Вы находитесь на странице: 1из 20

"AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL"

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DEL PERÚ

DERECHO PENAL

ESTUDIANTES:

 Huacasi Cuti Karen Erlinda


 Mamani Tica Yoselin Fiorella
 Mayca Paz Ximena
 Suarez Zuñiga Vanessa

Docente:

Dra.Jenny Elizabeth Justo Callo

2018

1
Introducción.

La teoría de la imputación objetiva cobra gran auge a partir de los años sesenta,
fundamentalmente por obra de Roxín, con la idea de establecer un nexo objetivo
entre la acción y el resultado para poder constatar la realización del tipo objetivo
en los delitos de resultado, al margen de la mera relación de causalidad. Ha de
existir una relación objetivo-normativa entre ambos que permita afirmar que el
resultado es la realización o concreción del peligro creado por la acción y, por
ello, imputable al comportamiento del autor como obra suya. Este auge coincide
con el surgimiento de los planteamientos teleológicos del Derecho Penal y del
sistema del delito que atienden a la finalidad perseguida por el mismo. Desde
esta perspectiva normativista la imputación objetiva se convierte en una
exigencia general para la realización del tipo objetivo en los delitos de resultado.

Por ello, hoy se acepta cada vez más que acción, resultado, imputación objetiva
y autoría son los elementos esenciales mínimos que configuran el aspecto
externo de la conducta humana descrita en la parte objetiva del tipo de cualquier
delito de resultado. Dichos elementos aparecen como indisolublemente unidos
para poder exigir responsabilidad criminal por el delito consumado y, por ello,
deben ser estudiados en la teoría general del tipo (objetivo), con independencia
de la concreta determinación que de cada conducta típica deba realizarse en la
Parte Especial del Derecho Penal.

Lo dicho significa también que el aspecto externo de la conducta es el mismo en


los delitos dolosos e imprudentes, es decir, que no hay diferencias estructurales
a nivel de tipo objetivo entre ambas clases de ilícito, sino que la diferencia se
encuentra sólo en la parte subjetiva del tipo o aspecto interno de la conducta.
Esta identidad estructural en el tipo objetivo entre los delitos dolosos y culposos
se ha visto favorecida de manera importante por el reciente desarrollo de la teoría
de la imputación objetiva.

Pero dicho desarrollo no cesa, sino que la teoría de la imputación objetiva está
ampliando su ámbito de aplicación más allá del problema del nexo objetivo entre
la acción y el resultado en los delitos de resultado, a los delitos de peligro, a los
delitos de mera actividad y a los delitos de comisión por omisión, aunque con las
particularidades propias de este tipo de infracciones penales. También se

2
impone, con buen criterio, la doctrina de la imputación objetiva en las formas de
participación. Si tradicionalmente la imputación objetiva permite establecer el
nexo entre la acción y el resultado para afirmar la realización del tipo objetivo en
los tipos principales o de autoría, que son los destinados en primera línea al
autor, es decir, para imputar el hecho al autor como obra suya, no debe existir
inconveniente alguno para establecer una exigencia objetiva similar para
delimitar más correctamente la responsabilidad criminal en las formas de
participación accesorias respecto a la autoría, como la inducción, la cooperación
necesaria y la complicidad.

Un paso más en este desarrollo de la teoría de la imputación objetiva está


conduciendo a que dicha teoría se convierta en una teoría general de la conducta
típica, en la propuesta que realiza Frisch, o que conlleve a una reformulación
general de la teoría del tipo penal, en el desarrollo que de la teoría de la
imputación objetiva está realizando Jakobs, en donde la imputación del
resultado a la acción pasa a un segundo plano. No es de extrañar, por ello, que
entre sus críticos se haya afirmado, como por ejemplo, Struensse, que la teoría
de la imputación objetiva ya desarrolla "el efecto de un remolino que atrae hace
sí y ahoga dentro de sí todo el tipo objetivo". Pero, como ya he tenido ocasión
de poner de manifiesto, este remolino no se detiene y día a día se va haciendo
más grande. En realidad, más que un remolino es ya un tornado que está
atrayendo hacía así, incluso, al tipo subjetivo, como lo evidencian cuestiones tan
importantes como las divergencias del dolo o el acuerdo mutuo en el caso de la
coautoría. En estos extremos, el tornado teórico de la imputación objetiva tiene
importantes consecuencias prácticas, que redundan en una ampliación de la
intervención penal, difícilmente aceptable; incluso, ya se ha llegado a rechazar
el concepto restrictivo de autor, abogando, en consecuencia, por un concepto
extensivo. Es posible que el resultado final de la imputación objetiva suponga
una recaída en aquello mismo que quiso evitar y criticar, y que fue precisamente
el origen de su nacimiento.

3
La Imputación Objetiva

En todo delito de resultado se requiere, como primer nivel de análisis, que se


verifique un nexo de causalidad entre el comportamiento del sujeto activo y la
producción del resultado. Es decir, para tipificar una conducta a un tipo legal es
necesario. comprobar la relación existente entre esa conducta y el resultado
típico. Esta comprobación del vínculo jurídico entre la acción y el resultado se
denomina el Juicio normativo de la imputación objetiva. Como vemos, un primer
momento consiste en una comprobación, donde se verificará, desde un punto de
vista natural, la relación de causalidad; el segundo momento será la
comprobación de un vínculo jurídico entre la acción y el resultado. Esto no es
más que juicio normativo de la imputación objetiva, en relación con los delitos de
resultado.

