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JORGE ALEMÁN

PARA UNA IZQUIERDA


LACANIANA ...

INTERVENCIONES
Y TEXTOS

SerieTri

Buenos Aires, 2009


r (fCf%)
Indice

© GRAMA ediciones, 2009.


Fondo de la Legua 2467, Edif. 3, Oto. 40
(1640}Martínez, Pcia. de Buenos Aires.
Tel.: 4743-8766 • grama@gramaediciones.com.ar Presentación ....................................................................... 7
http:/ /www.gramaediciones.com.ar Alejandra Glaze

© Jorge Alemán
(-,.\ Una izquierda lacaniana... .............................................. 9
Alemán, Jorge
Para una izquierda lacaníana .... - la ed. - Buenos Aires :
\), Derivas sobre la inserción-desinserción ........................ 29
Grama Ediciones, 2009. \\
112 p. ¡ 21x14 cm. "·,)

ISBN 978-987-1199-97-6 l""-· La metamorfosis de la ciencia en técnica:


~>
el discurso capitalista .......................................................47
l. Psicoanálisis. l. Tít1.1lo
CDD 150.195
\D El legado de Freud ............................................................57

Diseño de tapa: Kílak I Diseñoy We/J


\\' Lógica lacaniana:
www.k.ilak.com un caso de la escritura psicoanalítica............................. 65

Hecho el depósito que determina la ley 11.723 Tesis sobre la institución:


Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro la confusión sobre el cero ................................................. 81
por medios gráficos, fotostáticos, electrónico o cualquier otro
sin permiso del editor.
DEBATE ERNESTO LACLAU / JORGE ALEMÁN
IMPRESO EN ARGENTINA ¿Por qué los significantes vacíos son importantes
J para la política? ................................................................. 89
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r Presentación

En primerapi!.rsonn, así definiría a este libro, y así comienza. Un


recorrido sobre las reflexiones en torno a psicoamílisis y política
que Jorge Alemán nunca abandona.
Es «sí que términDS que siempre escuchamos, sin un contexto
definido, son aquí clarificados en el marco de una posición ética
respecto al psicoanálisü;, y lo que con el concepto de izquierda
lacaniana intenta trnrn;mitir. Dos términos que parecen no confluir,
la izquierda y la orientaci6n lacanüma, hacen que este no sea un
libro sobre psicoanálisis, ni un libro sobre política, sino sobre poli-
tica del psícoan,ilisís, sobre la dim<.~nsiónpolítica y étíca que el dis-
curso dd psicoan.'ilísis (en esle c¡¡so, de orientación lacaniana)
tiene en la época que nos toca vivir, donde conceptos como neoli-
bcralismo, dominación, hegemonía, capitalismo, izquierda, ideo-
logía, utopfrl, acontecimiento, contingencia, técnica, mercancía y
revoluciún, son revisitados para clarificar y orientar lo que el psi-
comu'ílisis puede decir y el lugar c.1uedebería ocupar en esa praxis;
pero además, lo que la polítirn aporta al psicoanálisis.
Primera pregunta qL1cdebe contestar: ¿qué es ser de izquierda?
En las páginas de este libro se encontrará una respuesta, respuesta
c.1uelejos de ser cerrada y acabada, y que daría un ser al sujeto de
izquierda, lo ubica en relación ,1 algo ineludible que tiene que ver
con la propia constitl-ición subjetiva, donde se evidencia el agujero
ontológico que se reabsorbe en la realidad. En la misma línea, la
relación entre fantasma e ideología nos advierte sobre lo que este
último término implica como conformación de la realidad del suje-
to, donde -paradójicamente- adquiere el valor de un desconoci-
miento absoluto, lln ordenamiento del sujeto en función de los sig-
nificantes amo (Ide,1lcs)y los objetos de la pulsión que ha debido
rechazar. Lacan, en "Reseñas de enseüanza", lo dice del siguiente
modo:" Al utilitmista habría que se1"'íalarleúnicamente ql1e el hom-
bre, si es que le importa aún esa marioneta, solo encuentra placer
en sus ficciones.[ ... ] Pues la ficción parece aclararse debido a que
toda filosofía enunciada de hecho sea ubico1blecomo ideología,es
decir, correlativ.i a un privilegio social". Sin embargo, en mi opi-
8 JORGE ALEMÁN

1uón, la hipótesis más fuerte a seguir a lo largo de estos artículos


en relación a lo que J. Alemán define como izquierda, es lo que Una izquierda lacaniana ... *
enuncia del siguiente modo, y que requiere su demostración:
" ... tanto la invención freudiana como el desarrollo de la enseñan-
za de Lacan, se constituyen de entrada, como una lectura sintho- Armando Bauleo,en su memoria.
rmíticade la izquierda", que se puede seguir en otros artículos,
como en "El legado de Freud", donde comienza plantear.do que "Esto no ha impedido que haya psicoanalistas comunistas,
fue Lacan quien demostró que Freud -a partir de 1920-, logró pero lo que ellos imaginaron, o bien que el comuni.smo.cura-
"hacer coincidir la invención psicoanalítica con un pensamiento ría las neurosis a través de la liberación sexual que 1mphcaba,
político nuevo". idea desmentida por los hechos, o bien llue eran compatibles
con la existencia de una sociedad civil, experiencia que no ha
Pero hay algo más: lejos de la pretendída y mal entendida abs-
podido realizarse. ¿Hay que decir po~ lo ta~~o.q~'.~el liberalis-
tinencia del psicoanalista, ubica con claridad el lugar que depara
mo es la condición política para el ps1coanahs1s. . . .
el psicoanálisis a aquel que se orienta por su ética, como una res- Entrevistaa Jacques-AlamM,lter,
puesta frente al malestar incurable que anuncia el fin de la utopía. por Jean Pierre Cléro y Linda Lotte, 2003
Es un libro que va en la misma dirección que El porvenirdel incons-
ciente, pero que esta vez, se encuentra orientado por lo que J.. "Una vez que la indecibilídad ha akanza~o el fundamen:
Alemán señala como una enseñanza de Ernesto Laclau: la diferen- to mismo, una vez que la organización de un cierto campo esta
cia entre lo político y la política, entre lo que surge del encuentro aobernada por una decisión hegemórúca, hegemónica porgue
traumático con /alengua,y aquel ámbito institucional que se debe ~u se halla objetivamente determinada, porque eran posibles
hacer cargo del impacto; y es justamente allí donde nos da la pri- diferentes decisiones, el ámbito de la filosofía lleg,\ a su fm Y
mera definición operativa de ''izquierda lacaniana": "Ese evento comienza el ámbito de la política".
Ernesto Laclau, Emm1cíp11ción y diferencia,1996
reat como el hecho 'político' sobre el que un 'saber hacer con' la
'política' puede dirimirse, resolverse de un modo distinto como lo
hace la actitud conservadora y defensiva que promueve el miedo
por aquello 'desconocido' que puede llegar con el acontecimien-
En primerapersona...
to", y donde la industria del miedo y la seguridad hacen su parti-
Por el carácter extremadamente conjetural de la nota aquí pro-
da. Pero además agrega que es poner nuevamente en juego el
valor de la decisión, "cuando se toma desde un fondo indecidible puesta, por su clara dimensión esp~culativa, ~e.impone una expo-
y sin garantías", no amparada en el campo del cálculo utilitario, y sición en primem persona. _El caract~: p1:?.v1s1~nalde est~ no~~
que va en contra del cinismo del "todo semblante". queda patente en la propia expres1on . izquierda lacamana.,
Para terminar, los invito a leer lo que J. Alemán tiene que decir expresión que, evidentemente, reúne térmmos que no ha~ surgi-
en este breve pero consistente libro, que se resumiría en la siguien- do en principio para estar juntos y que ~or tan~~ abren siempre
te frase: "La vida solo es soportable si se inventa una nueva rela- una cuestión sobre la legitimidad de su vmculacmn. Salvando l.as
distancias, como cuando en Europa decimos "izquierda peroms-
ción con el superyó", si entendemos siguiendo a Freud, que "el
superyó es una pulsión disfrazada de Ley que impide concebir la
utopía de una sociedad por fin acorde con el interés general de los • El querido e inolvidable Nicolás Casull?, me invitó e~ su ~ía a p~rtici:
ciudadanos". Se trata en definitiva de una op<tratividad del psico- par en un número de Cunfines,sobre ~l 'estado ~e las 1zqu~erdas . Al~1
surgió una breve nota sobre una izqtuerda hlcamana. ~a misma adq~ 1-
análisis, basada en una política y una ética a contrapelo de los dis-
rió un desarrollo más extenso cuando tuve la oportumdad de leerla en
cursos de la época.
las Jornadas de trabajo orgarúzadas por el profesor Ernesto Laclau sobre
"l'sícuanálisis, Retórica, Política" en Buenos Aires, en mayo de 2009. El
AlejandraGlnze texto aquí presentado es una tercera versión más desarrollada.
~ 'J

10 JORGE ALEMÁN l'AI<A UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 11

ta" y de inmediato se multiplican las suspicacias sobre el caráctt:>r rllk!do por aquello "desconocido" que puede llegar con el aconte-
fun~iado de ,la expresión. La nota -aproximación- aquí presenta- drniento. Esto exige también separar, en la medida de lo posible,
da, mtentara entonces darle alguna verosimilitud a su título. ;iJ psicoanálisis dd "libernlismo lúcido" que se concibe a sí mismo
Más aún, para subrayar claramente la tensión implícita en la rntno d único remedio infalible para la amenaza totalitaria. Este
expr~sión "izquierda lacaniana", recordemos que a lo largo de la libL·ralismo, tiene especiales dificultades pilra asumir que ciertas
ensenanza de Lacan, es frecut;>nteencontrar un tratamiento o bien fornrns de explotnción y de desigualdad social, también constitu-
irónico o bien extremadamenk crítico, de distintas formulaciones YL~n una corrosión de la experiencia democrática en la sociedm.i
referidas a la izquierda clásica, evoquemos algunas: "la revolu- ~:ivil. Especialmente cu¡:¡ndo estas corporaciones se hacen cargo,
ción como retorno al mismo lugar", "la protesta como un llamado L'n In lógica cttltural del capitalismo tardío, de los distintos inter-

a un a~o to~avfa m'.ís feroz", "la crítica de la Familia, la Patria y úunbios simbólicos que definen a una sociedad. e incluyendo en
I¡:¡Propiedad , que fmahrn.mte desembocan en un reforzamiento eslu por supuesto a la política. Basta como ejemplo lo que la
de dichas institt1dones, o la paradójica e inquietante afirmación industria del miedo y la seguridad le han logrado imponer al lla-
lacaniana que afirma que "el sujeto es siempre feliz". Es evidente m.ido Estado de Bienestar. Pero todas estas razones, bien conoci-
que ning_m_,~de estas formulaciones son nuspiciosas con respecto d;is en la enseñanza de Lacan, han forj.ido incluso entre los pro-
a las posibilidades de una transformación histórica cuyo horizon- pios lacanianos una suerte de conservadurismo laico, que rnzona
te sea trnzado por la izquierda. A su vez, el hecho de presentar al. síl'mpre sobre "lo peligroso" que es introducir grandes decisiones
colectivo social y también al sujeto, como constituidos a partir de \'11 la vi.da del sujeto o en sus configuraciones sociales. Se podría

una fractura incurable y sin solución, descartan en Lacan toda induso establecer una declinación más amplia, la que va del con-
posibilidad de reconciliación de la sociedad con ella misma. Sin si:rvadurismo que sabe mantener el statu q110 admitiendo que
embargo, también hay que admitir que este tratamiento de lo "todo es semblmlte'' y que por tanto ya no "cree" en ninguna
colectivo permite pensar en una lógic<1distinta a lo sugerido por causa, hnsla la suficiencia impostad.i, donde una vez realizada la
Freud en su "psicología de las masas" y sus derivas totalitarias, ,ipuesta y viendo Juego sus consecuencias, se dectúa um1 lectura.
11

pues la sociedc1d nunca puede conquistar una identidad que la rl'I roa diva donde se revela cómo J¡¡s cosas llevaban a lo peor".
clausure en una totalidad plena. Parn lacan, insisto en ello, esa No discuto aquí el carücter focundo que a veces introducen las kc-
socíedad plern:1,!"alcomo esperaban las utopfos emancipalo.rias, \urns apres-coup,pero en este caso la expresión "izqui~rda lacania-
esa sociedad reconcíli.ida consigo, sin antagonismo y sin el 11,1", es entre otras cosas un modo de volver a poner en cuestión el

"embrollo" de la polític.i, es imposible. Por lo mismo, esta ausen- v~ilor de Ja decbión, cuando se loma desde un fondo indecidible
cü.1de plenitud lograda pa.rn el colectivo social no es un déficit, es y sin garantías. Esto también implica indagar qué es una decisión
lo que permite pensar en una transformación imprevisible, siem- en política, especialmente cuando esta no remite al campo del cál-
pre pendiente. Por otra parte, la decisión de mostrar a la realidad culo utilitario de los semblantes, o dicho de otra manera, cuando
como una construcción precaria desde el punto de vista simbóli- se trata de una decisión que no estcí de entrada promovida y
co, siempre a la defensiva con respecto al evento real que pueda ílmparada por d discurso del amo.
perforarla, da lugar a.l hecho de que el sujeto mantenga con ese Desde est0 perspectiva, tal vez sea de interés, para concebir esa
real una relación de sedimentación y de inercia, donde al menos a eventual izquierda, cunsiderar las observaciones de Lacan sobre
priori, nunca se puede anticipar transformación alguna, y menos el ,,alma bella" y su complicidad con el orden que denuncia, y La
p0nsar la vinculación que dicha trnnsformaciún pueda tener con "ley del corazón" y su ejercicio infatuado, el ejercicio del rebelde
lo "político" en su sentido enrnncipatorío. Aum1ue con la expre- que quiere hacer valer en su acción solo urw imagen de sí. Tal vez,
sión "izquierda lacm1íana" intentumos concebir a ese evento real la izquierda facaniana, desde su causa picrdic.iapero efectiva, solo
corno el hecho "político" sobre el que un "saber hacer con" ,; pueda encontrar su figura conveniente en la dd "guerrero aplica-
"polfüca" puede dirimirse, resolv1:rse de un modo distinto a como do", aplicado no solo por hacer lo que tiene que hacer, sino por-
lo hace la actitud conservadora y defensiva que promueve e) que no necesita previamente recurrir c1Iseguro de las garantías.
12 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 13

Por último, en muchos casos es fácil encontrar en este conserva- lrucción que hay que producir teóricamente, un momento de
durismo laico su deriva cínica. "Pase", tal como se efectúa en Lacura analítica, donde el sujeto
Por esta pendiente se vuelve cuasi misteriosa, la expresión ntraviesa su fantasma. Evidentemente se trata de una "idea regu-
"izquierda lacaniana", si no fuera porque es la enseñanza de ladora" a través de la cual Marx indaga la ''hipótesis comunista"
Lacan la que también indica que la resolución del deseo, en parti- que implica la desconexión de la máquina capitalista y que está
cular cuando se separa de su inercia fantasmática, implica siem- muy lejos de concebir a los "trabajadores" de un modo esencialis-
pre, como he afirmado antes, una apuesta sin garantías, un acto !a, como aquelJa dase que ya por su posición "objetiva" en la
sin Otro, en el que me siento involucrado cuando hablo de estructura social está destinada necesariamente a la revolución.
"izquierda lacaniana". Una lectura lacaniana de Marx desestabiliza esta secuencia, y
A su vez, mientras el término izquierda remite inevitablemen- muestra que no hay ninguna clase de antemano predestinada a
te a una tradición crítica, en cambio el psicoanálisis de orientación <fosconectarel capitalismo, ni que la misma posea una identidad
lacaniana opera en su práctica a través de una modalidad de esencial y n priorique no exija una construcción específica.
"desocultamiento" diferente del procedimiento crítico. Dicho de Aunque también debo admitir que las operaciones Jacanianas
otro modo, el juego mutuo entre inconsciente e interpretación, en van generando a través de su ejercicio un nuevo tipo de proble-
cualquiera de sus modalidades, no debe confundirse con el pro- matización de la realidad, que puede tener eventualmente un
cedirrúento objetivante de la crítica. No existe un exterior a priori desenlace crítico, si aceptamos como hemos dicho antes que ya no
desde donde criticar al inconsciente. Por tanto "izquierda lacania- entendemos por crítica la objetivación de la cosa analizada. En
na" es admitir que en este caso la palabra izquierda no se inscribe li'Ste aspecto, la fórmula "izquierda lacaniana" no continúa la tra-
de inmediato en el ámbito tradicional de la crítica de la ideología dición moderna que desde Adorno hasta Habermas intentó incor-
o de la dominación. porar el discurso freudiano al aparato crítico del marxismo.

Críticade la ideolog{a Ontológico-Preon


tológico
Aquí debemos tener en cuenta que luego de la brecha "ontoló- La expresión "izquierda Lacaniana" implica una reformulación
gica" entre real y realidad construida minuciosamente en la ense- crítíca de lo que en filosofía se ha dado en llamar Ontología. ¿Qué
ñanza de Lacan y organizada lógicamente a través de distintas es una ontología en la tradición filosófica? Como es ya sabido, se
estructuras teóricas, la cuestión de la Ideología ya no se puede con- trata de presentar en una teoría el modo en que la realidad se con-
cebir bajo la óptica de una relación ilusoria o de falsa conciencia figura, aquello que la fundamenta y sostiene, el sentido que
con_respecto a la realidad. La fractura, la "dislocación" entre real y emana de este fundamento y el sujeto que es capaz de ser el
realidad, hacen que la ideología y la realidad sean lo mismo, un soporte de dichas operaciones. La ontología no es una "especiali-
principio de desconocimiento, vía represión primaria o forclusión dad" sobre tal o cual región de lo ente, ni posibilita expertos en
de lo que es lo real. Esta es una primera observación; otra más pre- esto o aquello, su vocación es siempre rndical; mostrar el modo de
cisa exige establecer una diferencia entre lo que Lacan ha definido ser de lo ente más allá de sus áreas o especíalidades. A su vez, el
como "fantasma", esa construcción simbólica-imaginaria que sitúa modo en que Lacan establece para el inconsciente su carácter pre-
al sujeto con respecto a lo real y la .ideología. En cualquier caso, la ontológico nos parece que puede ser entendido del siguiente
fórmula marxista, que quiere ver al "proletariado" "libre de ideo- modo: preontológico, no como lo que aún no reúne las condicio-
logía", en condiciones tafos corno para poder leer e interpretar la nes para una ontología, sino como aquello que intenta mostrar
estructura en la que está involucrado como vendedor de la fuerza qué es la realidad sin buscar un fundamento último de la misma.
de trabajo en forma de una mercancía más, revela que para Marx, Preontológico significa en Lacan, que si bien pueden encontrarse
el proletariado no es meramente la clase trabajadora, es una cons- en su enseñanza algunas "fundamentaciones contingentes", como
r ·14 JO!<GEALEMÁN

dirfo Judilh Uutle1~las mismas no pu eden ser presentada s como


una totalidad qw~ pueda ser sat ura da conce pt ualmente. Cuando
P Al<A UNA JZ.QUll, l'W A LACAN IANA ...

Fn11GHÜI, Derrida o Rorty re conocen el carácter dis curs ivo de la


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L~can escri be d nud o RSI, es cierto que se trata de con st ruir un n·,didad , lo propio de lo r eal lacarúano es que es un real que dis-
d1scu,~·sosobre_1a _realidnd, inclus o llega a hablar de "filosofía pri- l11t:,1l.i realidad y gu e aparece en la misma bajo la forma de trau -
n.1ern , pero si bien se tra tn de un proyecto de "ont ología", es 111;1, ,rnguslia, pesadill a, encue ntro contin gente con la lengua y

siempre una ontología aguje.reada, fallida, estab lecida cont ingen- ,1úHltecimie nto "po lítico" . fa tas irrupcio nes d e lo real no pu ede n
temcnte_ con r~specto a ~n real imposi ble de capturar. Es una pre- !•L'r nunc a reabsorbid as por nin guna constru cción dis cursiva. P<~ ro
on tologia rad ical de lo 'Uno en rupt ura" o deJ "Fundam ento en tal vez sea necesario aclarar qu e no se tra ta de plant ear un real
fa..lta", com o dir _fa_mi amigo Euge nio Trías, qu e si bien se ocupa de i111pl)sibl e por un fodo y por otr o lado la con strucción contin gen -
m~st rar y _escnbJT el modo en qu~ Ja realidad se instituye, Ja lL'. Más bien, lo que se intenta a pa.rtir de Lacan. es pen sar cómo la
'.1'1s
~1a esta atrav_esa~fa por ~r~cturas y vacío s irr eductibl es gue ninlingencia cliscLJCS iva es un a suspe nsión trnnsi toria de la impo-
11np1 den, o má s bien 11npo s1b1litan, un núcleo último de sen tido 0 sibil idad . Lo renl no es lma mcr.a exterioridad, pue d e apa recer
fun damen to. L'onlingentenw nte, o t:'ll otros térmi nos, nec esa riament e ap arecerá
EJ esta tuto ético dd inconsciente, me ncionado junto al carácter su conting encia. Por ello, la "izquie rd a lacan iana ", ta] vez deba
preon tológko del m ismo en el Seminario11de J;icques Lacan, esta- lo mar disla ncía de los "enam orados" del "aco ntecimie nto ", que
ble~e esta ín~ ic~ción: d psicoanáli sis no es un asunto d e "ex per- pn.:scntan al mismo como un h0cho puro, como un cort e absoluto
tos :1: ~l psK¡tusrno o ~e e~pecial_istns en la snlud ment a]. El psi.: <.:n la situ ación y qu e no se con tmnina con bs repre sen taciones
coaná lisJS es una expe riencia que mdag a la cfocisión éti ca cuand o sim bólicas o im ag in.:1rias. Por el contrari o, es el car ácter real de]
se nos ofrece sin fundam ento últim o y sin de mostración "cien tífi- acon teci mie nto po lítico el que nos debe orient ar en su cua lid ad
~o técnica ", y donde se tra l'a de acepta r la con dici ón cont ingente e singular y fuera del sentido del saber, pa ra luego intentar logra.r
incura ble que la len gua le impo ne a la "e xsisl encia" parlant e, aquelfo const rucció n po lítica qu e pu eda acoge rlo. Así en tiendo,
sexuad a y mortal, tres n ombres que remi len a distintas modalida - por otra par te, lo que Lad a u llama l<1"con struc ción de una lógica
d~s d e lo imp ~sibl e. En cier ta forma el c.i.rácter preontológico del hegemónica" . Pero tal ve z esto exija otras precisiones que p odr ía-
discur so Iacama no, podría se r ent endid o com o una respu est a a Jo mos 01TL11 ne rar del s iguiente mod o: lo polí tico y ln política son
q_ttesu~ede con la onl ología despu és de Heid egg er. El psi coanáli- difl.'!rcntes, es ta difo rén cia ha sido tematizada po r una gra n tradi -
s1s no mgr esa ni a la lógic a de los expe rtos ni a la no stalgia de l dú n qu e la ante ced e y la acompm'\n octual nwn te, hast a en contrar
funda ~1ento oi:itológico, pero sin embargo su esfue rzo permanen- un privilegio especial e 11 los ~nsu d ores posmarxis tas de inspira -
te, su mdo le éhca, es qu e, a pesar de su incisiv a "d esfund ame nta- ción lacan oheidegge ria na. En esos casos, la dife ren cia político-
ción", sin embarg o, el discurso nnalíti co no 12: s un "relat ivismo ". po lítica alcanza el rnngo de la llam ada "dí forencia ont ológ ica" en
Como Ju hl: dicho an tes, es una expL·rien cia que intenta transfor - Heideg ger o fa "di ferencia ab soltr.la" en Lacan.
m ar en "~ausa" al fundame nto aus ente . A parti r de Heid egger, es En el caso que aquí plan teo corno izqu ierda lacaniana, lo po lí-
La~<1 n qui en establece las condicion es más apr opia das pa ra carac- tico no será un mero acúntecimi en to vacío . En la pers pectiva la.czi-
tenz~r _el ma! estur de la c_lvilización en la époc a de In T~cnica y las niana, creo que mi'Í S bien se pu ede argu mentar que lo político
con d1c10nes que se requ1.eren para conceb ir "otro inicio". Es ese surge com o res ullad u del encu en tro conting en te con la lengua, en
"ot ro_inic.io" al qu e veo involucrado en lo que aquí design o como especi al cuando ese encuentro no afecta solo a un o sino que pon e
una 1zq1.11er da lacanian a, siempr e y cuando Sé conside re a ese en march a o más bien constitu ye a un colectivo conti ngente . Por
'' Otr o inicio " corno un s.:1ltoen <1bismo, que de sbor da a )¡:¡Jínea del lo tanto lo p olí!'ico en esta orient ación, apar ccer ..'i siem pre impreg-
progre so . na do de ang ustia, traum a, lo siniestr o, lo ull'ra claro, la irrup ción
Si bien so n muchos los pe nsadores con.temporáneos que de la voz o la n.1irada , la cerbdumb re anticipad a del acto, e tc.
~one n St1 zicen~o en d ca.rácter anti l:!sencialista y antifundamenta - Incluso aún sie nd o una exper iencia de l cok ctivo, por ser distinto
hsta de la realidad, como por ejemplo aquell os que al modo de de la ma sa y su tram a identificat oria, incluye un mom en to consti-
tutivo y d ecisivo de soleda d . En cualquier rnso, se deb e dis fo1guir
T
16 JORGE ALEMÁN PARA UNJ\ IZQUIERDA LACANIANA .. 17

a las distintas modalidades de lo político cuando las mismas sus- ,11descubrir en las leyes de acumulación la capitalización de la
penden transitoriamente a lo imposible y Je hacen dar cartas de plu:;v¡¡lía.
nuevo a la lengua. En este sentido, el mundo de la Técnica, al menos tendencial-
Por lo mismo no es un acontecimiento vacío, el vacío irreduci- 11w11tc,constituye una destrucción del inconsciente, del incons-
ble no está en el acontecimiento sino más bien en el hiato que siem- d1•nle en su dimensión de lectura. Dicho en otros términos, el
pre existe entre el acontecimiento político y la estructura política. 1•111plazamientode la Técnica es una voluntad que promueve la
La política, por el contrario, está del lado de los ideales, de los dL·sconexión total entre el "sínthoma" y el inconsciente. A dife-
semblantes, en definitiva, del discurso del amo. rL•ndíl de la experiencia analítica que se desarrolla como un viaje
"Izquierda lacaniana" implica no solo separar a estas dos por d inconsciente hasta captar la condición irreductible y contin-
dimensiones que hacen a una diferencia insuperable, sino cons- gcnlc del "sínl'homa", la Técnica pone en acto el intento de su
truir a partir de ellas una respuesta ni malestar. d ii-.~t:ción,o dicho de otra formn, en este caso elinconsciente es un
La hegemorúa en el sentido de Gramsci, Ladau, consiste, lllL'ro cífranüento de la plusvalía del goce.
seg(m esta perspectiva que propongo, en la articulación lógica Pero a su vez, por inconcebible que sea postular el corte o la
que debe hacer la política sobre lo político, donde se deben siem- rnplllra en el "rizoma" capitalista, por indeterminada que sea la
pre tener en cuenta las estmcturas ideológico-fantasmáticas que ,·xpresión ''lucha anticapitalista", pues es difícil establecer con
tratan de suturar la diferencia. rl'spedo a la misma cuál es su verdadero luga~ por irrepresenta-
hil• l!n suma que sea su salida histórica y aunque una y otra vez
incluso s~ pueda establecer entre el capitalismo y la existencia
Ser de izquierda humana una relación "ontológica", ser de izquierda implica insis-
tir l:!nd carácter contingente de la realidad histórica del capitalis-
¿Qué significa ser de izquierda en el siglo xxl? Qué valor tiene mo. Pero diferenciemos los términos empleados en el argumento,
la expresión y qué tipo de compromiso designa cuando el relato para así poder captar su alcance. No se puede hablar de "lucha
histórico que dio lugar a la misma se ha desvanecido tanto en su unlicapitalista" porque el discurso capitalista que plantea Lacan
praxis teórico-política así como en su eficacia simbólica, para otor- (como un quinto discurso conjetural), no ofrece un punto desde
gar un principio de legibilidad sobre lo que es la realidad. Sin donde se pueda localizar el sitio donde efectuar el corte. El dis-
embargo, creo que se puede entender por izquierda la posición curso capitalista le confiere a la realidad una conexión de lugares
que asume como punto de partida los p1.mtos que a continuación capturados en un movimiento circular con respecto al cual una
iré desarrollando, a la vez que intentaré determínar en qué puede lucha directa es un absurdo lógico, un absurdo como luchar con-
consistir lo que llamo 1ma izquierda lacaniana. Ira la Técnica o el rizoma.
A su vez, la salida histórica es irrepresentable, porque tal vez
convenga dejar por ahora vacío el lugar que surgiría más allá o
Capitalismoy corte después del capitalismo. Cualquier definición reinscribiría a ese
lugar en un sentido ya consumado históricamente. No hay una
Ninguna realidad por consistente y hegemónica que se pre- semántica "anticapitalista", hay siempre una tensión hacia un
sente, como por ejemplo es el capitalismo actual, debe ser consi- significante ''nuevo" y aún por descifrar. Por último, cuando deci-
derada como definitiva. Es cierto que, actualmente, para no con- mos que se puede establecer entre capitalismo y la existencia
siderar definitivo al capitalismo, es necesario hacer un gran humana una relación cuasi-ontológica, no queremos con ello
esfuerzo, ahora qut'!, en su amalgama con la Técnica, ha logrado darle argumentos a la vieja estrategia neoliberal que "naturaliza"
poner a todo el "ser de lo ente" a disposición para emplazarlo el capitalismo como un orden eterno y necesario. En todo caso
como mercancía. Siendo ésta precisamente la gran epifarúa de extremamos deliberadamente el argumento para darle w1a mayor
Marx, donde supo anticipar el límite de la economía y la política, gravedad a la cuestión, en especial a esa homología formulada
r 18 JORGE ALEMÁN

por Lacan, con reservas, ptcro al fin formulada, entre l,1plusvalía


PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ...

