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Resumen
Marco Teórico
*
Estudiante de psicología 7º semestre, Universidad Autónoma de Aguascalientes
Schneider (1950) para la profundización de los síntomas y las concepciones que parten
de los manuales diagnósticos (Novella y Huertas, 2010).
Kreapelin (2008) comenzó utilizando el término dementia precox para llamar al proceso
patológico que ocurría en el contexto de una relativa normalidad pre-mórbida, con un
deterioro cognitivo y social que sólo se desarrollaba con posterioridad a los primeros
episodios psicóticos. Kreapelin consideraba un desfallecimiento de las ideas, de los
sentimientos y de las tendencias de orden general como prioridad en la enfermedad. En
este sentido hablaba de un trastorno de la abstracción, el cual tendría como
consecuencia la incapacidad de transformar las percepciones en ideas más abstractas.
La importancia que tuvo Schneider (1950) dentro del estudio de la esquizofrenia fue la
identificación de síntomas pantognómicos que pudieran conducir al diagnóstico efectivo
de la enfermedad. Realizó dos categorías de síntomas: a) los del primer rango, causados
por el propio proceso esquizofrénico, que son sonoridad del pensamiento, voces
dialogadas, voces comentadoras de la propia actividad, vivencias de influencia corporal,
intervención del pensamiento o divulgación del mismo, percepción delirante y
sentimientos y acciones inferidos o interferidos y; b) los síntomas de la segunda
categoría, que son aquellos que representan las reacciones del proceso morboso como la
ocurrencia delirante, perplejidad, empobrecimiento afectivo, distimias y engaños
sensoriales.
Es evidente entonces que al hablar de una discordancia con la realidad objetiva hacemos
alusión a una característica particular de esta enfermedad, autores como Minkowski
(1927) definen a la esquizofrenia como un trastorno en donde el contacto vital con la
realidad se pierde. Andreassen (2000) afirma que esta pérdida está evidenciada por los
síntomas positivos como las alucinaciones y los delirios, ya que las primeras refieren a
la percepción de un objeto o estimulo en ausencia de éste y por otro lado, el delirio se
trata de una creencia falsa, basada en inferencias incorrectas y mantenida a pesar de la
evidencia contradictoria (Jaspers, 1946).
Es basto el conocimiento que gira en torno a la esquizofrenia, pero a pesar de ello, aun
no es suficiente para comprender lo que pasa en las personas que viven la experiencia
de esta enfermedad, tenemos explicaciones que parten desde modelos médicos en donde
la fisiología nerviosa tiene un papel fundamental más no tenemos nada que pudiera dar
cuenta de la forma en que los pacientes con esta enfermedad interactúan con el mundo,
al parecer esta relación tan fundamental entre el sujeto con su medio físico y social se ha
dejado de lado en estas perspectivas por lo cual se vuelve necesario abordarla con
nuevas propuestas para dar explicaciones más integrales del fenómeno de la
esquizofrenia. Por tal motivo se abordará esta llamada entidad morbosa por medio del
estudio del uso de los objetos.
En primer lugar, los objetos además de contar con características físicas también poseen
características sociales de uso. Tanto las primeras como las segundas llevan a
reconocerlos, ninguna es excluyente de la otra, por el contrario, son partes constitutivas
del mismo, ambas los definen. Los objetos sirven para ayudarnos a hacer cosas y
pueden ser usados de diversas maneras por lo que se les puede asignar distintos
significados (Rodríguez y Moro, 2002). Por lo tanto, en los objetos pueden haber
significados plurales, y como mencionan Moro y Rodríguez (1991) pueden funcionar
como signo de múltiples cosas: pueden ser mostrados, señalados, indicados, sugeridos,
nombrados, pueden ser utilizados para atraerse la atención del otro, para preguntar, para
despertar intenciones en los otros, para solicitar de ellos un papel regulador, para
simular y hacer como si se tratase de otra cosa. Es entonces que un objeto admite
múltiples usos pero existe un contorno dentro del cual se diferencian los usos
convencionales de los objetos mismos. Por lo tanto el uso que se hace del objeto no lo
agota (Rodríguez y Moro, 1999).
