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LA ÉTICA: CRECIMIENTO Y FORMACIÓN DE LA PERSONA

JENNIFER BERMÚDEZ
VICTOR BUITRAGO
ANDRÉS FELIPE ÁLVAREZ SARASTI

CLASE DE ÉTICA PROFESIONAL


PROFESOR JUAN CARLOS GÓMEZ QUITIÁN

UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA

BOGOTÁ
2018

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TABLA DE CONTENIDO

OBJETIVOS.................................................................................................................................. 3
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 4
DESARROLLO............................................................................................................................. 4
1. ¿Qué es la Ética? ..................................................................................................................... 4
2. El Crecimiento y Formación de la Persona ............................................................................. 5
3. Ética Profesional...................................................................................................................... 6
CONCLUSIONES......................................................................................................................... 8
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................................... 9

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OBJETIVOS

 Identificar que es la ética, y su labor como en la integridad de los individuos desde el punto
de vida personal y profesional
 Demostrar las características de la ética profesional
 Nombras las líneas de trabajo necesarias para el desarrollo del sujeto ético

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INTRODUCCIÓN

A diario, el ser humano se enfrenta a situaciones en las cuales de una u otra forma actúa bajo sus
propios principios o bajo normas sociales. Así, la ética constituye la primera herramienta
fundamental para lograr que el hombre actúe de forma reflexiva, crítica y racional.

A continuación, se partirá de una noción clara de la ética según autores como Adela Cortina,
Gerardo Remolina, Edwin Horta y otros, para distinguir claramente el comportamiento de un
individuo en una costumbre social compuesta por leyes y el comportamiento de este en un contexto
ético que no puede cambiar por el hecho de que las costumbre o leyes lo hagan.

DESARROLLO

1. ¿Qué es la Ética?

Desde un punto de vista puramente etimológico, el término “ética” viene del griego “ETHOS” que
significa “carácter”. Este último puede ser entendido como la personalidad que todo hombre
adquiere a fuerza de actos, costumbres, hábitos y virtudes.

Por otro lado, la definición real de “ética” es “la ciencia o disciplina que define las leyes o normas
a que debe confrontarse la actividad o el comportamiento humano para que sea realmente
humano”. En consecuencia, y con facilidad, la ética con frecuencia es confunde con la sola
costumbre social o legal. Es decir, lo que está de acuerdo con las leyes, y el asunto está en que la
ética va más allá.

Desde un nivel sociológico, la ética se manifiesta en las costumbres sociales. No obstante, esas
costumbres son variables de acuerdo con los tiempos y con los pueblos. Aparte, desde un nivel
jurídico, ciertas costumbres se hacen tan necesarias para la convivencia que la sociedad usualmente
las impone con fuerza de ley. Es ilegal quebrantarlas y algunas son tan perjudiciales que la
sociedad las prohíbe. Pero es claro que pueda también darse el caso de que la misma ley que
permite o prohíbe sea inmoral, y ha habido varios ejemplos a lo largo de la historia de aquello.

Ahora bien, desde un nivel ético, el término en estudio es el juicio acerca de lo bueno, lo justo, lo
conveniente, etc. Toda sociedad y todo comportamiento humano pueden ser juzgados y esa es la
función u objetivo de la ética.

Concretamente entonces se puede decir que la ética es una ciencia directiva del obrar humano,
pero solamente en cuanto a los principios generales y no se propone decirle al individuo lo qué ha
de hacer.

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2. El Crecimiento y Formación de la Persona

Adela Cortina, filósofa española, dice que “todos los seres humanos somos inevitablemente
morales porque todos nos forjamos un carácter”, es decir, que a partir de decisiones el ser humano
va forjando un sistema de lo que Cortina llama “predisposiciones” respecto a las formas en las que
justifica sus actos y, en general, su identidad y conducta.

Así, día a día se forjan predisposiciones en las que quien actúa justamente se encamina a
predisponerse a lo justo y quien toma decisiones injustas acaba generando la predisposición a
actuar injustamente y a decidir injustamente. El “carácter”, como se vio anteriormente y como lo
interpreta la palabra griega “ETHOS”, es para la académica española la compleja construcción que
el individuo hace de estas predisposiciones en su búsqueda de la felicidad, que pueden darse en
forma de virtudes o de vicios.