,h•nll' l1LH~ la economía juega


11 , 11111"detenninnción
w1 papel determinante. Per? no ~a
en última instancia", fórmula aún tnbutana
19

y el plus de gozar. En esta homología, el plus de gozm es el exce- d,•1fundamento último, en ese caso la infraestructura económica.
dente de goce que retorna a In zona erógena y que se l!scapa al 11,iy que tener en cuenta que también el mercado éStá atravesado
íntcrcambio simbólico. Ese plus de gozar, a diferencia de lo que
Marx pensó con respecto a la plusvalía, no puede ser cancelado
,r]
1JI i1 frac\ura entre lo real Yla realidad, ~ en tanto que ta~ puede
d [slrn:arse, de allí que ahora se vuelva mas pregnante que nunca
históricamente porque es un resultado de la captura del ser vivo ,•I "qué quiere el mercado de nosotros". . .,
por [alengua. Tambí~n es necesario destacar qui;>la dommac1on como tal no
Por otro lado, no hay una historia de la humanidad que nece-
snrimnente fuera a desembocar en el capitalismo. En este aspecto, 11,,1·tenece exclusivamente a la époc~ del ca~ital!~mo. ~ay domi-
11;idún porque el sujeto en su propia constltuc10~1,~~ un modo
entendemos por capitalismo algo diferente a una evolución pro- l'i,l rudural o cuasi-ontológico, no puede darse a si m1sm~ su pro-
gresiva de los "modos de producción", más bien se trata de una pi,1 representación. La barrera simbólica qui: lo cons.t~tuye, lo
serie de bifurcaciones históricas contingenLes que han entrelazado
1;l•p.ira de la pLLlsión,pero a la vez establ~ce una don~c1on .?e un
de modo inestable a la Técnica, la Mercancía, el Saber, en aquello
que denominamos el relílto moderno. A su vez, el relato moderno 1,lus de satisfacción pulsional ql~0 se as,?ci.~.i una ~ene,,de 1~<1~-
d;i los'', "dichos oracufores y pnmeros , unperattvos , qu~ sm
es una categoría narrntíva, más que un orden histórico perfecta- rqiresentar al sujeto exhnustivamente, detenninan su lugar.
mente delimitado. Ahora bien, como es ya sabido, es propio dt>
cierta tendencia historicist.i trnnsform.ir a un acontecimiento, por
d solo hecho de haber sido ''posibhl', en "m~cesario". Esta ten- La ideología,de otromodo
dencia la reconocemos cum1do frente al hecho acontecido se expli-
can los antecedentes que inevitablemente conducían nl mismo. L.i subversión de dichos "significantes amos" mmca se realiza
Sin embargo el punto de vista Jacaniano a considerar aquí es siem- en una toma de conciencia o en una destrucción crítica de los mis-
pre dilucidar en fo modalizadón posible-necesario el encubri- 1nos. Este es precis.imente el problem.i de la ideología en lo q~te
miento del par "imposible-contingente". Son precisamente las podríílmos llamar su fijeza fantasmálica. Tal c?m~ _lohemos afir-
interrupciones contíngentes de lo imposible, las que le dan fuerza m¡ido anteriormente, la ideología no es una tlus10n o una falsa
al hecho histórico que deviene acontecimiento. Este par imposi- conciencia, es una articulación entre los significantes mnos que
ble-contingente es lo que en Lacan toma relevancia "preontológi- surgen fuera de sentido, como d~sig~ador~s del enc~lentro con lo
ca". No se trata de entender lo contingente como aqudlo que es real, y los objetos a gue el propio ~uJeto p1~rde en el ncces~: lo
de "otra manera", sino como el elemento óntico que aguje.rea, des- :-:;imbólico.Lo que Jacqucs-Alam M1ller ha rnslado en la ~nse11cm-
ftmdamenta, el apnrato ontológico de la realidad. za de Lacan como "aquello que hace insignia'' parn el su¡eto. Una
amalgama entre el significante amo y el P:us ~~ gozar ~ue ?rod~-
ce d taponamiento contingente de la d1v1s1on constitutiva del
La dominación sujeto. Esta insignia podría constiluir la matriz lógi~a desde
donde pensar de otra manera a la ideología. Desde este angu~o, l~
De cualquier modo, aún cuando fo salida del capitalismo o íc.kología sería la .iproximación tendcncíal e1:cada uno ~el s1g111-
pasaje .i otra realídnd haya quedado diferida, aún cuando ese fícante amo que ordena la realidad parad su¡cto y los ob¡etos qt'.e
tránsito nunca esté garantizado y pueda no cumplirse, aún cuan- ha necesitado "rechazar de lo simbólico'', pílra. darse su propw
do esa olrn realidad distinta a la del capitalismo ya no pueda ser consistencü1. Dicho de un modo más breve, la ideologfa es una
nombrada como socialismo, en cualquier rnso, ser de izquierdn es articulación entre mandatos o ideaks por el lado del signific.ante
no dar por eterno el principio de domim1cíó11 capit.ilista. Este amo y rechazos o "imputaciones al Otro" ~el lado de lo~ ob¡e.tos
principio de dominación, desde una perspectivu lr1caniarm,es pri- de la pulsión. Y esta es, la mezcla de servidumbre y sahsfacc16n
mero de orden político, mmque en el caso del capitalismo es evi-
r 20 JORGE ALEMÁN

sádica que toda ideología, en el límite, pone en juego.


Agreguemos, para finalizar este primer apunte sobre ideología,
PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ...

La diferenciaabsoluta...
21

que la voz y la mirada ocupan, por estar fuera de la castración


A su vez, ser de izquierda es pensar que la explotación de la
simbólica, un lugar privilegiado en la fijación del sujeto a su rea-
lidad fantasmática. f ul•rza de trabajo y la ausencia de justicia no solo sigue siendo un
insulto de primer orden hacia la propia construcción.de la subje-
lividad, sino que la brecha ontológica en la que el SUJetose cons-
11tuye,la división incurable que marca a su existencia C?,n .una si~-
El otrosujetonuevo
gulrirídad irreductible, solo p~ede ser. captad_a en s~ . ~1fere~c1a
nbso]uta", por fuera y más alla de las Jerarqmas y d1v1s1onesms-
Actualmente, se percibe con claridad que no solo el totalitaris-
tnuradas por el poder del mercado. Por ello, el impensab]e fi.ndel
mo ha intentado producir un sujeto nuevo, sino que también el
capitalismo, si tuviera lugar, sería paradóji~amente el. com1~nzo
llamado "neoliberalismo" es el intento de construir sobre la ani-
del viaje, el inicio de ]a afirmación tragicómica de la ex1stenc1a,el
quilación del sujeto moderno (el crítico, el freudiano y el marxis-
"tú eres eso" de un sujeto por fin cuestionado, sin las coartadas
ta) un individuo autista y consumidor indiferente a la dimensión
burguesas que desde hace tiempo lo llevan inexorablemente a
constitutivamente política de la existencia, un individuo referido
cstílr disponible para todo.
solo al goce autista del objeto técnico que se realiza como mer-
cancía subjetiva en la cultura de masas. No obstante no se trata de
criticar o rechazar a este individuo en cuestión, ni de despreciar su
masividad mediática desde una nostalgia seudo aristocrática; más
El dueloy la izquierdamarxista
bien, al modo freudiano, se trata de hacer comparecer la sentencia
La izquierda marxista puede elaborar su final en el único
que podemos formular así: "Allí donde el individuo neoliberal
,imbíto en el que ese final puede adquirir un valor distinto al de
del goce autista es, el sujeto excéntrico del inconsciente debe
cierre o cancelación, un final que no es tiempo cumplido sino
advenir". El individuo neoJiberal es el punto de partida para pen-
sar cuál es la práctica operativa que se corresponde con su tiem- oportunidad eventual para otro comienzo. _E~e ámb~to tal v_ez
pueda ser el pensamiento de Jacques Lacan, umca teor!a materia-
po. Si decimos punto de partida, es porque el individualismo libe-
1ista sobre el malestar de la civilización propio del siglo XXI. El
ral, por consistente que aparezca en su autismo consumidor, no
hecho de que Lacan planteara la elaboración de su discurso como
puede clausurarse sobre sí mismo. El tiempo de su existen(:ia esta-
una "praxis sobre Jo real-imposible", sobre un real al q~e no
blece las condiciones para que ese individuo pueda ser desestabi-
puede acceder el discurso pero que a la vez es a través del discur-
lizado en sus propios fundamentos, y a1lí, en esos resquicios y
so (comprendiendo en esto la escritura) que se puede acceder, esta
puntos de fuga, es donde la práctica política que incluya al psico-
cuestión primordial de lo real es lo que distingue su intento teóri-
análisis debe intervenir. En este punto, se trata de tensar al límite
co de la hermenéutica, de la deconstrucción y de las "otras éticas".
la relación histórica entre la vocación política de izquierda y el psi-
Considero que Lacan constituye el úníco intento serio de poner a
coanálisis, desde el único hecho histórico que le puede otorgar
fuerza a la interpelación; tanto la invención freudiana como el r
prueba hasta dónde lo simbólico pued~ no pue~e transformar a
trnvés de una praxis lo real. Solo adm1hendo cuales son las con-
desarrollo de la ensefianza de Lacan, se constituyen de entrada,
diciones de constitución del sujeto, y cómo experimenta el límite
como una lectura sinthomática de la izquierda, una lectura de sus
textos, prácticas y aspiraciones. de sus transformaciones, es qu~ podf.!mos aprender sobre las con-
diciones soportables o no de una mutación subjetiva, una muta-
ción subjetiva que no sea mero estupor o perplejidad y que pueda
ser trnnsmitida en su condición de experiencia. Dicho de otra
manera, lo simbólico es la condición de posibilidad e imposibili-
dad aJ mismo tiempo p<1ratransformar lo real. Por ello, tal vez no
I"
22 JORGU ALEMÁN PARA UNA IZQUIElmA LACANIANA ... 23

haya otro discurso como el lacaniano pnra reconocer con la mayor Finalmarxista:ízquierdal11.c1miana
honestidad lo que ensei'la una prnxis en su impotencia por modi-
ficar lo real. Y por eslo mismo, el pensamiento de Lacan puede ser Esas marcas de la elaboración lacaniana del final marxista las
la oportunidad para iluminc1r con un cierto co.raje intt!lectual lo ¡ •11dt"mosrcwm.:,cer en las distintas operaciones que, de di forentes
que aün permanece impensado en d final: lu derrota a escala modos y en diversas secuencias, se realizan en el llamado pensa-
mundinl, n partir de los setenta, dd proyecto revolucionario de 111it:nto"posmarxista contemporáneo". Evoquemos al menos las
izquierdas. Derrotn que, el saber posmodcrno, escamoteó para el cuestiones que aquí consideramos mris determinantes.
pensamiento. En este aspecto, Lacan desde el comienzo ha prepa- 1) Como ya hemos afirmndo ,mteríormente, una de las prime-
rado a través de lecturas y puntL1aciones diversas, las condiciones nis posiciones de Lacan es no admitir d tdos histórico del mate-
para que el pensamiento marxisla pueda elaborar su propio final, r·ialismo marxista, ní los movimientos dialécticos del <:~n sí-parn sí,
en d único Jugar donde la elaboración es posible, en el trabajo de ¡iLiro sí dar todo su valor de verdad a la plusvnlfo estableciendo
dudo que se hace fuera dd hogar, dd hogar filosófico. una compleja homología con lo de~ignado por Lacan como plus
Lacan comenzó "tkshegelianizando" el materialismo de Marx, dL· gozar. Homología que permitir,1 establecer <]Ut~ el verdadero
planteando un hiato irreductible entre la verdad y el saber. Pero sL·creto del capitalismo reside en una economÍíl política del goce.
este hiato constituirá la ocasión de un homenaje definitivo a Marx; La opt'.rnciún fantas1m1Urn a trnvés de la cu,1! el sujeto conquista
para Lacan d inwntor dd síntoma como verdad imprevisible e su rc.i Iidad y su consistencia toma su punto de partida en ese plus
incalculable que no puede ser domesticada por el ejercicio d~ un dL!gozar que funciona incluso en condiciones de míseria extrema.
saber, es Marx y no freud. Desde esta primera perspecliva gene- 1)e lo qu(~se despoja a It1smultitudes es de los recursos simbólí-
ral se puede encontrnr en Lncan, a partir de 1938, un desmontaje n,s que permitnn establecer e inventar en rnda uno el recorrido
meticuloso de todos los motivos marxistas: el análisis de la mer- simbólico propicio para el circuito pulsional del plus dt~ gozar. La
cancía incorporando l.:itemática del goce pulsíonal, las distintas misL•ria es en este senhdo, el estar a solas con d goce de la pulsión
objeciones a la teleología histórica y a fo met¡¡física de su sujeto, la (k muerte en el eclipse absoluto de lo simbólico. O mejor dicho,
prcsi:-ntaci(m dt:-una temporalidad problematiwda con las distin- 1·st.ir a solas con ];:is "insignias'' que congelan al sujeto en un«
tas modalidades del retorno y libernda de todo fontnsma utópico. ilkología del goce. La no "satisfacción de las necesidades mate-
Donde tampoco se trata de ''progresismo", porque la temporali- riules" no solo no apaga el circuito pulsiunal sino qtw lo acentúa
dad del sujeto que surge como resultado de la brecha ontológica dv modo mortíforo. En este asp1.:!ctod capitalismo, al ígm1! que la
no es rectilínea, es un "futuro anterior" que reúne de un modo pulsiún, es un movimiento circular que se autopropuls,1 alrededor
absolutamente específico los (ixt.isis lempornles del pélsado, pre- d(~un vacío que lo obliga siempre a recomenzar, 8in que ninguna
sente y futuro, en una doble conjdurn: lo que "habré sido" pnrn :;ntisfoccíón lo colme de un modo definitivo. Aunque siempre rea-
"lo que estoy llegando a ser". Y no se trata de utopfa, porque tal lice un plus de goce parcial y excedente a toda utilidad. Para una
como ya he insistido, utopía siempre implica la reconciliación izquierda l,1c;.miana,pensar las cunsecuenci,1s de esa "parte mal-
final de la sociedad consigo misma. Por último, la izquierda laca- dita" t:!11los procesos de subjetivación es una exigencia política de
niana debe subvertir la semántica de J¡:¡revolución. Una izquierdc1 nuevo cuño. Por ello, si es cierto que actualmente el poder ha
Jacaniana es siempre una reescritura de un legado y una herencia, dL!Wnido biopolítico, tomando para sí como asunto esencial la
un desciframiento qu~ establezcn y pruebe suerte con un nuevo "vida" biológica, en una perspectiva lac.iniana agregarfomos que
lipo de alianza con la pulsión de muerte inscritn en el modo en 11-.1t,1ndosede la vida de los cuerpos parlantes, sexuados y morta-
que la civilizaciún acontece en el país. k!s, l~S la vida dd plus de gozar. El ctwrpo del parlante no es otra
nisa que la setfo dd plus del goce. Series televisivélS de médicos,
1·nrL~nses,operaciones tdevisadas, programas de salud, en todos
lw; casos se intenta capturar, en la época en que la ciencia quiere
borrnr la frontera 1cintreel ser parlante y el animal, el plus de gozar
24 JORGEALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 25
que anima a la biología del cuerpo. ¿Podrá la Técnica volver el 'li1do-, debe ser mantenido como exigencia lógica frente al relati-
plus de goce una unidad discernible, cuantificable, localizable? vismo multicultural de las identidades. Desde la perspectiva de lo
No. es una paradoja menor que el goce pulsional sea la única n·al, el Universa] debe siempre presentarse en situación, mostran-
"autonomía" (no conciente ni reflexiva) que le queda a la existen- do el tiempo y lugar histórico que lo sostiene y ampara. ¿Necesita
cia parlante frente a la exigencia técnica de que el mundo deven- la izquierda de este semblante de universalidad, aún donde tenga
ga imagen. l\llC asumir proyectos políticos enteramente ligados a la historia
II) Para Lacan lo real no es la "realidad construida simbólica- dt• su nación? Sí, en la medida en que una experiencia con lo real
mente". Más bien lo real es lo que impide otorgarle a la realidad J111ncapuede reducirse exclusivamente a una idiosincrasia o una
una estructura tmiversal que pueda totalizarse reflexivamente y tradición. Experiencia con lo real implica transmisión de lo impo-
concebirse a sí misma a través de un cierre categorial. Cualquier 11ibleque esh1vo en juego y del intento por franquear el impasse.
construcción discursiva, por Universal que se presente en sus pre- l'or ello, así como a una obra de arte siempre se la concibe como
tensiones formales, siempre estará lo suficientemente "agujereada" potencialmente al alcance de todos, la experiencia política debe
para que lo real irmmpa como un exceso tratunático, una pesadilla 11spirara ese rango universal de transmisión, de transmisión hacia
que retorna, una angustia sin sentido, una presencia invasora que 1111"todos" a la vez imposible. Más allá del respeto que exista por
pone en juego al universo simbólico en sus amarras hasta el punto 111 legado histórico y por la herencia política que en cada caso nos
de su zozobra, así como también abre la posibilidad de su renova- mnderne, es necesario siempre sostener un "suplemento" de uni-
ción radical a través de la invención de una escritura. A estas moda- 111.•rsalidadque impida una identidad cerrada sobre nosotros, una
lidades de irrupción de lo real en la realidad, le hemos agregado en 11¡>t•r.iciónde escritura que vuelva imposible la apropiación de lo
lo que venimos proponiendo, "lo político", reformulando la dife- 11nlnlb.ijo cu<1lquiera de las utopías fantasmáticas de reconcilia-
rencia que Ladau establece entre lo poütico y la política. 1'1(111.En este caso, ser de izqtúerda es que la voluntad política, la
Insistiendo w,a vez más en este punto, definiré a lo polítícó l11wnción política cifrada en esa voluntad, solo es posible cuando
como lo que surge del encuentro traumático con {alengua,y a la 111•admite que no hny universal que apague la contingencia de lo
política, en cambio, como aquel ámbito institucional que se debe n•.il. ~olo surgirá en las fallas de lo universal una nueva subjetivi-
hacer cargo del impacto. Si el hecho real político irrumpe con su 1fod política si esta no está de antemano secuestra.da por una iden-
fuerza sin sentido en el escenario de la política, la política solo l ltl,1d reconocida y ya sabida. Lo que advenga en este país o en
sabrá acoger este evento político en un "saber hacer con", si dis- t'Unlquier otro, adviene para nosotros en el Otro universal, en la
pone de unas escrituras que se hayan engendrado como el relato ll'nsión que en toda experiencia histórica auténtica se guarda con
de una transformación y no como un ejercicio de '' cultura oficial". 111i11comunicable, pero es esa tensión la que no puede ser recha-
Pero estas escrituras ya no pueden aspirar a un relato unificado o :,.11d,1. De hecho, lo que ha provocado esta nota que aquí presento
coherente como lo pretenden las "narrativas fundacionales". 1111 l'/; solo, como se puede suponer, la velada significación que
"Izquierda lacaniana" implica en este caso, también, que el relato 111'111 tiene la presencia del pensamiento lacaniano, sino lo que un
no pueda ser más que inconcluso, inacabado, hecho de entrada n 1ldm:? posmarxista me dijo en cierta ocasión, en voz baja, al
para su ramificación. 111mlode un chiste cómplice, casi por descuido, mientras entrába-
A partir de este modo de concebir lo real, lo Universal debe 11\IJHíl una sala repleta y ansiosa por escucharlo: "Lacan, Perón, un
ser reformulado. No se trata para Lacan de postular un real inal- N11lucorazón .. .''. Esta nota, probablemente sea una suerte de
canzable y por tanto establecer que los discursos son todos equi- 111111wnaje a la resonancia enigmática de ese chiste en mi memoria.
valentes en su relativismo, tal como señalamos que ocurre en las 111)No obstante, los pensadores que implícita o explícitamente
distintas variantes construcdonistas o pragmatistas. Por el con- 1•!11\mrnn d final marxista a partir de Lacan; pensadores de la ver-
trario, es necesario asumir que el lenguaje siempre "paratodea" y d11d,dd acontecimiento, del estado de excepción, la contingencia,
va hacia lo Universal. A su vez este Universal radicalmente des- InJusticia, la parte excluida que hace la vez del Universal, etc. ti~
completado y tachado -pues lo real impide la equivalencia Uno- 1\1111 l'll general (hay una excepción) un gusto especial por oponer la
26 JOl<CE ALEMÁN PARA Ul\:A IZQUIERDA LACANIANA ... 27

política de la Representación (léase de Estado) a sus propias teorías. lzquierda-Nudo


Para estos autores solo hay política cuando no hay representación,
pues la po!Híc.i "solo debe autorizarse de sí misma". Tal vez la En nu~stru caso, si hubiera algo así comu una izquierda laca-
supuest.i fortaleza institucional europe,, y su Universidad hagan 1ü,111.1, se trataría de una escritura del nudo borromeo propuesto
posible que la mayoría de estos pemadores posmarxistas de por L.ican, ese que reúne tres elementos de tal modo que si se
impronta lacnniana reserven la energía polític.i parn un tiempo por t lu ila uno se separan los tres a la vez. Para el caso se trataría de un
wnir del que no se dispone representación alguna. Existe en ellos 1111do entre el Estado -obviamente en los casos en que la izquier-
tal enamoramiento dd acontecimiento como un elemento absoluto, d il ptido acceder a él-, los movimientos sociales y la construcción
disruptivo, que emerge en la situación como una ruptura que solo política. Es precisamente necesario un nudo porque los tres ele-
debe ser tratm.fa axiomátícamente, que de un modo u otro termina llll'ntos citados en la reunión aún permanecen sin rcsoluóón his-
rechazando la construcción política. Una incongruencia semejante lt'>rirn. Solo en el nudo y en la mutm1 reciprocidad del anuda-
a concebir el psicoamílisis sin los avatares de la transferencia, ideal mlcnto (que no es lo mísmo que síntesis o unificación) se
ejemplar del sue.iio filosófico. Un modo típico de ese rechazo es n•crearán los tres ámbitos alrededor de un vacío irreductible. Pero
considerar a toda construcción política o hegemónica, como equi- l'stus tres ámbitos tienden ,1dispersarse inevitablement~ si nu
valentes, negándole cualquíC'r cuafüfad emancipatoria a las izquier- l'xiste un cuarto nudo suphm1entario que al modo de una escritu-
das que hayan accedido al gobierno. Desde la vertiente axiomática 1-.1 mantenga íl los tres en su anudamiento borromeo. En este caso
o performativa de estos pensadores, el espacio de la izquierda sl·1·íaun<1escritura de izquierda que asuma en su ámbito de inda-
socialdemócrata es exactamente el mismo que el de la derecha con- gnd{m alguno de los siguientes puntos:
servadora, y todo su entusiasmo est,i en aquello que aún no tiene a) La división inaugurnl del sujeto, su carúcter incurable y las
forma. En este sentido, d prestigio epistemológico del corte y la posibilidades emergentes que lo íncur,,ble ofrece como apertura,
ruptura tal vez aún esté muy presente en sus respl!ctiva::; conside- un,1aperturn hncia lo colectivo pensado de modo sinthomático.
raciones. Es cierto que vivimos en la consumación técnica de la b) El antagonismo lógico y constitutivo de toda sociedíld: hay
metafísica, y cstn se presenta con la misma fuerza organizadora :-;ujetoporque hay primero frnctura, hay socied¡-¡d porque primero
tanto para la izquierda de tradición socialdemócrata como para la hay de modo instituyente unn brecha, un m1tagonismo entre ella
derecha conservadora. En este punto los pensadores posmarxistas y su propia acción institucional.
tienen muchas indicaciones ontológicas que efectuar, especialmen- e) La intervención de la mirada y la voz, que por est¡:¡r afuera
te si aún se quiere construir una teoría materialista de l.i praxis que de la castración y ser previos a la constitución de la misma, fun-
no excluya al sujeto. Pero se equivocan en su desprecio por la cons- cionan como objetos fantasmáticos que congelan y petrifican al
trucción política. En Latinoamérica por ejemplo, una transforma- sujeto en una inercia que se articula en su propia ideología; tanto
ción parcial aunque no sea corte o ruptura desde la perspectiva de en sus obediencias retardadas como en sus servidumbres volun-
la Totalidad, es a veces lc1desviación contingente que nos devut!lve to1rias.
al camino de la política, entendfondo por política la simultánea Como se puede apreciar, este cuarto nudo, ~sta elaboración de
experiencia de la posibilidad e imposibilidnd de la emancipación. una escritura nueva de la praxis, implica admitir tma serie de
Aquí debemos remitirnos irremediablemente a la lectura que tt~mMicasque hasta ,1hora han sido consideradas irrelevantes o de
Ernesto Ladau lleva a cabo con respecto al objeto a lacaniano, segundo orden para la izquierda. Sin embargo, considerándolas,
cuando lo caracteriza como una "parcialidad" que no pertenece a tal vez la izquierda pueda abrirse, comu he dicho anteriormente,
totalidad alguna, y de este modo encontramos en Laclau tma rcva- a una temporalidad distinta a la del progreso, a saber, la del futu-
loración de lo parcial, que ya no se entiende, ni. como mero gra- ro anterior: "Lo qut:i habré sido para lo que estoy llegando a
dualismo, ni como dímisi(m frente a la totalidad, más bien como :;:;cr... ".
testimonio logrado del carácter inaccesible de la Cosa. A su vez,
este es un ejemplo de "dcshegelización" lacaniana del marxismo.
28 JORGE ALEMÁ N

La dobletradición...
Derivas sobre la inserdón-desinserción *
No se puede omitir en una aproximación a la izquierda laca-
nian a el problema de la dob le tradición que la dete rmin a y la ase-
dia. Si.he empeza do este texto en primera pers ona es para dar un
mayor énfa sis a esta cuestión. Entre la tradición europea y la lati-
noamericana existe un hiato, un espacio qu e no se recubre y es
inconmen sura ble. La tradic ión europea está marca da por la Schoa
y el derrumbe de la Unión Soviéti ca en su dimisión estalinista, y
no ha conocido directamente las consecuencias de un genocidio
donde haya estado involucrado Estados Unidos, tal como fue evi-
den te en el caso de algunos paí ses de Latin oamér ica. A la vez, en
Euro pa se buscó de distintos modos la rearticulación de un dis-
curso socialdemócrata que de alguna manera se hiciera cargo de En primer lugar, quiero agrad ecer la invit ación, y al escu char
las distint as encrucijadas que surge n a partir de la Segunda l.1spalabr as de Món ica Unterber ge r veo que lo que ha plan tea -
Gue rra Mundial. Esp ecialmente lo que será el desa fío mayo r de la do tiene toda una lógica a la que tal vez habría que plegarse,
izqu ierda europ ea; no volv er a derivar en una experien cia totali- :,¡ituarse en su interior y responder desde allí. Pero como no la
taria. conozco en todos sus matices, prefiero entonces, si ustedes me
Desde otra pendiente, en cambi o la izqui erda latino ameri cana perm iten , la deriva, una deriva que también es tá pro vocada por
ha conocid o las polít icas del Im perio en su versión más cruel y nlgunas cosas que me han comenta do Mer cede s de Fr ancisco y
por distint os motivos históricos y más allá de las críticas e impas- Carme n Cuñat.
ses,nunca deseará homologar a Cuba con el de rrumb e estalinista. Para comenzar esta deriva, les quiero leer algo del año 2000,
A la vez, intentará articular su discurso en el horizont e de los nuev e años atrá s, un a entr evista publi cad a en Notas antifílosófi-
mov imientos "nacion ales y popu lares", pun to de parti da incierto t"ns1, don de se pregunt an lo sigui en te: "¿Cómo piensa que debe-
e inestable pero inevit ab le, tanto por lo que impone en la asun- ría situarse el psicoanálisis frente a las oferta s masivas de trata-
ción-invención del legado históri co, así como también por la exi- mientos? ¿Debe camuflarse de psicote rap ia para, una vez
genci a siempre pres ente de intent ar atravesar el fantasma "etno- captado el pa ciente, trabaja r pu ertas adent ro con los principios
cént rico'' que impregna el imagi nario de 1a izqu ierda europea. del psicoan álisis, tal como pen só Lacan qu e debía ha cerse?".
Ojalá el am able lector, si ha llegad o hast a aqu í, pueda decidir Toda la ent revi sta discurre sobre el probl ema del psico análi-
· de qué forma esta doble tradición que custodi a para sí una tensión sis aplicado, pero esto es nueve años atrá s, que según se mire
irreductible, pueda acoger la puntuación provisional pero decidi- puede considerarse poco tiemp o o una eterni~ad. .
da de un a izquie rda lacan iana ... He aquí mi resp uesta: "En las ofer tas m asivas de tratam ien -
to, al modo de la autoayuda o de las políticas de los laboratorios,
o d e las psicoterapias-mercandas, no creo que haya mucho ~ue
Bibliografía hacer, per o sí en el psico anális is ap licado, don de cualesqw era
que sean las condici one s insti tuciona les (hospitales, centro s de
ALE MÁN, Jorge: Lacanen la r11z611 posmoderna,Miguel Gómez edicio nes,
Málaga, 2000. • Intervención de Jorge Alemán en el Espacio hacia PIPOL 4, Sede de
- , Notas an!iftlos6Jicas
, Gram a ediciones, Bs.As., 2004. Madrid de la Escuela Lacaniana de Psicoa nális is (ELP), el jueves 12 de
- , El poroenir del inco11scien te: filoso/fa, política, ~o ca de psicoanálisis, febrero de 2009.
Gra ma edi cione s, Bs. As., 2006. 1 ALEMÁN, Jorge: Notas an!ifilos6fica
s, Gra ma edi ciones, Bs. As., 2004.
PARA UNA IZQUIE!UJA LACANlANA ... 3l
30 JORGE ALEMAN
lidades en relación al discurso nnalítico y sus exigencias éticas, y
salud, trabajc1dores sociales, etc.), la inspiración psicoanalítica a lo que es todo el tiempo motivo de examen, que es el deseo del
puede siempre colaborar con hacer surgir la dignidad de la exis- analista.
tencia. Cualquier ámbito de operaciones en este aspecto es posi- Esa es una tensión que se puede nombrar y declinar de dis-
ble, siempre y cuando, y a su vez y a la par,. se mantenga el pro- tintos modos; el propio Lacan sostuvo que no quería un psicoa-
pósito radical de la Escuela de psicoanálisis: discutir una y otra mílisis extraterritorial, y a la vez que la Escuela era una "base de
vez qué es un psicoanalista, volver a problematizar el fin de su operaciones" en el malestar en la cultura. Son términos que uste-
experiencia, discutir permanentemente su definición como ru1a- des pueden captar como antinómicos: por un lado, no es extra-
lista. territorial, pero por otro lado, unc1base de operaciones implica
Si el pragmatismo social se desvincula de la política de la de algún modo una cierta distancia con respecto a otro tipo de
Escuela, entonces sí que se perderá la apuesta. Nunca se existe instituciones que, en cambio, forman parte del malestar en la
solo por adaptarse al mundo que viene; más bien el futuro, como cultura, o que incluso fomentan ese malestar.
en la ética a la que usted hizo alusión, dependerá de la causa que Así, se ve perfectamente algo que concierne a la existencin
hemos sostenido siempre". misma del psicoanálisis en este siglo: por un lado, si se queda
La entrevista concluye con: "¿No cree ust!?d que el psicoaná- fuera de los desafíos institucionales de las políticns públicas y de
lisis escapará a los cambios estrncturales que estamos viviendo las llamadas demandas sociales que por principio, no tiene que
a nivel social?". satisfacer, puede caer, vamos a decir, en una sihiación de extrn-
Mi respuesta: "Finalmente es asf: un discurso es más verda- lerritorialidad.
dero cuando sus riesgos lo acechan con más intensidad en sus
posibilidades de hibridación, de dimisión o de destrucción de su
esencia. El psicoanálisis no sería nada sin esta posibilidad, a cada Inserción y desinsercióndel psiconmílisisrnismo
paso, de extraviarse y de arruinarse, o de salir victorioso".
Evoco esto porque como realmente no estoy muy esclarecido A la vez, si se entrega a la satisfacción de estos ejercicios
sobre el tema, qué mejor que volver sobre mis propios pasos, a sociales y quiere c1scgurar su lugar en el mundo, pero pierde su
este texto del año 2000, cuando el siglo comenzaba, donde esta- tensión con la cuestión de la Escuela y el deseo del analista, final-
ban estas respuestas qm: parecen de sentido común, que son las mente In conquista de su lugar en el mundo es, a la vez, sn fra-
que se pudieron decir en ese momento, pero que podría ahora c.iso; éste parece ser al menos uno dé los nspectos claves del
rubricar de un modo general. c.h~bateque siempre se renueva e insiste de distintos modos a tra-
Sin embargo resulta que hay un debate, que como dije antes, v0s de las épocas por lo cual, no es un debate solo sobre cómo
no conozco en toda su extensión, pero si hubiera que situarlo, tratar a la desinserción en los pacientes, sino que es un debate
parece que toma una especial relevancia lo siguiente: ¿cómo llLICremite a la propia inserción o dcsinserción del psicoanálisis
hace d psicoarnílísis para existir en este mundo, en el malestar mismo. O sea, no se trata solamente de ver qué se hace con los
propio y contemporáneo a este mundo, sin convertirse en una "insertados o desinsertados", sino que esto interroga al propio
experiencia extra-territorial, es decir, sin quedar apartado del psicoanálisis con rderencía a su propia inserción o desinserción.
mundo y participar, por ejemplo, de los famosos lugares-Alfa, Y aquí empiezan las derivas. ¿Cuándo fue que estas pregun-
. esos lugares donde en las instituciones se formaliza la respuesta tas se hicieron más ncnciantes que nunca? ¿Cuándo empezamos
de los pacientes que concurren a ellas, o los CPCT, o las distintas ,1ver que, de c1lgunnmanera, estaba comprometida la existencia
instancias públicas; es decir, ese sería el ejemplo de no-extratc- misma del psicoamílisis? ¿Cuándo empezó a aparecer en el hori-
rritorinlidad propio del psicoanálisis aplicado. ¡,.onte que, tal vez, la práctica analítica, como muchas otras prác-
Pero, a su vez, a esta cuestión de inmediato le sucede otra, n ticas históricas, podía tener su finitud? ¿Cuándo empezamos a
saber: si bien el psicoanálisis no es extraterritorial, no debe que- ve1~con mucha más fuerza, que la práctica del psicoanálisis no
darse fuera del mui1do, a la vez debe conservar sus propias fina-
r
!
32 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACAN!ANA ... 33

