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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Agua Gigantes, duendes y salvajes
Así soy yo Historias de cuevas, culebras y diablos
Campo y campesinos Historias de espantos, seres que se transforman, tesoros
Comida y recetas escondidos y matrimonios engañosos
Conejo y Coyote Las comunidades. Fundación, historia, percances y festejos
Creencias, dolencias y remedios Maíz
Cuentos de animales Oficios y ocupaciones
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas
De la cuna a la tumba en las comunidades del mundo y cómo otras suceden en el monte
Refranes, adivinanzas, acertijos, trabalenguas, juegos
y chistes
Versos, arrullos y canciones
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública
Orígenes y dueños
Por qué son así algunas cosas del mundo
y cómo otras suceden en el monte
Directorio
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Edición
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Adaptación
Elisa Ramírez Castañeda
Diseño
Cynthia Valdespino Sierra
Ximena Pérez Viveros
Coordinación editorial
Pedro Antonio López Salas
Rodolfo A. Montes Martínez
HECHO EN MÉXICO
10 Presentación
Índice
12 De las cosas que se cuentan...
24 Mé tu m ’ñi
25 Aparición del sol
30 Xut
31 El Xut
42 Tekuanime
43 Los lobos
52 Chitujú
53 Las palomas
60 Ditzda’
61 Un venado desaparecido
74 Akgtsukgawasa
75 Un niño perdido
76 Glosario
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
De las cosas que se cuentan...
En todas las comunidades y en todas las lenguas se cuenta
cómo fueron creadas todas las cosas del mundo, por qué
son así algunos de sus habitantes, por qué tienen esas vo-
ces o esas costumbres. Aquí incluimos algunos cuentos
acerca de los orígenes.
El hombre vive cerca de la naturaleza; es su sustento y su
vida, pero hay que hallarle el modo y respetar sus reglas. Las
cosas suceden de otra manera en el monte, no como suce-
den en las comunidades o en las milpas: a veces son al re-
vés. Si algún día el hombre traspasa los límites, verá que los
animales y los lugares tienen su dueño y que estos seres
silvestres pueden castigarlo.
Otras veces, los seres salvajes y sus dueños vienen al
mundo y hacen tratos con los hombres. El equilibrio debe
conservarse: cada cual en su lugar, con su medida y cum-
pliendo sus reglas y sus cargos.
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Hacedores de las Palabras
parnapuzhlay chani nikuno chana y wuanihl nana almohtul y kolog insnana ihspama
nikapu chanin kit non chan kimaski akgchaxan manteh y el kawuaza inskinihz akzhu algodon
mural y kit na nakai akj chaxahlicha y chankoal para puznan kuli ins chen chik lipunhzhu el
y wuanizh kamaja y mas kika akgtu wuxi lanka kawuaza se towual postoka kiwij tanut yihs
y ihstapu y un poco detumihn y yego al chiki y chiki y wuanih a sihpaño chaliku na kiokzhila
le dijo y chihs naña kawuani a kitata katastun ihsnichi lipunzhu el kawuaza chihis inschekan
del pustiwi quimak takal con wus tat y ihsnaña ihs chik niku wuili algodon ak tlapat con el
ahihl ihs kabi ataya ke tu tanat tya kuama insta algodon y tpasta al kuyat ihkuyok.
wuani kawutaka taun y pustakle kustal adentro Paxawuay kawaza.
de chik y aktlopay ihstata con ihstapu y kosnot i
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
El sol y la luna
Isabel y vivía con un venado. Tuvo
dos hijos, un niño y una niña. El vena-
do vivía en el monte y la señora tenía
que ir a darle de comer todos los días
y dejaba a los niños en la casa. Cuan-
do la señora llegaba al monte le gri-
taba al venado, y siempre le decía: cabeza y el venado se murió. Enton-
—Shecu, shecu. ces los niños lo pelaron y le sacaron
El venado ya sabía quién lo llama- un pedazo y luego fueron a buscar
ba y entonces se acercaba junto a muchas abejas y llenaron el hueco y
ella; la señora le daba de comer y re- lo cosieron y luego lo pararon junto a
gresaba a su casa. un árbol y se fueron para su casa. Le
Cuando los niños ya estaban gran- llevaron un trozo de la carne del ve-
decitos, los mandó que fueran a dar- nado a su mamá.
le de comer a su papá. La señora les Cuando los niños llegaron a su casa
dijo a los niños cómo le iban a gritar. la señora les preguntó si encontraron
Cuando los niños vieron al venado di- a su papá, y los niños le dijeron que sí
jeron entre los dos: y le dieron la carne que trajeron.
—¿A poco el venado es nuestro La señora se comió la carne y se fue
papá? a traer el agua del pozo y empezó a
El niño le dijo a la niña: llenar su cántaro. Allí estaba una rana, y
—¿Qué te parece si lo matamos? la rana le dijo a la señora que había co-
La niña contestó: mido la carne de su marido. La mujer le
—Pues sí, lo matamos. contestó a la rana que estaba loca, que
Cuando estaba comiendo, los ni- cómo iba ella a comer la carne de su
ños que le pegan con un palo en la marido, si estaba en el monte.
