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Estado de Derecho y Estado Social de Derecho

Es difícil definir el Estado de derecho porque no sólo es un concepto cuya invocación


despierta fuertes emociones y adhesiones, pues se le considera un elemento institucional
esencial para la garantía de la libertad, los derechos humanos y la democracia, sino además
por cuanto ha sido abordado por muchos teóricos con significados no siempre coincidentes
(UPRIMNY, 2013).
El Estado de derecho remite en general a una idea básica común, que es la noción de imperio
de la ley, esto es, al esfuerzo por controlar y al mismo tiempo legitimar el poder del Estado
por medio del derecho. En otras palabras, podríamos decir que es un modelo de Estado
regido por un sistema de leyes escritas e institucionales ordenados en torno a una
constitución. Podemos pues hablar de visiones de distinta intensidad de la noción de Estado
de derecho, unas son más modestas y otras más robustas; algunas recurren a criterios más
formales y otras a elementos más valorativos y sustantivos (DIAZ, 1972).

En primer término podemos hablar de la noción propuesta por Kelsen, la cual según autores
como Rodrigo Uprimny (2013) representa una tautología, en sus palabras “todo Estado tiene
que expresarse a través de un orden jurídico y la eficacia de todo orden jurídico requiere de
un Estado que la sustente”, de esta manera el Estado y el derecho serian el mismo fenómeno,
pero visto desde ópticas diversas, por lo cual la noción de Estado de derecho sería una
tautología y estaría desprovista de contenido, dado que incluso un estado como el Nazi o de
Franco seria en cierta forma un estado de derecho.

Por esta razón, esta noción de Kelsen no ha sido muy utilizada para los debates
constitucionales, dado que podría – sin quererlo, quizá- llegar a ser apuesta a la tesis que
busca defender, como ideal político de un ejercicio de poder estatal que no sea arbitrario sino
que este regido por ciertas reglas y normas que limiten su ejercicio y pueda asegurar la
libertad y el derecho de las personas (UPRIMNY, 2013).

De esta manera llegamos a otra definición de lo que es el Estado de Derecho. La cual es


conocida como Estado de Derecho formal o legislativo, este Representa un avance
significativo en la sumisión del Estado al derecho pues no sólo se exige que las autoridades
se sometan a las leyes sino que además dichas leyes tengan ciertos requisitos formales, como
la generalidad y la promulgación previa (DIAZ, 1972).

Aunque esta visión se muestra como profundamente formal implica una limitación
considerable del Estado por el derecho, dado que todas las autoridades se deben someter a
una ley general, la cual usualmente ha sido promulgada por órganos de origen democrático
como el parlamento o el senado. Debemos recordar sin embargo que el Estado de derecho,
en esta visión, no es obligatoriamente democrático.

Este tipo de aproximación al Estado de derecho implica entonces que existan órganos capaces
de asegurar el respeto a la legalidad y por ello presuponen una cierta separación de poderes
pues debe existir independencia judicial, para que los jueces puedan controlar el sometiendo
de las autoridades al entramado legal.

En síntesis, en palabras de Uprimny (2013, pág. 3) “la idea esencial es entonces que el
comportamiento de las autoridades esté gobernado en forma estricta por reglas generales
previamente establecidas. Esto supone entonces que las leyes no sean retroactivas, sean
públicas, estables, claras, y hayan sido establecidas por un procedimiento igualmente
conocido y estable; debe además existir un poder judicial independiente con capacidad de
asegurar el respeto a esas leyes y otorgar remedios a aquellos particulares que han sufrido
por comportamientos ilegales de las autoridades”.

Sin embargo, esta visión del Estado formal de derecho tiene importantes limitaciones, pues
establecen, en sentido estricto, únicamente restricciones a las autoridades. Dado un caso
extremo, si un Estado establece normas y reglas para la aplicación de la tortura, como ilustra
Norberto Bobbio (Bobbio, 1994), o usos diferenciales de las normas a personas por raza
puede continuar siendo un Estado Formal de Derecho. En este sentido, esta visión también
puede entrar en contradicción con el propósito mismo del Estado de Derecho que es asegurar
un régimen justo.

Frente a estas limitantes substanciales del Estado de Derecho, empiezan a surgir nuevas y
más robustas visiones sobre él mismo. Estas nuevas visiones recogen los mejores de las otras
tradiciones (división de poderes, gobierno de las leyes y principio de legalidad) pero le añade
robustez substancial al pensar también en un mínimo de justicia en las leyes, una justicia que
sea salvaguarda de los derechos fundamentales de los individuos. En este punto, Uprimny
propone diferenciar entre “la visión débil, o de Estado de derecho formal o legislativo, y la
visión robusta o de Estado de derecho constitucional” (UPRIMNY, 2013), tal diferencia tiene
que ver directamente con la relación existente entre los llamados Derechos Fundamentales y
la Ley.