era una práctica necesaria en este mundo, que era más bien una El discursocapitalistarechazala castración
práctica contingente? ¿Cuándo se volvió patente que, a diferen-
cia de otras profesiones liberales -que tienen asegurado su ser en Corrosión del carácte~ declive del programa institucional,
el mundo a través de distintas operaciones contractuales-, el psi- 1111rícdadlíquida, sociedad de riesgo: desde distintos lugares se
coanálisis, en cambio, precisamente porque está habitado por 1u•i'lalaque la modernidad no es el lugar fácil de una Univer-
esta tensión que antes describíamos, no lo tiene? Halidad conquistada para siempre, o del progreso teleológico
Esto empezó a hacerse más patente cuando se percibió con liucíauna superación, sino que en el mismo programa moderno
mayor claridad una mutación que se había producido durante la ,·xiste algo trágico, una rupturn, algo que siempre puede hacer
modernidad, y de la que en mi caso traté de dar cuenta a través Hmgir todas las instancias de la escisión. Evidentemente, esto
de un montón de textos y de trabajos, y que fue descripta en el lnnuguró diversos problemas para el psicoanálisis, me permito
ámbito de las ciencias sociales de distintas maneras. 111lL1m uno de ellos como mero ejemplo: resulta que todos los
Para aumentar el alcance de mi deriva, evoquemos estas des- l'llnceptos, perspectivas, construcciones en la enseñanza de
cripciones: desde los sociólogos que empezaron a hablar de la Locan que hablaban de un fin del análisis donde había una des-
"sociedad líquida", inspirados en la famosa frase de Marx del idt~ntíficación del sujeto, donde había un atravesamiento del fan-
Manifiesto, cuando afirmó que "todo lo sólido se iba a desvane- l ,1sma, donde había un encuentro entre la división del sujeto con
cer en el aire'', y que por lo tanto los vínculos sociales, la religión, :-;u"ser de goce" en el "objeto a", probablemente tuvieran como
las tradiciones, la relación con el lugar, iban a desvanecerse "en ,·ondíción un Otro simbólico determinado, el Otro de las opera-
las aguas heladas -dice Marx en El Manifiesto- del cálculo ciones de alienación y separación que no deben confundirse tan
egoísta". r.~pido con inserción y desinserción, porque encontramos ahí un
Hay toda una tradición en las ciencias sociales que es tribu- punto que habría que discutir con cierta atención. Pero lo que se
taria de esta fórmula de Marx donde el paradigma sólido ya no fue percibiendo es que el psicoanálisis, en estas propuestas de
se sostiene más, y entramos entonces en un tiempo de volatili- acceder al propio ser del desecho, a la propia desidentificación,
zación, fluidificación, licuefacción de todo lo que puede ser el a ese recorrido por el cual la gramática del fantasma era por fin
Otro simbólico. Jevelada en su condición pulsional, exigían un Otro con cierta
Estas descripciones, según los gustos y sensibilidades de las t~stabilidad, un Otro del Nombre del Padre, un Otro con cierto
ciencias sociales, tienen distintos nombres y tratamientos posi- dispositivo, si ustedes me permiten la expresión, de "puntos de
bles: la sociedad del riesgo, la corrosión del carácter, el declive c.ipitón".
del programa institucional -esto está muy teorizado en Francia Estas propuestas, que le daban su especificidad a la operación
por los sociólogos-, el hecho de que todas las instituciones his- analítica, y que hacían del discurso analítico el reverso del discur-
tóricas, ayuntamientos, universidades, iglesias, etc., perdieron so del amo, se volvieron problemáticas desde el mismo momento
su "aura" y han quedado confiscadas o secuestradas en la lógica en que ese Otro estaba cuestionado en su propia raíz, pues, el "ser
del mercado, en donde la indistinción urbanística entre un ayun- de objeto" ya lo estaba provocando la propia civilización en sus
tamiento, una escuela o un supermercado puede dar cuenta de modos de producción de lo "ente" como mercancía.
esto. Pur ello, no es de ahora que el propio Lacan en la "Proposi-
De este modo, toda la emblemática de la ley que acompaña- ción del pase" afirma que la civilización tiende hacia la acumu-
ba a las instituciones históricas se va desvaneciendo en el paisa- lación de desechos. Y no es de hoy que el propio Lacan sostuvo
je urbano por este declive del programa institucional. Además, a que el punto de fuga de las sociedades modernas es el campo de
todos los pensadores de lo social no les ha pasado desapercibido concentración, y no es de hoy que hay una anticipación de Lacan
que jW1to con el declive del programa institucional hay una a todos estos sociólogos que hablan de la "corrosión del carác-
declinación de las autoridades o más bien del llamado "princi- ter", "la sociedad líquida", "el declive del programa institucio-
pio de autoridad". nal", que es el célebre discurso capitalista del que tanto nos
34 JORGE ALEMÁN PARA UNA fZQUIERDA LACANIANA ... 35

hemos ocupado y que ahor a no sé si vale la pena comentar, pero categorías propias del discur so analíti co .se vier~n a~ectadas,
en donde, si al menos reparamos (tiene muchas interpretaciones vamos a decir, por est a mutación que se d10 en el mtenor de la
y lecturas ese quinto discurso sin reverso) en qué lugar Lacan modernidad y que, a mi juicio, el término "posmodernidad"
sitúa al sujeto -recuerden ustedes que es un movimiento circu- ló durante mucho tiempo porque fue un término vago, ambi-
v1..'
lar que, recha za la castración y que no tiene corte alguno. Hay guo, que no permiti ó ver ciertos probl emas estru cturales de la
dos lecturas inmedia tas; una, que entonces la alienación y la propia mod erni dad . Por ello publiqué un text.o, Lacanen el deba-
separación están seriamente objetadas en el discur so capitalista, 11'posmodemo, donde intenté atravesar a los filósofos mod ernos
porque efectivam ente el sujeto ya no está bajo las condiciones con el filo lacaniano.
lógicas de la secuencia significante S1 - 52, y dos, que ese suje- Pero no voy a entrar en todo eso porque nos llevaría a otro
to puede ser ente ndid o o bien como "el sujeto consu midor neo- seminario . Lo que sí quiero decir es que el propi o psicoanálisis
liberal", que tiene todo el tiempo un acceso al goce fuera de la en su especificidad como fin de análisis, se tuvo que inter .rogar
castración, o bien como un "d esecho", como un sujeto acéfalo sobre su propia finalida d, pu es tal vez se estaban p~oduc1endo
que no tiene ya ningú n tipo de identificación simb ólica, que no t ran.sformaciones en el propio campo en donde el suieto alcanza
está articulado a ningún significante amo, y que no tiene, en su propia constitución, en el campo del Otro, hasta tal punt o que
tod o caso, otra ocasión para conjugar su propia identidad que su ~e llegó a formu lar durante mu cho tiemp o una tesis que es ~ad'.:
pro pio ser de goce. Son, como ustedes pueden apreciar, en prin- ''el Otro qu e no existe" (Miller-Laur ent). "El Otr o que no existe
cipio, dos sujetos absolutament e diferentes en cuanto a su lugar {'S la versión lacani an.a de la mutación moderna a la que antes
en el Otro social, aunque incluso se puedan establecer entre aludíamos, y dicha vers ión se simplificaría del siguiente modo:
amb os una relación de frontera y contaminación. estuvimos en la época donde cada uno atiende solo a su modo
de goce, y no dudo del valor descriptivo de esta cuestión , pero
por mucho s motivos me result a insuficiente. , .
La miseria: estara solar con la pulsión de muerte En esta pendient e, también se llegó a formular un tema chm-
1.'.ll interesante, a saber: lo que es más propio para pensar en la
Por ejemplo, hablando con muchos trabajadores so ciales de lúgica cultural del capitalismo tardío , en relación a la cura analí-
los fenómenos de las "villas miseria" en Argentina, nos instr uían tica, es el "saber hacer ahí con el síntoma" más que la teorí a del
sobre cómo los sujetos no se articulan por la vía del significante,. ntravesami en to del fantasma. Es un debate que creo que tal vez
no hay construccione s identitarias que respondan a las lógicas hnya que retomar.
simbólicas , y cada vez más hay sujetos coordinado s a sus modo s
de goce, en la miseria , por que la miseria no es como pensaba
Marx la "no -satisfacción de las necesid ades mater iales", no es Ln civilizaciónsiemprerenueva su odio haciael psicoanálisis
solo, sino, tal como propongo en mi texto sobre la izquierda laca-
nian a, es estar a solas con la pul sión de muerte en el declive de Pero en cual quier caso sí creo que estamos en un tiempo
tod a la estru ctura simbólica. Esa es la verdade ra rrúseria, es donde al psicoanálisis la época se le vino ei:icima.~or otr a par te,
decir, "el crack", "el paco", las diversas drogas; donde los luga- b época da la sensación que se le ha vemd o enema a todo el
res de miseria son lugares de altísima condensación de goce. mundo. No obstant e el psicoanálisis quedó interp elado, como
Este es, efectivament e, un gran tema para discu tir con los teó- hacía much o tiemp o que no lo estaba, por su propia condición
ricos de las ciencias sociales, para discutirlo con humildad, y lle- de posibilidad. Y esta interpelación es ló~~amente ~istínta , al
gar a saber entonces has ta dónde el psicoanálisis puede fecun- ;,sedio de los poderes públicos y su normat1v1s~o del1;~1~te.Una
dar una praxis social. es la inter pelación que siempre enriqu ece al ps1co~nahs1S, p~1~s
Ento nces, efectivamente, todos sabemos que las Escuelas se d psicoanálisis no puede vivir sin ella, otra es el od~o qu: 1.a .c1v1-
anud an en su "intensión y extensión" , y por lo tanto todas las lizaci6n siempre renueva hacia el programa del ps1coanalisis.
36 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIAN/\,,, 11
Si durante un período parecía ser que las condiciones de fracasar, de híbridarse, de no responder a lo quco
dthf l'f1J4ttmh11
posibilidad eran siempre evidentes, y es donde parece que este desde su propia ética.
debate tiene su verdadero interés, si durante un período se Por supuesto que no creo que estos problen,nN llltpr,1,nhm
pensó que los problemas que terúa la propia práctica analítica exclusivamente cuando el psicoanálisis está en ln1hHtllUUlm,,.,
deverúan de manera inmanente de la propia práctica -léase las ya que estos problemas están en la propia prrtcHca •n1lnl••·
resistencias del analizante, léase que el analizante no puede lle- Creo que el discurso del amo no se presenta solo cu1n~1 H
var hasta las últimas consecuencias su atravesamiento del fan- piden subvenciones, o cuando se trata de hacer Llnfl palftl ..
tasma, léase que el analizante tiene tales condiciones de goce que pública, el discurso del amo también está involucrado tn 11ON•
no permiten ir demasiado lejos en su elaboración de saber zón mismo de la propia práctica analítica.
inconsciente-; bueno, no, el psicoanálisis no estaba solo asedia-
do espectralmente, como diría Derrida, por su propia práctica,
sino que descubrió que también, como toda práctica, exige con- La ideología:elfantasmafuera de la experienciaannlttlen
diciones de posibilidad, y que esas condiciones pueden ser favo-
rables a una práctica o al revés, ir en una dirección en donde esa En relación a esto hay otro gran tema, que siemprl.! l'l'Ut hn
práctica tenga que estar cada vez más revisada, problematizada, apasionado, que es el de la ideología, que excede el probleinn d,l
indagada, y creo que es lo que está pasando. fantasma en este caso, y que es un tema que, como quedó 1,n ol
desván de los recuerdos por su tradición marxista, no ha siclolo
suficientemente pensado; por ejemplo, el hecho de que un !JUJ11·
Todossomoscandidatosa la desinserción to pueda hacer una experiencia analítica, obtener de la mlsmn
las transformaciones que se esperan, y sin embargo el disposltl•
Creo que a partir de que se percibió que en el Otro de la vo de su ideología mantenerse intacto. Más que ver a la icleolo•
modernidad aparecía, vamos a decir, para decirlo rápido, toda gfa como un capítulo más en la problemática del fantasma,
esta inestabilidad, el psicoanálisis ha quedado bajo una fuerte teniendo en cuenta la perspectiva que presenta Lacan en sus
interrogación sobre sus propias condiciones de existencia. Sin observaciones sobre la voz y la mirada, mas bien entiendo que ln
embargo, insisto también, en que esa interpelación le da al psico- ideología sería el modo en que el fantasma juega su partidn
análisis su fuerza como experiencia incomparable. Habíamos fuera de la experiencia analítica, como cierre del inconsciente
dicho antes que el propio Lacan -en referencia al discurso capita- desde su interior, o como fantasma sin construcción posible. Tal
lista como una acumulación de desechos-, lo había formulado en vez no sea este un problema estrictamente analítico, pero sí un
filigrana, entrelíneas, de distintas maneras. Así que ahora esta- índice del modo en que Lacan ofrece nuevas herramientas para
mos entonces con el tema de la inserción, de qué es lo que se hace otro modo de pensar el hecho social. Por ello, siguiendo mi pro-
con todas las personas que cada vez tienen más "precariedad pio camino, considero que "la voz y la mirada" juegan, precisa-
simbólica", que es una expresión que solo vale descriptivamente mente por ser "objetos a" fuera de la lógica de la castración, un
y que se usa coloquialmente, cuando se vuelve cada vez más papel clavi: en la construcción ideológica de cada sujeto, es decir,
urgente ver qué decisión se toma con el hecho de que todos es lo que le da a la ideología su fijeza y su permanencia inerte.
somos en potencia candidatos a la desinserción, todos somos can- Esto es simplemente una disgresión para decir que no creo
didatos a la "precariedad simbólica", y qué hace el psicoanálisis que estos problemas estén solo situados en una oposición bina-
con eso, de tal manera que, por un lado, no quede afuera de este ria: público-privado, como si pudiera perder su esencia como
problema, pero a la vez no quede afuera del psicoanálisis mismo. psicoanalista cuando va a lo público y la mantendría en la con-
Esto es, por otro lado, lo apasionante del psicoanálisis a lo sulta; me parece que sería tma simplificación extrema; el proble-
que respondo en la entrevista: el psicoanálisis no sería atractivo m.:iestá en los dos lugares, porque también en las propias con-
si no estuviera siempre a punto de extraviarse, de arruinarse, de sult<1sel psicoanálisis siempre estuvo bajo la sospecha, por parte
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38 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 39

de las ciencias sociales y de otras prácticas, de ser una técnica de sudores anteriores, sino el campo de concentración, que lo pro-
adaptación. pio de la modernidad es este carácter trágico, que lo moderno se
El propio Lacan construyó su ensefi.anza tratando de decons- tiene que pensar a partir del campo de concentración. Es bastan-
truir todo lo que en la historia del psicoanálisis, desde la egopsy- te extrema la posición. Más que en el Otro de "las Luces",
chology hasta el "anafreudismo" y el "kleinismo", se había vuel- Agamben sitúa toda su indagación, en lo que Lacan denomina
to una técnica de adaptación. la" oscura autoridad del Otro". Lo que caracteriza al poder
La adaptación como problema de la práctica analítica no nece- Soberano en la modernidad es la capacidad de decidir sobre el
sitó que aparecieran ni los CPCT ni las políticas públicas. En el excluido, que Agamben llama la "nuda vida", y que todos los
corazón mismo del psicoanálisis está el problema de si éste no traductores se han puesto de acuerdo en formularlo así; la "nuda
será finalmente una estrategia de adaptación sutil al discurso del vida", en griego zoé, que a diferencia de la vida articulada al dis-
amo, sospecha que además la izquierda por su confusión prelaca- curso, que es el bios,es vida desnuda de toda determinación.
niana, mantuvo siempre con respecto a la práctica psicoanalítica. Aquí es difícil entender a Agamben, pero haremos un esfuer-
Entonces en esta deriva, un elemento que parece que sería zo de posible transmisión. Agamben díce que, a diferencia de lo
interesante evocar frente a ustedes es el siguiente (como dije que creía Hobbes, donde el estado de naturaleza era abandona-
antes, presento distintos escenarios y después vemos el sentido do, "donde el hombre es el lobo del hombre" queda atrás, para
que tiene que yo presente esto para ir preparando mi culmina- llegar así a -una relación contractual donde todos deponen sus
ción): hay un filósofo italiano que ha producido un gran atracti- instintos destructivos hacia los demás para ingresar al pacto
vo entre los intelectuales, y que muchos de ustedes conocen, que simbólico contractual. Agamben sostiene que no hay tal natura-
12sGiorgio Agamben. leza contractual del soberano, porque lo que distingue al sobe-
Es difícil entender qué quiere decir, pero si uno es lacaniano rano moderno es la capacidad de matar al excluido sin que eso
no va a retroceder porque encuentre a un filósofo esquivo o sea un homicidio, y sin que eso sea tampoco sacrificable.
ambiguo. Es difícil saber, porque gusta de hacer muchos recur- "La vida nuda" es esa vida que se puede matar sin que pase
sos a la etimología, porque tiene a veces un afán genealogista, es nada, y sin que sea sacrificio, porque si es sacrificio todavía hay
decir, la idea de que a través de la etimología uno puede leer las Otro, todavía le estamos tributando; si hay sacrificio todavía se lo
estructuras, que es una cosa que les gusta a los filósofos y que en l'Stamos ofreciendo a algún Otro. Si hay homicidio todavía esta-
cambio a los psicoanalistas no nos dice mucho. Tal vez este sea rnos bajo el discurso jurídico, es decir, estamos todavía bajo las
un capítulo de las relaciones diversas entre la neurosis obsesiva leyes de la ciudad. El soberano no se constituye ahí. El soberano
y la filosofía contemporánea. necesita, dice Agamben, de un espacio de indistinción en donde
Pero hay unas tesis de Agamben, que sabemos que en su día leyó no se sepa muy bien si realmente se está vivo o muerto, si uno
a Lacan -por ejemplo en Estanciastodavía lo citaba, aunque después está en lanuda vida o en su exterior; en definitiva, lugares donde
lo dejó de citar-, que tienen una resonancia particular con Lacan y no se pueda determinar si uno está en el interior o en el exterior.
que parece que deberían ser tomadas en cuenta en un debate sobre En cualquier momento uno cae de un lado, en donde el soberano
inserción y des-inserción, porque son WlaS tesis muy extremas; puede decidir hacer lo que quiera, y además, no recibir por ello
habría incluso que preguntarse por qué tuvieron tanto éxito. ningún castigo porque hace lo que quiere sin sancionarlo simbó-
licamente, lo cual no quiere decir que exista ahora un soberano
que se dedica a matar gente por la calle. Se la mata, la gente se
Agamben:una vida desnudade toda determinación muere, pero lo interesante de Agamben es que no lo ve como una
ílnomia ni como una anomalía de lo social, sino como el rasgo
La tesis de Agamben es que en las sociedades modernas, lo rnnstitutivo del poder soberano, a saber: el estado de decepción
propio y específico de las mismas, el verdadero paradigma para Que existan excluidos, que van desde "el musulmán del
pensarlas, ya no son las ciudades, como ocurrió en muchos pen- ..:ampo de concentración" al del estado comatoso donde su cuer-
40 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 41

po ha quedado reducido a la nuda vida, y sin embargo se man- Donde está verdaderamente su poder es en el hecho de que
tiene su nombre propio, hasta el extranjero exiliado que va de haya cada vez más personas que no sepan a qué ~te~erse, ni
aeropuerto en .ieropuerto mientras no encuentra jamás el lugar sepan dónde están; esto vuelve al poder actual Unhe1mI1che.
de inscripción simbólica, en fin, hay un montón de ejemplos de Entonces es un escenario, filosófico esta vez, que sería intere-
lo que él llama el homosacer,la nuda vida, que -esta es la origina- sante tenerlo en cuenta en este tema de la inserción y la des-
lidad de Agamben- le es consustancial al amo moderno. No es inserción. Trato aquí de transformar un escenario filosófico en
un elemento que sucede a pesar del amo: el amo no sería el amo un signo del malestar de la cultura propio de esta época, tal vez
sin esta exclusión radical que hace a la vida matable, sin que sea este sea un modo de ejercer la "antifilosofía''.
homicidio ni sacrificio. Es decir, que se pueda matar sin que esto
comporte nada. Para darle más calor a esta cuestión, recuerdo
ahora lo que en su día Walter Benjamín llamó "la violencia pura, Años 70: los desinsertadoseran ''figurasdel oprimido"
revolucionaria, de redención", donde también se abría una consi-
deración en tm sentido inverso pero simétrico: matar sin que ¿Qué es lo que, a mi juicio, se le podría objetar a A~amben_?
haya crimen en nombre de la justicia revolucionaria, siempre dis- Pero haciendo esta objeción a Agamben (y con esto termmo) qui-
tinta al Derecho instituido. Pero volviendo a nuestro tema, el que siera también introducir un debate respecto al psicoanálisis, y
está en la nuda v~da no puede ignorar, como dice Agamben, al para esto tengo que remitirme a una historia . personal del
bando soberano. El está en el exterior absoluto, supónganse que comienzo de mi formación, ya muy lejos en el tiempo, en los
es un homeless,está en el abandono total, vive en la calle, no tiene años '70. Un debate respecto a la historia del psicoanálisis. En los
ningún tipo de atención, está en el desamparo, pero sin embargo años '70 -creo que aquí hay algunos que van a recordar esto--,
el bando soberano lo puede tener en cuenta en cualquier momen- antes de que fuera derrotada a escala mundial la izquierda, se
to, en un modo equivalente, a cuando Lacan sitúa a la mirada del hizo muy fuerte la idea de que los enfermos mentales, los locos,
Otro como algo frente a lo cual siempre estamos disponibles. los psicóticos, los desinsertados, los excluidos, eran "figuras del
oprimido". Tal vez esto hoy en día :mene muy ~xtr~~o ~ ustedes,
pero quiero mostrar que esta sencilla caractenzac1on introduce
Desinserción:anudamientoentre ley y estadode excepción un cambio de perspectiva que, parn mí, está ausente e~1el deba-
le de la inserción y desinserción y en todo lo que se dice actual-
Él está fuera, pero a la vez está dentro, como en los textos de mente sobre este debate.
Kafka, es un anudamiento entre la ley y el estado de excepción. ¿Qué es lo que señalaba este pequeño detalle? El p~oble1:'a
Porque lo que va a venir a decir Agamben aquí es que el estado que teníamos en aquel entonces era q~~' realmente, el SuJetohis-
de excepción -el campo de concentración es un ejemplo de esta- tórico que, objetivamente, por su posmón en el ~parato produc-
do de excepción- se ha vuelto la "norma" de la vida contem- tivo, estaba destinado al proyecto de la revoluc16n, er~ la clase
poránea. Tal vez valga la pena recordar que se dice la norma y obrera, que por su lugar objetivo en el aparato pro.ductivo y por
no la Ley. Como ustedes ven, Agamben es muy extremo, pero él su relación con la explotación de la fuerza de trabaJO,estaba des-
piensa que, tendencialmente, la biopolítica de la que hablaba tinada, con el trabajo político correspondiente de las vanguar-
Foucault encuentra en esto su verdadera razón de ser, el hecho di.is, al proyecto revolucionario.
de que el soberano necesite cada vez más de la nuda vida para, Entonces los locos, las putas, los desinsertados, el lumpen,
precisamente, constituirse como bando soberano. ¿qué se hacía con ellos? Entonces apareció la lectura d_eFranz
Es decir, el soberano actual no necesita los contratos, necesita Fanon, que también para ustedes puede ser 1:1-uyextra1~0,pero
el estado de excepción: necesita lugares donde no se sepa bien si que lo prologaba Jean-Paul Sartre, y que explicaba, prec1samen-
uno está adentro o afuera, si está preso o libre, que uno no sepa 1c, que se podían establecer, como diría ahora La~l~u, cadenas de
bien qué techo simbólico lo protege. cl1uivalencias con todas estas figuras de la opres10n.
42 PARA UNA IZQUicROA LACANIANA ... 43
JORGE ALEMÁN