Causas:

1. En la dogmática de las causas de justificación se han examinado con detalle


las incongruencias objetivo-subjetivas (suposición errónea de la concurrencia de
los presupuestos de una causa de justificación; falta del elemento subjetivo de
justificación). Sin embargo, no se ha examinado tanto la congruencia entre la
conducta y el resultado de justificación o, en otras palabras, entre los productos
de la aplicación de la perspectiva ex ante y de la perspectiva ex post.
Seguramente, ello se debe a que la discusión sobre cuál es el juicio relevante en
materia de causas de justificación todavía no ha sido claramente resuelta. Así,
un sector afirma que en las causas de justificación la determinante es solo la
perspectiva ex ante. De modo que la perspectiva ex post carecería de relevancia.
Otro, en cambio, se centra en la perspectiva ex post, salvo en lo relativo a
algunos elementos de pronóstico que puedan concurrir en la respectiva causa
de justificación. Ahora bien, en la posición que se centra en la perspectiva ex
post la única congruencia que se suele examinar es la que pueda existir entre el
plano objetivo ex post y el plano subjetivo. Si ex post se produce un resultado de
justificación y el sujeto lo desconocía, se habla simplemente de ausencia del
elemento subjetivo de justificación. (Jesús & Silva Sánchez , 2015)

4
2. Sin embargo, una traslación del método seguido en el ámbito de la tipicidad
objetiva stricto sensu obligaría a considerar también aquí, de modo previo al
juicio sobre el lado subjetivo del tipo permisivo, la concurrencia ex ante de una
situación justificante y una acción justificada adecuadas para producir el
resultado de justificación. En efecto, en el ámbito de la teoría de la tipicidad
objetiva stricto sensu, si la conducta no era ex ante adecuada para lesionar el
bien jurídico, entonces la mera causación del resultado lesivo (por ejemplo, en
virtud de una desviación causal objetivamente imprevisible) resulta insuficiente
para la imputación objetiva de dicho resultado lesivo a la conducta. Pues bien,
aplicando este criterio al ámbito de las causas de justificación, si la conducta del
sujeto —en el contexto correspondiente— resulta ex ante inadecuada para la
producción de un resultado justificante entonces, pese a que dicho resultado
salvador se produzca en virtud de desviaciones causales imprevisibles, este no
debería poder imputarse a la conducta del agente. Lo que significaría que el
agente no podría verse en absoluto beneficiado por ese factor de azar positivo
igual que tampoco se vería perjudicado por la causación azarosa de una lesión
en términos inadecuados. La cuestión es si esta traslación del método es
correcta. Ello hace necesario el siguiente análisis. (Jesús & Silva Sánchez ,
2015)

3. El paradigma de conducta justificada viene dado por la estructura en que la


conducta del agente resulta objetivamente adecuada ex ante para producir el
resultado de justificación; ex post se produce dicho resultado de justificación de
forma objetivamente imputable a la acción justificada; y concurre el elemento
subjetivo de justificación. Pero ya surge alguna dificultad a propósito de la
estructura en la que la conducta del agente resulta objetivamente adecuada ex
ante para producir el resultado de justificación; concurre el elemento subjetivo de
justificación; pero ex post no se produce dicho resultado de justificación. En la
estructura la conducta del agente resulta objetivamente adecuada ex ante para
producir el resultado de justificación; concurre el elemento subjetivo de
justificación; y ex post se produce un resultado salvador, pero por azar, de forma
no objetivamente imputable a la acción justificada. La variante siguiente viene
dada por la estructura en la que la conducta del agente resulta objetivamente
adecuada ex ante para producir el resultado de justificación; y ex post se produce
dicho resultado de justificación de forma objetivamente imputable a la acción
justificada; pero falta el elemento subjetivo de justificación. Este caso resulta muy

5
conocido, como lo es su solución según la doctrina dominante: aplicación directa
de la regla de la tentativa inidónea. Con todo, existe todavía una estructura, en
la que la conducta del agente resulta objetivamente adecuada ex ante para
producir el resultado de justificación; pero ex post no se produce dicho resultado
de justificación; y además está ausente el elemento subjetivo de justificación. Y,
en fin, una estructura en la que la conducta del agente resulta objetivamente
adecuada ex ante para producir el resultado de justificación; ex post se produce
dicho resultado salvador, pero de forma no objetivamente imputable a la acción
justificada; y además está ausente el elemento subjetivo de justificación. (Jesús
& Silva Sánchez , 2015)

6. Todavía conviene analizar cuatro estructuras más, es decir, el paradigma de


la conducta no justificada en absoluto viene dado por la estructura, en la que la
conducta del agente no resulta objetivamente adecuada ex ante para producir el
resultado de justificación; ex post no se produce dicho resultado de justificación;
y tampoco concurre el elemento subjetivo de justificación. Pero se da también la
estructura en la que la conducta del agente no resulta objetivamente adecuada
ex ante para producir el resultado de justificación; ex post se produce dicho
resultado salvador, aunque de forma no imputable objetivamente a la conducta
de justificación; y no concurre el elemento subjetivo de justificación. Además,
existe una estructura en la que la conducta del agente no resulta objetivamente
adecuada ex ante para producir el resultado de justificación; ex post no se
produce dicho resultado de justificación, pero sí concurre el elemento subjetivo
de justificación. Esta estructura ha sido comúnmente examinada bajo la
denominación de “suposición errónea de la concurrencia de los presupuestos
objetivos de una causa de justificación” o “error de tipo permisivo”. El tratamiento
mayoritario de este caso es el del error de tipo; de modo que, si este resulta
vencible, procedería una responsabilidad a título de imprudencia y, si resulta
personalmente invencible, procedería la exclusión de la responsabilidad
subjetiva del agente. En fin, se da la estructura, en la que la conducta del agente
no resulta objetivamente adecuada ex ante para producir el resultado de
justificación; ex post se produce un resultado salvador, pero de forma
objetivamente no imputable a la conducta de justificación; y concurre el elemento
subjetivo de justificación. (Jesús & Silva Sánchez , 2015)

