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me r c e d e s góm ez-f errer

Un nuevo documento sobre la


Virgen del caballero de Montesa
de Paolo de San Leocadio
y su comitente, el maestre Luis Despuig

UNA DE LAS TABLAS MÁS SIGNIFICATIVAS EN EL PROCESO La pintura es una tabla casi cuadrada pintada al óleo
de introducción de la pintura renacentista en España que representa a la Virgen con el Niño en el centro,
es la conocida Virgen del caballero de Montesa que custo- Àanqueados a la izquierda por san Benito y a la derecha
dia el Museo del Prado (¿g. 1). Esta controvertida tabla, por san Bernardo y un donante, un caballero pertene-
que ha pasado por sucesivas atribuciones, desde el anó- ciente a la orden de Montesa, todo ello enmarcado por
nimo Maestro de la Virgen del caballero de Montesa, una arquitectura de novedosa composición renacen-
hasta el pintor emiliano Paolo de San Leocadio (1447- tista abierta en un lateral a un jardín. La estancia res-
1520), últimamente admitida de forma casi unánime ponde a una estructura perfectamente construida
por la crítica1, es una pieza esencial para aquilatar el desde el punto de vista de la perspectiva, como se
fenómeno de esa inÀuencia italianizante que se pro- puede ver tanto en las baldosas blancas y negras del
duce en la pintura española a fines del siglo XV. El suelo en primer término, en las que el artista se per-
nuevo documento que se da a conocer en este texto y mite incluso una grácil decoración Àoral, como en la
que se transcribe al ¿nal del mismo, contribuye a disi- composición con columnas marmóreas rojizas adosa-
par las posibles dudas que aún pudieran permanecer das al muro en el que se abren simétricamente dos
sobre su autoría. Por un lado, los datos aparecidos ventanas, y en el techo, donde se aprecia el comienzo
ponen en conexión a Paolo de San Leocadio con el de lo que parece ser una decoración de casetones. Esta
gran maestre de la orden de Montesa y virrey de Valen- desenvuelta referencia al código clásico se refuerza con
cia, Luis Despuig (Játiva, ?ãValencia, 1482). Por otro, y el trono en el que se sitúa la Virgen, con su frontón
pese a que no se ha encontrado el contrato que con- segmental decorado por ligeros putti y láurea central,
¿rme el tema que Despuig mandó representar en el sus pilastras de brillantes capiteles compuestos sobre
retablo que encargó para la iglesia parroquial de Mon- las que descansa un entablamento que juega con un
tesa (Valencia), todo apunta a que la Virgen del caballero friso jaspeado para dar un toque de color a ese fondo,
de Montesa debió formar parte de él. De ser esto cierto, y especialmente con los brazos del trono, donde de
como parece, este nuevo documento, fechado en 1498, nuevo unos putti parecen apoyarse en las formas incur-
con¿rmaría que la citada obra se hizo a partir de 1482, vadas que sostienen dos fantásticas es¿nges. Pero es
es decir, bastante después de lo que se suponía, y no en sin duda el grupo de la Virgen con el Niño el que con-
los primeros momentos de actividad de San Leocadio centra toda la atención. El pintor ha cuidado muy espe-
en Valencia, tras su llegada en 1472. cialmente las carnaciones de sus rostros para que con-

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1. Paolo de San Leocadio, La Virgen del caballero de Montesa, después de 1482. Óleo sobre tabla, 102 x 96 cm.
Madrid, Museo Nacional del Prado (P-1335)

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2. Paolo de San Leocadio, Ángeles músicos, 1472. Fresco. Cúpula del presbiterio de la catedral de Valencia (detalle)

trasten con el resto del conjunto, mucho más sombrío. pintor español del último cuarto del siglo XV. La estu-
A pesar del esmero puesto en la realización de los diada composición, la volumetría y la anatomía de las
cabellos y la cinta con perlas y otros adornos del borde ¿guras, los detalles renacentistas en la arquitectura o
del manto de María, es su mirada de soslayo hacia el en el trono de María, las transparencias y el trata-
Niño y su propia majestad, gracias al volumen de los miento de los tejidos o las carnaciones, apuntan clara-
ropajes, la que cautiva en esta obra. Otros detalles son mente hacia una formación italiana, sólo levemente
signo también de la gran calidad del pintor, como las transgredida por el diminuto canon del donante arro-
transparencias, el preciosismo de la alfombra a los pies dillado a los pies de un envarado san Bernardo, única
del trono o la cuidada gama cromática de los vestidos. concesión a las tradiciones locales.
Con gran habilidad rompe la simetría de los dos santos La obra pertenece al Museo del Prado desde 1919,
a uno y otro lado de la Virgen para evitar la rigidez. Así, cuando fue adquirida por suscripción pública, y se
cuida el contraste de sus hábitos –negro y blanco–, sus exhibe como una de las piezas más importantes de la
ademanes –leyendo uno y mirando el otro–, e incluso pintura sobre tabla realizada en España durante la pri-
diferencia mínimamente las edades de sus rostros. Toda mera época del Renacimiento. Se conocía en parte su
la obra respira un aire italianizante impensable en un periplo, procedente sin duda del medio valenciano,

