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JURISPRUDENCIA

Roj: SAP V 5319/2017 - ECLI: ES:APV:2017:5319


Id Cendoj: 46250370052017100459
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Valencia
Sección: 5
Fecha: 04/10/2017
Nº de Recurso: 1184/2017
Nº de Resolución: 521/2017
Procedimiento: Recurso de apelación. Procedimiento abreviado
Ponente: CONCEPCION CERES MONTES
Tipo de Resolución: Sentencia

AUDIENCIA PROVINCIAL
VALENCIA
SECCION QUINTA
Rollo apelación nº 1184/2017
Diman del Juicio Oral P Abreviado 292/2016
Juzgado de lo Penal nº 10 de Valencia.
SENTENCIA Nº 521/2017
Ilmas. Sras.:
PRESIDENTA
Dª María Begoña Solaz Roldán.
MAGISTRADAS
Dª CONCEPCION CERES MONTES.
Dª OLGA CASAS HERRAIZ.
En la ciudad de Valencia, a cuatro de octubre de 2017.
La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia, integrada por las señoras anotadas al margen, ha
visto el presente recurso de apelación en ambos efectos interpuesto contra sentencia de fecha 26 de enero de
2017, dictada por la Ilmo. Sr. Magistrado, Juez del Juzgado de lo Penal nº 10 de Valencia , en el procedimiento
antes referenciado, seguido por un delito de resistencia a los agentes de la autoridad, contra Adela , cuyas
circunstancias constan en autos.
Han sido partes en el recurso, como apelante Adela , representada por laProcuradorade los Tribunales D.
EvaDomingo Martínez y asistida por la Letrada Dª María Desamparados Blas Brotons, y como apelado el
Ministerio Fiscal, representado por el ILmo Sr. D. Jaime Cussac, siendo designada ponente la Magistrada Sra.
CONCEPCION CERES MONTES, quién expresa el parecer del tribunal.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La sentencia apelada declaró probados los siguientes hechos:
"El día 15 de abril de 2016, por la tarde, la acusada Adela , de 18 años de edad en esos momentos, nacionalidad
española y sin antecedentes penales, se encontraba en la zona de "La Punta" de Nazaret (Valencia) en la que
había una gran concentración de jóvenes con ocasión de una multitudinaria fiesta universitaria.

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JURISPRUDENCIA

En ese mismo lugar se encontraba la dotación policial con indicativo "SIGMA-22" de la unidad de Prevención
y Reacción de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía, integrada por los
funcionarios con número de carnet profesional NUM000 , NUM001 y NUM002 , los cuales se hallaban de
servicio, vistiendo de paisano, realizando principalmente funciones de control del consumo y posible tráfico
de sustancias estupefacientes, llegando a levantar diversas actas por infracción de la Ley de Protección de
Seguridad Ciudadana por consumo en la vía pública de dichas sustancias.
Así las cosas, sobre las 19:00 horas, la referida dotación policial se dirigió a un grupo de jóvenes que estaban
liando cigarros que, por su morfología (papel de fumar, boquilla de cartón, etc...) podían albergar el consumo
de sustancias estupefacientes De este modo, el agente número NUM001 , tras identificarse como policía
mediante exhibición de su placa e insignia reglamentarias, requirió a la acusada para que le dijera si el
cigarro liado que se estaba fumando era simplemente tabaco o llevaba incorporada algún tipo de sustancia
estupefaciente, a lo que la acusada en tono airado contestó "me estoy fumando un porro; qué coño pasa?".
Ante tal respuesta, el agente hizo ademán de cogerle el cigarro, reaccionado la acusada con evidente ánimo de
menospreciar la labor policial lanzando una patada a la altura del muslo hacia el agente y tratando de apartarle
el brazo, que incluso intentó morder, procediendo los dos compañeros del mismo, que al igual que el anterior se
habían previamente identificado como agentes de policía, a intervenir para tratar de impedir que la cosa fuera
a mayores e inmovilizar a la acusada; quien empezó a proferir toda suerte de improperios a los agentes a viva
voz, entre otros llamándoles "machistas", diciéndoles "sois una policía corrupta, propia del siglo XIX" e incluso
pidiendo ayuda a los múltiples jóvenes que se encontraban en esos momentos en la fiesta gritando "por favor,
ayudarme; se me llevan injustamente; esto es machismo", tratando sin éxito de soliviantar los ánimos de los
concurrentes y ponerlos en contra de los policías, quienes finalmente lograron engrillar a la acusada y sacarla
del recinto festivo, trasladándola en calidad de detenida a dependencias policiales.
El agente número NUM001 del Cuerpo Nacional de Policía no sufrió lesión alguna.
La acusada está cursando estudios de Grado de Negocios Internacionales. En el momento de cometer los
hechos tenía ligeramente mermadas sus facultades intelectivas y vomitivas por la previa ingesta alcohólica.".
SEGUNDO.- El Fallo de dicha sentencia apelada literalmente dice:
"QUE DEBO CONDENAR Y CONDENO a Adela como autora criminalmente responsable de un delito
de desobediencia y resistencia grave a los agentes de la autoridad del artículo 556.1, concurriendo la
circunstancia atenuante analógica de embriaguez, la pena de MULTA DE SEIS MESES, a razón de diez euros de
cuota diaria, con la correspondiente responsabilidad personal subsidiaria para caso de impago, más el pago
de las de las costas procesales."
TERCERO.- Notificada dicha sentencia a las partes, se interpuso contra la misma recurso de apelación por
la representación de Adela , que sustancialmente fundó sobre la concurrencia de los requisitos objetivos y
subjetivos del delito de desobediencia y subsidiariamente en la cuantía de la cuota de multa impuesta, que
considera excesiva.
CUARTO.- Admitido el recurso, y tras dar traslado de sus alegaciones, el Ministerio Fiscal impugnó la apelación.
Tras ello, se elevaron los autos a esta Audiencia y oficina del reparto, que los turnó a su Sección Quinta,
señalándose para su deliberación y fallo el día de hoy.

