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Laura Pasquali

Más allá de la entrevista.


Consideraciones sobre el uso de fuentes
orales en la investigación histórica
Beyond the interview. Considerations on the
use of oral sources on historical research
[26/11/2014] [Revista Nuevo Mundo, Mundos Nuevos en
https://journals.openedition.org/nuevomundo/67400]

RESUMEN

Este trabajo presenta una serie de consideraciones sobre las fuentes orales y la historia oral,
atravesadas por el supuesto de que son ámbitos más vastos que aquel que definiría a
una metodología. Con ese horizonte se despliegan algunos problemas en torno a las experiencias que
la entrevista proporciona a los historiadores orales, la relevancia del enfoque hermenéutico para valorar
el texto que produce la entrevista, la pertinencia de las metodologías cualitativas para abordar las
memorias y los relatos que ellas originan.

Palabras claves :
historia oral, documentos, memoria, experiencia, testimonio

ABSTRACT

This paper presents some considerations on the oral sources and oral history, crossed by the assumption
that they are vaster areas those of methodology. With this perspective some problems are deployed
around the experiences that the interview provides to oral historians, the relevance of the hermeneutic
approach to assess the text that produces the interview, the pertinence of qualitative methodologies for
addressing memoirs and the stories they originate.

Keywords :
oral history, documents, memory, experience, testimony

Agradezco la atenta lectura y las sugerencias de quienes han evaluado este artículo.

• 1 Marc Bloch Apología para la historia o el oficio de historiador. (Edición anotada por Etienne
Bloch (...)

Hasta los policías más ingenuos saben que no se debe creer sin más
a los testigos.1

• 2 Algunos temas propuestos en este artículo se hallan en Pasquali, Laura “Voces múltiples,
horizontes (...)

1Son muchos los debates y discusiones desplegados sobre los problemas de la reconstrucción, acceso
y utilización de las fuentes escritas y editadas, como así también los debates sobre la preservación, uso
y custodia de los archivos y repositorios y sin embargo ello no supone que la controversia esté saldada
o en un marco de consenso. Otro cuerpo de problemas lo presenta la disputa política y teórica sobre las
metodologías de trabajo para interpelar a aquellos documentos. Si las consideradas “fuentes
tradicionales” exponen tales polémicas ante las y los historiadores, en modo alguno presentan un
panorama más conciliador las fuentes de más reciente aceptación en el ámbito investigativo. En ese
sentido, atraviesa este texto el supuesto de que las fuentes orales y la historia oral son ámbitos más
vastos que aquel que definiría a una metodología. Es esta idea la que se destacará en este trabajo,
desplegando algunos problemas en torno a las experiencias que la entrevista proporciona a las y los
historiadores orales2.

• 3 Y no está de más indicar que quienes asumen esa perspectiva al momento de investigar en
historia es (...)

• 4 En el análisis de una trama como la que abordamos aquí, se involucra un amplio arco de
problemas en (...)

2Quienes investigamos el devenir de las izquierdas en Argentina desde la segunda mitad del siglo XX,
nos hallamos en un campo que presenta un arco importante de problemas y escollos. Entre ellos, en
primer lugar destacamos que el grueso de las fuentes con que se cuenta, han estado construidas por y
en base a perspectivas ideológicas conservadoras3 que son las que por lo general presentan las
“historias oficiales” más generalmente difundidas; a esto se añade la falta de documentación y de una
política de conservación y de archivos, en otros casos la dificultad de acceso a reservorios de fuentes
policiales o judiciales4.

• 5 Pasquali, Laura; Ríos, Guillermo; Viano, María Cristina “Culturas militantes”. En Necoechea
Gracia, (...)

3No obstante, desde la última década del siglo XX el recurso de las fuentes orales ha sido una de las
vías de entrada para abordar problemas de la historia argentina. Desde entonces los desarrollos de la
historia oral en el país exhiben, junto a una notable capacidad de expansión, algunas fuertes marcas de
identidad. Por ejemplo, una de ellas remite a un campo temático que ha sido y continúa siendo
intensamente transitado: el del mundo de la militancia de los años 60 y 70. Se trata de aquellas y
aquellos que han optado por hacer oír sus voces5.

• 6 Thompson, Paul “Historias de vida y cambio social”, en Aceves Lozano, Jorge Historia Oral, México
D (...)

• 7 Meyer, Eugenia “Memoria y conciencia histórica”, en Historia, Antropología y Fuentes Orales,


núm. 2 (...)

4Las experiencias de la entrevista proporcionan a los historiadores orales las evidencias de que sus
aportes que no se reducen a la obtención de más fragmentos de información, sino que se trata de
perspectivas nuevas enteras, evidencias y también interpretaciones de los puntos de vista de varones,
mujeres, niños y niñas comunes y corrientes acerca de lo que según ellos tenía más importancia en sus
vidas, y que antes estaban representados en forma incompleta. Paul Thompson sostiene que son éstas
las razones que han hecho de la historia oral no sólo un método sino un movimiento y un movimiento
cuyas ambiciones básicas tienen mucho en común con las de la sociología de la historia de vida6. En
ese sentido, se cuestionan en claves diversas, las tesis acerca de los marcos conceptuales,
especialmente porque con frecuencia los relatos de los testimoniantes no son posibles de leer o
encuadrar estrictamente en los más tradicionales supuestos teóricos o historiográficos. Personalmente,
considero que el testimonio directo y voluntario se convierte en un elemento histórico de primerísimo
orden. Ese conjunto de varones y mujeres que legan su versión de la historia y de la vida trae consigo
su propio equipaje: una sensibilidad del mundo, ideología, sentimientos de clase y experiencias que,
subjetivas y relativas como la vida misma, frente al conjunto de la reflexión histórica promoverán una
percepción más amplia de las culturas contemporáneas7.

