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DIABETES INFANTIL

¿Qué es la diabetes infantil?


La diabetes infantil es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia.
Antiguamente era una enfermedad propia de adultos, pero con el crecimiento del índice de
obesidad infantil, asociado a una vida sedentaria y a los malos hábitos alimenticios, los
casos de diabetes infantil han aumentado considerablemente entre los niños y las niñas.
La diabetes infantil (Diabetes Mellitus Tipo 1) supone entre el 10 y el 15 por ciento del total
de la diabetes y es la segunda enfermedad crónica más frecuente en la infancia.
La diabetes se caracteriza por una alteración en la producción de la hormona insulina por el
páncreas o por una resistencia a la acción de la insulina en el organismo. Es la insulina la
que ayuda al organismo a transformar el azúcar (o glucosa) en energía, promoviendo así un
buen funcionamiento del cuerpo humano.

TIPOS DE DIABETES INFANTIL


Tipo 1: denominada anteriormente diabetes mellitus insulinodependiente DMID o diabetes de
inicio infanto-juvenil. Hay una insuficiencia absoluta de insulina. Se precisa insulina exógena
para el control de la glucemia.
Tipo 2: denominada anteriormente diabetes mellitus no insulinodependiente DMNID o
diabetes o diabetes de inicio en la madurez: resistencia a la insulina con defectos variables
en la destrucción. No hay destrucción de islotes B pancreáticos. Suele asociarse a edades
más avanzadas, frecuentemente a partir de los 40 años, pero también se diagnostica en
niños y adolescentes con obesidad, que, junto con la diabetes gestacional y los
antecedentes familiares de diabetes, se asocian en la diabetes tipo 2. Su tratamiento se basa
en la dieta, evitar la vida sedentaria, a veces con fármacos orales y también con insulina.
Diabetes tipo 1
Se caracteriza por la destrucción auto inmunitaria de las células beta del páncreas, por
insulinitis mediada por anticuerpos frente a las células beta de los islotes y por insulinopenia
completa, lo que se traduce en una necesidad obligada de insulina exógena.
Representa entre el 5-10% de los casos de diabetes y su máxima incidencia se da entre los
10-15 años.
En la diabetes tipo 1 (que se solía llamar diabetes insulino-dependiente o diabetes juvenil), el
páncreas no puede fabricar insulina. El cuerpo puede obtener glucosa procedente de los
alimentos, pero la glucosa no puede entrar en las células, que la necesitan para funcionar.
La glucosa permanece en la sangre, lo que hace que las concentraciones de azúcar en
sangre aumenten demasiado y generen problemas de salud.
Los factores que se asocian a su aparición son: ambientales, genéticos y autoinmunes.
Según esta teoría una serie de factores ambientales como virus (parotiditis, rubeola) y
sustancias químicas, inducen una agresión de las células beta pancreáticas por parte del
sistema inmunitario. Debido a una predisposición genética, algunas personas son más
sensibles a los factores ambientales.
Así sabemos que en gemelos si uno padece la enfermedad, el riesgo del hermano se eleva
de 25-50%. Si el padre o la madre padece diabetes, también se eleva el riesgo, mayor si el
afectado es el padre y también depende de la edad de la madre en el momento del parto sin
que se conozca el motivo exacto.
De los pacientes con diabetes tipo 1, el 85% presenta anticuerpos frente a las células de los
islotes circulantes, anticuerpos anti-insulínicos, en especial contra la descarboxilasa del
ácido glutámico del interior de las células beta.
Utilizamos la determinación del péptido C para comprobar si el paciente es capaz de secretar
insulina endógena. Si no hay péptido C se ha producido una insuficiencia total de las células
beta diagnosticándose diabetes tipo 1 con más de un 90% de células beta destruidas para
siempre, siendo su velocidad de destrucción variable en lactantes y niños más rápida que en
adultos.
Conocemos también la asociación de diabetes tipo 1 con otras enfermedades autoinmunes:
tiroiditis de Hashimoto, celiaquía, enfermedad de Addison, enfermedad de Graves, anemia
perniciosa.

