VI CONGRESO SEDIBAC

27 y 28 Mayo 2017

Cáncer, Descodificación Biológica y Flores de Bach

Enrique Blay

enriqueblay@gmail.com

Resumen

Para la mayoría, el cáncer sigue siendo una enfermedad sobre la que no se puede tener control, sobre la
que no se sabe nada, una enfermedad que da miedo.
En el enfoque del origen de la enfermedad, tanto por parte del Dr. Bach como en la Descodificación
Biológica (basada en la Nueva Medicina Germánica del Dr. Hamer), se pasa de un paciente pasivo, que se
somete a varios tratamientos médicos para erradicar el cáncer, a un individuo activo que domestica su
cáncer y se cura actuando.
Son patentes las coincidencias entre el Dr. Bach y la Descodificación Biológica en cuanto al origen de la
enfermedad, su sentido, y dónde actuar para recuperar la salud. Ambas visiones coinciden
absolutamente en la necesidad de trabajar sobre el campo mental – emocional, puesto que es el
intermediario entre el Ser Interior y el cuerpo físico. Ambas ven en la enfermedad la oportunidad de
cambio y aprendizaje que necesita una persona en un momento dado. Escuchando/descifrando, el
mensaje/código que el cuerpo nos transmite.
El cáncer (como cualquier otra enfermedad) es el resultado de la puesta en marcha, por parte del cerebro
arcaico, de mecanismos biológicos de supervivencia ante un estrés que supera el máximo tolerable por el
organismo. Estrés causado por estados emocionales negativos que, tanto la Descodificación Biológica
como las esencias florales, ayudan a la persona a reconocer y comprender. De esta forma, la persona
diagnosticada de cáncer sabe las causas de su enfermedad, sabe qué ha de cambiar en su percepción de
sí mismo y de lo que le rodea. Sabe que puede actuar y que debe cambiar algo dentro de él y/o en su
vida, para sentirse feliz y para poder recuperar la salud.
Y a eso se le llama Aprendizaje.

Introducción
Para la mayoría, el cáncer sigue siendo una enfermedad sobre la que no se puede tener control,
sobre la que no se sabe nada, una enfermedad que da miedo. El diagnóstico, por sí sólo, provoca
un profundo sentimiento de pánico, de desvalorización, de impotencia ante un destino
implacable, y toda la información que tenemos a nuestro alcance refuerza este terrorismo
mental.
Se persigue a los agentes cancerígenos por todos lados: en el medio ambiente, la alimentación,
los productos químicos, las hormonas. Se han estudiado los factores hereditarios y los factores
genéticos. Y, sobre todo, se ha desmenuzado el proceso de replicación celular. Se nos ha
explicado cómo se desarrolla el cáncer, pero nunca por qué se desarrolla. Ni por qué tal órgano
se ve afectado antes que otro. Ni por qué los cánceres no se desarrollan siempre del mismo
modo.
El problema es que los oncólogos tienen la misión de tratar cánceres, no de curar personas
afectadas por un cáncer. Es un problema, porque el origen de la enfermedad no debe buscarse
en el desajuste de las células sino más bien en la manera en la que un individuo gestiona los
shocks, los conflictos de su existencia.
Pero el enfoque del origen de la enfermedad, desde la perspectiva del Dr. Bach y desde la
Descodificación Biológica (basada en la Nueva Medicina Germánica del Dr. Hamer), supone un
cambio de perspectiva radical. Supone dejar de creer que el ser humano no es más que una