6
7. El análisis estructural llevado a cabo ha puesto de relieve, según creo, la
existencia de algunos casos problemáticos. En particular, por un lado, las
estructuras y; las estructuras y ; y las estructuras y . Las estructuras y pueden no
generar demasiados problemas al sector doctrinal que entiende que, para
apreciar la concurrencia de una causa de justificación, basta con centrarse en la
perspectiva ex ante. Desde esta perspectiva, no se niega que la plena
justificación requiera la compensación del desvalor objetivo de acción, del
desvalor subjetivo de acción y del desvalor del resultado. Sin embargo, se señala
que, si el desvalor de acción se ve compensado (como sucede en el caso, dada
la concurrencia de adecuación ex ante para producir el resultado de justificación
y, así mismo, de elemento subjetivo de justificación), entonces la ausencia de
compensación del desvalor del resultado no es imputable, debido a la falta de
una relación de sentido entre esta y un desvalor de acción igualmente no
compensado. En cambio, estas estructuras y someten a prueba la coherencia de
quienes exigen un resultado de justificación para apreciar la concurrencia de una
causa de justificación. Para ellos, en la estructura no debería apreciarse
justificación (en todo caso, no plena). La pregunta es cómo debería tratarse
desde esta perspectiva lo que, en realidad, constituye una “tentativa de
justificación”. Pero lo mismo debería suceder en la estructura, pues este sector
doctrinal debería exigir que el resultado justificante fuera objetivamente
imputable a la acción justificada del sujeto. De este modo, en el caso de que no
existiera una relación objetiva de sentido entre la acción justificada y el resultado
justificante, como sucede en la estructura, así mismo deberían rechazar la
justificación plena.

Ejemplo: Te dispara contra A, de forma idónea para matarle, advirtiendo que


este se dispone a entrar en casa del inválido O para asesinarle. El disparo,
sin embargo, no impacta en A. A, una vez recuperado del susto, se dispone
a consumar su plan. Pero el disparo ha impactado por azar en unos cables
eléctricos de la casa, provocando un cortocircuito. Así que, cuando A entra
en casa de O y pretende encender la luz para que O le vea, los toca y se
electrocuta. De modo que O salva su vida.

Probablemente debe partirse de que los enunciados permisivos incorporan


valoraciones que, junto a las valoraciones subyacentes a los tipos, y en virtud
de una meta regla, acaban definiendo la esfera de libertad de acción del
agente y orientando su conducta: dando lugar a las normas de conducta. Así

7
las cosas, resultaría disfuncional asignar una consecuencia jurídico-penal al
caso en que, pese a una valoración de la conducta como objetivamente
permitida ex ante, ex post no se produzca el resultado pretendido con el
permiso. La perspectiva contraria centrada en una concepción ex post de la
norma debería indicar que la conducta en estos casos es anti normativa,
aunque eventualmente esta anti normatividad no le fuera imputable
subjetivamente al agente (Jesús & Silva Sánchez , 2015).

8. Las estructuras y, en cambio, generan retos a ambas visiones de las causas


de justificación: es decir, tanto a la que se centra en la perspectiva ex ante, como
a la que adopta una perspectiva ex post. En efecto, desde la perspectiva ex ante
se constata que no concurre la acción justificada, ya que falta su dimensión
subjetiva. Desde la perspectiva ex post sucede que no se produce el resultado
justificante o bien este no es objetivamente imputable a la conducta ex ante
objetivamente adecuada para salvar realizada por el agente que, por su parte,
desconoce que su conducta tenga tal cualidad.

Ejemplo: Te dispara contra su enemigo A, de forma idónea para matarle,


desconociendo que este se dispone a entrar en casa del inválido O para
asesinarle. El disparo, sin embargo, no impacta en A. A, una vez recuperado
del susto, se dispone a consumar su plan. Pero el disparo ha impactado por
azar en unos cables eléctricos de la casa, provocando un cortocircuito. Así
que, cuando A entra en casa de O y pretende encender la luz para que O le
vea, toca los cables y se electrocuta. O salva su vida.