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hecho éste que se subraya por la presencia del caba- evidentemente el propio Francesco Pagano –solo o en
llero de la orden de Montesa, bien arraigada en este compañía de San Leocadio–, y el mestre Riquart, supues-
territorio. Posiblemente la obra pasaría con el último tamente identi¿cado con el siciliano Riccardo Quarta-
Maestro de Montesa, Pedro Luis Galcerán de Borja, a raro (1443-1507)4. A ellos se habían sumado inicialmente
la familia Borja, y, con el tiempo, llegaría a manos de otros pintores de su ámbito de inÀuencia, pero con
los Benavente y de la casa de Osuna. A ¿nales del si- menores probabilidades, como Rodrigo de Osona
glo XIX, la tabla fue utilizada como pago de honorarios (h. 1465-h. 1514)5. Otras hipótesis tempranas, como las
médicos. Hacia 1917 fue vendida al pintor Lorenzo planteadas en relación con posibles pintores Àamencos,
Albarrán, y hacia 1919 al bilbaíno Horacio Echeva- hace ya mucho tiempo que han sido descartadas6.
rrieta, hasta que como se ha dicho fue adquirida por Hoy en día la mayor parte de los investigadores, aun
el Prado2. reconociendo un cierto recelo, abogan por la autoría
A falta de más información, la atribución de la tabla de Paolo de San Leocadio para la Virgen del caballero de
se había basado en sus características formales, su lógica Montesa. Y ello con más ahínco, si cabe, al haberse por
¿liación italiana, su origen en el ambiente artístico ¿n destapado y restaurado el fresco con los ángeles
valenciano y el dato de la presencia en Valencia de pin- músicos del presbiterio de la catedral de Valencia, que
tores italianos en fechas coetáneas a su presumible añade un importante repertorio formal a la escasa pro-
ejecución. Aunque inicialmente las propuestas sobre ducción segura de los pintores italianos en Valencia y a
su autoría habían sido muy variadas, desde considerarla las innumerables dudas que se planteaban sobre su
obra de algún artista de inÀuencia Àamenca, hasta atri- forma de pintar. Las evidentes relaciones formales entre
buirla a maestros que hubieran trabajado en el entorno el fresco y aspectos destacados de la tabla han servido
valenciano o a un inde¿nido y anónimo Maestro de la para refrendar la adscripción a Paolo de San Leocadio,
Virgen del caballero de Montesa3, la crítica había tra- toda vez que se ha querido ver en el joven pintor al
tado de dar nombre a este artista. La mayor parte de protagonista de la pintura al fresco, relegando a Pagano
los autores coincidían en que debía tratarse de un pin- a los aspectos o motivos decorativos del conjunto. No
tor de origen italiano que estuviera presente en Valen- queremos volver a traer a colación el tema de la socie-
cia durante el último cuarto del siglo XV, lo que cerraba dad pictórica entre los dos maestros, porque espera-
el círculo a los artistas llamados a trabajar al fresco en mos que las nuevas investigaciones permitan aclarar
el presbiterio de la catedral. Pero las di¿cultades estri- las muchas lagunas que aún persisten en torno a este
baban en que no era uno sólo sino tres, los maestros asunto7. Lo cierto es que la información documental
que cumplían esas características, y en que además dos existente, con una cronología más tardía de la que se
de ellos trabajaron en compañía, contratando obras había propuesto hasta la fecha, tampoco resuelve las
conjuntamente. De todos es sabido que Paolo de San dudas que plantea la actuación de uno y otro pintor.
Leocadio no llegó solo a Valencia. Se encontraba acom- Uno de los aspectos esenciales de todo este debate se
pañado por Francesco Pagano (Nápoles, ?-act. en encuentra precisamente en la fecha de ejecución de la
Valencia 1472-81), quien inicia con él la ejecución de los Virgen del caballero de Montesa, que, como ya se ha apun-
ángeles músicos del presbiterio catedralicio en 1472 tado, debió hacerse a partir de 1482, después de lo que
(¿g. 2). A ello se añade la estancia en la ciudad de otro hasta ahora se había supuesto (h. 1473-76). Por tanto,
pintor que también probó suerte en las obras de la no reÀejaría exclusivamente la forma de pintar de San
catedral, el mestre Riquart (act. en Valencia en 1472), Leocadio a los pocos años de su llegada a la ciudad de
que ¿nalmente no fue contratado por el cabildo. La Valencia, que se sitúa en 1472, sino la forma de pintar
coincidencia de estos tres pintores en Valencia, unida de un artista que, tras unos años de maduración, cuando
a su posible inÀuencia sobre otros artistas locales, ha ya había adquirido el bagaje su¿ciente, desempeña un
propiciado numerosas hipótesis de adjudicación. Por contrato en solitario, una vez escindida la sociedad con
tanto, junto a la autoría más recientemente admitida Pagano. Paolo de San Leocadio era el pintor más joven
de Paolo de San Leocadio, los más ¿rmes candidatos y el que se labró después un mejor porvenir en la ciu-
para ser considerados autores de la tabla del Prado eran dad de Valencia, con una vida muy longeva y un desta-

