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Apuntes de Psicología

Colegio Oficial de Psicología


A. Mª Domínguez Álvarez Epidemiología y factores implicados en el juego patológico
2009, Vol. 27, número 1, págs. 3-20. de Andalucía Occidental y
ISSN 0213-3334 Universidad de Sevilla

Epidemiología y factores implicados


en el juego patológico
Ana Mª DOMÍNGUEZ ÁLVAREZ
Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra

Resumen
El juego patológico es un trastorno de conducta con unos síntomas y criterios diag-
nósticos específicos, constituye un importante problema de salud mental en España y
en otros países desarrollados. Se analizan los estudios de prevalencia en función de los
criterios diagnósticos que se han utilizado hasta ahora para el juego patológico. La tasa
de prevalencia de este trastorno es alta y tiende a aumentar en el futuro. En este trabajo se
revisan la epidemiología, los criterios diagnósticos, los tipos de jugadores y los factores
implicados en el juego patológico.
Palabras clave: juego patológico, ludopatía, prevalencia, epidemiología, criterios
diagnósticos.

Abstract
Pathological gambling has been recognized as a mental disorder with explicit diag-
nostic signs and symptoms. It constitutes an important mental health issue in Spain and
in other developed countries. Existing prevalence studies are analyzed in relation to the
different diagnostic criteria that have been used to assess the pathological gambling up
to the moment. The condition is widely prevalent and is likely to increase its incidence in
the future. The literature on epidemiology, diagnostic signs and symptoms, sub-varieties,
and factors involved in the pathological gambling is reviewed.
Key words: Pathological gambling, Prevalence, Epidemiology, Diagnostic signs.

Dirección de la autora: Centro de Tratamiento de las Adicciones del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra. c/ Telmo
Maqueda, s/n. 41500 Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Correo electrónico: anaesteban@cop.es

Este artículo es una versión ampliada y actualizada de parte de dos de los capítulos publicados por la autora en el
estudio Guía clínica. Actuar ante el juego patológico. Coordinado por S. Moreno Mariscal para la Consejería para
la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía (Moreno Mariscal, 2007).

Recibido: enero de 2009. Aceptado: febrero de 2009.


Apuntes de Psicología, 2009, Vol. 27, número 1, págs. 3-20. 
A. Mª Domínguez Álvarez Epidemiología y factores implicados en el juego patológico

Epidemiología En ese sentido, Estados Unidos ha sido


el país que durante muchos años ha tenido un
Prevalencia del juego patológico mayor conocimiento de este trastorno, por el
mayor número de investigaciones y de estu-
A medida que van pasando los años, el dios epidemiológicos, que principalmente
juego patológico o ludopatía, merece más ofrecían información sobre los siguientes
atención desde la perspectiva de la salud aspectos (Domínguez Álvarez, 2007a):
pública. Los estudios de prevalencia han
ayudado a mejorar su comprensión, ya que 1) Incidencia del juego patológico y las
el hecho de saber a cuántos sujetos afecta, así características demográficas de las per-
como a qué tipo de población, nos orienta a sonas jugadoras patológicas en población
poner en marcha adecuados programas de general, en tratamiento en diferentes
prevención y tratamiento. centros y en Jugadores Anónimos.
Los distintos estudios epidemiológi- 2) Juego patológico en población joven.
cos en varios países han ido observando 3) Preferencias de juego de las personas
un incremento de la patología del juego, jugadoras patológicas en población
paralelo al número de apuestas en el juego general, en los centros de tratamiento y
legalizado en las últimas décadas, así como al en Jugadores Anónimos.
aumento de los distintos tipos de juego. Este 4) Repercusión del juego patológico en la
incremento afecta a la población en general, familia, en el trabajo y en la economía.
independientemente del sexo, raza, cultura y 5) Juego patológico y conducta delictiva.
nivel socioeconómico. Sin embargo, hay una 6) Trastornos psiquiátricos en el juego
preocupación generalizada sobre la elevada patológico.
incidencia de juego patológico en población
de riesgo como jóvenes por lo que se insiste en El primer estudio sobre la incidencia de
la necesidad de programas educativos. De he- juego patológico en población general, se rea-
cho, el porcentaje de adolescentes con ludopa- lizó en 1974. Esta investigación determinó que
tía en estos últimos años es relativamente más en Estados Unidos existían 1’1 millones de
elevado que el de los adultos (Muñoz-Molina, “probables jugadores compulsivos” y un total
2008). Los expertos señalan que el aumento de 3,3 millones de “potenciales jugadores com-
de juegos legalizados junto con la facilidad pulsivos”, lo que representaba el 0’77% y el
para jugar y la publicidad, han repercutido en 2’33%, respectivamente, de la población adul-
la incidencia de este trastorno, ya que a más ta (Kallick, Smits, Dielman, y Hybels, 1979).
oferta de juego, más oportunidad de jugar y Posteriormente, se realizaron investiga-
mayor número de jugadores patológicos. Es- ciones más sistemáticas en diferentes estados
tos aspectos favorecedores de la conducta de de EEUU y Canadá. Pasando los siguientes
jugar, son los mismos que tenemos en nuestro estudios a unificar la utilización del South
país y en cambio hasta no hace muchos años Oaks Gambling Screen (SOGS) (Lesieur y
había muy poca información sobre el alcance Blume, 1987) como medida del problema
y la gravedad del problema (González Ibáñez, facilitando la comparación de los datos
Pastor, Mercadé y Aymaní, 1990; Becoña, obtenidos en diferentes investigaciones, y
1991; González Ibáñez, Mercadé, Aymani y unificando criterios para los conceptos de
Pastor, 1992; Legarda, Babio y Abreu, 1992). jugadores problemas y patológicos.

