Original
J. Muñoz Iranzo
Nuevos modelos de familia y nuevas
situaciones: conflictos legales
Jordi Muñoz Iranzo
Abogado
Correspondencia:
Jordi Muñoz Iranzo
Mallorca 328, entlo. 2ª
08037 Barcelona
E-mail: jordimunoz@
despachoprofesional.com
188 Rev Mult Gerontol 2005;15(3):188-190
Resumen
Los cambios de la estructura familiar y social generan
nuevas situaciones de atención a las personas mayores.
El aumento de separaciones y/o divorcios, tanto de los
hijos como de las propias personas mayores, implica la
adaptación a las circunstancias, no experimentadas an-
teriormente, y a las cuales hay que dar una salida.
Surgen nuevas figuras como el acogimiento, como alter-
nativa a la familia tradicional, y donde puede haber un
intercambio o contraprestación tanto a nivel emocional
como económico.
También el cambio de la estructura familiar, en ocasiones,
supone privar al anciano de su derechos, llegando incluso
a cometer delitos cuyo sujeto pasivo es la persona mayor.
Finalmente, cada vez es más creciente que los cuidadores
formales y los tutores se conviertan en las personas más
cercanas a la persona mayor y constituyan su “familia”.
Palabras claves: Cambios estructura familiar. Separa-
ción. Derecho visitas nietos. Acogimiento. Delitos. Tutela.
Cuidadores.
Summary
Changes in family and social structure generate new situations
in the care of the elderly. The increase of separations and/or
divorce, of both the children and the elderly parents requires
the adaptation to circumstances, not before experimented,
and to which an outlet must be found.
New figures emerge such as fostering, as an alternative to
the traditional family, where an interchange or
consideration both on an emotional and financial level
can exist.
The change in family structure also, on occasions, involves
depriving the elderly of their rights, even to the point of
committing offences the passive subject of which is the
elderly person.
Finally, there is a growing tendency that the formal care-
givers and tutors become the people closest to the elderly
person and they constitute their “family”.
Key words: Changes family structure. Separation. Right to
visit grandchildren. Fostering. Offences. Tutelage. Caregivers.
Las personas mayores actuales han vivido con tantos
cambios sociales y políticos que difícilmente no les
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permita adaptarse a nuevas situaciones. Seguramen-
te, otras franjas de edad serían capaces de asimilar
todo lo pasado por aquel grupo de población, y aun-
que todo cambio supone una aceptación y/o adapta-
ción, estoy convencido que las personas mayores son
las más capacitadas para ello.
Estas personas, en general, han pasado una guerra
civil, una postguerra, precarias condiciones labora-
les, sanitarias, etc..., y en general no han gozado de
excesivos derechos, o quizás tenían más obligacio-
nes que derechos.
Este breve marco vivencial no sirve para situar una
serie de circunstancias que afectan de manera con-
siderable en la vida de una persona, pero sin duda,
para las personas mayores, el entorno familiar es
muy importante tanto por cuestiones culturales como
afectivas, y ahí también se han producido notables
cambios, que han de ser asumidos por los ancianos,
y por la sociedad en general, y posiblemente ese
“entreno” de cambios y adaptaciones permitirá te-
ner más capacidad para vivirlos, aunque, si bien es
cierto que en las cuestiones que afectan a la familia
o a su entorno les cuesta más asimilarlo, siempre
generalizando, por supuesto.
Clasificados en grandes grupos podemos distinguir:
– Separaciones
– acogimiento de personas mayores
– “abuelos rotatorios”
– tutela y cuidados profesionales
Separaciones
Separaciones entre personas mayores
Cuestiones culturales, sociales y políticas hacían di-
fícil llevar a cabo la separación, y mucho menos que
esta fuese legal, ya que hasta el año 1981 no se

promulga la Ley del divorcio, y con anterioridad era
muy difícil obtener la separación.
Con la aprobación de la citada ley existía la posibili-
dad de obtener una separación o divorcio, pero los
predichos factores culturales o sociales actuaban
como impedimento para ello.
Poco a poco se ha cambiado la mentalidad, y sobre-
todo en el último lustro se nota un aumento de las
peticiones de separación o divorcio por parte de per-
sonas mayores de 60 años.