HECHOS PROBADOS
SE ACEPTAN los hechos probados de la sentencia apelada en su integridad.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Por la parte apelante se vierten una serie de argumentos entremezclados para solicitar se revoque
la sentencia y se dicte otra por la que se le absuelva y subsidiariamente se rebaje la pena de multa impuesta;
a lo que se opone el Ministerio Fiscal.
Así, en el escrito de recurso, tras unos preliminares, se expone en la página tres que lo que se pretende en
esta segunda instancia que se revise si los hechos son constitutivos de un delito de desobediencia, llegando
a expresar en la página siguiente que "dando por cierto los hechos probados hay que analizar los elementos
objetivo y subjetivo .. " lo que dice se encuentra en la prueba practicada, que reconoce que es eminentemente
personal, y pasa a analizarla, reconociendo primeramente que su defendida se negó a entregar el cigarrillo a
requerimiento de los policías, pero que ello fue porque desconoce la identificación de quien se lo pide y alude
en varios párrafos del recurso a la falta de identificación o confusa identificación de los agentes.

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JURISPRUDENCIA

Por tanto, más que de un simple debate jurídico sobre la calificación jurídica que merecen los hechos, lo que se
pretende en el recurso es realmente una alteración de relato fáctico de la sentencia; pero para ello, esto es, para
que el Tribunal de segunda instancia se aparte de la valoración efectuada por el juez de instancia se tendría
que denunciar la irracionalidad o falta de lógica del razonamiento de juez, lo que no se ha denunciado ni se
evidencia; siendo que además, la prueba ha sido eminentemente personal, donde cobra máxima importancia
el principio de inmediación del juez de instancia, del que se carece en esta alzada.
Al respecto diremos, en cuanto a la función de la Sala a la hora de analizar el error en la apreciación de la
prueba como motivo de recurso, con inmejorables palabras, resume la cuestión la sentencia del Tribunal
Supremo Sala 2ª, S 13-6-2012, nº 487/2012, rec. 1211/2011 .: "... No es misión ni cometido de la casación
ni decidir ni elegir, sino controlar el razonamiento con el que otro Tribunal justifica su decisión. Por ello, queda
fuera, extramuros del ámbito casacional verificado el canon de cumplimiento de la motivación fáctica y la
razonabilidad de sus conclusiones alcanzadas en la instancia, la posibilidad de que esta Sala pueda sustituir la
valoración que hizo el Tribunal de instancia, ya que esa misión le corresponde a ese Tribunal en virtud del art.
741 LECriminal y de la inmediaciónde que dispuso, inmediaciónque no puede servir de coartada para eximirse
de la obligación de motivar.
En palabras del Tribunal Constitucional --últimamente en la STC 68/2010 --: "....no le corresponde revisar (al
T.C.) la valoración de las pruebas a través de las cuales el órgano judicial alcanza su íntima convicción,
sustituyendo de tal forma a los Juzgados y Tribunal ordinarios en la función exclusiva que les atribuye el art.
117-3º de la C.E ., sino únicamente controlar la razonabilidad del discurso que une la actividad probatoria y
el relato fáctico que de ella resulta....".
Así acotado el ámbito del control casacional en relación a la presunción de inocencia, bien puede decirse que