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Desde entonces hasta la actualidad, algo de juego patológico en comparación con la


más del 70% de los estudios de prevalencia población general comentar que a partir de
del juego patológico han sido realizados los estudios epidemiológicos antes señalados,
en Canadá, Estados Unidos y Australia. realizados en Estados Unidos y Canadá,
Teniendo Europa una baja participación, des- surge un perfil bastante común de la persona
tacándose principalmente Suecia, Noruega, jugadora patológica. En mayor proporción
Inglaterra, Suiza y España (Muñoz-Molina, que entre la población general, los jugado-
2008). res patológicos y problema detectados eran
Teniendo en cuenta lo anterior, resulta varones, menores de 30-35 años, solteros, de
paradójico que no se haya elaborado en Es- raza no blanca, que ganaban 25.000 dólares
paña un estudio nacional de prevalencia de la o menos al año, que no habían concluido
enfermedad, ya que los datos que se deducen sus estudios secundarios y con mayor tasa
de los estudios locales existentes señalan que de desempleo que la población general. No
hay más de un millón y medio de españoles obstante, Volberg y Steadman (1989), no
con problemas de juego patológico. hallaron diferencias significativas entre el
En España, como nos referíamos ante- grupo de jugadores patológicos y la pobla-
riormente, se han realizado varios estudios de ción general, respecto a las variables edad,
prevalencia del juego patológico en adultos nivel de ingresos y nivel educativo. Por el
(Rodríguez y Ávila, 2008), en los que todo contrario, Ladouceur (1991) halló una mayor
parece indicar que la incidencia de este pro- proporción de jugadores patológicos con los
blema es grave, al igual que en los jóvenes estudios concluidos (Domínguez Álvarez,
y adolescentes. 2007a).
Becoña (1991) realizó un estudio epi- Los datos obtenidos por Becoña (1991)
demiológico en población general con una mostraban un perfil que se caracterizaba por
muestra de 1.615 sujetos mayores de edad de una mayor proporción de hombres, con una
las siete mayores ciudades de Galicia. Los edad comprendida entre 18 a 30 años y con
resultados obtenidos, a partir de los criterios un nivel de escolarización bajo. Legarda y
DSM-III-R para juego patológico, fueron cols. (1992), mostraban a su vez el siguiente
que un 1’73% de los sujetos eran jugadores perfil de jugador patológico: hombre, de
patológicos y un 1’60% jugadores problema. una edad comprendida entre 31 y 57 años,
Estos datos no pueden compararse con los casado, con estudios primarios, con trabajo
estudios mencionados anteriormente, ya que fijo y con unos ingresos anuales entre 6.000
no se utilizaron los mismos instrumentos de y 12.000 euros.
evaluación. Por su parte, Legarda y cols. Por otra parte, numerosas investiga-
(1992), realizaron un estudio de prevalencia ciones han puesto de manifiesto que los
de juego patológico en la ciudad de Sevilla, jugadores patológicos adultos se inician en
en el que sí utilizaban el SOGS (Lesieur y el juego de azar durante la adolescencia o
Blume, 1987). Sus resultados indicaron que juventud (Jacobs, 2000), así como también
un 1’7% de la población eran probables se ha observado un incremento en los últimos
jugadores patológicos y un 5’2% jugadores años del número de jugadores jóvenes que
problema. podrían ser diagnosticados como jugadores
Con respecto a las características de- patológicos (Hardoon, Gupta and Derevns-
mográficas de las personas con problemas ky, 2004). Los estudios realizados en otros
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países demuestran una alta prevalencia del No obstante, no parece que el contacto
trastorno del juego patológico en jóvenes. temprano con el juego sea el único factor
En España únicamente disponíamos de los que se relacione con el hecho de que cada
estudios parciales de Becoña y Gestal (1996) vez haya un mayor número de jóvenes con
y Villa, Becoña y Vázquez (1997), Becoña problemas de juego patológico o que puedan
(1997) y Arbinaga (2000). Becoña y Gestal ser considerados como jugadores problema.
(1996) y Villa y otros (1997), utilizaron el Algunos estudios han puesto de manifiesto
DSM-IV-J para adolescentes (Fisher, 1993). la existencia de factores de riesgo que se
Y en el estudio de Becoña (1997) se utilizó el relacionan con la aparición de este problema
SOGS-RA de Winters, Stinchfield y Fukler- entre la juventud (Griffits y Wood, 2000;
son (1993), que es la versión del SOGS para Hardoon, Gupta y Derevensky, 2004).
adolescente. En dos de los estudios se en- En la tabla 1 se muestran distintos estu-
contraron prevalencias por encima del 2%, dios sobre la prevalencia del juego patológico
es decir mayores que las de los adultos y sólo en España (Becoña, 2004b). Como se ve en
en uno de ellos se igualó aproximadamente el resumen de estudios que se presenta en
la prevalencia (1’7%), algo no obstante la misma, la prevalencia en casi todos los
destacable por darse en menores de edad, estudios oscila del 1’4 % al 1’9 %. Según
que en principio ni podían jugar legalmente Becoña (1999):
(Becoña 1999).
Y es que la adolescencia resulta una “de estos datos y extrapolando los de otros
etapa del desarrollo durante la cual el sujeto países semejantes, llevaron a Becoña,
puede resultar especialmente vulnerable y Labrador, Echeburúa, Ochoa y Vallejo
que se resolverá de manera más o menos (1995) a estimar la tasa de jugadores
adecuada dependiendo de varios factores patológicos en España de 18 o más años
(Griffiths y Wood, 2000). Las ansias por en un 1’5 % y la de los jugadores proble-
encontrar dinero rápido están disparando los ma en un 2’5 %, siempre considerando
casos de jóvenes adictos a las tragaperras. estos porcentajes conservadores (…). La
La escasez económica de los adolescentes prevalencia de los jugadores patológicos
está provocando la búsqueda de otras fuentes de máquinas tragaperras estaría, sólo
de ingreso para divertirse o comprarse sus para ellos, entre el 1’2 % y el 1’3 %.”
caprichos y prueban suerte en las máquinas (Becoña, 1999, pág. 3).
tragaperras hasta que caen en la ludopatía.
El retardo en la emancipación de los Siguiendo a Becoña (1999), las caracte-
jóvenes puede ser un hecho que influya, ya rísticas descriptivas más importantes de los
que significa tener disponibilidad económica jugadores patológicos (Becoña, 1993; 1995;
sin ningún tipo de responsabilidad, ya que Echeburúa, Báez y Fernández-Montalvo,
no tiene que afrontar los costos de una casa, 1994; García, Díaz y Aranda, 1993; Legar-
destinando todo el dinero en actividades de da y cols., 1992; Ochoa y Labrador, 1994;
ocio. Hay que tener presente además que la Jiménez y Fernández de Haro, 1999), sobre
mayoría de las personas con un problema todo referidas a características sociodemo-
de ludopatía, deja los estudios para ponerse gráficas, son las siguientes (Domínguez Ál-
a trabajar, lo que significa que disponen de varez, 2007): proporción hombre-mujer 2:1,
dinero siendo muy jóvenes. predominancia de jugadores jóvenes, menor