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Hacedores de las Palabras
Te ñadi kuakotoña yis, nu nda xa nxi’is. Natñadii Ñayiu ne’ey xa kaxis, te da na tnuña mundo.
nguixe yuku nukui kañaña te idu ña yos kukui Du xeiuchi ndatnu xa ña ti io va’a xa serpiente
ndukuña, nde naniña xe’e yutnu te xia’ña: xaxi dichi kuechi.
—Ya ion te ña ka’an, te kahar. —Yaka na kanirot.
Nganiña dikiy, idu jungagua, ngue ñunu te Ngateus nu’u te neey i yutnu nu nu’u. Na dichi
ntuña ñadii. kuechi nxe’es nu serpiente nxi’ay:
Ñadii ndisña veeña te xiaña daya’ña xa kiday i —Nakaa yu’un chi tar kaxin.
ni na kuchiña, chi ñunu ntuña. Serpiente nakaa yu’us te nguida aventaris yutnu
Dichi kuechi ngidabay ni te na dandis, dis xi’a xa ñu nu’u.
na kanas i ñadii nani Juliana, te na kiuña nduña Te da ngotiday ve’ey, nde uni kiu ntedañay i
xichiña. chu’ju luchi, na kuakotos no nxi’is. Chu’ju dandi
Na ndueuña, dichi kuechi ngadaki ndu ye’e nxi’a i dkuea luchi nuu xe stu nu nu’u te ngoditaniy,
y ñu diña. te nxiay xa xa nxi’s.
—Yaa ndoon tantu kiu, neva’ro inun xi ndindin. Da dichi kuechi ngaxe’es nu stu serpiente. Nu
Dichi kuechi ka xey yuku te ija ngue i ichi kuanus ndatus xa dichi di kuake’e nu
serpiente xa ntnu mundo. serpiente xa io donino te dichi di unka, te da
dichi di xi dichi ndus yoo xi ngandy.
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
La señora agarró arena con una jícara y se Los niños se fueron al monte y en el monte
la aventó a la rana, por eso le quedó rasposa les salió una serpiente que alumbraba al
su espalda. mundo. La gente le llevaba niños de comer
La señora se fue a ver si de veras su marido para que ella alumbrara el mundo.
se había muerto. Cuando la señora llegó al Platicaron los niños entre ellos que no era
monte le empezó a gritar y el venado no ve- justo que la serpiente comiera niños.
nía. Luego lo empezó a buscar, hasta que de —Mejor vamos a matarla.
repente lo encontró junto a un árbol y le dijo: Entonces hicieron lumbre y llevaron un ti-
—Aquí estás y no contestas, te estoy gri- zón de lumbre. Cuando los niños se acerca-
tando. ron le dijeron a la serpiente:
Y que le pega en su cabeza. Y el venado se —Abre tu boca, porque te traemos de co-
cayó, luego se alborotaron las abejas y le pi- mer.
caron a la señora. La serpiente abrió su trompa y que le
De allí, la señora se vino a su casa. Cuando avientan el tizón de lumbre.
llegó les dijo a sus hijos que hicieran un baño Y de nuevo regresaron los niños a su casa y
de temascal para que se bañara, porque la a los tres días mandaron a una mosquita, que
habían picado las abejas. fuera a ver si murió. La mosca dejó un gusanito
Los niños hicieron el baño y, cuando ya es- en el ojo que estaba sobre la tierra y regresó,
taba terminado, la mamá les dijo que llama- les dijo que ya estaba muerta.
ran a una señora que se llamaba Juliana para Entonces los niños fueron a donde estaba
que entraran las dos a bañarse. la serpiente. En el camino iban platicando
Cuando las señoras entraron, los niños ce- que la niña iba a traer el ojo de la serpiente que
rraron las dos puertas y le dijeron a su mamá: estaba abajo y el niño el otro. Y así la niña se
—Aquí te quedarás para siempre, te traji- hizo luna y el niño sol.
mos tus cigarros y tu pulque.
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Hacedores de las Palabras
dxen mra xi ñie’ kie jön ka ‘nan aan jön xi’, jan
jön xi doo y jan jön xi m y te xi’ ka ban vo,
y ke jön ka inte’ dxi mi, y xi doo ka li io y xi
m ka li s’.
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Había una vez una señora que se fue a buscar quelites y en-
La luna y el sol
contró dos huevos. Recogió los huevos y se los llevó a su casa.
Cuando llegó los puso en la lumbre y se oía que los huevos
tronaban. La señora los bajó y los guardó en una canastita.
Y cuando la señora salía, siempre encontraba la casa sucia.
El tapacaminos siempre les avisaba a los niños de los huevos
que la señora venía y los niños se escondían. Un día, cuando
la señora se acercó a su casa, pisó la cabeza del tapacaminos,
y el tapacaminos ya no pudo avisarles a los niños que venía.
Llegó la señora y vio un niño y una niña. Los niños salieron
en la noche hasta una piedra grande donde dormía un gavi-
lán. Los niños le jalaron la cabeza. Entonces la niña
agarró un ojo del gavilán, el ojo que tiene más poder;
el niño agarró el otro, que tiene menos poder, y le
dijo:
—Vamos a cambiar los ojos.
