludable
alternativa a la organización tradicional de los trabajadores, que convendrá
experimentar.
87
favorece el desplazamiento de los centros de poder y el surgimiento de niveles de
decisión (y autonomía) nuevos. Esta debilitación de la función unificadora de la
negociación sectorial obligará a efectuar un nuevo diseño organizativo y de reparto de
poderes entre confederaciones, federaciones, uniones y representaciones sindicales en
las organizaciones empresariales (empresas, grupos, redes).
4. La integración europea
La evolución futura del Derecho del Trabajo deberá contar con la incidencia de la
integración europea. El papel de los Estados y de la Unión Europea es central en la
defensa de la cohesión social.
88
sustanciales, que han de ocupar un lugar central en los sistemas jurídicos, la Unión y
los Estados, en el ámbito de sus respectivas competencias, han de sostener
activamente el procedimiento o vía negocial y la producción negociada de normas y
decisiones.
89
BIBLIOGRAFÍA
M. ALONSO OLEA, Introducción al Derecho del Trabajo, 5ª ed., Civitas, Madrid, 1994.
A. BAYLOS GRAU, Derecho del Trabajo : modelo para armar, Ed. Trotta, Madrid,
1991.
F. DURÁN LÓPEZ, El futuro del Derecho del Trabajo, Rev. Española de Derecho del
Trabajo, núm. 78, 1996, págs. 601 y ss.
90
Ll. FINA SANGLAS, Por una nueva cultura de la organización del tiempo de trabajo,
Revista de Economía y Sociología del Trabajo, núm. 15/16, enero-junio de 1992.
J.L. MONEREO PÉREZ, Introducción al nuevo Derecho del Trabajo. Una reflexión crítica
sobre el Derecho flexible del trabajo, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996.
M.C. PALOMEQUE LÓPEZ, Derecho del Trabajo e ideología. Medio siglo de formación
ideológica del Trabajo español (1873-1923), 5ª ed., Tecnos, Madrid, 1995.
M.C. PALOMEQUE LÓPEZ, Un compañero de viaje histórico del Derecho del Trabajo :
la crisis económica, Revista de Política Social, núm. 143, 1984, págs. 15 y ss.
91
E. ROJO TORRECILLA, Pasado, presente y futuro del Derecho del Trabajo, Relaciones
Laborales, núm. 18, 1997
92
ANEXO I
93
ANEXO I
94
2
Quedan, por tanto, excluidos del ámbito de aplicación de esta Ley aquellos
trabajadores autónomos que, en su concepción más tradicional, desarrollan su
actividad de forma abierta, orientada hacia una clientela potencialmente
indeterminada.
95
3
96
TITULO PRIMERO
DE LA RELACION INDIVIDUAL DE TRABAJO AUTÓNOMO DEPENDIENTE..
CAPITULO I
Disposiciones generales
SECCION PRIMERA
Ámbito de aplicación y fuentes
Art. 1. – Ámbito de aplicación.
Art. 2.- Relaciones excluidas.
Art. 3.- Fuentes de la relación de prestación de servicios del trabajador autónomo
dependiente.
SECCION SEGUNDA
Derechos y deberes básicos del trabajador autónomo dependiente
Art. 4.- Derechos básicos
Art. 5.- Deberes básicos
SECCION TERCERA
Elementos y eficacia del contrato de prestación de servicios
Art. 6.- Capacidad para contratar
Art. 7.- Forma del contrato
Art. 8.- Validez del contrato
CAPITULO II
Contenido del contrato de prestación de servicios
SECCION PRIMERA
Duración y registro del contrato
Art. 9.- Período de prueba
Art. 10.- Duración del contrato
Art. 11.- Registro del contrato
SECCION SEGUNDA
Tiempo de prestación de servicios y régimen de descanso
Art. 12.- Tiempo de prestación de servicios
Art. 13.- Tiempo de descanso
CAPITULO III
Modificación, suspensión y extinción del contrato de prestación de servicios
SECCION PRIMERA
Modificación del contrato de prestación de servicios
97
Art. 14.- Modificación de las condiciones de la prestación de servicios pactada.
SECCION SEGUNDA
Suspensión del contrato de prestación de servicios
SECCION TERCERA
Extinción del contrato de prestación de servicios
Art. 19.- Extinción del contrato de prestación de servicios
Art. 20.- Extinción del contrato de prestación de servicios por voluntad del
trabajador fundamentada en incumplimiento empresarial.
Art. 21.- Extinción del contrato de prestación de servicios por incumplimiento del
trabajador de los deberes y obligaciones derivados del contrato de prestación de
servicios.