5Si bien el trabajo con los testimonios suele resolverse con la tarea de triangulación con otras fuentes
a los fines de establecer criterios de verificación, cuando los relatos de los protagonistas no se consideran
meros registros fácticos de los cuales hay que “descifrar su veracidad”, se hace apropiado recurrir a los
enfoques hermenéuticos, considerando que la materia prima de la historia oral consiste no solo en
información de hechos sino también expresión y representación de experiencias, por lo que incorpora
las dimensiones de la memoria y la ideología. Pero sabemos que la situación de entrevista no involucra
sólo al testimoniante, sino que se despliega también ante el entrevistador un escenario en el que ve
ponerse en juego la subjetividad, los saberes y los preconceptos propios. Entendemos entonces que el
papel del entrevistador en la historia oral nunca es pasivo, sino siempre activo: busca recuerdos y
provoca reflexiones y evaluaciones significativas, desafía al entrevistado a nuevos exámenes y
reflexiones. Esto proporcionará a quien estudiará el documento posteriormente, pruebas internas de
confiabilidad, validez y significación que completarán y suplementarán a las que él mismo aporta en su
tarea de investigación. En este sentido, el resultado de la historia oral siempre es un texto particular.

• 8 Meyer, Eugenia “Memoria, olvido e historicidad”. En Historia, Voces y Memoria. Revista del
Programa (...)

6De hecho, el historiador oral asume que hay una permanente lucha por encontrar y entender los
procesos, con sus diversas verdades. Estamos dispuestos a hurgar, escarbar en el pasado de manera
que logremos conocerlo. Eso lleva a buscar otras vías para acceder a una información que hasta el
momento no era conocida o estaba oculta. Así los interesados en la historia contemporánea y el tiempo
presente, llegamos al encuentro del testimonio, a las historias de vida, para integrarlos a las otras
fuentes tradicionales que dan sustento a la tarea investigativa. La historiadora mexicana Eugenia Meyer
asume que “el gran debate de la historia y el historiador es la cuestión de la verdad, no en el sentido
de descubrirla, obtenerla o apresarla, sino de ser capaces de permitirnos la libertad de interpretarla en
formas diversas”8. Precisamente, las fuentes y documentos a las que acudimos cuando investigamos
historia son piezas que vamos uniendo hasta construir un todo, un universo que nos permita entender
qué y cómo pasó, para luego explicarlo a los otros. Por eso debemos aceptar que la verdad que parecen
transmitir los testigos presenciales no es igual a la que nos proporcionan los documentos y también es
diferente la verdad de los textos editados.

7Consiste en reconocer las diferentes verdades para de ahí construir las historias que resulten
comprensibles, es decir, humanas. Se trata finalmente de la insatisfacción y la necesidad de buscar
nuevos elementos con los que tenemos que trabajar.

Reclamar las memorias. Conceptos y


problemas en la investigación histórica
81. Las consideraciones sobre la historia oral nos proponen también reflexionar sobre las tradiciones
orales y los acontecimientos que estas producen, que son bastante diferentes a los de los documentos
escritos. Estas pueden ser reconocidas en los relatos de los testigos, especialmente cuando en ellos se
insinúan ciertas comprensiones del pasado originadas en las matrices culturales de una comunidad que
se transmiten oralmente de persona a persona y de grupo en grupo; son expresiones de la identidad,
las costumbres, los anhelos y de la transmisión generacional de la sociedad en que se producen. Surgen
y existen en forma completamente independiente de cualquier lenguaje escrito o forma de registro y no
dependen de éstos para perdurar.

• 9 Portelli, Alessandro “El uso de la entrevista en la historia oral”, en Anuario, Nº 20. Rosario,
Esc (...)

9Del mismo modo, destacamos que la memoria que resulta luego de la entrevista, es una forma de
evidencia histórica y como cualquiera de ellas necesita ser evaluada como tal, no forzarla a caber en los
moldes de otras fuentes, sino que debe ser tratada como expresión cultural con todas sus complejidades.
Ahora bien, este punto amerita una advertencia: para comprender un relato igualmente debemos buscar
entender qué ha ocurrido, pues como advierte Alessandro Portelli, en vez de errores positivistas,
podríamos cometer otros de deconstrucción ingenua: todos los relatos serían equivalentes, el mundo
material no existe y entonces todos los textos son leídos exclusivamente en términos de su propia
dinámica intratextual. “Naturalmente, esto es falso también en los términos de teoría literaria y
narrativa, porque uno de los términos sobre el cual texto se constituye en cuanto género es el pacto
que declara respecto a su mayor o menor referencialidad: una autobiografía y una novela son los dos
relatos, pero la autobiografía afirma ser verídica y la novela no. Por consiguiente la autobiografía no
deja de serlo cuando no dice la verdad, y la novela sigue siendo novela aún cuando relata hechos
verdaderamente ocurridos, porque lo que cuenta es el pacto que establecen con el destinatario”9.

• 10 De las dos grandes orientaciones que podemos reconocer entre quienes desarrollan el enfoque
biográf (...)
10La investigación histórica reclama estas reflexiones, pues los relatos orales también pueden cumplir
otras funciones, ya sea exploratoria, analítica, verificativa o expresiva. Es decir, no existe una manera
de utilizar un mismo relato de vida, sino varias. Incluso, según en que momento de la investigación se
lo utilice, puede cumplir una función diferente. Será siempre el mismo relato, pero
en contextosdiferentes10.

• 11 Pasamar, Gonzalo “Los historiadores y el uso público de la historia: viejo problema y desafío
recie (...)

• 12 Esta tesis pertenece a Stuart Hall, Questions of Cultural Identity. London, Sage, 1996, citado en
A (...)

