realidad, estimamos que es superior a la virtud. 40
Bien al contrario, habria que argitir de ese modo si la virtud de la que
participa el alma se identificase con el principio del que proviene. Pero, en
realidad, una cosa es la virtud y otra el principio. Porque tampoco la casa
sensible es lo mismo que la inteligible; y, sin embargo, es semejante. Pero es
que, ademas, la casa sensible participa del buen orden y del ornato; y, sin
embargo, alld, en la nocién inteligible, no hay orden, 45 ni ornato ni
proporcién'®, Pues asi también, como participamos del buen orden, ornato y
concordia provenientes de alla y como en estas cosas consiste la virtud de
aca, pero como, por otra parte, los Seres de allé no necesitan de concordia, ni
de ornato ni de orden, tampoco necesitardn de virtud. Y, sin embargo, no por
¢50 50 nos asemejamos menos a los Seres de all por la presencia de la virtud.
Por lo que toca, pues, a que no hay necesidad de que también alla exista la
virtud puesto que somos nosotros quienes nos asemejamos por Ia virtud,
baste lo dicho. Pero es preciso afadir persuasién al argumento, sin
contentarnos con imponerlo por la fuerza.
2 Por consiguiente, lo primero debemos formarnos una idea de las
virtudes por las que decimos que nos asemejamos, a fin de averiguar a su vez
qué es esa cosa idéntica que en nosotros, siendo copia, es virtud, mientras
que alla, siendo a modo de modelo, no es virtud. Sefialemos antes que hay
dos clases de aseme-3 jamiento: el uno exige la presencia de una misma
forma en las cosas semejantes, esto es, en todas las que son semejantes por
igual como copias que son de un mismo modelo, mientras que en aquellas en
las que la una es semejante a la otra pero esta otra es primaria sin que se diga
de ésta que sea reciprocamente semejante a aquélla, en tales cosas el
asemejamiento hay que concebirlo de otro modo, exigiendo no una misma 10
forma, antes bien una distinta, puesto que la semejanza es del segundo modo.
En qué consiste, pues, la virtud, tanto la virtud en general como cada una en
particular? La explicaci6n resullaré més clara aplicandola a cada una, porque
de ese modo se nos mostrar facilmente aquella forma comin por la que
todas son virtudes.
6 La casa inteligible, sita en el alma, cs una forma indivisa (I 6, 3, 6-9), carente de partes
Y; por tanto, de orden, ornato y proporcién (cf. 16,1, 16-54).
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