Y los cambiaron.
Y por eso el niño se convirtió en sol, y la niña
en luna.
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Hacedores de las Palabras
El eclipse
nos van a comer nuestras casas, porque tienen cua-
tro horcones. Para que no te coma tu casa, les jalas
cuatro guanos a las dos partes de tu casa. Haz de cuen-
ta que tu casa se murió porque si no tu hamaca es la tri-
pa. Dentro de tu casa, si tienes tus mesas, sillas o trasteros
de cuatro pies, les cortas uno; pero si no quieres cortarlos,
los volteas y que no revivan para comerte. A la hora de eso no
vas a prender vela, sólo el palo grueso que se llama jabín,
sólo con eso van a prender sus fuegos. Así aguantas hasta
que vuelva a amanecer otra vez en la tierra, es la hora que
Dios vuelve a amanecer sobre la tierra. Así oímos que di-
cen los viejitos antiguos y es verdad, porque puede
ocurrir.
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Hacedores de las Palabras
El Xut
ba Xut, tenía dos hermanos. Pero sus hermanos ya estaban
muertos, quedó solito con su mamá.
Luego pensó en trabajar y se lo dijo a su mamá:
—Mamá, tengo que ir a trabajar.
—¡Qué bueno que vas a trabajar y me mantengas!
Se fue a trabajar. El primer día llegó a su trabajo, buscó
cuatro coas y dejó una coa en cada esquina del lugar donde
iba a rozar. Solitas trabajaban. Su trabajo quedó bien gran-
de en un día.
Al día siguiente fue y vio que de nuevo estaba parado el
monte como antes. El Xut se escondió en el monte y desde
allí vio cuando venían los animales: un conejo, una avispa, una
hormiga y un correcaminos.
—Levántate, árbol, levántate, levántate —les decían a los
árboles.
El Xut escuchó que los animales estaban hablando, salió y
les preguntó:
—¿Qué vienen a hacer aquí?
El conejo no supo qué contestar. El Xut lo agarró y le jaló
las orejas, por eso les quedaron tan largas las orejas a los
conejos.
A la avispa y a la hormiga las agarró de la mitad del cuerpo. Al
correcaminos le estiró la nuca y por eso se ve tan larga su nuca.
Allí terminó todo su pensamiento y opiniones y su cuento
del Xut.
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Hacedores de las Palabras
Una vez el picacho tuvo una corona, sembraba plantas, se daba todo donde
El picacho y la corona
tocaba el reflejo de la corona y de ahí tocaba mucho su reflejo hasta el mar.
Entonces los mareños vinieron y se la quitaron. Cuando se la llevaban, la corona
quería regresar. Se convirtieron en fantasmas; entonces se la pudieron llevar.
Quedó el picacho sin la corona y; ya que quitaron la corona, lloraba un
animal adentro del picacho.
Un día se armaron de valor y lo fueron a buscar, lo mataron y lo enterraron.
Cuando vieron, se abrió una puerta abajo del picacho, lloraba una mujer. Se
asustaron mucho, se murieron de miedo. El picacho tenía muchos fantasmas
y cuando pasaban por ahí —como por allí pasa la carretera— muchos se asus-
taron al pasar por allí y lloraban de miedo. Así le pasó a
Mardonio: se descompuso su carro en la noche y
pasó un gigante que movió su carro; por eso
Mardonio quedó tonto y medio loco y se enfla-
queció. Hasta ayer fueron a traer un poco de
agua de mar y la echaron debajo del pica-
cho; entonces sanó el hombre pero todavía
pasa por ahí, porque viene a vender comida
por La Reforma, porque vive cerca de ahí, pero
pasa bajo el picacho corriendo y allí se acabó la
historia.
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Hacedores de las Palabras
Antes, cuando fueron creadas todas las aves, ninguna sabía cantar.
Los lobos
veces encontraban a los hombres.
Pero los hombres se quedaban paralizados y si les inten-
taban disparar a los lobos, las escopetas no funcionaban.
Sacaban los borregos de su corral. Después se fueron
acabando y ahora ya no hay ninguno, ya ni los conocemos.
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Hacedores de las Palabras
El dueño de la miel y
tres muchachos
porque habían arrancado el bejuco y
tres hijos, todos varones. Cuando está muy alto el árbol. Empezaron a
fueron grandes, los niños fueron con llorar un rato. Vieron moverse el ár-
su padre a cosechar miel. Se fueron y bol, pues se acercó una manada de
entraron en el monte. Encontraron un monos. Llegaron a donde estaban
panal y les dijo: los niños llorando.
—Allí está uno, vengan a cortarlo y —¿Por qué lloran?
yo voy a buscar otro en el monte. —Mi papá arrancó el bejuco por
El dueño de las abejas lo vio y se donde subimos, ya no podemos bajar.
lo comió, mientras los niños ya saca- —Pero si no fue su papá quien
ron la miel y empezaron a llamar a su cortó el bejuco; el que dice que es el
papá. Oyó el dueño de las abejas y papá de ustedes es un fulano, un tal
llegó a donde estaban los niños; vie- San Juan, se los va a comer.
ron los niños que se parece a su papá, Los monos chicos dijeron:
y les dijo: —Papá, gana esa miel para tomarla.