Cortina asegura que “las virtudes son las predisposiciones que nos llevan a aquello que todos los
seres humanos tienden, que es la felicidad, no hay ningún ser humano que no quiera ser feliz”.

La construcción de un proyecto de vida personal necesita previamente del desarrollo de una


estructura ética capaz de viabilizar y sostener los contenidos éticos de la propia vida en la persona.
Pero a su vez, el desarrollo de la estructura ética en la persona tiene una funcionalidad mucho más
amplia para la vida moral que el hecho de ser capaz de construir un proyecto de vida.

La estructuración ética de la persona implica el desarrollo de una serie de contenidos que deberán
ser definidos por la propia persona. No se trata solamente de que la persona sea capaz de definir
los contenidos, sino de que lo haga conscientemente, que estos se integren en un todo coherente
entre sí, y que ella tenga la capacidad de reformularlos autónomamente.

A la facultad humana para formular este sistema, la filósofa española lo define como estructura
moral. Ella asegura que “los seres humanos somos estructuralmente morales porque los seres
humanos, ante el medio que nos rodea, no vamos a dar una respuesta automática, como les ocurre
a los animales, sino que nuestro cerebro hace que se genere una distancia entre nuestras decisiones
y el mundo que nos rodea”, por lo que “vamos generando una gran cantidad de posibilidades de
respuesta y ocurre que entre ellas tenemos que elegir”. Lo que quiere decir Cortina es que el ser
humano tiene que justificar que ha elegido hacer algo y debe hacerse responsables de ello: “somos
responsables de nuestras elecciones, lo queramos o no”.

Para el ser humano es necesario saber lo que es bueno y lo que es malo. De no ser posible esta
certeza ética, la persona quedará desorientada y con incapacidad estructural para tomar
resoluciones responsablemente. Proyectando esa situación a la globalidad de la vida, en última
instancia, a la persona con incapacidad de certezas sobre lo objetivamente bueno o malo le
resultaría imposible la coherencia, la autenticidad y, finalmente, el desarrollo de un proyecto de
vida real.

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3. Ética Profesional

Para definir qué es la ética profesional hay que empezar por definir profesión. Profesión en general
es la actividad humano-específica y especializada con miras a la comunidad y al individuo en
mutua relación por cierto carácter de pertenencia.

Toda profesión posee su código de ética que es un conjunto de normas, casi siempre acumuladas
con el tiempo en que van surgiendo, de acuerdo con las circunstancias especiales de cada época y
que se rigen no solo las relaciones de los profesionales de cada área o nominación entre si,́ sino las
relaciones de estos con los individuos y núcleos sociales que están a su servicio.

Todo código de ética profesional es pues, una resultante de la aplicación de las leyes de moral
vigente, adaptadas a nuevas situaciones para la plena realización del profesional y de los miembros
cobijados por la actividad profesional y por tanto para beneficio de toda la sociedad. En efecto, el
profesional es ya el hombre puesto al servicio de los demás, dentro del engranaje social, actuando
con carácter público y comprometiéndose en cuanto es responsable de sus actos no solo ante su
conciencia sino también ante la sociedad y ante aquellos a quienes sirve y de quienes se beneficia
por la ley de reciprocidad.

En términos generales, se habla de hacer posible para el sujeto, la configuración de un marco de


referencia de la objetividad ética.

En este proceso de construcción se pueden mencionar algunas líneas de trabajo necesarias para el
desarrollo del sujeto ético:

 Aprender a clarificar lo que “cree”, lo que “siente” y lo que “puede”.

Así, mediante el desarrollo de esta capacidad en la persona, entre otras consecuencias, se evitará
en gran medida: la confusión entre deber y sentimiento, el voluntarismo y, sobre todo, la sensación
de un relativismo subjetivista que paraliza desde el punto de vista ético y que termina generando
desmoralización en el sujeto.

 Aprender a no autojustificarse.

El ser humano normalmente necesita buscarle una justificación a sus actos, tanto ante sí mismo
como ante los demás. El problema radica en la objetividad y adecuación a la realidad de esas
justificaciones.

Ciertamente, la decisión de enfrentar la verdad en toda circunstancia implica un coraje no fácil de


adquirir. Pero, además del coraje, implica, entre otros elementos, el desarrollo de habilidades de
autocrítica y de aceptación de niveles de incoherencia e inconsistencia de los propios actos.

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 Aprender a buscar la verdad.

