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Sin embargo, la realidad superó ambas nociones ya que el Ecuador es el único país
en el mundo que -pese a una “crisis”- creció al 2,4% y estuvo tan “sobreendeudado”
que paradójicamente el gobierno de Lenín Moreno consiguió créditos por USD
15.000 millones de dólares en los últimos 16 meses.
Ante el evidente agotamiento de este discurso, las dos ideas fueron rápidamente
reemplazadas por otras de igual envergadura y escandalosa resonancia. Una, los
problemas económicos actuales son “heredados” y; dos, los resultados de las
medidas que el gobierno de Moreno implementa para solucionarlos son
consecuencias de las políticas económicas adoptadas por el régimen anterior.
CORDES minimiza las consecuencias del terremoto del 2016, y -asumiendo el rol
de los “grandes” analistas “técnicos” que combaten las políticas económicas
“populistas”- citan los “verdaderos” problemas estructurales de la economía, que
serían las auténticas explicaciones de la caída de las reservas internacionales como
la falta de competitividad, la falta del inversión extranjera directa, la inyección de
liquidez por el Banco Central del Ecuador (BCE), el alto costo del endeudamiento.
No obstante, también en ese mismo período, el gobierno actual canceló USD 300
millones por los repagos de las pre-ventas de petróleo, y además pagó otros USD
150 millones adicionales en atrasos a las empresas privadas de servicios petroleros,
por lo que en este tiempo el sector petrolero aportó en términos netos con USD
1.050 millones a las reservas internacionales.
Cualquier análisis serio y objetivo utiliza datos e información concreta, sin embargo
CORDES no lo hizo o deliberadamente minimizó el aporte real del 1% del PIB a las
reservas internacionales que la mejora del precio del petróleo produce y sacó
conclusiones no ajustadas a la realidad, recurriendo a generalizaciones sin sustento
que solo obedecen a los objetivos políticos que está defendiendo.
Otro punto importante del sesgo en el análisis de CORDES es la omisión, deliberada
o no, de que en estos 16 meses, la producción de petróleo ha caído en 9,3 millones
de barriles, ocasionando que nuestro país pierda aproximadamente USD 530
millones de dólares en este período.
CORDES omite detalles que a su parecer no son significativos, como por ejemplo
que nadie le presta a un país petrolero que no tenía rentabilidad petrolera, que tiene
una deuda de cortísimo plazo de USD 1.100 millones por un laudo arbitral y que
además está en recesión.
Hoy con este primer artículo, después de 21 meses que deje de ser ministro de
finanzas, he decidido comenzar a aportar con mi opinión basada en datos y
circunstancias reales, ya que considero que como exfuncionario público no solo
estoy en la obligación moral de aclarar mi trabajo, sino que también debo dejar en
claro que lo que suceda en los próximos meses, será producto de la falta de una
política económica coherente con la realidad del país, especialmente con la que
enfrentan los sectores más humildes.