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que la misericordia sea la que guíe nuestros pasos, la que inspire nuestras
reformas, la que ilumine nuestras decisiones. Que sea el soporte maestro de
nuestro trabajo. Que sea la que nos enseñe cuándo hemos de ir adelante y
cuándo debemos dar un paso atrás. Que sea la que nos haga ver la pequeñez de
nuestros actos en el gran plan de salvación de Dios y en la majestuosidad y el
misterio de su obra.
Por otro lado, el papa Francisco ha animado a los grupos de oración presentes
a ser “centrales de misericordia”: centrales siempre abiertas y activas, que con
el poder humilde de la oración provean de la luz de Dios al mundo y la energía
del amor a la Iglesia.
Coincidiendo con el lanzamiento de la nueva campaña contra el hambre de
Manos Unidas, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro Sierra, ha
escrito una carta en la que pide que todos se involucren en esta lucha y señala
que “el hambre no depende únicamente de las diversas situaciones geográficas
en las que estemos ni tampoco de las climatologías de los países en los que
habitan los hombres, ni siquiera de las circunstancias desfavorables que hacen
que las cosechas no sean abundantes como teníamos previsto”. “También el
hambre lo provoca el hombre mismo, con sus egoísmos, que tienen versiones
muy diferentes, como carencias en la organización social, rigidez de
estructuras económicas que muy a menudo están destinadas al lucro, e incluso
prácticas contra la vida humana; en sistemas ideológicos que reducen a la
persona, le recortan sus dimensiones esenciales, le privan de su dignidad
fundamental, la entienden como un instrumento más a su servicio”, añade.
CONTINUADORES DE SU MISIÓN
Que los que viven con dificultades nos encuentren dispuestos a echarles una
mano, que vivamos con un corazón solidario, delicado y cariñoso con los
demás.
Que nuestros mayores, enfermos, todos los que viven con dificultades, no se
sientan solos, aislados u olvidados de nuestras comunidades parroquiales.
Vicky Irigaray
Palabras de Yusra Mardini
Ante el inminente peligro, Yusra Mardini y su hermana Sarah, que también
es nadadora, tuvieron que huir y como miles de refugiados llegaron a
Estambul para cruzar en un bote destartalado hacia Grecia. A medio camino el
motor se detuvo y el agua comenzó a filtrar en la embarcación en la que había
unas 20 personas. El miedo y la desesperación se apoderaron de muchos
tripulantes que no sabían nadar y fue en ese momento en que las hermanas
Mardini tomaron una dramática decisión: lanzarse al mar para salvar a la
tripulación.
Yusra y su hermana nadaron durante tres horas y media guiando con unas
cuerdas el bote. Lograron cruzar el Mediterráneo hasta alcanzar las costas
griegas de Lesbos y salvaron a todos los refugiados. Aquel episodio ocurrió
hace un año exactamente, en agosto del 2015. "Habría sido vergonzoso si la
gente de nuestro bote se hubiera ahogado. Había gente que no sabía nadar y no
iba a quedarme sentada quejándome de que me iba a ahogar. Si lo iba a hacer,
al menos lo haría sintiéndome orgullosa y de mí y de mi hermana", relató.
Luego de su valiente hazaña, llegaron a Alemania y obtuvieron refugio.
Gracias a una beca del Comité Olímpico Internacional, Yusra pudo seguir
entrenando y cumplir el sueño de participar por primera vez en unos Juegos
Olímpicos en los 100 metros mariposa y los 100 metros libres. "Es
verdaderamente un honor para mí estar aquí en Río 2016", dijo Yusra Mardini
en Brasil. "Será por mi país, por Alemania y por el Comité Olímpico
Internacional, ya que ellos me dieron todo el apoyo necesario para hacer esto
posible", explicó, sin perder nunca su hermosa sonrisa.
Bueno, Señor Jesús, aquí estamos otra vez. Clases seleccionadas y horario
planificado, se presenta ante mí otro año académico. Te doy las gracias por la oportunidad
de recibir una educación, por la posibilidad de estudiar, un privilegio vedado para muchos
en este mundo. Te doy gracias por las capacidades físicas e intelectuales que facilitarán mi
aprendizaje.
Por favor, ayúdame a dar lo mejor de mí, sobre todo a hacerlo mejor que el año
pasado.
Ayúdame a ser riguroso y atento en mis estudios, que no ignore ni pase nada
importante por alto.
Ayúdame a ser generoso/a con otros que también estudian, que les ofrezca mi ayuda
allá donde pueda servir y que permita aceptar la ayuda de los demás cuando yo tenga
problemas.
Ayúdame a recordar que algunos de tus santos/as tuvieron dificultades con sus
estudios, ayúdame a recordar que puedo apelar a ellos –san José Cupertino; santa
Bernardita Soubirous; venerable Solanus Casey– para que me asistan con sus oraciones de
intercesión; para que ante toda dificultad, pueda estar preparado/a y alerta para reconocer su
auxilio.
Que recuerde durante todo el año que mi ángel de la guarda, tus santos y tu
Santísima Madre están siempre conmigo, siempre listos para auxiliarme con sus oraciones.
Así como pongo en práctica los dones que he recibido de Dios Padre, ruego porque
mi voz esté siempre dispuesta a dar gloria, alabanza y verdadera gratitud a tu Santo
Nombre. Amén.
Señor Jesús, son tantos los que sufren
en el mundo de hoy
y tan pocos los que saben
olvidar su dolor.
Yo quiero ser luz
que refleje tu lámpara
y levadura buena
que te esponje las almas
.
Te doy gracias Señor Jesús
porque has resucitado
y mataste en mi alma
la angustia del pecado.
Si me pides la vida,
quiero darla contento,
si no quieres que muera,
quiero vivir sonriendo.
Quiero reír,
Quiero soñar,
Quiero darles a todos
La alegría de amar.“