112. Desde hace unos años, observamos una coincidencia entre los cientistas sociales acerca de la
existencia de una relación entre determinados nuevos usos de la historia y la reciente eclosión de las
memorias o de los problemas que la acompañan. Para quienes han intentado sistematizar esos nuevos
usos, los problemas de la memoria y la construcción de las identidades constituyen un “hilo conductor,
una cuestión central”11. Íntimamente relacionado a esto, y en una línea que desmonta las concepciones
esencialistas, señalemos algunas ideas acerca del concepto de identidad, que aquí es pensada como
construcción nunca acabada, “abierta a la temporalidad, la contingencia, una posicionalidad relacional
sólo temporariamente fijada en el juego de las diferencias”12. Y decimos esto porque uno de los
elementos constitutivos de la identidad es la experiencia, concepto que nos permite introducir la
dimensión temporal, y también pensar a las identidades como una posición relacional, que no depende
directa y mecánicamente del acontecimiento, sino que está mediada, matizada por el lenguaje y por el
marco cultural interpretativo en el que se expresa, se piensa y se conceptualiza.

• 13 Luisa Passerini propone comprender dentro del término subjetividad toda la gama de actividades
y ex (...)

• 14 Portelli, Alessandro “El uso de la entrevista en la historia oral”. Op. Cit.

12La experiencia también se refiere al proceso en el cual se construye la subjetividad13. Sin embargo,
insistimos en que no estamos leyendo la realidad social como si fuese un texto; el interés en la narración
como soporte de las identidades y las memorias de los testimoniantes en el momento en que se produce
la entrevista es un modo de acercarnos a los procesos que queremos explicar, es una de las estrategias
con las que trabaja la historia oral. En principio, porque la historia oral realiza una distinción entre
hechos y relatos (entre historia y memoria) ya que considera que las narraciones y las memorias son
en sí mismos hechos históricos14 . Por eso, la virtud última de la memoria no es la preservación del
pasado sino los cambios elaborados que revelan el esfuerzo de los testimoniantes por darle un sentido
al pasado y una forma a sus vidas, colocando a la entrevista y al relato en su contexto histórico: en
ellas apelamos a esa dimensión de acción, incluso de práctica en las formas de relación con un pasado
que se define en la dimensión de la memoria, como un pasado que sigue cuestionando, planteando
preguntas, interviniendo sobre el presente.

• 15 Portelli, Alessandro La orden ya fue ejecutada, Buenos Aires, FCE, 2003

13Uno de los más grandes e inspiradores historiadores orales, Alessandro Portelli, escribió un libro
iluminador sobre un tema sombrío: una matanza nazi perpetrada en Roma en el año 1944, en represalia
a un atentado partisano15. Ese es un acontecimiento que ha quedado grabado de modos complejos y
problemáticos, aunque siempre dramáticos, en la memoria popular de Italia... pero la permanencia en
la memoria no es lo que lo torna “reciente”. Sin embargo en el prologo a la edición española del libro,
el autor traza los caminos que volvieron reciente a ese hecho: Erich Priebke, uno de los responsables
de la masacre fue identificado, arrestado en Bariloche y extraditado y procesado en Italia. Y más aún,
cuando la descendiente de una familia exterminada en las Fosas Ardeatinas y en Auschwitz viajó a
Buenos Aires a dar una conferencia en referencia a ese tema, trabó relaciones con las Madres de Plaza
de Mayo. Esas eran historias recientes. A partir de esta observación, Portelli nos dice que la historia oral
es un instrumento útil a esos fines, porque sus historias empujan siempre hacia atrás, hacia comienzos
profundos, y no se detienen nunca en un final definitivo.

14El recurso a la historia oral no siempre implica que estemos ante problemas de historia reciente, del
mismo modo que es perfectamente posible investigar en historia reciente sin recurrir a las fuentes
orales. En términos formales no hay relación de necesariedad entre historia oral y reciente... pero
indudablemente se potencian y la investigación histórica que acude a las fuentes orales tiene cualidades
que la identifican y la vuelven sensible, humana. Veamos un ejemplo: en el curso de una entrevista
sobre conflictos laborales ocurridos en una pequeña localidad de Santa Fe (Argentina) en 1974, el relato
de la entrevistada se discontinua y de repente ya no habla de aquel momento, sino que escuchamos
procesos ocurrido en la primera mitad del siglo: se explaya sobre el impacto que produjo en el pueblo
la instalación de una acería hacia 1947... Ya no está testimoniando sobre la historia reciente, pero de
ese modo nos proporciona elementos clave para comprender las luchas de esa misma localidad en los
años setenta y también por qué nuestra entrevistada actuó como actuó en esa coyuntura.

15De modo análogo, tampoco el uso de fuentes orales nos da acceso directo al pasado reciente.
Entrevistar a mujeres ancianas sobre las condiciones de trabajo, contratación o cuentapropismo de las
costureras y modistas a fines de los años ’30 no es hacer historia reciente. Pero en todos los casos están
presentes las operaciones de la memoria.

• 16 Haug, Frigga “Memoria colectiva, memory work y la separación de la razón y la emoción”.


Seminario d (...)

• 17 Ricoeur, Paul La memoria, la historia, el olvido. Buenos Aires, FCE, 2004. Pág. 125

16Es normal que la Historia oral preste atención al tema de la memoria, pues el ámbito de la memoria
le reserva un papel privilegiado al testimonio. Pero también la memoria es el lugar donde se dirime y
reside el poder, y lo que era un medio para comprender las marginalidades y a los excluidos se ha
convertido en una expresión casi oficial. Desde que las sociedades empezaron a sentir la necesidad de
memorias, los gobiernos se han apropiado de ellas y se han erigido en “gestores” de la memoria. Esta
suerte de tensión alrededor de las interpretaciones colectivas de la historia como marco de la memoria
personal, también la experimentan los sujetos; se trata de una lucha “desde arriba” en la que los
gobiernos y sus aparatos se ocupan sistemáticamente de describir el pasado y prescribir cómo deben
experimentar la historia los miembros de la sociedad16. Sostiene Ricoeur que actualmente, la cuestión
del sujeto verdadero de las operaciones de memoria tiende a ocupar un primer plano y contribuye a ese
juego de presiones una preocupación propia del campo: al historiador le urge saber cuál es su emulador,
la memoria individual de los testimoniantes o las memorias colectivas17.

• 18 Esta es una situación que Joutard reconoce para Francia, pero que consideramos iluminador
para pens (...)