Diabetes tipo 2
En la diabetes tipo 2, el páncreas sigue fabricando insulina, pero la insulina no funciona en el
cuerpo como debería funcionar, de modo que las concentraciones de azúcar en sangre
aumentan demasiado. La diabetes tipo 2 es más frecuente que el tipo 1 y representa hasta el
90% o más de todos los casos de diabetes.
Al tener un comienzo más lento a veces se descubre a lo largo de varios años, se considera
que se trata de una diabetes más leve que a menudo se controla con dieta, ejercicio físico y
fármacos orales. Sin embargo, los pacientes con diabetes tipo 2 corren el mismo riesgo de
sufrir complicaciones graves que los pacientes con diabetes tipo 1.

Las personas que presentan un riesgo elevado de sufrir diabetes tipo 2 son:
– Las que tiene obesidad (más del 20% por encima de su peso corporal ideal)
– Tienen un familiar con diabetes.
– Pertenecen a un grupo étnico de riesgo.
– Se les ha diagnosticado diabetes gestacional o han dado a luz a un recién nacido de
más de 4.1 Kg.
– Tienen una presión arterial elevada 140/90 mm Hg o superior.
– Presentan una concentración de HDL (colesterol bueno) baja menor de 35 mg/dl.
– Presentan una concentración de triglicéridos elevada, superior a 250.
– Vida sedentaria.
– Consumen grandes cantidades de alcohol.
– Tenían valores alterados de glucosa en ayunas (100-125) o glucosa alterada en el
test de sobrecarga (menor de 199 a las 2 horas).
– Edad avanzada. Más del 40% de los pacientes diabéticos tiene 65 años o más.
– El uso de medicación concomitante como diuréticos y corticoides incrementan el
riesgo de diabetes tipo 2.
SÍNTOMAS

Diabetes tipo 1 y 2 en niños:

Diabetes tipo 1
Los síntomas más comunes de la diabetes tipo 1 son debilidad, aumento de sed, del
volumen de orina, visión borrosa y pérdida de peso.

Es entre los cinco y los siete años de edad y durante la pubertad cuando la enfermedad
suele ser más común entre la población infantil. Lo que debe alertar a los padres son una
serie de síntomas fáciles de identificar y que pueden dar la voz de alarma:

– Sed excesiva (polidipsia).


– Que el niño orine con demasiada frecuencia (poliuria).
– Que moje la cama por la noche (nicturia).
– Que presente una pérdida repentina de peso, aun comiendo normal o incluso más de
lo habitual
– Hambre constante (polifagia).
– Debilidad física y cansancio.
– Irritabilidad (en niños pequeños).
– Dolor abdominal, náuseas y vómitos.
– Visión borrosa.
– Aliento con olor dulce o extraño (como a manzana).
– Infección por hongos.
– Calambres musculares.
– Aumento rápido de los niveles de azúcar en la sangre

Ante estos signos, podemos sospechar que el menor sufre diabetes, pero siempre debemos
consultarlo y confirmarlo con un médico especialista.

Diabetes tipo 2
Si bien algunos niños no presentan indicios ni síntomas de diabetes, otros pueden tener:

– Mayor sensación de sed y deseos de orinar


– Mayor sensación de hambre
– Fatiga
– Visión borrosa
– Heridas que demoran en cerrar o infecciones frecuentes
– Porciones de piel oscura y aterciopelada entre los dedos de la mano o los pies o en la
parte trasera del cuello

Aunque tanto la diabetes tipo 1 y tipo 2 se caracterizan por hiperglucemia presentan


diferentes signos y síntomas.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la diabetes tipo 1 es un tratamiento de por vida y consiste en el control de
azúcar en sangre, terapia de insulina, alimentación saludable y ejercicio regular, incluso para
los niños. A medida que tu hijo crezca y cambie, también lo hará su plan de tratamiento para
la diabetes.
Si controlar la diabetes de tu hijo te parece abrumador, tómalo día a día con calma. Algunos
días, controlarás el azúcar en sangre de tu hijo a la perfección; otros días, parecerá como si
nada funcionara bien. No olvides que no estás solo.
Trabajarás en estrecha colaboración con un equipo para el tratamiento de la diabetes de tu
hijo, conformado por un médico, un educador en diabetes y un dietista, a fin de mantener el
nivel de azúcar en sangre de tu hijo tan cerca del valor normal como sea posible.