La responsabilidad de T debe ser plena. Pero solo por la tentativa de


homicidio A, pues la muerte de A no le es objetivamente imputable (por
desviación causal). Esa tentativa de homicidio, por su parte, no está
amparada por justificación alguna. Pues el resultado salvador de O tampoco
es objetivamente imputable al disparo de T. Y, si bien es cierto que su
conducta era objetivamente adecuada ex ante para salvar a O, dicha
dimensión de la conducta no le era imputable subjetivamente. (Jesús & Silva
Sánchez , 2015)

9. La estructura podría intentar contemplarse solo desde la perspectiva de la


ausencia del elemento subjetivo de justificación. Pero ello sería incorrecto. El
caso paradigmático que la doctrina toma como punto de partida para discutir
sobre la ausencia del elemento subjetivo de justificación es uno en que la

8
conducta resulta ex ante objetivamente adecuada para producir el resultado de
justificación y ex post lo produce de modo objetivamente imputable; solo que el
autor lo desconoce en absoluto. Es decir, nuestra estructura. En la estructura, en
cambio, lo fundamental es que la conducta no resulta ex ante adecuada para
producir (Jesús & Silva Sánchez , 2015)

Consecuencia:

 HOMICIDIO O LESIONES IMPRUDENTES

La conducta del empresario -o de sus asimilados- que infringe un deber objetivo


de cuidado y crea con ello un peligro para los bienes jurídicos fundamentales de
otras personas. no tiene relevancia penal. más que cuando esa peligrosidad
generada por la falta de cuidado se concreta en efectiva lesión de tales bienes
jurídicos: muerte y lesiones. El resultado producido, como concreta lesión del
bien jurídicos. y en tanto que elemento objetivo del tipo de los delitos del
resultado. sirve aquí para determinar cuál sea el tipo objetivo de los delitos contra
las personas que ha de ponerse en conexión con el art. 565. en definitiva. para
determinar si nos hallamos ante un delito imprudente de homicidio o un delito
imprudente de lesiones o. en los casos de menor gravedad del resultado de
éstas. ante una falta de lesiones. Si bien somos partidarios de reconocer la
"reducida relevancia" del resultado en los delitos imprudentes, entendemos que
esta no se agota en una función de mera condición objetiva de punibilidad y de
selección del tipo objetivo por el que se va a exigir la responsabilidad criminal.
La determinación de cual sea el tipo de delito realizado, homicidio o lesiones, no
es operación que se reduzca a la mera constatación de cual haya sido el
resultado que "casualmente" se haya producido. Bien al contrario. el resultado
conectado a las condiciones en que se produce es objeto de valoraciones
objetivas que pueden determinar el tipo realizado. más allá de cual sea el
resultado realmente producido. (RODRIGUEZ, 2014, pág. 185)

Ejemplos De La Imputación Objetiva:

Caso Perú:

Comisión por omisión: otro supuesto de responsabilidad de altos mandos


militares

La autoría mediata por domino de la organización se ha constituido en los últimos


años como la principal estrategia de imputación penal en los casos de violación

9
de derechos humanos cometido por altos mandos militares. Esta teoría de
imputación resulta aún más importante a partir de la sentencia del 7 de abril de
2009 emitida por la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia contra
el expresidente Alberto Fujimori en los casos Barrios Altos y La Cantuta. De esta
manera, nuestra jurisprudencia acogió las características principales de la teoría
de la autoría mediata en aparatos organizados de poder propuesta de Claus
Roxin. La Corte Suprema reconoció que el hombre de atrás que ordena la
comisión de un crimen podría responder como autor mediato siempre que se
cumplan los siguientes elementos: i) la existencia previa de un órgano
estructurado de poder; ii) poder de mando; iii) desvinculación de la organización
frente al Derecho; iv) fungibilidad de los ejecutores; v) y elevada disponibilidad
del ejecutor hacia el hecho.

Sin embargo, los requisitos exigidos por esta teoría se enfrentan muchas veces
con la dificultad probatoria y la complejidad de los casos reales de violación de
los derechos humanos. Es decir, en muchas ocasiones la clandestinidad y el
secretismo en el que se realizan los crímenes desde aparatos de poder hace
improbable demostrar la existencia de una orden del hombre de atrás. Por este
motivo, existe el peligro latente que muchos de los casos más relevantes de
violación de derechos humanos queden en la impunidad. No obstante, la
doctrina y jurisprudencia internacional muestran instrumentos de imputación
penal menos complejos para enfrentar la responsabilidad del mando superior
militar frente a los crímenes cometidos por sus subordinados. Uno de estos
instrumentos es la responsabilidad penal por comisión por omisión.

En atención a lo antes dicho, el presente documento busca realizar una


aproximación a los elementos principales de la responsabilidad penal por
comisión por omisión del alto mando militar frente a los delitos realizados por sus
subordinados. Cabe señalar que solo haremos referencia al tipo objetivo.
(Vásquez, 2015)

 La Imputación por Comisión por Omisión


El artículo 11° del Código Penal define al delito de la siguiente manera:
“Art. 11.- Son delitos y faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas
penadas por la ley”. Así, nuestro ordenamiento jurídico reconoce que
existen dos tipos de comportamientos que son relevantes para el Derecho
penal: los comisivos (llamados por el CP acciones); y los omisivos. Pero,
¿qué entiende el Derecho Penal por comportamientos comisivos y por

10
comportamientos omisivos? En líneas generales, la comisión es un
comportamiento humano que implica la creación de un riesgo prohibido
penalmente relevante. Por otro lado, la omisión es un comportamiento que
implica la ausencia de una intervención de salvaguarda o protección de
bienes jurídicos[2].

Caso Alemania:

-La Acción Y La Omisión Como Formas De Delinquir.

 El artículo 1 O CP define como <<delitos o faltas las acciones y omisiones


dolosas o imprudentes penadas por la Ley». Se puede delinquir, por
consiguiente, tanto poniendo en marcha (acción) como no deteniendo
[omisión (14)] una cadena causal que va a desembocar (Ordeig, 1997,
pág. 9)

- La Distinción Entre Delitos Impropios Y Delitos Propios De Omisión.