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Tabla 1. Estudios de prevalencia del juego patológico en España.

Jugador Jugador
Estudio N patológico problema Representatividad de la muestra
Cayuela (1990) 1230 2’5% Cataluña
Becoña (1991, 1993) 1615 1’7% 1’6% Principales ciudades de Galicia
Legarda, Babio y Abreu (1992) 598 1’7% 5’2% Ciudad de Sevilla
Becoña y Fuentes (1994) 1028 1’4% 2’0% Galicia
Irurita (1996) 4977 1’7% 3’3% Andalucía
Villa, Becoña y Vázquez (1997) 2185 1’6% Asturias
Tejeiro (1998) 419 1’9% 3’8% Algeciras (Cádiz)
Ramírez y otros (1999) 3000 1’6% 1’4% Andalucía
Salinas (2002) 4997 1’7% 4’2% Andalucía
Villoria (2003) 1707 4’5% Comunidad de Madrid
Becoña (2004) 1624 0’3% 0’3% Galicia

nivel educativo, menos ingresos económicos, acuden a tratamiento en España, a los que ha-
ocupación laboral semejante a la del resto de cíamos referencia anteriormente (Echeburúa,
la población no jugadora, máquinas tragape- Báez y Fernández-Montalvo, 1994; García,
rras como juego predominante y ciudad de Díaz y Aranda, 1993; Legarda y cols., 1992;
residencia grande. Jiménez y Fernández de Haro, 1999), son
Los que acudían a tratamiento hasta hace también semejantes a los encontrados sobre
unos diez años eran fundamentalmente varo- las personas que acuden a tratamiento en otros
nes (relación 10 a 2), en torno a 40 años de países (Volberg y Steadman, 1988).
media de edad, casados (70 %), con estudios
primarios (90 %), la mitad con trabajo fijo y Clasificación del DSM-IV y CIE-10
con bajos ingresos económicos. Sin embargo,
la disminución en la edad de las personas Como veíamos anteriormente y en Do-
adictas al juego es sorprendente en los últimos mínguez Álvarez (2007a), el juego patoló-
años (Secades y Villa,1998). Actualmente la gico se halla categorizado en el DSM-IV
media se sitúa alrededor de los 30 y son profe- (APA, 1995) dentro de los trastornos del
sionales cualificados con unos ingresos altos control de los impulsos, donde como grupo,
de media. Aquí hay varios factores influyen- comparte una serie de características con los
tes. Y estos datos eran semejantes a los indica- otros trastornos:
dos en otros países, como por ejemplo Estados
Unidos (Volberg, 1993) o Canadá (Ladouceur, a) Dificultad para resistir un impulso, deseo
1991), en estudios realizados en la población o tentación de llevar a cabo algún acto
general. De igual modo, los resultados que que es dañino o perjudicial para el propio
existen sobre los jugadores patológicos que individuo o para los demás.