De esa manera, fue ganando terreno en el campo de la salud ba así "el esquema comunicacional referencial operativo"; tenía
mental de aquella época la idea de que la práctica de la salud una vocación operativa, es decir, se trataba de situar a los sujetos
mental era una práctica política, de tal manera que hubiera sido en grupo porque, en definitiva, se trataba de volverlos a intro-
m_o~ivode risa para todo el mundo hablar de precariedad sim- ducir en el único discurso que puede volver a articular a un suje-
bohca, po~que es como si se hubiera dicho: precariedad simbóli- to al lazo social cuando ha perdido todo, que es la política; por
ca, ¿de quién? ¿De la burguesía, de los que tienen cuentas en el supuesto no se trataba de la política que ahora se nos presenta
banco? ¿Fracaso escolar de quién? como cálculo utilitario de los semblantes, se trataba de la políti-
Primero s~ hubiera pregw-1tado: de quién, dónde y cómo, ca como invención de un "saber hacer ahí" con el malestar, pero
p~rque, efe~tiv~mente, como se aceptaba que había un antago- dominada finalmente, y este fue su impasse por las lógicas iden-
m~mo constitutivo de la sociedad -y creo que esto no choca con tificatorias. La política era el único discurso que tenía un sujeto
~aidea de Laca,:i-, es decir, la división del sujeto es una división para poder volverse a inscribir en el Otro, cuando se había des-
mh~rente tamb1é~ a la estructura colectiva, como se pensaba que tmido todo, cuando interpretaba a la vez que esa destrucción le
hab1a un antagomsmo, la precariedad simbólica, el fracaso esco- afectaba a él de una manera en donde él podía, sin forzar dema-
lar, la des-inserción, todos estos términos exigían preguntarse en siado las cosas, hacer equivalencia con otras destrucciones seme-
qué lugar ~e la estructura p~oductiva estaban estos sujetos para jantes que se daban en el orden social.
que se J:?ud1esellegar a ~a orientación político-clínica pertinente. Entonces la política era la posibilidad simbólica que tenían los
O~v1a~~nte se_consideraba que no era lo mismo la precarie- sujetos de re-articularse en un discurso, y sobre todo porque esta
dad ~nnbohca ternen~o 10 millones de euros en el banco que la política tenía una función muy interesante, que si era por su
cuest~ón de ser,.por eJemplo, además de psicótico, un pobre y sin acción que estaba fuera de la ley, fuera de la ciudad, estaba fuera
traba¡o, y a la vez sin ningún tipo de contención social como se de la ley de ellos, los enemigos. Se trataba de tener otra ley por-
decía en aquel tiempo. ' que al estar todo inspirado en el antagonismo, como decía Walter
Con esto quiero señalar que, aunque había una lectura dema- Benjamín, además de las leyes del Estado y de la sociedad, esta-
sia~o "metafísica del antagonismo" -porque el antagonismo ban lógicamente las leyes de la revolución. Se intentaba en aquel
rápidamente se nombraba y se daba por hecho, y, gracias a entonces lograr que el estar fuera del circuito de los aparatos ide-
Lacan hemos entendido que el antagonismo no puede ser nom- ológicos del Estado y de la Burguesía no desembocasen necesa-
brado tan rápidamente, y que además no se presenta de una riamente en ser un pobre diablo desinsertado que ya no tiene
man~ra positiva, ya dada, más bien hay una dislocación real -el nada, aún quedaba reconocer su lugar en la estructura para un
ténmno es de Laclau-, imposible de suturar, alrededor de la nuevo ptmto de partida, y esa aventura era la política.
cual, eventua~ente el antagonismo puede construirse, siempre Evidentemente, todo esto llevó a un gran impasse: el más
y cuando el mismo se elabore políticamente. Lo cierto es que al importante fue que la pasión por la política produjo una indife-
estar presente en esa época la idea de antagonismo, tomaba rencia sobre la clínica, y se politizó todo tanto que ya nadie sabía
much~ fuerza la idea de gmpo, es decir, el psicótico, el Iumpen, verdaderamente cuál era la diferencia entre un neurótico y un
el desmsertado, el que no encontraba ningún lugar, el que esta- psicótico.
ba to~o el tie~po realizando acting-out,el que se quedaba a cada Se descuidó tanto la clínica que toda la causalidad compro-
rato sm trabaJo, el que se quería suicidar porque no había obte- metida en la emergencia de la psicosis se terminó por descono-
nido los mismos logros que los de su generación, etc., encontra- cer, porque solo llegaban siempre los ecos sociales del problema,
b_ao se intentaba que encuentre, en el grupo, la suplencia, pre- y la simplificación sobre el sujeto, aquella reducción a su identi-
c1samente, de esa desinserción. ficación política, terminó derivando en la peor simplificación de
Pero ese grupo -por eso Pichon Riviere fue tan fuerte en ese la política
?'omento, me refiero al caso argentino- terúa siempre algo que En Italia Franco Bassaglia, y aquí en España Tosquelles, y el
iba más allá de lo psicopatológico, tenía w1a tarea que se llama- propio Deleuze con su Anti-Edipo, viendo las virtudes revolucio-
44 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 45

narias del esquizoanálisis, fueron alcanzados por esta onda. borar para que la cosa marche? Entiendo que esto no es solo un
Evidentemente, es una onda, que desde la perspectiva histó- problema de los psicoanalistas, y que tampoco hay del la~o de la
rica actual, nos permite hacer un examen, tanto del impasse de política europea actual ningún proyecto de transformación que
la política por desconocer al sujeto, como también un impasse de asuma el antagonismo como tratamiento del malestar.
la clínica por también desconocer al sujeto. Es decir, los dos dis- Por lo tanto, tengo que volver a la vieja tesis de que el psico-
cursos quedaron entrampados en su represión de lo que era real- análisis fue muy fecundo en la medida en que fue "un síntoma
mente el sujeto del inconsciente: la política forzaba las identifi- de la izquierda", encamaba aquello que en la izquierda no se
caciones, porque no había política sin identificaciones, y a la vez podía metabolizar políticamente. Claro, cuando no hay más
la clínica era cada vez más desconocida porque había que enca- izquierda, el psicoanálisis mismo entra en sus rumiaciones
jar como fuera a la figura del psicótico en la figura del excluido pequeño-burguesas, como por ejemplo hablar de precariedad
de lo social, del oprimido por la sociedad, el loco que descono- simbólica, sin analizar aunque sea un instante de qué precarie-
cía su propio potencial revolucionario, como decía incluso el dad hablamos. No digo que no se suicide un señor millonario, se
mismo Deleuze del esquizofrénico. están suicidando muchos ahora.
Efectivamente, no se puede desconocer lo que estoy admi- No digo que el sujeto rechazado que tiene una gran fortuna
tiendo de inmediato: el impasse. Pero sin embargo, rescataría el no se pegue un tiro por un delirio melancólico de ruina, no se
elemento del antagonismo, es decir, aquello que folta en el dis- trata de desmentir la clínica psicoanalítica en sus preceptos
curso de Agamben y en otros discursos contemporáneos. esenciales. Pero convengamos que si uno ve el ejército de fraca-
Agamben ve un soberano que tiene cada vez más la tenden- sados escolares, los desinsertados de las escuelas secundarias,
cia de realizarse como soberano generando excluidos: zombies, los psicóticos cronificados, vuelve a constatar lo mismo y más
vampiros en el mundo, lo que ustedes quieran, la "nuda vida", aún que en los años '70, que es un mismo sector social el que en
algo que no podemos distinguir entre el animal y el humano, general nutre todo, con alguna excepción.
pero no existe en su discurso ninguna apertura hacia lo que Por lo tanto, creo que todo este debate, si se sustrae de una
podría ser una confrontación política, de carácter antagónico y caracterización seria de cuál es el Otro social en el que estarnos
con posibilidades de transformación. insertos, me parece que vuelve a un impasse ahora del otro lado.
Que el antagonismo ya no se pueda nombrar "burguesía", o En realidad, lo que sería verdaderamente un desafío es pen-
"clase obrera", bien, pero aquí no hay una sociedad donde todos sar lo común fuera del campo identificatorio. Lo que verdadera-
tümen los mismos intereses, y todos padecen de la misma mane- mente introdujo Lacan como problema político, a mi juicio, es
ra los efectos del mercado o las consecuencias del llamado "esta- hasta dónde puede pensarse lo común sin matar lo singular, o
do de excepción". Esta misma cuestión se puede remitir al deba- dicho de otro modo, un anudamiento entre lo común y lo singu-
te sobre inserción y desinserción. Rescato de aquella época del lar en su mutua correspondencia.
grupo y de la polítización de la práctica de la salud mental el ele- Este sería verdaderamente el problema, y hay algunas peque-
mento que permitía articular simbólicamente a los sujetos a un ñas señales, porque como lo señalé en mi texto sobre la izquier-
discurso
. político inspirado en el hecho de que había alo-o
o consti- da lacaniana, hay un cierto duelo marxista que se está haciendo
tutlvo en todo lazo social que era el antagonismo. dentro de la enseñanza de Lacan y al que creo que hay que aten-
der, en los pensadores postmarxistas que toman a Lacan como
lugar de elaboración del duelo, y que me parece que pueden
El psicoanálisis:un síntomade la izquierda tener en su horizonte este problema: lo común y lo singular.
Bueno, muchas gracias por escuchar estas derivas tan impro-
Creo que si uno quita el antagonismo su función, fracaso visadas.
escolar, precariedad simbólica, desinsertados, ¿qué se va a hacer
con ellos? ¿Y para quién, y en dónde? ¿Qué otra cosa que cola- TRANSCRJl'CIÓN: DIANA LERNER

l
La metamorfosis de la ciencia en técnica:
el discurso capitalista

I
El modo en que la crisis "sistémica" del capitalismo se des-
pliega sobre el mundo muestra con claridad la ausencia de un
límite, un límite que haga barrera a la deriva financiera incon-
trolada. Nada funciona como punto de amarre; las naciones y
sus agrupamientos, las instituciones mundiales, las medidas
económicas que pretenden paliar la emergencia, de inmediato se
reabsorben y se diluyen en los movimientos del mercado.No apa-
rece el lugar desde donde podría operar lo que Lacan denomina
el Nombre del Padre y su efecto logrado: el ptmto de capitón. La
hemorragia no se detiene, el efecto de autoridad simbólica que
debe acompañar a la decisión tomada se destituye con facilidad
y el "semblante" del Padre que garantice, al menos coyuntural-
mente, una sutura en la hemorragia no termina de emerger.
En swna, la autoridad simbólica, su credibilidad y la posible
lectura retroactiva de lo sucedido, no encuentran el tiempo ni el
lugar para ejercerse de modo eficaz. ¿Se llama a esto "crisis del
capitalismo"? Por el contrario, nuestra afirmación es otra, es el
propio capitalismo el que es capaz de poner en crisis a todas las
estructuras que hasta ahora venían simulando su regulación.

JI

En el llamado discursocapitalista,Lacan medita sobre un dis-


positivo donde el sujeto se ha convertido en un ente que no
depende de nada, solo está allí para que se conecten los lugares
48 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA... 49

y, precisamente, al ser el capitalismo la máquina que conecta IV


todos los lugares, el corte es imposible. Por ello, las autoridades
simbólicas, instancias que exigen tanto el lugar vacío como el El discurso capitalistaes el dispositivo pertinente pura consi-
significante amo que articula ese vacío a distintas representacio- derar la economía de goce propia de la técnica. Pero para captar
nes, se licuan en el circuito de movimiento permanente y circu- el alcance de la homologación entre técnicay discursocapitalista,
lar. La esencia del discursocapitalistaes el rechazo de la modali- es necesario en primer lugar establecer la diferencia entre el sen-
dad "imposible" propia de la castración.En este aspecto, aunque tido moderno de la cienciay lo que aquí llamamos técnica.
hablemos de crisis sistémica del capitalismo, debemos hacer una
salvedad importante al respecto, el discurso capitalistacarece de
crisis porque no tiene reverso y su movimiento (al igual que la V
pulsión) no conoce las estaciones. Por ello, la crisis es la de aque-
llos organismos e instituciones que administran al capitalismo, En uno de sus grandes seminarios, en "¿Qué significa pen-
al no saber qué hacer con el excedente que siempre sobrevive sar?" (W11sheíbt denken?, 1951) Heidegger presenta el siguiente
destruyendo al aparato productivo y se expande como un exce- axioma: ''La ciencia no piensa". Este axioma no habla ya de In
so ingobernable. ciencia moderna fundada en Descartes y Galileo, aunque esa sea
su génesis, más bien describe una metamorfosis radical, algo
que desde el interior de la ciencia moderna rebasa y cancela su
Ill límite. Es lo que permitiría afirmar que ya no hay más ciencia en
el sentido moderno, o que la misma, de un modo tendencia}, es
El sujeto del discursocapitalistarealiza todo el tiempo su propia lentamente transformada en su "espectro técnico".
voluntad de satisfacción, en un circuito, que como hemos dicho, no
está "cortado" por ninguna imposibilidad, pues su propósito es
que todo lo que "es" en el mundo se presente como mercancía. VI
Desde esta perspectiva, que indudablemente no es la única, el dis-
cursocapitalistano es una experiencia humana, la experiencia huma- Con la misma orientación que Heidegger capta el momento
na brota siempre de un fondo de imposibilidad, su condición prime- histórico de la ciencía moderna mostrando en el mismo, el sur-
ra es la falla, el límite, la castración. En el discursocapitalista,como en gimiento del nihilismo, la época que vuelve todo intercambia-
su día en los totalitarismos modernos, se encuentra en una forma ble, equivalente, evaluable, calculable, Lacan en sus meditacio-
implícita el proyecto de producir un sujeto nuevo, sin legado lústó- nes da un paso más. Al estudiar el modo en que la ciencia es
rico ni herencia simbólica. Este "sujeto capitalista" tributario de nada una "ideología dt! la supresión del sujeto", se abre a distintas
que no sea colaborar con la voluntad acéfala que realiza, se caracte- consideraciones epocales sobre los efectos directos, propios de
riza entonces por no tener en cuenta consecuencia alguna. la homogeneización llevada a cabo por el discurso de la cien-
Autopropulsándose desde sí, de un modo inmanente y conectado, cia. A saber: el aumento dd odio racista, que siempre conside-
en principio se presenta sin que se pueda pensar su exterior. ¿Es esto ra al Otro o bien como un goce subdesarrollado o bien cumo
un régimen inhumano, un discurso inhumano? Sí, sí consideramos portador de un exceso de goce maligno. Por esta razón, Lacan
que lo humano es siempre hijo enfermo e incurable de la falla, de la capta en el campo de concentración el punto de fuga de las
castración, de lo imposible. No, si se considera que la historia de lo sociedades contemporáneas. Mientras hubo un tiempo en la
humano-occidental y su mundialización, ha sido producir un más enseñanza de Lacan, donde la ciencia era semejante al discurso
allá de su límite,un goce mortífero que excediera a la propia consti- histérico, por su capacidad para producir saber con la verdad
tución simbólica, aún estando involucrado en la misma. oculta para el sujeto, tiempo después tacan anticipa, recono-
ciendo los "nuevos impassescrecientes de Ja civilización", una
PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 51
50 JORGE ALEMÁN
objetos ni puede ser evaluada "técnicamente". Por el contrario,
nueva torsión de la ciencia donde el saber se anuda en la pul- se trata de un ámbito de apropiación de los "saberes de", una
sión de muerte. apropiación al servicio de una voluntad, que como afirma
Heidegger, no puede dominarse ni con una mera "superioridad
y soberarua humana" ni con ninguna entidad moral. A la técni-
VII ca ni siquiera la limita la guerra y su devastación.
Del axioma "La ciencia no piensa", Heidegger, aunque no lo
haga expresamente así ni esta sea su terminología, deriva estos IX
tres teoremas:
l. La ciencia moderna se funda en la esencia de la téa1ica. La técnica es un ámbito de apropiación que una vez que cap-
2. Pero la esencia de la técnica no es algo técnico. tura a los saberes de la ciencia moderna, los integra en un nuevo
proyecto que se caracteriza por ser capaz de reunir en un mismo
3. La esencia de la técnica no es una hechura meramente
haz al sujeto cartesiano con la voluntadde podernietzscheana rea-
humana, como si pudiera dominarse con una mera supe-
lizando una amalgama sin precedentes: una voluntad acéfala y
rioridad y soberanía humana, acompañada de la debida
sin límite.
disposición moral.
Estos tres teoremas dan cuenta del viraje de la ciencia a la téc- X
nica. El campo científico, en su estructura epistemológica, en las
construcciones perti.nent~s de su objeto, debe presentar un lími- La técnica es la introducción de lo ''ilimitado". Mientras la
te relativo al saber que se propone elaborar. Cada ciencia es un ciencia terna como límite aquello que necesitaba excluir para
"saber de" esto o aquello. Es precisamente en relación a este lograr su propia constitución como ámbito, la técnica ni incluye
límite que el psicoanálisis puede constituir su campo teórico y ni excluye, ni se refiere a límite alguno. Introduciendo lo "ilimi-
clínico. El psicoanálisis no es una ciencia, no por un déficit epis- tado" en la escena del mundo, el mundo se vuelve el lugar
temológico, sino porque se ocupa de una "materia" (distinta de donde los saberes y prácticas se convierten en campos de manio-
la naturaleza y de la superestructura) que se estructura con la bra de la técnica.
lengua y da lugar al sujeto del inconsciente. El sujeto del incons-
ciente es nn "límite interno" de la ciencia, se sostiene en un espa-
cio "éxtimo" (exterior e íntimo) en relación a la ciencia, de tal XI
manera que el sujeto es necesariamente rechazado para que fun-
cionen adecuadamente las estrategias objetivantes de la ciencia. Se ha producido tal amalgama entre el sujeto del cogito y la
La ciencia moderna existe, mientras el sujeto del lapsus,del voluntad de poder que esta ya no puede ser regulada.
sueño o del fantasma, se mantenga en "exclusión interna al dis- Heidegger emplea la palabra alemana Ge-Stell traducible como
curso científico". "estructura de emplazamiento", al ser el dispositivo que preci-
samente emplaza a todo "lo que es" a que se disponga, o que
esté en vías de volverse disponible, como imagen de lo ilimita-
VIII do. Tal como lo señala Heidegger en el 38, ya no hay imagen del
mundo porque es el mundo el que ha devenido imagen.
La técnica por el contrario no tiene sujeto. No hay, en el sen-
tido de Heidegger, técnica de tal o cual cosa. La técnica no se
reparte en universidades, ni en campos de saber, ni construye
PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 53
JORGE ALEMÁN
52
con la técnica, realiza un circuito que al destruir la "determina-
Xll ción de la verdad" elimina la distancia entre el sujeto, la verdad,
el saber y la producción, inaugurando una metamorfosis en red
S" .n resa en una época don d e lo ·¡· ·t do modula la era
l 1m1 a
de carácter rizomático, que impide y obstaculiza la estabilidad y
d 1~sc~~nfzación, ¿en qué secuencia histó:ica tt~vo lugar esta
reconocimiento de las categorías modernas.
el
;etamorfosis de la ciencia? ¿Cuál fue el pnme_r s1~no do;de l~
técnica irrumpe en paisaje histórico de ~a c1enc1:
La técnica no se refiere, como ya hemos. dicho, a l
:~r:n:~~ p XIV
., d . , n de obJ.e tos o instrumentos, es una
ducc10n o repro ucc10 . d " l
, d l ser" en la época de su olvido consuma o, e
'' onto 1og1a e . f 1 ·' n La técnica no es un hecho histórico o una secuencia que ven-
l .d d 1 lvido" o si se quiere el olvido como ore us10n e
dría a continuación de la ciencia, al modo de una consumación
~uv;e~lid: ~cania~u. Esta provocación dirigida al ser de lo en~e
macabra de la misma. Es un empuje, un Drang que impulsa a la
para que entregue hilsta lo más íntimo y n~clear :e la prop;: ciencia hacia el dispositívo del discurso capitalista de modo ten-
vida humana tuvo su primera emer~encm, mo. erna :;~íci- dencia!. Y a la vez, recíprocamente, es la manera en que el capi-
al como lo dice Heidegger, siendo el mismo J:> . ,
sl10ah · O t tal se apropia para su propio fin del espacio -verdad, sujeto, pro·
. f ·a "la fabricación de ca d,averes ,, . La fabncacion
pe d e l a 111 ami ' , · · 1 es la ope- ducción, saber- destruyendo su límite. No hubo primero ciencia
d dáveres en su planificación burucratica y sena, . seguida después cronológicamente por la técnica. En la ciencia
e~~ través de la cual la voluntad ilimitada hace su mgre-
rac1on a L . 'n "solución final" no expresa un moderna ha estado desde su propia constitución la invocación
so en el mundo. a expres10 ·' técnica. De esta situación puede surgir una hipótesis: tal vez el
límite, por el contrario hace referencia a~act~ que por s~ ca:a;~ despliegue bélico industrial alcanzado a través de la ciencia
·1· ·t do no pttede participar de la historia. Por lo m1sm
ter 1 1m1a · · t t No se modernil fue el que preparó las condiciones para que la "voz y
, . ue se uede repetir en cualquier ms an e. .
la mirada", objetos perdidos de modo inicial, se incorporaran al
unb1co,uynosr1~la hum~nidad puede reponerse de semejante ingre-
sa e a . , , · señalar que artilugio científico para preparar su metamorfosis técnica.
·1· . tado En cualquier caso, es necesan 0
so d e 1o 1 1m1 · ., d 1 a nues la
. ,, 1 . 'n f1·nal"no se ei·erce en func10n e a guerr ' r
l a so uc10 . l' · Tt r No
. desborda la dimensión utilítana de la og1ca m1 I a . 1
m1~: ara anar guerra alguna, por el contrario, se hace ,? XV
se a p g f 'ón del "triunfo de la voluntad '
guerra como pretexto en. unc1 La alianza entre neurociencias, cognitivismo e industrias far-
en su requerimiento técmco. macológicas, constituyen parte de la nueva "logística" del empla-
zarrúento técnico. Gracias a sus construcciones metafísicas, sopor-
tadas en las técnicas de imaginería informática, el ser del ente es
XIII provocado para que se represente como un ente, un ente que
explique a través del funcionamiento cerebral los imperativos
. d t
Mientras la ciencia pa ece e1 re orno
de lo reprimido
.
en sus morales, la ética o su ausencia, el amor, las intenciones implícitas,
; de dislocación, rupturas epistemológ1~as, emerge~- los actos inconfesables, e incluso aquello que el Derecho no puede
momen to d' as mcomprend1-
cias de nuevas invenciones, nuevos para igm, 1 f 1 .d en localizar en la declaración del acusado. Es lo que el neurobiólogo
é .ca solo promueve el retomo de o ore m o Changeux denomina una "fisiología del sentido", un proyecto de
dos, etc., la t cru . d ,, lvido del ser" y sus dife-
lo real. En la técnica no se trata e1 o . ,, 1 .d del sumergir y subsunúr todas las determinaciones de la subjetividad
rentes retornos, ya que al c?nsti~u~r la ims~a unió~ v;o; esta en las operaciones epigenéticas del cerebro.

:~;m:
1
· d ,, funciona en una lógica d1stmta de la 1epres ·
~azón, el discurso capitalista en su homología estructura
1 Esta alianza estratégica esencial al proyecto técnico y su políti-
ca, donde lo "no descubierto aún" siempre está por llegar en el
-
·····--.. ......,-....

54 JORGE A Ll=MÁN
p ARA UNA IZQUIERDA LACANIANA. ..
55
futuro ilimitado , establece que al ser lo determina o bien la natu-
raleza (cerebro - genes) o bien la superestructura (modo s, hábitos, XVIII
marcas, nue vas conductas sociales, estilos de vida , etc.). Esas
determinaciones exigen siempre una unidad entre el cerebro y el ¿~ tr av~s de qué signi ficante nuevo se puede a untar a un
entorno garantizadas , según los casos, o bien por la "epig énesis" Real rmpos rble d e dominar e integ rar por la técnictca . . ?
o bien por la "pl asticidad neuronal". De lo que se trata en esta
logística es de borr ar la "infraestructura", "el m ás peligroso de los
~!~li
~~é
d
~;t~;;:~~
espa cio inédit o ese signi fican te propue sto p or
pu_ede ~o.l~erse un acontecimiento po lítico? ·De qué
1
bienes", la lengua, eso que hace de cada uno un enferm o singular :; d~(sí~~~c:nal1s1s puede mostrar que, en los diver so~ imp as-
donde se cruzan el sexo, la muerte y la pal abra en tma escritura siste un sab er e con respecto a la ~alida del capital ismo , aún per-
cuya superficie de inscripción es el inconsciente y no el cerebro . n reserva y a descifrar?

XVI Bibliografía
La experiencia mortal, sexuada y parlante se vuelve en la
civilización técnica un sentimiento en grnn medida determinado
~~:~GE~ Martín: ¿Qué significapensar?,Trotta, Madr id 1996
~ LARRJERA, Sergio: Lacan: Heidegger Migu~l
, N, oMrged
p or el odio, como hemo s dich o anteriormente, odio al goce sub - G omez, a nd, 1989. '
desarrollado del Otr o, odio al propio modo de gozar en silencio.
A esto mismo nos referimo s cuando en la época d e la civilización
técnica habl amos de la "pobr eza de la experiencia" .

XVII
La fuerza mat erial de la técnica se hace sentir en todo su
alcance en la mitología científica actual y su campo de manio-
bras: m áquinas militares introducidas en el cerebro, fármacos
que d estru yen la capacidad in telectual d el enemigo, interrogato-
rios a detenidos con un escáner que pued e m ostr ar la "verdad
objetiva " o la "intención imp lícita no dicha\ prótesis cerebrales
que transfonnarán al soldado en cyborg,interfaz entre cerebro y
máquina , conexión de todos los cerebros a u n sistema centr al y
corporativo, cerebros estropeados por el estrés, el pánico , la
depresión o la hipe rmot ilidad, cerebros atrapado s en una red en
la que ya no puede n est;ir a la altura de sus funciones, etc. Éstas
son las distintas prese ntaciones de la logística contempor ánea.
Así las cosas, tanto la técnica como el discurso capi talista , se
presentan como un Saber absoluto , como un fin de la h istoria
consumado. Como si el carácter inevitablemente continge nte del
capitalismo en su realidad histórica hubiese podi do ser naturali -
zado y "esen cializado" de tal modo que ya no fuese posible con-
cebir su exterior.
El legado de Freud

Un Freudlegadopor Lacan
Gracias a Jacqucs Lacan el legado freudiano es siempre
actual. Fue Lacan el que supo captar que Freud, a partir de 1920,
había logrado hacer coincidir la invención psicoanalítica con un
pensamiento político nuevo. El dictamen freudiano: gobernar,
educar, psicoanalizar, son tareas imposibles, y fue considerado
por Lacan en su verdadero alcance; la modalidad lógica de la
imposibilidad necesitarfo su tiempo histórico para por fin mani-
festarse en toda su magnitud. El siglo XXI en este aspecto se pre-
para para dar diferentes razones al dictamen freudiano. La for-
mulación política de Freud que atravesó como un rayo al
escenario moderno la podemos formular del siguiente modo: la
Ley no es aquello que pretende ser, la instancia del superyó, el
imperativo categórico, el heredero del complejo de Edipo, sea
cual sea la nobleza simbólica con la que se presente, mantiene
una relación estructural con la pulsión de muerte. A partir de
allí, la oposición entre un poder opresor y una "expresividad"
que quiere liberarse del poder para conquistar su libertad, o en
otra variante, la idea de que un poder despótico y extraño impi-
de la expresión de una pulsión intrínsecamente creativa y libre,
queda definitivamente decunstruida. Este conocido desmantela-
miento de los ideales modernos que intentaban oponer la Ley a
la pulsión deja lugar al campo de la "ambivalencia"; la ambiva-
lencia es la máquina teórica que muestra la secreta complicidad
entre los términos que se pretenden oponer. De ese modo, la
ambivalencia puede colonizar todos los ámbitos de la experien-
cia humana; pueden caer los opresores pero nunca la opresión,
JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDALACANIANA... 59
58

