ENSAYO SOBRE LA ÉTICA PROFESIONAL DEL INGENIERO MECÁNICO
Se ha vuelto común ver noticias sobre puentes desplomados, obras que
demoran más del tiempo establecido, edificaciones que no se entiende cómo consiguieron permiso de construcción, etc. Estos actos de corrupción no solo tienen sus bases en las autoridades de una municipalidad o de un gobierno nacional, sino también en los ingenieros a cargo de la obra en cuestión. La falta de ética profesional en estos ingenieros desnuda un mal de la sociedad que debe ser cambiado, la cultura peruana. En mi opinión, la ética (no solo profesional) funda sus bases en los valores de casa. Pero así como la ética nace en los valores hogareños, se va formando también con el entorno social de la persona. Por lo tanto, la ética profesional en un ingeniero mecánico es un factor determinante al momento de realizar un trabajo dado que, en la mayoría de veces, involucra poner en riesgo la vida de otras personas.
La cultura de un país influye de sobremanera en la ética de un profesional en la
ingeniería mecánica debido a que la identidad nacional permite al ingeniero desarrollar proyectos que tengan un efecto positivo en su país. Un ingeniero identificado con una cultura nacional positiva no tendrá siquiera que pensar en si lo que está haciendo está bien o está mal. Pero en la sociedad peruana, los dilemas que un ingeniero enfrenta al momento de seleccionar el material adecuado con el precio adecuado para un proyecto, por ejemplo, generan un impacto negativo en una sociedad acostumbrada al “usa el más barato”; y muchas veces “el más barato” es aquel que genera accidentes con consecuencias lamentables. Sin duda la cultura peruana debe evolucionar y, a mi parecer, el primer aspecto que debe ser corregido es la educación que uno recibe en casa.
La educación en casa es el pilar sobre el cual se sientan las bases de la ética de
cualquier profesional y con una carrera como la ingeniería mecánica, que muchas veces tiene a su cargo la responsabilidad de vidas humanas, es vital que esta educación se desarrolle de una manera adecuada para formar niños con valores. Un ingeniero mecánico que desde pequeño tuvo el ejemplo de un padre o una madre que priorizaba el comprar unas verduras o unas frutas por sobre un cereal (“puro químico”, decía mi padre) hecho por una compañía de reconocida marca o unas golosinas, entenderá que las decisiones que debe tomar en un proyecto no siempre tendrán contentos a todos (jefes que no quieren invertir lo que en realidad se necesita). Este tipo de ejemplos, por pequeños que parezcan, dotan al profesional en la ingeniería de una capacidad de decisión con valores para no faltar a su ética y no perjudicar más a una sociedad ya herida. Si bien los valores de casa juegan un rol muy importante en la ética del ingeniero, estos valores tienen que ser complementados con el entorno social que el aspirante a ingeniería enfrenta.
El entorno social, si bien no determinante, es un factor muy influyente en la
formación de la ética de un ingeniero mecánico. Muy pocos pueden decir quizás que nunca han copiado en un examen o una práctica. Es una dura realidad, pero es la realidad al fin. No es algo que se diga con orgullo, pero es lo que la sociedad empuja en muchos casos a hacer. Eso sí, que quede en claro que no estoy justificando el acto de copiar en un examen. Es así también que la sociedad influye sobre un ingeniero mecánico cuando en un proyecto que se está llevando a cabo, los ingenieros “más experimentados” contribuyen a un mal procedimiento para “ahorrar unos centavos”. Si el ingeniero con mayor experiencia que uno, le aconseja ciertos procedimientos que no son del todo correctos, la ética de un ingeniero nobel se pone a prueba y muchas veces es vencida. Debemos buscar que este tipo de conductas sean erradicadas, que el entorno que rodea a un ingeniero sea el adecuado para el desarrollo apropiado de su ética profesional y que los ingenieros antiguos, que acusan este tipo de comportamientos, sean afectados por una renovación generacional con mejores valores.
En conclusión, la ética profesional debe ser vista con mayor atención en el
desarrollo educativo porque muchas veces es esta ética la que permite que se salven vidas en una carrera tan expuesta a este tipo de accidentes. La atención a la ética no se debe prestar solo desde el ambiente universitario, se puede nutrir desde los primeros días en la casa y en la escuela. A estos dos agentes, sobre todo, se les debe brindar un especial apoyo; ya que evitarán que en un futuro veamos más titulares de accidentes que pudieron ser evitados, de obras con precios inflados, de redes de corrupción en la cara del estado (y por ende, de la gente que este representa) y de profesionales tan vacíos que lo único que tienen es un título.