Control de azúcar en sangre


Tendrás que controlar y registrar el nivel de azúcar en sangre de tu hijo al menos 4 veces al
día, aunque es probable que debas hacerlo con más frecuencia. Esto requiere punciones
frecuentes en el dedo. Algunos medidores de glucosa en sangre permiten hacer análisis en
otros sitios además de las puntas de los dedos.
Los análisis frecuentes son la única forma de asegurarte de que el nivel de azúcar en sangre
de tu hijo permanezca dentro los límites objetivo, los cuales pueden cambiar a medida que tu
hijo crezca y cambie. El médico te informará cuál es el nivel objetivo de azúcar en sangre
para tu hijo.

Medidor continúo de glucosa


El medidor continuo de glucosa es la forma más reciente de controlar los niveles de azúcar
en sangre. Puede ser de gran utilidad para las personas que no presentan los síntomas de
advertencia habituales de la hipoglucemia.
El medidor continuo de glucosa utiliza una aguja delgada que se inserta justo debajo de la
piel y controla el nivel de glucosa en sangre cada varios minutos. El medidor continuo de
glucosa todavía no se considera tan preciso como el control estándar del azúcar en sangre.
Puede usarse como una herramienta adicional, pero, en general, no reemplaza el control
regular del azúcar en sangre.

La insulina y otros medicamentos


Todas las personas que tienen diabetes tipo 1 necesitan tratamiento con insulina para
sobrevivir. Existen muchos tipos de insulina disponibles, entre ellos:
Insulina de acción rápida. Los tratamientos como la insulina lispro (Humalog), la aspártica
(Novolog) y la glulisina (Apidra) comienzan a actuar en menos de 15 minutos, alcanzan el
efecto máximo en alrededor de una hora y duran cuatro horas.
Insulina de acción breve. Los tratamientos como la insulina humana (Humulin R) deben
inyectarse de 20 a 30 minutos antes de una comida, alcanzan el efecto máximo entre 1,5 y 2
horas y duran de cuatro a seis horas.
Insulina de acción intermedia. Los tratamientos como la insulina NPH (Humulin N)
comienzan a funcionar en aproximadamente una hora, alcanzan el efecto máximo en
alrededor de seis horas y duran de 12 a 24 horas.
Insulina de acción prolongada. Los tratamientos como la insulina glargina (Lantus) y la
insulina detemir (Levemir) casi no tienen efecto máximo y pueden proporcionar cobertura por
hasta 20 a 26 horas.
Según la edad y las necesidades de tu hijo, el médico puede recetarte una mezcla de tipos
de insulina para usar a lo largo del día y de la noche.