Ahora bien, si por una parte aumenta la libertad de
decidir, por otra queda limitada. Ello es así porque
muchas mujeres, debido a los condicionantes socia-
les y familiares, no trabajaban fuera del domicilio,
con lo cual, una vez jubiladas no tienen derecho a
percibir pensión alguna, y ello genera una total de-
pendencia económica del marido, circunstancia que
les impide cumplir su voluntad de separarse, aten-
diendo que quedarían en una muy precaria situación
económica en relación a la que viven; por ello optan
por continuar casadas, a pesar de no ser su voluntad.
Otra situación característica es que no se formaliza
un matrimonio o se constituyen como pareja de he-
cho registrada a efectos de no perder la pensión de
viudedad.
Separaciones de los hijos
Quizá es una las situaciones más traumáticas para
algunas personas mayores, ya que en ocasiones se
autoculpabilizan porque quizá hayan fallado en la for-
mación de los hijos o quizás se hayan inmiscuido en
las relaciones de pareja de sus hijos.
Con independencia de las consideraciones psicológi-
cas o sociológicas, que no son objeto de este estu-
dio, si que hay dos factores a tener en cuenta.
Por una parte, el derecho de visitas a los nietos. En
todas las separaciones o divorcios se comenta el
derecho de visita del padre con los hijos, habitual-
mente. Pero, nuestra legislación también contempla
que ese derecho de visita sea reclamado por los abue-
los. Obviamente, será necesario acreditar una serie
de circunstancias tales como la relación de afectivi-
dad, la “dependencia” entre abuelos y nietos, la asi-
duidad con anterioridad a la separación, así como
cualquier otra situación que merezca ser tenida en
consideración objetivamente.
Por otra parte, las separaciones comportan la apari-
ción de “nuevos nietos”, es decir, hijos de la nueva
pareja. Ocurre que el abuelo, en ocasiones se ve
Nuevos modelos de familia y nuevas situaciones: conflictos legales
obligado a llevar al “nuevo nieto” al colegio, prepa-
rar la comida, tenerlo en casa, etc..., obviamente
sin contraprestación alguna. Pero, cabe la posibili-
dad, que el paso de los años supongan que la perso-
na mayor entre en una situación de dependencia, y
nadie se preocupe de atenderlos a pesar de las aten-
ciones prestadas, y cuando hay que cuidarlos nadie
se siente obligado ni moralmente ni jurídicamente.
Acogimiento de personas mayores
Los cambios de las estructuras familiares han provo-
cado la soledad y el aislamiento de algunas personas
mayores, y ello lleva al legislador a buscar nuevas
salidas que permitan la protección de la persona
mayor y eviten su aislamiento.
La ventaja del acogimiento es que lo decide la per-
sona mayor, por tanto nadie se siente obligado, y
favorece buscar un entorno similar al de una familia,
de la cual carecía. Eso sí, una vez se ha optado por
esta situación, se habrá de asumir una serie de obli-
gaciones según cada situación y circunstancia.
Ello es así porque, esa nueva convivencia, conlleva
unas consecuencias jurídicas, tales como contra-
prestaciones económicas, de trabajo, derechos suc-
esorios, derechos arrendaticios, derecho uso de la
vivienda. Estas deben ser bien valoradas previamen-
te, y recibir el correspondiente asesoramiento para
conocer las consecuencias que pueden tener, y de
esta forma, poder decidir si es la forma que nos con-
viene o no.
Este acogimiento se puede hacer tanto en el domi-
cilio de la persona o personas mayores, como en el
domicilio de los adoptantes.
Esta figura jurídica también puede suponer una con-
traposición de intereses legales entre acogedores e
hijos, ya que aquellos, pasados unos años, adquiri-
rán una serie de derechos que van en perjuicio de los
hijos, especialmente en materia sucesoria, y por ello,
también podemos plantearnos si los acogedores son
sustitutos de la familia sanguínea, tanto jurídicamente
como moralmente.