17Entonces la memoria se convierte en el enfoque privilegiado sobre el pasado en detrimento de la


historia, el testigo pasa a ser referente absoluto frente al historiador que toma distancia y sitúa las cosas
en un contexto, y por ello se le acusa de traicionar la realidad. Como reacción el historiador cuestionado
rechaza cualquier aportación de la memoria y por lo tanto, de la historia oral, sobre todo cuando existe
una sólida tradición de desconfianza previa18.

183. Ahora bien, las reflexiones anteriores no surgen únicamente de las cavilaciones individuales, por
el contrario son resultado de un proceso en el que intervienen, por lo menos, dos sujetos; quizás un
interrogante lo explicaría de un modo más preciso: ¿desde qué lugar y de qué modo son convocadas
esas memorias?

• 19 “Nunca pensamos en la memoria como un archivo, una heladera que preserva los datos y sus
significad (...)

19Los historiadores orales trabajamos con narraciones, cuya posterior lectura nos permite transformar
las secuencias de hechos en una sucesión (en el mejor de los casos ordenada) de ideas. Ayuda en esa
tarea la narrativa, que si bien es una herramienta cognitiva muy importante para el conocimiento
histórico, es imprescindible en el trabajo con fuentes orales. Y aunque todos tenemos capacidad de
narrar, los resultados de las entrevistas dependen en buen grado de la habilidad que tengamos de
reflexionar sobre la experiencia y sobre la forma que adopta cuando la provoca la memoria. Porque la
memoria no es un archivo sino un ordenador que activa un proceso de constante lectura y aprendizaje19.
Y porque de la experiencia aprehendemos un saber y lo reconstruimos permanentemente a través de
nuevos sentidos y significados que podemos darles; en ese proceso, la entrevista y la intervención del
entrevistador pueden ser potenciadores de sentidos y de imágenes. Pero advirtamos que del mismo
modo que la experiencia, la narración también es temporal porque aunque siempre hay un principio, un
desarrollo y un final, las formas de experimentar, de recordar, de narrar son diferentes. Por ejemplo,
las memorias de los y las militantes políticos suelen estar estructuradas y marcadas por los recuerdos
de la militancia en las organizaciones de pertenencia, tenemos entonces que el registro del activismo
tiende a coincidir con la periodización del propio partido de pertenencia, o bien de alguna acción o
proceso de carácter espectacular. Esto se evidencia en algunas marcas de los relatos: “antes de la toma
de la fábrica “después que se desmoronó el partido”, “cuando me trasladaron a la Capital”, etc.

El problema de la realidad social desde las


metodologías cualitativas
• 20 Aquí, los preceptos rankeanos que indican que los historiadores debemos limitarnos a los
documentos (...)

20Ya dijimos que la historia oral comparte con otras problemáticas de las ciencias sociales una condición
casi constitutiva: un escaso consenso en torno a su naturaleza, sus modos de concebir(se) y sus
alcances, por ello no está liberada de detractores quienes realizan despliegues argumentativos con
distintos grados de profundidad y radicalidad20. Parte de las sospechas que se descargan sobre la
historia oral tienen que ver con la escasa fiabilidad que se atribuye a los recuerdos individuales o
colectivos como mecanismo de registro histórico, en un explícito rechazo a considerar a los testimonios
orales como fuentes en la tarea investigativa.

21Sin embargo, entendemos que el valor de la fuente oral como evidencia histórica debe ser evaluado
dentro de sus propias leyes de autenticidad. Discutir acerca de la superioridad de las fuentes escritas
sobre las orales o viceversa es tarea estéril. En todo caso es necesario someter a todas las fuentes a
sus propias reglas de credibilidad.

• 21 Plantear esto remite a lo que Gadamer sentencia como el momento en que la comprensión se
transforma (...)

• 22 Pasquali, Laura; Ríos, Guillermo; Viano, María Cristina “Culturas militantes”. Op. Cit, Pág. 114

22Precisamente, uno de los temas de debate (y a veces de impugnación) acerca de las metodologías
de la historia oral es el rol del historiador/entrevistador en la creación del documento y la interpretación
del mismo. Al poner la mirada sobre la capacidad de la historia oral para cambiar la tarea tradicional del
historiador, no siempre se ha considerado el modo en que el discurso disciplinar y su contexto influye
en esa práctica. Se va desde una posición en la que el historiador desaparece “para dar la palabra al
pueblo” hasta la tradicional posición en la que el investigador asume un lugar privilegiado como
intérprete de los materiales aportados por los entrevistados. Por supuesto que la presencia del
entrevistador impregna el discurso del informante; por eso hay una plena conciencia de los problemas
teóricos que comprende el campo profesional de la historia oral: la superposición del investigador como
entrevistador, como transcriptor y luego analista. De hecho, la situación de la entrevista podría ser
considerada como una fusión de horizontes21. Esto nos indica dos senderos. Por una parte nos puede
conducir, en un plano de reflexión general, a revisar la relación entre “objeto de conocimiento y sujeto
cognoscente”, sobre la que tanto se ha producido en las ciencias sociales. En un plano más particular y
de nuestro interés, nos permite destacar la dimensión subjetiva de la entrevista, la particular relación
que establece el entrevistador con los testimoniantes. Específicamente, para quienes entrevistamos
mujeres y varones que han pasado por situaciones traumáticas como la cárcel, la persecución, el exilio,
que han sufrido en sus cuerpos la tortura o han sido testigos de la desaparición de compañeros, es
prioritario tener especial cuidado en el modo de abordar el tratamiento de esas experiencias. En las
situaciones en que la propuesta de poner en palabra un período tan fuerte para sus vidas implica también
“pasar” por las experiencias traumáticas que han signado nuestro pasado reciente, nos encontramos
con frecuentes solicitudes de apagar el grabador, acompañar los silencios y el llanto que se producían;
aunque en algunos casos esto implica la finalización de la entrevista y la imposibilidad concreta de volver
a entrevistarlos, en otros esta situación puede ser superada retomándose el curso de la entrevista22.