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compleja máquina, supone dejar de separar cuerpo, mente y espíritu. Supone ir más allá de la
materia, tomar conciencia de qué es realmente un ser humano y de sus inimaginables
potenciales y recursos. ¡Y mira que hace mucho, mucho tiempo, que corrientes filosóficas y
espirituales nos lo vienen diciendo! Igual que en los tiempos modernos, en que muchas personas
de los ámbitos académico y científico, insisten en ello. y además, gracias a los avances
tecnológicos y las nuevas investigaciones pueden corroborarlo empíricamente. Entre estas
personas hoy hablaré del Dr. Edward Bach (creador del sistema floral que lleva su nombre) y del
Dr. Ryke Hamer (creador de la Nueva Medicina Germánica, de donde ha surgido la
Descodificación Biológica). De su aportación a esa visión del Ser Humano en general y de la
enfermedad en particular.
En este enfoque del origen de la enfermedad se pasa de un paciente pasivo, que se somete a
varios tratamientos médicos para erradicar el cáncer, a un individuo activo, que domestica su
cáncer y se cura actuando.

La enfermedad según Edward Bach y la Descodificación Biológica

Edward Bach:
- El Dr. Bach contribuyó a demostrar el vínculo entre la psique y la enfermedad con sus
investigaciones, su filosofía y su acercamiento a esta.
- Bach dijo: “La enfermedad es un tipo de desarmonía, cuando una parte del todo ya no
vibra al unísono con las otras partes”, concepto actual de medicina global u holística.
También dijo: “La enfermedad es la cristalización de una actitud mental”. La enfermedad
no es un hecho más o menos fortuito, una fatalidad o algo bastante externo a nuestra
trayectoria como organismo viviente.
- La enfermedad no es algo material en su origen; es el resultado último de una serie de
trastornos más sutiles que se iniciaron a nivel de la conexión Alma/Ser Superior en un
extremo y Personalidad en el otro. El alma emite unos dictados, a través de la intuición,
el instinto, y la conciencia, que tienen por objeto el dirigir a la Personalidad (entendida
esta como la dualidad cuerpo/mente) en el camino del aprendizaje y la perfección.
- La finalidad de la enfermedad consiste en actuar como correctivo, es decir, hacernos
entender que nos estamos equivocando y apartando del camino correcto. En este
sentido la enfermedad no es un castigo ni una desgracia, es la oportunidad de rectificar
una actitud equivocada.
- Mientras nuestra Personalidad y Alma/Ser Superior están en armonía, todo es paz,
alegría, felicidad y salud. Cuando nuestra Personalidad se desvía del camino trazado por
el Alma, surge el conflicto. Esto puede ocurrir por nuestros deseos mundanos, defectos o
por la persuasión de otros. El conflicto es la raíz y la causa de la enfermedad e infelicidad.
- Bach consideraba que la mente es la parte más delicada y sensible del cuerpo y, como se
ha visto, donde aparecen la génesis y el curso de la enfermedad antes y más claramente
que en el cuerpo físico.
- Por este motivo se usa el estado mental como pilar del diagnóstico, teniéndose en cuenta
las emociones, los patrones mentales y conductuales del paciente, así como su actitud
ante la vida.
- Bach preparó 38 remedios para reequilibrar los estados de ánimo negativos (celos, falta
de confianza, indecisión, etc.) Añadió un trigésimo noveno remedio que llamó “remedio
de Rescate” para situaciones de urgencia como un shock, una mala noticia, una pesadilla,
etc.