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cado taller en el que participaron sus hijos, lo que tam- y que quizá no se pudo pagar a su debido tiempo –cosa
bién tuvo como consecuencia una producción muy probable, ya que es el último tercio del coste total de
desigual y, en cierta manera, muy controvertida. la obra–, o como un pago parcial a tiempo, consecuente
con un encargo que pudo retrasarse en relación a la
EL DOCUMENTO Y LA VIRGEN DEL CABALLERO voluntad del testador y certi¿carse en una fecha mucho
DE MONTESA más tardía, quizá por indecisión de los albaceas testa-
El documento en el que se basa este artículo es un mentarios o por cualquier problema en relación con el
ápoca de pago hallado en un volumen de protocolos de cumplimiento de las últimas voluntades, algo que tam-
la sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional8. bién era bastante frecuente. En relación con la docu-
Se trata de un pago bastante tardío, fechado el 21 de mentación, lo único que podemos señalar sobre esta
julio de 1498, por el que Paolo de San Leocadio, pintor cuestión es que en los volúmenes anteriores de los
de la ciudad de Valencia, reconoce recibir de los alba- protocolos del notario ante el que se ¿rmó el ápoca no
ceas del último testamento del maestro de la orden de hemos localizado pagos previos ni tampoco el contrato
Montesa Luis Despuig, 25 libras que le faltaban por del retablo, lo que quizá apunta a la primera de las dos
cobrar de un total de 75 de un retablo pintado por él y hipótesis, es decir, que se trate de un pago retrasado,
encargado por el testador para la iglesia de la villa de alejado del momento inicial del contrato de la obra10.
Montesa. Estamos ante un testimonio excepcional, ya Resulta no obstante extraño que no se mencione que
que, salvo algunos documentos de carácter privado y se trata de una retribución que había quedado pen-
los del proceso de la pintura del presbiterio de la cate- diente; a veces se producían interrupciones en los
dral valenciana9, los datos sobre Paolo de San Leocadio pagos como consecuencia de pleitos, pero no hay indi-
se retrasaban notablemente hasta el documento sobre cación alguna de ello.
el retablo mayor de Santa María de Castellón en 1490 En cualquiera de estas dos hipótesis, y en el supuesto,
y al periodo gandiense, ya entrado el siglo XVI. Debido muy probable, de que el documento se re¿era a la Virgen
a esta gran laguna no era posible fechar ninguna de las del caballero de Montesa, la ejecución de la obra se retra-
obras sobre tabla consideradas anteriores a las obras saría con respecto a lo que se pensaba hasta ahora, ya
de Gandía y a las muy tardías de Villarreal. No obs- que como fecha más temprana debemos admitir la pos-
tante, veremos que en el aspecto cronológico quedan terior a octubre de 1482, año del fallecimiento de Luis
muchas cuestiones abiertas. Despuig, caballero de Montesa y donante de la pieza, y
La documentación encontrada no permite resolver como más tardía los años 1497-98, próximos al ápoca de
todas las incógnitas, pero sí asegura un encargo a Paolo pago. No obstante, esta segunda opción parece menos
de San Leocadio por parte de Luis Despuig de una obra plausible, a juzgar por el estilo de la obra y teniendo en
que iba a ornamentar la iglesia de la población de Mon- cuenta lo habitual que era retrasar –en ocasiones bas-
tesa, situada a los pies del castillo de la orden. Plantea tante– las liquidaciones de los pagos. De ese modo, al
no obstante bastantes incertidumbres. Desconocemos abandonar una cronología temprana en la década de
el testamento de Luis Despuig y si en él se especi¿- 1470, esta tabla ya no sería el fruto de un joven Paolo de
caba el tipo de retablo requerido; tampoco sabemos si San Leocadio recién llegado a la ciudad, sino un trabajo
estaba compuesto por más de una tabla y qué icono- ejecutado cuando el encargo de la obra catedralicia
grafía presentaba y, por último, ignoramos las vicisitu- había concluido y el pintor llevaba ya más de diez años
des para el cumplimiento de esta manda testamentaria, trabajando en Valencia y gozaba de un gran prestigio
ya que hay una gran diferencia cronológica entre la logrado precisamente por su intervención en la catedral.
fecha del fallecimiento de Luis Despuig, el 3 de octu- Por otro lado, a la vista de la nueva fecha se descar-
bre del año 1482, y la fecha de esta ápoca de pago, del tarían de¿nitivamente las dudas que existían para algu-
año 1498. nos autores sobre la posible colaboración en la tabla
Este desfase de más de dieciséis años puede inter- de Francesco Pagano. Está muy claro el pago a Paolo
pretarse de varias maneras: o como un pago retrasado de San Leocadio en exclusiva, porque además se pro-
por una obra que hacía mucho que se había ejecutado duce en un periodo en el que se puede entender que se

