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-LA ILÍADA puede traducirse como “los asuntos de Ilión”(=Troya). Es el poema épico más
antiguo conservado de la literatura occidental compuesto por 15.691 versos (hexámetros
dactílicos), repartidos en 24 cantos o rapsodias que varían entre los 400 y 900 verso cada uno.
-ARGUMENTO: narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días en el décimo y último año
de la guerra de Troya1, entremezclados con motivos legendarios en los que la guerra se ve
envuelta, comenzando con el rapto de Helena, esposa del rey de Esparta, por el príncipe Paris,
hijo de Príamo, rey de Troya y terminando con todas las sucesivas apariciones de los dioses
olímpicos.
Pero, sobre todo, ante el telón de fondo de una campaña emprendida por los griegos contra
Troya, destaca la idea de la debilidad del hombre, sometido a poderes superiores.
- CARACTERÍSTICAS:
A la vista de los descubrimientos arqueológicos, parece innegable que la guerra de Troya fue un hecho histórico
localizable en torno al 1250 a. de C. En 1870 el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann excavó la colina de Hisarlik
(Turquía), donde creía que estaba la ciudad de Troya, hallando los restos de la antigua ciudad de Nueva Ilión y bajo
la cual halló otras ruinas, y debajo de éstas, otras más. Cada una de estas ruinas daba lugar a los restos de distintas
ciudades que parecían haber sido habitadas en épocas distintas. Schliemann pretendía hallar la Troya homérica
pero, en el curso de los años, él y sus colaboradores hallaron siete ciudades sepultadas y más tarde otras dos. Sin
embargo, quedaba por decidir cuál de estas diez ciudades era la Troya de Homero. Estaba claro que la capa más
profunda, Troya I, era la prehistórica, la más antigua, tan antigua que sus habitantes aún no conocían el empleo del
metal, y que la capa más a flor de tierra, Troya IX, tenía que ser la más reciente. Algunos historiadores creen que
Troya VI o Troya VII deben identificarse con la ciudad homérica, porque las anteriores son pequeñas y las
posteriores son asentamientos griegos y romanos. Otros historiadores opinan que los relatos de Homero son una
fusión de historias de asedios y expediciones de los griegos de la Edad del Bronce o del periodo micénico, y que no
describen hechos reales.
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Aquiles era de origen semidivino: hijo del rey Peleo y de la nereida Tetis, recién nacido fue bañado por su madre
en las aguas de la laguna Estigia para hacerlo invulnerable. Sin embargo, una pequeña porción del talón por donde
Tetis lo sujetaba, no recibió esa protección y el “tendón de Aquiles” se convirtió en el punto vulnerable que,
finalmente, lo mataría. Sin embargo, en la Ilíada no se relata la muerte de Aquiles; es en la Odisea donde Menelao
le cuenta al joven Telémaco (hijo de Ulises) como Aquiles fue muerto por una flecha de Paris, guiada a su vez por el
dios Apolo.
Tampoco el famoso episodio del caballo de Troya aparece en La Iliada sino, brevemente descrito, en la Odisea, en
la que Homero narra el regreso de Odiseo a la isla de Ítaca. Posteriormente, otros escritores ampliaron el episodio.
-Tensión lograda a través de sucesivos momentos de tensión y distensión narrativas.
-Antropomorfismo divino: los dioses toman partido por griegos y troyanos de forma
caprichosa.
-Empleo del epíteto épico, las comparaciones y descripciones activas.
LA ODISEA
-LA ODISEA puede traducirse como “los asuntos de Odiseo”(=Ulises).Es un poema épico
dividido en 24 cantos. Cronológicamente posterior a La Ilíada, ya que su tema central es el
regreso de Ulises a su patria-reino, Itaca, tras la guerra de Troya. Frente a la sencillez lineal de
La Iliada, esta obra resulta mucho más compleja en variedad y episodios y mucho más
imprecisa en cuanto que muchos sucesos secundarios parecen tener un realce mayor que los
principales en muchos momentos.
*1ª PARTE:
El héroe homérico se ve envuelto en una intensidad y dramatismo que nos lleva a una tensión
creciente, un espíritu casi trágico, en cuanto que el tema central de esta poesía es el
sufrimiento y el destino del héroe.
Los héroes homéricos forman un grupo de hombres de primera categoría que perviven en el
país de la memoria, que es el del mythos, relato memorable, y el del kleós, la fama y la
canción. Están bien dotados de areté, preeminencia basada en un cúmulo de cualidades pero
son seres humanos, al fin, provistos de defectos y flaquezas: experimentan miedo, vacilan,
huyen y se angustian, oponiendo a su propia figura un tipo humanísimo de héroe que llora por
sus penas o por las del amigo, reconociéndose además, el llorar en las desgracias, como un
gesto propio de un hombre noble.
Cualidades de la “areté”:
Virtud moral El héroe homérico se siente libre de todo poder político: su independencia
personal no tiene límites. Por ello, si bien el temor de los dioses, la fuerza de los
más poderosos y el sentimiento del aidós (honor, respeto) pesan sobre el hombre
homérico, él es libre de obedecer.
Virilidad y Representan el aspecto positivo de la función guerrera.
fortaleza
Sentido del Guerreros capaces de prestar a su soberano tanto el servicio de la tribuna como el
honor de las armas.
Inteligencia La astucia, la rapiña y los engaños exaltaban su capacidad extraordinaria, (dados
los valores imperantes en los tiempos en los que se formaron los mitos).
Aquiles, el más piadoso héroe de los poemas, cuya fidelidad a los dioses y su escrúpulo en la
ejecución de los ritos hace que los habitantes del Olimpo no puedan dejar de amarle; si bien, al
aceptar su inminente muerte, en vez de satisfacción lo que llega a sentir es una sensación
trágica de inutilidad, pues él mismo es, a la vez, instrumento de tragedia tanto para los otros
como para sí.
Agamenón, quien junto a Aquiles, representa también el estado trágico de descontento tanto
con él mismo como con el orden de las cosas que le rodean. Si bien, frente al noble y heroico
porte del primero, éste aparece como un fanfarrón, convirtiéndose en juguete de los dioses,
aunque se crea protegido por la divinidad. Homero lo presenta como el jefe que en la vida
militar es, un príncipe poderoso, pero que, en la intimidad es un hombre como los otros, cuya
flaqueza de espíritu contrasta con el poderío exterior.
Ulises, que representa la ponderación, la habilidad y sobre todo, la astucia, como víctima del
destino muestra un nuevo aspecto: el hombre profundamente ligado a la patria (señalándonos
un nuevo tipo de héroe: el que lucha por sobrevivir valiéndose para ello de los disfraces, el
fraude y el engaño). El intenta ser un héroe y lucha incluso contra peligros sobrenaturales,
pero el resultado es, de nuevo, sólo el pathós.
Héctor también es un juguete de los dioses pero contrariamente a Agamenón, no tiene nada
de fanfarrón, sino que su coraje irrumpe a cada instante siendo terriblemente humano, por lo
que si Agamenón representaba la vertiente cómica, Héctor junto a Aquiles representa el lado
trágico.
Y por último, Paris, el hombre amoroso y bello por excelencia, pero entendida esta belleza
como “don divino”, lo que le empuja a ser caracterizado como frívolo y cobarde, cuando en
realidad su auténtico pathós está en una pura incomprensión; así se contrapone a Héctor,
amado por los hombres, pero abandonado por los dioses, mientras Paris, odiado por los
hombres es querido por los dioses (Menelao, por su parte, sería la antítesis a la belleza de
Paris, el fracaso).