Es pues, que los usos de los objetos son comprendidos desde sus propiedades
convencionales y sociales, y a partir de allí se derivan los usos y significados simbólicos
de los objetos (Rodríguez y Moro, 2002). Debido a estos últimos los objetos pueden
transformarse y significar muchas cosas, lo cual va llevando a su vez marcadas dividas
del aquí y del ahora, las cuales se denotan más con el lenguaje (Rodríguez y Moro,
2002). Si entendemos verdaderamente el uso de un objeto es porque están en juego
reglas convencionales que son compartidas y referidas a las situaciones que dan la pauta
para el uso de los objetos y a lo que se hace con ellos en situaciones de la vida diaria.
A todo esto ¿por qué interesarse por el uso de los objetos en la esquizofrenia? De
manera muy somera, los objetos están presentes en la vida diaria de todas las personas,
el paciente esquizofrénico ineludiblemente se encuentra rodeado por ellos, los usa e
inevitablemente les da un significado, pero que pasa con este significado dado al objeto
cuando el personaje que se lo da presenta un desfallecimiento de las ideas*, cuando
opera en discordancia con la realidad objetiva. Si partimos de la idea de que el sujeto
pre-mórbido construyó sistemas semióticos bajo las reglas públicas que fueron dándose
gracias a la interacción con los demás y con las cuales comenzó a usar y comprender las
propiedades sociales y convencionales de los objetos (Rodríguez y Moro, 2002) ¿Qué
ocurre con estos cuando la presencia del cuadro clínico aparece en él? Es esta la
incógnita central con la que se fundamenta este trabajo. Evidentemente no podemos
aseverar nada, pero si podemos atrevernos a decir que la aparente paradoja entre lo
abstracto y lo concreto en la esquizofrenia, la pérdida del llamado contacto con la
*
Como diría Bleuer para referirse a las afección de la esquizofrenia.
realidad, las evidencias empíricas en los déficits semánticos y los propios síntomas del
cuadro clínico, pueden llevar al paciente diagnosticado a realizar usos muy particulares
de los objetos, y la observación de dicha interacción podría favorecer a entender tal
fenómeno.
Los objetivos particulares son derivados del objetivo central y van en función al
cumplimiento de este último. Dentro de esta investigación para lograr una descripción
detallada y completa de los usos de los objetos será necesario cumplir con lo siguiente:
Realizar una primera observación parcial para delimitar los objetos con los que
el paciente tiene constante interacción a lo largo de su día
Distinguir las diferencias dadas al uso del objeto según el contexto en que se
usa.
Distinguir entre usos del mismo objeto, es decir entre usos canónicos, usos no
canónicos, usos instrumentales y usos simbólicos
Método
Participantes
Materiales
En las observaciones se usarán 3 objetos distintos, los cuales serán seleccionados según
la primera observación realizada. Además será necesaria una videocámara para la
grabación de las secuencias.
Escenario
Las observaciones serán llevadas a cabo dentro de las instalaciones del Hospital de
Psiquiatría “Gustavo León Mojica García” que se encuentra al sur de la ciudad. Las
videograbaciones serán dependiendo del lugar en donde se dio una mayor interacción
con el objeto, se realizarán observaciones dentro del patio principal, en el comedor, en
la sala de televisión y en los dormitorios del hospital.
Procedimiento
1º Fase
2º Fase
Los datos de los usos de los objetos obtenidos en las observaciones de la segunda fase
del estudio se analizarán mediante las siguientes categorías:
Uso canónico (UC): El uso canónico es aquel que se da como resultado de una
convención, es decir, el uso particular que representa el objeto. (Usar el objeto con el fin
social que se le ha otorgado) (Rodríguez y Moro, 1999).