Abuelos rotatorios
Cada vez es más habitual la práctica de “repartir” al
anciano temporalmente en casa de uno u otro hijo,
los llamados “abuelos rotatorios o golondrinas”. No
entramos a dar más detalles, al haber estado ello
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J. Muñoz Iranzo
expuesto en otro artículo, pero si que cabe ver las
implicaciones legales de esta nueva y creciente si-
tuación. Considero que la diferenciación básica es:
Violación de preceptos constitucionales:
– Derecho a la dignidad
– Derecho a la intimidad personal
– Derecho al secreto de las comunicaciones
– Derecho a la propiedad privada (cambios de ti-
tularidad propiedades, utilización de cuentas
corrientes...)
– Derecho a la protección social, económica y
jurídica de la familia
– Derecho a una vivienda digna y adecuada
– Derecho a decidir
Implicaciones penales:
– Expolio
– Delito de malos tratos
– Abandono
– No dar asistencia o auxilio
– Inducir a abandonar el domicilio
– Incumplimiento deberes asistencia familia (pen-
sión alimentos)
– “Reclusión” en instituciones (residencias) !de-
tención ilegal. Ingresos involuntarios
Esta enunciación de violación de preceptos constitu-
cionales y de implicaciones penales, está claro, que
no se darán en todos los supuestos, pero cualquiera
de estas situaciones es suficientemente importante
para que reflexionemos cual debe ser la intervención
jurídica y social más adecuada y protectora de los
derechos de estas personas.
Si no controlamos o ponemos límites a esta práctica
nos encontramos con incumplimientos que pueden
tener hasta repercusiones penales, y quizás lo más
grave es que la persona perjudicada no puede defen-
derse o carece de los recursos para ello.
Como hemos visto se puede llegar a situaciones de
malos tratos, y ello precisa de una intervención con-
tundente de los mecanismos judiciales, de la admi-
nistración en general y de la sociedad civil.
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Tutela y cuidadores profesionales
Podemos analizar diversos modelos de familia y nue-
vas situaciones, pero hemos considerado que, ac-
tualmente, estas situaciones o circunstancias son las
más habituales, aunque no por ello están resueltas,
al menos jurídicamente, donde todavía hay bastan-
tes lagunas e inseguridad jurídica.
La última a la que nos referimos contempla dos si-
tuaciones diferentes pero con elementos comunes.
Por una parte la tutela (cuando a una persona se la
incapacita judicialmente se le nombra un tutor si la
incapacitación es total) que supone convertirse en el
alter ego de la persona incapacitada. El tutor toma
todas las decisiones sobre el incapacitado y debe
rendir cuentas al juez, por tanto tiene una responsa-
bilidad que ya no tiene un hijo.
Por otra parte, tenemos a los cuidadores profesiona-
les (residencias o atención domiciliaria), que en cierta
manera, ejercen como actuación sustitutiva de la
familia, en cuanto a la asistencia, que la familia no
puede, no sabe o no quiere darla, según los casos.
Tanto tutor como cuidadores profesionales se con-
vierten a menudo en sustitutivos de las familia, eso
sí, sin derechos respecto a situaciones patrimonia-
les o hereditarias de la persona atendida. Se da la
paradoja que, por ejemplo, una persona sea atendi-
da los últimos siete años por su tutor, y si este no es
familiar, sean herederos sus hijos que se han des-
preocupado durante el citado período de tiempo.
Es difícil y complejo, pero habrá que buscar un equi-
librio en esas situaciones de atención, sea de tutores
o cuidadores profesionales, ya que no parece equita-
tivo el sistema actual excesivamente protector de la
relación familiar, y obviamente, dentro de ese equili-
brio deberá protegerse a la persona mayor para que
no hayan abusos con su patrimonio.
Por tanto, vemos que son sustitutivos de la familia
sin derechos, y que además, tiene un nivel de obli-
gaciones y responsabilidades mucho más elevado que
la familia sanguínea. A ello hay que añadir, que cuando
la tutela la realiza una entidad, o el cuidado se hace
por profesionales, todos ellos como tales, pueden
ser objeto de reclamaciones tanto por vía civil como
penal, atendiendo a esa nota de profesionalidad; en
definitiva se les exige más.