Opciones de administración de la insulina


Estas son las diferentes opciones para la administración de insulina:
Aguja fina y jeringa. La ventaja de usar una aguja y una jeringa es que se pueden mezclar
diversos tipos de insulina en una sola inyección, lo que reduce la cantidad de inyecciones.
Inyector de insulina. Este dispositivo se asemeja a un bolígrafo, salvo por el cartucho que
está relleno de insulina. Los inyectores de insulina con preparaciones de insulina
combinadas se encuentran disponibles, pero estas mezclas generalmente no son aptas para
niños.
Bomba de insulina. Es un dispositivo de tamaño similar al de un teléfono móvil que se usa
afuera del cuerpo. Un tubo conecta un depósito de insulina a un catéter que se inserta
debajo de la piel del abdomen. La bomba se puede utilizar en conjunto con el medidor
continuo de glucosa.
Alimentación saludable
Tu hijo no estará limitado de por vida a una dieta para la diabetes de alimentos aburridos e
insípidos. En cambio, lo que tu hijo necesita son muchas frutas, vegetales y cereales
integrales, alimentos muy nutritivos y con un contenido bajo de grasas y de calorías. Lo ideal
es que el consumo de hidratos de carbono de tu hijo sea consistente.
El dietista de tu hijo, probablemente, sugiera que tu hijo y el resto de la familia consuman
menos productos de origen animal y menos dulces. Este plan de alimentación es el mejor
para toda la familia. Está bien consumir alimentos azucarados cada tanto, siempre que se los
integre como parte del plan de alimentación de tu hijo.
Entender qué le debes dar de comer a tu hijo y en qué cantidades puede ser un desafío. Un
dietista puede ayudarte a armar un plan de comidas acorde a los objetivos de salud, las
preferencias alimenticias y el estilo de vida de tu hijo.
Ciertos alimentos, como los que tienen alto contenido de azúcar o de grasa, pueden ser más
difíciles de incorporar al plan de comidas de tu hijo que las opciones más saludables. Por
ejemplo, los alimentos con alto contenido de grasa pueden provocar un aumento súbito del
nivel de azúcar en sangre varias horas después de que tu hijo los haya comido, dado que la
grasa ralentiza la digestión.
Lamentablemente, no hay una fórmula establecida que te diga cómo el cuerpo de tu hijo
procesará los diferentes alimentos. Pero, a medida que pasa el tiempo, aprenderás
másacerca de cómo los alimentos favoritos de tu hijo afectan su nivel de azúcar en sangre y
podrás aprender a compensarlos.
Actividad física
Todos necesitan ejercicio aeróbico regular, y los niños con diabetes tipo 1 no son la
excepción. Alienta a tu hijo a que realice actividad física regularmente y, mejor aún, hagan
ejercicio juntos. Haz de la actividad física una parte de la rutina diaria de tu hijo.
No obstante, recuerda que la actividad física, por lo general, reduce el nivel de azúcar en
sangre y puede afectar estos niveles durante un máximo de 12 horas después de haber
realizado ejercicio. Si tu hijo comienza una nueva actividad, verifica sus niveles de azúcar en
sangre con mayor frecuencia de lo habitual hasta que conozcas cómo reacciona su
organismo a la actividad. Puede que necesites hacer ajustes en el plan de comidas o en la
dosis de insulina de tu hijo para compensar el aumento de actividad.

Flexibilidad
Incluso si tu hijo se aplica insulina y come en un horario estricto, la cantidad de azúcar en
sangre puede cambiar de manera impredecible. Con la ayuda del equipo para el tratamiento
de la diabetes de tu hijo, aprenderás cómo su nivel de azúcar en sangre cambia en
respuesta a lo siguiente:

 Alimentos. Los alimentos pueden presentar un desafío particular para los padres de
niños muy pequeños con diabetes tipo 1, ya que, a menudo, no terminan de comer su
plato de comida. Eso es un problema si le has dado a tu hijo una inyección de insulina
por más cantidad de comida que la que ingirió. Si esto será un problema, infórmale al
médico para que pueda planificar un régimen de insulina que funcione para tu familia.
 Actividad física. Cuanto más activo sea tu hijo, más bajo será su nivel de azúcar en
sangre. Para compensarlo, podrías necesitar reducir la dosis de insulina de tu hijo
antes de la actividad física no habitual. O bien, tu hijo podría necesitar comer un
tentempié antes de ejercitarse.
 Enfermedad. La enfermedad causa varios efectos en la necesidad de insulina de tu
hijo. Las hormonas producidas durante la enfermedad aumentan el nivel de azúcar en
sangre, pero un menor consumo de hidratos de carbono debido a poco apetito o
vómitos reduce la necesidad de insulina. Solicita al médico un plan de control para los
días de enfermedad.
 Período de crecimiento y de pubertad. Justo cuando has logrado dominar las
necesidades de insulina de tu hijo, él crece aparentemente de la noche a la mañana y,
de repente, no recibe la insulina suficiente. Las hormonas también pueden afectar las
necesidades de insulina, en especial, en las niñas adolescentes, ya que comienzan a
menstruar.
 Sueño. Para evitar problemas de bajo nivel de azúcar en sangre durante la noche, es
posible que debas hacer ajustes en la rutina de insulina de tu hijo. Pregúntale al médico
cuál es un buen nivel de azúcar en sangre antes de acostarse.
Signos de problemas

Pese a tus mejores esfuerzos, a veces surgirán problemas. Algunas complicaciones a corto
plazo de la diabetes tipo 1, como niveles altos o bajos de azúcar en sangre y cetoacidosis,
generalmente diagnosticadas por el descubrimiento de cuerpos cetónicos en la orina,
requieren atención inmediata. Si no se tratan, estos trastornos pueden provocar convulsiones
y pérdida del conocimiento (coma).