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b) Antes de cometer el acto, en general el Con respecto a la clasificación diagnós-


sujeto percibe una progresiva sensación tica de la OMS, comentar que no se hacía
de malestar emocional, en forma de referencia específica a este trastorno en la
tensión o activación interior. CIE-9. Si tuviéramos que codificar este tras-
c) Durante la realización del acto, el indi- torno según la CIE-9, quedaría incluido den-
viduo experimenta placer, gratificación tro del apartado «trastorno compulsivo de la
o liberación. conducta». Y según la CIE-10 (OMS, 1992),
d) Después de realizar el acto pueden o no los criterios diagnósticos son algo diferentes
aparecer sentimientos negativos como a los del DSM-IV, considerándose necesario
arrepentimiento, auto reproches, culpa, que aparezcan los indicadores recogidos en
vergüenza o remordimientos, cuando se la tabla 2.
consideran sus consecuencias. Pueden observarse algunas diferencias
si se comparan los criterios diagnósticos pro-
Actualmente está clara la dependencia puestos en la CIE-10 con los del DSM-IV: (a)
del juego, bajo la denominación de juego la CIE-10 exige el cumplimiento de todos los
patológico, tal como indica el DSM-IV-TR criterios enumerados, en total cuatro, mien-
(American Psychiatric Association, 1995, tras que en el DSM-IV se requieren cinco
2000), edición revisada de la DSM-IV. Por criterios de un total de diez; (b) en la CIE-10
su parte, el DSM-IV sigue considerando, se establece un criterio temporal que exige un
como el DSM-III-R, que los problemas con período mínimo de un año, en el que deben
el juego pueden observarse en individuos constatarse además dos o más episodios de
con trastorno antisocial de la personalidad juego con las características descritas en el
y, si se cumplen los criterios para los dos resto de los criterios, y (c) en la CIE-10 no se
trastornos, deben diagnosticarse ambos; incluye ningún criterio de exclusión, mien-
sin embargo, a diferencia del DSM-III-R, tras que el DSM-IV considera excluyente el
incluye en sus criterios la exclusión del episodio maníaco.
diagnóstico de juego patológico cuando Además de considerar al juego pato-
dicho comportamiento aparece sólo durante lógico como un trastorno mental, sujeto a
un episodio maníaco. determinados criterios diagnósticos, esta
Por tanto, según la DSM-IV, para el problemática puede abordarse desde algunas
diagnóstico de juego patológico, se considera formas de juego que no constituyen un tras-
necesario que la persona se vea afectada por, torno mental (los veremos a continuación en
al menos, cinco de los criterios representados la tipología de los jugadores):
en la tabla 2.
Comparando los criterios diagnósticos a) Juego social: tiene lugar entre amigos
en el DSM-IV y en el DSM-IV-J (versión o compañeros, su duración es limitada,
para jóvenes), encontramos únicamente y con pérdidas aceptables que se han
diferencias en los ítems 8 (se cometen actos determinado previamente.
ilegales/antisociales, gastar dinero de la co- b) Juego profesional: el juego no es una
mida, robar en casa o fuera para jugar) y en actividad lúdica, sino una forma de ga-
el 9 (se riñe con la familia o con los amigos narse la vida; los riesgos son limitados y
más próximos y se hace peligrar la educación la disciplina es un elemento primordial;
por el juego). algunos individuos presentan problemas

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Tabla 2. Criterios para el diagnóstico del juego patológico (DSM-IV y CIE-10).

DSM-IV

A. Comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente, como indican por lo menos


cinco (o más) de los siguientes ítems:

1. Preocupación por el juego (por ejemplo, preocupación por revivir experiencias pasadas de
juego, compensar ventajas entre competidores o planificar la próxima aventura, o pensar
formas de conseguir dinero con el que jugar).
2. Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de excitación
deseado.
3. Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
4. Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego.
5. El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o para aliviar la disforia (por
ejemplo, sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión).
6. Después de perder dinero en el juego, se vuelve otro día para intentar recuperarlo (tratando
de “cazar” las propias pérdidas).
7. Se engaña a los miembros de la familia, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de
implicación con el juego.
8. Se cometen actos ilegales, como falsificación, fraude, robo, o abuso de confianza, para
financiar el juego.
9. Se han arriesgado o perdido relaciones interpersonales significativas, trabajo y oportunidades
educativas o profesionales debido al juego.
10. Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación financiera
causada por el juego

B. El comportamiento de juego no se explica mejor por la presencia de un episodio maníaco.

CIE-10

1. Tres o más periodos de juego durante un periodo de al menos un año.


2. Continuación de estos episodios a pesar del malestar emocional y la interferencia con el
funcionamiento personal en la vida diaria.
3. Incapacidad para controlar las urgencias para jugar, combinado con una incapacidad de parar.
4. Preocupación por el juego o las circunstancias que lo rodean.

asociados al juego pero no cumplen todos coincidiendo con algún acontecimiento


los criterios para el juego patológico. vital estresante.
c) Juego problemático: en el que se evi-
dencia un aumento en la cuantía de las Tipología de la persona jugadora
apuestas y en la frecuencia de éstas, así
como en el tiempo dedicado al juego, En la aproximación al estudio de los
e incluso es probable que el sujeto diversos tipos de jugadores se ha tratado de
incremente su implicación en el juego poner de manifiesto aspectos diferenciales
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como rasgos de personalidad, frecuencia McCormick y Taber, 1987; Gónzález, 1989;


de la conducta de juego, motivaciones y Moody, 1990).
consecuencias, entre otros. Las diferentes En la tabla 3 se presentan los autores
tipologías hacen hincapié en cada uno de estos principales y las tipologías así como los
aspectos en mayor o menor medida. (Morán, fundamentos de las mismas (Domínguez
1970; Kusyszyn, 1978; Custer y Milt, 1985; Álvarez, 2007a).

