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Las causas sobre los efectos meramente civiles del matrimonio pertenecen al
juez civil, a no ser que el derecho particular establezca que tales causas pueden
ser tratadas y decididas por el juez eclesiástico cuando se planteen de manera
incidental y accesoria.
Las causas de nulidad de matrimonio sólo pueden ser resueltas por sentencia
del tribunal competente.
1.o decidir la causa principal. El presidente podrá sustituirlo por otro cuando
haya causa justa. Para juzgar cada causa, el Vicario judicial debe llamar por
turno al colegio de los jueces o, si fuere el caso, al juez único según un orden
preestablecido. El presidente del tribunal puede designar un auditor para que
realice la instrucción de la causa, eligiéndolo entre los jueces del tribunal o
entre las personas aprobadas por el Obispo para esta función. El defensor del
vínculo y el promotor de justicia pueden ser removidos, con justa causa, por
quienes los nombraron. Siempre se requiere la presencia del defensor del
vínculo en las causas de nulidad de matrimonio.
Los nombres de los jueces y del defensor del vínculo deben ser notificados
inmediatamente al actor.
Cada una de las partes se hará cargo de los gastos que haya realizado en la
instancia caducada, a no ser que el juez disponga otra cosa por causa justa. Si la
causa de nulidad se ha instruido en un tribunal interdiocesano, el voto al que se
refiere el art. § 2. No pueden admitirse pruebas bajo secreto, a no ser por causa
grave y asegurando su notificación a los abogados de las partes, según lo
dispuesto en los arts. 162 – § 1. Las partes, los testigos y, si el caso lo requiere,
los peritos han de ser examinados en la misma sede del tribunal, a no ser que el
juez, por justa causa, considere oportuno proceder de otro modo (cf. 177 –
Procure el juez interrogar a las partes, para mejor averiguar la verdad (cf. § 2.
No obstante, en las causas de nulidad de matrimonio se entiende por confesión
judicial la declaración oral o escrita por la que la parte afirma ante el juez
competente un hecho propio contrario a la validez del matrimonio,
espontáneamente o respondiendo a preguntas del juez.
Se consideran incapaces:
los que son parte en la causa o comparecen en juicio en nombre de las partes, el
juez y sus ayudantes, el abogado y aquellos otros que prestan o han prestado
asistencia a las partes en la misma causa. Las partes pueden designar peritos
privados, que necesitan la aprobación del juez.
Si el juez considera que, para evitar peligros gravísimos, algún acto no debe ser
manifestado a las partes, pueden conocer ese acto, previo juramento o promesa
de guardar secreto, los abogados de las partes.
Una vez publicadas las actas, para completar las pruebas, las partes y el
defensor del vínculo pueden proponer otras al juez.
Está terminantemente prohibido que las partes, los abogados u otras personas,
transmitan al juez informaciones que queden fuera de las actas de la causa.
Este derecho compete a las partes una sola vez, a no ser que, por causa grave, el
juez estime que debe concederlo otra vez; y, en ese caso, la concesión hecha a
una parte se entiende también otorgada a la otra.
El defensor del vínculo tiene siempre el derecho de ser oído en último lugar
El juez decide la causa principal mediante sentencia definitiva. Terminada la
discusión de la causa, el presidente del tribunal colegial ha de establecer en qué
día y hora deben reunirse para deliberar únicamente los jueces, con exclusión
de cualquier otro ministro del tribunal. Si el juez es único redactará él mismo la
sentencia