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ha roto claramente la sociedad. Ésta se certi¿ca aproxi-
madamente hasta diciembre de 1481, pero con poste-
rioridad no es ya segura, porque las últimas referencias
a Pagano son de enero de 1482. Considerando que ha
aparecido documentación que sitúa a Pagano en el
medio napolitano ya en 145711, podemos pensar que éste
era mucho mayor que San Leocadio, y que tras 1482 o
bien falleció, o bien volvió a su tierra natal, sin que se
pueda corroborar con seguridad ese regreso, ya que ha
quedado descartada su autoría para obras fechadas en
la década de 1480 en Nápoles y desmontada su identi-
¿cación con un Francesco di Napoli que trabajó en el
año 1489 en la corte partenopea12.
Sabemos que Paolo de San Leocadio, tras terminar
los frescos de la catedral permaneció en Valencia. Se
documentan trabajos suyos para este edi¿cio todavía
el 13 de febrero de 1484, cuando cobra por la pintura
de la clave de la Arcada Nova, y en junio por el mante-
nimiento de la capilla mayor. Las noticias se interrum-
pen hasta 1490, año el que, huyendo de la peste que
azotaba Valencia, se traslada a Castellón, donde se
aprovecha su estancia para contratar con él un retablo
para la iglesia de la villa. En noviembre de 1492 debía
estar de regreso en Valencia, desde donde decide pro-
seguir la obra iniciada en Castellón, cuyos pagos se
eternizan, posponiéndose hasta el año 1500. A partir
de esa fecha, las noticias sobre San Leocadio son muy
numerosas en relación de nuevo con sus trabajos para 3. Paolo de San Leocadio, La Adoración de los Reyes Magos, 1485.
Gandía y, con posterioridad, para Villarreal. Óleo sobre tabla, 44 x 30 cm. Bayona, Musée Bonnat
De considerarse esta tabla, como nosotros pensa- (inv. n.º 1013)
mos, la que Luis Despuig mandó hacer en su testamento
con destino a la parroquia de Montesa, contratada con
Paolo de San Leocadio, lo que resulta evidente es que
no se trataría de un encargo de ámbito privado, ya que,
aunque no es de grandes dimensiones, excede en tamaño Al mismo tiempo, con una datación más tardía la
a lo que comúnmente se pintaba para oratorios de carác- tabla del Prado también entroncaría mejor con la Sacra
ter íntimo, y el hecho de que la documentación hable Conversazione o Matrimonio místico de santa Catalina de
de un retablo (retabuli), refrenda una hipótesis que se ha Alejandría en presencia de santa Ágata y santa Lucía que
barajado, y es que fuera la pieza central de un conjunto se conserva en la National Gallery de Londres (¿g. 4),
mayor. Con este conjunto podrían relacionarse una ¿rmada «PAVLVS» en la orla del vestido de la Virgen, y
Anunciación antes conservada en Múnich, y la Adoración que se fecha hacia 1486-92. En este caso, sus reducidas
de los Magos del Musée Bonnat de Bayona (¿g. 3), que dimensiones (43,5 x 23,3 cm) sí parecen apuntar a un
por su reducido tamaño tendrían que ser piezas de la encargo de carácter privado. El hecho de que proce-
predela13. La cronología que proponemos cuadraría diera del palacio Cerretani de Florencia, y pasara por
mejor con esta hipótesis, ya que esta Adoración es deu- la Sebright Collection de Beechwood Park (Inglaterra),
dora de un grabado de Martin Schongauer de 1480-8214. donde permanecería hasta 1935, había servido para jus-