• 23 Algunas de estas ideas están presentes en Portelli, Alessandro “El uso de la entrevista en la
histo (...)
23Aquí sostenemos que el entrevistador es también co-autor, y la entrevista es un hecho fascinante
también desde el punto de vista teórico, justamente porque pone en discusión la idea de la autoridad
del historiador del siglo XIX, de un texto fijo producto de un único autor: estamos frente a un texto
cambiante y que es producto de, al menos, dos personas a la vez. Por eso decimos que cuando hacemos
una entrevista, nos encontramos en presencia de un evento. Es un evento porque lo creamos nosotros:
la historia que registramos no existe naturalmente; el producto de este encuentro en el cual la intención
del narrador de contar las cosas como han ocurrido, instituye con lo histórico un pacto referencial,
convive con el deseo de hablar de sí y representarse, tanto más en sujeto a los cuales ha sido negada
la posibilidad de hacerlo por motivos de clase, género o edad 23.

• 24 Stanley, Jo “Incluir los sentimientos: darse a conocer a uno mismo a través del testimonio
político (...)

24Ese pacto o acuerdo, necesariamente debe permitir la expresión e inclusión de lo personal, puesto
que si somos historiadores responsables sabemos que omitir aspectos de nosotros mismos distorsiona
la historia: lo personal suele ser un espejo de lo que sucede en nuestras sociedades. Finalmente, como
también nos interesa la forma, sostenemos que incluir las emociones significa incluir la riqueza, los
detalles y todas las potencialidades del ser inalienado que se expresa en el relato, el “yo” que debería
formar parte de la sociedad que se pretende alcanzar24.

• 25 Labov, William “The Transformation of Experience in Narrative Synmtax”. En Language in the


Inner Ci (...)

25Después de algunas reflexiones sobre la lente con que la historia oral mira el mundo, no podemos
perder de vista que aquella no tiene un sujeto unificado; se la narra desde una multitud de puntos de
vista y la imparcialidad tradicionalmente reivindicada por los historiadores es reemplazada por la
parcialidad del narrador y testimoniante. Asimismo, cuando hacemos o trabajamos fuentes orales
notamos en los entrevistados una necesidad de presencia en la historia. De esto deriva también una
modalidad narrativa: la centralidad del punto de vista. El evento histórico no es contado desde arriba,
sino desde adentro. “Es lingüísticamente imposible hacer una narración sin implicar una
interpretación”25.

• 26 Sobre una reconsideración de la relación entre sujeto y objeto de conocimiento a partir de la


epist (...)

26En este sentido, el resultado de la historia oral siempre es un texto particular que nos propone
pensarnos como un sujeto cognoscente que no busca el poder sobre los fenómenos, sino que reconoce
los modos en que él/ella y su objeto se relacionan, así como los modos en que los fenómenos mismos
son interdependientes26.

• 27 El problema de la realidad social reúne varios estudios del autor sobre el problema de la
sociabili (...)

• 28 Sostiene Philippe Joutard que las fuentes orales contribuyen a la etnohistoria: una historia más
le (...)

27Insistimos en que el motivo principal por el que optamos por el modo de lectura, las estrategias y
herramientas de la historia oral es porque constituye una de las vías de entrada privilegiadas para
investigar procesos protagonizados por grupos sociales y políticos a los que se negó un espacio en las
versiones oficiales de la historia, y esa negación está en muchos casos vinculada con los proyectos que
portaban esos sectores. La incorporación del mundo cotidiano a la investigación sociológica abre una
perspectiva que nos permite reivindicar como objeto de estudio el conjunto de relaciones interpersonales
y actitudes de varones y mujeres que, aunque dependen de patrones aprendidos, son reproducidos o
modificados en la vida cotidiana a partir de experiencias propias. Para Schutz27 la vida cotidiana se
presenta como una realidad interpretada por varones y mujeres, y para ellos y ellas tiene el significado
subjetivo de un mundo coherente. Las fuentes orales nos acercan también a las dimensiones de lo
cotidiano28, y con ello a las formas en que construían las subjetividades mujeres y varones en el
momento a que refiere la entrevista.
• 29 Camarero, Hernán; Pozzi, Pablo y Schneider, Alejandro “Eppur si muove. De la realidad a la
conceptu (...)

28El empleo de la entrevista en la investigación histórica permite involucrar la resistencia de la gente


común, las respuestas ante situaciones difíciles de la vida; la oralidad del sujeto aporta elementos en
forma significativa a la historia, ya que demuestra que la vida de las personas no se puede considerar
como un fenómeno individual, sino que es sobre todo un producto social. Las personas forjan su
identidad en tanto comparten tareas con otros individuos, dando a su existencia un carácter social. Su
vida adquiere sentido en comunidad, en tanto pertenecen, en diferentes planos a la vez, a las fábricas,
al lugar de estudio, a sus barrios29..

• 30 Schutz, Alfred Alfred El problema de la realidad social… Op. Cit. Pág. 80

• 31 Labov, William, “The Transformation of Experience in Narrative Synmtax”, en Languagei n the


Inner C (...)

29Indica Schutz que las producciones de las ciencias sociales son construcciones de segundo
grado, construcciones de las construcciones elaboradas por los varones y mujeres cuya acción debe
observar y explicar el historiador, según las herramientas de análisis de la disciplina. Esta operación, al
decir de Schutz, es la primera tarea de la metodología de las ciencias sociales30. Lo que encontramos
fascinante en los posibles nexos entre esto y el trabajo con fuentes orales es que notamos en los
entrevistados una necesidad de presencia en la historia31. El reclamo de una generación a su antecesora
sobre responsabilidades, oportunidades perdidas o decisiones equivocadas, es una pregunta clave de la
historia oral, porque interroga la relación entre nuestra biografía y la historia, entre la experiencia
personal y privada y la experiencia colectiva.

Consideraciones finales: después de las


entrevistas
• 32 James, Daniel, Doña María. Historia de vida, memoria e identidad política. Buenos Aires,
Manantial, (...)