Art. 22.- Extinción no causal del contrato de prestación de servicios por voluntad
del empresario
TITULO SEGUNDO
DERECHOS COLECTIVOS DEL TRABAJADOR AUTÓNOMO DEPENDIENTE..
CAPITULO I
Derecho de libertad sindical y derechos de asociación
Art. 23.- Derecho de libertad sindical
Art. 24.- Derecho de asociación
CAPITULO II
Negociación colectiva
Art. 25- Legitimación
Art. 26.- Eficacia
Art. 27.- Contenido
Art. 28. Aplicación e interpretación de acuerdos y convenios colectivos.
98
TITULO TERCERO
PROTECCIÓN SOCIAL Y PROTECCIÓN DE LA SEGURIDAD Y SALUD DEL
TRABAJADOR AUTÓNOMO DEPENDIENTE
CAPITULO I
Protección social
Art. 29. Concepto de accidente de trabajo.
Art. 30. Concepto de enfermedad profesional.
Art. 31. Concepto de lesión permanente no invalidante
Art. 32. Prestaciones por invalidez permanente cualificada
Art. 33. Protección por desempleo
CAPITULO II
Seguridad y Salud
Art. 34. Seguridad y salud
Art. 35. Vigilancia de la salud
TITULO CUARTO
INFRACCIONES Y SANCIONES Y TUTELA JUDICIAL DE LOS DERECHOS DEL
TRABAJADOR AUTÓNOMO DEPENDIENTE
CAPITULO I
Infracciones y sanciones en la relación de prestación de servicios
CAPITULO II
Tutela judicial de la relación de prestación de servicios
_______________________________________________
99
Disposición derogatoria única.
Disposición final primera.-Disposiciones de desarrollo
Disposición final segunda.- Entrada en vigor
100
TITULO PRIMERO
DE LA RELACION INDIVIDUAL DE TRABAJO AUTÓNOMO DEPENDIENTE..
CAPITULO I
Disposiciones generales
SECCION PRIMERA
Ámbito de aplicación y fuentes
101
b) Por los Acuerdos y Convenios colectivos regulados en el Titulo II de esta Ley, en
cuanto no contravengan lo previsto en norma legal o reglamentaria imperativa.
c) Subsidiariamente, por la voluntad de las partes. Será nulo todo pacto por el que
el trabajador autónomo dependiente renuncie a los derechos que tenga reconocidos
por una disposición legal o por los Acuerdos o Convenios Colectivos aplicables. d)
Por los usos y costumbres locales y profesionales, que sólo se aplicarán en defecto
de disposiciones legales, convencionales o contractuales, salvo recepción o remisión
expresa de los mismos.
SECCION SEGUNDA
Derechos y deberes básicos del trabajador autónomo dependiente
b) a la libre sindicación.
d) a la negociación colectiva.
f) a la huelga.
g) derecho de Reunión.
a) A la ocupación efectiva.
102
f) A los derechos de propiedad intelectual e industrial generados como
consecuencia de la actividad contratada y cuya cesión al empresario no constituya,
implícita o explícitamente, el objeto de la prestación pactada.
SECCION TERCERA
Elementos y eficacia del contrato de prestación de servicios
2.- En caso de nulidad del contrato por falta de sus elementos esenciales, el
trabajador autónomo dependiente tendrá derecho a la retribución de los servicios
prestados correspondiente a un contrato válido.
CAPITULO II
Contenido del contrato de prestación de servicios
SECCION PRIMERA
Duración y registro del contrato
4.- Durante el período de prueba cualquiera de las partes, sin alegar causa alguna,
podrá desistir de la continuación del vínculo contractual.
Las partes podrán fijar libremente la duración del contrato por el que se vinculan.
SECCION SEGUNDA
Tiempo de prestación de servicios y régimen de descanso
104
Art. 12.- Tiempo de prestación de servicios
2.- El trabajador autónomo dependiente que preste sus servicios en las condiciones
señaladas en el párrafo anterior, previo aviso y justificación, podrá interrumpir su
prestación de servicios con derecho a retribución, por alguno de los motivos y por
el tiempo siguiente:
3.- Los trabajadores autónomos que presten sus servicios en las condiciones
señaladas en el apartado primero de este artículo tendrán derecho reducir en una
hora su prestación de servicios por lactancia de un hijo menor de nueve meses.
Este reducción se podrá dividir en dos fracciones. El trabajador, a su voluntad,
podrá sustituir este derecho por una reducción de su jornada en media hora con la
misma finalidad.