Hipoglucemia

La hipoglucemia sucede cuando el nivel de azúcar en sangre de tu hijo está por debajo de
los límites objetivo. Los niveles de azúcar en sangre pueden bajar por muchas razones, entre
ellas, saltar una comida, hacer más actividad física de lo normal o inyectar demasiada
insulina.

Enséñale a tu hijo los síntomas del nivel bajo de azúcar en sangre. Siempre que tenga la
duda, debe hacerse una prueba del nivel de azúcar en sangre. Los signos y síntomas
tempranos del bajo nivel de azúcar en sangre comprenden los siguientes:

– Tez pálida
– Sudoración
– Temblores
– Hambre
– Irritabilidad
– Nerviosismo o ansiedad
– Dolores de cabeza
Los signos y síntomas tardíos del bajo nivel de azúcar en sangre, que a veces se confunden
con alcoholismo agudo en adolescentes y adultos, comprenden los siguientes:

– Letargo
– Confusión o agitación
– Somnolencia
– Balbuceo
– Pérdida de coordinación
– Comportamiento extraño
– Pérdida del conocimiento
Si tu hijo tiene una lectura baja del nivel de azúcar en sangre:

 Dale jugo de fruta, tabletas de glucosa, caramelos duros, bebida gaseosa común (no
dietética) o cualquier otra fuente de azúcar
 Vuelve a controlar el nivel de azúcar en sangre en unos 15 minutos para asegurarte de
que haya subido hasta el nivel normal
 Si el nivel de azúcar en sangre sigue siendo bajo, vuelve a darle más azúcar y vuelve a
controlarlo a los 15 minutos
Si no se trata, el nivel bajo de azúcar en sangre provocará que tu hijo pierda el conocimiento.
Si esto sucede, puede que necesite una inyección de urgencia de una hormona que estimula
la liberación de azúcar en la sangre (glucagón). Asegúrate de que tu hijo siempre lleve
consigo una fuente de azúcar de rápida acción.

Hiperglucemia

La hiperglucemia sucede cuando el nivel de azúcar en sangre de tu hijo está por encima de
los límites objetivo. El nivel de azúcar en sangre puede aumentar por muchas razones, como
por ejemplo comer demasiado, comer tipos de alimentos incorrectos, no tomar suficiente
insulina o estar enfermo.

Los signos y síntomas de un nivel de azúcar en sangre elevado comprenden:

– Necesidad de orinar a menudo


– Aumento de la sed o sequedad de boca
– Visión borrosa
– Fatiga
– Náuseas

Si sospechas un episodio de hiperglucemia:

– Controla el nivel de azúcar en sangre de tu hijo


– Es probable que tu hijo necesite una dosis adicional de insulina si la concentración
de glucosa en sangre supera el nivel permitido
– Espera 15 minutos y vuelve a controlar la glucosa de tu hijo
– Modifica el plan de comidas o los medicamentos de tu hijo para prevenir futuros
episodios de hiperglucemia

Si tu hijo tiene una concentración de glucosa en sangre superior a 240 mg/dL (13,3 mmol/L),
debe realizar una prueba de cuerpos cetónicos usando una tira reactiva para orina. No
permitas que tu hijo haga ejercicio si su nivel de azúcar en sangre es alto o si hay presencia
de cuerpos cetónicos.

Cetoacidosis diabética

La falta de insulina grave provoca que el organismo de tu hijo produzca cetonas. Las cetonas
en exceso se acumulan en la sangre de tu hijo y se eliminan en la orina, una afección que se
conoce como cetoacidosis diabética. Si no se trata, la cetoacidosis diabética puede poner en
riesgo la vida.
DIETAS PARA NIÑOS CON DIABETES INFANTIL

1. Las necesidades nutricionales de niños y adolescentes con diabetes son iguales a la del
resto de sus compañeros, por lo que no se aconsejará seguir planes de alimentación
diferente o especial.

2. Una alimentación saludable y adaptada para estas edades debe ser rica en hidratos de
carbono, moderada en proteínas y relativamente baja en grasas, especialmente de
saturadas, las que provienen de alimentos grasos de origen animal.

3. Es fundamental conocer cuales son aquellos alimentos que contienen hidratos de


carbono.