Tabla 3. Tipos de jugadores según distintos autores.

Autores y criterios de clasificación Tipos de jugadores


Morán (1970) • Neurótico
De mayor a menor frecuencia • Psicopático
• Impulsivo
• Subcultural
• Psicótico
Kusyszyn (1978) Dieciséis tipos resultantes de la combinación de los cuatro
Por la combinación de cuatro factores siguientes:
factores. - Ganancia o pérdida de dinero.
- Tiempo dedicación
- Existencia de personas afectadas negativamente.
- Tipo de sentimientos hacia su conducta.
Custer y Milt (1985) Dentro de los jugadores con problemas:
Atendiendo a las motivaciones. • “Social serio”
• “De alivio y escape”:
• “explosivo”
• “tranquilo”
McCormick y Taber (1987) • Carácter obsesivo - compulsivas, depresión endógena,
En base a características psicológicas traumas, abuso drogas y bien socializado.
y sociales. • Compulsividad relativamente elevada, ansiedad y depresión
moderadas, abuso alcohol moderado y baja socialización.
• Alta compulsividad, hostilidad más que depresión,
moderados traumas y muy baja socialización.
González (1989) • Social
Atendiendo a las motivaciones y a • Profesional
las consecuencias • Patológico
Moody (1990) • Serio
Atendiendo al tiempo, motivaciones, • Dependiente
control y consecuencias • Compulsivo
Ochoa y Labrador (1994) • Sociales
En base al tipo de conducta y a todo • Profesionales
lo que la rodea • Problemas
• Patológicos