—Encontré otro, vamos a cortarlo. —¿Si me dan la miel para que la
Llegaron donde está una mata de tomen mis hijos?
ceiba y allí entraban las abejas a una Se la dieron para que la tomaran los
horqueta; tenía un bejuco pegado a monos pequeños. Se la tomaron.
la mata. Empezaron a subir por el be- —Espérense, voy a enrollar mi
juco y cuando llegaron los niños a la cola en una rama.
horqueta arrancó el bejuco. Los niños El papá de los monos colocó su
empezaron a cortarlo, y mientras el cola en la rama y empezaron a empa-
dueño de las abejas se fue a comer el tarlas los otros hasta llegar al suelo.
resto del papá de los niños. Los niños —Bueno, niños, bajen.
sacaron la miel y llenaron los calaba- Empezaron a bajar sobre los mo-
zos de miel, pero no podían bajar nos, como de cinco metros de altura.
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Hacedores de las Palabras
—¿Je’el a ts’aake’ex le kaab u yuk’ in mejen Jach ta’aytak u nakpachtik le mejen paalalo’obo’.
paalalo’oba’? Ka’a ooko’ob ti’ jump’eel naj ka’a k’aatab tio’ob
Ka’a túun ts’a’a ti’. Le mejen ba’atso’obo’ tu tu meen u yuumil le najo’:
yuk’o’ob. —¿Ba’ax ku yúuchil te’ex?
—Pa’atabaex ika’ajen in to’o in nej tu k’ab le —Le u yuumil le kaabo’ táak u jaatiko’on.
chea’. —In ojel u yuumil le kaabo’ ts’o’ok u jo’op’ol u
U yuum le mejen pa’ats’o’obo tu to’oj u nej te’e beetik ba’alo’ob.
k’ab le cheo’ le mejen ba’ats’o’obo’ tu —Ookene’ex.
tsaylantajo’ob u nejo’ob xan tak ka’a k’uch te’e —Ookok jun túul ichil in tuch, u
lu’umo’. laake’e tu yáanal le luxekila’.
—Je’elo’ mejen paalale’ex éemene’ex túun. Je’elo’ ka’a k’uch le u
Ka’a kaaj u yeemelo’ob tu yook’ol le yuumil le kaabo’ ka’a tu
ba’ats’o’obo’ kex jun ts’áak ka’anlil tu’ux ku ya’alaj:
yéemelo’obo’. K’ubten in bak’o’ tu
Ka’a t’okchaj u nej leu yuum le mejen yutsil wa tu k’aasil.
ba’ats’o’obo’ ka’a lúub te’e lu’umo’. —Tene’ ma’a in ojel mix
—¡Ah! mejen xulube’ex ts’o’oka kolal unej. ba’ali’.
Xeene’ex le u yuumil le kaabo’ ta’aytak u —Le u yuumil le kaabo’ ka’a
k’uchul, álka’nene’ex, ka’a túun k’uch u yuumil tu lajaj le maako’ ¡pam!, chen
le kaabo’, mina’an le mejen paalalo’. Ka’a jo’ob u ba’ale’ ma’a úuch ti’ mix ba’ali’. Le
u’uts’ni’. máak tuuno’ ka’a tu lajaj le u yuumil la
—Te’e bin u mejen xululo’oba’. ¡Pa’atene’exi’ kaabo’ yaan u ts’aak úuch u bin lúubul. Ka’a
mejen paalale’ex, je’el kin bina’! Ka’a tu bin u áalka’ chen úuch uliik’il.
yu’ubajo’obe’ le mejen paalalo’obo’ ka’a jo’ob u —Je’elo’ jook’ene’ex mejen paalale’ex, ka’a láaj
álkabo’ob jach chich le u yuumil le kaabo’obo’ jook’o’ob. Ka’a sáajchaj tu jeel k’iine’ ka’a tu
ka’a tu ya’alaj beya: ya’alaj tio’ob.
—Tdirin, tdirin, tdirin, na’an mix ba’al tin nak’.
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Se arrancó la cola del papá de los monos y —Por aquí se fueron los cabrones. ¡Espé-
se cayó en el suelo. renme, hijos, ahí voy!
—¡Ah!, ¡cabrones!, me arrancaron mi cola, Cuando oyeron los niños empezaron a co-
pero ya bajaron ustedes, ya mero viene. Vá- rrer más duro y el dueño de las abejas:
yanse, el dueño de las abejas está por venir, —Tdirín, tdirín, tdirín, no hay nada en mi
córranle. buche.
Cuando llegó el dueño de las abejas, ya Ya mero alcanza a los niños. Salieron a una
no están los niños. Empezó a olfatear: casa y el señor de la casa, cuando entraron,
les preguntó:
—¿Qué les pasa a ustedes?
—Nos quiere comer.