4. El etiquetado de los alimentos ayuda a conocer la composición de los alimentos y así,


poder incluirlos en la alimentación habitual sin ocasionar alteraciones glucémicas. Atención
al etiquetado de aquellos alimentos que contienen edulcorantes, pues se debe valorar
siempre la cantidad total de hidratos de carbono del alimento y no solamente la presencia o
ausencia de azúcares.

5. En ocasiones, las alegaciones nutricionales como “sin azúcar” o “bajo contenido en


azúcares”pueden crear confusión, pues ello no garantiza que aunque el alimento no
contenga azúcares pueda tener otros hidratos de carbono como, por ejemplo, almidón en
una galleta.

6. El sistema de raciones de hidratos de carbono es una herramienta básica para contabilizar


con precisión los hidratos de carbono de la alimentación y así poder confeccionar menús
equivalentes en hidratos de carbono.

7. Utilizando el sistema de raciones de hidratos de carbono se pueden adoptar dos


estrategias: utilizar las mismas dosis de insulina realizando menús diferentes pero que
contengan siempre la misma cantidad de hidratos de carbono o bien variar las dosis de
insulina rápida en función de los hidratos de carbono que se toman en cada comida.

8. Los menús escolares deben ser trabajados conjuntamente entre los padres o tutores,
personal escolar y el propio niño para conseguir adaptar la estrategias descritas en el punto
anterior.

9. Los padres o cuidadores no deben descuidar el control del peso corporal y la práctica de
ejercicio físico habitual como medidas asociadas para la mejora y mantenimiento de la salud
general.

10. La alimentación es una parte fundamental en el tratamiento de la diabetes. No obstante,


en ocasiones es causa de dificultades y conflictos, parte de los cuales pueden resolverse con
un mayor conocimiento de la composición de los alimentos y de su relación con la
insulina. Se debe animar a padres, cuidadores y niños a implicarse en el conocimiento de la
diabetes para así hacer más saludable su tratamiento.
cmn DESAYUNO COMIDA MERIENDA CENA

Crema de verduras (puerro,


Leche con 1 cucharadita de
Alubias rojas con zanahorias y cebolla tomate, cebolla, zanahoria)
cacao Zumo de naranja
(agregar trocitos de carne magra)
Lunes
Bacalao con limón.
Tostada integral con queso Frutos secos
Mandarina
untable y mermelada light.
Postre sin azúcar

Leche con 1 cucharadita


Fruta Pechuga de pollo con souffle de de cacao
Pasta integral con espinaca y atún
Martes repollo y zanahorias
Barrita de cereal (yogur o Tostada integral con
Manzana con canela
frutos secos) Yogur de fresa tomate y queso (tipo
pizza)

Verduras rebozadas al horno (calabaza,


berenjenas) Zumo de fruta Quiche de verduras con queso
Yogur
Miércoles untable o requesón
Solomillo de cerdo. Rollitos de pavo con
Muesli
queso untable Yogur de melocotón
Pera

Panqueques de jamón york, queso


Leche con 1 cucharadita de Yogur y tomate cherry
Garbanzos con bacalao.
Jueves cacao.
Porción de tarta o galletas Natilla casera
Naranja
Tostada integral y pavo. caseras
Pera

Crema de verduras (zanahoria,


Zumo de fruta calabaza, brócoli)
Yogur Merluza con patatas al horno
Viernes
Biscotes integrales y queso Filete de pavo
Frutos secos Postre sin azúcar
fresco.
Mandarina

Tortilla francesa rellena con


Arroz integral con guisantes y trocitos Zumo de fruta
Yogur espárragos, mozzarella y tomate
Sábado de pollo.
cherry)
Tostada integral de
Porción de tarta casera.
Manzana con canela salmón y queso untable
Yogur de fresa

Leche con 1 cucharadita de Espaguettis integrales con mejillones o Leche con 1 cucharadita
Nuggets de pollo con patatas
cacao. pavo y champiñones (nata y queso cacao.
Domingo fritas.
rallado)
Tostada integral con aceite y Porción de tarta o galletas
Mandarina
tomate Postre sin azúcar caseras
EJEMPLO DE UN MENÚ SEMANAL PARA NIÑOS DIABÉTICOS

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