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Entre todas las clasificaciones, la pro- ción por recuperar el dinero perdido. Ello da
puesta por Ochoa y Labrador (1994) es la que lugar a un fracaso crónico y progresivo en
más se aproxima a la que se sigue manejando resistir los impulsos de jugar, declarándose
actualmente tanto en cuanto que centra el la patología, entendida como “juego com-
foco en la conducta desplegada por el jugador pulsivo”, que acaba por romper los objetivos
y los efectos socioambientales y familiares personales del jugador.
que pueden generar. Según estos autores, el El juego patológico o ludopatía se retroa-
jugador social sería el que juega ocasional o limenta siguiendo un mecanismo específico
regularmente a juegos populares o legalmen- y característico: el autoengaño. Un ludópata
te permitidos, siempre por entretenimiento, juega convencido de que hace lo correcto,
diversión, etc, siendo su característica prin- que al final él podrá resolver los problemas
cipal el control sobre esa conducta de juego, (principalmente económicos) en los que se
es decir, puede interrumpirla cuando lo desee. encuentra. Para el ludópata no es posible dar
El jugador profesional sería el que vive del “marcha atrás”, la única alternativa es seguir
juego, apuesta de la forma más racional, jugando, y buscará dinero desesperadamente.
intentando no dejar nada al azar, para lo que Sin embargo, el dinero y su carencia ya no
participa en juegos donde es importante la ha- es el motivo cuando uno cae en la ludopatía
bilidad o hace trampas para ganar. El jugador sino la propia enfermedad, que no se suele
problema se caracterizaría por jugar frecuente reconocer.
o diariamente, con un gasto habitual de dinero La persona con problemas de juego pa-
y tendría menos control de sus impulsos que tológico, al igual que la que tiene problemas
el jugador social, aunque suele llevar una vida con el alcohol y otros adictos, se caracteriza
normal, tanto familiar como laboral. Suelen por no reconocer su adicción; la ilusión por
ser personas con alto riesgo de convertirse en poder controlar el azar, enteramente impro-
jugador patológico, si se les va de las manos bable, le incita a seguir jugando. Así mismo
el aumento de tiempo empleado en jugar y el dejar de jugar, al igual que con otras drogas,
gasto de dinero principalmente. Y por último implica un síndrome de abstinencia, carac-
el jugador patológico sería aquel que tiene terizado por cefaleas, trastornos digestivos,
una dependencia emocional del juego, y por alteración del sueño, debilidad, sudoración,
lo tanto una pérdida de control con respecto al palpitaciones y temblores.
juego y una interferencia en el funcionamien- La mayoría de los jugadores se engan-
to normal de la vida diaria. La frecuencia de chan en la fase de ganancia. Seguirán jugan-
juego así como la cantidad de tiempo y dinero do, apostando cada vez más dinero, hasta
invertidos son muy altas. Existe en él una perderlo todo. En ese momento se produce la
necesidad subjetiva de jugar para recuperar necesidad inminente y subjetiva de recuperar
lo perdido y el fracaso continuo en el intento el dinero perdido, para ello buscarán más di-
de resistir los impulsos de jugar. Suelen ser nero, invertirán todo su tiempo y arriesgarán
frecuentes los pensamientos distorsionados todo lo que tienen, incluso pueden recurrir a
o irracionales como el optimismo irracional la estafa o al delito.
y el pensamiento supersticioso. Como nos referíamos anteriormente, las
Algunos de los primeros síntomas del ju- máquinas tragaperras seguidas del bingo son
gador problemático son el jugar diariamente, los juegos que tienen un mayor poder adic-
jugar más dinero del previsto y la preocupa- tivo. Destaca también una nueva tendencia:
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el juego virtual a través de Internet a “golpe” que están relacionados con la explicación
de tarjeta de crédito. de que una persona siga jugando y llegue a
Finalmente, comentar que dentro del desarrollar una dependencia, a pesar de todas
que llamaríamos jugador patológico, podrían las consecuencias negativas y el deterioro que
darse diferentes características, cambiantes le ocasiona en todos los niveles) y factores
en el tiempo por la propia evolución de la so- de protección (aquellos valores, integración
ciedad, pero centrándonos en el perfil actual familiar, entorno comunitario, actividades
del mismo, tendríamos un hombre en torno culturales, deporte, prevención escolar, etc.,
a los 30 años, casado y con dos hijos, con un que interactuando con sobre los factores
nivel de estudios medios, activo y por tanto predisponentes o de riesgo impedirían o mo-
con ingresos propios. dularían la conducta de juego desadaptativa
(EDIS, 2003)).
Factores implicados
Factores predisponentes o de riesgo
Al igual que cualquier adicción no po-
demos hablar de una relación causal lineal, Nos los encontramos en el inicio de
sino que las causas son multifactoriales. Nos la conducta de juego y a su vez se dividen
encontramos con un individuo en un entorno en factores personales, familiares y socio-
que tiene una adicción concreta. De entrada el ambientales (EDIS, 2003; Garrido, Jaén y
placer por el juego es una de las característi- Domínguez, 2004).
cas a resaltar. Por otro lado, existen todo una El aumento progresivo de jóvenes que se
serie de características de personalidad que inician en la conducta de juego, ha hecho que
se repiten (impulsividad, poca tolerancia a la los investigadores centren su atención en tra-
frustración, necesidad de una inmediatez en tar de comprender cuales son los factores que
la recompensa...). Si bien es cierto, que mu- facilitan ese contacto tan precoz con el juego
chas veces el planteamiento es si son aspectos así como aquellos aspectos que puedan estar
antecedentes, concomitantes o posteriores a relacionados con el desarrollo de una adic-
la adicción. También es posible que exista ción a éste. Quizás los que hasta el momento
una influencia genética, puesto que la mayo- han sido más estudiados son los factores de
ría de ludópatas tienen un o más familiares tipo familiar, el soporte social percibido, el
con problemas con el juego. Aquí es donde uso de drogas y alcohol y los problemas de
se mezclan los factores genéticos con los conducta. En el caso de adolescentes, algu-
ambientales, pero lo que sí es cierto es que nos de los factores que predisponen al juego
hay estudios con resultados que corroboran la son el tener mucho dinero o carecer de él,
influencia genética en las adicciones. tener mucho tiempo libre o tener problemas
Entre los factores implicados en el juego personales.
patológico, al igual que en otras adicciones,
podemos encontrarnos como se desarrolla en Factores personales
Domínguez Álvarez (2007b), con factores
predisponentes o de riesgo (factores genera- Se corresponderían con las característi-
dores o reforzadores de la conducta de juego cas que posee la persona y que le predisponen
y que a su vez pueden ser predictores de la a utilizar el juego como una vía de escape a
misma), factores mantenedores (aquellos sus problemas, tanto de estado de ánimo, an-

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siedades, búsqueda de sensaciones y ocupa- patológicos tienden a presentar un alto


