LOS EFECTOS NEGATIVOS INDIRECTOS OCACIONADOS POR LA LEPINA EN LOS

CENTROS ESCOLARES DE EL SALVADOR

Miguel tiene quince años de edad y es alumno de la escuela pública Lago de Coatepeque (caso
ficticio). En una charla que fue brindada por parte de la Policía Nacional Civil acerca de la Ley de
Protección Integral de la Niñez y Adolescencia. Aprendió que tiene muchos derechos que no
pueden ser violentados por sus compañeros, profesores, ni por nadie.
El derecho a la identidad es uno de los derechos que más quedo haciendo eco en el pensamiento
de Miguel, por lo que decidió cambiar completamente su imagen, comenzó a usar aritos, se cortó
su cabello al estilo “mohawk” o “cresta”, dejó de usar el uniforme de la escuela y empezó a llegar
con su ropa particular.
Los profesores, al darse cuenta del cambio que tuvo Miguel dentro de la escuela, decidieron
llamarle la atención, recibiendo por respuesta del joven Miguel una negativa a cambiar su nueva
imagen, pues les manifestó que es un derecho que tiene gracias a la LEPINA.
Ante dicha situación tanto el director como el vicedirector han permitido que Miguel siga
presentándose a estudiar de esa manera.
Si bien es cierto, desde la entrada en vigencia en el año 2009 de la Ley de Protección Integral de
la Niñez y Adolescencia (LEPINA), se han alcanzado un sinfín de avances sobre la protección
legal de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, pero no se puede negar que existen
efectos negativos ocasionados por la aplicación rigurosa de esta ley.
Es necesario hacer mención, previo a entrar un análisis del tema, que todos los derechos que se
encuentran en la constitución de la república de El Salvador poseen limitaciones legítimas, es
decir, los derechos fundamentales no son absolutos y pueden ser limitados en ciertos casos, como
por ejemplo la aplicación del Régimen de Excepción, el secuestro autorizado por un Juez o
Tribunal, el uso razonable de la fuerza para la obtención de elementos probatorios, la retención
en materia mercantil, la imposibilidad de votar en elecciones populares por no haberse inscrito en
tiempo en el padrón electoral, la pérdida de derechos políticos y de la libertad ambulatoria por una
sentencia en materia penal, entre otros.
Dicho esto, no debería sonar extraño el afirmar que los derechos consagrados en la LEPINA
también poseen (o deberían poseer) limitaciones legítimas aplicables en ciertos casos, como lo
es el caso anteriormente citado. Hoy en día, es común escuchar a los docentes quejarse sobre la
imposibilidad de aplicar medidas correctivas contra los alumnos sin escuchar la amenaza de “lo
voy a demandar”. Pues el carácter permisivo de las leyes y la no limitación de ciertas conductas,
no se puede traducir en un goce de derechos, sino en una pérdida de control correctivo de las
instituciones a las que la sociedad les exige instrucción teórica y formación de valores.