• 33 Portelli, Alessandro “Absalón, Absalón: La historia oral y la literatura”. Op. Cit.

30Sostengo que entrevistar militantes socialistas implica un piso de acuerdos mínimos acerca de la
militancia en los años ’60 y ’70, entre ellos, ellas y yo. Probablemente esto haya propiciado el posterior
camino hacia la construcción de lazos afectivos con los testimoniantes. Considero que este no es un
tema menor, al menos por dos cuestiones. Una es que se corre el riesgo de no abordar la fuente con la
distancia necesaria que requiere la tarea investigativa; otra es el universo personal de coincidencias.
Daniel James, se preguntaba por mandato de quién se produce la recuperación de la memoria. Y advertía
que aunque el historiador puede contribuir a moldear la memoria, también puede desorganizarla32. Este
es un temor que me ha asaltado más de una vez, y he estado tentada en transcribir los relatos
completos, porque sentía que parcelarlos era falsear la confianza que había logrado de mis entrevistados
y entrevistadas. Más tarde entendí que el mejor modo de agradecerles sus testimonios, su tiempo y sus
aportes, no era copiar textualmente lo que me habían contado, sino elaborar una interpretación histórica
seria y honesta. Decir esto nos obliga a considerar que trabajar con testimonios orales no nos exime per
se de incurrir en los vicios de tipo positivista, por dos razones. La primera es la consabida “búsqueda
del dato”, construcción de series de fechas, acciones, nombres, etc. es decir cubrir las ausencias que
otras fuentes dejan expuestas. Sin embargo, embarcarse en un proyecto de historia oral conlleva
navegar en otras aguas: “una historia se cuenta ‘naturalmente’ no cuando adhiere a una cronología
‘objetiva’ sino cuando se aparta de ella para incorporar sentido y conceptos o juicios subjetivos. Sólo un
esfuerzo artificial, puede mantener ‘hechos’ y ‘opiniones’ separados; en el habla común, en general, se
mezclan, como se mezclan los géneros literarios en la mayoría de los actos del habla.”33. La segunda
razón es el riesgo de sostener el “temor reverencial” hacia la fuente. Ante la fascinación que puede
provocarnos una narración o la propia historia de quien estamos entrevistando emerge un perfil de
nuestra subjetividad que pareciera amenazar la seriedad del trabajo investigativo. ¿Por qué ocurre ese
fenómeno?, en parte, debido a que sus testimonios de militancia es lo que muchas veces nos conecta
con la Historia, pues hay respecto hacia sus trayectorias, y porque en sus relatos trascienden las
memorias de un colectivo (heterogéneo) de voluntades militantes. Por ello sostengo aquí que la situación
de entrevista no puede darse con todos los sujetos; en este caso particularmente debe haber empatía,
y eso conlleva una elección por parte del historiador.

31Los vínculos con las y los entrevistados no siempre se circunscriben al ámbito de “nuestro” trabajo.
En varias ocasiones las diversas motivaciones que despierta la situación de entrevista ha llevado,
especialmente a quienes por años no habían hablado de su pasado militante, a contactar viejos
compañeros e incluso a escribir sus propias memorias, ya sea en forma individual o colectiva.

32Debe haber plena conciencia de los problemas y desafíos implícitos en tomar testimonios como
materia prima. En el caso de la indagación sobre la historia reciente Argentina, el peso del presente (del
relato) ha sido determinante al momento de hacer historia oral. Las investigaciones realizadas en medio
de los años noventa y en un contexto de significativa fractura social y económica a nivel nacional y
regional tuvieron condiciones de posibilidad muy diferentes a aquellas “beneficiadas” con el clima en el
cual el tema de la militancia setentista y los derechos humanos eran parte de la agenda gubernamental.

33En todos los casos, en forma explícita o no, el presente de la entrevista atraviesa los relatos sobre el
pasado, y ello nos advierte sobre la necesidad de considerarlo cuando evaluamos las narraciones en
forma integral. En suma, ninguna entrevista puede abstraerse de los años transcurridos entre los
procesos de los que se habla y el presente de la narración. No solamente porque ese período ha
impactado de diversos modos en la forma que se organiza el recuerdo, sino porque esas experiencias
han sido resignificadas en la cotidianeidad actual.

34Además de esto, la participación de ex militantes en organismos de derechos humanos, en partidos


y movimientos políticos durante la transición democrática argentina también aportaron a la revisión de
sus historias de los años sesenta y setenta.

35Otra variable para estimar la relación de su pasado con su presente son las viejas relaciones que aún
conservan. Tempranamente llamó mi atención que algunos y algunas habían perdido el rastro de sus
antiguos compañeros, no recordaban sus nombres, incluso no sabían si eran detenidos-desaparecidos.
En otros casos también están quienes trasladaron al presente viejas rencillas del pasado (aunque
muchas veces es ostensible que no recuerdan qué las había ocasionado). Observamos la persistencia
de los más habituales debates en las izquierdas entre los partidarios de la lucha armada y los que no,
las discusiones en torno a la integración con otras organizaciones o partidos, las internas en las
direcciones sindicales y partidarias, las disputas sobre las estrategias frente a la continuidad o no de
una huelga. Pero existen otros motivos de resentimientos, más difíciles de evidenciar puesto que nos
remiten a conflictos personales, a veces familiares, que no siempre responden a las explicaciones
pasibles de ser generalizadas. Indudablemente es frecuente encontrarnos con militantes que no objetan
a otros militantes y que aún conservan relaciones cordiales con sus viejos compañeros.

• 34 Pasquali, Laura “Historia oral del pasado reciente: observaciones y revaluaciones en los relatos
de (...)