la emancipación puede ser la vía para instaurar un amo más veces, disparatada. La llamada declinación del Padre, donde
feroz, el amor puede esconder una hostilidad homicida, la hosti- podríamos incluir el declive del programa institucional, es abso-
lidad una firme servidumbre amorosa hacia aquello que se odia lutamente compatible con la vocación gozante del superyó. Es lo
y también el propio psicoanalista ser sin saberlo el port~voz de que explica que todas esas instituciones que ahora parecen per-
la neurosis obsesiva que quiere interpretar lo imposible. La der su legitimidad, sin embargo han aumentado considerable-
amalgama de Ley y pulsión, y la ambivalencia resultante, expo- mente su poder. Pero las causas no han sido solamente la post-
ne a la misma práctica del psicoanálisis a que se tambalee la modernidad ni el capitalismo global; en la manzana moderna de
coherencia teórica de su discurso. Fue precisamente el coraje la institución habitaba el gusano del superyó, que ahora sí,
inaugural de Freud en "Más allá del principio del placer" lo que irrumpe en este tiempo histórico con toda su fuerza parasitaria.
testimonia de ello. Por ello podríamos decir que el programa institucional encama
en la ciudad aquello presente en la estructura del inconsciente y
que provoca en Freud esta versión política del hombre común,
Hundimiento de laficción simbólicamoderna versión que puede valer como una descripción también de las
instituciones: el hombre común es siempre más moral e inmoral
Esta captación de la Ley en su raíz pulsional, anticipa en de lo que él mismo cree, siempre habla por encima de sus posi-
Freud el verdadero sentido que tiene lo que actualmente los bilidades, y es hipócrita de modo estructural frente a las exigen-
sociólogos llaman "El declive del programa institucional". El cias de la civilización. De este modo, la verdadera fuerza con-
relato que se nos presenta para describir este d.edi~e ~s el servadora, lo que impide la transformación radical, lo que en
siguiente: existió en la Modernidad un programa mshtuc1onal suma sostiene la hegemonía cultural del capitalismo tardío, no
ocupado de tratar y educar a los otros, a través de escuelas, ho~- está solo en los aparatos ideológicos, ni en las técnicas discipli-
pitales, iglesias, centros de formación, etc. Este programa teru.a narias, ni en la extensión sin límites de las redes de las mercan-
como misión fundamental transmitir a cada uno los valores um- cías. Todo esto ciertamente cumple su función, pero sería insufi-
versales que garantizaran la socialización y subjetivac~ón .de ~os ciente, si no se entendiera gracias a Freud, que una civilización
seres parlantes. Desde hace treinta años el programa mstituc10- siempre se sostiene de un modo esencial en la propia constitu-
nal entra en una implosión acelerada, y el carácter supuesta- ción turbulenta de un sujeto.
mente homogéneo que sostenía con su racionalidad al progra-
ma, se deshace, se fragmenta, entra en procesos de hibridación,
donde pierden su aura las autoridades simbólicas: enfermos, La irreductibilidaddel mal
médicos, alumnos, profesores entran en hibridación con corpo-
raciones privadas que adquieren una coloración sádica tanto ~ic- En el hecho de que la Ley encuentra su raíz en la pulsión, es
timista como victimaria. Pero sería un error ver en esta efectiva donde aparece el verdadero enemigo de una política radical, es
destitución de las autoridades simbólicas un debilitamiento del en "Pegan a un niño" donde se podrá encontrar la clave por la
superyó. El hundimiento de la ficció:11si.mb~lica moderna. que cual ciertas civilizaciones han sobrevivido a pesar de la hostili-
sosterúa la orientación del aparato mst1tuc1onal ha traba¡ado dad de las grandes masas que la sostenían. La explotación
más bien a favor del empuje superyoico. Si el superyó, como encuentra su mejor aliado en el masoquismo moral, esta es la
afirma Freud en "El yo y el ello" es el monumento que conme- anticipación freudiana, y por esto, el mismo obstáculo presente
mora nuestra primera debilidad y dependencia, la arq~itectóni- en transformar una civilización es el que también se nos presen-
ca del programa institucional, los edificios que en la ciudad ~e ta en la cura. En esto el sujeto freudiano es lo mismo que la civi-
adornan con la "estética" de la Ley, ya llevaban en su propio lización, la oscura satisfacción del superyó, el castigo por la
ornamento la huella del exceso superyoico. Esos santuarios de la deuda y la culpa, la irreductibilidad del mal, constituyen la iner-
Ley albergaban entre sus paredes una burocracia caprichosa Y, a cia que en una misma topología reúnen al sujeto con la ciudad.
58 JORGE ALEM ÁN PAR A UNA IZQU IERDA LACAN IANA ... 59
la emancipación puede ser la vía par~ _instaurar. ~ amo m~s veces, disp aratada. La llamada declinación del Padre, donde
feroz, el amor pued e esconder una h.ostlh d~d hom1c1da, la host_1- podríam os incluir el declive del programa institucional, es abso-
lidad una firme servidum bre amoro sn ha cia aquello que se od ia lutamen ~e compatib le con la vocación gozan te del su peryó . Es lo
y también el propio psico anal~sta s_ersin saberlo ~l port?v oz de qu e exphc~ .qt~e tod a~ esas inst ituciones qu e ahora parecen per -
la neu rosis obsesiva que qwe re mterpretar lo rmpos1ble. La der su leg1tumdad, sm embargo han aum entado considerable-
am algama de Ley y pu lsión, y la ambivalencia resulta n te, expo - men te su pod er. Pero las causas no han sido solamente la post -
ne a la mism a pr áctica del psicoan álisis a ~ue se tamb alee ~a mo derni dad ni el capitalismo global; en la ma nzana mode rna de
coherencia teórica de su discurso. Fue precisame nte el coraJe ~a institu ción hab itab a el gus ano del sup eryó, que ahor a sí,
inaugu ral de Freud en "Más allá del principio del placer" lo que irrumpe en este tiempo histórico con toda su fuerza para sitaria .
testimo nia de ello. Por ello podríamos decir que el programa insti tucional encarna
en la ciu dad aq uello presente en la estruc tura del inconsciente y
q ue pro vo ca en Freud esta ver sión polític a del homb re común ,
Hundimiento de laficción simbólica moderna versión qu e pu ede valer como una descripción tambi én de las
in stitucio nes: el hombre común es siempre más moral e inmor al
Esta capt ación de la Ley en su raí z pul sional, anti cipa en d~ _loque él mis~o c~ee, siemp re hab la por en cima de sus posi-
Freud el verd adero sen tido que tiene lo qu e actualm ent e los b1hdades, y es hipó crita de modo estruch1ral frente a las exigen-
sociólogos llainan "El d eclive del prog ra~na instituci~nal". El cias de la civilización. De este mudo, la verda dera fuerza con-
relato que se nos pre senta para describ ir este d_ecl1~e~s el serv ad ora,_lo que impide la transfor mación radical, lo qu e en
sigu iente: existió en la Mode rnid ad un pro ~rama 111stituc1onal stu:1ª sostiene la hegem oní a cultur al del capita lismo tardío, no
ocupado de tratar y edu car a los otros, a trav es de escuela s, ho~- est~ solo .en los apa ratos ideol ógicos, ni en las técnic as disciplí-
pitale s, iglesias, centros de formación , etc. Este prog ram a tem_a na nas, m en la extensión sin límites de las redes de las mercan-
como misión ftmd ament al transmitir a cada un ~ l~s va.l ores uru - cías. Todo esto cier tamen te cump le su función, pero sería ins ufi-
versa les qu e gara ntizar an la socialización y subJehvac~ón _de~os ciente, si no se ent endiera gra cias a Freud , que una civilización
seres pa rlante s. Desde hace treint a años el programa mstituc lO- s~empre se sostiene de un mod o esencial en la propi a constitu-
nal entr a en una implosión aceler ada, y el carác ter supuesta - ción turb ulenta de w, sujeto.
mente hom ogéneo que sost enía con su racion alidad .al _p ro~ra-
ma se desh ace, se fragmenta, ent ra en procesos de h1bndac1ón,
do~de pier den su aur a las auto ridade s ~i~ bóli~as: enfermos, La irreductibilidad del mal
médicos , alumnos, profesores entran en lubn dac1ó1: con co~o -
radones priv adas que adq uieren una coloración sádica tanto ~1c- En el hecho de que la Ley encuen tra su raíz en la pul sión, es
tirxústa como victi ma ria. Pero sería un error ver e_n.est~ efectiva don de ap arece el verd adero enemig o de un a política radical, es
destitución de las auto ridad es simbólicas un deb 1htam1ento del en "P:gan a ~1~ ~liñ~" donde se pod rá encontr ar la clave por la
superyó. El hundi mien to de la ficció~ si_mb ?lica modern a _que cual oert as c1v1hzac1ones han sobrevi vido a pesa r de la hostili-
sostenía la orienta ción del aparat o instituc ional ha traba¡ado dad de la s grand es masas qu e la sostenían. La explotación
más bien a favor del empuje sup ery oico. Si el supery ó, como encuentra su mejor aliado en el maso qui smo moral, esta es la
afirma Freu d en "El yo y el ello" es el monu ~ent o que .con m~- anticipaci ón freudian a, y por esto, el mism o obstáculo pres ente
mora nuestr a primera debili dad y de~~1'.dencia, la arq~1tectóm- en transfo rm ar una civilización es el que ta mbién se no s pres en-
ca del programa insti tucional, los ed 1fmos que en la oudad ~ ta en la cura. En esto el sujeto freudian o es lo mismo qu e la civi-
adorn an con la "estéti ca" de la Ley, ya llev aban en s~ propio lización, la oscura satisfa cción del su peryó, el castigo por Ja
orna mento la huella del exceso sup eryo ico. Eso~ santu~n os de la deu da y la culpa, la írredu ctibílidad dd mal, cons tituy en la iner-
Ley alberga ban entre sus paredes una buroc racia caprich osa y, a cia que en una mism a top ología reún en al sujeto con la ciudad.
PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA.,,
JORGE ALEMÁN
60
como pretende ser, ~i su arma~ento institucional conHllluyorn
El psicoanálisisanunciaelfin de la utopía de v~rda~ una autoridad genuina y legítima, entonces Hí,yu nu
habna ma~ política que la que se hace a través de la ncgodnd<"m
En la anticipación de Freud, el ~uperyó ~s una pulsió~ dis-
y ~ransacc1ón con la Le~, y esa política, como lo llegó en.au dín 11
frazada de Ley que impide concebir la utop1a d~ una soc1eda~
afirmar ~acan, p~~de siempre culrrrinar en la policía. Si hoy unn
por fin acorde con el interés general de los c1~dadanos. ~1
oporturudad pohtica, precisamente tiene su punto ele partido en
siquiera el consenso democrático logrará neutrahzar la r~peb-
que Freud a~ mostr~r. el.reverso obsceno de la Ley le arrebntn Rll
ción sin sentido de un goce inútil. Las agotadoras transacciones
t~ascendenc1~ y leg1hm1dad, para en cambio mostrar su pt·eca-
y negociaciones con la Ley, los esfuerzos políticos e int~lectual.es
nedad y contmgencia histórica. Si en el logocentrismo de la Ley
se reabsorben cada vez más en la infelicidad de su ambivalencia,
se escond.e .el plus d.e goce de la pulsión, se presentan entonces
mientras la Ley se recrea con los esfuerzos del propio sujet~. Al
~os res~u1c1os~.las fisuras, las condiciones de la apertura a la
final del camino el intelectual es un irúeliz, que ha trabaJado
mveno~n poht1ca. Una v~z más lo que le otorga al Poder su per-
para una Ley f~liz, cruel y vengativa in:l~so con él mismo.
manencia es lo que constituye la posibilidad de su derogación.
Como esas criaturas borgianas, sean apocnfas o verdaderas,
Por ~llo Freud, que nunca nombró cuál sería la civilización más
desde John Wilkins a Pierre Menard, desde Raimon Llul a Punes,
~ertm~nte para el ser parlante, sí en cambio pudo sostener que
que una vez que han querido por su vocació~, llevar hasta las
si la misma se soporta exclusivamente en la satisfacción de una
últimas consecuencias el proyecto de la Razon, ven de }?ronto
mino~ía, y ~o le ofrece a las mayorías con qué recursos enfrentar
surgir en la propia intimidad del concepto algo ~ue reahza un
las ex1genc1asde la pulsión, esa civilización se vuelve insosteni-
estrago, que se sale de quicio, una locura p~oduc1~a p~r el pro- ble.. Como, lo. afirma · ·1·_
en. "El porvenir de una ilusión" , "un a av11
pio funcionamiento lógico, donde las armomas y s1metnas de las .
zac16n as1 m tiene ru merece la expectativa de una existencia
clasificaciones se dislocan y devoran a su autor o le revela1: su
dura~~ra". Es verdad que Freud siempre señaló el carácter fan-
carácter irrisorio y mortal. Por esta pendiente, es comprens1bl:
tasmahco ~~ :ual~~ier ut~pía totalizante, sin embargo, pensaba
que ta burguesía, para intentar liberarse del estrago del superyo,
que una civ1hzac10n no siempre merecía ser sostenida a cual-
se haya propuesto durante un tiempo al menos conecta~ 1~,acu:
qufer precio. ~ esta posición el propio Lacan le rinde su home-
mulación de plusvalía con el disfrute del arte com~ un fm ~n s1
naJe cuando afirma en "La dirección de la cura ...": ¿quién ha pro-
mismo", de tal forma que se hiciera patente el caracter s~bhma-
testado como ese hombre de gabinete contra el acaparamiento
torio de esa satisfacción. De hecho, aunque la moderrndad ya
del ~oce por aquellos que acumulan sobre los hombros de los
esté modulada por la condición posmoderna, muchas de las con-
demas las cargas de la necesidad?
tradicciones que actualmente insisten no son. otra .cosa que el
resultado de las tensiones lógicas entre las ex1gen.c1ashomoge-
neizantes del capital y las tradiciones jerárquicas burguesas.
Nuevas identidadesconstruidassegún los modosde gozar
, ~~te es \m principio de explotación esclarecido por el psicoa-
Precariedad
y contingenciahistóricade la Ley nahs1s, tan unportan.te como la moderna extracción de plusvalía.
De lo que se ~esp?J~ a las multitudes es de la posibilidad de
Dicho todo esto, una vez más se podría afirmar que la antici-
hacer l~ expenencia m~onsci~nte del vacío de la Cosa, que el
pación freudiana es pesimis~a'. ~ard~,o temprano cualquiera sea
superyo colma con su circularidad pulsional. Las nuevas identi-
et tiempo histórico de una c1vil1zac1on,la Ley mostrará su t~sco
dades construid~s ahora según los modos de gozar, dan ejemplo
despotismo, el que impone exigencias que superan la cai:a.c,dad
sobre esta cuestión. Por otra parte, las apelaciones de los filóso-
de obedecer. Pero hay que subrayar que en el legado po~1h~ode
f~s contemporáneos a la estética de la existencia, a los relatos iró-
Freud, en esa ambivalencia con la Ley, no hay solo p~s1m1smo.
mcos de uno mismo, las llamadas a darnos nuestra propia iden-
Al fin y al cabo, si la Ley fuera trascendente y desinteresada
PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ...
JORGE ALEMÁN
62
El szg
. lo XXI parecepreferirqu~hayapsicmm,flbil.~
tidad en un uso de los placeres, son aún prefreudianas¡ las mis- Y no psicoanalistas
mas siguen confinadas, a veces de un modo más sutil que otro,
en la oposición Poder-Expresión que antes mencionainos y que, He aquí, presentado en su carácter ,
como señalamos, Freud había desmontado. Freud. Mientras, la cultura del . l mas extremo, el fogndo dti
psicoanálisis y no psicoanalista:t~:~• darece preferir ()lit! h11y11
sea un texto más de la industria,cultural e ~tro modo'. quo Pruud
La vida soloes soportablesi se inventa soporte neuronal de la ética y d t d ;me~tras se mwstlgD l!l
una nuevarelacióncon el superyó investigación científica que inte et o os os irnp~Isos humanos,
yó, borrando la frontera entr:1 :1e:n:~n~ posttgar al super-
En uno de los estudios sobre "El yo y el ello", Freud establece ª Y e ser parlante. .
¿Alguien podrá imagi·nar que, nuevos 1mperativ
.
la diferencia entre la melancolía y la obsesión a la luz de la exi- esa frontera es def· ·t· os se preparan s1
m1 1vamente borrad ? E t · ·
gencia superyoica. Mientras en la obsesión el yo está muy próxi- les tal vez expliquen ,J ª· s os itmernrios actua-
mo a las fijaciones pulsionales que amenazan con contaminarlo, culminante de su re:O~:o~:i;~!u;~;acan; en el momento más
en la melancolía en cambio el yo ha sido ganado definitivamente neo, pronosticaba un . •. . o pensador contemporá-
por la libido y se ha vuelto indigno de vivir. De este modo Freud sabía que transformar~º;:eru; maerto para el_psicoanálisis; él
hace ingresar a la vida como una categoría política que la
Modernidad nunca supo discernir. La vida solo es soportable si se
ducido por la lógica del ma~~sta:
d e una apuesta may
1
~~7:
, 1.
;i:~ 1~:a~~~:e::: da·slopro-
, 1 poner
inventa una relación nueva con el superyó, si logramos transfor- psícEoan~listas dispo::a~u~e nr::r:~~ ~:::gs~:~:Je:;alos propios
mar la lógica amorosa que sostiene al superyó, al pasar por la gra-
mática pulsional del inconsciente. En definitiva si en cada t.mo se
inventa una Ley que desmonte el artilugio del superyó. "Hombre
1emgma político de la Le
psicoanalistas aún custodian y~::::tªf
f · d ·
~ por Freud y que los
suficientes frente a la arrogancia comp:lsi:ac~~l oednd~á er. armas
con días de fiesta y luto propios", afirmaba Nietzsche, y la obra de
Freud es una respuesta. El psicoanálisis en su experiencia es el
custodio de este e1úgma político. ¿Es posible o no transformar la
relación con la Ley a favor de .ma causa distinta al mandato
superyoico? ¿Es el No-Todo propio de la lógica femenina una res-
puesta al carácter mortificante de la Ley? La invocación tan per-
manente en la filosofía contemporánea a un Dios que por fin quie-
re amigos y no siervos, un Dios hospitalario que no busque
culpables, un Otro que siempre reserve un lugar para lo singular,
¿no es la forma teórica que esconde una demanda ingenua dirigi-
da al superyó para que afloje su tenaza? Dioses que no desean
encontrarnos culpables, textos indeddibles y abiertos a las lectu-
ras infinitas, "cuidados de sí" sabios que administran el gobierno
de uno mismo, aperturas al Otro, construcciones de identidades
desprovistas de coerción, relatos irónicos, acontecimientos que se
librarían de la repetición. Todos estos filosofemas, muestran que
la filosofía contemporánea es un mensaje destinado al superyó y
el siglo XX, lo sepa o no, es una indagación sobre la subjetividad
masoquista y sus coartadas espirituales.
Lógica lacanian a:
un caso de la escritura psicoanalítica *

Introducción
Es un hecho admitid o que lo que caracteriza a la ciencia, en
sentido moderno , es la presencia en sus constn1cciones teórjcas
de un a escritur a hecha de núm eros, letras y grafos que cumpl en
con la función ontológica de determinar lo real, organizarlo en
función del cálculo, elaborar su estructura inteligible y, por fin,
garantizar una transmisión del saber libre de impurezas y defor-
maciones del sentid o. En suma, la ciencia moderna alberga el
pro pó sito de construir una escritura que se libere definitivamen-
te de los efectos retóricos de la palabra. Nos proponemos , en
cambio, mostrar que el psicoanálisis, si bien ha logrado conqui s-
tar un tipo esp ecial de escritura , en algunos aspectos semejante
a Ja escritur a científica, ella mantiene con lo real unas relacion es
paradójicas y de un a complejidad original, que la diferencian del
proyecto científico.
De en trada observaremos algunas de sus cond iciones fund a-
mentales. Si bien el psicoanális is de orientació n lacanian a no es
matematizable en el sen tido de la ciencia, sin embargo la fre-
cuente utilización de escrituras, que Lacan denomina matema s,
la elab oración incluso de un álgebra y una lógica y la apelación
a diversas escrituras topológic as, podrían llevar a pensar que
sería posible obtener algunas formalizaciones parciales en lo qu e
constituye su camp o.
Por el contrario, más que tratarse del discurso analítico como
un saber no del todo ma tematizable, queremos subrayar espe -

• Este texto se red actó conjunt amente con Sergio lar riera (1986)
JORGE AL!::MÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 67
66
cialmente que es el mismo materna, como caso .particular de.la de con su esfuerzo de decir psicoanéllíticamente el psicoanálisis.
escritura psicoanalítica, el que no es del todo, s1 se nos permite Su escritura, lo que Lacan ha denominado mathemas,surge allí
la expresión, "formal". Es en el núcleo mis~o del matem~ dond.e donde el medio-decir de la verdad tropieza con la imposibilidad
se destruye la posibilidad de una operaoón f~rmal wuv~rs~h- de lo real. Es imposible, psiconalíticamente hablando, que la ver-
zante. Se presenta, así, un caso ejemplar de escnt~ra, q~e s1 bien dad se complemente con lo real, que verdad y real constituyan
se ofrece a la transmisión de inspiración matemática, sm embar- Lma totalidad. Por el contrario, la verdad, que solo puede decir-
go no puede desentenderse de ese carácter fundamental que, se a medias, tiene como límite el goce, siendo el goce lo real en
utilizando una expresión lacaniana, denominaremos "no todo". psicoanálisis.
De este modo resulta que el saber psicoanalítico, más que cons- Consideramos que presentar muy suscintamente algunas
tituir un saber que no se puede formalizar del todo, ha hecho cuestiones de esta escritura resulta pertinente. Puede ser más
surgir una escritura que está construida de tell modo que, en ilustrativo mostrar cuáles son las consecuencias del descubri-
cada uno de sus términos, siempre se sustrae a todo proyecto miento freudiano sobre la propia escritura del psicoanálisis, que
totalizante. Por lo tanto, la escritura psicoanalítica mantiene un formular la que podría llegar a ser una teoría psicoanalítica de la
parentesco con la escritura científica; sus maternas pasan de una escritura.
lengua a otra sin deformación. Pero, ahondan~o en su co~~truc- Para ello hemos escogido dos o tres páginas de un escrito de
ción peculiar, la vemos afectada por una sene de cond~c1ones Lacan 1 que nos parece paradigmático. Allí analiza un ejercicio
que le otorgan su especificidad, separándola de lo ~ue sen~ cu~~- gramatical y lógico mediante el cual arriba a la demostración de
quier comportamiento paradigmático en las escrituras c1entifi- que no hay metalenguaje. La originalidad de este texto no estri-
cas. El materna analítico, que puede pasar de una lengua a otra ba precis<1mente en tal demostración. Recordar las críticas de
es, sin embargo, inseparable de los dichos a los que con~~ca; Koyré a la teoría de los tipos de Bertrand Russell, o la refutación
materna y dichos se copertenecen impidiendo toda estratifica- dd metalenguaje que han hecho Heidegger en filosofía y García
ción de la teoría, hasta el punto de anular la diferencia entre la Calvo en gramáticél. Para ninguno de estos autores hay metalen-
teoría y la práctica. .. guaje. Lo importante dentro del Célmpodel psicoanálisis son las
Se podría argumentar, entonces, que. estam~s. adnutiend? de consecuencias que se derivan del modo en que Lacan lo demues-
entrada una falencia de la escritura ps1coanahhca, un caracter tra. En efecto, de ello extrae consecuencias lógicas que podrían
deficitario que la tornaría inoperante. Por el contrario, nuestro fonnularse en los siguientes términos: "No hay universal que no
propósito es mostrar que no solo no se tr~ta de ningún déficit, tenga como límite a w1a existencia que lo niega". Esto, en la lógi-
sino que, gracias a la invención de esa escntura, se pueden apre- ca que el psicoanálisis denomina "de la sexuación", confronta a
ciar las verdaderas condiciones que lo real le impone a la verdad la parte hombre y a la parte mujer con un hecho incontroverti-
que se construye con lo simbólico. Estas co~diciones s?~tres, y ble: "No hay relación sexual".
determinan tanto la emergencia como el caracter espec1f1code la Estas tres negaciones, la del metalenguaje, la del universal y
escritura psicoanalítica: la de la relación sexual, son tres hechos de escritura consustan-
ciales del psicoanálisis. En este artículo nos limitaremos a pre-
No hay metalenguaje.
sentar el desarrollo que Lacan efectúa en el texto citado, y su
No hay universal que no tenga como límite a una excep-
relación con la escritura del psicoanálisis, así como sus conse-
ción que lo niega. cuencias para la escritura en general.
- No hay relación sexual.
Estas tres condiciones constituyen la causa y a la vez la com-
L'Etourdit.Este es un término acuñado por lacan que posee tres signifi-
posibilidad del materna lacaniano, propio de la incompletud Y la caciones: el atolondrado, el atolondradito, el ;;itolondradicho, las vueltas
inconsistencia de los postulados psicoanalíticos. dichas, que en francés son homofónicas: l'etourdi,l'etourdit,les toursdits,
La escritura alcanza en Jacques Lacan una complejidad a cor- respectivamente (Escansión,N" 1, Paidós, Bs.As., 1984).
JORGE ALEM ÁN PARA UNA IZQUIER DA LACANIANA ... 69
68
No hay metalenguaje casos, el decir queda olvidado tras el dicho". Por eso Lacan dice
que por el hecho de producirse en una forma urú versal, el enun-
La presentación del problema Lacan la _realiza escribi en do ciado "parece de aserción". Pero en realidad , tal como la frase 2
do s frases. La primera de ellas es un enunciado que cumple la asegura en su segundo tiempo, es modal existe ncial, pues está
función de objeto de una segun da frase. El trabaj o de la segunda modu~ada en subjuntivo. El subjuntivo, el "que se diga", es en ese
frase sobre la primera sería una oper ación rnetalingüístíca , a los enunciado un real de la gramática. El subjuntivo es un problema
fines de dar cuenta de ella . a I~ hora de fo~1:1alizarun enunci ado, un real que se resiste a las
lógicas propos1oonal es. Por eso el enunciado en cuesti ón resulta
ser, más _alláde la ~pariencia, ~odal existencial. Hay que formali-
zarlo baJo otra lógica, una lógica modal que sí puede dar cuenta
Primerafrase:
del subj~tivo,_ pero a co~t~ de perder la verdad. Pues la lógica
queda olvidado mo d~l extstenc1al no se dan.me, como la lógica proposicional, en
Que se dig a
en lo que se oye. tén runos de verdadero o falso, o en términos de emmci ado bien
Tras lo que se dice
formado o mal formado , como la lógica de enunciados. Al ser
poliv~ente (universa~, existente y vacío), la lógica mod al queda
excl uida del plano téhco, de los valores verit ativos .
Segundafrase:
En sínt esis, la segunda frase, al afirmar que la frase 1 es modal
Este enunciado que parece. de aserción por existencial, lo que está ~aci~do es negarle la verdad. Es el precio
Tiempo 1
de pasar, en una form ahza oón, de una lógica bival ente a una poli -
1producirse en una forma umv ersal, vale nte. Acotemos qu e así qued a intr oduci do lo que los lógicos
es de h echo modal, existencial co~o tal: el den o~an "el probl ema ontoló gico", algo extralógico. Al menos
Tiempo 2
subjuntivo con que se mo dula su su1eto lo tes- así ha sido para el lóg ico positivista , cuyo proyecto consistió en
separ ar de man_:ra radical l~gica y o~tología. Aun que, al respec-
1 timoni a.
to, A~fredo Dean o_ha soste mdo qu e mnguna lógica, rú siquier a la
Inmediatamente de presentadas las dos fras es, Lacan d efine asertiva o .cah.~?onal, escapa al problema de la ontología, al cual
cuál es el objetivo. Dice que se tratará de demostrar, anali zan do arrastra rustóncament e2. El cuantificador existencial propio del
la relación de significación que hay entre amba s frases, cuál es el "exist e" se opone a lo "categórico " de la lógica proposicional. A
sentido que toman con el discurso analí tico. ~e_amos qu e L~can es te probl ema .ontológico apwlta Lacan al afirmar en la segunda
establece una tajante dif erenciación entr e sigmfi cado y sentido. frase que la primera es modal existen cial. Mostra remos más ade-
¿Qué relaciones de significa ción se establecen entre estas dos lant.e _cómoLacan j~ega con la posibilidad de transformar las pro-
frases ? Al tomar a la frase 1 como objeto, la frase 2 trata de for- pos10ones categóricas en proposiciones existencial es, a propósito
malizarla lógicamente. Notamos que la fras e 2 asegura que .la de lo que él denominó "fórmula s cuánticas de la sexuación". En
frase 1 es un enun ciado solo en apari encia asertivo , por producir- este pulso con la lógic a, Lacan pon e a la gram áti ca com o midien-
se en una forma uni versa l. Pero para ser efectivamente asertivo, do fuerzas y ~eb~dades de las lógicas que de ella se derivan, por-
este enunciado debiera haber establ ecido: ''En todos los casos ... el que la gramática tiene como obstáculo a la lengua; la gramática no
decir queda olvida do ... " . El "que se dig a" está referido al hech o elude, como las lógica s, ese imposible, ese real que es la lengua.
de que haya decir. Y la parte final de la frase: "Lo que se dice_en lo De allí el pr oblema del su bjuntivo , en el cual se modula el sujeto
que se oye", constituye el dicho. El dicho es aq~ello qu: se dice en de la primera frase: "que se diga".
lo que se oy e, pero tras el dicho queda el d_ec1r, el ol~1do de que
hay decir. Para darle al en unciad o el caracter ase rtivo (que la 2
segunda frase le niega) tendría que haber sido: "En todos los DEAÑO,Alfredo: Las concepcionesde la lógica,Tauru s, Madrid, 1980.
JO RGE ALEM ÁN PA RA UNA IZQ UIE RDA LACANI ANA. ..
70 11
Has ta aquí, las operaciones descriptas, mediante las ?1ale~ la dos~ p7:opiodeci~(el de lafrase 2) comoinexistente,puesto cru
~/11tl11
_,
segun da fra se ha llegado a est~bl~-~e~que la primera es exist~ o al, movumento consiste en oponerverdady existencia.
cons tituyen un trabajo metalmgw shco . La segun ~a frase dice lo
que es la primera. Pero a continua ción Laca~ sos tiene q~e esto es
solo apariencia, pues la primerafrase, que parecieraser el o~¡etode la No hay universal que no tenga comolímite
segunda, hacenen realidad quea esta seg11_nda la ,alcancen_los efectosde a una existenciaque lo niega
1
la enunciación. "Que se diga queda olvidado , se o~vida qu e para
que la segu nda frase (asertiva en sí mis ma, pu es d1ee lo qu~ es la Del raz onamie nto anterior , merced al cual Lacan ha mostra-
primera) sea verdadera , hay que decirla. No hay metale~gu.a1e,por- ~o que no hay ~1.etale~g uaje, se der iva una consecuencia esp ecí-
que, por f ormaly abstractoque sea,sin embargoes n~ que haya ficamente lacaru ana. Dice Lacan a contin ución d el párrafo citado
decir, que esa formulación se diga. Tras las foi:n ulac1ones me talin- anteri ormente: "Si se extiend e este proc eso, nace la fórm ula, mía,
gi.tisticas de la segunda f_rase ha qu eda do olvid ado que a esas for- de que no hay uni versal que no tenga que conten erse con una
mu laciones hay que decirlas. . existe ncia qu e lo n iega. Así, el ester eotipo de qu e todo ho mbre es
"Pues insisto en ello una vez más, no hay metalenguajetal que morta l no se ~uncia desde ning un a p arte. La lógica qu e le p one
alguna de las lógicas, por armar se de la pro posi ción, lo pu ed~ fecha no es smo la de una filosofía que simu la esa nul a ubicui -
usar de bá culo [ ... J, y si alguien cree poder encontrarl o en m~ dad (nullibiquité), ese hacer de coartada par a lo qu e denomino
refere ncia al discu rso, lo refut o, porqu e la frase que p are~e ~~ discur so del amo ".
ser el objeto de la segunda, no por ello se aplica me nos s1gnili- Si la lógicasimula un enunciardesde ninguna parte, es a losfines
cativamen te a ésta. de ocultar ~lgo. Se pon~así al servíci~de o~ultarque un enunciadohay
"Pues esta segunda , que se la d iga queda olvidado tras lo que que enunciarlo. La lógica del enunciadosirve de coartadaal discurso
se dice . y ello, d e modo tanto m ás impre sionan te c?~º q ue es del amo, sustrayendo el hecho de que hay enunciación. El enunciado
asertiv a, sin remis ión, hasta el punto de ser tau tolog1ca en las apm:_ece como~ro~ucidosin ni~gún tipo de enunciaciónque lo afecte.
pru ebas que ofrece -al denunci ar en la pri mera su sem~la nte, El qu e se d iga queda olvidado. Tal olvido es el rechazo del
pos tula su pro pio deci r como ine xistente, ya qu e al cue stionar a sujeto, es la pretensión de un discurso sí,i sujeto.
ésta como dicho de verdad, a la existencia hace respon der de s~ . "No hay pues , univ ersal que no se redu zca a lo po sible' ',
decir, y no porqu e haga existir este d~ r, y~ ~ue solo lo denm ru- sigue Lacan . En este punto la coincid encia con J. L. Borges es
na sino p orque le ni ega la verd ad- sm decir . no tabl e. En el poe ma Alguien (una existencia, acotemos) expre sa
'Al den om inar a la frase 1 como modal existenci~l, la frase 2 en los p rim eros versos:
le nie ga la verda d, postula que la frase 1 n o es un dich o de ver-
dad. ¿Qué responde ento n ces por el decir de la frase _1, ya que ~o "Un homb re trabajado por el tiempo,
es un dich o de verd ad? La existencia. Existe un decir, h ay d_e~r. un hombre qu e ni siquie ra espera la muerte
Eso quiere d ecir que la frase 1 cuando la frase 2 la .hace ~x1st1r. (las pru ebas de la m uerte son estadísti cas
Pues "la enunci ación de la frase 1 es momen to de ex1stenc 1a, que y nad ie hay qu e no corra el albur
situa d a desd e el discurso ex-siste a la verdad". de ser el primer inm ort al) ... ".3
Todo el p roblem a está en el pasaj e d e~ =dich~ de verd ad ''
(lógica propo sicional) a la "exíste cia ~el decir (lógica m od al). La ''Por más que se la postule univ ersal, la m uerte nu nca deja de
oposición verdad-existenciasurge comoirreb_asable:110puedo ~segurar ser más que posibl e", sostiene Lacan.
verdadesde un casode existencía.Lo esenaal a reten er aqw es que
la frase 2 hace existir n la frase 1 al ne garle la verd ad. La conse-
cuenciade esto es que la frase 2, que es asertiva, y por lo tanto verda-
3
dera,al atribuir existenciaal decirde lafrase 1, está a la vez postulan- BoRCES, Jorge Luis: ObrasCompletas, Emecé, Bs.As., 1987.
JORGE ALEMÁN PA RA UNA IZQUIERDA LACAN IANA ... 73
72

