Вы находитесь на странице: 1из 2

Quedarse sin palabras

(Los enamorados no logran describir su amor; se quedan sin palabras).

Muchas veces me he preguntado, y aun lo sigo haciendo, por qué la música


que
escribo suena tan distinta a la mayoría de las músicas que conozco. La
respuesta podría ser más que obvia: cada música suena diferente de las otras
y también las músicas de un mismo compositor suenan de modo distinto entre
sí. No es esta la respuesta que busco. La respuesta-creo-que haya que
buscarla en alguna otra parte.

Querido amigo,
Tu música dice cosas, la mía no dice nada.
Tu música habla, y para hablar se sirve de palabras, pero no palabras
reales; no hay voz alguna que diga palabras reales. Esta simplemente se
mueve siguiendo un gesto musical ligado a secuencias de palabras, o mejor
dicho, a secuencias de perfiles de palabras; los ritmos de las figuras
musicales son los del decir por medio de palabras, de la lengua hablada.
Intentaré ser más claro. En nuestra historia de la música, muchos modos de
componer, como por ejemplo el madrigal (en todas sus diversas formas
históricas), han empujado siempre más a la organización musical a basarse en

el texto; en el ritmo de las palabras, es decir, en su doble aspecto de


significado y significante.
Es más que notorio cómo-en el madrigal- el elemento subjetivo de la palabra
influya de modo determinante en la forma de la composición. O bien cómo la
música se esfuerce en adherirse de modo capilar a las imágenes del texto
poético. Esto es, cuando pienso que tu música dice cosas, entiendo
justamente esto: las palabras estructuran el fluir musical de la
composición.
La relación significado-significante es innata en el lenguaje verbal humano
y por cierto no nace con el madrigal, pero el madrigal es un buen ejemplo de
cómo ella haya sido elaborada musicalmente.
En cambio, "Schiudendosi", es una composición mía que no dice nada porque
priva de gestos musicales portadores de flujo, tales como el ritmo de la
narración verbal o bien el ritmo físico del ejecutor que canta o toca un
instrumento. "Schiudendosi" es la acción de abrirse (en el caso específico de
la estructura armónico-geométrica de un único sonido), es la acción no
mediada por otros lenguajes, es puro sonido que se revela; y al revelarse
busca- por lo menos-no traicionar su magia (*).
En la concepción compositiva de "Schiudendosi", el sonido no es considerado
como
elemento, palabra o palabras a articular según reglas externas a su estructura
constitutiva; su diseño composicional es manifestación exclusiva de aquella
estructura.

La idea de palabra me lleva a otra reflexión: la palabra es parte de un


código y como tal reenvía siempre a alguna otra cosa; es representativa.
Además, ella es elemento aislado que para formar un "discurso" necesita ser
unida secuencialmente (por lo tanto, según una lógica antes-después) y esa
secuencia lleva a quien escucha, a una atención de tipo exclusivo; el
auditor se concentra en el "decir" del fragmento, excluyendo todo lo que
está fuera de aquel como disturbio. Por lo tanto, una música que requiere
una atención sólo para sí, porque es descrita y porque-atención, escucha- se
está describiendo.
En cambio, una música que no se describe es solamente ella misma. No
reenvía
a alguna otra cosa; es puro acontecimiento y en cuanto tal da valor y se
aprovecha de todo lo que acontece, es el fluir de la contemporaneidad. Se
encuentra a sí misma, su forma, sólo en la relación con aquello que la rodea
y no se impone y no puede ser de otro modo, porque es sin palabras.

Walter Branchi

Traducción de l’italiano de Marcella Chiarappa

(*) Cualquier sonido, en cuanto empieza a oscilar, crea en el auditor un


sentido de magia (Lo sabían muy bien Leopardi y Kant). Esta sensación no
dura mucho si el sonido permanece estático. El arte de hacer música consiste
en modular un sonido, segundo un pensamiento organizador capaz de servirse
de esa magia.

Вам также может понравиться