ción del tiempo, otro tipo de adicciones, etc. nivel de neuroticismo y de extraversión.
Aunque la naturaleza de la asociación No obstante, como no se puede sus-
entre drogas y juego no está aún resuelta, tentar de forma adecuada, no se puede
Stinchfield y Winters (1998) han identificado identificar dimensiones generales de
varios factores de riesgo comunes para am- personalidad en los jugadores que los
bos trastornos: baja autoestima, depresión, caractericen y diferencien (Lesieur y Ro-
propensión al suicidio, haber sido víctima senthal, 1991; Ochoa y Labrador, 1994;
de abuso (sexual o físico), pobre rendimiento Robert y Botella, 1994). Sin embargo, se
escolar, historia de delincuencia, pobre con- han analizado factores más específicos
trol de impulsos, ser varón, comienzo a edad como predisponentes de la conducta de
temprana, historia parental de problemas juego, como podría ser la “búsqueda de
similares y la existencia de normas familiares sensaciones” (Zuckerman, 1979).
y comunitarias que promueven la accesibi- b) Factores biológicos: desde las teorías
lidad hacia el consumo. Estos autores han biológicas, un nivel de activación anor-
concluido que la asociación entre esos dos mal es el responsable del mantenimiento
patrones conductuales no es trivial, dado el de la conducta de juego. Según Jacobs
solapamiento entre los factores de riesgo. (1986), dentro de la Teoría General de
Por otro lado, existen datos suficientes las Adicciones, en el Síndrome de Per-
como para pensar que los jóvenes diagnosti- sonalidad Adictiva (APS), las personas
cados como ludópatas o que están en riesgo con alteraciones crónicas de la activación
de serlo presentan problemas de conducta. psicológica (aunque también con alte-
Entre los aspectos más llamativos se encuen- raciones de activación psicofisiológica,
tra el hecho de que estos jóvenes tienen más influída por la psicológica), son las que
problemas con la aceptación de la autoridad, corren mayor riesgo de adquirir depen-
tienden a saltarse las normas, presentan dencia, lo que conllevaría el alivio de esa
comportamiento antisocial y muestran una situación de estrés crónico.
conducta oposicionista. Por todo ello, no es c) Factores de aprendizaje: la exposición al
extraño que los adolescentes diagnosticados juego, así como el aprendizaje de la con-
como probables jugadores patológicos pre- ducta de juego mediante el modelado por
senten una mayor historia de comportamiento parte de los padres o personas cercanas
y actividades delictivas (Ladoucer y otros, a la persona se corresponden con uno de
2004). A continuación nos centraremos en los los factores predisponentes. No obstan-
factores personales que más destacan. te, siempre debemos tener en cuenta la
interacción de estos factores con otros a
a) Características de personalidad: según la hora de explicar la aparición de este
Secades y Villa (1998), desde la pers- trastorno (Robert y Botella, 1994).
pectiva de los rasgos generales de la d) Variables cognitivas: para las teorías
personalidad, aunque los resultados de cognitivas, como la Teoría Racional
los estudios que han tratado de identificar Emotiva (RET) de la Adicción o la de
los rasgos generales que caracterizan a Percepción Ilusoria de Control, existen
los jugadores patológicos son contradic- ciertas alteraciones cognitivas que in-
torios, se consideraría que los jugadores fluyen en el inicio y mantenimiento de
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la conducta de juego o son agravadas que medida los procesos de identificación y la


por ésta. Se establecen pensamientos imitación de los modelos parentales pueden
irracionales, distorsionados y erróneos, estar relacionados con este tema y de que
que llevan a asumir más riesgos, desa- modo intervienen en este proceso (Vachon
rrollando una cierta ilusión o percepción y otros, 2004).
de control sobre el resultado del juego Con respecto a la familia, un porcentaje
(Echeburúa, 1992). importante de los jugadores patológicos jóve-
nes reconoce que las primeras experiencias de
Ejemplos de factores de riesgo persona- juego ocurrieron con miembros de su propia
les serían entre otros (EDIS, 2003): sensación familia en sus propios hogares. Asimismo,
de no poder superar dificultades, pérdida de estudios retrospectivos señalan que entre un
la confianza en sí mismo, insatisfacción en su 25 % y un 40 % de los padres de los jugadores
vida actual, insatisfacción en los estudios o patológicos han tenido problemas de este tipo
trabajo y la sensación de agobio o tensión. y habían desarrollado alguna otra adicción
así como se constataba que habían estado
Factores familiares relacionados en actividades ilegales (Wood
y Griffiths, 1998), así como los hijos de juga-
Entre los factores familiares que parecen dores patológicos desarrollaban sentimientos
ser de riesgo o predisponentes al juego, nos de inseguridad y un aumento de la necesidad
encontramos según la Sociedad Americana de aceptación (Lesieur y Rothschild, 1989).
de Psiquiatría (APA, 1995) entre otros con una A su vez, en el estudio realizado por Har-
disciplina familiar inadecuada, inconsistente doon, Gupta y Derevensky (2004), encon-
o excesivamente permisiva, la exposición al traron que el grupo formado por probables
juego durante la adolescencia, la ruptura del jugadores patológicos jóvenes y el grupo de
hogar, unos valores familiares apoyados so- jóvenes con riesgo de desarrollo de la ludopa-
bre símbolos materiales y financieros, la falta tía, percibían un apoyo familiar menor.
de planificación y el despilfarro familiar, etc.
Sin embargo, hay veces en que los vínculos Factores socioambientales
familiares pueden frenar el desarrollo del
juego patológico (Robert y Botella, 1994) Entre los factores sociales y culturales
Luego los factores de riesgo familiares nos encontramos con la gran disponibilidad
podríamos resumirlos en (EDIS, 2003): ma- y el acceso fácil al juego, así como la acep-
las relaciones padres e hijos, malas relaciones tación social, que incrementan la prevalencia
entre la pareja (padres), abuso de alcohol, del juego patológico en la población (All-
drogas o juego en los padres y la mala situa- cock, 1986). Dentro de la exposición al juego,
ción económica. también podríamos distinguir varios aspectos
En relación a este tema, son varias las como serían el tipo y número de juegos
investigaciones que han puesto de manifiesto legalizados, el acceso a los juegos, el poder
que existe una importante relación entre el adictivo del juego y las primeras experiencias
desarrollo de juego patológico o abuso de con éste. Y por último podríamos destacar
juego entre los jóvenes y el juego patológico también entre otros factores, los medios de
en uno de los progenitores, sobre todo en el comunicación, que ejercen un poder de per-
caso de los padres. Aún queda por aclarar en suasión importante sobre la población.