—Sé quién es ese Kú, el dueño de las abe-
jas, ya está con sus cosas. Métanse. Que uno
entre a mi ombligo, y otro debajo de mi silla,
y otro entra bajo del pie donde estoy hacien-
do los hilos.
—Entrégame mi carne, por las buenas o
por las malas.
—Yo no sé nada.
Le echó una bofetada, ¡pam!, no le hace
nada. Y le echó una bofetada al dueño de las
abejas y se cayó como diez metros en la casa.
Se levantó y se fue corriendo.
—Bueno, ahorita ya salgan niños —y salie-
ron todos.
Cuando amaneció al otro día les dijo:
—Se quedan a cuidar la casa mientras yo
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Hacedores de las Palabras
Pa’atene’ex a konante’ex le naja’ tene’ ke’en ka’a tu ilaj le mejen paalalo’obo’ yach’a’ano’ob
jooya’ chúumuk k’iine’ ka ts’aake’ex ixi’im ti’ le tu meen le waaj jach nojocho’ ku ts’o’okoole
kaaxo’obo’, chen ba’ale’ bik a jaalk’a’ te’ex, te’e kimentako’ob ka’a tu joo’o’obe’ ka’a tu ka’a
ich le so’oy ken atseente’exo’. kuxkinsajo’ob.
Chúumuk k’iin tuune’ ka’a bino’ob u ts’aa le Tu jeel k’iine ka’a a’ala’ob ti le mejen
ixino’ ka’a k’uchaj. paalalo’obo’ ka’a u kinso’ob jun túul tso’ u
—Ko’one’ex jaalk’abtiko’ob. Ka’a tu jaalk’abto’ob k’aatu jaanto’ob. Chen ba’ale ma’a tu xupo’obi’
le kaaxo’obo’ ka’a jook’ le kaaxo’obo’ ka’a tu ka’a tu laj jaantaj le maako’.
jaanto’ob le mejen paalalo’ jaanta’ab tu láakal u Tu jeel k’iine’ ka’a bin jooya’ le máako’ chen
bak’elo’ob che u baakil p’aato’ob ka’a k’uch le ba’ale’ tu ya’alaj ti’le mejen paalalo’obo’.
maako’ ka’a tu yilaje’ ts’o’ok u laj jaantalo’ob u —Wa taak a uk’ike’ex sakane’ chen a lanke’ex tu
bak’il le mejen paalalo’ ka’a kuxkinjajo’ob ka’a jook’ol le sakano’.
ts’ooke ka’a tu ya’alaj tio’ob: Tu jeel k’iine’ ka’a tu a’alaj le máak ti, le mejn
—Tin wa’alaj te’ex ma’a jalk’atike’ex le paalalo’ wa ma’a taak u bino’ob tu otocho’obi’.
x-kaaxo’obo’. Le mejen paalalo’ tu a’alajo’ob ma’ u ojelo’ob
—Ka’a jel sáaslaje’ le maako’ ka’a tu ya’alajtio’ob. tu’ux ku p’aatal unajilo’obi’.
—Ke’en jooya’ wa wi’ije’exe ka jaantike’ex —Ichil jun juutuke’ kin bisike’ex ta kaajale’ex.
jump’eel waaj chichaam chumuuk k’iin. Ka’a tu ch’a’aj u p’ook te’e p’ooko’ yaan jun
—¿Chumuuk k’iin? Ka’atu ya’alaj le mejen xóot’ suuni’.
paalalo’obo’. —Na’akene’ex machabaex ma’alob bik
—Wa ka’ax k’aat jump’eel waaj chichaane’ luubuke’ex.
ma’atáan k-no’ojtal. Ka’a na’ako’ob túun te’ tu suunil le p’ooko’ ka’a
—Ko’one’ex k’aatik jump’éel bino’ob xi’inalil ka’a túun tu nojkinsaj le p’ooko’
nojochi’. ka’a bin u xi’inal yéetel. Le mejen paalalo’obo’
Ka’a tuun tu k’aatajo’ob jump’eel ka’a k’ucho’ob tu otoche ka’a k’aata’ab tio’ob
waaj nojoch. Ka’a k’uch le maako’ tu’ux p’áat u yuumo’ob ka’a tu a’alajo’ob.
—In yuume’ jaanta’ab tu meen u yuumil le kaabo’.
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
voy a regar. A las doce del día les dan maíz a —Voy a regar otra vez, si quieren tomar
las gallinas, pero no las van a soltar, allá en el atole pinchan la boca de la tortuga y le sale ato-
gallinero les van a dar el maíz. le de la boca de la tortuga.
A las doce se fueron a darles el maíz y lle- Cuando el señor regresó les dijo a los mu-
garon a donde está el gallinero. chachos si no quieren ir a su pueblo. No sa-
—Vamos a soltarlas —y soltaron a las gallinas. bían dónde está el pueblo.