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Descodificación Biológica
- Si una persona presenta una enfermedad o síntoma, es porque su cerebro ha
considerado que eso es necesario para la supervivencia del individuo.
- La enfermedad nos transmite un mensaje: el ser humano ha elaborado un lenguaje
hecho de palabras y de frases para comunicarse. También tiene lenguajes simbólicos
para comunicarse más allá de las palabras: uno psíquico (sueños, pesadillas,
intuiciones…) y el otro físico (dolores, síntomas, patologías…).
- La enfermedad es un modo de comunicación: ciertos estados afectivos, ciertos conflictos
no del todo expresados con palabras y emociones se dicen con el cuerpo. Los grita e
incluso los aúlla hasta el punto de poner en riesgo la vida del sujeto en cuestión.
- El lenguaje simbólico del cuerpo tan sólo se manifiesta si el aviso de lo psíquico no ha
sido visto, escuchado, entendido y si no se ha corregido la situación.
- Todo aquello que no podamos aceptar, todo lo que no sepamos expresar mediante
palabras, emociones y actos, el cuerpo nos lo dirá, lo gritará o lo aullará hasta la muerte
por medio de desequilibrios.
- La enfermedad surge de un conflicto, con un desequilibrio entre el “yo interior” –es decir,
lo que realmente somos- y el “yo exterior” –lo que dejamos ver desde fuera, tanto a los
otros como incluso a nosotros mismos.
- Si uno entiende que es responsable de su enfermedad también entenderá que tiene el
poder de curarse de ella.
- Cada vez se admite más abiertamente que el ser humano es fruto de tres herencias que
determinan la dinámica y las circunstancias de su vida. La herencia espiritual, creada por
la larga tradición de sus encarnaciones anteriores, determina la herencia física y la
herencia psíquica, que recibirá el embrión que se está formando. Su microcosmos
(cuerpo, pensamiento, emociones) y su macrocosmos (entorno parental, social,
profesional) son los reflejos permanentes de esta tríada.
- Podríamos resumir la filosofía clave de la salud con la siguiente sentencia: Toda la vida
energética del individuo está bajo la influencia del modelo vibratorio espiritual que
engloba lo físico y lo psíquico, así como cualquier acción sobre lo físico y lo psíquico tiene
a su vez influencia sobre este modelo vibratorio.

Son patentes las coincidencias entre el Dr. Bach y la Descodificación Biológica en cuanto al origen
de la enfermedad, su sentido y dónde actuar para recuperar la salud. Ambas visiones coinciden
absolutamente en la necesidad de trabajar sobre el campo mental-emocional, puesto que es el
intermediario entre el Ser Interior y el cuerpo físico. Ambas ven en la enfermedad la oportunidad
de cambio y aprendizaje que necesita una persona en un momento dado.
Escuchando/descifrando, el mensaje/el código, que el cuerpo nos transmite.

El cáncer desde la Descodificación Biológica

Lo primero que le digo a una persona que acude a mi consulta con un diagnóstico de cáncer, es
que tengo que darle una buena noticia: “Igual que su cerebro biológico ha puesto en marcha esa
multiplicación celular, llamada cáncer, también puede desactivarla.”
A continuación le explico el porqué de esta rotunda afirmación en el marco de la
Biodescodificación y basada en la Nueva Medicina Germánica del doctor Hamer y sus cinco Leyes
Biológicas.
Toda persona diagnosticada de cáncer se pregunta: ¿Por qué a mí?, ¿Qué sentido tiene?, ¿Puede
significar mi muerte? Difícilmente encuentra respuestas a estas preguntas en la consulta de su

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oncólogo. Oirá que su cáncer puede ser hereditario, de origen genético, por diversos factores de
riesgo, etc. En resumen, por mala suerte ¡le ha tocado tener un cáncer! La persona solo puede
aceptar el diagnóstico y recibir el tratamiento que se le propone. No puede hacer nada más.
Por el contrario, en el enfoque de la Biodescodificación del origen de la enfermedad se pasa de
un paciente pasivo, que se somete a varios tratamientos médicos para erradicar el cáncer, a un
individuo activo que, además, domestica su cáncer y se cura actuando.
Es importante comprender el origen de la enfermedad por parte de la persona y, además,
poderle dar un sentido en su caso particular. Es evidente que nadie desea nada negativo o
traumático en su vida. ¡Pero sucede! Perdemos seres queridos, sufrimos el desamor, nos
quedamos sin trabajo, enfermamos… experiencias inevitables en nuestras vidas, sean unas u
otras. La gran diferencia ante estos inesperados e indeseables acontecimientos, respecto a la
salud, es cómo los afrontamos. Y la forma en cómo los afrontamos, la forma en que los vivimos y
sobre todo cómo los “resentimos” (en la mente y en el cuerpo), significará, en gran parte, que
enfermemos o no. De forma más o menos grave, según la intensidad y duración de ese resentir.
El Dr. Hamer define la causa del cáncer en su 1ª Ley Biológica, denominada “La Ley de Hierro del
Cáncer” (aunque el mismo Dr. Hamer acabaría llamándola “La Ley de Hierro de todas las
enfermedades”). Toda enfermedad es causada por un trauma emocional que denominamos Bio-
schock (afecta a la psique, al cerebro y al órgano) y que responde a una situación vivida de forma:

