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HERNANDARIAS, 2016
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TABLA DE CONTENIDO
Resumen
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de los recursos emocionales del docente debe ser el primer paso
para emprender este cambio educativo. El maestro emocionalmente inteligente debe
contar con los suficientes recursos emocionales que acompañen el desarrollo afectivo
de sus alumnos. Con ello, establece un vínculo saludable y cercano con ellos,
comprende sus estados emocionales, y les enseña a conocerse y a resolver los conflictos
cotidianos de forma conciliadora y pacífica.
DESARROLLO
Aprender a hacer.
Aprender a ser
Autogestión
Regular los afectos y emociones para actuar con lucidez y claridad,
según las demandas de cada situación. En tal sentido, además de la
capacidad de regular la expresión de las emociones, se necesitan
habilidades como la transparencia, la capacidad de adaptarse a entornos
cambiantes y responder con iniciativa y optimismo, y la orientación
hacia el logro a través del esfuerzo (Goleman, 2002, p.30).
Competencia social.
Conciencia social
Ser capaces de comprender los sentimientos ajenos y tomarlos en cuenta
durante el proceso de toma de decisiones. Se resalta el rol de la empatía,
pero se requiere también del desarrollo de habilidades complementarias,
como la facultad de tomar conciencia en la organización de los grupos
humanos y la actitud de servicio (Goleman, p.30).
Ante la pregunta ¿para qué sirven las emociones? Daniel Goleman destaca el
relevante papel que éstas han jugado a lo largo de la evolución, y cómo los científicos
lo atribuyen a la predominancia del corazón sobre la mente en los momentos realmente
importantes.
Son las emociones -afirman- las que nos permiten afrontar situaciones
demasiado difíciles- el riesgo, las pérdidas irreparables, la persistencia
en el logro a pesar de las frustraciones, la relación de pareja, la creación
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Cornisa: INTELIGENCIA EMOCIONAL
de una familia…-como para ser resueltas exclusivamente por el intelecto
(Goleman,2002, p.31)
Sin embargo, ¿cuántas veces nos sentimos desbordados por la tristeza, la ira o el
miedo? Tomar conciencia de la existencia de una emoción, es el primer paso para abrir
las puertas del cielo, tal y como nos muestra este relato japonés:
“En cierta ocasión un belicoso samurái desafió a un anciano maestro zen a que le
explicara los conceptos de cielo e infierno. Pero el monje replicó con desprecio:
- ¡No eres más que un patán y no puedo malgastar mi tiempo con tus tonterías!
El samurái, herido en su honor, montó en cólera y, desenvainando la espada, exclamó:
-Tu impertinencia te costará la vida.
-¡Eso -replicó entonces el maestro-es el infierno!
Conmovido por la exactitud de las palabras del maestro sobre la cólera que le estaba
atenazando, el samurái se calmó, envainó la espada y se postró ante él, agradecido.
-¡Y eso-concluyó entonces el maestro-, eso es el cielo!
“Esa capacidad o interés acerca de lo que siente el otro, entra en juego en una
amplia gama de situaciones de la vida, desde las ventas y la administración, hasta la
paternidad, la compasión y la actividad política” (Goleman, 2002, p. 34).
“ACEPTAR las emociones: darme cuenta, no negar que “esto es lo que siento”
sea lo que sea y darme cuenta de que eso me pertenece”.
“EXPRESAR las emociones: darme cuenta de que una vez decidido tengo
libertad para manifestar esa emoción, que puedo elegir como expresarla”.
“Percibir fielmente los sentimientos, actitudes, valores y virtudes de uno mismo”( Patti,
2000, p......)
Identificar emociones.
Identificar y etiquetar los sentimientos de uno mismo. Esto incluye:
diferenciar los sentimientos y reconocer que estos pueden afectar a los
pensamientos y al comportamiento y viceversa; que los sentimientos
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cambian; que uno puede tener más de un sentimiento a la vez; y que los
sentimientos tienen efectos físicos (ibíd).