Cuando salieron las gallinas, se comieron —Ahorita los voy a llevar a su pueblo.
a los niños, comieron toda su carne y sólo Agarró su sombrero, el sombrero tiene un
quedó el hueso. Llegó el señor, lo vio, ya se mecate en sus alas.
comieron toda la carne, y juntó los huesos y —Suban aquí, pero agárrense bien, no se
les echó su bendición encima de los huesos y vayan a caer.
le revivieron los niños, recuperaron las carnes. Ya se subieron al sombrero y lo em-
—Les dije que no suelten las gallinas. brocó y se fue volando y el
Amaneció otro día y les dijo el señor: sombrero se levantó y se fue
—Voy a regar; si tienen hambre, coman con su dueño. Los niños se
una tortilla chica a las doce. fueron a su casa y llegaron
A las doce dijeron: con su mamá.
—Si pedimos una tortilla chica, no nos lle- —Pues a mi papá se
namos, vamos a pedir una grande. lo comió el Kú.
Pidieron una grande, allá quedaron maja-
dos bajo la tortilla. Cuando llegó el señor vio
que están majados, muertos, y los sacó, echó
su bendición encima de los niños y se levan-
taron. Les dijo que no pidieran grande o que se
lo tenían que acabar. No se comieron todo,
se lo comió ese señor: un pavo asado. Cuan-
do amaneció otro día dijo:
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Hacedores de las Palabras
Las palomas
males. Le estaba disparando a un venado y el venado
dijo:
—Momento, no me dispares, verás lo que va a pasar
ahorita.
Y en ese momento llegaron tres palomas y se convir-
tieron en mujeres, se sacaron la ropa y se bañaron.
El hombre escogió a una de las mujeres, a la más
bonita. Agarró su ropa y se la escondió. Cuando ya se
terminaron de bañar, esa le dijo a su hermana:
—¿Dónde dejaste mi ropa? Tú me la escondiste.
—¿Por qué me dices eso? ¿A poco fui yo quien te
escondió la ropa?
—¿Pues a dónde se fue mi ropa?
La mujer buscó por todas partes su ropa. Hasta llo-
raba.
—Pues te vas a quedar. Sabes muy bien que nuestro
padre es muy estricto; por eso no debemos olvidar to-
das las indicaciones que nos ha dado.
Las otras dos mujeres ya se habían vestido, se con-
virtieron en palomas y se echaron a volar adonde esta-
ba un palo seco, allí se quedaron un rato. Miraban hacia
donde estaba su hermana desnuda y tuvieron mucha
lástima de ver a su hermana desnuda.
Muy tristes, las palomas volaron para llegar a tiempo
hasta donde estaba su padre.
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Hacedores de las Palabras
tijian namjin serú ndja cazador je cu tiñaru naxi sja menjan tuxi sjara najin cueni najina tenga
kisti varu kisundo mje junaji cuifja vacasina ga tju vatiní manga mje aan se sjica sjen na
cabejian mara najin tuxi cuma cuixa nimjico su jimjaseru vakisuno jon tuxi quisi ca sjeru najio
va ra nanji cueni najin na cucuan dja taxi cui kisa xa ru ki quíea jiaru chu ba sjin ndja cazador
chitjen kijana mjinxi ni chja tja japana tuxi xu kinga se ya mja sja cusjenaji varu quisju
vacun mji jinga vagjin cuinimje namji tunga chaselle ga teanteachjixi tjin asuntea e batjin
manjuna ji cui cuaa ndja sjacu sjuba een tjinima nga chjasella mja xi tean tjinntu chitujú.
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Había una vez un señor que era muy campeador y le gustaba matar mu-
La señora y el tigre
matar al tigre, pero no pudo matarlo
en un bosque. Ahí hizo su casa, pero porque se escapó. Al otro día, el tigre se
no tenía hijos ni esposo, estaba sola esperó a que anocheciera; como la se-
en esa casa. En el bosque había mu- ñora Claudia tenía gallinas, cuando ya
chos animales. era de noche se comió las gallinas. La
Un día estaba durmiendo en su señora se enojó mucho. Un día la señora
casa la señora, y un tigre se metió. La Claudia se casó con un señor que caza-
señora se dio cuenta. Cuando des- ba animales y vivieron juntos. La señora
pertó la señora, el tigre ya se había Claudia le dijo a su esposo que matara
ido pero se comió toda la comida. al tigre. El señor se fue al bosque, en-
Al día siguiente la señora estaba contró al tigre. Cuando el tigre estaba
paseando en el bosque y vio al tigre, comiendo carne, lo mató. Y vivieron en
la iba a morder pero la señora se su- el monte, tuvieron un hijo, hicieron su
bió a un árbol. Ya iba a anochecer y la casa más grande y vivieron felices para
señora ya no pudo bajar y ahí se dur- siempre.
mió; cuando amaneció, el tigre ya no
estaba ahí, la señora se bajó, se fue a
su casa y pensó en ir a vivir a otro lu-
gar donde había gente y no había
animales. Pero decidió no
ir, ahí estaba cómoda,
nada más no quería
que el tigre la hubie-
ra molestando. La
señora se llamaba
Claudia y se fue con
una carabina para
60
Hacedores de las Palabras
Un venado desaparecido
dos y le fue bien, porque ganó a tumbar un venado con
escopeta de chispa.
Llegó, lo desolló y lo descuartizó para saborearlo al
otro día, pero cuando amaneció no encontró nada, ¡si
hasta la piel del animal desapareció!