los Tribunales de apelación, esta Sala de Casación o incluso el Tribunal Constitucional en cuanto controlan la
motivación fáctica de la sentencia sometida a su respectivo control, actúan verdaderamente como Tribunales
de legitimación de la decisión adoptada en la instancia, en cuanto verificar la solidez y razonabilidad de las
conclusiones alcanzadas, confirmándolas o rechazándolas -- SSTS de 10 de junio de 2002 , 3 de julio de 2002 ,
1 de diciembre de 2006 , 685/2009 de 3 de junio, entre otras--, y por tanto controlando la efectividad de la
interdicción de toda decisión inmotivada o con motivación arbitraria".
Sentado lo anterior, diremos que la línea argumental de la sentencia apelada es totalmente coherente y
razonable. La apelante simplemente pretende sustituir la valoración de la prueba realizada por el Magistrado
de instancia, coherente y ajustada a las normas del raciocinio, por la suya propia, más acorde con sus
propios intereses. Constan las declaraciones de los agentes intervinientes, que pusieron de manifiesto la
actitud desarrollada por la acusada desde el principio de su intervención, reacia a seguir las indicaciones
de los mismos acerca del consumo de estupefacientes, en concreto, para que les entregara el cigarro que
estaba fumando por si era susceptible de ser sancionada por el consumo de tales sustancias en la vía
pública, lo que culminó con la patada que lanzó la acusada y el intento de mordisco en el brazo cuando el
agente trató de arrebatarle el cigarro, actos concretos de agresión o violentos de la acusada-recurrente, que
ni menciona en el recurso, pero que incluso hubieran merecido una calificación de mayor gravedad- como
era la sostenida por el Ministerio Fiscal, de atentado, por el acometimiento- que la finalmente determinada
en la sentencia (resistencia o desobediencia grave), por apreciar una menor gravedad que la propia del
atentado; sigue razonando el magistrado que la acusada tras esa primera actuación, profirió una retahíla de
improperios claramente vejatorios y menospreciativos hacia los agentes, incluso tratando de poner en contra
de los mismos a numerosos jóvenes que allí se encontraban y dificultar así la legítima acción policial, todo lo
cual, esto es, la actitud global de la acusada hace que el juez encuadre la misma en el artículo 556.1 del C.
Penal , explicando el juzgador que la conducta de la acusada vino presidida por la desobediencia grave a la
intervención policial y resistencia a sus indicaciones, dirigida a burlar el ejercicio de la autoridad y menospreciar
a las personas que lo ejercen.
El magistrado a quo también analiza una supuesta extralimitación de los policías, descartando la misma, y
afirmando que los agentes en todo momento dijeron que eran policías y aunque fueran de paisano exhibieron
sus placas o insignias reglamentarias e incluso uno de los agentes la llevaba colgada del cuello en lugar visible,
por lo que la acusada no puede escudarse en que actuó como lo hizo porque no conocía la condición de
policías.
Con todo lo cual, no podemos más que estimar totalmente correcta la conclusión alcanzada en la sentencia
apelada; pues con la prueba practicada y valorada de forma razonada por el magistrado a quo ha
quedado desvirtuada la presunción de inocencia, siendo aquella suficiente para sustentar el pronunciamiento
condenatorio y en los términos jurídicos en que lo ha sido.

