Desde el comienzo del milenio, la sostenibilidad de la deuda de los países en

desarrollo, así como las economías en transición han evolucionado, tanto así que
se han evidenciado cambios en cuanto a la conformación de la deuda de los
países en vías de desarrollo a nivel estructural, con base en el hecho que
actualmente impera un entorno económico bastante inestable, el cual se proyecta
que seguirá manteniéndose tal cual, hecho que demuestra que es imperante para
toda la Sociedad Internacional, el mejorar tanto la disponibilidad como la calidad
de los datos de forma concreta, tomando en cuenta que cada uno de los Estados
miembros de las Naciones Unidas contienen como tema principal, en sus agendas
nacionales, dar cumplimiento a todos y cada uno de los Objetivos de Desarrollo
Sostenibles, que precisamente se establecieron en la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, sustituyendo así los precedentes Objetivos de Desarrollo
del Milenio, y posicionándose como el conjunto de metas consensuadas por un
conjunto de Estados que se han comprometido a dar cumplimiento,
particularmente El Salvador, de forma acelerada, siendo de esta forma la agenda
de desarrollo más pretenciosa a nivel internacional jamás antes llevada a cabo.

Si bien han existido logros en materia de desarrollo durante los últimos años, tales
como el aumento al acceso de los países en desarrollo al capital privado, la misma
integración al sistema financiero internacional ha supuesto la apertura a una
mayor cantidad de riesgos de mercado, así como el paso a cuantiosos cambios
estructurales en aquellos elementos que integran las obligaciones de deuda de los
países en desarrollo, por lo que consecuentemente se presume la existencia de
efectos tanto directa como indirectamente en cuanto a la sostenibilidad de la
deuda externa soberana. De la misma forma, ha existido una incidencia en las
crisis de microdeudas que va creciendo cada vez más, así como múltiples retos
para los países en desarrollo, en cuanto a la sostenibilidad de su deuda externa a
fin de reestructurar esta deuda soberana, en este sentido, se ha demostrado la
necesidad de reexaminar la funcionalidad de los microcréditos en cuanto a política
de reducción de la pobreza, principalmente puesto que las nuevas tecnologías que
incluyen sistemas de pago digitales, dan paso a la población con altos índices de
pobreza, acceso a más microcréditos de los disponibles actualmente, partiendo
del hecho que no cuentan con acceso a servicios bancarios en los países en
desarrollo.

De esta forma, las oportunidades y peligros ligados a esta nueva serie de retos
deben ser evaluadas, con el objetivo de mejorar tanto la disponibilidad como los
datos y la cobertura de los países, de forma especial en cuanto a la deuda pública
interna, así como la deuda interna y eterna del sector privado y de los hogares, sin
dejar de lago todos los elementos regulatorios y normativas de carácter jurídico.
De igual forma, cabe destacar la necesidad de que existan mejoras considerables
en cuanto a las capacidades de ejecución en cuanto a la gestión de la deuda
pública en los países en desarrollo, y así poder facilitar el proceso de
reestructuración de la deuda soberana, que también debe evaluarse por la
comunidad internacional.
En este sentido, también se ha expuesto que la Ayuda Oficial al Desarrollo,
entendida como aquella constituida por los flujos que las agencias oficiales,
tomando en cuenta los gobiernos estatales y locales, o bien, sus agencias
ejecutivas, otorgan a aquellos países en desarrollo e instituciones multilaterales,
con el propósito de promover tanto el desarrollo económico como el bienestar de
los países en desarrollo, tomando en cuenta que son de carácter concesional
además de poseer un elemento de donación al menos de 25%, representa un
factor determinante e imprescindible que debe de mantenerse a fin de lograr un
desarrollo sostenible, pues aún se considera como una fuente de financiación
importante, de forma particular para las economías más atrasadas. No obstante,
se ha identificado la necesidad de determinar más claramente cada uno de los
compromisos en esta materia, debido a los nuevos fenómenos propios de la
sociedad actual, tales como los refugiados climáticos, cuyas definiciones deben
así también determinarse a fin de mejorar el proceso de formación y aplicación de
políticas convenidas internacionalmente.
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