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Volviendo al encargo concreto en relación con el
testamento de Luis Despuig, y como ya hemos comen-
tado, nos encontramos con la di¿cultad de que desco-
nocemos la manda testamentaria exacta, ya que no
hemos localizado el testamento. No sabemos si se trata
de un testamento próximo a la fecha de su falleci-
miento, lo que es probable, y tampoco si en él se reque-
ría exactamente al pintor San Leocadio para hacer la
obra. En algunos casos, las mandas testamentarias sola-
mente expresan el deseo de dotar una iglesia o capilla
con un retablo y el dinero que se deja para ese fin,
correspondiendo a los albaceas testamentarios la bús-
queda del artista al que se encargaría la obra. Pero hay
otros en los que sí se especi¿ca el pintor requerido para
la misma. No sería de extrañar que hubiera sido el pro-
pio Luis Despuig, por su propia y culta personalidad,
el que decidiera que la obra fuera encargada al pintor
italiano.

LUIS DESPUIG
Fue una destacada ¿gura en el medio valenciano de la
segunda mitad del siglo XV. Octavo maestre de la orden
de Montesa (1453-82) y virrey de Valencia (1472-78) era
un personaje que conocía bien la realidad italiana.
Había sido embajador en Venecia, había participado
en las campañas italianas y organizado la defensa de la
Lombardía, y de nuevo en 1471 había estado en Roma
cumplimentando al recién elegido Sixto IV della
4. Paolo de San Leocadio, La Virgen y el Niño con santos,
Rovere16. Jerónimo Zurita en sus Anales (1562-80) no
h. 1495. Óleo sobre tabla, 43,5 x 23,3 cm. Londres, escatima en elogios hacia su ¿gura y recoge su llegada
National Gallery (inv. n.º NG4786) como embajador ante el papa, que le recibió en su pala-
cio con los máximos honores:

Era la persona del maestre de Montesa muy estimada y


acatada en toda Italia, por ser muy conocido y señalado
ti¿car un supuesto regreso a Italia de Paolo de San desde el tiempo del rey don Alonso y hacíanle el papa y
Leocadio que creemos innecesario15, porque la presencia los cardenales muy grandes honras y cortesías, y fue muy
en Italia de la pieza, al tratarse de una obra de dimen- acompañado a esta embajada de caballeros y de perso-
siones tan reducidas, podría explicarse por pertenecer nas de condición, y el papa se señaló en gran manera en
a un ajuar de viaje. Estamos por tanto de acuerdo con honrarle porque no consintió que estuviese en pie, sino
quienes no ven necesario un nuevo viaje a Italia de San sentado junto al cardenal de San Pedro, su sobrino, y
Leocadio en el periodo de 1484 al 1490, ya que tanto que estuviese cubierto, cosa que no se hacía con ningún
esta obra como la Virgen del caballero de Montesa, con la embajador17.
nueva cronología que proponemos, podrían haberse
realizado perfectamente en el medio valenciano, con el El mismo Zurita insistiría en esas alabanzas a la ¿gura
bagaje que el pintor tenía. de Despuig cuando tras el fallecimiento del virrey de