1- dramática e inesperada.
2- vivida en el aislamiento. No se puede expresar la emoción visceral asociada o sensación
profunda.
3- sin ver la solución. No sabemos cómo resolverla.

Es importante destacar que, según esta Ley, los síntomas, las enfermedades, no dependerán del
hecho vivido, sino de cómo lo percibe y procesa la persona. Por ejemplo, ante una situación de
despido del puesto de trabajo puede haber diferentes respuestas por parte de la persona
afectada:
1- Reacción de autoinfravaloración: “Me he vuelto incapaz, no sirvo para trabajar”. Afectará
a los músculos o articulaciones.
2- Reacción de miedo por la pérdida de ingresos: “No podré mantener a mi familia”.
Afectará al hígado.
3- Reacción de pérdida de territorio: “Me sentía seguro en ese ambiente”. Afectará al
corazón.
4- Reacción de sentirse mancillado: “Me han hecho una guarrada”. Afectará al colon o, si lo
vive con una grandísima intensidad, como una ignominia, al páncreas.
5- Reacción de nueva oportunidad: “No me sentía realizado, encontraré algo mejor”. No
habrá ninguna afectación.

El Inconsciente Emocional y Biológico

Por lo tanto, otra consecuencia de esta Ley es que es fundamental la forma particular de ser y
sentir de cada persona. Y esa particularidad, en su parte más íntima y profunda estará ubicada en
el inconsciente. En el inconsciente emocional, que podríamos decir controla el 95 % de la
actividad total. Por otro lado, nuestro cerebro consciente, racional, el que nos permite tomar
decisiones, concentrarnos, prestar atención, el que inhibe los instintos, controla el 5 % restante.
Ubicado en el neocórtex, este cerebro cognitivo procesa unos 40 bits de información por
segundo, frente al cerebro emocional, inconsciente, regido por el sistema límbico, preocupado

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sobre todo por sobrevivir y, ante todo, conectado al cuerpo, es hasta un millón de veces más
rápido que el cerebro cognitivo. El sistema límbico es, además, el encargado de recoger
continuamente las informaciones provenientes de las distintas partes del cuerpo, controlando el
equilibrio fisiológico (homeostasis).

Inconsciente Emocional
¿Cómo está construido el inconsciente? o ,dicho de otra manera, ¿cuándo se graban en él sus
programas funcionales? Desde el momento en que somos concebidos, en que un óvulo y un
espermatozoide se unen, se inicia la creación de un nuevo ser. En su parte física y en su parte
psíquica. Heredamos los genes de nuestros padres y toda la información acumulada en ellos.
También heredamos historias familiares, cargas emocionales y conflictos sin resolver. A partir de
esta base heredada, que marca nuestro temperamento, empezamos a vivir experiencias que van
a ir moldeando nuestro cuerpo y nuestra psique. El cerebro posee la denominada “plasticidad
neuronal”, mecanismo por el que cerebro, neuronas y conexiones neuronales, sufren
modificaciones en su estructura. Esas experiencias harán que unas neuronas se activen o
desaparezcan, que se construyan o no determinadas redes neuronales y, en suma, irán
definiendo la particularidad psíquica de cada persona.
Estas experiencias se inician en el vientre materno, pasan por la siempre intensa experiencia
emocional del nacimiento y siguen influyendo en el desarrollo neuronal, de forma determinante,
hasta los seis años. En este periodo, se construye nuestro carácter, nuestra forma de ser más
íntima y profunda. Se programa nuestro inconsciente, nuestra memoria oculta, a base de grabar
cada una de las experiencias que atravesamos. Especialmente las que suponen peligro o
sufrimiento mental-emocional. Situaciones que nos han estresado, que nos han impactado. Es
un mecanismo de protección, más que física, psicológica.