36Hace unos años34, yo concluía que entre mis entrevistados socialistas no había casos en que el pasado
militante no tuviese líneas de continuidad o se contradijese claramente con las opciones políticas
actuales, y sostenía además que eso era significativo si considerábamos que desde 2003 las estrategias
del gobierno argentino hacia el tema derechos humanos ha funcionado como una fuerza centrípeta,
atrayendo las adhesiones de un amplio arco de la militancia setentista. Si reescribiera ese texto, no
podría aseverar lo mismo. ¿Eso ocurre porque la historia es una construcción siempre pasible de
renovarse? ¿Es una más de las particularidades de la Historia reciente, por el carácter vivo de los
testigos? ¿Quiere decir eso que en los proyectos de Historia Oral sobre Historia Reciente debemos dar
una mayor relevancia al peso del presente del relato? En todos, todos estos casos, sobrevuela sobre
nosotros el peligro de la ingenuidad o del sentimentalismo que se aventura en la defensa de ciertas
causas... y también la certeza de que no podemos alcanzar la objetividad y que inevitablemente seremos
parciales. Y de algún modo, navegar en esas aguas le otorga sentido a nuestro oficio.
Notes

1 Marc Bloch Apología para la historia o el oficio de historiador. (Edición anotada por Etienne Bloch).
México DF, Fondo de Cultura Económica. 1993 [2001]. Pág. 97

2 Algunos temas propuestos en este artículo se hallan en Pasquali, Laura “Voces múltiples, horizontes
comunes. Las fuentes orales como posibilitadoras de la tarea historiográfica”. En: Iurno, Graciela y
Pasquali, Laura Resistencias al proceso de embate neoliberal en Argentina. Aproximaciones desde la
historia oral. Rosario. Prohistoria, 2012. Pp. 17-28

3 Y no está de más indicar que quienes asumen esa perspectiva al momento de investigar en historia
están menos conminados a documentar sus hipótesis profundamente. Referencias a esto, y a los
esfuerzos investigativos de los primeros historiadores de izquierda para el caso de Estados Unidos se
pueden encontrar en Pablo Pozzi y Roberto Elisalde, “Conflicto y consenso en la historiografía
norteamericana: una historia politizada”. En Pozzi, Pablo, Elisalde, Roberto, González Chiaramonte,
Claudio y Farran, Gabriela: Un pasado imperfecto. Historia de los Estados Unidos. Buenos Aires,
Recienvenida, 1992. Pp.11-29

4 En el análisis de una trama como la que abordamos aquí, se involucra un amplio arco de problemas
entre los cuales sobresalen la propiedad privada de los archivos documentales (aún en los casos en que
la consulta se permita a través de un pago, son privados); las defectuosas condiciones de conservación
(y por consiguiente de consulta) de aquellos que son públicos; la destrucción de fuentes por parte de
sus poseedores por atendibles razones de seguridad ante el incremento de la represión ilegal en
Argentina desde 1974.

5 Pasquali, Laura; Ríos, Guillermo; Viano, María Cristina “Culturas militantes”. En Necoechea Gracia,
Gerardo y Pozzi, Pablo (Comp.) Cuéntame cómo fue. Introducción a la historia oral. Buenos Aires, Imago
Mundi, 2008. Pp 109-116

6 Thompson, Paul “Historias de vida y cambio social”, en Aceves Lozano, Jorge Historia Oral, México
DF, UNAM, 1993. Pp. 117-137

7 Meyer, Eugenia “Memoria y conciencia histórica”, en Historia, Antropología y Fuentes Orales, núm.
24, 2ª época, Barcelona, 2000. Pp. 77-94

8 Meyer, Eugenia “Memoria, olvido e historicidad”. En Historia, Voces y Memoria. Revista del Programa
de Historia Oral. 1 / 2009. Programa de Historia Oral. Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas –
INIBI-. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Pp. 13-28. Pág. 13

9 Portelli, Alessandro “El uso de la entrevista en la historia oral”, en Anuario, Nº 20. Rosario, Escuela
de Historia-Homo Sapiens, 2004. Pp. 35-48, pág. 37

10 De las dos grandes orientaciones que podemos reconocer entre quienes desarrollan el enfoque
biográfico, hay quienes se interesan por los significados y quienes se interesan en los referentes. “La
primera podría ser llamada ‘hermenéutica’, en tanto que el desciframiento de los textos ocupa en ella
un lugar central”. Bertaux, Daniel “Los relatos de vida en el análisis social”. En Aceves Lozano, Jorge
(Comp), Historia Oral. México, Instituto Mora, 1993. Pág. 141 y 142.

11 Pasamar, Gonzalo “Los historiadores y el uso público de la historia: viejo problema y desafío
reciente”, en Actas III Jornadas de Historia Moderna y Contemporánea, Rosario. 2000
12 Esta tesis pertenece a Stuart Hall, Questions of Cultural Identity. London, Sage, 1996, citado en
Arfuch, Leonor, (Comp) Identidades, sujetos y subjetividades. Buenos Aires Prometeo, 2002

13 Luisa Passerini propone comprender dentro del término subjetividad toda la gama de actividades y
expresiones culturales y psicológicas de conciencia individuales y colectivas que toman forma en el
lenguaje y en la conducta, así como también se expresan en formas más ‘espirituales’ como el
pensamiento especulativo. Passerini, Luisa “Ideología del trabajo y actitudes de la clase trabajadora
hacia el fascismo”. En Schwarzstein, Dora, (comp.), La Historia oral, Buenos Aires, CEAL, 1991.