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Sicilia, don Ximen López de Urrea, se pensó en él para cofradía de San Jordi de una joya que debía llevarse en
ocupar su cargo: procesión en la ¿esta de la Encarnación. El conjunto
de poemas entregados al concurso se publicaría en las
Aunque el rey tenía muchos señores vasallos de gran cali- conocidas Obras o Troves en lahors de la Verge Maria
dad, muy valerosos y dispuestos para tener el gobierno (Valencia, 1474).
de cualquier reino y salir a toda empresa de guerra, pero Durante su mandato, Despuig se ocupó de mejorar
entre todos el más señalado y en quien todos ponían los notablemente el castillo-convento de Montesa y a él
ojos era el maestre de Montesa, por su gran valor en las se le atribuye la construcción de la capilla de San Jorge
armas y por su consejo y prudencia. Era su experien- de la iglesia –donde según se narra en las crónicas fue
cia muy grande y el celo de la justicia con la entereza sepultado–, y el dormitorio del convento19. Pero tam-
de la vida y aunque en estas partes se hallase algún otro bién favoreció la iglesia parroquial de la villa. Tan sólo
que le fuese igual, en que se tenía harta duda no había unos meses antes de su fallecimiento, el 1 de julio de
ninguno tan práctico y tan instruido en la milicia ita- 1482, instituyó allí una misa cada día y doce aniversa-
liana ni que tuviese con aquella nación tanta reputación rios por año para los que dejó 900 escudos. Por ello
y crédito. Los venecianos lo amaban extrañamente, y el podría pensarse que el retablo no fue pensado para el
duque de Milán, y le estimaban sobre todo los capita- ámbito privado del castillo, sino para la iglesia parro-
nes de su tiempo, y los florentinos y genoveses le tenían quial de la población de Montesa. Pero las di¿cultades
gran reverencia; y el papa y todo el colegio lo amaban aumentan, ya que la iglesia fue totalmente remodelada
como hermano, y el rey de Nápoles le tenía en lugar de a partir del último cuarto del siglo XVI y de nuevo refor-
padre. Más aunque todos le llamaban y requerían por mada durante el siglo XVII y tras el terremoto de 1748,
el bien universal, él rehusó aquel cargo y otros mayores con lo que carecemos de datos sobre su disposición o
por estar determinado de recogerse a una solitaria vida posibles capillas. Sólo sabemos que unos años antes de
en su religión y procuraba dejar la lugartenencia general la muerte de Despuig se renovaron las cubiertas, que
del Reino de Valencia teniendo allí su casa y estado, cosa aún debían ser de madera20. Al no conservarse las capi-
que pocas veces la vemos18. tulaciones del retablo no sabemos las características
de la capilla a la que pudo ir destinada la obra, pero en
Por tanto, era quizá uno de los hombres que estaban cualquier caso, parece claro que no se trataba de la
más en contacto con el entorno italiano y de los más capilla mayor, que hubiera tenido un retablo de dimen-
admirados y conocidos en ese medio. siones superiores.
Su virreinato coincide de lleno con el proceso de Por otro lado, en el caso de que la decisión sobre el
decoración del presbiterio de la catedral de Valencia, pintor hubiera estado en manos de los albaceas testa-
pues se inicia el mismo año de la llegada de los pin- mentarios, debemos considerar que también el caba-
tores a la ciudad. Debemos tener en cuenta que Des- llero Joan Marrades, que es quien certi¿ca el pago a
puig estaba presente en Roma, en la embajada citada, San Leocadio, fue un personaje relevante en el medio
un año antes de la llegada de los pintores a Valencia, valenciano de la época y llegó a ostentar los cargos de
cuando presumiblemente éstos se encontraban en esa jurado de la ciudad (1505-6) y justicia civil (1511). Había
ciudad y quizá en el entorno papal, pues se ha pensado participado igualmente en las guerras de Nápoles al
que pudieron haber realizado la decoración de algunas servicio de don Fadrique y en las de Castilla al servicio
estancias papales. Al año siguiente, el mismo del nom- de los Reyes Católicos, destacando en la batalla de
bramiento de Despuig como virrey, llegan a Valencia Toro, por lo que era una personalidad relacionada con
para hacerse cargo de la pintura del presbiterio, pro- el poder militar de la ciudad, el mismo que también
ceso que el propio virrey pudo seguir de cerca. Sabe- había ostentado el propio Luis Despuig, muy activo en
mos además que Despuig tenía notables intereses cul- distintos episodios bélicos.
turales. El 11 de febrero de 1474, por ejemplo, organizó Tras todo lo expuesto, resulta evidente que, aunque
un certamen literario junto al presbítero y poeta Ber- falta el contrato que especifique los temas que se
nat Fenollar (1438-1516) con motivo de la entrega a la debían representar en el retablo encargado por Luis

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Despuig, y no conste la procedencia de la tabla del mercedes gómez-ferrer es Profesora Titular del Departamento
Prado, el documento encontrado conecta a Paolo de de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, Máster en
San Leocadio con el maestre. Y no sólo eso. A partir Conservación de Ciudades Históricas y Edi¿cios por la Univer-
de él, todo parece apuntar a que la Virgen del caballero sidad de Lovaina (Bélgica), y Licenciada en Filología Inglesa por
de Montesa debe de ser la tabla central de ese retablo la Universidad de Valencia. Sus investigaciones están relaciona-
que Luis Despuig, gran maestre de la orden de Mon- das con el arte en época bajo-medieval y moderna. Es autora de
tesa y virrey de Valencia, mandó hacer en su testa- numerosos artículos y libros como Arquitectura en la Valencia del
mento y del que, tras su muerte, se hizo cargo Paolo siglo XVI. El hospital general y sus artíÀces (1998), o El Real de Valencia
de San Leocadio. (1238-1810). Historia arquitectónica de un palacio desaparecido (2012),
y de artículos sobre pintores como Jacomart, Juan de Juanes,
Joan Reixach, los Falcó, etc.
mercedes.gomez.ferrer@gmail.com