¿Cómo funciona el inconsciente e influye en nuestra salud? Principalmente es, en estos años
iniciales de la vida (desde la concepción hasta los seis años), cuando se crean lo que llamamos
“conflictos programantes” que como su nombre indica, son los conflictos que programan o
graban cierta información en el inconsciente y es muy probable que no provoquen ningún
síntoma.
Estos conflictos programantes recogen cada uno de ellos, no solo la emoción vivida, fruto de
sufrimientos causados por lo que percibimos como injusticia, rechazo, separación, abusos,
sentirse incomprendido, humillado o falto de seguridad afectiva y de amor, etc., sino también
queda grabado todo lo que los sentidos captan en ese momento del impacto emocional (sonidos,
olores, sabores, objetos, lugares, personas, cosas, etc.), junto a las sensaciones corporales
consecuentes.
Es un mero mecanismo de protección y supervivencia, que prepara al individuo ante situaciones
futuras, parecidas o semejantes. Esa situación, que dispara las alertas, es lo que denominamos
“conflicto desencadenante”, que es un conflicto que guarda relación con un programante, y
probablemente tenga el mismo tono que el primero y cuando aparece, desencadena la
enfermedad como una reacción biológica de supervivencia. Es el que abre el programa creado
por el conflicto programante y lo pone en marcha. Ese conflicto desencadenante es fruto del
fenómeno de la “analogía”. Mecanismo de disparo emocional de conflictos anteriores a nuestra
capacidad natural de recuerdo (conflicto programante) y productora de la gran mayoría de
actualizaciones patológicas que padecemos de adultos. Analogía significa “relación de semejanza
entre dos cosas parecidas” y precisamente la actualización patológica “estalla” cuando se dan

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situaciones análogas (semejantes o parecidas) a situaciones pasadas. La analogía es un

mecanismo “automático”, no consciente.

Inconsciente Biológico
El inconsciente también reacciona biológicamente y lleva incorporados programas evolutivos,
preparados para entrar en acción ante cualquier situación que se presente. Cuando recibimos
una mala noticia, por ejemplo, se nos quita el apetito o tenemos diarrea o ganas de vomitar. Nos
podríamos preguntar entonces: ¿Qué ocurre en nuestro inconsciente biológico para que nos
aparezca un tumor en el hígado?
El asunto no empieza por lo que nos ocurre, sino por cómo lo interpretamos y lo vivimos. La
reacción no es de nuestra mente consciente, de nuestro razonamiento, no pertenece a las
estructuras corticales, sino a las estructuras subcorticales, las que están reguladas por el
inconsciente. Estructuras que pertenecen a la parte más antigua del desarrollo de la vida, a las
que denominamos cerebro arcaico (tronco cerebral y cerebelo).
El cerebro arcaico lo componen todos los reflejos primitivos de supervivencia que hemos
heredado de nuestro pasado animal. Este cerebro no nota la diferencia entre lo que es real,
simbólico, virtual o imaginario. Trata todo como una misma realidad.
Las respuestas aprendidas y grabadas en el cerebro arcaico ante el estrés son básicamente:
huida, ataque o parálisis. Todos estos mecanismos los desarrolla el cuerpo para aumentar las
posibilidades de supervivencia frente a una amenaza a corto plazo, no para que se las mantenga
indefinidamente, tal como sucede en muchos casos en la vida moderna. Las partes más primitivas
del cerebro, o cerebro arcaico, continúan operando de acuerdo a un conjunto de programas que
proceden tanto de los mamíferos, como de los reptiles.
Las respuestas biológicas de supervivencia del cerebro arcaico se pondrán en funcionamiento en
situaciones de estrés, directo o indirecto, producidas por un evento único muy dramático o
eventos repetitivos y acumulativos. Respuestas que darán lugar a los síntomas y a los que se
acaba definiendo como enfermedad, cuando en realidad son soluciones biológicas ante
situaciones de estrés que superan el umbral tolerable para esa persona.