En el Estado de Derecho formal o legislativo, los derechos fundamentales tienen validez


únicamente en el marco de la ley. Por el contrario, en el Estado de Derecho Constitucional
es la ley la que únicamente tiene validez en el ámbito o marco de los derechos fundamentales.
Es decir, lo que se realiza aquí es un viraje de posiciones entre derechos fundamentales y ley,
los cuales guardaran así una relación dialéctica fundamental.

Finalmente, lo que esto nos muestra es que en el Estado Constitucional de Derecho la validez
de toda ley se encuentra subordinada al respeto de los derechos fundamentales que se
encuentran amparados en la Constitución, la cual como norma de normas es vinculante y de
directa aplicación. Este cambio o viraje nos lleva a abandonar posibles resabios de un Estado
que aunque se pueda mostrar como de Derecho en forma o estructura, adolezca
substancialmente de vicios de autoritarismo. Esta última visión más compleja de lo que es el
Estado de Derecho tiene profundas raíces en lo que se conoció como el ideal del “Rule of
Law” desarrollada en la tradición del viejo Common Law inglés (UPRIMNY, 2013).

La Constitución política define a Colombia en su artículo primero como un “Estado social


de derecho”. Fue ésta una de las mayores innovaciones introducidas en 1991, constituyendo
una norma fundamental o estructural del Estado, de aquellas que configuran la esencia misma
del Estado colombiano, con ello no se quiere decir que el Estado de derecho desaparece si no
que viene a ser complementado por una dimensión social teniendo como bandera la igualdad
social real.

Se entiende por “Estado Social de Derecho” una forma de organización del Estado, “esta
fórmula política promueve un estado de igualdad por medios de la incorporación de los
derechos sociales, junto a los clásicos derechos fundamentales, civiles y políticos, a la
constitución y el orden jurídico, garantizando las condiciones para el desarrollo de una vida
digna” (Defensoría del Pueblo , 2013). Indicando que el Estado es intervencionista, no se
interesa sólo por el individuo, sino también por la colectividad y sus contenidos y acciones
en los distintos campos de la vida social.

Este modelo surge con la necesidad de corregir y superar la fórmula clásica de estado de
derecho; cuyo propósito es velar por el bienestar de los ciudadanos desde la organización
política, prestando la asistencia y protección necesaria, combatiendo las privaciones y
desventajas económicas y sociales de los diversos sectores, además, de mediar y asegurar la
realización material de la libertad y la igualdad para todos.

Al hablar de igualdad para todos, se asume la obligación de proteger y garantizar los derechos
de la mujer, de niños y niñas, de la juventud y de las minorías étnicas, extendiéndose así
reconocimiento de:

“Principios como la dignidad humana, el libre desarrollo de la personalidad, derecho


a la vida, y la integridad personal, igualdad, prohibición de toda discriminación,
protección del matrimonio y de la familia, derecho a la vivienda, a la educación,
obligación social de la propiedad, derecho a un ambiente sano y derecho a la cultura”
(Borda, 2007), asistencia médica y empleo digno entre otros.

De esta manera el Estado social en Colombia pretende promover la dignidad humana y la


justicia social, por medio del ajuste de las autoridades e instituciones públicas a los derechos,
deberes y principios consignados en el orden constitucional y jurídico.

Asimismo, en el Estado social se establecieron una serie de normas de participación, en el


cual los individuos tienen el derecho de participar en la toma de decisiones en defensa de los
intereses tanto individuales como colectivos, para ello se cuenta con los mecanismos de
participación ciudadana. Y en los casos de vulneración o amenaza de los derechos
consagrados en la Constitución Política, se cuenta con los mecanismos de Protección
Ciudadana, los cuales se ejercen mediante acción judicial: “El derecho de petición,
peticiones de información, quejas, reclamos, manifestaciones; habeas Corpus (mecanismo
para la protección del derecho a la libertad individual); habeas data (derecho constitucional
que tienen todas las personas a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se
hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de entidades públicas y
privadas); acción de tutela, acción de cumplimiento, acciones populares y de grupo”
(Personeria de Neiva, s.f.).

Por lo tanto, el Estado social de derecho es una especie de pacto constitucional que media
entre la inclusión y la participación, es decir, un Estado político de la social democracia, en
el cual se debe crear las condiciones para la materialización de la democracia y sus principios,
es decir, se debe buscar un equilibrio y conexión entre el desarrollo económico y las medidas
políticas que garantizan las libertades individuales y los derechos fundamentales en toda su
extensión.