He mos visto que el enunci ado (frase 1) se ha resist~do a los ren cia lingü ística entre amb os sujetos: el del enunci ado y el de la
intentos de estr atificación. Pues a todo lo que hemos dicho hay enunciación. El sujeto que se revela en la experiencia analítica es
que ag regar lo que Lacan conside ra la refutación de los intent os un a respu esta de lo real; por lo tanto no puede ser nombrado, no
transfo rmacion ales. Sostiene al respecto que el "en lo que se hay nombre para el ser del sujeto. Si aparec e bajo un significan-
oye" de la frase 1 emp alma asimismo con la existenc~a des:t,aca- te que lo r_epresen_ta,desaparece bajo el otro signifi cante que aún
da por la frase 2, al afirmar ésta que la frase 1 es existencial, .Y no ha verudo al discurso. Es una represent ación ent re significan -
también con el "lo que se dice", que la misma frase 1 de nunci a tes y no ~ a re~r~sentación entre sujetos. Esta división del suje-
como cubriendo ese resto del "queda olvidado tras .. .". to del ps1coanábs1s produce un resto, que e$ el objeto. Alrededor
Por todo esto, resul ta imposible estr atificar el enunci ado de la del objeto gira el deseo.
frase t. Unas part es del enunciad o implican a otr as, las borr an, Lo dich ~ siempr e es pos tulado como verdad. Pero para decir
vuelv en sobre ellas. En este modo de present arse el enunciad o, la verdad siempre faltan palabras. Hay allí un imposible al cual
resulta imposible que fructifique el intento de red ucirlo ª.dis~in- ~acan _le atribuye una fun ción esenci al: es justam en te por ese
tos niveles de transformación. Hemo s dicho que el subj untivo imp osible que la verdad sostiene lo real. Ese real es el lími te de
constituía un real de la gram ática, algo irreductible, algo del la verdad . Hemos insisti do en que los dich os, en tanto enuncia-
orden de lo imposible . La gra mática se ocupa de estu diar y cla- dos verdaderos, deben pa sar al decir, a consecuencia de lo cual
sificar las mod alidad es del subjuntivo, pero el intento de llevar queda ba establecid a la tajan te dí visión entr e la verd ad del dicho
el subjuntivo a una formulación en términ os de lógica propo si- y la cuestión de la existencia, en tan to el decir ex- siste al dicho .
cional fracasa. No se presta, como el indicativo, a tal tipo de De donde se sigue que el decir por ex- sistir a la verd ad, no es de
escritura. Ya hemos comentado cómo de tal impassesurgen las la dimensión de la misma. Al afirma r esto, Lacan realiza un
lógicas modal es. Pero pod ría objetarse que el mencio nado fra ca- juego de pa labras: " .. .le dire ne s'y cou.pleque d'y ex-s ister, sois de
so al confront arse con lo real de la lengua no se deb ería a otra n._'etr~pas 1e la ditmension de la verité"4• De allí que, más allá de las
cosa que a una mala estratificación de los nivel es del enunciado . s1gruf1Cac1o nes que resultan de la ap licación recípro ca de la pri-
Una insuficiencia instrument al que conduciría a una inadecu ada mera y segunda frase que hemos veni do considerando , Lacan
estratificación de los niveles de análisis. En este senti do, pod ría apu nte al soste ner: " ... nad a escond e tanto como lo que revela,
sosteners e que toda ambigü eda d o ma lentendido en la len gua que la verd ad, alhueía=Verborgenheit'', en una declarada coici-
qued aría resuelto mediante las tran sformaciones que permiti- d_encia con Heideg ger5. En esos término s se resuelve la oposi-
rían h allar la estructura profunda. Así, todo tipo de enunciado ción pla nte ada por ta can en tre la significación y el sentid o. El
podría analiz arse transform acionalm ente, eliminando cualqu ier sen tido es este límit e, esta dimensión de ocultamiento irreb asa-
tipo de malentendid o. . . . ble sostenid o como imposi bilidad por el desocultamiento de los
A los ejemplo s que Lacan propon e es 1mpos1blea:phca~les l~s dich os de verdad (los med idiodich os). Sí la significación es de
regla s de tr ansformación . Todoenunciado , .en.tanto dicho, 1mpl1c~ dit-mension (dimensi ón) de la verdad , el sent ido ex-siste a la sig-
necesariamente que se lo diga,quehayaenuncumó n. Es lo que se olvi- nificación.
da, que la utilizaciónde la lengua comúnpara la comunicaciónde cual-
quier formalización implica un pasaje del I_enguaj~al discur:º·
Cua ndo el lenguaje formal pasa a ser comuni cado, mgresa al dis-
curso. Y los efectos de la lengua común exceden lo previsto por 4
Aquí_L~can jue ga c_onla h~m ofon ía de dim ensión / dit-me11s ío11,pal abra
las lógicas proposicionales y modale s, lo capta do_por las ?ramá- es ta última que reu ne el d icho con la ma nsi ón, de dond e la d imens ión
ticas, lo calculado por las lingüísticas, al diferen ciar el suJeto del pru pia del hablante de be en tende rse como morada del di cho: el hab la n-
enunciado y el sujeto de la enunciaci ón. te mora en el dicho .
En relación a esta última cuestión, aclaremos que Lacan cuan- 5 Esta fórmu la parad oja! la hem os anali zado en Lnca11:Heidegger. Un decir
do postula el olvido del "que se diga", no está apelan do a la dile- menos tonto, Edicion es CT.P., Madrid , 1990.
JORGEAL EMÁN PARA UNA IZQU lERDA LACAN JANA ... 75
74

No hay relación sexual sid ad. La dem and a es incondicion ada. Pe ro esas pa rticul arida-
de s, abolidas por la dem anda de amor, reaparecen más a1lá de
La práctica del psicoaná lisis ha pu esto en evidencia una rela- ella. Hay un má s allá de la demanda que es el deseo . El dese o,
ción del sujeto con el falo, que se establece independientemente de la absolutamente cond icionado, sus tituye a lo incondicionado de
diferenciaanatómicade los sexos. Antes de entrar de lleno en los la demanda. Lacan expre sa esto en términos de una diferencia:
matern as lacanian os que escrib en esta cuestión, será necesari o la que resu lta de sust raerl e a la demanda de amor el apetito de
un pequeño excursus pa ra sinte tizar lo qu e el psi coanálisi s sat isfacción; esa d iferencia es el deseo .
entiend e por falo y cuáles son los alcances d e la castra ción. Pu es "De allí que el sujeto y el Otro, para cada uno de los partici -
el falo no se confunde con el órgano del mach o qu e le ap orta su pant es en el acto sexual, no pu edan bast arse por ser sujeto s de la
imag en. El falo, por lo tanto, no es el pene, sino el significan te del ne cesidad ni objetos del amor, sino qu e deb en ocup ar el lugar de
deseo. La no ción del deseo se recorta sobre el fondo de la causa del deseo". Ahí, en el campodel deseo,en la hianciaqu.einsta-
demanda de amor, diferenciándose ambas a su vez d e la satis- l~ el surgimiento del sujeto en el significate, en esa hendijaentre nece-
facción de las necesidades. sidad y demanda, hay un significante privilegiado: el Jalo.
El surg imiento del falo como significante del deseo se produ- ¿Por qué hablar de falo y no de pene? Porque no se trata de
ce tem pranam ente en la obra de Lacan, organi zando los prim e- ~n a !~rma, tma imagen o una fant asía sino de un signi ficante: el
ros añ os del retorn o a Freud por él propu esto . Pero es en torn o a significante del de seo. Lacan desta ca que los griego s no lo rep re-
1972, fecha del escrito qu e constituye la perm anente referen cia sentab an como un órgan o, sino como una insignia. Por eso, en
de este trabajo , cuan do la escritura cul mina en las "fórmul as las vicisitu des de la castración, el falo qu eda mar cado. En esa
cuánticas de la sexuación" que po nen en relación la pa rte mach o relación d el deseo con la ma rca, la castración se imagin ariza
y la parte hemb ra del ser habl ante, es decir, los mod os de situar- como amenaza sobre el órgano en el varón y como nosta lgia del
se, en tanto habla nte, en relación al falo, dánd ose una ide ntid ad órgan o en la muj er. Si el deseo de la mad re es el falo, el niño
sexu al. Cons ideramos que estas fórmulas son ejempl ares de lo qu iere ser el falo, cons tituyendo esto la falta-en-ser. Por tratar se
que hem os aseve rad o en la introducción respec to del ma terna del falo, ning ún órgano que el niñ o tenga puede satis facer esa
como no- todo . demanda que el Otro le hace, y qu e es la prueba de que el Otro
Necesida d, demanda y de seo deben ser pensados en la rela- de sea; de allí que lo de cisivo no es qu e el sujeto ten ga o no teng a
ción primordial que se establ ece con el Otro, que ap arece inv es- un órgano: lo decis ivo es que la madre no tiene falo.
tido del poder de sati sfacer las necesid ades o de priv ar de satis- La falta-en-ten er (amen aza sobre el órgano y nostalgia del
facción. El ap etito de satisfacción de las ne cesid ade s queda así ~rga no) cond ena al sujeto a un parecer el falo, p rotegiendo el
articulado necesariam ente bajo la form a de una demanda dirigi- organ? de la ~~enaza o enmasca rando la privación del órgano.
da al Otro. Pero la dem anda está referid a a otra cosa que a las Ba¡o el acap1te de ser o tener el falo, Lacan pon e a la función
satisfacciones de necesid ad es que reclama. Es demanda de pre- <I>x. Hemos llegad o, finalmente, a introducir este matern a del
sencia (o de ausencia). Es, en síntesis, demand a de amor. Anula falo, pudiendo ahora dirigirn os hacia las fórmulas cuánticas.
la par ticularid ad de todo lo concedido a un su pue sto sujeto de la Señal~mos de_paso que, como habíamos antici pad o, solo pudi -
necesidad , para tran sforma r esos dones concedido s en pru eba mos intro duci r este mate rna Jx tras una cantida d de dichos,
de amor. Por eso las sa tisfacciones de la ne cesid ad que fueren corrobora n do así que el mate rna en psicoanális is es un polo de
obtenidas, y en tanto no es d e eso de lo que se trata, se reduc en dichos qu e no se sosti enen sin de cir. Esta función fx supl e a la
a funcio na r aplastando la demanda de amor. O sea, que en el relación sexual. A dicha función los hablan tes le responde n por
amor, más qu e concede r don es que satisfagan necesida de s, el su modo d e hacer arg ume nto, es decir, por el modo en que cada
Otro pone en juego "el don de lo qu e no tiene". Vemos qu e la ser hablant e es argume nto de esa función.
demanda , por ser demanda de amor, no está condici on ada por La fun ción <P x está ind icando que hay goce sexual, lo cual
la par ticu laridad de los objetos que vendrían a satisfa cer la nece- quiere decir que se trata de gozar de un cuerpo. Gozar de un
...... _.,_, ___---- ···--- - ------- - ---

76 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA... 77

cuerpo es apretarlo, abra zarlo, d espedazarlo.~ ', la función. (J)x, dan do dí~ha vari able to talmen te especificada por la forma cuá-
remitiendo a ese goce sexual, establece la relac1on entr e dicho dru ple baJO la cual está planteada la relación del argumen to a la
goce y el signi ficante. La escritu ra (J)x est á den otand ~ lo qu e es fun ción.
el signifü:ante: un a x pa ra ambos sex~s. Peros. e podr~ayregun- Todo lo tocante aJ compl ejo de Edipo se res um e en esta lógi -
tar sobre el por qu é de esta ins iste ncia del ps1coanális1s en ese ca, por la cual un a existencia qu e niegue la función fálica es nece-
hecho, que no ha y relación, por qué _no podríamos, d~do qu~ e~ sari a para que sea p~sible establecer dicha función. En un punto
la leng ua disponemos de los términos hombrey mu;er, escnbt r de; disc u rso, una existencia tacha de falsa a la función fálica, y
lógicamente "x R y", asignan do 1~letra x_al ho~bre y la le;r a_y a as1 la hace posible.
la mujer, tal cual se hace en genética segun el tipo cromosom1co. Esto se escrib e mediante la correlación lógic a de dos fórmulas.
Pero para el ps ico an álisis, no es así. Escribir en esos términos es, La prir~1.era,'vx . ([)x qu iere decir que para todo x se cumpl e <l>x.
desde el psicoanálisis , un error. No ha y escrit ura pos ible, den tro En el discur so an alítico, esto dice que "todo sujeto, en cuant o tal,
de la lógica psico an alíti ca, aun cuando pueda ser cons ~dera~a ya que es eso lo que está en juego en este discurso, se inscribe en
una lógica inconsistente de la relación sexual: No h ~y 1.~cnp - la funci ón fálica p ar a obvia r la aus encia de relación sexu al".
ción inconsciente del significante hombre ru del s1gruficante La segunda, 3x . <l> x, indica que se da excepcionahnente el
muj er. Por lo cual no es p os ible escribir lógicamente u na rela ción caso en ~u~ exist~ una x para el cual la función (J>x,no se cumple.
entre ambos. . Esta ult u:1ª form ula pos tula la exist encia de un suje to a pa r-
Est o Lacan lo ha escrito de la siguiente manera: 3 f.(x.y), lo tir d e un de c.u que no a la función prop osicional <;l)x. Así, al todos
cual se lee : no existe fun ción tal que entr e x e y consti tuy a un a de 1 universal ar istot élica, Lacan lo modifica con el cuant or V
relación. Porque no tenemossignificantehombrey significantemujer, (para todo): Pero a es te "para todo" lo fu nd a en un a excepción
sino que solo tenemos un significante:el falo. Función delJalo,enton- que se escnbe ne gando la función, y que se muestra absoluta-
ces,que articulacastracióny diferenciaanatómicade los sexos, conec- ~e n:e dife rente de Jo qu e para Aristót eles es la par ticu lar. Esto
tandocon el gocesexualy con el deseo,El hacer las veces de argu- unplica wia profunda alteración en el punto d e p arti da de escr i-
men to de es ta fu nción com o p ar te fem enina y parte masculina tur a de las fórmulas cuánticas de la sexua ción, respecto del
par a cada ser parlante es su posibilidad de sexuación, d~ qué or~ en p~opues to rº.r la escr itur a medi ev al d el cuadrado lógico
mo do se van a in scribir en el discurso como hombres o muieres, aristo téli co. Esta ultima coloca en el punto inicial a la unive rsa l
dándose una id enti dad sexual mediante el es table cim ient o de afirm ativa, allí do nde Lacan escribe la excepci ón éunda nte.
esta relación con el falo.
Esta es la ver dad pr opia del discur so an alític o: todo aq ue llo
que entre hombres y mujeres se conoce como rela ción sexual , cae
Univ ersal
Afir mat iva
D
baj o la función fálica. Ahora bien, la función fálica <t> x no se ins-
tal a bajo la forma de un a universalida d que coloqu e a to~ os los
sere s hab lan tes bajo la ley del falo, sino que , en tan to func ión, se ~el lado de las mujeres, el modo de aceptar la castra ción, es
in stala m erced a tma existenci a que la niega. de~ir, el ~odo de su misión a la ley del falo, no es po stu land o la
Lacan utiliza los cuantores de la lógica (V y 3), y así como umv ers alid ad de la ley. Como las muj eres n o cons tituy en una
es crib e la función <t>xy su n!ga5ión <l> x, también escribe el clase, no se puede es~bir en psicoaná lisis "LA" mujer, pu esto
"t odo" y el "exist e'' ne gado s: (Vy 3 ). Como res ulta do de la p re- que LA mu¡er n o existe. Por ello, sol o se pu ede escribir !,A
sentación de la función y su negación, así como los dos cuanto- t~chan do el _LA..Se co.ns tituy e el uno de la escritura (y.A.)par-
res y sus respecti va s ne gacione s, obtiene, par a la x del sujeto que hendo de la inexistenc ia . Se puede comparar este procedimi ento
hace argumento de la fun ción, cuatro fórmulas en las cua les con la lógic a de Freg e, qu ien, al asignar al con cepto no idéntico
di cha x se especifica. Así, 3x, existe un x, y V x, para todo x. La x a sí mismo el número cero, puesto qu e dicho concept o no sub-
es aq uí la v ariabl e, a saber, lo que d a lu gar al argumento, qu e- sum e ning ún objeto, pos ibilit a qu e en un próximo p aso al plan-
78 JORGE ALEMÁN PARA UNA lZQUIERDA LACANIANA ... 79

tear el concepto de número cero, pueda asignarle el número uno S~bre esta ma triz se dan las identificaciones sexuale s, ind e-
(1), puesto qu e, ahora sí, el concepto subsume a un objeto: el pend1ent:mente d~ los sexos anatómicos de los sujetos. Pero
número cero (O).De allí qu e Lacan hable de este uno como "uno noso~ros mterru mpu em os aquí, pues ya hemos llegad o a donde
de la inexistencia". quena~os: a mostrar ~I mat~~~ como un caso de escritura psi-
Y esa es la manera qu e tienen las mujeres de colocarse bajo la coanabtJca en que la 1mpos1b1hdad esencial excava al núsmo
ley del falo, mediante este u no de la inexistencia introducido ~atema. En las fórmulas cuántic as de la sexuación se juegan
como neg ación de la existen.da: $x . fx, no existe uno que diga ciertas oper aciones lógicas, de tal modo que se fragmenta se
no a la ley del falo. Doble negación: del argu ment o y la función. rom pe, la idea d e Uno. '
Pero en un a muj er no todo cae bajo la ley fálica. Algo en ella, Un materna es lo que propiamente y solo se enseña: no se
más allá del falo, se muestra como un goce Otro que no se pu ede en seña má s que el Uno. Cada discurso, en últ ima instancia,
decir. Esto se escribe mediant e la negación del cuantor ": tra nsmite su Uno.
D:sde el momento en que el discurso an alítico abord ó estas
Vx . <l>
x cuestiones, ''postuló que la condición de lo escrito se sustenta
:º n un disc~trso"~ ~ en ese discurso (analítico) se demuestra qu e
En est e caso, ~s el go ce Otro el que tiene por límite a la fun- Jamás podra escnb1rse la relación sexual, en tanto " ... un verda-
ción fálica. Es un goce más allá del falo, pero en relación a él. d ero escrito es lo que del lenguaje se condiciona media nte u n
Vx . <l>x,la muj er es no-toda, es )á\ mujer. Las mujeres lo son una discurso". La letra es efecto de discur so.
por una, no hay "todas las mujeres". Siempre hay en ellas lo que Llevadas las cosas hasta este punto, se comprenderá qu e, un a
goz a más allá del falo. ve~ ~ue se acepta el "Qu ~ se diga queda olvidado ... ", el psicoa-
Vemos, en cons ecuencia, qu e el Uno total izador del V x . <l> x n álisis _?Ued a llegar a afirmar que las escrit ur as en general no
está, en ver da d, fundad o en una excepción que lo niega en cuan- son mas qu e el efecto de una imposibilidad: escribir la relación
to a función (3x . cJ;,x),y está negado en tanto Uno del otro lado sexual.
de la fórmula, el lado derecho , qu e corresponde a la p arte hem-
bra.
El Uno totalizador, el Uno de EL hombre, se revela a la luz del
psicoanálisis negado cada vez po r un a mujer y, para colmo, la
función fálica solo se establece por un mito , por una existen cia
que la niega. Esta existencia mítica es la d el Pad re goza dor de
todas las mujeres , un Padre que escapa a la ley del falo-castra-
ción . En sínt esis, para Lacan, un a figura payasesca, no por la
omnipotencia d e gozar de todas, sino por la estupi dez de su po-
ner que haya " tod as".
Dispuestas en el cuadro lacaniano, las cuatro fórmulas se dis-
tribuyen dos a la izq uierda, lado macho, y dos a la der echa, lado
hembra:

3x. cJ;>x 3x. <I>x


V x. <bx V x . <l>x
-
Tesis sobre la institución:
la confusión sobre el cero

"Hay aquí un capítulo que ch~Hglnnrí!


como la confusión sobre el cero".
Jacquus Lncm,
"Prop osición del 9 de octubre de 1967"

Intentaremos a continuación construir una pre gun t.i qu e una


vez más está dirigida al texto de la "Proposició n del 9 de octubre
de 1967 ...". En este caso se trata de indagar qué "teoría de la ins-
titu ción" encontra mo s, al menos en ciern es, en el desarrollo de
la "Proposición ...". A efectos de logra r const rui r de un modo
mínimo la "teoría de la institución" , subyacent e a la ''Prop o-
sición ...", nos veremos abocados a deslizarnos po r los distin tos
enunci ados de la misma, reiterarlos aquí, y detenernos en uno
esp ecialmente, qu e tanto por su estilo impac tant e como por su
pot encia argumental, mer ecerá un a atención especial en nues tro
desarrollo. Es ya sabido que un o de los aspectos fundamentales
de la "Proposición ..." ha sido desentra ñar la funci ón del sujeto
sup uesto sabe r en la trans ferencia, pre sentar a esta función en la
form a de un algoritmo y a su vez dilucidar el carácter de "agal -
ma" propi o del an alista en la dirección de la cura. Una vez reali-
zad os estos pasos, la "Proposición ..." se vu elca sobre un punto
qu e considera decisivo en cuanto a lo que debe ser una Escuela
de psicoan álisis y la "forma" que la misma de be asumir . En pal a-
br as del propi o Lacan: "En esta elección, el lugar del no saber es
central". Nos reser varemos una cierta perplejidad con respe cto a
este enunci ado lacania no¡ la Escuela, término clásico que desig-
na el lugar do nde se produ ce y acumula, se archiva y se trans-

"' Este texto ha sido pu blicado previam enl·e en los Cuadernos Andaluces
, en 1986.
de Psicoa11álísis
LACAN, J.: "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoan a-
lista en la Escuel a", en: Momentos crucialesde la experiencia anal(tica,
Man antial , Bs.As., 1991.
82 JORGE ALEMÁN PA RA UNA IZQUIE RDA LACA NIA NA ... 83

mite el saber, en cambio, en el caso del ps icoanálisis debe asig - s~bé~' un lugar central. Entre la "Escuela" y el no saber de la expe-
narle un lugar central al "no saber" . Al filo de la sorpresa que el rHm~1a~hay una "copcrt,menda" gL1ehace posible la producción
texto nos ofrece, inevitablemente surge la pregunta: ¿cuál es el d.el uruco saber oportuno. ~r ía éste uno de los modos de implicn-
rasg o o cualidad que pueda atri buirse a este "no s~ber"? ¿O s_e c16n entre el análisis en intensión y en extensión.
trata acaso de tma pura negatividad , ínabarcabl e, e maprehens1- A partir de este recorrido nos encon tramo s en la "Propo-
ble par a todo discurso? Si así fuera, ¿cómo es que pr opone una sición ..." con el enu nciado funda mental al que an tes aludíamos.
Escuela en don de "el lugar del no saber es centr al"? Declinar las Más allá de su carácter un tanto provocador, es en su enuncia-
distinta s consecuencias de esta pregun ta, es lo que la "Proposi - ción, dond e nos p arece que se encuentra bajo su forma mínima
ción ..." realiza a partir de aquí. Los caminos que ella surca, cons- la posible "teoría de la institución ".
tituyen un hito his tórico no solo para el psicoanálisis sino tam- "Para referim os a lo real de la experiencia sup uestamente
bién para el pensamient o contemporán eo. Recordemos t~ so~o revelable en la fun ción de las sociedades, encontremos alú la
lo que la "Prop osición ..." incluye como reflexión sobre la c1encta for~ a de entend er ~or qué razón, seres que se distinguen por la
en el reordenamiento de la vid a moderna. Por nuestra parte, nos nulidad del pensa nuento, reconocida por todos y adm itida como
limi taremos a seguir uno de los caminos propu estos que permi- de he;~º en las conversaciones corrientes (esto es lo importante) ,
tan orienta mo s en esta cuestión que atañe a la "teoría de la ins- son facilmente pu estos en el grup o en posición representativa".
titución' ' que se deduce de la "Proposición ...'' . "Hay aquí un capítu lo que designar é como la confus ión
Sobre el carácter del "no saber " en cuestión, Lacan respond e: sobre el cero. El vacío no es equivalente a la nad a. El punto de
"El no saber no es de modestia, lo cual todavía implica situarse r:f ~ encia en ~amedida 1:ºes el elemento neutro de la operación
en relación a sí, es propiamente la produc ción en reserva de la log1ca. La nulidad de la incompet encia no es lo no marcado por
estructura del único saber oportuno ". la diferenci a significante".
La respues ta de Lacan per mite inferir que no se trata de un ~emos presen tado la cita de un modo exhausti vo porque en
"no saber" que pu diese ser conside rad o como un déficit aún por la misma vamos a situar los distin tos interr ogante s que apun tan
colmar, o bien como explícitamente se indi ca, no es una declara- a construir esta "teoría mínima de la institución" .
ción de modestia que siempre puede albergar una coartad a nar- En principio, ahí dond e dice: "Para referirnos a lo real de la
cisista. El "no saber'' no surge por una relación a sí mismo que exper iencia", debemos una vez más entende r "el lugar central
fuese posib le argumentar, sino que le pertene ce a la estructura del no saber", pue s en este caso ambos enunci ados remiten a tma
de un modo esencial, has ta el pun to de construir la posibilidad misma imposibilid ad lógica. No obstante, en la cita observamo s
del "único saber oportuno' ' . Dicho de otro modo, el "no saber" el pri mer atis bo o, si se quiere, la primera hipótesis en lo que res-
no solo no debe ser considera do como una negatividad inapre - pecta a una "teoría de la instihlción". Ese "real de la experien-
hensibl e, sino por el con trario como la "produ cción en reserva", cia", ese "luga r cen tral del no saber", se tran sforma , por un a
con todo el matiz de actividad, de pu esta en acto, que po dam os serie de "pres tidigitaciones" (términ o que utiliza el texto más
asignarle a esos términos. adelante) en un sitio en el que se reúnen aquelJos que se caracte-
A la luz de estos comentarios, podrí amos situam os, por ahora, rizan por la "nulid ad del pens amiento". Del lugar "centr al del
en la siguiente perspectiva: considerar cómo se instituye una no saber" a su tergiversación en "nada de saber'', rasgo pr esen-
Escuela implica asignarle un lugar central al "no saber", lugar que te en aquell os que ocupan una posición representat iva, he aqtú
ya está determinado en el seno de la misma experiencia analítica, el aspecto que Lacan somete a consideración. Las sociedad es
como el que propicia la "producción en reserva de la estructura del analíticas respond en a ese "real de la experien cia", ins cribiendo
único saber oportuno " . Dicho de otro modo, de acuerdo al lugar en i:,uestos representa tivos a person as que se cara cterizan por la
que se le asigna al no saber en la experiencia del psicoanálisis es nu hda d del pensamiento reconocido por todos. En otros térm i-
como la Escuela se erige en insµtución. La Escuela es conforme al nos, la nuli dad en cuestión no aparece como atributo de tal o
"no saber'' de la experiencia solo si le vuelve a adjudicar a ese "no cual individuo, sin o que par ece ser algo que smge en el desplie-
- 84 JORGE ALEMÁN
PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 85