Ser responsable.
“Reconocer y comprender la obligación que se tiene para comportarse de forma
ética, segura y legal. Esto incluye: identificar y desarrollar sus propios valores
personales para fomentar la honestidad, la fiabilidad y la responsabilidad” ”( Patti,
2000, p32).
Reconocer virtudes.
Tomar perspectiva.
“Identificar y comprender los sentimientos de los demás. Esto incluye:
interpretar los indicios que demuestran cómo se sienten los demás, percibir sus puntos
de vista y comprender por qué piensan y se sienten así” (ibíd).
Apreciar la diversidad.
Comprender que las diferencias individuales y las de grupo se
complementan mutuamente y hacen que el mundo sea más interesante.
Esto incluye: aceptar que las personas tienen actitudes y valores
diferentes; reconocer que a pesar de estas diferencias, todos tenemos
necesidades, sentimientos y deseos similares; oponerse a los estereotipos
y fomentar los derechos de todos ( Patti, 2000, p.50)
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Respetar a los demás.
Creer que los demás merecen ser tratados con amabilidad y compasión y
sentirse motivado a contribuir al bien común. Esto incluye: valorar los
sentimientos y opiniones de otros, preocuparse por el impacto que uno
tiene sobre los demás, ayudar a los amigos ya la familia, aceptar la
dirección de la autoridad, mejorar su centro de enseñanza y su
comunidad, así como preservar el medioambiente (ibíd).
Dirigir emociones.
Percibir de forma objetiva las situaciones en las que las decisiones son
necesarias y analizar los factores que pueden influir en su respuesta. Esto
incluye: ser consciente de que se tiene alternativas; evaluar sus propios
sentimientos, valores y virtudes; interpretar las señales que se
caractericen como situaciones de oportunidades o desafíos; evaluar tales
factores contextuales como recursos disponibles, sentimientos de otros,
presión por las malas influencias, imágenes impartidas por los medios de
comunicación y las normas y valores de la familia y la comunidad (ibíd).
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Fijar metas.
Resolver problemas.
Educación emocional
Los problemas vienen solos. Las soluciones hay que crearlas... Una
competencia es un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades
y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto
nivel de calidad y eficacia, que, dado su carácter práctico, integra tanto
el saber cómo el saber hacer y el saber ser. Competencias
socioemocionales: habilidades que permiten interactuar con los demás o
con uno mismo de forma satisfactoria, además de contribuir a la
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Cornisa: INTELIGENCIA EMOCIONAL
satisfacción interna, a la consecución de éxitos personales y
profesionales, y a una adecuada adaptación al contexto. Somos seres
emocionales más que racionales. La enseñanza es una actividad
intrínsecamente social. El aula de hoy es un nuevo escenario ( Vaello
Orts, 2009, párr. 2).
CONCLUSIONES
Para que el profesor se encuentre preparado para asumir este reto, es necesario,
en primer lugar, que piense en su propio desarrollo emocional: solo entonces estará
apto para capacitarse y adquirir las herramientas metodológicas que le permitan
realizar esta labor. Se sabe que es imposible educar afectiva y moralmente a estudiantes
si no se cuenta con una estructura de valores clara, además de un cierto dominio de las
propias emociones
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REFERENCIAS
Barón, Antón P. (2006). Monografía Guía práctica para la elaboración de los trabajos
monográficos. Asunción, Paraguay: Editorial Vazpi.
Borja Ortiz, Domingo. (2009). Guía para tutores. Los trabajos de investigación para
conclusión de Carrera. Editora Litocolor: Asunción, Paraguay.
García Cabrero, B (2009). Las dimensiones afectivas del La docencia. Revista Digital
Universitaria 1 de noviembre 2009 • Volumen 10 Número 11 • ISSN: 1067-
6079. http://www.revista.unam.mx/vol.10/num11/art71/int71.htm