En los casos de nacimiento de hijos prematuros o que, por cualquier causa, deban
permanecer hospitalizados a continuación del parto, el trabajador autónomo tendrá
derecho a interrumpir su prestación de servicios durante una hora. Asímismo, por
esta causa, tendrán derecho a reducir su prestación de servicios en dos horas
diarias con la disminución proporcional de la contraprestación económica.
CAPITULO III
Modificación, suspensión y extinción del contrato de prestación de servicios
SECCION PRIMERA
Modificación del contrato de prestación de servicios
SECCION SEGUNDA
Suspensión del contrato de prestación de servicios
106
h) Por cierre legal de la empresa
Art. 16.- Suspensión del contrato de prestación de servicios por causas económicas,
técnicas, organizativas o de producción o derivadas de fuerza mayor.
2.- En los casos de parto prematuro y en aquellos en que, por cualquier otra causa,
el neonato deba permanecer hospitalizado a continuación del parto, el período de
suspensión podrá computarse a partir de la fecha del alta hospitalaria. Se excluyen
de dicho computo las primeras seis semanas posteriores al parto, de suspensión
obligatoria del contrato de la madre.
Art. 18.- Suspensión del contrato de prestación de servicios por riesgo durante el
embarazo.
107
Cuando tal adaptación no resultase posible o, a pesar de tal adaptación, las
condiciones de prestación del servicio pudieran influir negativamente en la
seguridad y salud de la trabajadora embarazada o del feto, y así lo certifiquen los
servicios Médicos del Instituto Nacional de la Seguridad Social o de las Mutuas, con
el informe medico del Servicio Nacional de Salud, podrá declararse el paso de la
trabajadora afectada a la situación de suspensión del contrato de prestación por
riesgo del embarazo.
La suspensión del contrato por esta causa finalizara el día que se inicie la
suspensión del contrato por maternidad biológica o cuando desaparezcan las
circunstancias que motivaros la suspensión por riesgo durante el embarazo.
SECCION TERCERA
Extinción del contrato de prestación de servicios
b) Por las causas consignadas validamente en el contrato salvo que las mismas
constituyan abuso de derecho manifiesto por parte del empresario.
k) Por extinción no causal del contrato de prestación de servicios por voluntad del
empresario.
Art. 20.- Extinción del contrato de prestación de servicios por voluntad del
trabajador fundamentada en incumplimiento empresarial.
1.- Serán causas justas para que el trabajador autónomo pueda extinguir por su
sola voluntad el contrato de prestación de servicios:
Art. 21.- Extinción del contrato de prestación de servicios por incumplimiento del
trabajador de los deberes y obligaciones derivados del contrato de prestación de
servicios.
Art. 22.- Extinción no causal del contrato de prestación de servicios por voluntad
del empresario
109
a) La indemnización pactada en el contrato. En ausencia de pacto, el trabajador
tendrá derecho a una indemnización equivalente a los ingresos percibidos en 45
días de servicio por año trabajado, prorrateándose por meses los períodos de
tiempo inferiores a un año.
TITULO SEGUNDO
DERECHOS COLECTIVOS DEL TRABAJADOR AUTÓNOMO DEPENDIENTE..
CAPITULO I
Derecho de libertad sindical y derechos de asociación
CAPITULO II
Negociación colectiva
Los Convenios Colectivos y Acuerdos regulados por esta Ley obligan a todos los
trabajadores autónomos dependientes y a todos los empresarios dentro de su
ámbito de aplicación y durante todo el tiempo de su vigencia.
Dentro el respeto a las leyes, los convenios y acuerdos colectivos podrán regular las
condiciones de prestación de servicios del trabajador autónomo dependiente así
110
como cualesquiera materias de índole económica, sindical y cuantas otras que
afecten a la relación existente entre el trabajador autónomo y el empresario.
TITULO TERCERO
PROTECCIÓN SOCIAL Y PROTECCIÓN DE LA SEGURIDAD Y SALUD DEL
TRABAJADOR AUTÓNOMO DEPENDIENTE
CAPITULO I
Protección social
1.- Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador
autónomo dependiente sufra con ocasión o por consecuencia de la prestación de
servicios que ejecute para un empresario.
b) Los que sufra con ocasión o como consecuencia del desempeño de cargos
electivos de carácter sindical, así como los ocurridos al ir o al volver del lugar en
que se ejerciten las funciones propias de dichos cargos.
c) Los ocurridos con ocasión o por consecuencia del desarrollo de actividades que,
aun siendo diferentes de las inicialmente contratadas, ejecute el trabajador en
interés del buen funcionamiento de la empresa.
b) Los que sean debido a dolo o a imprudencia temeraria del trabajador autónomo
accidentado.