La verdad no es autoevidente ni unívoca en la realidad histórica donde se desenvuelve el ser


humano. Debe ser buscada trabajosamente, asumiendo el esfuerzo, las incertezas, las crisis
personales y los momentos de claridad y obscuridad que el proceso implica. Buscar la verdad exige
decisión, coraje, así como también instrumentos y habilidades que la hagan posible. Aprender a
buscar la verdad supone el desarrollo de la capacidad real de diálogo, es decir, aprender a
confrontar con otros las propias certezas y las propias dudas, mediante argumentaciones
consistentes y con capacidad de interacción intelectiva, especialmente con aquellos que tienen
perspectivas conceptuales distintas. La construcción de certezas sólo será abierta en la medida en
que dichas certezas puedan ser confrontadas y sostenibles, a juicio del propio sujeto, ante otras
posturas contradictorias con la suya.

 Aprender a discernir entre las diferentes guías de valor en una sociedad plural.

Frente a los conflictos socio-morales que la persona debe afrontar, la sociedad ofrece una variedad
de guías de valor o criterios morales, cada uno de los cuales supondrá previsiblemente diferencias
en el resultado final respecto de las demás. La persona necesita aprender a calibrar las diferentes
propuestas éticas que recibe, a efectos de discernir cuál o cuáles de esas guías de valor son las que
más condicen con sus certezas fundamentales. Esto implicará que la persona sea capaz de
distinguirlas, que sea capaz de inferir los elementos antropológicos fundamentales que subyacen a
cada una, y finalmente, que sea capaz de proyectar sus resultados.

Retomando el punto anterior a este, Adela Cortina pone en primer plano la libertad de elección
que tienen los seres humanos en su vida cotidiana y a lo ineludible de la misma. Asegura que hay
una estructura de libertad, justificación y responsabilidad, que es lo que se llama moral como
estructura: “la estructura moral de los seres humanos”.

Adicionalmente, y como ya se mencionó antes, cuando aborda los contenidos morales, la


pensadora plantea que éstos “han sido diferentes a lo largo de la historia y que son diferentes en
distintas culturas”, es decir, que hacen parte del aprendizaje social. Al respecto, asegura que todos
los hombres tienen una estructura moral, sólo que después desarrollan distintos lenguajes morales
según el lugar en el que se nace, según el lugar en el que se socializa, según lo que se aprende en
una determinada cultura, etc. Es decir, el lenguaje moral se aprende en la sociedad en la que uno
vive, y agregando que “así como la estructura moral de los seres humanos es biológica, esos
contenidos morales vienen siempre del lugar que nacemos, de las tradiciones, de las religiones, de
la filosofía, de la literatura”.

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CONCLUSIONES

En la vida cotidiana, nos desempeñamos en diferentes rolles, tanto personas en una sociedad
cambiante, como miembros de una organización; por tal razón las debemos tener una característica
que nos de la capacidad de actuar acorde a lo que sentimos pensamos y es moralmente aceptado,
a esta la llamamos ética.

Como futuros profesionales, es nuestro deber garantizar que nuestros acto no solo sean acorde a
los estándares y circunstancias de nuestro entorno sino que garanticen nuestro pensamiento de
actuar, pensar y expresarnos siempre y cuando esto no afecte a quienes nos rodean o nuestra propia
integridad.

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BIBLIOGRAFÍA

Cortina, A. [Omar Vera] (2016). ¿Para qué sirve realmente la ética? [Archivo de Video].
Recuperado de: https://vimeo.com/156775713

Remolina, G. (s.f.) El vacío ético en la sociedad colombiana. Facultad de Filosofía. Universidad


Javeriana. Recuperado de: http://files.cursosbiblianixon.webnode.com.co/200000190-
cb5b7cc565/El%20vac%C3%ADo%20Ético%20en%20la%20Sociedad%20Colombiana.pdf

Hernández, E. & Velasco, M. (s.f.) Ética. Facultad de Estudio a Distancia. Universidad de


Pamplona. Recuperado de:
http://www.unipamplona.edu.co/unipamplona/portalIG/home_109/recursos/octubre2014/adminis
traciondeempresas/semestre5/11092015/eticaadmin.pdf

Galdona, J. (s.f.) “La transversalidad en el Currículo”: La formación de la estructura ética de la


persona. Universidad Católica de Uruguay. Recuperado de:
https://www.oei.es/historico/valores2/boletin10a01.htm

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