14 Portelli, Alessandro “El uso de la entrevista en la historia oral”. Op. Cit.

15 Portelli, Alessandro La orden ya fue ejecutada, Buenos Aires, FCE, 2003

16 Haug, Frigga “Memoria colectiva, memory work y la separación de la razón y la emoción”. Seminario
del Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC): Sobre imágenes, lugares y políticas de
memoria. Santiago de Compostela, 11 al 13 diciembre 2008. Pág. 4

17 Ricoeur, Paul La memoria, la historia, el olvido. Buenos Aires, FCE, 2004. Pág. 125

18 Esta es una situación que Joutard reconoce para Francia, pero que consideramos iluminador para
pensar otras latitudes. “Cuando la memoria se convierte en un poderoso instrumento de reclutamiento
y movilización [...] la tarea y el deber del historiador es hacer de la memoria un objeto histórico para
mostrar su carácter construido y desvelar sus flaquezas y su instrumentalización.” Joutard, Philippe
“Memoria e historia: ¿cómo superar el conflicto?”, en Historia, Antropología y Fuentes Orales, núm. 38.
Barcelona, 2007. Pp. 115-122

19 “Nunca pensamos en la memoria como un archivo, una heladera que preserva los datos y sus
significados, sino más bien como un procesador, que los transforma y elabora de una forma osmótica y
produce así nuevos datos y significados que incluyen a los viejos, aunque sea para negarlos o librarse
de ellos. Más tarde descubriría, en las enseñanzas de Juri Lotman, que olvidar también es parte del
recuerdo”. Lotman, Juri y Uspenskij, Boris “Sul meccanismo semiotico della cultura”, en Tipologia della
cultura, Milán, Bompiani, 1973, Pág. 46-48 traducción al italiano de Remo Faccani. Citado en Portelli,
Alessandro “Absalón, Absalón: La historia oral y la literatura”, en Taller. Revista de Sociedad, Cultura y
Política. Buenos Aires, Asociación de Estudios de Cultura y Sociedad, Vol. 5, Nº 13, 1999. Pp. 9-24

20 Aquí, los preceptos rankeanos que indican que los historiadores debemos limitarnos a los
documentos guardados celosamente en archivos preservados de la manipulación y al análisis de sus
formas, sus contenidos y sus interrelaciones, ya que éstos constituyen una fuente inalterable y fidedigna
en contraposición a la memoria humana que tiende a ser complaciente consigo misma y a contaminarse
de los acontecimientos posteriores, parecen estar presentes más allá de lo que muchos están dispuestos
a admitir.

21 Plantear esto remite a lo que Gadamer sentencia como el momento en que la comprensión se
transforma en tarea científica, situación que puede ser caracterizada como hermenéutica. “Todo
encuentro con la tradición realizado con conciencia histórica experimenta por sí mismo la relación de
tensión entre nexo y presente. La tarea hermenéutica consiste en no ocultar esta tensión en una
asimilación ingenua, sino desarrollarla conscientemente.[...] La conciencia histórica es consciente de su
propia alteridad y por eso destaca el horizonte de la tradición respecto al suyo propio”. Gadamer, Hans-
George Verdad y Método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica. Salamanca, Sígueme, 1997
[1960]. Pág. 377.

22 Pasquali, Laura; Ríos, Guillermo; Viano, María Cristina “Culturas militantes”. Op. Cit, Pág. 114
23 Algunas de estas ideas están presentes en Portelli, Alessandro “El uso de la entrevista en la historia
oral”. Op. Cit.

24 Stanley, Jo “Incluir los sentimientos: darse a conocer a uno mismo a través del testimonio político
personal”. Taller, Revista de Sociedad, Cultura y Política. Buenos Aires, Asociación de Estudios de
Cultura y Sociedad, Vol. 6, Nº 18, 2002, Asociación de Estudios de Cultura y Sociedad. Pp 135-155

25 Labov, William “The Transformation of Experience in Narrative Synmtax”. En Language in the Inner
City, University of Pennsylvania Press, Philadelphia 1972, pp- 354-96. Citado en Portelli, Alessandro. “El
uso de la entrevista…”. Op. Cit. p. 42

26 Sobre una reconsideración de la relación entre sujeto y objeto de conocimiento a partir de la


epistemología feminista se halla en Fox Keller, Evelyn Reflexiones sobre género y ciencia, Valencia,
Alfons el Magnánim, 1985

27 El problema de la realidad social reúne varios estudios del autor sobre el problema de la sociabilidad.
Schutz encomendó a un discípulo preparar esta compilación de trabajos publicados originalmente en
revistas o como parte de diversos libros. Estos textos comprenden un arco que va desde 1940 hasta
1959, año de la muerte del autor. Schutz, Alfred El problema de la realidad social, Madrid, Amorrortu,
2003 [1962].

28 Sostiene Philippe Joutard que las fuentes orales contribuyen a la etnohistoria: una historia más lenta,
sin hechos notables, una historia de la vida cotidiana. Joutard, Philippe. Esas voces que nos llegan del
pasado. Buenos Aires, FCE, 1999 [1983]

29 Camarero, Hernán; Pozzi, Pablo y Schneider, Alejandro “Eppur si muove. De la realidad a la


conceptualización en el estudio de la clase obrera argentina”, en Taller. Revista de Sociedad, Cultura y
Política, Buenos Aires, Asociación de Estudios de Cultura y Sociedad, Vol. 6, núm. 16, 2001. Pp. 190-
214

30 Schutz, Alfred Alfred El problema de la realidad social… Op. Cit. Pág. 80

31 Labov, William, “The Transformation of Experience in Narrative Synmtax”, en Languagei n the Inner
City, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1972; citado Portelli, Alessandro “El uso de la
entrevista…”. OP. cit. Pág. 42.

32 James, Daniel, Doña María. Historia de vida, memoria e identidad política. Buenos Aires, Manantial,
2004.

33 Portelli, Alessandro “Absalón, Absalón: La historia oral y la literatura”. Op. Cit.

34 Pasquali, Laura “Historia oral del pasado reciente: observaciones y revaluaciones en los relatos de
las y los militantes socialistas”, en Pasquali, Laura, compiladora– Historia social e historia oral.
Experiencias en la historia reciente de Argentina y América latina, Homo Sapiens, Rosario, 2008. Pp.
229-264
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Pour citer cet article

Référence électronique
Laura Pasquali, « Más allá de la entrevista. Consideraciones sobre el uso de fuentes orales en la
investigación histórica », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Débats, mis en ligne le 26
novembre 2014, consulté le 17 octobre 2018. URL :
http://journals.openedition.org/nuevomundo/67400 ; DOI : 10.4000/nuevomundo.67400

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