112
Art. 32. Prestaciones por invalidez permanente cualificada
1.-A efectos de la presente Ley, se entiende por desemp leo aquella situación en la
que el trabajador autónomo, pudiendo y queriendo trabajar, ve rescindida su
relación contractual con el empresario del cual depende económicamente.
CAPITULO II
Seguridad y Salud
1.- El empresario tiene el deber de establecer las medidas necesarias que aseguren
una eficaz protección del trabajador autónomo dependiente frente a los riesgos
laborales.
En aquellas prestación de servicios cuya duración pactada sea superior a los seis
meses, el empresario esta obligado a garantizar la vigilancia periódica de su estado
de salud en función de los riesgos inherentes a la prestación contratada.
TITULO CUARTO
INFRACCIONES Y SANCIONES Y TUTELA JUDICIAL DE LOS DERECHOS DEL
TRABAJADOR AUTÓNOMO DEPENDIENTE
CAPITULO I
Infracciones y sanciones en la relación de prestación de servicios
CAPITULO II
Tutela judicial de la relación de prestación de servicios
__________________________________________________
p) Entre los trabajadores autónomos dependientes y los empresarios con los que se
contrate una prestación de servicios en los términos previstos legalmente.
114
La legislación en materia de Seguridad Social y de Seguridad y Salud en el trabajo
deberá adaptarse a los contenidos de esta Ley en el plazo de seis meses contado a
partir de su entrada en vigor.
Esta Ley entrara en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del
Estado.
115
ANEXO II
116
ANEXO II
Partiendo de los datos que suministra la EPA, se puede decir que en la Comunidad
Autónoma de Madrid hay 151.300 trabajadores autónomos en el cuarto trimestre
de 2002 (última fecha de la que se dispone de datos desagregados por
Comunidades Autónomas). El colectivo de autónomos representa el 6,5% del
empleo de Madrid.
Con los autónomos colaboran familiares, que la EPA denomina como “ayudas
familiares” y que participan en la actividad económica con jornada de trabajo a
tiempo completo o parcial, aunque no están dados de alta en el Régimen Especial
de Trabajadores Autónomos, RETA. En Madrid hay 15.200, que representan un
0,65% de la población ocupada madrileña y el 5,75 % del total de autónomos a
nivel nacional.
Teniendo en cuenta estas cifras, se puede decir que en Madrid hay 166.500
personas empleadas en el trabajo autónomo, bien como autónomos o bien como
ayudas familiares, lo que representa un 7,14 % de la población ocupada en Madrid.
Los autónomos madrileños -sin contar los ayudas familiares- realizan su actividad
fundamentalmente en el sector servicios, con 114.900 personas, el 76% de los
autónomos, aunque tan solo representan el 6,57% de la población madrileña
ocupada en este sector, mientras que a nivel nacional los autónomos en el sector
servicios representan el 10,5 %.
117
221.000 autónomos y microempresarios que representan el 84,67 % del total de
empresarios madrileños.
Por contra, en el RETA no están los ayudas familiares del autónomo ni los
trabajadores agrarios de pequeñas explotaciones agrarias. Estos últimos están
afiliados al Régimen Especial Agrario por cuenta propia.
Ahora bien con el objeto de tener una información adicional a la suministrada por la
EPA, se acompaña un cuadro que recoge la afiliación al RETA y al Régimen Especial
Agrario por cuenta propia, comparando los datos con los suministrados por la EPA.
118
Trabajo Autónomo en la Comunidad Autónoma de Madrid
Total
Total % de Autónomos
Ocupados Distribución % de los
Autónomos según Sectores Autónomos sobre los
en Madrid Autónomos según
Económicos en Madrid Ocupados por
por sectores
por Sectores Sector en Madrid
Sectores
Número de
Distribución % % de los
Total micro -
Trabajadores por Cuenta de los Microempresarios/total
Empresarios empresarios
Propia en la Microempresa Microempresarios empresas por sector de
en Madrid de hasta 6
por Sectores Madrid
trabajadores
Asalariados y
otros colectivos
92,86%
Ayudas Trabajadores
Familiares Autónomos
0,65% 6,49%
119
Distribución por Sectores Económicos de los Autónomos en Madrid
Servicios
75,94%
Agricultura
Industria 1,06%
Construcció
7,87%
n
15,14%
120