 El problema central de la dogmática de los delitos de omisión es el


de determinar cuándo el que se abstiene puede ser hecho responsable
del resultado igual que si lo hubiera causado mediante una conducta
activa, o de una participación delictiva igual que si hubiera contribuido
positivamente al hecho principal (delito impropio de omisión o de comisión
por omisión) y cuando no es ese el caso (delito de omisión propia) (20). A
la madre que deja morir a su hijo al no ligarle el cordón umbilical se le
imputa el resultado «muerte» de la misma manera que si lo hubiera
producido mediante una conducta activa y responde de un asesinato para
el que está prevista la pena de 15 a 20 años de prisión (art. 139). En
cambio, si un peatón no auxilia a otro viandante que yace en la acera de
la calle, porque está sufriendo un infarto, aquél, y aunque éste fallezca,
responde únicamente de una omisión del deber de socorro del artículo
195, y la pena que se le impone: la mucho menos severa de multa de tres
a doce meses, evidencia que no se le está imputando la eventual muerte
del infartado. Lo que tienen en común las dos categorías de delitos es que
ambos se cometen mediante la omisión de una acción determinada: en el
primer. ejemplo, mediante la omisión de ligar el cordón umbilical, y en el
segundo, mediante la omisión de auxiliar al viandante enfermo, porque,
por ejemplo, no se avisa a una ambulancia. Y lo que las distingue es que,
mientras que en el primer supuesto esa omisión recibe el mismo

11
tratamiento que una acción causante del resultado (21), en el segundo el
su jeto responde únicamente por la omisión como tal omisión sin que se
pueda reconducir a ésta el eventual resultado de la muerte del infartado
(22). (Ordeig, 1997, pág. 11)

12
Bibliografía
Jesús, & Silva Sánchez , M. (2015). Imputación objetiva y causas de
justificación. Un (mero) intento de distinguir. Legal.Legis, 173-195.
Ordeig, E. G. (1997). LA OMISIÓN IMPROPIA EN LA DOGMÁTICA ALEMANA.
UNA EXPOSICIÓN . CIENCIAS PENALES, 7-12.
RODRIGUEZ. (2014). EL RESULTADO Y SU IMPUTACION OBJETIVA. lima:
Ciencias Penales.
Vásquez, J. R. (2015). Comisión por omisión: otro supuesto de responsabilidad
de altos mandos militares. PUCP, 15.

La Teoría de la autoría mediata por organización y su aplicación en el Perú

13
Para poder hablar y dar razones por el uso y las consecuencias del uso de la teoría de
autoría mediata por organizaciones en nuestro territorio, es necesario establecer los
conceptos y teorías que se desarrollan en torno a esta. En primer lugar, cabe resaltar
que la teoría de autoría medita por dominio de organizaciones fue sustentada por el
célebre jurista alemán Claus Roxin, [...] esta propuesta comprendió en la doctrina la
renovación del entendimiento de la autoría mediata, pues hasta entonces, en principio
solo se podía imputar responsabilidad a título de autores a quienes sin realizar
directamente los hechos, se valían de personas que actuaban sin dolo o actuaban bajo
amenaza. El problema que hasta entonces se presentaba era determinar cómo se podía
hacer responsable al hombre de atrás por hechos que había realizado otra persona
plenamente responsable1. Se presenta cuando el hombre de atrás aprovecha o crea un
error en el intermediario, para que realice la acción querida por éste; en estos casos, el
intermediario actúa desconociendo algunos elementos que componen una realidad
dada, por lo que no hay una coincidencia entre la realidad y la conciencia de dicha
realidad2. De allí, la discusión sobre la posibilidad de una autoría mediata detrás de un
ejecutor inmediato plenamente responsable, es de larga data. En un inicio, si bien el
sentido intuitivo llevaba a afirmar la autoría del hombre de atrás; sin embargo, se carecía
de una fundamentación dogmática. Las primeras reflexiones sobre esta problemática
vienen de la doctrina alemana. Así, la antigua teoría formal negativa, que admitía una
autoría mediata siempre y cuando el ejecutor directo no sea autor, declaraba la
imposibilidad de la figura del autor detrás del autor. Fundamentada así la autoría
mediata, se debe admitir la figura dogmática del “autor detrás del autor” cuando se
verifique un dominio de los hechos por parte del hombre de atrás, pese a que el hombre
de delante tenga también un dominio directo de los hechos. Esto sucede, por ejemplo,
en los casos de autoría mediata mediante ejecutor que actúa bajo error de prohibición
vencible, mediante engaño sobre la identidad de la víctima o, de la ya famosa, por
dominio de organización. 3

Visto los conceptos sobre lo que se entiende por la Teoría de autoría medita por
organizaciones desde su concepción alemana, podemos destacar que en nuestro
Código Penal peruano en el artículo 23° se encuentra tipificada esta figura en ámbito
general, como: Autoría, autoría mediata y coautoría. El que realiza por sí o por medio

1
Pariona Raúl. El posicionamiento de la teoría de la autoría mediata por organización en la jurisprudencia
peruana. https://www.pj.gob.pe
2
Roxin, Claus. Autoria y dominio del hecho en el derecho penal. Traducción de la séptima edición alemana
por CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO GONZALEZ DE MURILLO, Jose. Universidad de
Extremadura, Marcial Pons, séptima edición, 2000, pág. 191.
3
Pariona, Raúl. El autor detrás del autor.
http://www.derecho.usmp.edu.pe/cedp/revista/edicion_1/articulos/Raul_Pariona-