apéndice documental

Archivo Histórico Nacional, Sección Muntesie et Sancti Georgi licet absentibus ut scienter et exprese omni excepcione per me
Nobleza, Osuna, c. 1308, d. 7. Notario Joan presentibus et vestris que per manus magniÀci predicte non numerate e a vobis non habite et non
Sobrevero, año 1498 Joannis Marrades militi dedistis et solvistis recepte ut predicitur et doli facio vobis et vestris
michi ego que a vobis habui et recepi voluntati Àeri per notario infrascripto presens publica
21 de julio de 1498 mee omnium de realiter numerando viginti apoca instrumentum quod est actum Valencie
quinque libras monete regalium Valencie michi die intitulata XXI mensi julii anno a Nativitate
Sit omnibus notum ego Paulus de Sant Luca per vos debitas ad complementum illarum Domini MCCCCLXXXXVIII nunch mei Pauli de
pictor habitator cives Valencie scienter et septuaginta quinque librarum dicte monete Sant Luca predicte qui hec concedo et Àrmo
gratis conÀteor et in veritate recognosco vobis de precio cuiusdam retabuli sive retaule per Testes huius rei sunt Joannes Garcia
manumisoribus ultimi testamenti reverendi me adopus dicte manumissorie facta et depicti barbitonsor et Antonius de la Via velluterius
domini Ludovici Despuig quondam magistri pro ecclesia ville de Muntesia in de renuncians Valencie habitatores

resumen: En el presente artículo se propone la con¿rmación de la autoría del pintor Paolo de San Leocadio (1447-1520) para la tabla
conservada en el Museo del Prado conocida como la Virgen del caballero de Montesa. Esta obra fue encargada tras el fallecimiento en
1482 del gran maestre de la orden de Montesa y virrey de Valencia, Luis Despuig para su capilla en la iglesia parroquial de la villa de
Montesa. A partir de un ápoca de pago al pintor fechada en 1498 se analizan las consecuencias de esta nueva cronología y la certi¿-
cación de la autoría de esta obra.
pa l ab ras clave: Pintura renacentista; Paolo de San Leocadio; Virgen del caballero de Montesa

s um m a ry: This article aims to con¿rm the authorship of Paolo de San Leocadio (1447-1520) of the painting known as the Virgin of
the Knight of Montesa in the Museo del Prado. The painting was commissioned after the death in 1482 of the Grand Master of the
Order of Montesa and Viceroy of Valencia, Luis Despuig. Based on a document dated 1498 which records a payment to the painter,
the article reÀects on the consequences of this new chronology and the veri¿cation of the authorship by San Leocadio.
keywords: Renaissance painting; Paolo de San Leocadio; Virgin of the Knight of Montesa