Uso no canónico (UNC): El uso no canónico es cuando el objeto es usado por el sujeto
de la manera que físicamente se permita usarlo. (Por ejemplo: patear el objeto,
aventarlo, chuparlo, morderlo, azotarlo, entre otros.) (Rodríguez y Moro, 1999).
Uso instrumental (UI): El uso instrumental se da cuando el objeto es usado para un fin
determinado, pero este fin no es dado por el uso canónico del objeto (Por ejemplo: usar
un cuchara para abrir una tapadera, usar un clip para abrir una puerta, usar un periódico
para matar una araña, entre otros)
Uso simbólico (US): El uso simbólico del objeto es aquel en donde con el objeto se
representa algo ausente, este uso esta mediado por las reglas canónicas de los usos de
los objetos y va acompañado de lenguaje y verbalizaciones. (Palacios y Rodríguez,
2014).
Posibles resultados
Hay dos posibles tendencias que podrían darse en los resultados según la teoría
revisada. Sin pensamos a partir de la postura clínica de que el paciente esquizofrénico se
vive desde un desapego con la realidad objetiva, podríamos hipotetizar un mayor
número de usos simbólicos debido a los síntomas que Andreassen (2000) señala como
indicadores de esta pérdida de la realidad (alucinaciones y delirios). En este caso los
usos canónicos de los objetos serían sustituidos por otros no correspondientes, es decir,
haciendo usos simbólico del objeto, si estos usos simbólicos además son dados bajo
contextos que dan pauta al uso convencional, evidenciaríamos de alguna manera que los
sistemas semióticos creados por el paciente bajo las reglas públicas, son afectados
también por el quebranto de la realidad descrita en la esquizofrenia.
Ahora, si pensamos desde la otra postura que nos señala la literatura, es decir, bajo la
idea de que en la experiencia esquizofrénica se vive un trastorno de la abstracción, en
donde aparece una incapacidad de transformar las percepciones en ideas más abstracta
(Kraepelin, 2008) y en donde aparecen déficits semánticos e interpretaciones literales de
las cosas (Sponheim, et al., 2003), podríamos pensar en un mayor número de usos
canónicos debido a la incapacidad de evocar un objeto diferente con el que está
interactuando.
*Si este uso llegara a presentarse debe de registrarse sólo si el participante usa simbólicamente uno de los tres objetos
de los que se eligieron para la observación
Es difícil aseverar una u otra tendencia, lo que si podemos afirmar es que el presente
estudio ayudará a entender desde otra manera la interacción que el paciente
esquizofrénico tiene con su entorno y la manera en que se desenvuelve en él. Además de
que los posibles resultados darán pauta a nuevas interrogantes sobre el tema.
Referencias
Frenk, J., Ruelas, E., Tapia, R., Castañon, R., de León, E., Belsasso, G., González, E.,
Uribe, M., González, S., Barragán, G. y Lomelín, G. (2002). Programa
específico de Esquizofrenia 2001-2006. México: Secretaría de Salud
Kraepelin, E. (1902). Clinical Psychiatry a text book for students and physicians.
London: Macmillan.
Moro, C. & Rodriguez, C. (1991). ¿Por qué el niño tiende el objeto hacia el adulto? La
construcción social de la significación de los objetos. Infancia y Aprendizaje, 53,
99-118
Napal, O., Ojeda, N., Sánchez, P., Elizagárate, E., Peña, J., Ezcurra, J. y Gutiérrez, M.
(2012). Curso evolutivo de la esquizofrenia y su impacto en la cognición: una
revisión de la literatura. Actas Esp Psiquiatr. 40(4), 198-220.
Rodríguez, C. y Moro, C. (1999). El mágico número tres. Cuando los niños aún no
hablan. Barcelona Paidós.
Marco teórico
Relevancia
Planteamiento del problema
Hipótesis u objetivos
Método
Participantes
Material
Diseño/Procedimiento
Referencias