14
de otro el hecho punible y los que lo cometan conjuntamente serán reprimidos con la
pena establecida para esta infracción.4
Por tanto, es autor mediato quien no realiza directa o personalmente el hecho, sino que
se sirve de otra persona, quien actúa como intermediario y quien es en definitiva la que
lo realiza: el autor mediato aprovecha o utiliza la actuación de un intermediario para
alcanzar su fin delictuoso. El intermediario o autor inmediato realiza la acción ejecutiva,
pero el dominio del hecho lo tiene quien no actúa. El instrumento actúa sin libertad o sin
conocimiento.
En el ámbito jurisprudencial tenemos por doctrina los diversos supuestos en los que se
considera que se configura la autoría mediata, pero son tres los aceptados de forma
unánime por la misma doctrina, por considerarse que si existe, sin duda, un dominio de
la voluntad del ejecutor: Autoría mediata por coacción, autoría mediata por error y
autoría mediata con intermediarios responsables.5 Autoría mediata por coacción: Se
trata del caso en que el autor mediato utiliza la violencia o la amenaza contra el
intermediario, para que éste acceda a realizar la acción de la cual se quiere servir,
logrando la realización de la conducta típica.6 Autoría mediata por error: Se presenta
cuando el hombre de atrás aprovecha o crea un error en el intermediario, para que
realice la acción querida por éste; en estos casos, el intermediario actúa desconociendo
algunos elementos que componen una realidad dada, por lo que no hay una
coincidencia entre la realidad y la conciencia de dicha realidad7. Autoría mediata con
intermediarios responsables: En este grupo de casos configura un supuesto de autoría
mediata, en el cual el intermediario también responde penalmente por el delito, los
cuales son denominados como supuestos de “autor detrás del autor”. Efectivamente, se
denomina a estos casos “autor detrás del autor” porque tanto el hombre de atrás, como
el ejecutor, poseen un dominio del hecho, pudiendo aún configurarse la autoría mediata
a pesar de la punibilidad del ejecutor, debido a que el núcleo de la autoría mediata radica
en el hombre de atrás, siendo lo decisivo el rol central que posee, es decir, que tenga el
dominio sobre la realización del delito.8 Dentro de ello podemos distinguir los siguientes
supuestos, los cuales guardan mayor injerencia respecto al tema a tratar. Primero,
Autoría mediata por aparato organizado de poder: Esta forma de autoría mediata fue
planteada por Roxin, donde se considera al líder de una organización como el autor
mediato de los delitos cometidos por sus subordinados, a quienes dio la orden de
realizarlos; los cuales también responden como autores inmediatos por haber actuado

4
Código Penal peruano. www. spij.minjus.gob.pe/CODIGOPENAL
5
Tipos de autoría mediata: desarrollo jurisprudencial [R.N. 211-2015, Áncash]
6
Velásquez, Fernando. Derecho penal parte general, cuarta edición, librería Jurídica COLUMBROS,
Colombia, 2009, pág. 892
7
Roxin, Claus. Autoria y dominio del hecho en el derecho penal. Traducción de la séptima edición alemana
por CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO GONZALEZ DE MURILLO, Jose. Universidad de
Extremadura, Marcial Pons, séptima edición, 2000, pág. 191.
8
Pariona, Raúl. Autoría mediata por organización, Grijley, Lima, 2009, pág. 24

15
de forma consciente y voluntaria. En este es necesario probar que se debe estar en una
organización jerarquizada y que sea permanente. Segundo, autoría mediata por error
de tipo vencible: Aquí, el hombre de atrás se sirve de un ejecutor que se encuentra en
un error de tipo, pero en este caso se trata de un error vencible, es decir, de haber sido
el ejecutor diligente pudo haber salido del error en que se encontraba, por lo que le será
imputable el delito si se encuentra regulada su modalidad culposa9.Tercero, Autoría
mediata por error de prohibición vencible: El supuesto que analizamos ahora es sobre
un error de prohibición pero de tipo vencible, en el cual el sujeto, en caso de haber sido
diligente, hubiera podido salir del error en que se encontraba; por lo que en estos casos
se le sanciona por el delito cometido, pero con una pena atenuada conforme con el
segundo párrafo del artículo 14° de nuestro código penal10. Cuarto, Autoría mediata por
error en la identidad de la víctima: Se trata de un supuesto de error en la persona, donde
el ejecutor obra típica, antijurídica y culpablemente, siendo por ello considerado autor
inmediato del delito; sin embargo, el hombre de atrás tiene a pesar de ello una supra
determinación fundamentadora de dominio con respecto al resultado no querido por el
ejecutor, ya que si bien éste conoce que estaba matando a una persona, al igual que el
sentido del tipo y los elementos de la reprochabilidad y, por tanto, le es imputable el
homicidio, respecto a la acción concreta desconocía el resultado que efectivamente se
iba a producir11. Quinto, autoría mediata por error sobre presupuestos de la acción
relevantes para el hecho: Aquí Roxin analiza el caso en el cual otra persona engaña al
ejecutor sobre una circunstancia donde es previsible su reacción para que así realice la
acción querida por el hombre de atrás12. Sexto, autoría mediata por error sobre la
medida del injusto: Este supuesto consiste en que el intermediario actúa creyendo que
el bien jurídico que lesiona tiene una protección penal distinta a la real, debido al error
en el que se encuentra, lo cual sí es conocido por el hombre de atrás que lo determinó
a hacerlo. Séptimo, Autoría mediata por error sobre presupuestos de cualificaciones: Se
trata del caso en el que el intermediario actúa con la intención de cometer un delito, lo
cual es aprovechado por el hombre de atrás, para que, por medio del engaño, éste se
cometa pero con una circunstancia agravante, pero que al ser desconocido por el
intermediario no actúa con dolo respecto a ésta, por lo que sobre ese resultado adicional
el control lo tiene el hombre de atrás, siendo por ello autor mediato del delito finalmente
cometido13. Y por último, autoría mediata por error sobre el riesgo: Este caso se presenta