Todos se quedaron sorprendidos, hasta las panelas
que había hecho el señor desaparecieron, sólo queda-
ron pedazos.
Según dicen, fue el dueño de los animales. Se des-
quitó de esta manera; por eso hasta ahora se encuen-
tran marcados.
62
Hacedores de las Palabras
El cazador y el perro
Y el perro se fue y, cuando llegó,
fue a cazar con su perro y dijo: allí estaban los dos en la casa. Y re-
—Cualquier animal que encuen- gresó luego a avisar:
tre con mi perro lo tengo que traer, —Sí, allá están los dos.
a balazos. Vinieron a la casa. Cuando llegó lo
Se fue el cazador a la montaña y balaceó, le dio dos tiros y así murió el
la señora se quedó solita en la casa sancho.
y, como tenía otro marido, entonces —Ya ves, no sirve hacer trampa
llegó el señor que estaba haciendo con mujer casada.
sancho.
Y cuando llegó el señor a la mon-
taña le dijo a su perro:
—Si no encuentras al venado, te
voy a matar.
Y el perro contestó:
—¿Cómo voy a encontrar al ve-
nado si mi mamá tiene otro marido
en la casa?
—¿Es cierto? —preguntó el se-
ñor. Y sintió muy horrible que su
mujer tenga otro marido, y le dijo al
perro:
—Vete a la casa para ver si está y
me vienes a decir para que vaya-
mos a ver.
64
Hacedores de las Palabras
Un niño y un león
mujer y el niño a cortar café. Llegaron al cafe-
tal, comenzaron a cortar café el hombre y la
mujer. Al niño lo dejaron en un lugarcito con
su agua; el niño jugaba y jugaba mucho, esta-
ba muy contento. Pero su papá y su mamá se
fueron muy lejos cortando, se fueron alejan-
do del niño, no sabían qué iba a pasar.
Cuando se dieron cuenta, el niño se había
quedado lejos de ellos, ya no se daban cuen-
ta para nada, y luego el hombre le dijo a la
mujer y fueron corriendo a buscar al niño. No
encontraron nada, el niño no aparecía por
ninguna parte. Avisaron a las autoridades de
esa comunidad, siguieron buscando, no en-
contraron nada. Después fueron con los espi-
ritistas y les dijeron que se lo había comido
un león en la punta de un cerro, ahí estaban
ya nomás sus huesos.
66
Hacedores de las Palabras
El sembrador de cebollas
—¿Quién se está comiendo mi sembrado de cebolla?
Lo voy a pescar.
Y se quedó a esperarlo un rato. Después vino un arma-
dillo y le dijo:
—Te voy a matar.
—No, porque yo mejoro la tierra de la cebolla —le dijo
el armadillo.
—Está bien, juega la tierra de las cebollas; pero si no
se da bien la cebolla, dondequiera que te vea, te mato.
Al tercer día fue el hombre y vio que la cebolla estaba
bien bonita, hasta estaba partida la tierra. Arrancó una
cebolla, estaba grande. Y dijo:
—No está bien matar al armadillo.
70
Hacedores de las Palabras
An inik axi yik’uax
Tének
¿jawa’ iti uchan?, tam tok’tsin an inik kom i u t’i, lal ju’ta’
ti k’ajat jawa’ axi tin ucha’; tana’ alam a tseyil. Ani tam
dhubatk’i an inik in met’a’ tana’ ju’ta’ ti uchan, ani tana’ ti
k’uajatak an tumín, tam an ínik wilk’in in met’al an inik xi
jun; ani yabaats xánt’ojak ni ju’ta’, yabaats wa’ atsak kom
biyal ti timk’onenek, tam an ínik lej kulbel abal in ela’ an
tumín, poj yab in kulbetna’ abal lej we’kats, ani tam juniil
kale ti ts’a’um ti bichow ani in pakuw patal in we’ tuminal;
ani tam ti úlits tin k’imaa’ in tsu’uw abal tana’ ti k’uajat
in tuminal ejtil tam yab in pakumal, ani antsana’ wat’ey
yaan a k’ichaa, an ínik yab wichiy ka’ ts’ejwantalmej, ma
ti tsémets, álchin in tuminal ani yab élchin, kom pel in
pidhop an ínik axi ts’ejwantal, ani pelak in éjatal an álte’
an tumín.
73
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Un niño perdido
Su mamá lo llamaba gritando.
milpa. Su mamá ya venía de re- Regresó el niño.
greso, traía leña. También su papá —¿Qué estabas haciendo?
ya venía. —Les estaba dando de comer a
El niño se quedó otro ratito y le mi pájaro y mis patos.
salieron el viejo del monte y la vieja Cuando llegó a su casa, su papá
del monte. Le dijeron: estaba muy enojado.
—Ven.
El niño se fue y no regresó sino al
tercer día.
Espeques Palanca de madera.
Glosario Espiritista Personas que se supone pueden adivinar dónde están las co-
sas o personas perdidas.
Filón Guía del rebaño de animales salvajes.
Guano Palmas para tejer que se usan también para techar las casas.