Recopilando:
- El cáncer tiene su origen en una forma concreta de interpretar y vivir una situación
dramática e inesperada.
- Esta forma emocional de reaccionar, particular en cada persona, es producto
principalmente de su estructura psicoemocional inconsciente.
- Inconsciente creado y programado, en sus cimientos, en las etapas iniciales de la vida.
Estos programas incluyen los “conflictos programantes”.
- Fruto de la analogía, aparecen los “conflictos desencadenantes”, con el consecuente
estado emocional derivado.
- El inconsciente, el cerebro arcaico, responde biológicamente a las situaciones que llevan
a la persona a altos niveles de estrés emocional, según los programas primitivos de
supervivencia de nuestro cerebro arcaico.

Acompañamiento a la persona con cáncer desde la Descodificación Biológica y las Flores de

Bach
Tanto la Descodificación Biológica como las Esencias Florales entienden que todo síntoma, toda
enfermedad, es un mensaje del cuerpo a nuestro “Yo interior”. Ambas tratan de llevar a la
persona a escuchar ese mensaje. Ambas contemplan que en la mente es donde se producen las

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interferencias de comunicación, donde aparece la génesis y el curso de la enfermedad. Ambas

trabajan sobre ese campo mental y emocional, energético e invisible, que perturba esa
comunicación.
El cáncer es un grito desesperado por parte del cuerpo, para restablecer esa comunicación, para
que la persona pueda actuar, pueda tomar conciencia de lo que la está desarmonizando y
llevándola a altos niveles de estrés. Nuestro cerebro vigila permanentemente nuestro nivel de
estrés interno y puede llegar a intervenir arbitrariamente para que no superemos el umbral de
estrés máximo que puede llevarnos a la muerte.
Su propia biología está intentando rebajar ese nivel de estrés máximo tolerable, recuperando la
homeostasis. Para ello pone en marcha los mecanismos ganadores, aprendidos a través de la
historia, desde la aparición de la vida en la Tierra. Mecanismos integrados en el cerebro arcaico
que dan respuesta a cada tipo de conflicto emocional, a través del órgano o parte del cuerpo
relacionados con ese conflicto particular.
Se trata, en definitiva, de corregir los estados emocionales negativos que llevan a la persona a
padecer desequilibrios emocionales. Y aquí es donde las esencias florales suponen una preciosa
herramienta de armonización para escuchar el mensaje del cuerpo, para eliminar interferencias
entre la comunicación entre nuestro “Yo interior” y nuestra forma de ser y actuar.
Conseguir que la persona diagnosticada de cáncer vaya tomando conciencia de los estados
emocionales negativos que la han llevado a la tensión y al estrés, junto al descubrimiento de que
algo tiene que cambiar en su percepción de sí misma, del entorno y en sus actos, es la llave de la
sanación. La sanación surge cuando la persona ha podido aprovechar su enfermedad como
oportunidad de rectificar una actitud, unos patrones mentales y conductuales equivocados.
La Descodificación Biológica ayudará a la persona diagnosticada de cáncer a comprender el
origen de su enfermedad. Las esencias florales cambiarán las emociones negativas, cambiando la
orientación en la vida, aportando paz al alma y sensación interior de felicidad.
Por otro lado, una persona a la que se le diagnostica un cáncer, recibe en ese momento un
impacto emocional dramático e inesperado, pudiendo producirse lo que llamamos “conflicto de
diagnóstico”. Este conflicto es el primero a trabajar en la Descodificación Biológica y, como es
evidente, los estados emocionales negativos que produce en la persona pueden ser corregidos
por las esencias florales.
No podemos olvidar que podemos aplicar las esencias florales, en los casos de cáncer, según el
Patrón Transpersonal, desarrollado por el Dr. Ricardo Orozco. Ya sea prescribiendo gotas de toma
oral o cremas de aplicación local.
Por ejemplo con esencias como Cherry Plum: “descontrol grupos celulares”, Pine: “autoagresión”
y todas las que, en cada caso particular, ayuden a la recuperación del órgano en cuestión y según
los síntomas presentados.