9
Hurtado, José y Prado, Victor. Manual de Derecho penal, parte general. Tomo II, Idemsa, cuarta edición,
Lima, 2011, pág. 460 y 461
10
Código Penal peruano. www. spij.minjus.gob.pe/CODIGOPENAL
11
Roxin, Claus. Autoria y dominio del hecho en el derecho penal. Traducción de la séptima edición alemana
por CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO GONZALEZ DE MURILLO, Jose. Universidad de
Extremadura, Marcial Pons, séptima edición, 2000, pág. 239 a 241
12
Roxin, Claus. Autoria y dominio del hecho en el derecho penal. Traducción de la séptima edición alemana
por CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO GONZALEZ DE MURILLO, Jose. Universidad de
Extremadura, Marcial Pons, séptima edición, 2000, pág. 238
13
Bolea, Carolina. Autoria mediata en derecho penal. Trant lo Blanch, Valencia, 200, pág. 191

16
cuando el ejecutor actúa con culpa consciente sobre el resultado que generará su
acción, equivocándose sobre la probabilidad de que este ocurra, pues cree que ésta es
menor que la real, siendo determinado por el hombre de atrás, que sí conoce la gran
probabilidad de la producción del hecho por la acción del ejecutor, actuando de esta
manera dolosamente14.

CAUSAS DE LA AUTORÍA MEDIATA.


La teoría del dominio del hecho se preocupó, sobre todo, de fundamentar materialmente
y explicar en qué casos se da la estructura de esta forma de autoría, abundando en los
motivos y modos en que un sujeto puede instrumentalizar a otro para sus fines delictivos.
El autor mediato no responde por lo que hace otro, sino por lo que él realiza a través de
otro, es decir, por un injusto propio y no ajeno. En este tipo de autoría lo determinante
es el proceso de instrumentalización al que se ve sometido el sujeto de delante,
fundamentado en diversos motivos, que convierte al sujeto de atrás en la figura central
del suceso.
Los grupos de casos de autoría mediata, es decir, las formas en que puede producirse
la instrumentalización de una persona para que otro imponga su voluntad delictiva son
fundamentalmente tres: puede suceder que el instrumento actúe de forma atípica, sin
antijuricidad o sin responsabilidad personal. Pese a la complejidad de este supuesto de
utilización de un instrumento doloso sin intención, no parece que pueda afirmarse la
estructura de la autoría mediata, cuando el presunto instrumento actúa libre, consciente
y responsablemente, sino que habría que considerar como partícipe (inductor) al sujeto
de atrás, aunque ello dependerá del concepto de ánimo de lucro que se defienda.
La instrumentalización de otro que actúa sin antijuricidad, es decir, cuando el
instrumento actúa amparado por una causa de justificación o de acuerdo con el
Derecho, pero es utilizado torticera y fraudulentamente por el sujeto de atrás, es decir,
cuando se crea o aprovecha la actividad de un inimputable, de una persona que actúa
con error de prohibición o bien en estado de necesidad disculpante o con miedo
insuperable. En los dos últimos casos la actividad de instrumento es provocada o
aprovechada por el sujeto de atrás mediante error o coacción.
La realización de la autoría mediata tiene su límite en aquellos delitos cuya redacción
típica impida (por razones materiales o formales) la realización de la acción típica a
través de otro; fundamentalmente de los delitos de propia mano y de los delitos de mera
actividad o de resultado con modalidades limitadas o tasadas de acción, cuando la
actividad o las modalidades de acción no puedan realizarse a través de otro. 15

14
Roxin, Claus. Autoria y dominio del hecho en el derecho penal. Traducción de la séptima edición alemana
por CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO GONZALEZ DE MURILLO, Jose. Universidad de
Extremadura, Marcial Pons, séptima edición, 2000, pág. 247
15
ROXIN, CLAUS. Problemas de Autoría y de Participación en la Criminalidad.

17
Si se admitiera en ellos la autoría mediata (incluso cuando materialmente se llegará a
soluciones satisfactorias por ser infundada la configuración legal de un delito como de
propia mano), se violaría el principio de legalidad penal, por la trasgresión del temor
literal posible de los tipos, lo que no siempre ha sido tenido suficientemente en cuenta
por algunos autores. Este límite no es rebasable apelando a la mención de la autoría
mediata, pues éste sigue pidiendo que el sujeto realice el hecho, aunque sea por medio
de otro del que sirve como instrumento, cosa que no se puede predicar del sujeto de
atrás en estos casos.16
Por otra parte, como ocurre en toda forma de autoría, no puede ser autor mediato de
un delito especial el extraneus, o sea, aquel en quien no concurre la característica o
cualidad personal exigida por el tipo (aunque, si se trata de un delito especial impropio,
podrá ser autor mediato del delito común correspondiente). Este límite a la autoría (no
específico de la autoría mediata) se ve suavizado mediante la construcción del actuar
por otro.17 Las cuestiones relativas a la autoría mediata, cambios de objeto y otras
desviaciones por parte de quien actúa de modo inmediato, los casos de excesos frente
a lo pretendido por el autor mediato o de cambios de objeto u otras desviaciones
esenciales en el delito por parte de quien actúa de modo inmediato plantean problemas
cuya exposición y resolución precisarían de una extensión y matización que no son aquí
posibles. Diremos no obstante que, en general, si el dolo (siquiera eventual) del autor
mediato no se extiende a esos excesos o desviaciones, habrá que comprobar si los
mismos le pueden ser imputados a aquél a título de imprudencia o ni siquiera esto.18