d la sociedad misma como hecho consustan~ial, _c~~o res- valer el cero como conjunto vacío a la variable sujeto en su rela-
gue te 1 lu ar "central del no saber". Una vez mas dmgi.remos ción lógica con la cadena significante), se lo confunde con el cero
pues a a n~a pertinente a todas estas aseveraciones: ¿por qué como mero elemento de medida cuantificable. Por ejemplo: el
:;:1!;:~~el no saber, ese "real de la experiencia", es trata~o ~e cero que indica la ausencia de otros valores numéricos.
este modo en las sociedades? La respue~ta de L~caf org~za_ ~ A lo que constituye lo "no marcado por la diferencia signifi-
continuación del argumento: ''Hay ~,m un cap1tu o que es1g cante", es decir el vacío del objeto causa del deseo -al que por
otro lado le es indispensable situarse entre las marcas del signi-
naré como la confusión sobre el cero . . . .
Con fines didácticos presentaré el s1gmente esquema. ficante- se lo confunde, y esto es aquí el corolario de la confu-
sión, con la nulidad y la incompetencia.
Apoyándonos en la lógica que el esquema sugiere podríamos
CERO continuar: una cosa es el "no saber" y otra la nada de saber; una
cosa es el silencio, que de un modo estructural pertenece al decir,
Nada y otra es callar porque no se tiene nada que decir; una cosa es el
Vacío
"no saber" como fundamento de una "teología negativa" -<:orno
Punto de referencia ese pw1to "numinoso" del que habla R. Otto y del cual no se
Elemento neutro de la
en la medida puede predicar absolutamente nada ya que solo cabe hacer con
operación lógica
él la experiencia de un objeto innombrable- y otra es hacer del
Nulidad de la "no saber" la posibilidad de producir "la estructura del único
No marcado por la
incompetencia saber oportuno".
diferencia significante
Una vez así descrita la manera en que esta confusión sobre el
cero parece configurar el problema crucial del advenimiento de
una institución, nos es necesario volver a la "Proposición ..." a
efectos de indagar qué propuesta surge de la misma sobre ese
. . b · 1 squema deseamos indi- horizonte peculiar que la caracteriza como la "confusión sobre el
Con el vector que escnb1mos a¡o e e . b 1
. ., I odo en que esta confusión so re e cero se número cero''. A continuación leemos en Lacan:
car la direcc10n Y e m . t d · stitudón a confun-
r 5 duce una tendencia, en o a m ' "Designar la forma del cero es esencial, que (tal es la
:.: :~~ac~J:~n la nada, el elemento neutro de la operació~ lógi- mira de nuestro ocho interior), colocada en el centro de
1 unto de referencia en la medida y lo no marca ~ por
~=
~~:r::Cia significante con la nulidad ~: la inco~:e:~e~~ª~ ~~
institución se nutre y plasma esta confus10n con e . . 0
nuestro saber, sea rebelde a que Jo sustituya las falsas apa-
riencias de una prestidigitación aquí muy singularmente
favorecida. Porque justamente, puesto que todo un saber
. , se pro d uce anu lando 1.madiferencia que reiteramos, con
fusion excluido por la ciencia, no puede sino ser mantenido a
fines explicativos, del siguiente modo. . . . . ., distancia del psicoanálisis".
Al o ue es el "vado"' su consistencia lógica, la d~hm1tac10n
i!
l? de su borde y las consecuencias de su escritura, se .lo Refiriéndonos a la última parte de esta cita, es necesario afir-
~d;~de con la nada, término que e~ este cas~ pretende refenr- mar que, efectivamente, si bien el psicoanálisis se ocupa de
e de una manera un tanto vaga a lo mdetermma?~· ,, . aquello que la ciencia excluye, el sujeto de la ciencia, por otro
s A lo que es "elemento neutro de la operaci6n. log1ca,' es dec1; lado es cierto que el psicoanálisis, tanto por su relación con la
el cero en tanto conjunto vacío (del que Frege dem~stro s~t ~a~eo verdad, el saber y en definitiva su ética, no forma parte del con-
fundamental en la génesis de los números natura_ es, a .nen junto de los saberes que la ciencia excluye. El psicoanálisis no es
, . d problemas con respecto a la d1ferenc1a entre
ademas una sene e . ·n h' i una ciencia, pero de ningún modo esto implica que forme serie
cosa, objeto y concepto; a su vez, Jacques-Alam M1 er izo equ -
JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 87
86
con todos aquellos saberes y prácticas que no forman parte de la ~ue_a~uellos que inicialmente aparecieron vinculados al acto de
misma. msht~114los ~ue contribuyeron a la inscripción del nuevo lugar,
Con respecto a los otros enunciados de la cita, nos interesa se ~ehran o ehgen retirarse a medida que la institución se va con-
ahora recoger aquel en donde Lacan vuelve a hacer referencia al solidando: s.e ~uede además reconocer el pnthoscorrespondiente
cero: "Designar la forma del cero es esencial -que tal es la mira a estos mo~1m1entos. Suele ser un cortejo de invocaciones que, a
del ocho interior-". El único mudo de disipar la confusión sobre v~ces, no tienen ~ada que envidiarle a la protesta romántica, 0
el cero es en principio designarle su forma correspondiente. El bien es la nostalgia de un "pasado auténtico", 0 el anhelo de una
ocho interior designa el modo en que la institución debe otor- esperanza no realizada o la supuesta determinación de alcanzar
garle al "no saber" un lugar central. Si hay en la propia institu- un futuro por fin vindicativo. Sin embargo, también hay que
ción algo que hace favorable que a través de prestidigitaciones, hac~r constar que las mismas protestas se degradan hasta con-
el lugar del vacío sea un lugar que se culma por las distintas ope- verti~se e1~una coartada moral. Es fácil al respecto reconocer el
raciones mencionadas en el esquema, es por ello que Lacan, repetido e¡emplo de una :rebeldía antiinstitucional que, bajo el
apremia a la Escuela, en tanto institución del psicoanálisis, a que ar?umento de que "toda institución es una traición a la causa",
se conciba como un ocho interior. pr~e~o confunde la relación con la causa con su infatuación
Precisamente desde el punto de vista descriptivo podríamos na~c1sista Y. luego, como consecuencia, esa rebeldía no tiene
decir que es un cero sobre el que se ha realizado una torsión, me1or refugio q~e el individualismo profesional y liberal que
transformándolo en ocho. A la vez, por autopenetración, se obtie- desde hace un siglo, el capitalismo protestante preparó con su;
ne así la escritura topológica del ocho interior que Lacan presentó argumentos.
en su enseñanza para determinar el modo en que la repetición sig-
nificante circunscribe el vacío del deseo (Seminnrío11).
Llevando a un extremo la cuestión, diríamos que al concebir a
la institución como un ocho interior, único modo de preservar el
"vacío" de sus posibles confusiunes, sería ésta entonces una insti-
tución que paradójicamente incluiría en un "lugar central" de la
misma, una destitución. En otros términos, la institución no esta-
rá totalmente regulada por la función del sujeto supuesto saber
sino que deberá presentar en su centro, un vacío, un lugar de ~'no
saber" que, como hemos visto, concierne a lo real de la expenen-
cia analítica. Teniendo en cuenta hasta aquí los aspectos de la
''Proposición ..." anteriormente señalados, la pregunta que ilustra
el recorrido aquí realizado la podríamos formular del siguiente
modo: ¿cómo se concibe una institución que resuelva esta ten-
dencia a la confusión con el cero, propia de toda sociedad?
Agregamos a esta cuestión algunos problemas que de forma
tradicional describen las distintas encrucijadas institucionales.
El más próximo a nuestro desarrollo sería el siguiente. Mientras 1

el acto de instituir engendra en su instauración un vacío, es pro-


pio de la historia que va aconteciendo en la marcha de la insti-
1
tución que ese vacío sea interpretado de tal manera que deven-
ga la nada, la medida, la nulidad. De esto se desprende, lo que
1I
con frecuencia se observa en distintos escenarios institucionales,

11
¿Por qué los significantes vacíos
son importantes para la política?*
Debate
Ernesto Laclauy JorgeAlemán

ERNESTO LACLAU
Lo que voy a presentar hoy es el argumento central acerca de
los significantes vacíos que se encuentra en mi ensayo "¿Por qué
los significantes vacíos son ímportantes para la política?", que
está incluido en el libro que se llama Emancipacióny diferenciaen
español y Emancipatíonsen el original inglés.
Al mismo tiempo, voy a tratar de decir algo acerca de la
forma en que la dimensión retórica se presenta como estructu-
rante de la objetividad, siguiendo algunos de los argumentos
que he desarrollado con mi colega Joan Copjec en el programa
que tenemos en Buffalo, que es sobre retórica, psicoanálisis y
política.
Comencemos entonces planteando la cuestión de los signifi-
cantes vados. ¿Qué sería un significante vacío en el sentido más

• A partir de una sugerencia de Diana Chome y por iniciativa del Directorio


de la EOL, Jorge Alemán aceptó compartir con Ernesto Ladau esta noche de
trabajo en la Escuela. La mesa redonda estuvo coordinada por Marita
Salgado y se desarrolló en el marco de la Biblioteca de la EOL y del
Departamento de Psicoanálisis y Filosofía del CJCBA.
Ernesto Ladau es autor, entre otros libros, de Deconstruccióny pragmatismo,
junto a Derrida y Rorty (Paidós); Emam;ip11ción y diferencia (Ariel);
Contingencia,hegemonía,u11iversalidad. Diálogosc01ttempará11eos en la izquierda,
junto a Judith Butler y Slavoj Zizek (Fondo de Cultura Económica, 2003);
Misticismo,retóricay política(Fundo de Cultura Económica, 2002); Palfticae
ideolog(aen la teoríamarxista:capitt1lismo,
fascismo... , junto a Chanta] Mouffe
(Madrid: Siglo XXI, 1986); Hegemoníay estrategiasocialista:hacíauna radicali-
zaciónde la democracia(Madrid: Siglo XXI, 1987).
Jorge Alemán agradece a Ernesto Ladau su autorización para publicar este
debate.
90 JORG E ALEMÁN PARA UNA lZQUrERDA LACANIANA ... 91
literal del térmi no? Sería un significante al cual no le correspon - si lo que está m ás allá de los Iúnites es una diferencia más, y lo
dería ningún significado. Pero un significan te sin relación con el qu e ~stamo~ tra tan do de definir es el sistem a de la totalidad de
proceso de significación, no pertenecería en absoluto al orden las diferencias, esa diferencia más tendría que ser interna y no
significante, ser ía simplem ente una secuencia de sonidos. extern a respe cto al sis tema.
De modo que si tenemos algo que podemo s llamar un signi- O sea, que la cuestió n de lo interno y lo externo con respecto
ficante vacío, deberemos descubrir otra cosa: de qu é mod o den - al pro ceso de la ~ignificaci~!' nos pre se nta un probl ema qu e apa-
tro del proceso mism o de la significación, un vacío -qu e es inhe- rentemente no tiene soluc10n. Lo qu e tendríamos sería un siste-
rente al acto significante mismo-, puede llegar a ser positivo. Y ma de diferenci as, que se defin en unas respecto a las otr as
en ese se ntido, el sig nifi cante vacío es el significant e de la vacui- enmarcadas por un límite. Pero también tiene que existir alg¿
dad, no es un significante que carezca de relación con el pro ceso extern o al lími te.
de significación. ¿Cómo soluc ionar este problema de que lo externo al límite
¿Cómo plantear la emergencia posible d e un signific an te no sea tma diferenci a más?
vacío? La única soluci_ónposible es si esto perte nece, por su natura-
En primer lug ar permítanme recordarles algunas afirmacio - le~a, a ~na exdu s~ó~; es decir, qu e este elem ento más, qu e est á
nes muy elem entales que todos ustedes conocen de la teorí a n~as alla de este_Jurute, no sea otra diferencia sino aquello que
saussuriana del lenguaj e, según la cual el lenguaje es un sist ema ruega a todo el siste ma de diferencias.
de diferencias. Es decir, qu e en el lenguaje no hay términos posi- He_utilizado en un ensayo un e¡·emplo Res pecto al elemento
tivos sino solo dif erenci as. Para entende r lo que signi fica el tér- d e Samt- Just, el revolucionario jacobino excluido, los elementos
mino padre yo necesito entender lo que significa el término de la Revolución Francesa, dond e él decía: q11e pertenecen al
,L campo positivo de lo
madre, hijo, etc. Y como todo s los términos del lenguaje se rela- ' a di gni dad de la república es solamente diferencial son
cionan diferendalmente unos con los otros, la totalidad del len- la destrucción de aquello que se opone a equivalentes unos
guaj e está involuc ra da en cad a acto singular de significación. e1Ia. Sin destrucci ón del complotaristocrá- respecto a los otros
Esto nos crea un primer problema teórico, ya que si la signi- tico de este momento de la exclusión radi - en lo que respecta a su
ficación v a a tene r lu ga r a pa rtir de esta dis tinción diferencial, la cal, nosot ros no tendríamos ninguna uní - relaci6n con el que
totalidad del mundo significante tendría que se r una totalidad dad del campo rep ublicano" . existe en un momento
cerr ada . De lo contra río, lo que ocurr iría es que la significación Aparentemente, con est o hemos solu- exten·or.
se esparciría en una pluralidad de direcciones y, siendo el len- c~onado n~ e~t~a dificultad: si bien sobre la base de una exclu -
guaj e esenci almente di feren cial, ningún acto signi ficante serí a srón, la ob;etiv1dad es posíble com o sistema diferencial.
posible en lo utilitario . Pero esto nos plantea un problema qu e tod avía es má s difícil
Ahora bien, si nosotros vamos a definir el conjunto del uni- que el ant eri or, qu e es el siguiente. Respecto al elemento exclui-
verso significante como una cierta totalidad, como una ciert a do, los elem en tos que pertenecen al campo posit ivo de lo dif e-
univ ersa lidad -y aquí comienzo utilizando un término que va rencial son equ~valentes unos respecto ¡¡ los otros en lo que res-
a ser recurrente en nuestra discusión-, si esta totalidad va a ser p ecta a su relación con el que existe en un momento exterior
una tot alidad auto suficiente definida en torno a sí misma, en ese Ahora bi en, un a relación de equivalencia es exactament~ lo
caso lo que tengo que hacer es definir los lími tes de esta totali- qu e subviert e una rel ación di ferencial; o sea, que cada identidad
dad significant e. aparece ~quf cons~ituida sobre la base de dos tipos de relaciones
He gel decía - y no h ay motivo para estar en desacuerdo con que son mcompahbles entr e sí, sin po de r resol verse es ta incom-
él en este pu nto- que la única forma de definir los límites de algo patibilidad en ningún sistema lógico coherente.
es ver lo que está más allá de esos límites. Si yo no viera lo qu e . No~ encontr am os entonce s con un objeto que es a la vez
está más allá de un límite, no podría ver tampoco el límite. ~pos ible y n~cesario: Es i~posible por el hecho de que las rela-
Pero esto inmediatamente plantea el siguiente problema; que cione s de eq u1valenc 1a y diferencia no se pueden eng ar zar las
JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA. .. 93
92
unas a las otras en una estructura lógica coherente. Es necesario e~ ~olonia, las de.mandas de los obreros de Gdansk eran al prin-
porque sin este último objeto totalizante no habría una relación op10 demandas particulares de un grupo de personas en una
de significación, la significación sería imposible. cierta localidad. Pero al darse esas demandas dentro de un clima
¿Tenemos algunos objetos en la historia del pensamiento que general represivo -en el que todas las otras demandas eran nega-
son a la vez imposibles y necesarios? das- esas demandas particulares asumieron una representación
Sí, los tenemos; por ejemplo, en el caso del nóumenokantiano, simbólica de carácter más general. Y en eso es en lo que consiste
que es un objeto que se muestra a través de la imposibilidad de exactamente el proceso hegemónico.
En otro orden de cosas ustedes pueden pensar el valor en
su representación adecuada.
Lo tenemos también en el objeto petit a de Lacan. Es decir, un economía, que no se puede representar de modo directo.
objeto que totaliza el conjunto de las significaciones sobre la base Entonces, ¿cómo se puede representar el valor? Solamente si una
de no poder reducirse a ninguna particularidad significativa mercadería determinada -sin abandonar su particularidad-
dentro del sistema. Es decir, que por un lado lo real es aquello ~sume la representación del valor en general. El oro representa
que impide una coherencia última del sistema simbólico y, por ¡ustamente este otro tipo de función.
otro lado, lo real es sin embargo aquello que totaliza a lo simbó- Para darles otro ejemplo concreto, que hemos utilizado en
Hegemonía y estrategia socialista, tomaré algo de Rosa de
lico como tal.
Una vez establecido esto, el problema que se nos plantea es: Luxemburgo. Ella describe la situación del zarismo en Rusia: un
¿cómo pensar esta relación a la vez imposible y necesaria? régimen altamente opresivo separado por una frontera funda-
Si el objeto es necesario, va a tener que tener algún tipo de mental del resto de la sociedad. En esta situación, en una cierta
acceso al campo de la significación. Si el localidad un grupo de trabajadores empieza una huelga por el
Este tipo de relación objeto, sin embargo, es imposible, esa alza de salarios. Ahí ustedes tienen una reivindicación primera,
-por la cual la representación va a tener que ser nece- pero esa reivindicación primera aparece dividida desde el
parHcularidad asume sariamente una representación d'istor- comienzo, porque por un lado es una reivindicación de carácter
una función universal de particular y, por otro lado, como tiene lugar en el contexto alta-
representación- es sionada.
exactamente lo que yo Ustedes son psicoanalistas y todo mente repr~sivo del zarismo, aparece vista como un ataque
llamo la relación esto supongo que les resulta bastante general al sistema. Entonces en otra localidad, eso da lugar a
hegemónica. Hay familiar en un lenguaje ligeramente que, por ejemplo, los estudiantes empiecen una serie de mani-
hegemonía siempre que diferente. festaciones contra la disciplina en los establecimientos educati-
se da esta negociación Ahora bien, ¿cuáles son los medios vos. De nuevo, esta demanda aparece dividida. Las dos prime-
-en última instancia de representación con los que contamos ras demandas desde el punto de vista de su particularidad son
imposible- entre lo dentro del sistema? Me refiero no solo a completamente diferentes, pero desde el punto de vista de su
particular y lo universal. las diferencias particulares que actúan oposición al sistema, pasan a ser equivalentes. Y después, en un.a
dentro del mismo. La representación de este momento totalizan- terc~ra localidad .st~r?e otra demanda, por ejemplo, la de políti-
te solo es posible si un cierto objeto, si una cierta particularidad, cos liberales que m1c1anuna campaña de barricadas por la liber-
asume la representación de una totalidad que es completamente tad de la prensa. Así, ustedes ven que esta cadena de equivalen-
cias comienza a expandirse.
inconmensurable respecto a sí misma.
Este tipo de relación -por la cual la particularidad asume una Ahora bien, en cierto momento es necesario unificar, repre-
función universal de representación- es exactamente lo que yo sentar este momento de la cadena de equivalencias como totali-
llamo la relación hegemónica. Hay hegemonía siempre que se da dad.
esta negociación -en última instancia imposible- entre lo parti- ¿Cuáles son los medios de representación? Son estas deman-
das parciales. Entonces, una cierta demanda asume esa función
cular y lo universal.
Para darles un ejemplo concreto, en el caso de "Solidaridad" hegemónica de carácter más general.
94 JOR GE ALEMÁN

y ustedes ven porqué el significante vacío tiene neces aria-


r
·,,.
'
PARA UN A IZQUI ERDA LACANIANA ...

gu~je, sino que es_un~ dimensi ón de lo figural en gener al. Como


95

mente que sur gir: porque cuanto má s expansiva sea la caden a d_e 1. l? fi?ural es con~tuhvo del lenguaje, y como el lenguaje es cons-
equ ivalencias, tan to más la función simbólica de la.demanda on- titu tivo de lo social, lo catacrético define la dimensión onto lógica
gin aria va a repr esentar un a totalid ad que la sup era en tod? s los fundament~ a travé s de lo cual la significación se estructura.
niveles, y tan to más difusa va a ser la relación con su parti cula- En t~rmmos que son más familiares para us tedes , sería el tipo
rid ad originaria. de relaaón entre ~o.rea~y lo simbólico que nunca consigue resol-
Si ustedes comparan este modelo con el que he mos plan tea- verse en un dom1ruo final de lo simbólico sobre lo real. Lo real
do antes en términos má s abstractos, verán qu e es exactam ente va a est ar siempre produciend o este efecto necesario de rees-
el mismo. Es decir, tienen aqu íla frontera del mo mento de exclu- tructuración.
sión, tienen la división de todas las demandas concretas en rela- Para t~nninar - y a modo de telegrama po rque no hay tiempo
ciones de equi vale ncia y diferenciales, y tienen la relación hege- para expl~carlo de un a manera más apropi ada- me voy a referir
móni ca con la cual una dem anda asume la repre sentación de esa a una sen e de efectos que me parecen de
una impo rtancia capit at y ciertam ente lo Y ustedes ven porqué el
totalidad .
Esto tiene um1serie de imp licaciones que son impor tant es a son para el análisis político y p?..rael aná- significan te vacío tiene
nivel ontológi co. Si este model o es acepta do -el modelo discur- lisis filosófico tambi én. necesariamente que
sivo- no simpl emente como un mo delo lingüí stico, sino como En pri me r lugar, si nosotros tenemos su rgir:porque cuanto
más expansiva sea la
un mode lo qu e p reside la articu lación de las relaciones sociales una univ ersalidad que solo se construye cadena de
como tales (como tiene que ser considerado), en ese caso usted es ª.través de la operación de tma particula- equivalencias, tanto
ven que toda significación unificad a y directa es simplemente r~dad, entr e el orden de la conceptuali za- más la función
imp osible. ., . ClÓn Y el ord en de la nominación, va a símb6lica de la
Todo tipo de identidad se construye en esta relac10n me stab le haber siempre un equilibrio má s o menos dem anda orig inaria va
entre equivalencia y d iferencia, lo que significa que el modelo inestable. a representar una
fundam ental de estructu ración de lo social es un mod elo de En ciertas discusi ones que han tenido totalidad que la
carácter retóri co. Porque lo que sign ifica la retórica es precisa- su influen cia en la teoría Iacanian a - como supera en todos los
mente que no hay una significación litera l, sino que hay un d.es- la teoría del proceso de nomin ación de niveles ...
plazamiento de la cade na significante po r la cual un térmmo Saul Kripk e- ustedes encuentran exactam ente el des arrollo de
asume la repr esent ación de algo que constantem ente lo excede. esta irltuici ón.
Aquí hay vari as categor ías que son impo r~antes desd e. ~l A principios de siglo, Bertrand Russell sostenía que los nom-
punto de vista del análi sis políti co, pero tambi én del anáhs1s br.es ~e referían a la realidad a través de un a serie de ras gos des-
filosófico. cnptivos --conceptuales, .por consiguiente- que un objeto pre-
En primer lugar, toda relación retórica es finalmente un a rela- sen taba, y en~onces el ob¡eto era abso rbido por el concepto.
ción catacrétic a. Una cato.cresis es un tipo de figura respec to de L~ q~1e_Kn pke comienza a mostrar -y lo que la escuela anti-
la cual no existe un térm ino literal de design ación; por ejemplo, desc nphv1 sta ha mos trado- es que los nomb res nunc a se refie-
si yo hab lo del "bos tezo de la mont aña", eso n o es w1a.catacre- ~e u~a mediación de tipo conceptual . y creo
ren a lo real a trn.:-,7és_
sis, es una metáfora, porque en lugar de eso puedo decir cave r- que ~n to~ a la s1gruf1cac1óndel psicoanálisis, en cierta medi da,
na . Pero sí yo dig o "las alas de un edificio", allí el término alases está mdm da esta intui ción.
figura l, porqu e el edificio no tiene alas -obviam ente-, per o por En ~egundo lugar, diré algo respecto de las varias figuras del
otro lado no existe un térm ino literal que lo reemplace. :,
1
leng1;la¡e. Para empe zar, están las relaciones metafór icas y las
Lo que esto significa es que la catacresis -y éste es uno de los r~laoo_nes metonímicas. Creo que éste es un punto en el cual la
puntos funda mentales que hemos tratad o.de desar r?llar en vari os d1scus16n en la teoría lacaniana es un tanto estéril. No po rque
trabajos de análisis retóricos- no es una figura partic ular del len- nada de lo que haya dicho Lacan acerca de esto deba ser puesto
96 JORGE ALEMÁN

en cuestión, sino simplemente porque me parece que entre la


r
'J . PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ...

hecho de que yo he supuesto aquí que todas las demandas anti-


97

metáfora y la metonimia no hay el tipo de relación de oposición sistema se pueden integrar a esta cadena de equivalencias.
que cierta teoría psicoanalítica ha pretendido afirmar. Lo que hay Pero la simplificación que este argumento implica está dada
es un pasaje, casi insensible, de lo metonímico a lo metafórico. por el hecho de que este momento de particularidad de la relación
Les doy un ejemplo político muy simple. Supongamos que en de equivalencia, aunque es debilitada por esta misma relación, no
una cierta localidad hay violencia racista y la única fuerza que desaparece totalmente. Y en muchos casos, el particularismo resi-
puede oponerse a la violencia racista son los sindicat~s. La ~n- dual de estas demandas constituye un elemento que bloquea la
ción normal de un sindicato no es luchar contra el racismo, smo expansión de la cadena de equivalencias. Es lo que se puede ver,
defender el nivel de vida de los obreros, pero por el hecho de por ejemplo, en casos de fi.n del siglo XIX, en los Estados Unidos,
que es la única fuerza localizada allí, ellos toman esta tarea en donde se da el movimiento populista contra el sistema bipartidis-
sus manos. ta, contra los bancos, contra el sistema ferroviario, etc. Allí surgen
Entonces, ésta es una relación del tipo claramente metoními- las demandas de los farmersnegros y las demandas de los farmers
co, porque la relación no es de analogía sino que es ~e conti~~- blancos, que son prácticamente indiferenciables unas de otras,
dad. Pero sí pasa un cierto tiempo y la gente empieza a vivir pero los farmers blancos nunca van a aceptar formar parte de un
corno normal que los sindicatos se opongan al movimiento unificado con los farmersnegros.
Pero en ténninos racismo, la relación pasa a ser de carácter ana- O sea, que el particularismo de ciertas situaciones a veces
de entender cómo lógico. Entonces lo que era al comienzo una constituye un elemento de una heterogeneidad radical que no
se estrnctura,z las metonimia se transforma en una metáfora. puede insertarse dentro del sistema.
operaciones Finalmente también está la relación sinec- Por ejemplo, cuando Hegel hablaba de "pueblo sin historia",
hege"'.ónica:, estas dótica; es de;ir, que la parte representa al a lo que se estaba refiriendo era a algo que estaba excluido de
dos dimensiones todo algo que es inherente a la función hege- todo contexto de lústoricidad. Y cuando el marxismo hablaba
-significante vacío mónlca misma. del lumpen proletariado decía algo de carácter fundamentalmen-
Y significa~te Este es un ejemplo un tanto simplificado te similar. Cuando Franz Fanon, por el contrario, dice que el lum-
flotante- tienen porque he supuesto que esta relación de fron- penproletariado -por su propia exterioridad respecto al sistema-
que ser tera no es alterada en ningún momento. Si es lo único que puede ponerlo en cuestión, a lo que se está refi-
difereucia d as esta relación de frontera es alterada, obvia- riendo no es simplemente a una expansión de esta cadena de
analíticamente. mente cadenas de equivalencia de tipo distin- equivalencias, sino a una transformación de todos los elementos
to van a conseguir ser constituidas. Entonces lo que vamos a y los datos del sistema político.
tener ya no son significantes vacíos sino significantes flot~te.s: Esta cuestión de la heterogeneidad social me parece que es
Creo que en la práctica los significantes vacíos y los. s1gn!fi- fundamental.
cantes flotantes coinciden, porque no hay nunca una situación Por ejemplo, la dialéctica hegeliana fue w1a dialéctica en la
en que una frontera sea totalmente estable, como. si s~lamente cual la relación de exclusión era al mismo tiempo una relación
tuviéramos significantes vacíos. Y nunca hay una situación en la inclusiva, porque yo solo defüúa mi identidad sobre la base de
cual no hay ninguna frontera, como si os significantes fueran excluir algo distinto. Entonces el momento de exclusión era tam-
significantes flotantes, en el sentido absoluto del término. bién un momento inclusivo.
Pero en términos de entender cómo se estructuran las opera- En este otro tipo de heterogeneidad social más radical tene-
ciones hegemónicas, estas dos dimensiones -significante vacío mos una exclusión que no es inclusiva, y alú yo creo que tene-
y significante flotante- tienen que ser diferenciadas analítica- mos elementos que pueden conceptualizarse en términos de lo
mente. real, que es mucho más difícil de ser dominado por una matriz
Además hay otro elemento que, por ejemplo, para el análisis simbólica determinada.
psicoanalítico de lo real, me parece absolutamente central. Es el Muchas gradas.
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JORGE ALEMÁN
JORGE ALEMÁN
r PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ...