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La bibliografía sobre esta tabla padre, hijo y su escuela», Archivo La serie incompleta de los pro- sobre els Borjas: els Àlls del senyor Papa,
es muy amplia, pues se trata de una Español de Arte y Arqueología, IX tocolos del notario Joan Sobrevero Valencia, 2007, pp. 359-78. Realmen-
de las obras más importantes de (1933), pp. 174-87. También la sostu- se encuentra en el Archivo Históri- te lo único ¿dedigno que sabemos
cuantas se conservan del inicio de la vieron M. E. GÓMEZ MORENO en Mil co Nacional, sección Osuna. Sin es que desaparece de la documenta-
pintura renacentista en España. Un joyas de arte español, Barcelona, 1947, embargo, el del año anterior al do- ción valenciana en 1482, fecha en
resumen de la bibliografía general p. 290, e, inicialmente, CH. R. POST, cumento, el protocolo correspon- que debemos considerarlo ya como
en X. COMPANY, Pintura del renaixi- A History of Spanish Painting, Cam- diente a 1497, se conserva en el Ar- un pintor de edad avanzada.
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ment al ducat de Gandia, Valencia, bridge, vol. VI, 1935, pp. 192-96. El chivo del Reino de Valencia, sign. Esta idea ya fue formulada por
1985; una actualización de las atribu- descubrimiento de la Sacra Conver- 2162. En éste aparece una vez el Post, op. cit. (nota 5), p. 196, que pen-
ciones y la propuesta de adjudicarla sazione de Londres, firmada «PAV- nombre de Paolo de San Leocadio, saba que podían haber formado
a Paolo de San Leocadio en ibidem, LVS», hizo que cambiaran de opinión en un acto del 28 de octubre de parte de un conjunto. En otras pro-
Paolo de San Leocadio i els inicis de la con posterioridad. 1497, como testigo de un crédito puestas se ha indicado que podrían
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pintura del Renaiximent a Espanya, Entre otros, habían indicado que Simón Ruiz, presbítero de Va- ser las alas del conjunto, aunque su
Gandía, 2006. Además del citado esta posibilidad A. MAYER, «La ma- lencia, debía a Batista Burgarini. Lo tamaño di¿culta esta posibilidad.
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Ximo Company, se habían venido dre de Dios del Caballero de Mon- desconcertante es que se consigna J . C . HUTCHINSON , The Illus-
decantando por la consideración de tesa», Der Cicerone, 1920, p. 409, y M. como «Paulus de Santo Leocadio trated Bartsch: Early German Artists,
Paolo de San Leocadio, entre otros, NICOLLE, «La Vierge du Chevalier de mercator» (y no pintor). Tenemos 1980, vol. 8, p. 219, y D. ANGULO, «La
Mayer, Post, Saralegui, Angulo, Montesa au Musée du Prado», Ga- constancia de que San Leocadio ha- Adoración de los Reyes del Museo de
Condorelli, Bologna, Silva Maroto, zette des Beaux-Arts, 5/6 (1922), pp. bía emprendido algunos negocios Bayona, atribuida a Rodrigo de
etc. Actualmente ¿gura en las colec- 348-52. (como el de la compra-venta de cera Osona», Archivo Español de Arte, 72
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ciones del Prado como obra de Pao- Al respecto hemos publicado para candelas en el año 1482), quizá (1945), pp. 383-85.
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lo de San Leocadio. recientemente nueva documenta- porque estaba teniendo di¿cultades X. COMPANY, 1985, op. cit. (nota 1),
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Ibidem, 1985, p. 53 apunta el ción y seguimos insistiendo en que económicas. Por este documento pp. 181-83.
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posible periplo de la obra. no vemos argumentos suficientes podemos pensar que continuó con A. JAVIERRE MUR, Privilegios
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Entre otros, seguía considerán- para relegar a Pagano a la mera au- dichas actividades. En el resto de los reales de la orden de Montesa en la Edad
dola anónima F. Checa (véase Pintu- toría de los elementos decorativos. protocolos de los años anteriores no Media, Madrid, 1945.
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ra y escultura del Renacimiento en Espa- El hecho de que ambos pintores hemos encontrado otras noticias. J. ZURITA, Anales de la Corona
ña. 1450-1600, Madrid, 1983, p. 33). trabajaran juntos durante diez años También hay que tener en cuenta de Aragón, anales VIII, libro 19, capí-
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A. Condorelli [véase «La le- sigue di¿cultando la cuestión de la que si es un pago pendiente, dife- tulo 38, p. 162, «De la forma que se
yenda del mestre Riquart y de Ric- sociedad. Por lo demás, aceptamos renciado en fecha de los iniciales, tuvo en dar obediencia al papa Sixto
cardo Quartararo», Archivo Español totalmente la formación ferraresa puede deberse a que los documen- por los embajadores de los Reyes de
de Arte, 295 (2001), pp. 285-91], inclu- de San Leocadio que es patente en tos se encuentren en otro notario Aragón y Castilla».
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so ha llegado a pensar que ni siquie- su obra y se rati¿ca de nuevo en la distinto. Ibidem, p. 164.
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ra fuera italiano. Esta misma hipó- tabla que estamos estudiando. Véa- M . CARBONELL , «Sagreriana H. SAMPER, Montesa ilustrada,
tesis que planteaba dudas acerca de se M. GÓMEZ-FERRER, «Nuevas con- Parva», Locus Amoenus, 9 (2007- Valencia, 1669, p. 495.
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la ¿gura del mestre Riquart ya había sideraciones sobre el pintor Fran- 2008), pp. 61-78. Referencia inédita procedente
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sido adelantada con anterioridad cesco Pagano», Ars Longa, 19 (2010), Adele Condorelli llamó la del Archivo del Reino de Valencia,
por M. ANDALORO, «Riccardo Quar- pp. 57-62. atención sobre este hecho y ha des- notario Miguel Vilafarta, sign. 2380,
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tararo dalla Sicilia a Napoli», Anua- Véase en este artículo el apén- mentido que se pueda identi¿car a 12 de mayo de 1480: pago de 50 libras
rio dell’ Istituto di Storia dell’Arte, dice documental. Pagano con un pintor que regresa a a Luis Miralles, carpintero, de la pri-
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Roma, 1974-1976, pp. 81-123. L. TOLOSA y X. COMPANY, «Pin- Nápoles y se encuentra documenta- mera paga del total del destajo de las
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Inicialmente uno de los defen- turas murales de la catedral de Va- do en 1489. A. CONDORELLI, «El car- obras de la iglesia de la villa de Mon-
sores de esta hipótesis fue E. TOR- lencia. Apéndice documental» en denal Rodrigo de Borja, mecenas de tesa.
MO, «Las obras del Maestro del Ca- Los ángeles músicos de la catedral de Francesco Pagano y Paolo da San
ballero de Montesa del Prado», Valencia. Estudios previos, Valencia, Leocadio», Revista Borja, 2 (2008-
epígrafe VI de «Rodrigo de Osona, 2006, pp. 369-99. 2009): Actes del II Simposi Internacional

GÓMEZ-FERRER. UN NUEVO DOCUMENTO SOBRE LA VIRGEN DEL CABALLERO DE MONTESA 33

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