La primera sensación que tuve al estar frente a un rectángulo de
arena contenido en una caja con fondo azul es de ridiculez, bueno pero si es tan ridículo ¿por qué no la mande a construir yo si no que le delegue la responsabilidad a otra persona? Y la consecución de los materiales tambien habia sido casí de una forma parecida. Bueno cabe confesar que habia leido algo al respecto y en clase ya tenia los primeros vislumbres de lo que pasaba al sujeto cundo se acercaba a uno de estos juegos, tenia entendido que brindaba algo de si sobre un terreno abstracto, sin saber que lo que esta colocando ese “algo de sí”, para que otro le hiciera una interpretación desde su conocimiento, esta bien pero no me habian dicho nada de cuando uno es el analizante y analizado y que pasa cuando uno se entera de cosas que no quería enterarse. Se supone que ese monton de arena gris y ese rectángulo de fondo azul soy yo pero resulta que tambien soy yo el jugante que se enfrenta al monton de arena y ademas sumele que soy el que analiza al jugante que se enfrenta al monton de arena gris enmarcada en el rectángulo de fondo azul; esto esta genial como para un cuento de Borges o un cuadro de Morales en donde se incluia él. En ese momento cruzo por mi mente una idea, la salida mas facil me convoca, es así como decido abandonar mi tormento e irme a recostar mientras hojeo un libro de la biblioteca. Pero de pronto una mirada de reojo a aquel recipiente de madera y me pregunto ¿sí la caja esta en blanco eso quiere decir que yo tambien estoy en blanco? ¿sera que me he quedado en la fase autista que propone Mahler y por eso no coloco nada en la caja de arena? Ante tanta preguntadera y con mas miedo que ganas me enfrento a esa especie de oráculo. Pero ¿y ahora que coloco en ella? Miro los objetos de la caja auxiliar y comienzo a escoger: un dinosaurio, muy primitivo; una nave espacial, muy soñador; una bicicleta, muy proletario resentido; un auto muy burgués arribista. ¡caramba no estaban jugando cuando me dijeron que todo era susceptible de ser analizado! Lo mejor será desembarazarse de tantos prejuicios y utilizar los objetos que mas me gustan colocamos por acá unos dinosaurios, en el centro de la caja unos pequeños libros, en la esquina una bandejita paisa, unos super heroes abajo y con el dedo dibujo unos mandalas y listo creo que esta concluido mi mundo claro que cabe aclarar que siento que le falta algo pero no se que, yo creo que un psicoanalista dira que es la falta constitutiva. Bueno se supone que los objetos desepredigados en el “mundo del no se que” (así bautize mi mundo) hacen parte de mi, ahí esta alrededor de que gira mi vida, cual son mis anhelos en la parte mas alta, en donde estan mis temores a la izquierda inferior. Y reflexiono sobre la elección que he hecho de esos objetos, sobre que en cada decisión mia coloco algo de mi es decir que yo vendría a ser la sumatoria de mis actos ahora me siento como un cuadro de Seurat llenos de puntos por todos lados. Por ahí se dice que el pintor le añade a la obra mientras que el escultor le quita para mi la caja de arena es un híbrido de los dos, y lo maravilloso de el juego en esta es que convierte, metamorfosea al jugante en artista, este vera su rostro dibujado en la arena con objetos y vacios.