En Colombia, las manifestaciones concretas del estado social de derecho se encuentran en


preceptos generales, predispuestos a promover la igualdad real mediante la adopción de
medidas a favor de grupos discriminados (articulo13 inciso 2 C.P.); proteger a la mujer
embarazada, a la mujer cabeza de familia, a la niñez, a los adolescentes, a las personas de la
tercera edad, a los discapacitados a los pensionados y a los enfermos (artículo 43 a 49 C.P.);
beneficiar y proteger especialmente a las personas que por su condición económica, física o
mental, los cuales se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta (artículo 3 inciso
3 C.P.); apoyar a los desempleados (artículo 54 C.P.); y promover el pleno empleo así como
así como el mejoramiento de la calidad de vida de las personas con menores ingresos (artículo
334, inciso 2); y, en general, dar prioridad sobre cualquier otra asignación de gastos social
para la solución de las necesidades insatisfechas de salud, de educación, de saneamiento
ambiental y de agua potable en los planes y presupuestos de la nación y de las entidades
territoriales (artículo 366 C.P.).

Conviene subrayar que, en cumplimiento del Estado Social, debe existir un escenario de
aseguramiento de las condiciones mínimas para la seguridad material, es decir, las
condiciones básicas para el desarrollo de una vida digna.

En esta medida, en Colombia se ha buscado promover la inclusión y participación del sujeto


y los grupos con desventajas sociales, a partir de la igualdad o de la equidad, como principio
determinante para el cumplimiento de las tareas del Estado encaminadas a corregir y resarcir
las desigualdades existentes, a partir del respeto, la protección y garantía de los derechos
humanos.
Por ello, el aspecto jurídico que caracteriza el Estado Social de Derecho es el reconocimiento
e implementación de los derechos sociales por parte de las instituciones estatales hacia sus
ciudadanos, en el que la igualdad material debe favorecer en gran medida a las poblaciones
más vulnerables, bajo el criterio de la dignidad humana.

Razón por la cual se cuentan con diferentes ejes del Estado social, entre ellos: la igualdad y
la libertad, Estado como gestor (interviene); principio democrático (respeto por los principios
democráticos liberales); velar por los derechos sociales (respeto por la vida, la dignidad, la
libertad).

Finalmente se puede decir que, a partir de la implementación del Estado de derecho social en
Colombia en 1991, se ha propendido en asegurar la vida en condiciones dignas para todas las
personas residentes en Colombia, en garantizar la efectividad de los principios
constitucionales y la primacía de los derechos reconocidos en la Carta, en promover la
prosperidad en general, y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.

Conclusión

Podemos concluir que la concepción clásica del Estado de Derecho no desaparece o queda
obsoleta con la irrupción o el desarrollo del Estado Social de Derecho, sino que viene a
armonizarse con la condición social del mismo, con la superación de una mirada únicamente
al individuo y la búsqueda del bienestar de la colectividad, pues encuentra en la dignidad de
los sujetos el punto de fusión o ensamble para ambas nociones de Estado.

De esta manera, encontramos que a la robusta seguridad jurídica que surge del entramado
legal, es complementado por la efectividad y complejidad de los derechos humanos que se
desprenden de la dimensión o arista social del fenómeno del Estado. De esta manera, tanto
el respeto irrestricto por los derechos humanos y el acatamiento responsable y legitimo a
ciertos principios rectores anclados en una normatividad compartida, constituyen los
principios rectores del accionar estatal moderno. Así no debemos ver estas dos dimensiones
(los derechos fundamentales y la ley) como puntos antagónicos sino como dos partes que al
unirse hacen mejor a su contraparte, dos ingredientes insoslayables para la existencia del
Estado en una positividad plena.
Bibliografía
Bobbio, N. (1994). ¿Gobierno de los hombre o gobierno de las leyes? En N. Bobbio, El futuro de la
Democracia. Mexico: Fondo de Cultura Economica.

Borda, L. V. (2007). Estado de derecho y estado social de derecho. Revista Estado de derecho,
N°20.

Defensoría del Pueblo . (2013). ¿Qué es el Estado Social y Democrático de Derecho . Bogotá :
Diagramación e Impresión.

DIAZ, E. (1972). Estado de derecho y sociedad democrática. Madrid.

Personeria de Neiva. (s.f.). Mecanismos Constitucionales para la protección de los Derechos


Humanos. Obtenido de http://www.personerianeiva.gov.co/index.php/mecanismos-
constitucionales-para-la-proteccion-de-los-derechos-humanos

UPRIMNY, R. (2013). Estado de derecho . Revista en Cultura de la Legalidad, 169.

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