Hatajo Grupo de ganado separado del rebaño.
Jabín Árbol cuya madera es de color café oscuro y se utiliza para
hacer muebles, parecido a la caoba y el cedro.
Majado Apachurrados, machucados.
Panela Piloncillo, panocha; azúcar sin refinar en pilón o en panes.
También se le llama así al queso fresco.
Quelites Yerbas comestibles.
Sancho Adúltero. Es un término que se utiliza cuando un hombre o
mujer engaña o le es infiel a su pareja.
Tapacaminos Correcaminos, ave que vuela poco y corre muy aprisa, con el
Temascal cuello largo y la cabecita colorada.
Baño de vapor usado desde la antigüedad en México para pu-
rificarse.
Índice
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
77
14 Kawuaza tlowual chichink 26 U ts’ikbalil ubalal le yu’um k’ino’
Índice de escritores El niño que se convertiría en sol El eclipse
Clemente García Salvador, Margarita Rosa Canul Cen,
11 años, totonaco, Adalberto Tejeda, 15 años, maya, Tutul Xlu Santa
Minatitlán, Veracruz. Isabel, Felipe Carrillo Puerto,
Quintana Roo.
18 Ngandy xy yoo
El sol y la luna 28 Chitiliche uan metstli
Margarita José Reyes, Cuando se enferma la luna
11 años, mixteco alto, Monte Negro, José Luis Morales Severo,
Santiago Tilantongo, Oaxaca. 8 años, náhuatl, Xochiltépetl,
Informante: Graciano Reyes. Ixcatepec, Veracruz.
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
52 Chitujú 62 Te mukub te winike
Las palomas El cazador y el perro
Estanislao Calixto Flores, Lupita Gómez Sánchez,
11 años, mazateco bajo, 10 años, tzeltal, Chenaljá,
Sección Fabián San Felipe, Oxchuc, Chiapas.
Jalapa de Díaz, Oaxaca.
64 Tlapowualistle de sen konetl iwuan
56 Jimo omidhaga ïmo kiuhi de sen tekuani
gagadhami suimarhi Un niño y un león
Un señor muy campeador Timoteo Ayoctle Xalamihua,
Leocadio Soto Valencia, 12 años, náhuatl, Tecopango,
13 años, tepehuán, Zongolica, Veracruz.
Cordón de los Soto,
Guadalupe y Calvo, Chihuahua. 66 Xi’ i ka li ngeen
Aparición de las piñas
58 Nen siuat uan tapial Elizabeth Cardoza Pérez,
La señora y el tigre 8 años, chinanteco, José López
Carmelia Chicueyaco Hernández, Portillo, San Juan Lalana, Oaxaca.
12 años, náhuatl, Cuamono,
Cuetzalan, Puebla. 68 Tsikbal t’aan
El sembrador de cebollas
60 Ditzda’ Miriam del Rosario Domínguez
Un venado desaparecido Kantún,
Gedalias Ramírez Lerdo, 13 años, maya, Tahbek,
12 años, zapoteco del Istmo, Cantamayec, Yucatán.
El Pajarito, Santiago Lachiguiri,
Oaxaca.
80
Hacedores de las Palabras
70 An inik axi yik’uax
El dueño del bosque y el pobre
Anita Hernández Domínguez,
11 años, tének,
El Chical de la Pila,
Ciudad Valles, San Luis Potosí.
74 Akgtsukgawasa
Un niño perdido
Martina Vicente Pérez,
12 años, totonaco,
Rancho San Juan la Guasima,
Tecolutla, Veracruz.
81
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Albina Díaz de la Cruz, Eusebio Sánchez Hernández,
Listado de ilustradores
13 años, huichol, El Cora, 12 años, chinanteco,
Tepic, Nayarit. Nuevo San Antonio,
San Juan Lalana, Oaxaca.
Antonieta González Vázquez,
11 años. Fabián Castro Esteban,
13 años, tlapaneco,
Bertha Angelina Cahuich Cahuich, Río Grande, Acatepec,
11 años, maya, Xbilincoc, Guerrero.
Calkaní, Campeche.
Federico Benítez Jiménez,
Carlos Chan Pat, 14 años, mixe alto,
17 años, maya, Noh Can Cab, Casa Grande, Asunción
Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo. Cacalotepec, Oaxaca.
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Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Matilde Hernández Salinas, Rigoberto Martínez Hernández,
11 años, chatino, San Miguel, 10 años, mixe,
San Juan Lachao, Oaxaca. Taller de pintura Ayuujk,
Tlahuitoltepec, Oaxaca.
Mauro Merino Gracida,
14 años, mixteco, Silverio Hernández Zúñiga,
Loma Reyes, 14 años, tepehua, Arroyo Grande,
San Juan Mixtepec, Oaxaca. Tlachichilco, Veracruz.
84
Hacedores de las Palabras
85
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
Orígenes y dueños.
secretaría de
Por qué son así algunas cosas del mundo
educación pública
y cómo otras suceden en el monte
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte
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Así soy yo Historias de cuevas, culebras y diablos
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que se cuentan secretaría de
educación pública