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JURISPRUDENCIA

En los siguientes apartados del recurso se hace referencia a la analítica del cigarrillo, lo cual, como reconoce
el propio apelante, carece de relevancia, lo que hace innecesario entrar en ello, lo mismo que respecto de la
embriaguez, pues ya ha sido tenida en cuenta por el juzgador para aplicar de oficio una atenuante analógica,
imponiendo la pena mínima legal.
Por último, expresa la recurrente su discrepancia sobre la cuota de multa impuesta (diez euros diarios),
que entiende excesiva teniendo en cuenta su situación personal y económica, pues es una estudiante de
universidad, 18 años, que realiza labores de voluntariado (monitora de scouts) y por el momento no tiene
cabida realizar un trabajo remunerado, señala que tendría que acudir a un pago fraccionado compatible con
la asignación mensual que le dan sus padres para sus pequeños gastos. Por lo que solicita se rebaje la cuota
al umbral mínimo de 1.20 euros y señala que el hecho de que fuera asistida de abogado particular no es
determinante pues desconoce el juzgador la vinculación que tiene con la familia y el acuerdo económico
alcanzado con ellos.
Al respecto ha de significarse que viene siendo ya costumbre en el foro, la imposición generalizada de una
cuota diaria de 6 a 12 euros, aun sin necesidad de justificación ni de motivación, para cualquier ciudadano
medio, reservando la cuota mínima para casos de indigencia, habiendo señalado el Tribunal Supremo que debe
reputarse correcta la imposición de una cuota diaria en tales términos, aun cuando no existan actuaciones
específicas destinadas a determinar el patrimonio e ingresos de los penados, porque se trata de una cifra muy
próxima al mínimo legal e inferior al salario mínimo, lo que supone consideración a los posibles ingresos del
acusado, tratándose por tanto de una individualización 'prudencial' propia de las situaciones de insolvencia y
muy alejada de los máximos que prevé el Código Penal tomando en consideración. Así se viene pronunciando
la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo, constatándose que si bien las primeras resoluciones del Tribunal
Supremo se mostraron radicalmente exigentes con estos aspectos, aplicando, sin paliativos, la cuantía mínima
legal de la cuota diaria, en ausencia de investigación sobre la capacidad económica del acusado, otras
posteriores, de forma mayoritaria, admiten que, dada la amplitud de los límites cuantitativos previstos en la Ley,
la imposición de una cuota diaria en la "zona baja" de esa previsión, no requiere de expreso pronunciamiento. Y
esta interpretación no ofrece duda alguna en su admisión cuando el total de la multa a satisfacer, por la cuantía
verdaderamente reducida de la cuota o por los pocos días de sanción, es nimia, hasta el punto de que su rebaja
podría incurrir en la pérdida de toda eficacia preventiva de tal pena. En el ámbito administrativo, las multas son
generalmente mayores, y es el caso que estamos, en el supuesto de autos, ante una infracción criminal.
No obstante lo anterior, y atendiendo a las circunstancias de la acusada, una joven de 18 años, estudiante y
sin ingresos por trabajo propio, estimamos más proporcionada la cuota de seis euros diarios, en vez de la de
diez euros impuesta, sin que proceda una rebaja a la mínima de dos euros, pues, no es el caso de estar en la
indigencia, ya que como se indica en el recurso aquella dispone al menos de la asignación mensual para sus
gastos, y los propios hechos enjuiciados lo evidencian, pues, estaba de fiesta, consumió bebidas alcohólicas
y fumó.
Estamos, por tanto, en el caso, de estimar parcialmente el recurso interpuesto, exclusivamente en cuanto a la
cuota de multa, revocando la sentencia sólo en este particular.
Finalmente, se alude a las consecuencias negativas en su vida académica que le supondría el mantenimiento
de una condena penal, pues tendría que posponer sus estudios en una universidad extranjera hasta que se
cancelaran sus antecedentes penales, pero tales alegaciones son irrelevantes jurídicamente, y nada puede
hacer este Tribunal al respecto, por lo que no procede tenerlas en consideración.
SEGUNDO.- En aplicación de lo establecido en el artículo 240 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , no procede
imponer a la parte recurrente las costas causadas en la apelación.
VISTOS los artículos citados, y demás de general y pertinente aplicación.

FALLAMOS
QUE ESTIMANDO PARCIALMENTE el recurso de apelación interpuesto por la defensa y representación de
Adela contra la sentencia de fecha 26 de enero de 2017, dictada por el Ilmo. Sr. Magistrado- Juez del
Juzgado de lo Penal nº 10 de Valencia , en los autos de que dimana el presente rollo, debemos REVOCAR y
REVOCAMOS dicha sentencia en el único particular relativo a la cuantía de la cuota de Multa impuesta, en el
sentido de fijarla en seis euros diarios, en lugar de diez, como se había impuesto, con la misma responsabilidad
subsidiara de un día de privación de libertad por cada dos cuotas insatisfechas, CONFIRMANOLA en el resto
de pronunciamientos y sin expresa imposición de las costas causadas en este recurso.

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Notifíquese la presente resolución al Ministerio Fiscal y demás partes personadas, y con testimonio de la
misma, remítase la causa original al Juzgado de su procedencia, para su ejecución y cumplimiento, haciendo
saber que contra la misma no cabe recurso alguno.
Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

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