Conclusión
El cáncer, como cualquier otra enfermedad, es el resultado de la puesta en marcha, por parte del
cerebro arcaico, de mecanismos biológicos de supervivencia. Estos mecanismos se ponen en
marcha cuando el cerebro detecta niveles de estrés peligrosos, que superan el nivel máximo
tolerable para esa persona.
Este estrés es fruto de la respuesta emocional que da la persona a las experiencias que atraviesa.
Esa respuesta emocional es particular en cada individuo y responde principalmente a los
programas grabados en el inconsciente ante vivencias de alta carga emocional, desde la
gestación hasta los seis años después del nacimiento.

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Ante las experiencias de adulto, la persona puede entrar en emociones negativas (más intensas
en cada caso, según sean sus programas anteriores en casos análogos).
Una persona diagnosticada de cáncer presentará:
- Conflicto de diagnóstico: su forma particular de procesar el diagnóstico.
- Conflicto desencadenante: situación actual que ha llevado a la persona a altos niveles de
estrés emocional.
- Conflicto/s Programante/s: situaciones pasadas (primeras épocas de la vida), en que ha
vivido situaciones con carga emocional parecida o semejante a la que actualmente la
altera y desarmoniza emocionalmente.
Todo ello representa una carga emocional negativa, en que tanto la Descodificación Biológica
como las esencias florales, ayudan a la persona a reconocer y comprender. De esta forma la
persona diagnosticada de cáncer sabe las causas de su enfermedad, sabe qué ha de cambiar en
su percepción de sí misma y de lo que la rodea. Sabe que puede actuar y que debe cambiar algo
dentro de ella y/o en su vida para sentirse feliz y recuperar la salud.
Y a eso se le llama aprendizaje.

Enrique Blay
B.O. en Psicología del Desarrollo
Dpdo. en Descodificación Biológica Original
Dpdo. en Terapia Floral del Dr. Edward Bach
Dpdo. y Grado Superior en Anatheóresis
Autor del libro. “El bebé emocional”

BIBLIOGRAFIA

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(2003) “Flores de Bach, manual de aplicaciones locales”– Editorial Índigo.
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(2008) “Por qué somos como somos” (2008) - Ed. Aguilar.

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STEINER, Rudolf: “Reencarnación y Karma” – Ed. Rudolf Steiner
STERN, Claudia: “Todo lo que las Flores de Bach pueden hacer por ti” – Ed. Tikal.
VERNY, Thomas y Nelly, John (1988): “La vida secreta del niño antes de nacer” – Editorial Urano
WOLDER HELLING, Ángeles:
(2016) “El Arte de Escuchar el Cuerpo” – Ed. Círculo Rojo
Apuntes “Curso BioDescodificación” – Escuela Descodificación Biológica Original (DBO) Barcelona.

Referencia biográfica

Enrique Blay es Diplomado en Psicología del Desarrollo. Diplomado en Terapia Floral del Dr.
Edward Bach. Diplomado y Grado Superior en Anatheóresis. Diplomado en Hipnosis Clínica e
Hipnopsicoterapias. Es autor del libro El bebé emocional. Docente en talleres y cursos sobre
gestación, nacimiento, crianza y educación Infantil, y la aplicación de las Flores de Bach en estos
períodos.

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