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Ejemplos de factores de riesgo socio- a la hora de mantener una conducta, en este


ambientales serían entre otros (EDIS, 2003): caso la del juego.
grupo de iguales jugadores, conducta de Los refuerzos negativos los encontramos
juego en lugares de diversión, facilidad de cuando una persona realiza una o varias con-
acceso al juego, no participación social, ductas para liberarse de algo que le es desagra-
mala situación contractual o paro, trabajo dable o molesta. En el caso de los jugadores
a destajo o alto rendimiento, jornadas de el juego les ayuda a disminuir o eliminar
trabajo prolongadas y cansancio intenso o sensaciones o emociones desagradables como
estrés en el trabajo podrían ser la tristeza, aburrimiento, nervio-
Otro factor de riesgo importante parece sismo, malestar con uno mismo, etc., ya que lo
estar relacionado con la oferta y el consumo utilizan para evadirse de todos sus problemas.
de drogas y alcohol. En la mayoría de los Pero como los problemas aumentan a medida
estudios realizados se demuestra que es muy que más se introduce en la conducta de juego,
habitual que junto al problema del juego se la persona entrará en un círculo vicioso del
asocian otras actividades ilegales, conductas que le será difícil salir.
delictivas y consumo de drogas y alcohol
(Gupta y Deverensky, 1998), dándose en Estímulos discriminativos
ocasiones una situación de comorbilidad
entre estos tres aspectos. Los estímulos discriminativos son los
que atraen la atención del jugador y favorecen
Factores mantenedores que se produzca la respuesta de juego (“ten-
sión emocional suscitada por los estímulos
Estos factores se pueden agrupar en asociados al juego”). Entre ellos están por
cuatro categorías (Robert y Botella, 1994; ejemplo los sonidos, las luces, la música,
Garrido, Jaén y Domínguez, 2004): refuerzos etc., que el jugador los llega asociar con las
positivos y negativos, estímulos discrimina- sensaciones agradables que le produce o el
tivos, sesgos cognitivos o creencias y pensa- alivio de las desagradables.
mientos irracionales, y falta de habilidades
para hacer frente al impulso de jugar. Sesgos cognitivos/creencias y
pensamientos irracionales
Refuerzos positivos y negativos
Cuando los jugadores llevan a cabo la
Los refuerzos positivos de la conducta conducta de jugar, procesan la información
de juego (“el valor reforzante del juego”) que reciben de un modo que da lugar a pen-
pueden ser muy diversos según para la per- samientos erróneos que en ese momento los
sona que juegue. Entre ellos encontramos dan por válidos, dando lugar a los sesgos cog-
el dinero que se puede ganar, las ilusiones nitivos, así como a creencias y pensamientos
de riqueza, éxito, grandeza, poder, etc., irracionales como ya se comentó anteriormen-
el refuerzo social, así como la activación te. Entre estos errores nos encontramos con la
fisiológica de la que antes se habló. Estos relación causa – efecto, el formular hipótesis
refuerzos son de naturaleza intermitente y de sobre el juego, la confirmación o predicción
razón variable, así como producen un mayor de una hipótesis, así como sorpresa cuando no
arousal, lo que los convierten en poderosos se confirma, la personificación de la máquina,
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el situar el mérito o el error en uno mismo, en actividades humanitarias, participar en


percepción de habilidad personal y/o con- actividades religiosas y practicar deportes.
trol, referencia a habilidades personales y la Entre la integración familiar: diálogos
referencia a un estado personal. Los sesgos entre pareja y padres e hijos en general, re-
cognitivos más importantes que afectan a la laciones familiares satisfactorias, contar los
percepción del juego son: la ilusión de con- problemas en casa y dialogar sobre riesgos
trol, atribuciones diferenciales en función del adicciones.
resultado y el sesgo confirmatorio. Y entre el entorno y prevención en-
contraríamos: prevención de adicciones en
Falta de habilidades para hacer frente al general, prevención adicciones en escuelas
impulso de jugar y trabajos e integración en el barrio.

La ausencia de habilidades y de autocon- Referencias


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(familiares, escolares, comunitarios, persona- Análisis y Modificación de Conducta,
les, de valores, de relación social, grupales 22, 577-601.
y laborales) se pueden agrupar en cuatro Becoña, E. (1991). La prevalencia del juego
bloques: valores alternativos, actividades patológico en Galicia (España). Santiago
alternativas, integración familiar y entorno de Compostela: Consejería de Sanidad
y prevención (EDIS, 2003). de la Junta de Galicia y Universidad de
Entre los valores alternativos tendría- Santiago de Compostela.
mos los siguientes factores de protección: Becoña, E. (1993). El juego compulsivo en la
mantenerse al margen de la conducta de comunidad autónoma gallega. Santiago
juego, renuncia satisfacciones por futuro, de Compostela: Consellería de Sanidade
objetivos claros de lo que quiere y colaborar da Xunta de Galicia.
con los demás. Becoña, E. (1995). Tratamiento del juego
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