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Michel de Certeau La cultura en plural Nueva Vision Kua v Michal de on ABRIR LOS POSIBLES | Traducci de Rogelio Parede: ISBN 9: Titulo del original en frances CENTRO DE IWvESTIG Historiador de la primera modernidad de Europa, de los siglosxvt Fesireai SOBRE sition pe CONES al xvit, Michel de Certeau estudia con predileccién el dominio . de los misticos en esos tiempos turbulen- D Editions du Seuil, s C, me religioso y la experienc BIBLIOTECA tar onde In iglesia ristiana se fracture en Iglesias rivals, — encontraban reducidos a buscar en el secreto de la aventura interior Ia certidumbre de una presencia divina que se habia convertide en inasequibte en el mundo exterivr.' Respecto de este proceso de emancipacidn, Certeau interroga, con respeto y una "uros, no para juzger campo de la verdad y ‘cuando los mas Ii impresionante delicadeza, los eaminos os unos 0 a otros, menos aun para designar el erect acer tnetan para lnvensar‘atbertad, para epro lunar in mangen de movifdad jpleta del autor, asi como un eonjunto de Michet de sian ted 1. Seencon Tos derechos del autor ¥ w obra, en Luce Giard et aa seis afios de prison (art Catigo Penal : Michel de Certeat 1987; el dossier reunide a prop de 1985, Luce Giard 1999 por faiciones Nuova Visién SAIC, Tucumsin 3748, (1189) Buenos Ai Politique. Micke Died ‘aioe Cece 7 (eal) Michel de Certeat ou a difference chretienn eae ee ee ee 1991; Luce Giard, cMichel de Certeaus, en Eneiel a selle, iL Les oeusres philasophiques, ed J 112.3118, Histoire, Mystique et 1991; Claude Gettre phioso PU y Jacque se Jer ilien Argentina, Queda hech Argentina / Printed in A métodos, asocia los procedimientos de la filosofia, la linguistica y el psicoar No se trataba de que pusiera en practica un eclecticismo c 0 un sineretismo conciliador, sino que trataba de reseatar cada ‘momente historico en la multiplicidad de sus eomponentes y en la contradiecién de los conflictos, al mismo tiempo que desafiaba a imposicién anaeréniea, sobre las sociedades pasadas, de la grilla que recorta nuestros saberes. Con L'Eeriture de Uhistoire (1975), una reflexiin nueva y exigente sobre la epistemologia de la historia, se hizo conocer ampliamente por la tribu de los historiadores que ya habia apreciado sudossier sobre laPossesion de Loudun (1970). En estas dos obras, no mostraba mas de n paralelo cémo los historiadores produjeron siempre la escritura de la historia a partir del presente, de su relacion con los poderes gobernantes, de las cuestiones a través de la cuales un grupo sraba respuestas por necesidad y que transportaba al pasa- ‘mejor, para mantenerlo a distancia 0 para wligros del presente n‘ler la historia de este modo, no deberia sorprender que Certeau hays agregado a sus primeros trabajos una bisagra de rvacion y de elucidacion consagrada al presente, para emba- razo de nuestra sociedad, Acababa de llegar a su segundo dmbito de investigacién en mayo de 1968, bajo la presién de las cireuns. tancias en un sentido; euando cra redactor de la revista Eruc una publicacién mensual de cultura general editada por la Com: pania de Jesiis, de la cual formaba parte, habia acompanado y comentado los «acontecimientos., como se decia entonees, por una serie de articulos escritos en caliente, reunidos el otono siguiente en una pequena compilacién, La Prise de Parole (1968), en la cual, el tono tan personal y la perspicacia muy bien le habrian valido entrar en la leyenda. El renombre de estos textos debia su valor ‘a numerosas invitaciones a colaborar en diversas encuestas, en. instancias de reflexién y de consulta. Se code6 asi con trabajado: res sociales, con responsables de la casas de cultura, con circulos informales de educadores o de estudiantes, perotambién con altos funcionarios encargados de anticipar, desde la Comisaria del P! ‘desde el conjunto de los ministerios, Ia evolucisn de la sociedad do a la historia y la antropologia los conceptos y isis, frances, Estos encuentros, estos trabajos, estas experiencias, le propor- cionaron otras tantas ocasiones de profundizar su propia re flexidn, de apartar las generalidades apresuradas y vagas, los lugares comunes que durante largo tiempo habian servido a la doctrina oficial de la accion cultural. Certeau procuraba ver mas profundo y més lejos, deseoso de comprender de qué lugar una sociedad éxtrae la sustaneia de su inteligencia y de su imagina- cidn, y no dejaba de repetirse que ninguna accién cultural o politica, ya fuera creativa o realista, podia nacer del déficit del pensamiento o nutrirse del desprecio a los demas. Se rebelaba contra la visidn, tan extendida, que hacia concebir la accion cultural y social como una Huvia benefactora que Hevaba a las clases populares las migajas caidas de la mesa de los sabios y de los poderosos. Ademas, estaba convencido de que ni la invencién nila creatividad son patrimonio de los profesionales y que, desde los practicantes anonimos a los artistas reconocidos, millares de redes informales hacen circular, en ambos sentidos, los flujos de informacion y aseguran estos cambios sin los cuales una sociedad se asfixia y muere, La reflexion desarrollada en paralelo a Io largo de todos sus encuentros, Certeau la formulé en una serve de articulos publica: dos entre 1968 y 1973, reunidos mas tarde en la primera edicion deeste volumen (1974), Estaba dedicado por enteroala vida social yalainsercion dela culturaenesta vida, Pero ,quédesignababajo ‘el ambiguo término de cultura? Esta cuestion es el centro de este libro, Encontrar su sentido es responderla: «Porque verdader: mente habja cultura, no era suficiente ser autor de practica sociales; es necesario que estas priicticas sociales tengan signifi (ein para aquel que las efeetiia» (eap V1); pues la cultura no consiste en recibir, sino en realizar el acto por el cual cada uno seriala lo que los otros le dan para vivir y para pensar» (ibid). A partir de esto, se esta lejos del reparto condescendiente entre una cultura ilustrada a difundir y una cultura popular a comentar en vor un poco alta, como se repiten las «palabras de los ninos» sin otorgarles demasiada importancia, Pero se esta a igual distancia deun comercio de bienes culturales que instalard el -buen pueblo» en el consumo pasivo de los productos disponibles. Bn la perspectiva de Certeau, toda cultura implica una activi- dad, un modo de apropiacién, una toma de conciencia y una transformacién personales, un cambio instaurado en un grupo social. Es pues, exactamente, este tipo de «puesta en cultura», lo ‘que otorga a eada época su propia f Entre una sociedad y sus modelos cientificos, entre una situacién historica y el utilaje intelectual que le resulta adecuado, existe una relacin, que constituye un sistema cultural» (cap. VIID. Concebida de este ‘modo, la cultura no es un tesoro a proteger de las injurias del tiempo, ni tn wconjunto de valores a defender», connota simple- mente “un trabajo a emprender sobre toda Ia extensidn de la vida

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