CONCLUSIONES
La autoría mediata responde a la idea de la realización de un tipo penal a través de otro
y con otro y el problema del concepto extensivo de autor, consiste en dejar impune la
autoría mediata, y por ello, resulta inadecuado. La instrumentalización de sujeto de
delante puede obtenerse actuando directa o indirectamente el sujeto de atrás sobre el
ejecutor, según la actividad del autor mediato se dirija específicamente hacia el
instrumento o afecte exclusivamente a la situación fáctica donde éste desarrolla su
actividad.19
El instrumento en la autoría mediata no se equipará a una cosa inanimada, de modo
que aquella resultará imposible si el que actúa delante no realiza una acción en sentido
jurídico-penal, de lo contrario estaríamos ante una autoría directa. Tampoco es posible

16
Carolina Chang Rojas, La Autoría Mediata, http://master.us.es/cuadernosmaster/1.pdf
17
Juan Pablo Mañalich, la estructura de la autoridad mediata.
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68512010000100011

18
LOPEZ BORJA DE QUIROGA, Organizada. Revista Penal Nº 2, 1998, Jacobo. Autoría y Participación.
Madrid,Editorial Akal, 1996.
19
La autoria mediata en marquez, file:///C:/Users/ADMIN/Downloads/BELM-
4463(La%20autor%C3%ADa%20mediata%20en%20-M%C3%A1rquez).pdf

18
allí donde el ejecutor se auto instrumentaliza voluntariamente, provocando situaciones
de justificaciones o exculpación para luego cometer por sí mismo el delito.

Cualquier tipo de instrumentalización no es idónea para configurar la autoría mediata,


es preciso tener en cuenta si el sujeto de delante manipula o no el factor causal que
conduce el resultado, o si el sujeto de atrás reconduce a la víctima hacia cursos
causales-naturales. Pero también debe atenderse a los tipos penales, esto es, a
determinar cuáles son los elementos del tipo realizables por el autor, pues algunos
delitos requieren para su consumación necesariamente la intervención de otras
personas y ello no implica la presencia de una autoría mediata sino directa.20

El Autor Mediato surge cuando un sujeto realiza el tipo de autoría penal utilizando o
sirviéndose de otra persona como instrumento, el sujeto instrumentalizado puede serlo
por: coacción, estar incurso en error, en estado de inimputabilidad o como parte
subordinada inmersa en una estructura organizada de poder u organización delictiva;
sin embargo, cabe resaltar, que no siempre el autor inmediato estará exento de
responsabilidad penal. Siendo la participación, de por sí, no es un tipo delictivo, sino que
es el hecho.

Bibliografía
Código Penal peruano. www. spij.minjus.gob.pe/CODIGOPENAL
Bolea, Carolina. Autoría mediata en derecho penal. Trant lo Blanch, Valencia, 200, pág.
191.
Hurtado, José y Prado, Victor. Manual de Derecho penal, parte general. Tomo II,
Idemsa, cuarta edición, Lima, 2011, pág. 460 y 461.
Pariona, Raúl. Autoría mediata por organización, Grijley, Lima, 2009, pág. 24
Roxin, Claus. Autoría y dominio del hecho en el derecho penal. Traducción de la séptima
edición alemana por CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO GONZALEZ
DE MURILLO, Jose. Universidad de Extremadura, Marcial Pons, séptima
edición, 2000.
Velásquez, Fernando. Derecho penal parte general, cuarta edición, librería Jurídica
COLUMBROS, Colombia, 2009, pág. 892.
Tipos de autoría mediata: desarrollo jurisprudencial [R.N. 211-2015, Áncash]

20
Sobre la figura de la autoria mediata y su tan solo fenomenologica «trascendencia» Por JAVIER
SANCHEZ-VERA G6MEZ-TRELLES Profesor Asociado de la Universidad Complutense de Madrid

19
Carolina Chang Rojas, La Autoría Mediata, http://master.us.es/cuadernosmaster/1.pdf
Juan Pablo Mañalich, la estructura de la autoridad mediata.
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
68512010000100011
ROXIN, CLAUS. Problemas de Autoría y de Participación en la Criminalidad.
LOPEZ BORJA DE QUIROGA, Organizada. Revista Penal Nº 2, 1998, Jacobo. Autoría
y Participación. Madrid,Editorial Akal, 1996.
La autoria mediata en marquez, file:///C:/Users/ADMIN/Downloads/BELM-
4463(La%20autor%C3%ADa%20mediata%20en%20-M%C3%A1rquez).pdf
Sobre la figura de la autoria mediata y su tan solo fenomenologica «trascendencia» Por
JAVIER SANCHEZ-VERA G6MEZ-TRELLES Profesor Asociado de la
Universidad Complutense de Madrid

20

Вам также может понравиться