recepción, es algo a meditar; es decir, hay que pensar si final-


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Dado que evidentemente es un honor compartir esta mesa mente el lacanismo hispano-parlante es algo más que un dato
con Emesto Ladau -y su presencia probablemente tenga una antropológico o si se trata de una inconsistencia epistémica en la
significación histórica para la Escuela de la ?rient~~ión propia producción de los Jacanianos hispano-parlantes (¿pero
Lacaniana y también para el Departamento de Ps1coanáhs1s y desde qué tribunal universal se podría decidir y argumentar
Filosofía del CICBA-, más que presentar la intervención que sobre dicha inconsistencia?), o si algo de Jo concebido en nuestra
tenía preparada, voy a tratar de improvisar algunas cuestiones lengua es rechazado por el lugar desde donde se enuncia.
que han surgido mientras escuchaba su desarrollo. A su vez, es nuestra obligación -dado que ahora parece que
Por supuesto, estas cuestiopes las quiero matizar -ap!ove- Lacan toma este lugar tan relevante dentro del campo de la filo-
chando que estoy en Buenos Aires y que está Ernesto aqm, que sofía política-, insistir en la significación política que puede lle-
también ustedes están aquí- con algunas impresiones más per- gar a tener la desaparición de la especificidad del psicoanálisis y
sonales. de sus escuelas en el horizonte histórico actual.
Como hace dos días que estoy en Buenos Aires, no tuve la Me refiero a algo que los psicoanalistas conocen muy bien: al
oportunidad de tomar contacto con la obra de Laclau, pero un progresivo condicionamiento de la práctica psicoanalítica por
amigo me acercó su último libro, que tiene ahora una gran reso- distintas corporaciones profesionales, estatales, etc. Eso no es un
nancia en la ciudad: Contingencia,hegemo- mero asunto profesional, eso debería formar parte de los diálo-
Entonces, en primer nía, universalidad. Diálogoscontemporáneos gos contemporáneos de la izquierda. El hecho de que el psicoa-
lugar, creo que seria en la izquierda. nálisis en sus postulaciones iniciales e inaugurales de Freud y
una pregunta Entonces, en primer lugar, creo que Lacan está cada vez más asediado, debería poder ser traducido,
illteresa1ttepara los también, en su dimensión política.
propios psicoa1talistas
sería una pregunta interesante para los
de orientación propios psicoanalistas de orientación Luego de estas impresiones personales, paso a compartir con
laca11iattareflexionar lacaniana reflexionar acerca de por qué ustedes -dada la gran oportunidad que la exposición de Ernesto
acercade por qué uno uno de los destinos posibles de Lacan ofrece- algunas preguntas.
de los destinos parece ser precisamente la renovación del Como decía antes, yo creo que es histórica su presencia por-
posibles de Lacan pensamiento de la izquierda, sobre todo que considero que él ha puesto de manifiesto algo que es preci-
parece ser teniendo en cuenta que la procedencia samente un interés específico en el Departamento de
precisamente la misma de Lacan no era exactamente esa: Psicoanálisis y Filosofía: el hecho de que el psicoanálisis no es
renovación del La otra cuestión que sería interesante solam(nte una región más del saber contemporáneo, sino una
pensamiento de la también matizar es el hecho. de que transformación de todas las relaciones ontológicas con la objeti-
izquierda, sobre todo mirando este libro no hay ninguna huella vidad y, si bien es verdad que el psicoanálisis no está solo allí en
teniendo en cuenta
bibliográfica de autores hispano-parlan- esa tarea, es un intento nuevo de pensar el problema de la repre-
que la procedencia sentación, el sujeto y lo social.
misma de Lacan no tes; es decir, después de muchos años de
era exactamente esa. transmisión de la enseñanza de Lacan en Los problemas que a mí me surgen son probablemente pro-
nuestra lengua, una lengua que tuvo, -..
.•
blemas de captación, ya que la lógica argumental de Ladau es
como se sabe, una hospitalidad privilegiada con dicha enseñan~ muy rigurosa, pero es a su vez muy problemática. Podría empe-
za, sin embargo, el régimen de circulación del saber universal no zar del siguiente modo.
parece acoger a los autores hispano-parlante~, ya que uno P':1ede Él ha mostrado muy bien cómo el terreno de lo político está
presenciar en este libro un debate muy apasionante y muy ~nte- constituido por la relación hegemónica. Esta relación hegemóni-
resante entre Judith Butler, Zizek y Ladau, y ver cómo el mismo ca -como hemos podido seguir perfectamente en el desarrollo
se agota en las referencias mayormente en inglés y en francés. que él ha establecido- es una negociación entre dos inconmen-
Esto, para los que estamos preocupados por las políticas de la surables. La hegemonía se establece con respecto a un objeto que
100 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUlliRDA LACANIANA ... 101

es a su vez necesario e imposible. Se llama relación hegemónica ruanos que están aquí presentes saben que se produciría ese efec-
al modo en que una particularidad asume, de un modo fallido, to de deriva de la significación propio de la psicosis o, incluso,
no pleno, la representación de un universal y el procedimiento a no podríamos explicar nunca por qué la lengua se transforma. Se
través del cual se establece esta relación hegemó1úca es aquello produciría una totalidad cerrada en sí misma, autosuficiente,
que Ernesto ha llamado el significante vacío. Es decir, ya se ha que no daría posibilidad a ningún tipo de proceso político, a nin-
explicado cómo por un lado es necesario cerrar la totalidad de~ gún tipo de transformación política. Hasta aquí se puede ver,
sistema, pero como el sistema no puede engendrar desde s1 .,
.' entonces, cómo política e inconsciente se copertenecen, se sos-
mismo dicho cierre, el elemento que clausura esa totalidad no tienen mutuamente.
puede pertenecer al sistema, tiene que ser radicalmente helero~ Ahora bien, esta es una primera pregunta.
géneo al mismo. Al pasar, Err!esto dice que probablemente hay -lo comparto
Creo que es una brillante implantación de la teoría del con él- un primer antecedente en la tradición moderna de lo real
inconsciente lacaniano en el campo de la filosofía política; es lacaniano.
decir, hasta aquí podríamos iniciar un programa de trabaj? ~1:tre Tuve la oportunidad hace ya un tiempo, en Barcelona, de tra-
lo que Lacan ha considerado el discurso del amo y la defuúc16n bajar junto con Jacques-Alain Miller, en un seminario sobre
de lo político que ha expuesto Ernesto. Kant, la relación entre la cosaen sfkantiana y lo reallacaniano. Es
En ese programa de trabajo habría que evitar la costumbre verdad que el primer dato moderno que tenemos de esta opera-
(en otros casos legítima) de querer proteger filológicamente el ción -en donde un elemento sustraído del sistema es la condi-
texto original lacaniano; se trata, más bien, de vislum~rar todas ción de posibilidad del sistema- está en el propio Kant. Allí, la
las operaciones que podrían establecerse entre, por eJemplo, el cosaen sí es el elemento de sustracción, el vacío que vuelve posi-
significante del Otro tachado en Lac~, el significat;,t~ vado de ble a las operaciones del entendimiento. Sin embargo -ésta es
Ladau, el significante flotante de Lev1-Strauss, la logica modal otra vía de trabajo- hay muchas cuestiones abiertas en la ense-
Iacaniana, en especial, la referida a la excepción y el todo. En ñanza de Lacan que tratan de deconstruir esa vinculación entre
cualquier caso, evoquemos aquí, que no es difícil ace~tar p~ra la cosaen sí y lo real lacaniano.El punto de vista de Lacan no es
los lacanianos, que lo que vuelve legible a un orden sunbóhco solo mostrar cómo un vacío exterior e irreductible condiciona el
incompleto e inconsistente es siempre un signi:icante amo. , edificio simbólico, sino también cómo dicho vacío es colonizado
Pero en fin, lo cierto es que la hegemoma que vendna a por el cJ.erpo que goza. En este punto, en la lógica lacaniana no
deconstruir la relación entre lo particular y lo universal, la rela- son lo mismo las operaciones propias del significante -metáfora,
ción hegemónica que le haría obstáculo a toda obj;tivació~ plena metonimia, etc.-, que las pulsaciones temporales propias del
de Jo social, la hegemonía que a la vez socavana todo tipo de goce y la pulsión.
identidad plena, está constituida en esta relación entre una cade· Señalo esto porque esta superposición obtenida en la hege-
na de equivalencias y, a la vez, una cadena de diferencias, en una monía, en el significante vacío, entre la particularidad y lo que
negociación frágil y precaria entre las mismas. . hace el semblante del universal, podemos explicarla dentro de
Evidentemente, trabajando este imposible surge el pruner las relaciones aporéticas de la cadena significante. Otra cosa es
-digámoslo así- "aire de familia" que tenemos con la teoría_de introducir en el mismo nivel -como una operación pertenecien-
Ladau, a quien podríamos hacerle decir junto a Lacan que, s1 la te al mismo procedimiento- lo real como aquello que se resiste a
relación sexual es imposible, también la sociedad como tal es la simbolización. Las paradojas del significante, aunque condi-
imposible, en la medida en que es una frágil e inestable negocia- cionadas por lo real imposible, no se confunden con él
ción entre este momento en donde un significante heterogéneo Yo vería más bien lo real del lado de lo que Ladau llama el
se tiene que hacer cargo de la totalidad del sistema cerrándolo, antagonismo y, especialmente -no sé si lo he entendido bien-,
pero a la vez no perteneciendo al sistema. una especie de dato primario del antagonismo, que es lo que él
Si no hubiera esta operación de hegemonía, todos los laca- llama la dislocación.
T
102 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA. .. 103

Me refiero especialmente a cuando enumera las condiciones a todos los movimientos tropológicos: por ejemplo, lo que
propias de la dislocación y habla de la facticidad, en donde tal Ernesto ha descripto como catacresis. Es decir, dado que hay este
vez encontremos una coincidencia entre Lacan y Derrida. vado irreductible -que por otro lado es el que garantiza la tota-
Ustedes recordarán el Lacan del año' 46, el del debate con Henry lidad- todas las cadenas se mueven tropológicamente. Se puede
Ey, cuando explica que efectivamente el hecho de que un sujeto discutir cómo esos movimientos tropológicos son metafóricos,
esté determinado estructuralmente por aquello que lo antecede, metonímicos y las distintas pregnancias de todas estas operacio-
jamás borra el momento de su decisión. nes, pero no es lo que aquí más nos importa.
Estar determinado estructuralmente por algo que lo antecede Si se introduce lo real, no se podría decir que el espacio de lo
simbólicamente, en absoluto implica que exista una especie de político es el espacio de la retórica, porque lo real impregnaría de
sobredeterminación al estilo althusseriano, en donde el sujeto tal modo los movimientos tropológicos
Estar determinado
estaría agotado exhaustivamente por las determinaciones. que entonces los mismos no podrían ser
estructuralmente por
En efecto, hay una decisión insondable que ninguna estruc- reducidos a la meras operaciones del sig-
algo que lo antecede
tura puede eliminar. De este modo, la estructura juega siempre nificante, sino que, por ejemplo, se debería
con el elemento de la dislocación, y por ello la estructura se man-
1
·,, tener en cuenta a la compulsión a la repe-
simbólicamente, en
absoluto implica que
tiene abierta, como algo indecidible, que el sujeto afrontará en su tició~ ya vinculada a la pulsión de muer-
exista una especie de
decisión. Es decir, el sujeto es alcanzado por una decisión que, te, a las formaciones de goce propias del
sobredetenninación al
por supuesto, no podemos confundir nunca con un acto delibe- síntoma, a las prácticas de las que el pro-
estilo althusseriano,
rativo de la voluntad de un sujeto que se autoposiciona, suma pio Ernesto habla y que, incluso, siempre
en donde el sujeto
los datos y elige que es lo que más le conviene. Es una decisión subyacen a la constitución del sujeto. Estas
estaría agotado
que lo captura y lo constituye. en absoluto mostrarían ese movimiento en
exhaustivamente por
Todo el tiempo hay en Ernesto W1a relación de bisagra entre donde lo particular puede asumir -a tra-
las determinaciones.
Derrida y Lacan. Si uno quisiera leer maliciosamente a Derrida, a vés de la operación de un significante
través de Laclau, tal vez se podría encontrar lo que los lacanianos vacío- la cadena de equivalencias del uro.versal. Son los casos
. '!
creemos que Derrida le debe a Lacan. Por ejemplo, este sería un donde lo real del goce altera los juegos del significante.
punto: cuando Ernesto define al sujeto como la distancia que Por el contrario, estas formaciones de goce serían antinómi-
habría entre lo indecidible y el momento de la decisión. La defi- cas a lo que podemos llamar lo político, en un sentido ernanci-
nición resulta de un sincretismo indudable entre Lacan y Derrida. patorio, porque mostrarían más bien la presencia empecinada de
Pero a los fines de lo que estoy argumentando, mi pregunta determinado tipo de inercia -inercia de goce- en donde queda-
apunta a lo siguiente: yo creo que ese momento de dislocación ría demostrado que efectivamente lo real no es meramente la
efectivamente tiene que ver con lo real; en cambio, para mí -al cosaen sí exterior, sino una dimensión que penetra todo el espa-
menos tal como se puede establecer en este juego de la enseñan- cio tropológico, que lo afecta radicalmente y que lo lleva a cues-
za de Lacan que ha propuesto Laclau- el momento de sutura de tiones que hacen que para nosotros -los psicoanalistas- no sea lo
la dislocación que es la hegemonía, la cuestión de la hegemonía mismo el inconsciente, que la operación que pretende hacer algo
como sutura, como nominación, como punto de anclaje incluso con él: o sea, el psicoanálisis.
de la dislocación, pertenecería a la lógica del significante. El inconsciente es esta estructura donde efectivamente tam-
Esto es relevante, ya que es en este punto donde probable- bién hay una deconstrucción de lo particular y lo uro.versal. Pero
mente haya que consignar las antinomias y tensiones entre el hay que ver qué se hace con el inconsciente, cómo se opera con
psicoanálisis y la política, y en especial, las llamadas políticas de el inconsciente y ahí es necesario tener en cuenta el acto del ana-
emancipación. lista, el deseo del analista y cómo problematizar esto a su vez: en
Desde el punto de vista del desarrollo que ha hecho Ernesto, especial, el modo en que lo real mismo participa de las opera-
la vacuidad del sigruficante entrega a la cadena de equivalencias ciones de la constitución del sujeto.
r
104 }ORCE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 105

Esta es la cuestión con la que termino, para darles la palabra Este es un punto que evidentemente no tengo claro. No lo
a ustedes. Evidentemente, todo lo que es apasionante en la teo- tengo claro si especialmente se tiene en cuenta, como dije antes,
ría de Laclau es que se trata de un proyecto de izquierda. Si bien la presencia de lo real y sus formaciones de goce en las cadenas
él ha deconstruido las teorías -vamos a decir- metafísicas de la tropológicas.
emancipación, si bien él ha tratado de distanciarse y separarse Sé que a Ernesto -por lo que puedo vislumbrar de sus textos-
críticamente de las teorías amparadas en las contradicciones y en no parece haberle interesado la tesis de Lacan sobre el discurso
las oposiciones dialécticas, no se trata de abandonar el proyecto capitalista.
de la emancipación. Que la emancipación no sea plena, que la La recuerdo brevemente. Es una conjetura, no es solo lo que
emancipación absoluta sea un imposible, que la emancipación Lacan dice que rige lo social.
no pueda jamás borrar este momento inconmensurable entre la Lacan nunca se retiró de su teoría de los cuatro discursos,
cadena diferencial y la cadena de equivalencias, no quiere decir pero sí pensó que, correlativamente a la propia existencia del
que no se apueste por una cierta emancipación. discurso del amo -que es la existencia del inconsciente, análoga
Si no entiendo mal, en el caso de Ernesto, esta apuesta impli- a la definida por el propio Ladau en estas operaciones entre el
caría que la tarea de la izquierda fuese la de tratar de generar significante vado y las cadenas de equivalencias- habría otro
cada vez más cadenas de equivalencias, la de tratar que los par- tipo de discurso que se caracteriza precisamente por anular esta
ticularismos pudieran hacer de semblantes, de figuras de esta negociación inconmensurable entre la diferencia y la equivalen-
universalidad. La izquierda impediría, o intentaría impedir, que cia, o al menos postergarla.
el particularismo solo se quedara en eso, en una pura mostración El discurso capitalista se caracteriza por ser una apropiación
de un goce idiosincrático. particular del goce, que socava lo universal aunque se sostenga
Si esto fuera así, efectivamente la tarea política de la izquier- como globalización. Por eso me permití en su momento compa-
da sería todo el tiempo empujar hacia esa universalidad, sabien- rar este discurso capitalista con lo que Heidegger llama "la téc-
do que a la vez la universalidad es, como tal, un objeto necesa· nica"; es deci~ una voluntad que solo se quiere a sí misma y a su
río e imposible. A su vez, la tarea de la izquierda sería tratar de realización, que no puede ya ser regulada por nada ni por nadie
mostrar todo el tiempo lo inconmensurable de estos dos campos y que no encuentra ningún tipo de expresión comunitaria n.i
de lo diferencial y de la equivalencia. política. En el discurso capitalista, lo común no puede con el cir-
Entonces, ¿cómo orientar lo que es propiamente constitutivo cuito de goce, entendiendo aquí lo común como lo equivalente a
de lo político -lo hegemónico-hacia lo emancipatorío? Lo hege· lo imposible de la relación sexual, imposible que el discurso
mónico describe muy bien -a través de esta lógica que Ernesto capitalista rechaza.
ha desarrollado- el funcionamiento de lo político. Ahora bien, Es verdad que este discurso capitalista se nos presenta de una
¿por qué lo político va hacia lo emancipatorio teniendo en cuen- manera tan compleja que concebir su salida se vuelve absoluta-
ta que no es un ir teleológico, terúendo en cuenta que no hay mente problemático, al menos si uno no quiere delirar. Pero evi-
nada que asegure o garantice el paso de lo hegemónico -siempre dentemente, tiene que dejarse consignado que todas las alterna-
contingente pero inevitable-- a la emancipación, de cuyo aconte- tivas de izquierda que se presentan, se realizan en la mayoría de
cimiento no estamos de entrada informados. los casos sobre el trasfondo, sobre el violento silencio, de que no
Es decir, lo interesante aquí es que se ha deconstruído la teleo- se puede proponer una alternativa al capitalismo. De esta forma,
logía de la emancipación, pero que, no obstante, no se la abandona. parece como si se hubiera naturalizado su existencia.
Entonces, por qué lo hegemónico va hacia lo emancipatorio La práctica política, a la que Laclau remite, es la que aspira a
es una cuestión que habría que resolver. ¿Se resuelve esta cues- tratar de estabJecer una barrera con respecto a los efectos penú-
tión por el hecho de que todo particularismo que es capaz de ciosos de la globalización, tratar de reintroducir la política en el
asumir la universalidad en la cadena de equivalencias ya sería campo de su desaparición promovida por el estado neoliberal y
potencialmente emancipatorio? tratar de construir nuevas relaciones hegemónicas. No es poco.
106 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 107

Ahora bien, para que esto sea posible hay que ser optimistas: detrás de Kant está Newton. Y bueno, nosotros estamos vivien-
el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la razón. Hay do en el siglo siguiente al de Freud y estamos recién pensando
que tener el optirrúsmo de imaginar que el capitalismo sigue filosóficamente cuáles son todas las significaciones ontológicas
permitiendo este juego entre las relaciones de diferencia y las del descubrimiento freudiano. Es decir, que la relación entre
relaciones de equivalencia. Es legítimo y sano para hacer políti- objetos que son concebibles a partir de la revolución psicoanalí-
ca, pero efectivamente -por ejemplo para quienes vivimos en lo tica tiene una dimensión filosófica absolutamente fundamental.
que se llama la Unión Europea-, es muy difícil hoy en día mos- Respecto a la cuestión de aquello que está fuera o dentro del
trar operaciones donde, a través de estos procedimientos, se esquema, ahí es donde habría que explorar más dos dimensiones.
pueda percibir cómo esas demandas particulares accederían a su En primer lugar, está la cuestión de que algo tiene que estar
cadena de equivalencia universal desencadenando, entonces, un fuera del sistema como condición de que haya sistema en sí
potencial ernancipatorio. mismo. Lo he tratado de describir con un modelo lingüístico,
Personalmente, hace años que no veo nada que haga signo de pero se puede plantear de otras maneras también.
un potencial emancipatorio en lo que se llama la realidad políti- Recuerdo el famoso artículo de Paul de Man sobre la serie
ca europea. Queda por ver si las demandas particulares son algo numérica de Pascal, donde afirma que la única forma de esta-
más que asociaciones de víctimas, también queda por ver el blecer la homología entre el movimiento, el tiempo y el número,
alcance del movimiento antiglobalización y por último verificar es buscar cierto tipo de unidades que tuvieran estas tres dimen-
si la inmigración, los exiliados y refugiados pueden dar curso a siones, por ejemplo en el caso del tiempo es el instante, en el caso
un nuevo tipo de subjetividad política. del número es el cero.
Ahora bien, por otro lado, me parece que hay algo que sería Todos conocen el trabajo de Jacques-Alain Miller sobre la
muy interesante para que los psicoanalistas aprendan de la teo- sutura, en el cual utiliza las categorías de
...el psicoanálisis
ría de Laclau, sobre todo para que comiencen a entender desde Frege, quien también a comienzo de siglo
tiene una
cuándo el psicoanálisis -no me refiero tal vez a la ciudad de volvió al mismo descubrimiento de Pascal: es
dimensión
Buenos Aires- dejó de ser hegemónico. necesario algo fuera de la serie numérica para
Bueno, aquí es donde finalizo por ahora. que haya una serie numérica. ontológica que
simplemente
Bertrand Russell sosterúa que no puede d. .
. . . . . mo ifica toda
cons t ru1rse una sene numenca como una sene ..
, . . nuestra confeccion
1og1ca a menos que uno comience por el cero y d b. . .d
e 1a o 1ettvi ad.
ERNESTO LACLAU no por e1 uno. Pero comenzar con el cero y no
Mudúsimas gracias, Jorge, por tu muy interesante interven- con el uno es dar un nombre a aquello que es innombrable y, de
ción. Quisiera referirme a algunos aspectos de lo que has plan- alguna manera, este dar un nombre a lo innombrable es exacta-
teado. mente lo que nos lleva al punto que estaba tratando de profun-
En primer lugar, con un punto que planteaste al corrúenzo dizar con un modelo lingüístico.
estoy completamente de acuerdo contigo: la significación del ¿Por qué traigo esto a colación? Porque me parece que entre
psicoanálisis no es la de ser una teoría regional. Es decir, el psi- el momento de dislocación y antagonismo y el momento de
coanálisis tiene una dimensión ontológica que simplemente hegemonía, hay un cierto tipo de relación más íntima que la que
modifica toda nuestra confección de la objetividad. Jorge ha planteado.
Recuerdo que Althusser solía decir que toda ontología se Es decir, yo he tratado de mostrar en mi trabajo que el antag-
funda siempre en una cierta exploración que tiene lugar al prin- onismo no puede reducirse a una relación dialéctica, que la
cipio en un área limitada, pero que luego la rebasa enteramente. relación dialéctica es una relación conceptual, una relación entre
Decía que detrás de la filosofía platónica está la matemática grie- objetos como tales, mientras que la relación antagónica es una
ga, detrás del racionalismo del siglo XVII está la física de Galileo, relación en la que se muestran los límites de toda objetividad.
108 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 109

Ahora bien, una vez que se han planteado los límites de toda modo que tendríamos que explorar más la totalidad del argu-
objetividad, uno está exactamente enfrentado con lo que en la mento, pero no veo que haya muchos puntos de desacuerdo allí.
teoría lacaniana sería lo real: aquello que resiste a la sim- Lo que quiero decir, finalmente, es que no creo que toda ten-
bolización. Diría precisamente que porque hay un real que dencia, que toda lógica hegemónica, produzca una lógica eman-
resiste a la simbolización, el movimiento de la simbolización no cipatoria. Ese es justamente el tipo de teleología que he tratado
tiene un índice interno. Entonces, es ahí donde veo que la siempre de combatir.
dimensión de la hegemonía y la dimensión del antagonismo y Hay demandas sociales que pueden ser articuladas de for-
de lo real tienen que ser planteados conjuntamente. mas totalmente distintas; por ejemplo, todo el discurso en
A lo mejor tú no estás muy de acuerdo con eso ... Estados Unidos a fin del siglo XIX al que me referí antes -€1 del
Es una cuestión de matices probablemente, pero me parece hombre pequeño frente a la gran riqueza- fue un discurso de
que Lo que he tratado de hacer en mi trabajo es de mostrar la izquierda. Es decir, no plasmó grandes organizaciones de masa
relación interna entre estos dos momentos. en esa época, o las plasmó, pero no tuvieron finalmente éxito. Sin
Por ejemplo, ese es uno de los puntos en el que tenemos un embargo, fue una serie de temas que penetraron todo lo que se
cierto desacuerdo con Zlavoj Zizek. Al comienzo, él aceptó llama el discurso de la Progressiveagey después fueron decisivas
enteramente mi análisis del anta~onismo como lírrúte de la obje- en la constitución del New deal. Estas demandas fueron hegemo-
tividad, cuando publicó en L' Ane -el periódico lacaniano en nizadas por discursos de izquierda, pero después de los años 40
París- una reseña del libro nuestro en la cual él aceptaba entera- y 50 se dio el proceso inverso, pues estas mismas demandas de
mente este tipo de argumentos. Después se ha movido hacia una carácter democrático empezaron a ser dominadas por un dis-
posición en la cual trata de rescatar esa dimensión de lo real más curso de derecha, por el discurso de la moral majority.
dentro de una lógica estrictamente dialéctica. Claro que es una Es decir, que el juego hegemónico -una vez que está plantea-
lógica dialéctica que está muy matizada en su caso, pero para mí do- significa que hay constitutivamente algo indefinible y que
lleva a una crisis, a wt compromiso inestable, entre el hegelian- no hay nada que asegure a priorique va a haber una articulación
ismo y el lacanismo, y que yo no creo que se resuelva de una de tipo emancipatorio.
manera enteramente satisfactoria. El discurso emancipatorio plantea otro problema.
Estoy completamente de acuerdo con Jorge en lo que él ha No creo que el discurso emancipatorio tenga que ser conce-
dicho acerca de la cuestión de la decisión en el momento de la bido como un discurso separado del poder. Creo incluso que la
sobredeterminación, no teniendo el carácter que tenía en la más democrática de las sociedades es la constihtción de un
teoría althusseriana. Precisamente, lo que hemos trabajado más nuevo poder, no es la eliminación radical del poder.
recientemente con un grupo de gente, ha sido el momento de la En ese sentido, no puede haber una teleología de la emanci-
decisión, que hemos tratado de ligar a la noción lacaniana del pación que vaya a gobernar el conjunto de las acciones sociales.
acto, y este momento de la decisión es absolutamente inasimil- Lo que se va a dar son formaciones de equilibrios hegemónicos
able a cualquier deterrrúnación objetiva de carácter a priori. que constantemente pueden moverse en una u otra dirección.
Respecto a lo real y a la pulsión de muerte, en ningún El desarrollo del discurso nazi al final de la república de
momento he tratado de plantear que la movilidad en términos Weimar se jugó en movilizar una serie de demandas democráti-
de una cadena significante excluya esa dimensión. Creo que la cas de las masas que fueron articuladas al discurso que inicial-
pulsión de muerte da a través de su operación, poniendo límites, mente no tenía nada de anticapitalista y fue un discurso autori-
una serie de tensiones en la misma cadena de significantes. No tario.
me parece que haya que entender la cadena significante como un O sea, yo pienso que un proyecto emancipatorio tiene que
simple movimiento de lenguaje librado a su propia fuerza. Si el definirse como proyecto hegemónico, pero no pienso que toda
inconsciente mismo está estructurado como un lenguaje, la hegemonía necesariamente conduzca en una dirección emanci-
dimensión del lenguaje incluye todas estas dimensiones. De patoria.
110 JORGE ALEMÁN PARA UNA IZQUIERDA LACANIANA ... 111

JORGE ALEMÁN una teoría sociológica muy precisa que era la simplificación ele
Estoy de acuerdo en que en absoluto se puede desprender de la estructura social bajo el capitalismo.
la lógica hegemónica que has presentado que la hegemonía con- El marxismo pensaba que bajo el capitalismo se iban a disol-
duzca necesariamente a lo emancipatorio; he insistido que ese ver las clases medias y el campesinado y que, por consiguiente,
anudamiento entre hegemonía y emancipación estaba disuelto. el acto final de la historia iba a ser una confrontación entre un
Pero la pregunta que yo intenté hacer fue: ¿en qué condiciones proletariado homogéneo y la burguesía.
esta lógica hegemónica logra finalmente encontrarse con una Ahora bien, esa teoría de la emancipación que supone un
voluntad política que la incluya en un proyecto emancipatorio? agente privilegiado de la misma se empieza a romper de muchas
Esa voluntad ¿es el resultado de la emergencia de la decisión en maneras.
el horizonte de lo indecidible? ¿Cómo obtiene entonces su ori- En primer lugar, se empieza a ver la teoría leninista de la
entación? Pregunto esto teniendo en cuenta que efectivamente alianza de clases, que ya era una teoría más compleja acerca de
es un proyecto de poder y que no es en absoluto la otra emanci- voluntades en que distintos actores sociales tenían que confluir.
pación metafísica que ya ha quedado deconstruída. La teoría del desarrollo desigual combinado de los años 30, tal
Es deci~ me interesa apuntar lo siguiente: ese momento de la como la formula Trotsky, presupone que no hay un agente eman-
decisión, lo decidible, ¿cómo queda orientado políticamente en dpatorio único ligado a una clase social específica. Y finalmente
el caso de que efectivamente la lógica hegemónica se encuentre Gramsci saca las consecuencias de ese proceso cuando piensa
con una voluntad de emancipación? ¿Cuál es el actor o los que los actores emancipatorios no son ya las clases sociales en el
actores que realizan esa articulación para que lo que es lo sentido clásico, sino que son los que él llama voluntades colecti-
hegemónico pueda efectivamente orientarse? Esta pregunta vas; esas voluntades colectivas se dan a través de la aglutinación
adquiere un realce especial cuando sabemos que actualmente de una serie de reinvidicaciones, equivalentes a lo que hemos
todas las teorías emancipatorias se encuentran, después del pro- llamado cadenas de equivalencias, articulaciones de equivalen-
letariado de Marx, con la dificultad de definir a las subjetivi- cias y diferencias; y es así cómo un cierto acto emancipatorio
dades políticas que intervendrían en el acto emancipatorio. puede llegar a ser constituido.
Como no se trata de un mero decisionismo, si estamos en ese El otro problema, que creo que Jorge también plantea, es
nivel donde efectivamente -acordamos en esto- lo indecidible es cómo decidir acerca de cuáles son los objetivos emancipatorios.
ineliminable de toda decisión, queda entonces a su vez la ori- pe nuevo allí yo no creo que haya una decisión apriorística y
entación ética de esta decisión. universal, porque estoy muy en contra de teorías éticas como las
En efecto, es absolutamente cierto lo que has dicho antes: teorías habermasianas que presuponen que hay una cierta
ninguna cuestión hegemónica -al no ser una teleología- lleva racionalidad última de los procesos históricos.
necesariamente al proyecto de emancipación. Pero en el caso de Lo que pasa es que vivimos en sociedades en las cuales ya
que fuera así, ¿con qué actores es orientada la hegemonía hacia tenemos ciertas convicciones y cuando esas convicciones chocan
el proyecto de emancipación? con ciertos procesos que las ponen en cuestión, entonces hay una
transformación de los objetivos políticos.
ERNESTO LACLAU Pero aparte de este proceso -que Richard Rorty llamaría un
Hay dos aspectos aquí. proceso conversacional de constmcción de voluntades colecti-
En primer lugar, yo no creo que haya un agente único de la vas- no hay constmcción de agente social emandpatorio, ni de
emancipación. En el socialismo clásico, que es una teoría acerca ningún otro tipo. Claro que podríamos díscutir cómo se consti-
de una voluntad colectiva absolutamente homogénea, esa vol- tuyen voluntades colectivas de carácter emancipatorio en la
untad colectiva era la clase obrera como agente de una emanci- Argentina o en otros lugares, pero yo no creo que se pueda hacer
pación universal. Esa idea de un agente que ontológica y episte- una teoría general del acto emancipatorio más allá del análisis
mológicamente privilegiaba el acto emancipatorio se fundaba en de las coyunturas concretas.
Este libro se terminó de imprimir
en Sevagraf S.A.
en agosto de 2009

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